VISITANDO TORRALBA:

VISITANDO TORRALBA

Uno de los tres verracos de Torralba de Oropesa

Llegamos a este pequeño pueblo que, por hallarse situado junto a la cañada y antigua calzada que iba de Toletum a Emérita Augusta, ha sido desde siempre una localidad vinculada al mundo del transporte. Por ello, tanto las herrerías como las carreterías daban servicio a los muchos viajeros que por aquí transitaban. Además, como quiera que es también lugar rico en aguas fue poblado desde la antigüedad.

Puerta norte de la iglesia de Torralba

En el cerro de La Atalaya se han encontrado piedras talladas por el hombre del paleolítico inferior y en el arroyo de Alcañizo y otros se han hallado numerosas lascas de sílex pertenecientes a culturas del paleolítico superior. También se han localizado cerca del Horquillo hachas pulimentadas de datación incierta, pues este tipo de instrumentos se utilizaron desde el neolítico hasta la Edad del Bronce.

Arquitectura popular de Torralba

Hace más de dos mil años, en la llamada Edad del Hierro II, los pueblos indígenas de la zona eran vettones, un pueblo céltico que nos dejó sus esculturas zoomorfas, los verracos, de los que en Torralba podemos ver tres ejemplares muy cercanos entre sí en el entorno de la plaza. De uno de ellos solamente se conserva un fragmento al que le faltan los cuartos traseros y parte del hocico. Se sitúa junto a un portal en el lado nordeste de la plaza.

Torre de la iglesia de Torralba

El segundo se encuentra junto a la iglesia en su lado norte, Bastante bien conservado, es de tosca factura y tiene cazoletas repartidas por todo el cuerpo. Su peculiaridad es que cuenta con lo que parecen tres pares de patas o más bien, que por sus dimensiones, no se desbastara la zona media para evitar así su fractura quedando un pilar central.

Otro de los verracos de Torralba

El tercer verraco se encuentra a la entrada del pueblo por la antigua carretera de Extremadura y es el de mejor factura de los tres. Como ellos, está labrado en granito apreciándose detalles como los genitales, el espinazo, los colmillos o la boca. Se reutilizó en época romana pues muestra en su lomo izquierdo una dedicatoria funeraria de un tal Tancinio a su hija.

Cruz junto a la iglesia de Torralba

La presencia romana está demostrada por la presencia de restos en lugares como El Horcajo o Los Tesorillos y necrópolis como la de Los Ocadales, donde se halló en una de las tumbas un brazalete de bronce con cuentas verdes.

Cerca del casco urbano podemos dar un paseo en dirección suroeste hasta los restos del molino de viento. Junto a otro similar en Velada, constituye una rareza en nuestro territorio plagado de molinos de agua, pero la llanura de Campo Arañuelo con la escasa pendiente de sus corrientes fluviales y lo arenoso de sus cauces hizo necesario que aparecieran estos ingenios más propios de tierras manchegas. En este caso apenas se conserva parte del muro de unos dos metros de altura con un arco de ladrillo en la portada. En el interior se percibe el arranque de la escalera circular para acceder a la maquinaria y verter el trigo en la tolva, estructura típica de esta clase de artificios.

Restos del molino de viento de Torralba
Fuente de Torralba

Muy cerca se encuentra el Pilón del Fraile,  junto al camino de Oropesa. La acometida del agua es un túnel abovedado en el que cabe una persona de pie. Como tantos otros túneles, fuentes y cuevas, tiene su leyenda de moras en la que una joven herida de mal de amores llora y deambula en las noches de luna por los alrededores gritando y gimiendo su desdicha de enamorada. Consta de un pilón cuadrado y otro redondo de granito con numerosas pilas de piedra alineadas.