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ARQUITECTURA POPULAR DE la tierra de talavera (XIII) OROPESA, VALDEVERDEJA, TORRICO Y PUENTE

ARQUITECTURA POPULAR DE OROPESA, VALDEVERDEJA, TORRICO Y PUENTE

Una de las viviendas de Oropesa con azulejería de Talavera

Oropesa, capital del señorío que empezamos a conocer en el capítulo anterior, es un pueblo relativamente rico monumentalmente hablando pero, en cuanto a la arquitectura tradicional, conserva pocos ejemplares característicos.

Mantiene la técnica general de la subcomarca en la utilización mayoritaria de la piedra y el adobe, quizá con una mayor proporción del enjalbegado y el enfoscado en el remate de las fachadas. Las casas que alojaron a la pequeña nobleza o a las instituciones religiosas muestran el aparejo mudejarista que no es propio de tierras tan occidentales como éstas. La sillería acompaña también a los edificios de más alcurnia.

Torre y reloj de la plaza de Oropesa

Hay varios ejemplares de arquitectura cultista de principios de siglo o de finales del anterior, con utilización en fachadas de paneles de azulejería de Talavera.

También de esta época es la torre del reloj de la plaza, sobre un arco neogótico y rematada con una estructura metálica que sostiene la campana. Muchos de nuestros pueblos rematan las torres de los ayuntamientos e incluso las de las iglesias con similares armazones de hierro de la época en que el modernismo y la torre Eiffel provocaban la modesta emulación de nuestros paisanos. Algunas de ellas no carecen de gracia y han sido conservadas en las remodelaciones de las casas consistoriales, como es el caso de Velada, por ejemplo.

Al sur del señorío de Oropesa se encuentran algunas villas con arquitectura popular de características similares, pero también con algunas peculiaridades.

Aparejo típico de las construcciones de Valdeverdeja

Hemos de referimos en primer lugar a Valdeverdeja, de la que diremos, sin lugar a dudas, que conserva el mayor número de ejemplares de vivienda tradicional de todas las tierras de Talavera. Aparte del cariño que los habitantes parecen tener por sus antiguas casas de piedra, hay otro factor que ha contribuido a su conservación, y es la despoblación masiva que en los años sesenta sufrió esta localidad que pasó de casi seis mil habitantes a los cuatrocientos que tiene en la actualidad.

Portada y casa típica de Valdeverdeja

La casa verdeja está fabricada en mampuesto de granito claro combinado con una menor proporción de pizarra oscura, lo cual da al aparejo un aspecto muy vistoso. El adobe también se utiliza en doblados y dependencias auxiliares, aunque con un color rojizo o pardo, diferente del grisáceo empleado en las demás localidades que ya hemos  visitado.

Como en Herreruela, son frecuentes las grandes portadas de sillería qua suelen dar acceso a recogidos patios enlosados con grandes lanchas de granito labrado y con pozo y pila de lavar también de piedra en muchos de ellos. Algunas casas cuentan con balconcillos corridos que dan al interior del patio.

Quedan una docena de viviendas que aún conservan los balcones que en el capítulo anterior habíamos denominado como de “troje descubierta”, solanos o solanas.

Rincón típico en Valdeverdeja

Las portadas no son blasonadas, pero muchas de ellas conservan inscrita la fecha de construcción, casi siempre de principios del siglo XX, época que debió coincidir con años de auge económico en el pueblo. Las viviendas modestas cuentan también con su portadita y su patio, aunque de menores dimensiones.

Valdeverdeja se fundó al destruirse las casas de Puebla de Naciados por una plaga de hormiga blanca que causó el derrumbe de sus edificios. Parece, curiosamente, como si el verdejo hubiera construido desde entonces casas fuertes y seguras curándose un poco en salud.

En El Torrico no se conserva tanta arquitectura como en Valdeverdeja pero como peculiaridad se mantienen varios balcones corridos antiguos en algunas fachadas, lo cual es poco frecuente en esta comarca y nos habla de su ya referida repoblación medieval abulense

Aparejo de ladrillo, adobe y tapial con ripio de teja en Puente del Arzobispo

Alcolea y Puente del Arzobispo utilizan en sus aparejos mayoritariamente el adobe y el tapial, aunque es bastante frecuente que se refuerce en hiladas, en vanos y esquinazos con ladrillo interpuesto que da algo más de consistencia a los muros.

