Archivo de la categoría: Arte y patrimonio

TALAVERA DESDE LA OTRA ORILLA EN EL SIGLO XVI (y4)

TALAVERA DESDE LA OTRA ORILLA EN EL SIGLO XVI (y4)

Puerta del Río y Molinos del primer ojo del puente
Puerta del Río y Molinos del primer ojo del puente

9.-PUERTA DEL RÍO  Y MOLINOS

Podemos observar claramente la Puerta del Río, una de las puertas principales del primer recinto amurallado, pues daba paso al puente que comunicaba a la villa con sus tierras de La Jara. Está flanqueada por una torre que la protege, aunque no es tan monumental como lo eran las puertas de Mérida y San Pedro. Tal vez lo que parece un blasón de grandes proporciones a la derecha de la puerta podría intentar ennoblecer esa importante entrada de Talavera junto a la residencia de los señores de la villa, los arzobispos de Toledo que residían en el alcázar, aunque también podría ser una puerta de entrada a las dependencias palaciegas.

Destacan también dos edificios simétricos junto al inicio del puente. Se trata de los molinos que aprovechaban el primer ojo del puente viejo. Pertenecieron al ayuntamiento pero hubo intentos de aprovecharlos por parte de la nobleza talaverana, aunque  hubo  regidores que lo impidieron defendiendo los intereses de la villa.

Cada uno de los molinos cuenta con dos edificaciones paralelas y entre las dos se perciben dos salidas del agua. Esa estructura nos hace pensar en que se trata de molinos de rueda vertical, es decir aceñas, aunque ya en esa época había molinos de los llamados «de regolfo», una especie de turbina primitiva que aprovechaba la fuerza centrífuga del agua y no el movimiento de las paletas impulsadas por el agua que movía a las ruedas verticales. Las casas son de considerable altura para salvar las crecidas y para alojar en el piso de abajo el engranaje de los ejes que cambiaba el movimiento vertical de la rueda en el giro horizontal de las piedras molederas. También se puede ver una rampa que da acceso al segundo molino dejando pasar por debajo el agua que sale de los cárcavos del primero. También es de señalar que, aunque se trata de molinos junto a un gran río con subidas considerables de nivel, no estén abovedados como suele suceder en otros, sino que se encuentre cubierto simplemente con teja árabe.

Por detrás de la puerta del Río y casi alineada con ella se ve otra puerta de grandes dimensiones que probablemente es la de San Pedro, con la plaza del Comercio (del Reloj hoy) por detrás. A la derecha y marcada con una «F» se ve la entonces modesta espadaña de la iglesia de San Francisco, por aquella época convento franciscano. Más a la derecha también se representa el convento de la Trinidad.

Puente Viejo y Molinos de Arriba.
Puente Viejo y Molinos de Arriba.

EL PUENTE VIEJO

Aunque nos referiremos más extensamente a los molinos y el Puente Viejo en próximos capítulos, vemos en el dibujo de Wingaerde que ya entonces presentaba la construcción un aspecto lamentable con reparaciones de de vigas y tablones en todo su recorrido. En primer lugar se observa un derrumbe justo en el arco en el que cambia de dirección y que actualmente también se encuentra caído en el lado aguas arriba.

Se han pintado numerosos viandantes que portan lo que podrían ser cañas de pescar o lanzas. En el río se percibe la corriente sobre el azud o presa que derivaba el agua hacia los molinos del primer ojo del puente.

También contemplamos en su recorrido el edificio de los llamados Molinos de Arriba, que pertenecieron a los jerónimos y sobre los que hoy se asienta la vieja central eléctrica. Como sucede hoy día, uno de los ojos del puente sirve para que salga el agua del cárcavo del artificio. El edificio se presenta como de considerable envergadura y también cubierto con teja. En la fachada se ve lo que parece una gran puerta que daría paso a un zaguán.

Frente al molino se observa en el caserío de la villa una serie de torres y lienzos de muralla que en su mayoría se hayan hoy derribados y que parecen representar las torres y puertas en torno al alcázar en el entorno de las calles Carnicerías y Pescaderías.

Más al norte se puede ver la iglesia de San Lázaro, aunque yo más bien pienso que es la de Santa Leocadia con dos torres y una puerta de entrada de buenas dimensiones. Ya fuera de las murallas se ve la ermita de San Juan hoy desaparecida pero que sigue dando nombre al barrio situado entre las calles Trinidad y Matadero. Acabamos el recorrido del puente sobre nuevos arcos arruinados y una presa levantada en la actual zona de La Presilla para proteger el puente de una mayor destrucción

Alcázaba de Talavera en el dibujo de Van der Wingaerde
Alcázaba de Talavera en el dibujo de Van der Wingaerde

EL ALCÁZAR

La representación de la alcazaba en este dibujo es, junto a un plano levantado de sus ruinas por las tropas francesas en la Guerra de la Independencia, la que más datos puede aportar sobre este importante monumento talaverano lleno de historia.

Por delante del noble edificio se puede ver un puentecillo sobre el arroyo Papacochinos que desembocaba en sus inmediaciones. Detrás se percibe la pequeña la muralla de altura más baja que formaba la barbacana. Hoy día podemos ver excavado ese espacio junto al muro sur del alcázar, conocido hoy como huerto de San Agustín porque sobre sus ruinas se fue acumulando tierra y se hizo la huerta del convento al que se accedía por el arco restaurado hace unos años.

En la fachada principal se ven tres grandes ventanales por donde se habrían asomado los arzobispos y reyes que se alojaron con frecuencia en sus dependencias palaciegas. A la derecha de estos huecos vemos una torrecilla y tras la muralla un aguilón de un edifico de buenas proporciones.

Al oeste del alcázar se dibuja la que por confusión el pintor llama de Toledo y en realidad es la Puerta del Sol que también daba nombre a la calle actual por encontrarse orientada a saliente o también la puerta de Pescaderías, pero en ningún caso estaría la puerta de Toledo tan al sur del recinto, aunque el dibujante confunde a veces el primer y segundo recinto amurallado.

Al fondo ha representado la Puerta de Zamora marcada con una “R” flanqueada por sus dos antiguos torreones pero su situación se ha desplazado demasiado al este.

El-prado-con-la-ermita-de-la-virgen-y-la-ermita-de-San-Joaquin-y-Santa-Ana
El-prado-con-la-ermita-de-la-virgen-y-la-ermita-de-San-Joaquin-y-Santa-Ana

ARRABALES Y EL PRADO

Fuera del recinto amurallado se extienden los arrabales de la villa que en el lado oriental se continúan con el Prado. El dibujo deja ver el camino que venía de Madrid los arroyos que circulaban entonces por sus inmediaciones y que daban la frescura a los prados, así como a la orilla del Papacochinos la ermita de San Joaquín y Santa Ana situada sobre lo que hoy es el aparcamiento subterráneo junto a los jardines. Más tarde, el arroyo pasa bajo un puente junto a la muralla. En la esquina superior izquierda se ve un edificio que podía corresponder al antiguo humilladero.

Al fondo se ve la ermita de la Virgen del Prado con una construcción más modesta que se ampliaría con las reformas de los siglos XVII y XVIII. Se ven restos de las alamedas pero da la sensación de ser menos ricas en arbolado que las que posteriormente conocimos salvo en las islas.

TALAVERA DESDE LA OTRA ORILLA EN EL SIGLO XVI ( 3)

7.-MURALLA DE LA ZONA DEL ACTUAL PUENTE DE HIERRO

Muralla en la zona del actual puente de Hierro y la Colegial
Muralla en la zona del actual puente de Hierro y la Colegial

La muralla ribereña se conserva mucho mejor que en la actualidad pues hoy día apenas un pequeño tramo del lienzo se mantiene aguas abajo del puente de Hierro.

