AL CASAR DE TALAVERA POR SANTA APOLONIA

AL CASAR POR SANTA APOLONIA

Santa Apolonia el día de su romería

LA EXCURSIÓN Y COSAS QUE VER

 Hoy vamos a recorrer la parte noroccidental del término de nuestra ciudad, entre el Casar de Talavera y la ermita de Santa Apolonia. Para ello salimos de Talavera por el camino que va hasta la ermita y parte desde la plaza de Los Tres Olivos. Cruzamos el canal del Alberche y debajo de la autovía y, a unos cuatrocientos metros, tomamos el camino a la izquierda hasta la ermita de Santa Apolonia cruzando sobre el arroyo Bárrago

El Berrocal

Encinar en El Berrocal bajo la sombra de la atalaya

El entorno de Santa Apolonia nos muestra el paisaje típico de El Berrocal,
un paisaje que como su nombre indica es típicamente granítico. Un terreno pobre para el cultivo que ha sido tradicionalmente utilizado para la ganadería, con la histórica dedicación de sus prados y encinares a la montanera del ganado porcino. Esta actividad pastoril ha dejado su huella en las parideras que encontramos en la zona, una de ellas al este de la ermita. Son construcciones de mampostería generalmente dispuestas en semicírculo con los cubículos destinados a dar cobijo a las cerdas y los cochinillos, cada uno con su pequeña puerta. Los vallados de mampostería separan las parcelas de pasto y no es extraño encontrar por estos cerros algún pintoresco chozo de pastor de planta redonda cubierto con falsa cúpula. Todavía podemos hallar algunas de las fuentecillas que antes cuidaban los pastores manteniendo las corrientes para que abrevaran sus ganados en las pilas graníticas o en pesebres de piedra de forma semiesférica.

Chozo de pasto en el entorno de El Casar de Talavera

La labranza de Santa Apolonia conserva su tentadero, además de algunas construcciones tradicionales. Muy cerca, siguiendo las riberas del Bárrago, hallamos las ruinas de tres pequeños molinos de agua que apenas molturaban unas semanas cuando el año era lluvioso.

Desde Santa Apolonia tomaremos el cordel que pasa junto a la ermita en dirección oeste y bajaremos pasando debajo de la autovía nuevamente hasta el canal, que seguiremos nuevamente por su carretera de servicio aguas abajo hasta la autovía, subiendo por el arcén hasta llegar a El Casar de Talavera, que aunque hoy es entidad local menor fue anteriormente un pueblo llamado El Casar del Ciego, dicen que porque lo fundó un hombre que luego quedó invidente y que procedía del cercano lugar de Malojo hoy desaparecido.

Restos del cubo de un molino de agua en el arroyo Malojo, cerca de El Casar de Talavera

Antes de entrar a este pequeño núcleo urbano encontramos las tres cruces del calvario de un viacrucis, aunque también hay una cruz de piedra en la entrada sur, junto a la iglesia. Esta parroquia de El Casar bien merece una visita por la azulejería talaverana del XVI de sus altares laterales, y por algunas imágenes de interés como una buena talla de un Crucificado, además de una magnífica pila bautismal blasonada, un púlpito granítico con restos de decoración pictórica y un artesonado de lacería policromada y de forma octogonal que cubre el presbiterio.

Hornacina sobre la portada sur de la iglesia de El Casar

 Si lo deseamos podemos seguir en un paseo de un kilómetro el cauce del arroyo Malojo hasta llegar a un molino de agua del que solamente queda el cubo, y si nos quedan ganas subir a la atalaya cercana a la que nos referimos también en la Ruta de las Atalayas. La cercana fuente de la Mora era famosa por sus propiedades curativas desde hace siglos.

El Casar de Talavera fue lugar que sufrió varias vicisitudes bélicas, pues para algunos, en el inmediato polígono industrial de Torrehierro se pudo haber desarrollado la batalla de las tropas romanas a las órdenes Quinto Fulvio Flaco contra veinte mil celtíberos, e incluso se apuntaba a que los restos de una torre que se encuentra cerca del caserío de la finca Torrehierro pudieran haber sido un monumento al vencedor de la batalla.

Imagen de Cristo crucificado en madera cruda en la iglesia de El Casar

Dentro del ámbito de nuestro pequeño pueblo también está La Alcoba, un paraje donde se encontró un verraco y numerosos restos romanos, ya que por allí pasaba una antigua calzada también romana, y que bien pudo haber alojado el antiguo obispado de Aquis, como se llamó a Talavera, o al menos a esa zona, durante época visigoda. Más tarde perteneció la labranza a los jerónimos del monasterio de Santa Catalina y en su capilla había magnífica cerámica de Talavera del siglo XVI que hoy está en el museo de cerámica de Barcelona.

Imagen en azulejería del siglo XVI de Talavera en la iglesia de El Casar de Talavera

Desde El Casar tenemos varias formas de volver: desandar el camino que hemos recorrido, volver por el canal hasta el paso que hemos dejado bajo la autovía y tomar el camino que vuelve a Talavera entre las huertas según indica el plano, o si estamos cansados, regresar en el autobús.

Recorrido completo aproximado 17 kilómetros, 4 horas y media

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