También como influencia de Castilla la Vieja constatamos la presencia de algunos edificios porticados, cuyo mejor ejemplo es el ayuntamiento de Valdeverdeja, aunque en Puente quedan algunos edificios aislados en las proximidades de la plaza, así como otro ejemplar en la plaza del Torrico.

La plaza de Valdeverdeja conserva un hermoso enlosado total de granito que, al parecer, se extendía antiguamente por otras calles.

Plaza de Valdeverdeja con los pórticos del ayuntamiento y enlosado del piso

En la arquitectura rústica de la zona encontramos, aunque en mucha menor densidad que en La Jara en la Sierra de San Vicente algunos ejemplares de chozo techado con falsa cúpula y las típicas parideras y zahurdas también de piedra y techadas con falsa cúpula con capa de compresión de tierra y piedras.

Pero lo más característico es la presencia dc numerosos pozos labrados en piedra repartidos por sus campos y acompañados de pilas de lavar también graníticas con las iniciales grabadas y, en ocasiones una cocinilla para dar servicio a un pequeño huertecillo anejo al lavadero.

Casa porticada en Puente del Arzobispo

Un paraje de gran interés etnográfico y del que hablaremos más detenidamente, con varias docenas de estos pocillos en el valle del arroyo de la Pradera o arroyo de los Pozos.

Merece un capítulo aparte la riqueza molinera del Tajo y los arroyos en esta zona y de ello hablaremos en otra entrada de este blog.

Reja en una vivienda de Valdeverdeja

ARQUITECTURA POPULAR XII, LA CAMPANA DE OROPESA

ARQUITECTURA POPULAR XII

LA CAMPANA DE OROPESA

Arquitectura de adobe y tapial de Alañizo

La tercera subcomarca con características propias en cuanto a arquitectura vernácula es la de la Campana de Oropesa. Casi todos sus núcleos urbanos se encuentran en las proximidades de las afloraciones graníticas que dominan las llanuras del Campo Arañuelo por lo que, en mayor o menor proporción se utiliza el granito como material de construcción. También está muy extendida la utilización del adobe y del tapial, principalmente en los pueblos más alejados de la piedra como Alcañizo, el ladrillo es poco utilizado en esta zona.

Casa de la Hidalga en Calzada de Oropesa

Al ser estas tierras las más occidentales, deja ver su arquitectura la influencia de Extremadura, Calzada de Oropesa es el ejemplo más evidente. Allí podemos observar portadas de piedra, algunas blasonadas, que dan paso a un zaguán de distribución al estilo extremeño, son más frecuentes las grandes chimeneas y se generaliza el enjalbegado exterior de las viviendas. Es de destacar el barrio noroeste con pequeñas casitas de adobes muy modestas. Tuvo también Calzada un pequeño núcleo de clase más acomodada que ha dejado algunos hermosos ejemplares de casonas señoriales como la Casa de la Hidalga o la Casa de los de la Llave, por ejemplo.

Puertas carreteras de granito labrado típicas de Herreruela, Caleruela o Lagartera

En Herreruela encontramos también algunas peculiaridades como son las grandes portadas de puertas carreteras, enmarcadas con jambas y dinteles de piedra labrada de una sola pieza. Llevan un tejadillo protector y en muchos casos dan paso a agradables patios enlosados previos a la vivienda. Otra característica de este pueblo que también veremos en Lagartera es la presencia de balconadas en doblado que se forman al dejar sin cerrar una parte de las trojes y que son conocidas como solanos o solanas, que en muchas ocasiones se encuentran cerradas con cristaleras y servían para que las mujeres se dedicaran cómodamente a sus tradicionales labores de bordado.