También se percibe el inicio de de la barbacana justo al lado de la puerta de la muralla que se encontraba al final de la calle Jose Luis Gallo frente al puente de Hierro. Se ve arruinada con un torreón que la proteje pero con una senda que sube a ella desde la orilla del río Tajo.

Puerta de la muralla situada en la zona situada por delante del ambulatorio
Puerta de la muralla situada en la zona situada por delante del ambulatorio

Por detrás de la muralla estamos ante la parte más rica del caserío como se puede observar por las casas de varias alturas, dotadas algunas con galerías de arquillos rebajados en el último piso a las que ya nos hemos referido.

La colegial muestra sus arbotantes y el gran rosetón de la entrada, aunque la disposición de la fachada es bastante diferente que hoy día. No estaba construida la torre actual y solo tenía el templo una pequeña torrecilla situada más al este y al sur del templo. La otra torre alargada y almenada en su culminación parece más bien una de las torres de algún palacio señorial (Girones?) que se construyeron en las ciudades españolas durante el siglo XIV y XV. Más a la izquierda y marcado con una «Y» se ve un edificio de mayores dimensiones que los circundantes y que señala Van der Wingaerde como palacio de Juan Laca do Strado y que podría corresponder al palacio de Juan Duque de Estrada Aquí residieron personajes destacados, entre ellos Juan Duque de Estrada, caballero que participó en el cerco de Granada y una vez conquistada la ciudad, se le nombró embajador de los Reyes Católicos ante el Papa Inocencio VII.

La Colegial dibujada por Van der Wingaerde en el siglo XVI, obsérvese la torre diferente de la actual que se levantó en el siglo XVIII
La Colegial dibujada por Van der Wingaerde en el siglo XVI, obsérvese la torre diferente de la actual que se levantó en el siglo XVIII

Al norte, pero ya en el extrarradio de la ciudad señala el pintor con una «K» un edificio como «S Talm», aunque el parecido del edificio y lo que parece una espadaña nos recuerdan al edificio de Santa Apolonia, pero con el inconveniente de que debería haberla situado más al noroeste de la ciudad.

Muralla ribereña en la zona del lagar y entorno de los jeronimos
Muralla ribereña en la zona del lagar y entorno de los jeronimos

8.- MURALLA DE LA ZONA DEL LAGAR Y ENTORNO DE LOS JERÓNIMOS

Seguimos nuestro recorrido y vemos cómo el río casi lame la muralla, por lo que no parece que esa ribera permitiera el paso cómodo de viandantes entre el muro y el río. En uno de los lienzos del muro se observa más marcada la sillería primitiva de la muralla.

Al fondo se señala con una «D» la torre de la iglesia de San Miguel y por delante de ella lo que puede ser la fachada del convento de la Madre de Dios donde se enterró a Fernando de Rojas, autor que también señala en su testamento que era dueño de unas casas entre la Colegial y el río, que bien pudiera ser una de las que dibuja Van der Wingaerde.

Con una «C» se señala la iglesia de San Pedro que ocupaba hasta su derribo el solar de los actuales almacenes de «Moro».

En este tramo del río ribereño de la ciudad tenía el concejo regulada la pesca con caña, practicada especialmente por los fijosdalgo de la villa, como nos descubre Pedro Gayarre en su excelente trabajo sobre el urbanismo talaverano en la época. Vemos más adelante cómo en el dibujo aparecen varios personajes con caña al hombro en el puente.

Iglesia en obras del monasterio jerónimo de Santa Catalina, por delante el mal llamado claustro de los canónigos
Iglesia en obras del monasterio jerónimo de Santa Catalina, por delante el mal llamado claustro de los canónigos

La orilla del río en el tramo ribereño frente al monasterio de Santa Catalina nos muestra algunos datos curiosos. Aparece la puerta de Nazar aunque no se percibe la torre que se adentraba en el río para mediante una rueda de cangilones subir agua a una huerta de los frailes y que probablemente era sucesora de otra rueda musulmana similar a la Albolafia de Córdoba que aún hoy se puede ver restaurada y nos puede dar una idea de cómo era la de Talavera. Esa torre sin embargo sí se puede ver en una fotografía de Ruiz de Luna de principios del siglo XX.

Delante del edificio de la iglesia del monasterio se observa el claustro mudéjar de los jerónimos que perece actualmente víctima de la incuria de nuestra ciudad y sus gobernantes con el patrimonio y que erróneamente se ha venido en denominar «claustro de los canónigos»

La iglesia estaba siendo en el momento de hacerse el dibujo reparada en su techumbre con una curiosa grúa para ejecutar las obras.

La que pudiera ser puerta de nazar de la muralla, rematada por un casetón
La que pudiera ser puerta de Nazar de la muralla, rematada por un casetón

A la derecha, aunque es difícil la interpretación, podemos ver un tramo de muralla que podría corresponder al primer recinto y la placita con viandantes podría ser la que hoy conocemos como plaza del Reloj. Al fondo se puede observar el que sería segundo recinto amurallado. Señalada con una «x» se ve una gran torre fortificada que corresponde al palacio del capitán Salcedo.

TALAVERA DESDE LA OTRA ORILLA EN UN DIBUJO DEL SIGLO XVI (2)

TALAVERA DESDE LA OTRA ORILLA EN UN DIBUJO DEL SIGLO XVI (2)

Segunda entrega de vistas parciales de Talavera del dibujo de Van der Wingaerde comentadas Portiña, puente Moris, Entretorres y oeste de la villa

El puente Moris y la desembocadura de La Portiña en el dibujo de Van der Wingaerde
El puente Moris y la desembocadura de La Portiña en el dibujo de Van der Wingaerde

4.-LA PORTIÑA

Las casas más orientales del barrio sufrirían a veces los embates de La Portiña cuando se desbordaba y por eso el mismo Rulière se comprometió a canalizarla en el siglo XVIII e hizo obras a su costa a cambio de obtener del concejo un pequeño olivar cercano.

Vemos la desembocadura del arroyo en el Tajo con algunas casas que jalonan su ribera construidas también con una sola altura y en la parte superior de las fachadas boquerones para introducir la paja en las trojes o simplemente ventanucos. Una manzana triangular con algunos huertos ocupa un espacio parecido al que hoy día se encuentra entre las calles actuales de Entretorres y Grisetas.

Si subimos aguas arriba de la Portiña vemos en el grabado un pequeño puente que salva el arroyo. Es el conocido como Puente Moris y se encontraba junto a la llamada actualmente «cuesta de la Felipota» cerca de la Puerta de Mérida.

Según algún cronista debía este nombre a un suceso luctuoso sucedido en sus inmediaciones y que tuvo como protagonista a un personaje, tal vez francés, que se llamaba Moris, nombre que tal vez venga de Maurice. Se puede también ver en una fotografía de Ruiz de Luna de este paraje con lavanderas en el arroyo a principios del siglo XX.

Lavanderas-en-la-portina-aguas-abajo-del-puente-Moris-a-la-izquierda y señalado con una flecha
Lavanderas-en-la-portina-aguas-abajo-del-puente-Moris-a-la-izquierda y señalado con una flecha

Nos cuenta Pedro Gayarre que en la época eran frecuentes las quejas de los vecinos por los vertidos a la Portiña de alpechines y vertidos de los tintes y tenerías por los olores y la insalubridad que ocasiónaban.

Al fondo se ve el enorme edificio del convento dominico de San Ginés fundado por el obispo García de Loaysa, confesor de Carlos V, y que hoy conocemos como el colegio de la Compañía de María.

