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PATRIMONIO OROPESANO 1, LA IGLESIA Y «LA COMPAÑÍA»

PATRIMONIO OROPESANO

LA IGLESIA

Portada plateresca de la iglesia de Oropesa

La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción conserva algunos elementos constructivos de comienzos del siglo XVI e incluso de finales del XV, época en la que existen documentadas reformas del templo por el IV señor de Oropesa. Esta parte más antigua estaría representada en la torre de las campanas por sus balaustres renacentistas y los pináculos y las gárgolas góticas que la adornan.

Según una tradición, un rayo provocó el derrumbamiento de gran parte del edificio, lo que supuso nuevas obras de reconstrucción promovidas por el III conde, don Fernando, que concluyeron en 1613 como reza una inscripción. Las obras las dirigió el discípulo de Juan de Herrera, Francisco de Mora, simultaneándolas con las de la Capilla de San Bernardo, y su aspecto más representativo es el pórtico sur del templo.

Iglesia de Oropesa. Fachada sur

Se trata de una iglesia con planta de cruz latina que presenta en el exterior altos contrafuertes. Tiene ábside poligonal de cinco paramentos y cuatro capillas laterales. El mayor interés del edificio radica en su portada oeste, una buena obra renacentista con los blasones de los Álvarez de Toledo y de los Pacheco-Figueroa y decoración plateresca de columnas y flameros. Enfrente se perciben todavía los restos de los arcos que debían sostener el pasadizo inacabado por el que hubieran accedido los condes a la iglesia desde el Palacio Nuevo.

Detalle de la portada de la iglesia de Oropesa

El mobiliario y las obras de arte del interior han sufrido diversas vicisitudes a lo largo de la historia. Parece que el retablo original de la capilla mayor estaba muy deteriorado y se sustituyó a finales del siglo XIX por otro neogótico que actualmente se encuentra en la iglesia de Velada. Éste a su vez, fue reemplazado en Oropesa por el que luce actualmente, procedente de la parroquia de Santiago en la villa abulense de Arévalo, cerrada al culto por las vicisitudes de la Guerra Civil. Las imágenes de Santiago, San Pedro y San Nicolás de Bari también proceden de dicha iglesia. En el centro se halla la imagen de la Asunción, titular de la iglesia y parece que los dos cuadros que se sitúan actualmente junto al acceso de la sacristía pertenecían al retablo original. Enfrente de esta puerta se encuentra el altar de San Alonso de Orozco con frontal de cerámica talaverana  de Ruiz de Luna. Otros cuadros y retablos de los diferentes altares y capillas proceden de templos y conventos desaparecidos en el señorío, como Guadyerbas Alta y Baja, Rosarito, San Bernardo etc.

En esta iglesia se custodian los restos de don Francisco de Toledo, virrey del Perú, y los  de algunos de los señores de Oropesa, como es el caso de los segundos condes que reposan bajo dos losas de mármol cerca de la entrada a la torre de las campanas.

Edificio de «la Compañía» en Oropesa

«LA COMPAÑÍA»

En el perfil monumental de Oropesa destaca otro gran edificio que se recorta en el cielo. Se trata de la llamada Capilla de San Bernardo, una enorme mole construida en buena sillería y fundada por Francisco de Toledo, Virrey del Perú, para ser enterrado en ella y ofrecer los servicios religiosos a los alumnos del anejo colegio  menor de jesuitas que también él instituyó, aunque en principio a la Compañía no le parecieron bien sus condiciones y lo abandonaron, para volver cuando el heredero de don Francisco y conde de Oropesa, don Juan Álvarez de Toledo, llegó a un acuerdo con los jesuitas.

Esta capilla debía haberse construido a la vuelta de América del virrey en 1581, pero su caída en desgracia ante Felipe II, que llevó a su encarcelamiento y muerte, retrasó las obras hasta comienzos del siglo XVII. Fueron también dirigidas por Francisco de Mora, discípulo de Herrera y principal ayudante suyo en El Escorial.

La cúpula de la capilla mayor de «la Compañía

La edificación tuvo algunos contratiempos y problemas de presupuesto que llevaron incluso al encarcelamiento del contratista. Esa precariedad fue probablemente la causa de la finalización en ladrillo de la gran cúpula que debería haberse fabricado en piedra, y éste fue precisamente el lugar por donde comenzó la ruina de la capilla, condicionada también por la expulsión de los jesuitas. Se cerró y volvió a abrir al culto en varias ocasiones por las guerras y desamortizaciones del siglo XIX. En 1930 el Duque de Frías, cuya casa se había vinculado a la capilla e incluso había alojado aquí su archivo hasta su traslado a Montemayor, en Córdoba, cedió la propiedad de la misma a la parroquia de Oropesa. Unos años más tarde se desmanteló todo el maderamen, retablos, puertas y ventanas quedando solamente la estructura pétrea del templo que llegó a tener hasta ocho capillas decoradas con magníficos cuadros y retablos además de un rico ajuar. La plata era abundante, como no podía ser de otra manera en una iglesia patrocinada por el Virrey del Perú, e incluso las campanas tenían en su composición una aleación muy rica en este metal. Su biblioteca era muy variada y valiosa, albergando además el archivo de la casa ducal de Frías.

Portada de la iglesia de «la Compañía»

Destaca en la construcción su gran altura y lo sobrio de su decoración arquitectónica con grandes superficies graníticas apenas interrumpidas por sencillos vanos rectangulares. Solamente en la fachada oriental encontramos una sencilla portada renacentista con una hornacina que alberga una cruz que a los lados presenta los escudos de la casa de Oropesa y en las alturas una sencilla espadaña como remate en cada lateral del frontón. Otras dos espadañas más sencillas se levantan detrás sobre dos contrafuertes.  El interior tiene planta de cruz latina con una sola nave de grandes proporciones y capillas laterales que se comunican entre sí. La capilla mayor estuvo adornada por un gran cuadro de Ricci de grandes dimensiones, representando a San Bernardo recibiendo la leche de la Virgen en un magnífico marco de madera labrada. Delante se instaló un cimborrio con adornos dorados. El edificio ha sido recientemente restaurado.

Fachada de «la Compañía» en Oropesa