Balconada en Lagartera

Otra característica más utilitaria de esta localidad es la presencia al sur de la población de numerosas zahurdas con una casita y un corral donde se criaba fundamentalmente cerdo ibérico, pero lo que quizá sea más distintivo de Herreruela es la presencia en muchas edificaciones populares de tres y hasta cuatro alturas contando con una especie de, semisótano en algunas casas.

La arquitectura de Caleruela es muy similar a la de Herreruela. En Lagartera es mucho más abundante la piedra. El adobe se utiliza casi exclusivamente en doblados y construcciones complementarias. Son típicos de Lagartera los portales de entrada o zaguanes donde exponen las casas los mejores platos de cerámica del ajuar y las labores famosas del lugar. Como en Herreruela, hay grandes portadas y muchas casas donde, en lugar de accederse por el portal, se entra por un patio decorado con flores, cerámica, etc. al más puro estilo sureño. Además de los balcones del tipo que hemos descrito en Herreruela, que dan en Lagartera algunas balconadas que nos sugieren la influencia con esta comarca de culturas serranas a través de la repoblación abulense de la Edad Media. El granito se utiliza en mampostería ripiada, con sillería en vanos y esquinazos, y algunos relieves de motivos religiosos en les dinteles.

Adobe y tapial sobre mampostería granítica en Caleruela

La arquitectura rústica es menos abundante aquí que en las comarcas serranas de La Jara o de la sierra de San Vicente ya que en este caso las poblaciones se encuentran más cercanas concentrando a los habitantes en torno a ellas y con núcleos de población dispersa solo en las grandes dehesas donde se encuentran las casillas de los guardas, peones y tractoristas. En ocasiones estas dehesas tienen auténticos palacios de los propietarios de las mismas, en algunos casos vinculados antiguamente a los Álvarez de Toledo, señores de Oropesa. Muchos de estos caseríos de las dehesas fueron antiguamente casi pequeñas poblaciones con su tejar. su herrería, su lagar, su horno para el pan etc.

Son típicos los patios enlosados con su pozo en la Campana de Oropesa

Esta comarca se encuentra surcada por numerosas cañadas y cordeles de ganados que atraviesan grandes distancias donde no había, entre Gredos y los núcleos de población de la Campana de Oropesa, ninguna posibilidad de refugio para viajeros y trashumantes, por ello. unas construcciones qua aparecieron en relación con las cañadas fueron las ventas. Tenían éstas una zona dc alojamiento para las bestias, horno de pan y alguna fuente cercana. En tomo a ellas se fueron agrupando pequeñas poblaciones como es cl caso de La Corchuela y Ventas de San Julián que como vemos, lleva en el nombre su origen hostelero.

Otras construcciones típicas do la comarca son las casillas de hortelano que aparecen a lo largo de las escasas corrientes de agua que la surcan. Es el caso de la zona de Las Vegas en término de Calzada; suelen ser pequeñas casillas de adobe para almacenar aperos y una cocinilla que sirve de alojamiento.

Llaveras típicas de la Campana de Oropesa, obra en su mayoría de la familia Igual

En esta zona es algo más abundante la rejería ya que hubo cierta tradición de herrería en Caleruela y también en Herreruela, como su propio nombre indica. Quedan algunos ejemplares de rejas exentas no carceleras como hemos visto hasta ahora, con alguna ornamentación discreta sin salirse de la sobriedad castellana. En Caleruela y Alcolea se asentaron algunos herreros de la familia Igual a los que pertenecen los curiosos diseños de llaveras y llamadores que podemos observar en muchas de las puertas de estos pueblos.

En la comarca que estamos describiendo es escasa la arquitectura protoindustrial ya que al no haber grandes corrientes de agua, existen pocos molinos o artilugios hidráulicos, es de destacar sin embargo la existencia de los restos del molino de viento más occidental de la provincia, el de Torralba de Oropesa y un impresionante edificio situado en el Tiétar conocido como “las máquinas de Monteagudo”, y qua no es otra cosa que una antigua fábrica de harinas de finales del pasado siglo movida por una turbina hidráulica.

La propia Oropesa participa de todas estas características generales, pqro conserva menos elementos de arquitectura popular,

Seguiremos con La Campana y las Villas en la próxima entrada.