Un elemento a destacar en el dibujo es la torrecita de la cabecera del templo, hoy inexistente. Sí se ve sin embargo la portada que actualmente está cubierta por el corredor de entrada del colegio.

En el entorno del propio monasterio se perciben viviendas y construcciones de mayor entidad,  con dos o tres alturas.

Zona de Entretorres l en el dibujo de Van der Wingaerde
Zona de Entretorres l en el dibujo de Van der Wingaerde

5.-ENTRETORRES

En nuestro dibujo de Talavera de hace casi quinientos años percibimos mejor conservadas las murallas de Entretorres y su entorno semiexcavado recientemente por los arqueólogos. Se ven las dos torres albarranas restauradas hace unos años pero la puerta de Mérida no se dibuja, ya sea por la perspectiva o porque la oculta una de las torres albarranas, porque la tercera torre representada en el dibujo parece más bien una de las de la calle del Charcón y no la monumental puerta de Mérida.

Se mantenía entonces todavía la barbacana, el muro previo de menor altura que se observa por delante la muralla.

Entre el caserío se ve el campanario de una construcción religiosa que puede ser la iglesia de San Clemente que da nombre a una calle en la actualidad. Parece ser la que señala equivocadamente Van der Wingaerde como «San Felipe». Más al norte y pegada a la muralla se ve la torre primitiva de la iglesia de El Salvador y otra de las torres albarranas de la muralla que bien puede ser una de las de La Corredera.

Oeste de la villa en el dibujo de Van der Wingaerde
Oeste de la villa en el dibujo de Van der Wingaerde

6.- OESTE DE LA VILLA

La zona de tono verdoso puede corresponder al huerto del convento de las «benitas» con una torre por delante que podía ser la iglesia del monasterio. A su derecha se observa una torre almenada arruinada con una pequeña muralla. Marcada con una «H» se puede ver la iglesia de San Miguel, con la torre que aún se mantiene en pie, como sucede con la entrada porticada que está siendo utilizada en la actualidad como vivienda. También se pueden ver una torre de grandes dimensiones con lo que parece el hueco que correspondería a una puerta, y otra más pequeña, ambas situadas en el segundo recinto amurallado en lo que hoy sería la Portiña de San Miguel

Muchas de las viviendas de la ciudad cuentan con la típica galería superior de las muchas casas renacentistas que se observan en el dibujo.

Al fondo se ve la atalaya de Segurilla.

TALAVERA DESDE LA OTRA ORILLA EN EL SIGLO XVI (1)

TALAVERA DESDE LA OTRA ORILLA EN EL SIGLO XVI

EL AUTOR DEL DIBUJO

El conocido dibujo de Anton Van der Wingaerde es un documento de gran valor pues nos muestra una vista de Talavera en el siglo XVI que, aunque idealizada y modificada por necesidades de la perspectiva, nos ofrece casi una fotografía de Talavera hace más de 450 años que nos aporta numerosos datos sobre el urbanismo, los monumentos y la arquitectura tradicional de nuestra ciudad.

El autor, nacido en Amberes, es un pintor desde 1561 en la corte de Felipe II al que se encomendó la descripción corográfica de las villas y ciudades más importantes de España después de haber viajado por Europa con los ejércitos del rey representando batallas de sus ejércitos como la de San Quintín. Se le atribuyen otras obras como una de las primeras vistas de Londres. También hay quien sospechaba por la precisión y detalle de sus obras que Antonio de las Viñas, como se le conocía en España, era un espía de los Paises Bajos, donde nació.

Ermita de la Magdalena en el dibujo de Vander Wingaerde
Ermita de la Magdalena en el dibujo de Vander Wingaerde

1.- LA MAGDALENA

La ermita de la Magdalena se hallaba junto al camino del cementerio y fue un magnífico templo mudéjar del siglo XIII junto al que se alojaron en un principio los frailes del también desaparecido convento de franciscanos observantes, hasta situarse después junto a la actual iglesia de San Francisco.

Para los que nos gusta ver a Talavera como el escenario de La Celestina, tal vez sea esta la Magdalena donde Calixto oía misa al alba.

Hace unos años excavaron sus restos arqueológicos que se encontraban bajo la casa de una huerta en el paseo de los Leones junto al polideportivo. Lamentablemente sobre sus muros y cimientos se ha echado zahorra para la instalación del circuito de bicicletas anejo al polideportivo sin ni siquiera un rótulo que recuerde su existencia.

En la imagen podemos observar el templo en el extremo occidental de la pintura. Es una edificación de estilo mudéjar, como se vislumbra por su ábside en el dibujo. Tiene una espadaña a los pies del templo y se adivinan pequeñas ventanas en el muro meridional, con algún edificio adosado.

En su entorno se observa abundante vegetación y no debemos olvidar que tradicionalmente fue en ese lugar donde se situaba una arboleda que en diversas épocas históricas se utilizó como zona de paseo. Incluso Rulière, el director de las Reales Fábricas de Seda impulsó allí un parque en el siglo XVIII con una fuente para el disfrute de los talaveranos. También se puede ver un regato que desemboca en el Tajo y alguna casa en el extrarradio de la ciudad.

Santiaguito en el dibujo de Vander Wingaerde
Santiaguito en el dibujo de Vander Wingaerde

2.- SANTIAGUITO

Este edificio sí se encuentra todavía en pie y ha sido restaurado. Es uno de los más hermosos monumentos del mudéjar talaverano y se diferencia de la desaparecida ermita de la Magdalena en que tenía la espadaña en la cabecera del templo y no a los pies como ella.

Esta iglesia se habría encuadrado en lo que algunos autores denominan el románico en ladrillo, la forma más arcaica del mudéjar, aunque todavía existe cierta confusión con la terminología que hace referencia a ese estilo de la arquitectura cristiana de influencia musulmana.

Vamos a acudir también aquí a las hermosas descripciones que hace del patrimonio el Conde de Cedillo:

«Conserva al exterior con su propio carácter el elegante y poligonal ábside, que se adorna con dos órdenes sobrepuestos de arquillos ciegos; semicirculares en el inferior, y en el superior de ojiva túmida inscritos en lobulados y un arco reentrante. Arte mudéjar. Siglo XIII.»

Estos dos órdenes o series de arcos se apoyan sobre una base de mampostería separada de ellos por verdugadas de ladrillo. El ábside poligonal tiene once lados.

También se encuentra el edificio rodeado en la imagen de vegetación que llega hasta la orilla del Tajo y sobre los cerros dibujados al fondo se puede observar la atalaya de Segurilla.

Barrio de la Puerta de Cuartos en el dibujo de Vander Wingaerde
Barrio de la Puerta de Cuartos en el dibujo de Vander Wingaerde

3.- BARRIO DE LA PUERTA DE CUARTOS

Se ve en primer plano un cercado con lo que parecen varias huertas a las que dan acceso puertas alineadas. Es en esa zona, donde se situaría más tarde el edificio más importante de las Reales Fábricas. No se percibe en el caserío torre alguna que nos indicara la presencia de la desparecida iglesia de San Esteban pero sí se ve al fondo la Puerta de Cuartos marcada en el dibujo con una V. Se trata de un edificio almenado y mucho más fuerte y compacto que la puerta que conocemos representada en grabados del siglo XIX.

El barrio es de viviendas humildes de una sola altura con doblado. En la orilla sur del río vemos un carro conducido por dos personajes que por lo que indica su cubierta es probablemente un carro de mercaderías y no uno de esos carros que explotaban los arenales del río para extraer áridos para la construcción.

Los campos que se vislumbran al fondo tienen más arbolado que actualmente, pues no debemos olvidar que antes de dedicarse la vega al regadío había cultivos de secano, especialmente olivares, con ejemplares de gran tamaño, como el «Olivón» o el «Alamón» considerados en la época como de los de mayor envergadura de España.

