Archivo de la categoría: Rutas y Senderos

ASCENDIENDO LA GARGANTA TEJEA

 Ascenso por la garganta Tejea

Pozas en la Garganta Tejea

 Puede que el nombre de esta hermosa garganta, afluente de la de Alardos, derive de la existencia de tejos, especie arbórea hoy en remisión en toda la sierra. Nos podemos introducir en su alto recorrido siguiendo desde el Raso por la pista que lleva al castro vettón.

Puente sobre la Garganta Tejea

Siguiéndola hasta el final llegamos a una zona donde se puede dejar el vehículo y desde donde parte una senda que lleva hasta el puente Pinillos para después, cruzando el puente, seguir por la orilla oeste ascendiendo por la garganta. Pasada la vega de las Berceas (berzas) es mejor coger la senda que sube hasta unas majadas para después llegar a los Chozos de tío Domingo y la fuente del Brial. A partir de aquí el paisaje se va haciendo más árido con grandes canchales de piedra y llegamos a la vega del Zapato, desde donde poco antes sale una senda que asciende por la ladera de la izquierda, aunque luego se pierde. El final de la garganta es muy abrupto y su cauce desciende muy encajonado por la zona de los Barquetes.

Los Hermanitos de Tejea

El paseo es muy ameno, con el sonido de la garganta, los chozos, queseras y majadas, que nos encontramos en el trayecto, y las agradables pozas trasparentes donde podremos bañarnos. No es extraño que veamos cabras monteses.

Aquellos que lo deseen pueden subir por una vaguada hasta los Hermanitos de Tejea, dos picachos gemelos con vistas desde su cara oeste sobre un paisaje de gran belleza con despeñaderos impresionantes. Delante del más sureño de los dos picos se perciben los restos de la muralla de otro castro.

Majada de Braguillas

Podemos también subir desde el aparcamiento final por una pista que sale a la derecha hasta las pinturas rupestres y la majada de Braguillas, a la que igualmente se puede subir por un sendero desde el castro de El Raso.

En el plano solamente figura el trayecto que se realiza desde la pequeña zona de aparcamiento, pues desde El Raso, pasando por el castro, no hay pérdida ya que solamente debemos seguir la pista. Este aparcamiento del que hablamos es también el mejor lugar para darnos acceso a la cabecera de la garganta de Alardos.

 

Recorrido aproximado 11 kilómetros, 3 horas y media

Con subida a los Hermanitos de Tejea 5 horas

DISFRUTANDO LA GARGANTA BLANCA

DISFRUTANDO LA GARGANTA BLANCA

Garganta al principio de nuestro ascenso desde La Albarea

 La manera más fácil de acceder a la Garganta Blanca es tomar en coche la pista que sale poco antes de tomar la carretera de la ermita de Chilla, recorriendo unos ocho kilómetros y disfrutando de unas vistas magníficas sobre la garganta de Santa María y la garganta Lóbrega, entre hermosos bosques de pinos y robles. Cruzamos entre otros el arroyo Castañarejo, que puede merecer un paseo por sus riberas, y nos detendremos al final del camino, ya en el refugio de la Albarea, junto al puente de la Garganta Blanca.

Refugio de pastores bajo un bolo granítico

Desde allí podemos ascender por la orilla este, pasamos junto a los restos del llamado corral de las Monteses y seguimos, dejando a la derecha el abrupto arroyo de las Alamedas, hasta un pequeño cerrete con grandes bloques de granito en su cima, al que  llega la senda, y desde donde se contemplan magníficas vistas de la garganta Blanca y de la espalda del circo de Gredos. Enseguida encontramos los grandes bloques graníticos que distinguen las cabeceras de todas estas corrientes de la vertiente sur de Gredos.  Continuamos por la mal marcada senda que discurre entre los bolos berroqueños, quedando a la derecha el arroyo de las Cañas y poco después el arroyo de la Ribera que nace junto al risco del Fraile, que vemos elevarse solitario en la cumbre.

La garganta Blanca nace en la espalda del circo de Gredos en un paisaje granítico imponente

El camino se va haciendo cada vez más penoso y la corriente a veces desaparece bajo las grandes piedras. Llegamos finalmente a la zona de los Covachones, desde donde se levanta el gran macizo pétreo del circo. Arriba vemos a los Tres Hermanitos y su portilla, desde donde bajan en chorreras que cortan la piedra dos arroyos que dan origen a la Garganta Blanca. Antes hemos dejado a la derecha otro arroyo que nos permitiría subir hasta la portilla del Morezón con relativa facilidad. La zona de los Covachones es llamada así por las cuevas y grandes fracturas y grietas que han dejado con el tiempo el agua y la erosión. Los que estén preparados para el montañismo pueden incluso subir hasta la cresta del circo y ver abajo la laguna de Gredos.