LOS MOLINOS DE AGUA POR COMARCAS: LA CAMPANA DE OROPESA I

DESCRIPCIÓN DE LOS MOLINOS DE LA PROVINCIA DE TOLEDO POR COMARCAS.

Aceñas del Conde de Oropesa en El Torrico

Este trabajo ha sido realizado sin ninguna ayuda institucional por lo que no es todo lo exhaustivo que hubiera deseado el autor, aun así se ha dibujado a mano alzada la planta de todos los ejemplares que se han podido localizar y se ha fotografiado el alzado y los detalles que se han considerado de interés, estableciendo con los datos obtenidos en el trabajo de campo y los aportados por las entrevistas a molineros y vecinos, la tipología que a continuación se desarrolla.

Para encontrar el mayor número posible de molinos se han utilizado los planos 1/ 50.000 del Instituto Geográfico Nacional y del Instituto Geográfico del Ejército. Se han examinado también las ediciones antiguas de esas mismas hojas en la cartoteca del I.G.N. completándose los datos con el hallazgo de ejemplares hoy desaparecidos o de los que apenas quedan ruinas. La minuciosidad en señalar los datos es variable de unos planos a otros pero las entrevistas con lugareños, pastores o guardas jurados y el recorrido completo del trayecto de las corrientes más importantes me han llevado a completar el estudio. Los planos de escala 1/2.000 y 1/10.000 de la Diputación Provincial aportaron datos referentes sobre todo a los artificios localizados en el casco urbano de los pueblos toledanos.

La documentación histórica ha facilitado también la labor de búsqueda molinera. A partir de las Relaciones de Felipe II[1], las del Cardenal Lorenzana[2] y el Catastro del Marqués de la Ensenada[3] conseguí rellenar algunas lagunas. Han sido de gran utilidad los diccionarios de los pueblos de la provincia de Toledo de Jiménez de Gregorio[4] y de Moreno Nieto[5] que describen nuestras villas y lugares en el siglo XVIII y mediados del XX respectivamente.

La toponimia también me orientó en algunos casos en los que no había referencia histórica o cartográfica alguna. Para ello hube de inspeccionar y recorrer arroyos llamados «del Molinillo», «del Cubo» o del «Cubillo»; hube de estudiar donde conducían caminos que todavía se denominaban «de Moledores», «de la Presa» o «de la Aceñuela» para poder así localizar restos a veces casi inidentificables de artificios molineros.

Aunque la mayor parte de los croquis y plantas han sido realizados a mano alzada, he querido en todos estos esquemas reflejar la situación de la piedra y su proporción aproximada con las dimensiones del edificio de forma que el lector se haga una idea, aunque no sea matemáticamente exacta, de sus medidas. Para ello debemos tener en cuenta que las piedras de molino miden aproximadamente un metro treinta centímetros.

Algunos de los esquemas sin embargo sí que se han realizado a escala reflejándose la misma en los planos. Muchos  de ellos se midieron con motivo del Inventario Etnológico de la Provincia de Toledo elaborado por la Diputación Provincial con mi colaboración y que afecta a los molinos de la Campana de Oropesa. En otros casos ha sido el interés de un determinado ejemplar como modelo tipológico el que me ha llevado a representarlo a escala.

Aceñas del Conde fotografiadas aguas arriba de las mismas

El abandono, las zarzas, la ruina, la inaccesibilidad, la inundación por embalses o la reutilización del edificio para otros menesteres son obstáculos que han dificultado, cuando no impedido, la ejecución de algunos planos. De todas formas creo que con este trabajo se puede obtener una idea global de la molinería toledana que sirva de apoyo y referencia a los investigadores que quieran estudiar o profundizar en casos y temas concretos.

Las fotografías nos darán una idea de determinados aspectos de la arquitectura popular y el alzado de los molinos. Tienen el inconveniente de que en algunos casos hube de adaptarme a las condiciones de luz del momento en que accedí al molino, que podía coincidir con una inadecuada orientación y climatología y es por ello que algunas no tienen la calidad deseable.