(Continuará)

FOTOS ANTIGUAS Y DESCRIPCIÓN DE LA IGLESIA DE SAN MIGUEL

SAN MIGUEL

Fragmento de una fotografía de Ruiz de Luna donde se observa la torre de San Miguel a las orillas del arroyo de la Portiña antes de su soterramiento. Se observan los huecos del campanario con el arco de herradura de claro sabor mudéjar
Fragmento de una fotografía de Ruiz de Luna donde se observa la torre de San Miguel a las orillas del arroyo de la Portiña antes de su soterramiento. Se observan los huecos del campanario con el arco de herradura de claro sabor mudéjar

HISTORIA

En el siglo XVIII, decía refiriéndose a su iglesia el cura de San Miguel: « Esta parroquia es la más antigua de todas, como lo manifiesta su fábrica y lo acredita su preferencia en el orden de mangas en las procesiones, en las Mondas y demás. Es también la mayor de todas, tiene cuatrocientos vecinos como consta de matrícula. Es la única del pueblo que no tiene servidumbre de patronato ni en las capillas ni en los altares.»

En efecto, fue esta iglesia de las más antiguas de Talavera y ya figura en documentos mozárabes del siglo XIII. Inicia en el siglo XVII una lenta decadencia hasta que se agrega a la de El Salvador en 1842 y, debido a su paulatino abandono, se arruina en 1855 pasando a convertirse en almacén de maderas.

Era una parroquia poderosa que llegó a tener hasta treinta capellanías. De ella dependía un colegio de gramáticos fundado en 1603 para la formación de ocho niños. También estaban bajo su influencia el Convento de Santo Domingo (antes parroquia de San Ginés) y el Convento y Hospital de San Juan de Dios.

Fragmento de una fotografía aérea de 1937 donde se observa el templo todavía completo en su estructura
Fragmento de una fotografía aérea de 1937 donde se observa el templo todavía completo en su estructura

Dice la historia de Talavera de Francisco de Soto que: «a los pies de la iglesia hay un arco grande de ladrillo, el cual sirvió antiguamente para que unas beatas que vivían allí junto pudieran entrar en la iglesia a oír misa y el oficio divino sin salir a la calle, porque eran muy recogidas, y grandes siervas de Dios; y después que dieron la obediencia a la orden de San Francisco, se puso una reja de hierro en este arco, y desde allí oían misa y confesaban y, por estar tan cerca de esta iglesia, las llamaban las Beatas de San Miguel, a quien en esta villa estimaban mucho…Estuvieron allí por espacio de 112 años y después se pasaron junto a la iglesia de S. Salvador, y tomaron el hábito de la Concepción, y pusieron por nombre a la casa de la Madre de Dios»

La torre en su estado actual, abajo a la derecha se observan algunos arcos de ladrillo de claro mudéjar
La torre en su estado actual, abajo a la derecha se observan algunos arcos de ladrillo de claro mudéjar

 DESCRIPCIÓN

 Quedan escasos restos del templo que, como tantos otros de Talavera, estuvo en su mayor parte edificado en estilo mudéjar. En una fotografía cedida por el Archivo Municipal, se puede todavía observar cómo la torre pegada al segundo recinto amurallado conserva el campanario y donde las estructuras similares a grandes almenas que hoy la coronan no son tales sino que en realidad se trata de los pilares que sostenían la techumbre de la torre compuesta de tres cuerpos. Otra estructura todavía en pie por estar reutilizada como vivienda, es el pórtico sur del templo, del cual se percibe, embutidas en el muro, la arquería y las columnas que lo formaban. Todavía el conde de Cedillo alcanzó a ver el edificio en pie y nos lo describe así:

Es un templo de tres naves con sendos ábsides de cabecera y una torre campanario a los pies del lado del poniente. Los ábsides son semicirculares. Al exterior están muy reformados y embebidos entre el caserío; al interior conservan restos de galerías decorativas de arquillos de medio punto. La torre ancha y no alta, es de mampostería y sillería y en su parte superior de ladrillo. En las caras de este cuerpo superior muestra arcos de ojiva túmida, unos inscritos en alfices y otros no.

El templo es espacioso y sus naves están separadas entre sí por arcos apuntados que apoyan en pilares de fábrica. Las techumbres son artesonados de limas mohamares con parejas de tirantas y ménsulas labradas.

Se deduce por esta descripción que la planta del edificio sería muy similar a la de San Clemente, con sus tres ábsides y un artesonado mudéjar. La torre se encontraría a los pies, donde también se situaría el acceso al convento de las monjas que luego tomarían el nombre de la Madre de Dios. En la capilla mayor estaba la pintura de la Quinta Angustia y en las capillas laterales el altar del Cristo y el de San Ildefonso decorado con azulejos. En la fachada sur se abriría una puerta con el pórtico que todavía hoy se puede observar reutilizado como vivienda.

Pórtico de la iglesia de San Miguel reutilizado como vivienda
Pórtico de la iglesia de San Miguel reutilizado como vivienda

Entre las antiguas imágenes que enriquecían el patrimonio de esta iglesia se encontraba una de Nuestra Señora del Socorro, muy venerada en la ciudad. Se encomendaban a ella las mujeres embarazadas para no tener problemas durante su gestación y parto. En varios textos antiguos se hace referencia a un supuesto milagro protagonizado por esta imagen que, según cuentan esos relatos, sanó a una tal Ana de Olea cuando, inválida y apoyada sobre unas muletas, se estaba encomendando a la Virgen del Socorro.

Otra imagen muy venerada en Talavera y que también formaba parte del patrimonio de esta parroquia, fue una talla de Ecce Homo que anteriormente se encontraba en el convento de los jesuitas, la cual ellos mismos trajeron desde Roma y más tarde, cuando fueron expulsados de Talavera, pasó a esta parroquia de San Miguel. Contaba una tradición local que esta imagen habló a un hombre mientras oraba ante ella.

Planta de la iglesia de San Miguel
Planta de la iglesia de San Miguel

En el muro del lado del evangelio en la capilla mayor había pintado un fresco de la Quinta Angustia sobre una antigua sepultura con blasones, uno con cinco flores de lis, otro con seis roeles y el tercero con un lobo atado a un árbol que exhibía la inscripción: AQUÍ YAZEN SEPULTADOS LOS HONRADOS RODRIGO DE SESÉ, EL QUAL FINÓ A XXV DÍAS DEL MES DE MAYO AÑO DEL NACIMIENTO DE NUESTRO SEÑOR JESSXPO DE MCCCC E NOUENTA ANOS. Este Rodrigo de Sesé fue un noble de linaje aragonés que desempeñó sus funciones de alcalde de Talavera con fama de rectitud en el cargo y que a su vez tuvo hacia 1330 otro antepasado, también alcalde, llamado Miguel Pérez de Sesé. Dejó a la iglesia, además de la pintura, varios objetos litúrgicos para decir misa, un olivar para el aceite de la lámpara y «cuarenta cuentas de calcedonia y un agnus dei que se pusieron en el Santísimo Sacramento». El patronazgo de esta capellanía vino a parar a los Loaysa y Girón que unieron sus apellidos en D. García de Loaysa y Girón, arzobispo de Toledo.

