ACABAMOS EN PELAHUSTÁN

ACABAMOS EN PELAHUSTÁN

Potro de herrar en Pelahustán

Estos días hemos venido conociendo los pueblos de la sierra de San Vicente y El Berrocal mediante algunas rutas y visitas a las localidades.

Acabamos esta serie, antes de pasar a otra de nuestras comarcas, visitando el bonito pueblo de Pelahustán, que perteneció al señorío  ducal de Escalona aunque eclesiásticamente dependía de Talavera y siempre estuvo más vinculado geográfica y económicamente con nuestra ciudad.

Rollo jurisdiccional de Pelahustán

Parece que su nombre derivaría como el de Garciotúm (García Fortúm) o el de Nuño Gómez del nombre de un repoblador medieval, que en este caso se llamaría «Pelayo Fustán», uno de aquellos caballeros abulenses a los que se les encomendaban estos territorios para poblarlos después de haber intervenido en su conquista.

Ermita de Pelahustán

Otros tienen la teoría más pintoresca de que el nombre derivaría de que al ser el monte tan cerrado «se pelaban los fustanes» una prenda de caza que perdía el pelo entre los jarales.

Azulejería talaverana del siglo XVI en la ermita de Pelahustán. El medallón central representa a la Virgen del Rosario

De visita obligada es la plaza y el fálico rollo situado en su centro sobre garada de cuatro escalones, que simboliza su independencia jurisdiccional como villa en 1635.

Su arquitectura popular se ha fabricado con sillería y mampostería mucho más elaborada que en el resto de pueblos de la sierra. Hay algunas viviendas de más empaque con balcones y rejería y otras datadas en el siglo XVIII y XIX.

Arquitectura popular en Pelahustán

Al oeste del pueblo entre algunas construcciones rústicas podemos ver un pilón abrevadero y lavadero y también podemos ver en su casco un .potro de herrar. En las cercanías del pueblo podemos todavía observar tres molinos de agua sobre el arroyo y también cuenta el pueblo con varios antiguos lagares.

Molino de agua en Pelahustán

La iglesia, bajo la advocación de San Andrés, merece detenernos en su portada y en el retablo barroco de su interior,  que resulta curioso además de bello por estar crudo, es decir con la madera al natural sin pintar ni dorar. Es gótico renacentista construida entre los siglos XVI y XVII con la torre de buena sillería y rematada en estructura octogonal rematada en cúpula de ladrillo.

Iglesia parroquial de Pelahustán

El ayuntamiento, la ermita  completan la visita a este pueblecito, famoso antiguamente por celebrarse en él una muy concurrida feria de ganado y de lino ,donde se comerciaba con esta fibra vegetal cultivada tradicionalmente en la Sierra de San Vicente.

Portada gótico renacentista en la fachada sur sur de la iglesia de Pelahustán
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2 comentarios sobre “ACABAMOS EN PELAHUSTÁN”

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