Excusadas algunas de las deficiencias de este trabajo, paso a describir los molinos agrupados por comarcas en función de diversas circunstancias geográficas, históricas, tipológicas y de arquitectura popular.

El Tajo sirve de médula espinal molinera y geográfica a la provincia por lo que iré incluyendo sus molinos en las diferentes comarcas por las que discurre sin que específicamente haga un apartado para los molinos del gran río  salvo en el caso de Toledo capital.

Los esquemas intentan reflejar los muros que en muchas ocasiones se dibujan sólo en su trazado aproximado por la ruina total en que se encuentran que no permite más que vislumbrar su trayecto original sin que a veces sea ni siquiera posible adivinar donde se abrían sus puertas y ventanas.

Dado que los molinos han recibido diferentes nombres a lo largo de la historia he considerado más operativo numerarlos por orden, comenzando desde los que se encuentran en la cabecera de los ríos y arroyos. Considero que salvo pequeños molinos de ribera no documentados históricamente se reflejan en este trabajo un número de ejemplares que se acerca al 95 % de los molinos que han existido en la provincia de Toledo.

Las diferentes piezas que componen el edificio molinero se han señalado con iniciales que nos ayudan a identificarlas en los esquemas de las plantas: SM es la sala del molino donde se desarrollaba la molienda, H es habitación o dormitorio, Co representa la cocinilla, Z es el zaguán y Cu es la cuadra donde muchas veces se dibuja la situación de los pesebres.

Molinos de Puente del Arzobispo

COMARCA NOROESTE

CAMPANA DE OROPESA

Agrupa este primer apartado la Campana de Oropesa con los pueblos de Velada y Calera y Chozas. Comprende la zona oeste de la provincia limitada al norte por el río Tiétar y al sur por el Tajo.

Surcan las llanuras centrales de esta comarca arroyos de escasísima pendiente como el de Alcañizo o el de la Pontezuela, muy arenosos y por tanto poco apropiados para la instalación de molinos hidráulicos debido a las fugas de caudal que conllevarían sus largos canales. Es por esto que tenemos referencias de molinos de viento en Oropesa y Lagartera e incluso quedan restos del edificio en Torralba de Oropesa y en Velada.

En las pequeñas sierrecillas graníticas, como las del sur de Oropesa, o las de Navalcán, Parrillas y Velada, encontramos molinos de agua con escasa entidad que solamente molían en épocas lluviosas, aunque estos molinejos no tenían la suficiente entidad como para moler los cereales que antiguamente producían estas llanuras hoy adehesadas y dedicadas mayoritariamente a la ganadería. Esa capacidad molturadora se consiguió con las grandes paradas molineras que se construyeron a orillas del Tajo y alguna otra sobre el Tiétar.

El señorío de Oropesa fue tal vez la casa nobiliaria más beneficiada por instalaciones molineras de su propiedad. No sólo contaban con dos paradas en «Las Aceñas del Conde» ,sobre el Tajo al sur de su estado, sino que además los Álvarez de Toledo poseían los mayores molinos del Tiétar que más tarde se convertirían en  ALas Máquinas de Monteagudo» (Foto 16), nombre popular de una fábrica de harinas movida por turbina hidráulica[1]. También en el Tajo era dueña esta casa de los molinos de Silos, en el actual término de Calera y Chozas, y de los molinos de Cebolla que tenían una gran potencia molturadora. El escudo de su familia todavía se conserva hoy labrado en piedra en el pasillo de compuertas de las Aceñas del Conde en término de El Torrico (fig. 35).

Molino de Peña en Navalcán sobre el río Tiétar

Tanto los molinillos de arroyo como los de viento proporcionaban escasa potencia de molienda y es por ello que, desde Navalcán, Parrillas, Ventas de San Julián y La Corchuela,  iban a moler sus habitantes al  río Tiétar e incluso a las gargantas de la Sierra de Gredos. Las villas y lugares con una situación más céntrica en la comarca, como Oropesa, Calzada, Lagartera, Herreruela y Torralba, acudían tanto al Tiétar como al Tajo. Sin embargo, los núcleos de población situados al sur de la zona como Valdeverdeja, Torrico y Puente del Arzobispo no sólo contaban con las grandes aceñas y molinos de regolfo sobre el Tajo sino que también molían en más de una docena de pequeños molinos de muy diversa tipología situados en los arroyuelos cercanos.