Ventana ajimez de la torre de San Miguel
Ventana ajimez de la torre de San Miguel

Sabemos también que se levantó «un altar delante del arco que está a la mano derecha como se entra en la capilla mayor con advocación de San Ildefonso muy adornado de azulejos» y que «en la parte de la epístola desta yglesia ay otra capilla adonde está un crucifijo antiguo muy devoto de bulto a donde acude mucha gente a reçar». Puede que tuviera que ver con el que se describe en el siglo XVIII al referir el párroco que «Inmediato a la parroquia, en el muro exterior del pueblo, hay un postigo que llaman Vengamedel, por donde se dice que se ganó Talavera a los moros. Encima de este postigo hay un adorno y altar de una imagen de Ecce Homo mui milagrosa , con título de Cristo de la Salud, de donde tomó principio la devoción del Santísimo Cristo que se venera en la iglesia.»

 CURIOSIDADES, FIESTAS Y COFRADÍAS

Había en este antiguo templo numerosas lápidas en piedra y pizarra que pertenecían a enterramientos de numerosos nobles y caballeros medievales. Uno de ellos debía estar sepultado en la entrada ya que, según cuentan diversas fuentes:

«Excavando en el portal principal de la parroquia para hazer una sepultura, se encontró un sepulcro de una sola piedra, que hoy sirve de pila a un pozo del jardinito de la iglesia, y dentro de él unos huesos, unas espuelas de oro, un espadín con puño de oro y contera de lo mismo, con lo que se hizo el cáliz mejor que hay, sin haverse podido descubrir qué personaje era» (Relaciones de Lorenzana 1782)

Fotografía de la iglesia de San Miguel de los años 40
Fotografía de la iglesia de San Miguel de los años 40

En esta iglesia se fundó la cofradía del Patrocinio de San José. Se celebraba fiesta desde 1477 con «procesión solemne y muy adornada», se llevaba en andas el santo acompañado de muchos clérigos y de los cantores y chirimías de la Colegial, «estando compuesta ese día la Yglesia de ricas colgaduras y muy perfumada de olores». Parece que la imagen vino a parar a esta parroquia desde las ruinas de su ermita, que se hallaba en la zona situada entre el casco urbano y la Virgen del Prado, cuando, después de perderse este edificio, se fundó una cofradía que permitió continuar con el culto.

Otra fiesta relacionada con esta iglesia era la del Santo Ángel de la Guarda. El primero de mayo acudía en pleno el ayuntamiento en procesión a San Miguel desde la Colegial y había sermón muy solemne. En la fiesta de las mondas correspondía un toro a esta parroquia y se lidiaba en la placita que actualmente lleva su nombre. Se celebraban también dos días de fiesta a San Ildefonso, uno de ellos patrocinado por un indiano llamado Lorenzo de Adrada.

la iglesia de San Miguel en el dibujo de Van der Wingaerde del siglo XVI
la iglesia de San Miguel en el dibujo de Van der Wingaerde del siglo XVI

En el ámbito parroquial de San Miguel se encontraban la ermita de Santa Apolonia y un paraje conocido como San Antolín en el que se localizó en un principio el convento de las monjas benitas.

Gabriel Alonso de Herrera, autor de un tratado de agricultura que le convirtió en el precursor de las ciencias agrícolas y ecológicas en España fue uno de los clérigos ilustres de esta parroquia de San Miguel donde ejerció su sacerdocio como beneficiado al final de su vida.

Fernando de Rojas, autor de la Tragicomedia de Calixto y Melibea, fue feligrés de esta iglesia dándole la extremaunción el cura de la misma.

EL ARCO DE SAN PEDRO

EL ARCO DE SAN PEDRO

Dibujo sobre fotografía del siglo XIX. Se ve sobre el arco la imagen gótica de la Virgen que se ve adosada a uno de los muros de la ermita del Prado
Dibujo sobre fotografía del siglo XIX. Se ve sobre el arco la imagen gótica de la Virgen que se ve adosada a uno de los muros de la ermita del Prado

Aunque hoy solamente nos queda el nombre de una calle,  el Arco de San Pedro era en realidadr  la más monumental de todas las puertas del primer recinto amurallado, la puerta de San Pedro.

Fue derribada en 1885 y se apoyaba en la antigua muralla árabe aunque modificada y agrandada en varias ocasiones. De una de estas reconstrucciones tenemos referencias, concretamente de la reforma que realizó el Cardenal D. Pedro González de Mendoza, cuyo escudo aparecía sobre la puerta que, además, estaba dotada de rastrillo para asegurar el acceso. El padre Fita refiere que había en esta puerta una inscripción que decía: «Esta puerta mandó alçar el cardenal nuestro Señor el año de MCCCCXCIIII años, siendo corregidor el comendador Juan de Horosco».

Detalle de una fotografía de Ruiz de Luna con la puerta ya derribada. Al fondo se ve la iglesia de san Pedro que da nombre al arco y a la derecha en primer plano la primitiva torre del reloj y detras una torre albarrana pegada a la antigua puerta de la muralla pero relleno el vano de construcciones posteriores
Detalle de una fotografía de Ruiz de Luna con la puerta ya derribada. Al fondo se ve la iglesia de san Pedro que da nombre al arco y a la derecha en primer plano la primitiva torre del reloj y detras una torre albarrana pegada a la antigua puerta de la muralla pero relleno el vano de construcciones posteriores

Su estructura declara la época de la reforma ya que en los dibujos que han llegado hasta nosotros se aprecia que la puerta es construcción típica del siglo XV con su arco carpanel y su decoración de bolas con tres pináculos. Sobre el central de ellos se situaba una imagen gótica de la Virgen con doselete, actualmente está adosada a uno de los muros del interior de la Ermita de la Virgen del Prado.

Imagen de la Virgen que se encontraba sobre el arco de la puerta de San Pedro
Imagen de la Virgen que se encontraba sobre el arco de la puerta de San Pedro

También decoraban la puerta algunas pinturas de temas religiosos alusivos a la Eucaristía que, según dice el padre Fita, habrían sido pintadas en el siglo XVI o el XVII: «en la cúspide representa la custodia del sacramento, con varias figuras a los lados y en las gradas inferiores: ya alegóricas como la Fe; ya históricas como Santo Tomás de Aquino, el noble autor del Pange Lingua, ya bíblicas en fin y muy adecuadas, de mayor tamaño que el natural, como David con su arpa y Moisés con el rótulo profético, tomado del Deutoronomio, XVIII, 15».

Arco de San Pedro visto desde la antigua iglesia, luego almacenes Moro y hoy Merkamueble. Es curiosa la galería que ocupaba la parte superior en ambos lados.
Arco de San Pedro visto desde la antigua iglesia, luego almacenes Moro y hoy Merkamueble. Es curiosa la galería que ocupaba la parte superior en ambos lados. Por él accedía el relojero de la torre.

En los lienzos de muralla inmediatos, había alguna inscripción epigráfica romana dedicada a Pompeyo. Sobre la cimentación de una de las torres que protegían esta puerta se construyó la antigua torre del Reloj y sobre el arco discurría un pasadizo para dar acceso al relojero.

Arco de San Pedro con los comercios de su entorno

En una casa particular, que tenía a la inmediata torre albarrana formando parte de su estructura, existía todavía en el siglo XVIII una tinaja, cuyo dibujo realizó  Pedro Guerra y que muestra su escritura árabe

Tinaja árabe hallada en el arco de San Pedro
Tinaja árabe hallada en el arco de San Pedro

SAN PABLO EN AZULEJERÍA DE TALAVERA

SAN PABLO

San Pablo representado en panel de la iglesia de San Pedro en Garrovillas. Es obra de Juan Floris, uno de los precursores de la cerámica talaverana y maestro de ceramistas  que residió en nuestra ciudad. No se sabe dónde se cocieron los azulejos de esta obra maestra.

