CONVENTO DE SANTO DOMINGO, HISTORIA

CONVENTO DE SANTO DOMINGO

(Antigua parroquia de San Ginés)

Convento de santo Domingo en el dibujo de van der Wingaerde del sigloXVI

HISTORIA

Dice Francisco de Soto en su historia de Talavera que «había en un arrabal de esta villa, una parroquia con la advocación de San Ginés Escribano y era tan pobre que no le habían quedado sino cinco parroquianos, la cual estaba aneja a la insigne Colegial de esta villa; cuyo cabildo se la alargó a los religiosos dominicos para que fundaran en ella un convento, en primero de Julio de 1520 años, reservando en sí las cortas rentas de esta parroquia cuyo principio y origen corren parejos con el de otras parroquias de esta villa, pues como hemos visto de todas se ignora su primera fundación» .

Sepulcro restaurado de García de Loaysa

El caso de San Ginés es similar al de la iglesia de San Andrés, ambas situadas en los arrabales viejos que, a finales del siglo XV, sufrieron una significativa disminución en el número de habitantes y por ello a duras penas consiguieron subsistir junto a otras parroquias como San Esteban y «Santiaguito».

Fray Andrés de Torrejón, en su historia de la ciudad, nos aporta la información más importante sobre el convento fundado en el solar de la parroquia, información que repiten los autores posteriores. Fray Juan Hurtado de Mendoza era un salmantino que asistió a los reyes Católicos en la toma de Granada y que, desengañado de las vanidades de la corte, se hizo dominico tras repartir sus riquezas entre los pobres. El talaverano Fray García de Loaysa, entonces general de la orden dominicana y arzobispo de Sevilla, dio su apoyo a Juan Hurtado para la fundación de un convento en Talavera después de un primer intento fallido en Madrid, no sin antes vencer resistencias de nobles locales como Juan de Ayala y superar otras contrariedades dentro de la propia orden, incluido el destierro, ya que  Hurtado y sus frailes pretendían adoptar una regla más austera y «juzgaron los religiosos de la orden ser novedad impertinente».

Ventana de la fachad sur con el escudo del obispo García de Loaysa

El canónigo de la Colegial, don Alonso de Encinas, aportó la huerta que poseía junto a San Ginés cerca del camino de Mejorada y que todavía se mantiene al norte del convento. Más tarde, el apoyo de otros nobles de la villa como don Diego de Padilla que tomó los hábitos, del arzobispo de Toledo Alonso de Fonseca, de Fray García de Loaysa y del propio emperador Carlos V, pudo al fin establecerse la comunidad en Talavera. Siguió enfrentándose la institución a diferentes vicisitudes, pero el apoyo decidido de Dª Gracia de Ulloa y de su marido Bernardino de Meneses -el conocido como Adalid Meneses, famoso por su decisiva intervención en la conquista de Orán- ayudó a superar las trabas cuando alojaron provisionalmente a los monjes en su palacio mientras se solucionaban los problemas, pagando, además, el censo de cuarenta mil maravedíes que sobre la pequeña parroquia tenía la Iglesia Mayor y veinticuatro ducados para indemnizar al hortelano que tenía arrendada la huerta. Por fin, previo informe del comisionado Pedro Gudiel, administrador del Hospital de Puente del Arzobispo, el Cardenal Guillermo de Croy dio su permiso para la segregación de San Ginés de la Iglesia Mayor y poder así fundar en su solar el monasterio.

Escultura hoy desaparecida del padre de García de Loaysa Pedro García de Loaysa

«Moraron estos padres al principio en esta huerta y para dormir hicieron un poco mayor la choça del hortelano y allí reposaban sobre unos sarmientos y esteras viejas. Hacían capítulo a la sombra de un nogal que está junto a la noria y allí tenían sus conferencias y pláticas». Así relata Francisco de Soto los primeros tiempos del monasterio que, después de echar tres veces a suertes la advocación futura del mismo, por dudarse entre San Ginés y Santo Domingo, las tres veces salió el primero y se tomó esto por milagro dejando al convento con el nombre de la primitiva parroquia.

Se compraron después unas modestas viviendas cercanas para alojarles hasta que, el confesor de Carlos V y  ya cardenal,  García de Loaysa «en su amor a su patria nativa, a su religión y a su linaje, labró a sus expensas buena parte del monasterio, el claustro y todo el templo. Fue consagrado el 25 de Abril de 1536», como nos narra el Conde de Cedillo.

Niñas del Colegio de la Compañía de María a principios de siglo

El convento mantenía tres cátedras para el estudio de la filosofía y humanidades. Radicaron en él varias fundaciones benéficas y de aquí partieron los frailes que fundaron el monasterio de Atocha en Madrid. En 1835 ocurre la exclaustración de los frailes y se cierra el convento. En la iglesia se instaló una fábrica de tinajas y en 1896 la viuda de Peñalosa, doña Elena de Quintana, adquiere y restaura los edificios para dedicarlos a colegio de niñas pobres, encomendándolo a religiosas de  la Compañía de María que inauguran las instalaciones en 1900.

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4 comentarios sobre “CONVENTO DE SANTO DOMINGO, HISTORIA”

  1. Me quedo perplejo que se destinara a niñas pobres, hoy en día y desde hace muchísimos años, es un colegio de elite de niñas ricas gracias Miguel por contarnos tanta historia de Talavera y sus tierras. un saludo

    1. Mi hija no es ninguna niña rica y si tienes algún problema económico las monjas no te echan a la niña, al contrario, te proporcionan todo para que siga estudiando, lo podemos decir más de unos padres…Respecto a lo de “élite”,totalmente de acuerdo; es el centro educativo con el nivel más alto de Talavera.

  2. Miguel, enhorabuena por tu blog y tu labor de investigación. Pero, si me permites, voy a hacer alguna apreciación sobre lo que publicas en esta entrada. Lo primero es que el convento no se llamaba de Santo Domingo, sino que estuvo bajo la advocación de San Ginés, aunque perteneciera a los dominicos. Lo segundo: la escultura que aparece como si fuera la del padre del cardenal corresponde a una hipótesis, pero probablemente no lo sea. Habría que saber primero dónde se encuentra esa escultura que aparece en la fotografía. Y lo tercero, doña Elena de la Quintana no adquirió el convento para un colegio de niñas pobres, sino para donarlo a la Orden de Nuestra Señora (Compañía de María). Esta orden religiosa no se dedica ni a niñas pobres ni a niñas ricas, sino a la educación de la juventud femenina, sin hacer distinción de su condición social o económica.

    1. Muchas gracias por tus elogios a mi blog. Como puedes leer en el texto, pongo claramente que se llamó San Ginés por haber habido en ese lugar una parroquia anterior bajo esa advocación. He puesto Santo Domingo por ser más reconocible por los talaveranos La escultura es cierto que en cuanto a su origen hay ciertas dudas pero me ha parecido que es interesante conocerla. Creo que es Ildefonso Fernández quien utiliza el término de «niñas pobres». Gracias también por tus aportaciones

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