Una de las bellas pozas de la garganta Blanca en su tramo bajo

Haremos después la segunda parte de la excursión. Apenas una hora de camino hay desde este mismo refugio de la Albarea hasta la conjunción de la garganta Blanca con la de Santa María, junto al puente del Camino al Puerto de Candeleda y el refugio del Rey.

Garganta Blanca desde la Hiruela Baja

Este tramos es un agradable paseo entre bosques serranos con la garganta despeñándose en pozas y chorreras muy bellas, siguiendo una senda bastante bien marcada que baja por la orilla oeste. La vuelta la podemos hacer subiendo por el camino del Puerto desde el puente del mismo nombre hasta el carril que viene desde el refugio de la Albarea, volviendo así al punto de partida.

Recorrido aproximado: Subida de la garganta, ida y vuelta 6 kilómetros, dos horas

Descenso hasta desembocadura, ida y vuelta 5 kilómetros, 1 hora y media

RECORRIENDO EL RÍO ARBILLAS EN GREDOS

RECORRIENDO EL RÍO ARBILLAS EN GREDOS

Es curioso observar que en la Sierra de Gredos a unas corrientes se las llama gargantas y a otras muy similares se las denomina río, sin que haya una causa clara que lo explique, pues regímenes y caudales son muy similares. Es el caso del río Arbillas, que cuenta con hermosos parajes y que está vinculado al pueblo de Poyales del Hoyo.

Chorreras en el Arbillas

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ASCENDIENDO A LA MIRA POR LOS GALAYOS

ASCENDIENDO A LA MIRA POR LOS GALAYOS

 Partimos desde Guisando por la carretera que sube por el valle del río Pelayos, que en su naciente se conoce como vertiente de Los Galayos. Llegaremos junto a un puente que se halla cerca de un campamento juvenil. Por él podremos acceder, si vamos con tiempo o en alguna otra ocasión, al llamado “Pino Bartolo”, un árbol singular de grandes dimensiones que vale la pena visitar por ser un pino albar de 500 años de antigüedad que se encuentra rodeado de los “bartolitos”, otros pinos que forman un ameno conjunto. El camino es empinado pero vale la pena subir por lo solitario del lugar y por haber sido acondicionada e indicada la senda recientemente.

Pino Bartolo

 

Pero volvamos a la ruta principal. A Los Galayos se accede por una senda que parte de El Nogal de El Barranco, lugar en el que se acaba la carretera y en el que se sitúa un monumento a la cabra montesa autóctona, la Capra Hispánica.

Poco después de pasar el refugio, un poco más arriba, unos indicadores nos llevarán a una majada de cabreros restaurada en la que podemos ver los edificios que tradicionalmente constituían estos conjuntos ganaderos. En primer lugar cuenta con el chozo en el que habitaba la familia, en el que observamos una piedra que sobresale del muro en el lugar donde se hacía el fuego, para evitar así que las chispas prendieran en el techo de piornos. Solamente alguna alacena completa la sencilla estructura de estas construcciones.

«La cabra» del Nogal del Barranco

También podremos ver la quesera, otra especie de chozo circular situado siempre en zonas umbrosas y por cuyo suelo de piedras discurría una corriente de agua que mantenía fresco el queso producido en estos puestos de cabreros. Se trata en realidad de una ingeniosa nevera que permitía a estos ganaderos conservar el queso para no tener que hacer continuos viajes para vender su producto a las zonas habitadas. También podemos ver un pintoresco horno de pan, cochineras y chivitiles para guardar los cerdos o los cabritos respectivamente, o el berengón, otra construcción cubierta de techo vegetal pero con planta rectangular donde se guardaban las cabras.

Horno del puesto rehabilitado en el puesto de

La subida hacia los Galayos es al principio relativamente suave, aunque tanto el piso de la senda, como la pendiente, nos lo van haciendo cada vez más difícil. Pero al llegar junto a Los Galayos no nos arrepentiremos del esfuerzo, pues el paraje granítico con sus elevadas agujas pétreas es sobrecogedor. Los aficionados a la escalada tienen grandes alicientes para la práctica de este deporte en aquellas verticales paredes de piedra y, tanto los montañeros como los excursionistas pueden alojarse en el refugio Víctory, donde podemos curiosear el el mundillo y el ambiente de los escaladores.