Nació en Tarso, ciudad que tenía la ciudadanía romana. Era hijo de una familia devota de tradición farisea que le envió a estudiar con el famoso rabino Gamaliel. Su nombre es Saúl en hebreo y Paulo en latín, pero sabemos poco de su vida hasta que aparece como el joven romano que presencia el martirio de San Esteban, debido a que en principio participó en la persecución de los cristianos por sus firmes creencias en la religión hebrea. Las primeras descripciones le dibujan como un hombre bajo, calvo, desgarbado y con barba negra.

La conversión de San Pablo se produce cuando, yendo a Damasco, cae del caballo cegado por una luz que bajó del cielo y contempla a Jesucristo acompañado de tres ángeles. Esta visión ha sido explicada por algunos como una experiencia mística y por otros como una alucinación derivada del calor reinante y de la oftalmía que padecía. El caso es que Pablo comenzó desde entonces a predicar a los judíos para retirarse después a meditar y escribir al sur de Damasco, de donde tuvo que huir. Pero vuelve a Jerusalén a ver a Pedro y más tarde inicia su actividad apostólica con San Bernabé. Primero predican en Chipre y luego van a Asia Menor donde, siempre sometido a la persecución de los judíos, sigue desempeñando su actividad apostólica. Incluso cae en una celada en la que es apedreado y dado por muerto.

Tuvo que hacer frente a las disputas dentro de la Iglesia sobre si los gentiles debían seguir la Ley de Moisés como los judíos. Después de sus tres viajes apostólicos fue encarcelado en Roma durante dos años para ser finalmente degollado, ya que por ser romano no podía ser crucificado como Pedro. Se le considera el apóstol de los gentiles por antonomasia y su obra escrita ha hecho que se le valore como el principal apóstol después de Pedro, aunque en realidad no llegara a conocer a Jesús.

San Pablo en azulejería del siglo XVI, en el pórtico de la basílica de la Virgen del Prado

*Basílica de la Virgen del Prado. Friso superior del pórtico en su lado sur, junto a otras imágenes de origen desconocido. Siglo XVI. Policromía. Enmarcado en greca de hojas de acanto amarillas y verdes. Pudiera ser originario del Hospital de San Antonio Abad, como gran parte de los azulejos del templo, pero también es posible que pertenezcan a algún otro edificio derribado como la cercana ermita de San José, o el monasterio de Santo Domingo, por el gran parecido de la cenefa con las del púlpito llevado de ese cenobio. Aparece Pablo con su atributo principal, la espada con la que fue degollado, y con el Libro.

San Pablo cae del caballo camino de Damasco. Iglesia de Mombeltrán

*Iglesia parroquial de La Villa de Mombeltrán. Siglo XVI. Policromía. Paneles laterales del retablo de Santa Ana. Enmarcado en cenefa de roleos en policromía. Uno de los retablillos representa la escena de su conversión, con Pablo caído en tierra y en el cielo una luz con el nombre de Dios en hebreo, griego y latín con tres ángeles, de los que uno sostiene una cruz. Va acompañado de otros soldados vestidos a la romana. Fondo con ciudad, árboles y montañas. Un rótulo en latín describe bajo los azulejos esta escena de la conversión, cuando oye la voz de Dios que le dice “Saulo, Saulo ¿Porqué me persigues?”.

San Pablo en azulejería talavera del siglo XVI en la ermita de la Virgen de Peñitas en Oropesa

*Ermita de la Virgen de Peñitas. Oropesa (Toledo). Siglo XVI. Enmarcado en cenefa de motivo renacentista entre filetes amarillos y blancos con el santo representado en hornacina rematada en venera con la espada y el Libro abierto como atributos.

*Retablo procedente del hospital de San Antonio Abad hoy en la basílica del Prado. Talavera de la Reina. Policromía. Siglo XVI. Enmarcado en columnas salomónicas y pilares decorados con motivos vegetales de hojas, frutos y grutescos. El santo está sobre una peana con grutesco y presenta como atributos una gran espada y el Libro.

SAN JUAN BAUTISTA EN AZULEJERÍA TALAVERANA

SAN JUAN BAUTISTA EN AZULEJERÍA TALAVERANA

San Juan Bautista en azulejería del siglo XVI en Piedraescrita

Es considerado el último profeta y el precursor del Mesías que anuncia su llegada. Se considera también por ello como el vínculo entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Fue predicador, llevaba vida ascética en el desierto y bautizaba en las aguas del Jordán a aquellos que venían a él en actitud de penitencia. Los datos que a través del evangelio se conocen sobre el Bautista son escasos, aunque también habla de él el historiador Josefo y el Corán. Es incluso venerado en Irak por los mandeos que le consideran el mayor de los profetas y fundador de su religión

Una de las escenas de su vida más representadas es el anuncio a su padre Zacarías de su nacimiento, otra de ellas muestra el momento en que su madre Isabel, prima de la Virgen, sabe por inspiración divina que su hijo será Juan. Otro momento apócrifo de su vida es en el que aparece él y su familia huyendo al desierto y en otra escena acompañando a la Sagrada Familia. A veces aparece como uno de sus símbolos un panal, ya que según el evangelio se alimentó en el desierto de miel y saltamontes.

San Juan Bautista bautizando a Cristo en azulejería talaverana del siglo XVI enPiedraescrita

Otros momentos relacionados con la vida del santo son la Visitación de la Virgen a su madre Santa Isabel y el bautismo de Cristo, representado en la ermita de Velada y en Piedraescrita, iglesia que como veremos cuenta con la más variada iconografía del santo. También ha sido pintada en muchos casos Salomé con la cabeza del bautista sobre una bandeja o simplemente la cabeza expuesta. En Piedraescrita aparece en el momento en que va a ser decapitado y Salomé aguarda con la bandeja para recoger la cabeza, como podemos ver en la imagen adjunta.

Juan recrimina a Herodes Antipas su unión incestuosa con la esposa de su hermano Herodías. Se trata de Salomé que, para convencer a Herodes de que tome venganza contra el Bautista, baila ante el rey consiguiendo que ordene cortar la cabeza al profeta.

Decapitación de San Juan bautista en la iglesia de Piedraescrita en un panel del siglo XVI

Pero la imagen más habitual del santo es como la que puede verse en un panel de azulejos de la ermita de la Virgen del Prado. Está situado junto a la entrada de la fachada norte, al final de los paneles sobre la genealogía de Cristo. Suele aparecer vestido con una piel de pelo de camello y con aspecto demacrado y macilento, y además acompañado del cordero crucífero, el Agnus Dei con la cruz de báculo largo con travesaño corto que es símbolo de su profecía en el momento en que dice al bautizar a Jesús: “He aquí el cordero de Dios”. Está representado así también en uno de los pequeños paneles que se encuentran sobre las columnas del pórtico, además de en la ermita de Cervera, en la iglesia de Lanzahita o en la de Piedraescrita. Otros símbolos suyos son el libro que lo acredita como profeta y la concha del bautismo. Los baptisterios de muchas iglesias están dedicados a él por su vinculación al bautismo.

Panel de azulejos del siglo XVI enmarcado en ferronerie situado en el pórtico de la ermita de la Virgen del Prado

En Candelada aparece siendo un niño en compañía de su padre Zacarías

Es el único santo del que la iglesia celebra su nacimiento, junto a la Virgen y Jesucristo, concretamente el 24 de Junio. Es fecha llena de rituales paganos precristianos por ser el día del equinoccio de verano. Por ejemplo, el que hacía que antiguamente se quemaran ese día los animales muertos para que los dragones no aumentaran su voluptuosidad y no arrojaran su semen sobre la tierra, lo que causaba grandes mortandades y de ahí las hogueras que se encienden ese día.

