
El nombre de Azután es árabe y hace referencia a una torre medieval del sultán. No debemos tampoco olvidar la repoblación berebere de la zona y la cercanía de la Ciudad de Vascos.

Esta población pertenece a la comarca de La Jara, aunque no perteneció al señorío de la villa de Talavera como el resto, sino que Alfonso VII se la cedió en señorío a Miguel Midiz, un personaje mozárabe que le prestó servicios. Murió y su mujer decidió que su hija Rama ingresara en el monasterio de San Clemente de Toledo. Cuando fallece la madre la herencia pasa a su hija y tras la muerte de ésta el pueblo de Azután pasa a ser dominio del monasterio toledano.

Ya en la carta puebla, y como sucede en otras localidades de nuestro entorno, aparece que por ser vecinos y tener casa en el pueblo se debían entregar tres perdices o tres gallinas al año. Algunos vecinos edifican casas y cercas en el siglo XIV sin permiso de la abadesa de San Clemente y ordena que se derriben generando un conflicto judicial.

Al estar situado el caserío en plena vega fluvial del Tajo, los materiales utilizados son el barro en forma de adobe o de tapial con zócalos de canto rodado para evitar en lo posible que la humedad suba por los muros o se destruyan con la humedad. En ocasiones estos materiales se consolidan con ripio de fragmentos de teja.

También hay algunas casas construidas en ladrillo con características mudejaristas. De hecho cerca del arroyo Andilucha se localiza un gran horno tejar para cocer ladrillos y tejas.

A mediados del siglo XIX Madoz dice que las casas son «malas y de pocas comodidades». Sin embargo, a mediados del XX las describe Moreno Nieto las describe como construidas de adobe y tapial de tierra y encaladas, «La casa en general suele ser amplia con techos bajos de madera y de corrales amplios. El tejado es a dos aguas y con regular inclinación. Las puertas son grandes y por una de ellas entra el carro.»