Macizo de los Galayos

Seguimos subiendo por una senda donde nos tropezaremos con las monteses, para llegar al refugio en ruinas de Los Pelaos, y un poco más allá, por las praderas y piornales de las cumbres, accederemos a La Mira, gran elevación de 2343 metros de altura, el segundo pico más alto de Gredos después del Almanzor y de los picachos que forman el circo de la Laguna Grande. En su cumbre se levanta todavía una pequeña atalaya construida a piedra seca desde la que disfrutaremos magníficas vistas panorámicas sobre ambas vertientes de Gredos. La torreta se levantó para hacer señales telegráficas luminosas con espejos cuando no había otros medios de comunicación. Las praderas y arroyuelos de estas alturas con sus impresionantes vistas panorámicas harán que nuestro esfuerzo sea rentable.

Recorrido aproximado 15 kilómetros ida y vuelta, 7 horas y media.

Berengón para guardar el ganado en el puesto de cabreros

Hay también en la zona este del término de Guisando un pino resinero de unos doscientos años llamado el pino de La Víbora, y cerca del pueblo, una antigua casa forestal se ha habilitado como Casa del Parque, un aula de interpretación de la Sierra de Gredos que se puede visitar todos los días menos los martes. Si seguimos descendiendo por el río Pelayos por debajo del caserío encontraremos una senda por su orilla oeste que nos llevará hasta la carretera de Arenas a Poyales, donde hay un merendero. Antes habremos pasado por la Charca Verde, un lugar de baño con encanto natural.

RUTA POR RIOCUEVAS A LAS CHORRERAS DE LA LANCHA

RUTA POR RIOCUEVAS A LAS CHORRERAS DE LA LANCHA

Embalse de Ríocuevas al comienzo de nuestra ruta

Este río nace de la espalda de los Galayos, desde donde se dirige en dirección sudeste hacia Arenas de San Pedro. Pasa por las majadas del Hoyuelo, y después por unas pintorescas chorreras por donde el agua se reparte en chorros y láminas de agua que discurren por el batolito granítico. Junto a estas chorreras se pueden observar unos magníficos ejemplares de pino autóctono, tal vez los más impresionantes de la sierra. Sigue después bajando el río por un cauce cubierto de cepellones.

Haciendo queso en un chozo, aunque los «reores» o moldes ya no son de esparto sino de plástico

Pero nosotros vamos a ascender desde Arenas y para ello comenzaremos nuestro recorrido desde la presa del mismo río que se encuentra junto a la salida de Arenas por la carretera de Guisando. Daremos un agradable paseo por las orillas del embalse subiendo hacia la cabecera de la presa, para después ascender por un camino que nos lleva a la carretera antes aludida.

Chorreras sobre La Lancha

Por ella iremos entre pinares, castaños y olivares hasta la población de Guisando que recorreremos hasta su salida por la pista asfaltada que lleva hacia el Nogal del Barranco. Junto al hostal que allí se sitúa, parte una pista que nos llevará hasta una explanada en la que hay una fuente con su pilón y un refugio. Allí tomaremos un camino que sube en dirección norte y llegaremos a cruzar un arroyo. Subiremos ese arroyo por la orilla sur y contemplaremos los ya referidos monumentales pinos autóctonos y unas chorreras que descienden lamiendo grandes bloques graníticos en un paraje singular.

La flórula en primavera es muy variada y abundante en nuestro recorrido

Por ese mismo camino podemos seguir unos dos kilómetros hasta un puesto de cabreros que conserva los chozos, berengones y otras construcciones tradicionales.

 Recorrido aproximado 18 kilómetros ida y vuelta, 5 horas

RUTA A LAS CUEVAS DEL ÁGUILA POR LOS LLANOS

 RUTA A LAS CUEVAS DEL ÁGUILA POR LOS LLANOS

Ermita al inicio de nuestra ruta

Hoy vamos a conocer ese primer núcleo habitado que dio origen a esta población de Arenas y también iremos a las famosas Cuevas del Águila, que se encuentran en el término de Arenas de San Pedro. 