Azulejería del siglo XVII que representa a San Juan Bautista en la ermita del Prado de Talavera

Es protector contra la epilepsia, las enfermedades infantiles, los espasmos, el vértigo, el granizo, el temor y el delirio del baile, así como también es patrono de arquitectos, toneleros,  peleteros, guarnicioneros y talabarteros

Panel de azulejos en un frontal de la iglesia de Lanzahita que representa a San Juan Bautista con el Agnus Dei

DESTROZANDO EL PERFIL DE TALAVERA EN LA ORILLA DEL TAJO

EL PERFIL PERDIDO DE TALAVERA EN LA ORILLA DEL TAJO

Postal de camino con el viejo perfil del río en el que se ven torres desaparecidas de varias iglesias

Cuando hace unos días conocí el nuevo bodrio que se quería perpetrar en Talavera urbanizando la zona entre el claustro de la Colegial y la Ronda del Cañillo , incluido  un aparcamiento que pueda afectar a los restos arqueológicos sin duda prometedores de la zona, pensé que se da con ello la puntilla a ese hermoso perfil urbano y fluvial de nuestro Tajo a su paso por la ciudad.

Otra vista con las antiguas viviendas de una planta

Siempre he defendido que su histórico perfil es lo más parecido que existe al de la ciudad de Córdoba con su Guadalquivir,  su puente, romano, su muralla, el remate octogonal en la cúpula tanto de los jerónimos de nuestra ciudad como  de la catedral de la ciudad de los califas, a la que siempre fue leal Talabyra en contraposición con Toledo siempre levantisca contra el califato. Hasta tenía Talavera un paralelismo con Córdoba en la albolafia, la gran rueda movida por el río que tenía su semejante en otra rueda de arcaduces que nuestra ciudad tenía en la llamada torre de Nazar, aproximadamente frente a las dependencias actuales de Correos en ronda del Cañillo.

Perfiles urbanos de Talavera y de Córdoba

Todavía conservamos algunas imágenes de gran valor sobre este perfil Talaverano, que por otra parte es el que han pintado o retratado con más frecuencia los viajeros que han pasado por nuestra ciudad. En primer lugar, el dibujo de Van der Wingaerde del siglo XVI en el que todavía vemos la mayor parte de las torres de las murallas y muchos tramos de sus lienzos,  y la torre de Nazar. Otros dibujos nos ayudan a visualizar ese perfil con elementos perdidos como la puerta del Río. Algunos están demasiado idealizados o son más tardíos, como aquellos del siglo XVIII en los que aparece la casa de la Hilanza de las Reales Fábricas de Seda.

Dibujo de Enrique Reaño sobre foto de Clifford del siglo XIX

La fotografía de Clifford, la más antigua de Talavera, representa también ese perfil y en él se pueden visualizar todavía torres de iglesias hoy desaparecidas como la de San Pedro, Santa Leocadia o San Clemente.

Varias fotografías de Ruiz de Luna son valiosísimos testimonios de la antigua belleza de esa parte de nuestra ciudad con las murallas lamidas por el río y las torres de la muralla que aún se conservaban en buen estado en los años 20 del pasado siglo.

Fotografía de Ruiz de luna de principios de siglo con la muralla lamida por el Tajo

El perfil se mantiene  hasta los años 60, cuando todavía se conservaban las pintorescas casitas de una sola planta que deberían haber mantenido sus alturas de un solo piso permitiendo así que se percibieran los arbotantes y los muros de la Colegial y los claustros de San Jerónimo y la mal llamada Casa de los Canónigos que también estamos consiguiendo destruir por perpetuo abandono.

Los restos de muralla no se reconstruyeron, sino que se convirtieron en la Ronda del Cañillo cuando sobre ellos echaron toneladas de escombros sin buscar alternativas a ese trazado.

En los años 70 se construye el primer petardo de horroroso ladrillo visto que se levanta con sus cinco plantas a mayor gloria de la fealdad y deterioro de un perfil histórico que debería haberse mantenido. Junto a él se ha erigido otro monumento al disparate con ese viejo truco de construir un piso más simulando que son áticos para mayor beneficio de promotores y con las autoridades urbanísticas mirando para otro lado. También es de dudosa estética el bloque que hace esquina en la rotonda frente al puente de Hierro.

Edificio de 5 alturas que se eleva junto al río tapando la Colegial

Pasamos así con la connivencia de sucesivos ayuntamientos de diferente color a destrozar ese perfil que debería ser seña de identidad de Talavera.  Hay otros petardos que podríamos reseñar como la ferralla pintada de minio gris que asoma como monstruo férreo por encima de los muros del museo etnográfico, en el que tambiénse  podría haber restaurado el muro de ladrillo junto al panel de cerámica de los pescadores, más parecido a la cerca de una cuadra que a la de un museo.

Otro de los edificios de escaso gusto estético que desentona con el perfil urbano de Talavera

En fin, como siempre el dinero y el mal gusto han vencido sobre el necesario cuidado que se debe tener con el patrimonio de una ciudad que, siendo la segunda en patrimonio de Castilla-La Mancha, podría ser mucho más hermosa y atrayente para los vecinos y turistas pero como siempre, no hay nadie al volante.

La ferralla del museo sobresale por encima del deteriorado y feo muro del museo

LOS HOSPITALES DEL CAMINO DE GUADALUPE

LOS HOSPITALES DEL CAMINO DE GUADALUPE

Portada de la iglesia del monasterio de Guadalupe
Portada de la iglesia del monasterio de Guadalupe

Tenemos muy cerca el segundo camino histórico de peregrinación de la península, el Camino de Guadalupe.
Todo el territorio por el que discurría pertenecía a las Antiguas Tierras de Talavera. El mismo solar del monasterio y del caserío de la Puebla de Santa María de Guadalupe se encontraba en el alfoz talaverano y el concejo de la entonces villa del Tajo mantuvo numerosos pleitos jurisdiccionales con el poderoso cenobio protegido por los reyes desde su fundación en el siglo XIV por Alfonso el Onceno. La Santa Hermandad Real y Vieja de Talavera vigilaba los caminos de peregrinación e incluso hasta el siglo pasado, el día ocho de Septiembre, día de la feria de Guadalupe, asentaba esta institución su tienda y su pendón a las afueras de La Puebla para demostrar así la jurisdicción que tenía sobre esas tierras.
En la división provincial del siglo XIX, tan nefasta para los intereses talaveranos, se desgajó de su extenso alfoz la parte de la comarca de La Jara y los lbores donde hoy, paradojas de la historia, se asienta el más paradigmático símbolo de Extremadura, la Virgen de Guadalupe. A través de Talavera discurría el camino por el que viajaban miles de fieles.Desde los más humildes que pretendían la curación de alguna enfermedad, hasta príncipes y prelados que deseaban visitar el monasterio famoso en toda Europa.
Una de las pruebas que aportan los defensores de Talavera como escenario en el que se inspiró Fernando de Rojas para el desarrollo de su tragicomedia de Calixto y Melibea, es la referencia en el texto a una expedición del embajador francés en peregrinación a Guadalupe. Ni Sevilla ni Salamanca, las otras dos ciudades propuestas como escenario para las andanzas de la vieja alcahueta, están situadas en el camino natural de Guadalupe y sin embargo sí está documentado el viaje de dicho embajador y su paso por Talavera a finales del siglo XV. En la Ciudad de la Cerámica existían numerosos hospitales que daban asistencia no solo a los peregrinos sino también a los muchos vagabundos y transeúntes que pasaban por ella, que siempre fue nudo de comunicaciones en el eje Toledo-Mérida y entre las mesetas norte y sur.

