¿HARÁN ALGO LOS AYUNTAMIENTOS DE TALAVERA Y GAMONAL PARA IMPEDIR QUE ROBEN EL MENHIR DE LA LAGUNA DEL CONEJO?

Menhir de la Laguna del Conejo en Gamonal
Menhir de Gamonal derribado

Este monumento megalítico con unos 5500 años de antigüedad, descubierto por el que esto escribe y confirmado por la gran especialista Primitiva Bueno ha sido derribado y corre el riesgo de desaparecer como sucedió con el llamado menhir de Parrillas que primero fue derribado y luego fue sustraído, aunque parece que todo el mundo en Navalcán sabe dónde está.

Esta pieza debería llevarse y exhibirse en Gamonal o en Talavera o mejor, ser preservado en su lugar con las debidas medidas de seguridad. Desde luego, donde no debe ir es al Museo de Santa Cruz de Toledo.

Van a hacer algo o como siempre esperaremos a que suceda el desastre para luego lamentarnos-

Para quien quiera saber más sobre este menhir puede leer el enlace que sigue de este mismo blog.

EL MENHIR DE LA LAGUNA DEL CONEJO

GALERÍA DE “INSULTÓNIMOS” RURALES

GALERÍA DE “INSULTÓNIMOS” RURALES

Detalle de la azulejería de la Ermita del Prado

Permítanme ustedes que me tome la libertad de acuñar un nuevo término, el “insultónimo”. Definiría esta palabra a todos los motes colectivos que con cariño, pero no sin cierta mala uva, se aplican entre sí los pueblos que tienen relaciones de vecindad.

Muchos de estos términos van acompañados de una más o menos disparatada anécdota que justificaría su aplicación a los vecinos de un lugar determinado y, curiosamente, muchas de esas historietas tienen relación directa o indirecta con prácticas o edificios religiosos. Así, por ejemplo, a los vecinos de Gamonal se les ha denominado tradicionalmente ahorcaburros. Se explica este apelativo diciendo que, en cierta ocasión, había crecido hierba en el tejado de la torre de la iglesia. Decidieron algunos vecinos que podía servir de comida a un asno. Ni cortos ni perezosos, izaron al pobre animal hasta el campanario atado a una cuerda, consiguiendo ahorcarlo.

A los vecinos de Mejorada se les conoce por zorreros. La explicación es igualmente pintoresca pues dice que, en cierta procesión, los lugareños no tuvieron mejor proyectil para arrojar a un zorro que se cruzó en su camino que el Cristo que llevaban en las andas.

Con otra procesión tiene que ver también la interpretación del mote de lavijeros que se aplica a los habitantes de Navamorcuende. Una talla custodiada en la ermita de Guadyerbas servía de disputa a Navamorcuende y Sotillo Se habían perdido las lavijas, que son las piezas que unen la imagen a las andas en las procesiones. Los vecinos de Sotillo fueron rápidamente a fabricar otra lavija en la fragua de su pueblo pero, más astutos, los de Navamorcuende hicieron sobre el terreno las lavijas de palo consiguiendo llevarse a la Virgen.

Abubilleros llaman a los de Velada porque dicen que se comían a las abubillas, ave que desprende muy mal olor. Aunque otra versión habla de un rayo de sol que entraba en la iglesia y los “velaínos” querían espantarlo como si fuera una abubilla.

A las gentes de Los Navalmorales se les conoce como chocolateros porque cambiaron el Cristo por chocolate, pero, en el siglo pasado y comienzos de este, había varias fábricas de chocolate en el pueblo, lo que podía explicar el mote.

Generalmente son “insultónimos” que intentan resaltar la rusticidad de los habitantes  de un pueblo de manera humorística, con episodios que demuestren las pocas luces del vecino. Muchos de ellos se repiten en pueblos alejados entre sí como es el caso de llamar a los de Calera, “los de la viga” porque, aseguran en los pueblos cercanos, intentaron entrar una viga atravesada por la puerta de la iglesia. También se aplica, por ejemplo, a los vecinos de Bargas.

Hay muchos apodos que se explican por determinadas características físicas que se supone a los originarios de un pueblo y así los de Sartajada son tripulines  por su supuesta baja estatura acompañada de prominente barriguilla. Los navalqueños serían patas de cigüeño

Otros no tienen una explicación concreta o es demasiado patente, por ejemplo a los de Valdeverdeja se les llamaba chalucos y borrijones, a los de Hinojosa jorgos, a los de Torrecilla de la Jara tramposos, a los de El Torrico migueletes y a los de Mohedas patateros . Navalmoralejo es conocido en su entorno como el Cuco y sus habitantes son cuqueños.

Son muchos los motes que se aplican a los vecinos en forma de coplas o estribillos que suelen cambiar los protagonistas según el pueblo donde se apliquen, como por ejemplo:

Para borrachos Torralba  / para ladrón el ventero (de Ventas de San Julián)

para vagos la Calzada      / que hay un regimiento entero.

Entre los pueblos de La Jara occidental se dice, también con los nombres de los pueblos intercambiables según quien lo diga, otra famosa coplilla:

Las del puerto son portanchas  / las del Campillo panderas

las de La Nava cigarras             / para guarras las de Mohedas.

Aunque, según el pueblo donde se cante las guarras son las de Sevilleja o La Nava.

Otro ejemplo similar en el ámbito de la Sierra de San Vicente es:

En Pelahustán son cuclillos / que cantan en primavera

en Navamorcuende hay brujas / y en el Real hechiceras

en Almendral fanfarrones  / si tienen cuatro cerezas

y en Iglesuela, porqueros   /que al recoger los ganados

aúllan en montanera.

Pero como uno es talaverano y no quiero que el lector diga que no me he referido a los motes de mis paisanos, reproduciremos una coplilla que habla de los buenos atributos de las talaveranas:

Las chicas de Talavera / tienen que llevar dos fajas /

porque con una no pueden / sostener las calabazas.