Compuertas de las conducciones de agua del antiguo martinete de Juan Ruliere en Arenas de San Pedro

Desde el llamado puente romano de Arenas tomamos el camino que sale inmediatamente después de cruzarlo por la calle del Martinete, llamada así por haberse situado allí un martinete de batir cobre construido por el francés que fue director de las reales Fábricas de Seda de Talavera y alcalde de Arenas de San Pedro don Juan Rulière. Todavía se puede ver el canal que llevaba el agua hasta esta instalación industrial de siglo XVIII, aunque sus edificios ya han sido sustituidos por naves modernas.

Rótulo de la fuente de Las Brujas en el inicio de nuestro recorrido coincidente con la senda de los Pescadores

Seguimos el camino y dejamos a la derecha, en la otra orilla, las depuradoras de aguas residuales de Arenas. Vamos entre pinos y algunos robles con el monte muy agreste de la otra orilla. Llegamos a la confluencia con el río Pelayos y ascendemos por su orilla norte hasta un viejo puente por el que cruzaremos a la otra orilla para tomar después una senda que desciende paralela al río Arenas aunque bastante elevada sobre el cauce.

Senda de los pescadores por la pista que seguimos en nuestra ruta

Esa senda coincide durante un tramo con una pista forestal que deberemos abandonar para seguir de nuevo la senda que desciende hasta Los Llanos, antiguo despoblado habitado al menos desde el siglo XIV del que solamente se conservan las ruinas de la iglesia junto a un viejo puente desafortunadamente restaurado. A partir de ahí el río discurre por la vega entre regadíos y pequeñas parcelas de huerta hasta su desembocadura en el Tiétar.

Parajes del antiguo despoblado de Los Llanos

Seguimos después por la pista que nos lleva a las cuevas del Águila, descubiertas por unos niños jugando, aunque pusieron en riesgo su vida pues se les acabó la vela o candil que llevaban, y hubieron de buscar la entrada a tientas. Sus grandes salas, muy bien iluminadas, nos hacen disfrutar de una gran variedad de tonalidades en sus formaciones calizas y de caprichosas formas en sus estalactitas y estalagmitas, que a veces sugieren a la imaginación curiosas figuras. 

Restos de Iglesia de Los Llanos

Volveremos a Arenas por la carretera de Los Llanos, que llega a las elevaciones situadas al sur del casco, discurriendo entre parcelas de higueras, cerezos, olivares y huertos con buenas vistas sobre el valle del Tiétar. O también podemos volver siguiendo el margen izquierdo u oriental del río Arenas siguiendo la llamada Senda de los Pescadores que ya hemos descrito en otra entrada de este blog.

Una de las formaciones calizas de las Cuevas del Águila

 Recorrido aproximado 14 kilómetros, 3 horas y media más la visita a las cuevas del Águila

Flora en Arenas de San Pedro

SUBIDA AL PUERTO DEL PEÓN

SUBIDA AL PUERTO DEL PEÓN

En nuestra subida podemos observar el espaldar de los Galayos desde el camino al puerto del Peón

 Nace el río de Cantos en la zona del espaldar de Los Galayos, risquera de grandes agujas apropiadas para la escalada de la que hablaremos más adelante, y en las elevaciones cercanas al Puerto del Peón, hasta el que sube una senda que en algunos tramos se convierte en camino bien calzado, y cuyo recorrido es relativamente suave desde El Hornillo hasta coronarlo.

El brezo es la flora dominante en el camino de subida al puerto del Peón

Es también una bonita excursión en la que podremos disfrutar de unas hermosas vistas sobre la vertiente norte de la sierra y desde donde, si lo deseamos, en un paseo agradable por la cuerda también podremos acercarnos entre cabras monteses hasta la cumbre de La Mira.

Puerto del Peón desde La Atalayuelas

Cerca del pueblo y del inicio de nuestra excursión, el río Cantos cuenta con parajes de gran belleza y en él podemos disfrutar de pozas en un entorno pintoresco como el Charco Verde o la muy conocida charca de La Francisca, con una fuente dedicada a las truchas y por la que se pasa cuando por una carretera forestal nos dirigimos a los prados de Mingo Fernando, un paraje de los más accesibles si desde allí queremos ascender a otros lugares de la garganta o al espaldar de Los Galayos.

Puerto del Peón

También en el entorno del Hornillo se encuentra el Ríocuevas, en el que se encuentran unas hermosas chorreras sobre grandes moles graníticas por las que se desliza el agua.