Hospital de la Misericordia de Talavera, hoy centro cultural Rafael Morales
Hospital de la Misericordia de Talavera, hoy centro cultural Rafael Morales

El más importante de esos hospitales fue el de la Misericordia fundado en el siglo XV por Hernando de Alonso, visitador del arzobispo Carrillo. La institución,cuyo edificio todavía puede verse en la Plaza del Pan y acoge hoy día el centro cultural Rafael Morales, daba asistencia a todos los pobres que lo solicitarán, los sanos por una sola noche «e otro día que vayan donde Dios los ayudare»; los enfermos, sin embargo, podian permanecer hasta que «sanen o fallescan”.
Las dolencias con las que más frecuentemente se ingresaba eran el paludismo,endémico en Talavera y todo el Campo Arañuelo, las gastroenteritis, cuyos enfermos tenían asignados la ropa y los colchones viejos ya que la diarrea «los pudría”.También ingresaban todas las enfermedades compañeras de la miseria y la inanición como las úlceras de las extremidades, patología respiratoria, parasitosis o alcoholìsmo.
En un plano del siglo XIX, podemos observar que en la planta baja se situaban los dormitorios, comedor y un patio exclusivos para los niños; el depósito de cadáveres,el «depósito de inmundicias” y el almacén de ropas y de camillas. El lavadero y tendedero para la ropa de los enfermos, fregadero de sus utensilios, despensa, cuarto para la bomba de incendios y «cuarto de locos». La vivienda del portero se encontraba en el sótano. En la planta superior estaba la sala de cirugía o de San Miguel,la enfermería de hombres o de los Santos Mártires y la de mujeres o de Nuestra Señora del Prado. Alacenas, cocina, refectorio,cuarto de cofres y la capilla eran, junto a las dependencias de las monjas,otras de las habitaciones de este hospital.

Hospital de Puente del Arzobispo, hoy residencia de ancianos
Hospital de Puente del Arzobispo, hoy residencia de ancianos

Retomamos nuevamente el camino de Guadalupe y llegamos a Puente del Arzobispo. La fundación del pueblo y la construcción de su magnífico puente medieval están indisolublemente unidas a la peregrinación guadalupana.
Cuenta la tradición que viendo los trabajos y peligros que los peregrinos debían acometer para cruzar el Tajo, el arzobispo Tenorio ordenó construir el puente. Otra leyenda nos dice que él mismo sufrió un pequeño accidente al vadearlo en una barca y perdió su anillo, prometiendo que si volvía a su poder edificaría un puente. Ese mismo día, cuando le sirvieron un magnífico barbo para comer halló en su interior el anillo cumpliendo por ello su promesa.
La construcción del puente se vio acompañada de la de un hospital que acogería a todos los pobres y peregrinos de paso para Guadalupe. Se financiaba de las rentas que los ganados trashumantes dejaban al cruzar el puente y de unos molinos de agua propiedad también del arzobispo. El edificio del antiguo hospital se conserva todavía en la plaza del pueblo,es un edificio de aparejo toledano con buena rejería que aloja hoy día una residencia de ancianos. También puede visitarse el curioso edificio de los molinos que financiaban la institución hospitalaria, los mas potentes del río Tajo.
El camino más utilizado durante la edad media continuaba después hasta El Villar del Pedroso. Se mantiene en pie todavía en esta localidad el antiguo hospital en la calle principal, claramente alineada con el camino de Guadalupe. Es un edificio gótico fundado también, como el de la Misericordia de Talavera, por Hernando de Alonso que antes de ser visitador y clérigo en Talavera, fue párroco de esta villa.
Todavía se conserva en su fachada la placa con una inscripción que hace referencia a su fundación. Frente a este edificio se mantiene la hospedería para los peregrinos sanos y destinada a casa parroquial en la actualidad.

Placa fundacional del hospital de Villar del Pedroso
Placa fundacional del hospital de Villar del Pedroso

Desde El Villar del Pedroso subimos el puerto de Arrebatacapas donde debe detenerse el viajero. Todavía hoy, la visión de aquellas soledades es sobrecogedora. Los valles del Gualija y los Guadarranques con su extrema soledad y despoblación fueron desde antiguo lugar frecuentado por bandidos y contrabandistas. No olvidemos que en estos parajes comienzan sus andanzas los golfines, una de las primeras manifestaciones de un fenómeno tan hispano como es el bandolerismo. Lo agreste de la naturaleza de la zona hacía todavía más peligroso deambular por aquellos lugares de monte fragoso que escondían hasta hace poco manadas de lobos y donde, hasta finales del siglo XVIII,estuvo constatada la presencia de osos.

Hospital del Obispo en el camino real de Guadalupe
Hospital del Obispo en el camino real de Guadalupe

Todo ello, unido al peligro de los fríos y las nevadas invernales, movió a Diego Muros, un obispo canario, a dotar de medios a un hospital situado entre los robles de aquellas sierras y que se conoce como el Hospital del Obispo, aprovechando el edificio de un antiguo refugio de caza de Pedro El Cruel. En los años cuarenta se destinó a cuartel de la Guardia Civil para la represión de los maquis, que también escogieron estas sierras para el desarrollo de su guerrilla antifranquista. Actualmente es propiedad privada y se encuentra en restauración aunque pueden observarse la capilla gótica y las dependencias propiamente hospitalarias. Se sitúa en un paraje de gran amenidad donde el peregrino puede refrescar sus pies y su garganta en una fuente de agua fresca.

Uno de los hospitales de Guadalupe se estaba eb parte de las dependencias del actual Parador Nacional
Uno de los hospitales de Guadalupe se estaba eb parte de las dependencias del actual Parador Nacional

El gran numero de visitantes que atraía el Monasterio de la Virgen de Guadalupe hacía necesaria la construcción de hospitales que alojaran,no sólo a los fatigados peregrinos que con mejor o peor salud iban a venerar a la Virgen de las Villuercas sino que,además, debían dar una asistencia sanitaria conforme a los escasos medios de la época a los muchos enfermos que acudían hasta allí con la esperanza de una curación o mejoría milagrosa.
Fueron varios los hospitales de Guadalupe mejor o peor dotados,pero el que dependía directamente del monasterio era el conocido como hospital General o de San Juan Bautista. Ocupaba parte del edificio destinado actualmente a Parador Nacional de Turismo y era el de mayor entidad llegando a alojar hasta ochenta camas. En el siglo XV estaba regido por un fraile a cuyas órdenes trabajaban veinte hombres y veinticinco mujeres con veinticinco camas que se distribuían entre cinco huéspedes, cinco pobres y quince enfermos. El hospitalero debía vigilar que los ingresados tuvieran buena mesa, buena cama y limpieza, buen ministro y servidores caritativos con la orden de que «de mal doliente fagan bueno». El monasterio contrataba un «físico» por quince mil maravedíes al año y dos cirujanos por tres mil, que también deberían ocuparse de la enfermería del monasterio propiamente dicha. Ésta acogía a los monjes enfermos y se situaba en el actual claustro gótico de las dependencias conventuales. Parece seguro que en este hospital se realizaban necropsias y que en él se desarrollaron actividades docentes de medicina. Habría sido por tanto una de las primeras instituciones españolas dedicadas a la formación de facultativos.

Panel de azulejos que conmemora la primera autopsia científica en un hospital de Guadalupe
Panel de azulejos que conmemora la primera autopsia científica en un hospital de Guadalupe

Existía además otro hospital de mujeres que se construyó con los fondos de un rico artesano cordobés, un herrero que al morir su mujer ingresó como fraile en el monasterio jerónimo. También se conoce la existencia de otros hospitales como el de «Pobres», o el de La Pasión, destinado al «mal de bubas“, la sífilis, que dada su gran morbilidad también era tratada en dependencias aisladas del Hospital General.