Ya hemos aludido a los molinos cuya propiedad estaba en manos de la casa de Oropesa, pero también la Iglesia contaba con las grandes aceñas de «rueda mayor»[2], es decir de rueda vertical, que se encuentran situadas junto al casco urbano de Puente del Arzobispo y que financiaban y estaban administradas por el Hospital de Santa Catalina, instituido en esta villa por el fundador del pueblo, el arzobispo Tenorio (fig. 36). La rueda que simboliza a la santa se puede todavía ver sobre el dintel de la puerta de entrada de estas aceñas.

Los molinos del arroyo de Corralejo fueron propiedad del convento de la Purísima Concepción de Oropesa. El poderoso convento de San Clemente de Toledo era dueño de  los molinos de Azután[3]. Ya en el siglo XIV la Orden de Calatrava tenía los molinos de Calatravilla[4]cerca de la ciudad musulmana de Castros.

Cárcavos del molino de Peña en el Tiétar

Esta comarca cuenta con dos importantes molinos en el Tiétar, el molino de Peña en término de Navalcán ( Ti 4 ) tiene un regolfo en el exterior del edificio, al aire libre, y un cárcavo con otras dos cubas de regolfo separadas por un muro y no situadas cada una en su cárcavo como es habitual (Foto17). De estos dos regolfos el más cercano al río recibía desde la canal del otro un aporte suplementario de caudal a través de un saetín abierto en la pared. Por la existencia de orificios en el suelo puede deducirse la existencia de ejes suplementarios que probablemente habrían movido la maquinaria auxiliar. Es uno de los escasos ejemplos de molinos de regolfo no situados en el Tajo o en los ríos manchegos. Su arquitectura popular es granítica y abovedada como en el caso de las grandes paradas del Tajo.

Tanto este artificio como el molino de Montoya situado aguas arriba, en la orilla abulense, aprovechaban sus reculajes para la instalación de sendas barcas que facilitaran el paso de los clientes y viajeros desde las dos orillas.

Aguas abajo y casi en el límite de provincia se encuentra el molino de Monteagudo ( Ti 5 ). Es de dos piedras y de aspecto vetusto con el receptor ya cegado, aunque los cárcavos parecen haber alojado rodeznos. Como los otros ejemplares del mismo río es de arquitectura popular de sillarejo granítico. Junto a este molino se encuentra la fábrica de harinas a la que hemos hecho referencia más arriba, casi destruida en su interior por un incendio, sigue presentando el compacto aspecto de las construcciones protoindustriales del siglo pasado. Está servida por una presa oblicua de grandes dimensiones, que captaba íntegro el caudal del Tiétar para dirigirlo hacia la turbina que movía la maquinaria distribuida en cuatro niveles diferentes, uno en cada piso.

Fábrica de harinas movida por energía hidráulica en término de Oropesa sobre el Tiétar

En la pared ribereña del canal de esta fábrica aparece una curiosa salida lateral que alimentaba probablemente un rodezno complementario de la turbina. También junto al canal, encontramos un muro escalonado y una construcción circular casi metida en el cauce de la que desconocemos su función (Ti6).La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es escanear0026-1024x669.jpg

[1] GARCÍA GIL,O. y  FERNANDEZ ARROYO, A.: Oropesa, Señorío y Condado, pp 23- 56. VIÑAS, C. Y PAZ, R. : Opus cit. Ver AOropesa@.

[2] JIMÉNEZ DE GREGORIO, F.: Opus cit. Historia de la Villafranca….p.80.

[3] JIMENEZ DE GREGORIO, F.: Opus cit, Los pueblos de Toledo… ver A Azután@

[4] JIMENEZ DE GREGORIO, F.: Opus cit, Historia de la Villafranca...p. 80. JIMÉNEZ DE GREGORIO, F. : opus. cit. Los Pueblos de …ver APuente del Arzobispo@

[1] VIÑAS,C. y PAZ, R. : Opus cit.