Chorreras del Ríocuevas

Cerca de ellos en el camino de ascenso a las chorreras hay ejemplares de pino autóctono de grandes dimensiones.

Grandes pinos de Ríocuevas

A LOS PUERTOS DEL ARENAL Y LAS CABRILLAS

A LOS PUERTOS DEL ARENAL Y LAS CABRILLAS

 En ese tramo de la sierra de Gredos comprendido en el ámbito de este pueblo se encuentran dos de los puertos secundarios utilizados desde antiguo para trasponer de un lado a otro nuestra el espinazo de castilla, que dijo Unamuno.

Fuente en el camino del puerto del Peón

Se trata de los puertos de Las Cabrillas y el de El Arenal. En esta ruta vamos a pasar por los dos, y para ello partiremos desde el pueblo por la carretera, tomando un camino que va por debajo de ella, a la derecha, en parte del recorrido. Volvemos después a la carretera y subimos hasta el collado en el que se comienza a descender hacia “El Barranco” de las Cinco Villas. El camino que parte del collado es fácilmente transitable y por él podemos ascender hasta el puerto en dirección norte.

Puerto del Arenal

Allí contemplaremos unas magníficas vistas sobre la vertiente norte de la sierra Seguramente veremos ejemplares de Capra Hispánica, muy abundante en el entorno de los riscos cercanos de Las Morillas. A continuación tomaremos la cresta de la sierra, donde  para facilitar el camino es más fácil ir siguiendo las piedras que han colocado los pastores o los excursionistas en sitios visibles, mejorando así el tránsito entre los piornales.

La Cresta de Gredos entre el puerto del Arenal y el de las Cabrillas

Llegamos al puerto de Las Cabrillas, desde donde baja una empinada senda con muchas piedras acumuladas en ella que dificultan la deambulación. Llegaremos así hasta una de las pistas que ya con mejor piso desciende hasta El Arenal. Es una marcha con cierta dificultad, pero que nos dejará contemplar hermosas vistas a las dos vertientes y disfrutar de un agradable paseo por la cresta.

Chozo restaurado en el camino de vuelta hacia el puerto de El Arenal

 Recorrido aproximado 18 kilómetros, 6 horas

Desde el puerto tenemos otras opciones si queremos hacer alguna excursión de mayor recorrido. En primer lugar podemos descender por un camino que pasando cerca de una pequeña lagunilla nos llevará hasta el valle del naciente del Tormes y hasta el Parador Nacional de Gredos, el más antiguo de la cadena hotelera, donde podremos comer y recuperarnos de la marcha. Una posibilidad de hacer esta ruta muy cómoda es que un vehículo de apoyo vaya a recogernos a este parador o al pueblo de Navarredonda, que también cuenta con otros restaurantes y establecimientos hoteleros. 

Charco de los Nogales en el río Arenas. Podemos visitarlo en una pequeña desviación de nuestro recorrido

Otra opción es dirigirnos desde el puerto hacia el este, para acercarnos al paraje de La Rubia y desde allí, por un sendero bien marcado llegar hasta el puerto del Pico, disfrutando de unas magníficas vistas sobre el valle del Tiétar, ya que la ruta discurre por la cara sur.

UNA FIESTA EN SAN ESTEBAN Y UNA RUTA EN SANTA CRUZ

UNA FIESTA EN SAN ESTEBAN Y UNA RUTA EN SANTA CRUZ

El «Vitor» de San Esteban

En cuanto a las fiestas, hemos de destacar el «Vítor» del pueblo de San Esteban, que se hace en honor de San Pedro Bautista, santo local que fue martirizado en la ciudad japonesa de Nagasaki. Durante la celebración se recorre la calle de noche con caballerías precedidas del estandarte y proclamando las virtudes del santo de hoguera en hoguera, mientras los vecinos ataviados con un pañuelo rojo a la cabeza se mantienen en silencio, para finalizar con una carrera de los caballos subiendo las empinadas callejuelas del pueblo a galope hasta la iglesia. Hay un «Vítor» en verano y otro en invierno con algunos matices en los rituales, pero lo que es curioso es que  esta fiesta se celebra con ligeras variaciones en el resto de los pueblos del valle en honor de sus respectivos patrones, ya sea un santo o una virgen determinada.

Ermita de San Pedro Bautista

En Santa Cruz, por ejemplo, se celebra en honor del Santo Cristo Arrodillado y también tienen otra fiesta en la Pascua de Resurrección muy parecida a la monda de Mombeltrán, pues se come el mismo tipo de pan relleno de productos de cerdo, aunque aquí ya no se llama “monda” sino “la Merendona”.

Púlpito de la Iglesia de San Esteban

En cuanto a la gastronomía, todo el valle destaca por los dulces, que se suelen elaborar sobre todo en las fiestas respectivas con algunos de ellos muy peculiares, como los nuégados de San Esteban: dulces de navidad hechos a base de nueces, miel y oblea, o el boruco, elaborado con los calostros primeros de la vaca, además de otros más comunes como los panetes o el hornazo dulce. La caldereta de chivata, la cachuela de la matanza o las migas son platos comunes a todo el barranco.

LA EXCURSIÓN

 Al mirador de La Abantera

Vista panorámica desde el mirador de La Abantera, con el valle del Tiétar en primer término, Talavera y el valle del Tajo en medio y la Jara Alta al fondo

 Vamos a subir desde Santa Cruz hasta un paraje con vistas privilegiadas, El risco de La Abantera, desde donde se puede observar una vista panorámica impresionante sobre el valle del Tiétar y la Sierra de San Vicente. Abantera es tanto como decir buitrera y por tanto no será extraño que nos encontremos sobrevolando el paraje a alguna de estas aves carroñeras.

Vista desde el risco de La Abantera. Detrás el humo del gran incendio que aquel día asoló el oeste del término de Mombeltrán.

Partiremos desde Santa Cruz para ir ascendiendo por pistas situadas en la ladera este del valle, donde se encuentran todavía bastante bien conservadas masas forestales de pinos, robles, alisos, fresnos y castaños que hacen muy agradable el paseo por sus veredas, en las que se están señalizando algunas rutas.

Aunque el recorrido se alarga por las vueltas y revueltas que dan los caminos para llegar a las cumbres, se hace cómodamente por ser pistas en muy buen estado. No es extraño que nos crucemos con cabras monteses.

 Recorrido ida y vuelta unos 23 kilómetros, 5 horas y media.

CAMINO DE LOS ARRIEROS DE VILLAREJO AL PUERTO DEL PICO

Camino de los Arrieros de Villarejo al Puerto del Pico

Camino de los arrieros

 En cuanto a las rutas de naturaleza que se pueden hacer en este pueblo del “Barranco”, una de ellas es el Camino de los Arrieros que asciende hacia el puerto del Pico por un trayecto alternativo a la cañada, entre pinares y castañares. Se utilizaba antiguamente para subir vino, aceite y frutas a la vertiente norte de la sierra mientras que de vuelta los arrieros traían con sus reatas de mulas y sus carros el cereal que se hacía harina en los muchos molinos del valle. En los años de la posguerra, el estraperlo hacía que esta vía menos vigilada se utilizara con más frecuencia.

Vistas desde el camino de los Arrieros con el Torozo al fondo

Partimos por el camino que se inicia junto al rollo jurisdiccional. Va ascendiendo entre pinos, para seguir después su recorrido por un cortafuegos y un tramo del propio camino que también se encuentra muy bien calzado, hasta el punto de pensar si no sería también un ramal de la propia calzada romana, a la que llegamos finalmente. Podemos fijarnos en su estructura, su piso esmeradamente dispuesto, sus pétreos mojones que orientaban al viajero en la época de nieve, sus alcantarillas y quites para el agua de lluvia, o incluso un puente.

La calzada cuenta con numeroas alcantarillas y algún puentecillo sobre arroyos

Poco después accedemos a la carretera que tomaremos en dirección este hasta tomar una pista asfaltada que parte de la misma curva pronunciada de la carretera. La seguimos menos de un kilómetro hasta llegar a la fuente de la Lancha de la China. Allí tomaremos a la derecha un nuevo camino que desciende hacia el valle.

Tramo de la calzada romana que debemos recorrer en la ruta

Podemos ir a la zona de pic-nic de Los Rozos, entretenernos recorriendo las sendas que bajan paralelas al arroyo entre huertos y castañares con sus viejas construcciones, o simplemente bajar según indica el plano hasta llegar de nuevo a Villarejo.

Barranco de las cinco villas con Cuevas del Valle abajo

 Recorrido aproximado 8 kilómetros, 2 horas y media.