[2] PORRES DE MATEO,J., RODRIGUEZ, H. y SANCHEZ, R. : Descripciones del Cardenal Lorenzana. Toledo, Diputación Provincial, 1986. En esta encuesta realizada a los párrocos del siglo XVIII, en su cuarta pregunta, aparecen los datos referentes a molinería en el capítulo dedicado a cada uno de los pueblos.

[3] ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL DE TOLEDO. Sección Catastro de Ensenada, Libros Maestros o Respuestas particulares de cada uno de los pueblos  de la provincia.

[4] MORENO NIETO, L. : La provincia de Toledo. Diputación Provincial de Toledo, Toledo 1960. Esta obra está organizada como un diccionario en el que los pueblos de la provincia aparecen por orden alfabético. En el apartado que se refiere a AIndustria, Comercio y Artesanía@ es donde aparecen los datos sobre molinería de cada localidad.

[5] JIMENEZ DE GREGORIO, F. : Los Pueblos de Toledo hasta finalizar el siglo XVIII. Publicados en tres tomos por orden alfabético en Toledo en los años 1962 (A-M), 1966 (N-S), y 1970 ( S-Y) respectivamente en Biblioteca Toledo.

Molino de arroyo en Valdeverdeja

ARQUITECTURA POPULAR PUEBLO A PUEBLO, CALERUELA

El granito y el adobe son los materiales constructivos más frecuentes en Caleruela

Esta pequeña población de la Campana de Oropesa cuenta con una arquitectura popular que todavía nos muestra numerosos edificios de interés.

Portada carretera típica de Caleruela. En este caso está enmarcada en ladrillo, aunque la mayoría se hacen de sillería en la zona

Se encuentra situada en las estribaciones de la pequeña sierra de la Ventosilla, formación granítica en cuya ladera norte se sitúan la mayoría de los pueblos de esta comarca.Todo el Campo Arañuelo es sumamente arenoso por lo que, aunque el adobe y el tapial es frecuente entre los materiales elegidos, es poco el barro de calidad disponible para levantar los muros con estos aparejos. Sin embargo, los materiales más empleados son la mampostería de granito en forma de sillarejo no muy trabajado, y sillares enmarcando portalones y huecos de las casas más pudientes.

Patio enlosado típico de Caleruela en una vivienda del siglo XVIII

Son muy características de esta comarca los portalones para el acceso de carros y vehículos con buena sillería y los característicos topes graníticos o cantoneras para evitar que los carros puedan rozarse contra las jambas. Como en toda la Campana de Oropesa, son frecuentes los patios solados con grandes lanchas de granito y su pozo del mismo material.

Rincón de arquitectura popular en Caleruela

El adobe y el tapial se utiliza, como viene siendo habitual en los pueblos que vamos mostrando, en el segundo piso destinado a trojes y pajares, así como en tapias de corrales, huertos y otras construcciones auxiliares.

Vivienda enteramente construida en granito con puerta carretera de sillería del mismo material.

Tenemos que señalar también la existencia de algún muro con esgrafiados y arquitecturas fingidas en sus muros.

Esgrafiado decorativo en una de las fachadas de Caleruela

Vemos en sus calles algunas rejas del siglo XVII y XVIII así como las llaveas y herrajes de puertas de Bernardo Igual, el herrero de Alcolea que las comercializó por toda la zona.

Llavera y tirador típico de la Campana de Oropesa, muchos de ellos obra de bernardo Igual

En el diccionario de Madoz informan de que a mediados del siglo XIX había tres calles y algunas «callejuelas». Y ya en 1960 la casa «suele estar construida de adobes, tiene la fachada enjalbegada y el tejado a dos vertientes con bastante inclinación. Consta de dos plantas. Las cuadras y los pajares suelen estar en las casas. La cocina es de lumbre baja y está provista de campana. como leña se utiliza la leña de encina»

Algunas apreciaciones parecen inexactas pues realmente predomina el granito, aunque el adobe se utiliza en trojes y construcciones auxiliares.