SAN PABLO EN AZULEJERÍA DE TALAVERA

SAN PABLO

San Pablo representado en panel de la iglesia de San Pedro en Garrovillas. Es obra de Juan Floris, uno de los precursores de la cerámica talaverana y maestro de ceramistas  que residió en nuestra ciudad. No se sabe dónde se cocieron los azulejos de esta obra maestra.

Nació en Tarso, ciudad que tenía la ciudadanía romana. Era hijo de una familia devota de tradición farisea que le envió a estudiar con el famoso rabino Gamaliel. Su nombre es Saúl en hebreo y Paulo en latín, pero sabemos poco de su vida hasta que aparece como el joven romano que presencia el martirio de San Esteban, debido a que en principio participó en la persecución de los cristianos por sus firmes creencias en la religión hebrea. Las primeras descripciones le dibujan como un hombre bajo, calvo, desgarbado y con barba negra.

La conversión de San Pablo se produce cuando, yendo a Damasco, cae del caballo cegado por una luz que bajó del cielo y contempla a Jesucristo acompañado de tres ángeles. Esta visión ha sido explicada por algunos como una experiencia mística y por otros como una alucinación derivada del calor reinante y de la oftalmía que padecía. El caso es que Pablo comenzó desde entonces a predicar a los judíos para retirarse después a meditar y escribir al sur de Damasco, de donde tuvo que huir. Pero vuelve a Jerusalén a ver a Pedro y más tarde inicia su actividad apostólica con San Bernabé. Primero predican en Chipre y luego van a Asia Menor donde, siempre sometido a la persecución de los judíos, sigue desempeñando su actividad apostólica. Incluso cae en una celada en la que es apedreado y dado por muerto.

Tuvo que hacer frente a las disputas dentro de la Iglesia sobre si los gentiles debían seguir la Ley de Moisés como los judíos. Después de sus tres viajes apostólicos fue encarcelado en Roma durante dos años para ser finalmente degollado, ya que por ser romano no podía ser crucificado como Pedro. Se le considera el apóstol de los gentiles por antonomasia y su obra escrita ha hecho que se le valore como el principal apóstol después de Pedro, aunque en realidad no llegara a conocer a Jesús.

San Pablo en azulejería del siglo XVI, en el pórtico de la basílica de la Virgen del Prado

*Basílica de la Virgen del Prado. Friso superior del pórtico en su lado sur, junto a otras imágenes de origen desconocido. Siglo XVI. Policromía. Enmarcado en greca de hojas de acanto amarillas y verdes. Pudiera ser originario del Hospital de San Antonio Abad, como gran parte de los azulejos del templo, pero también es posible que pertenezcan a algún otro edificio derribado como la cercana ermita de San José, o el monasterio de Santo Domingo, por el gran parecido de la cenefa con las del púlpito llevado de ese cenobio. Aparece Pablo con su atributo principal, la espada con la que fue degollado, y con el Libro.

San Pablo cae del caballo camino de Damasco. Iglesia de Mombeltrán

*Iglesia parroquial de La Villa de Mombeltrán. Siglo XVI. Policromía. Paneles laterales del retablo de Santa Ana. Enmarcado en cenefa de roleos en policromía. Uno de los retablillos representa la escena de su conversión, con Pablo caído en tierra y en el cielo una luz con el nombre de Dios en hebreo, griego y latín con tres ángeles, de los que uno sostiene una cruz. Va acompañado de otros soldados vestidos a la romana. Fondo con ciudad, árboles y montañas. Un rótulo en latín describe bajo los azulejos esta escena de la conversión, cuando oye la voz de Dios que le dice “Saulo, Saulo ¿Porqué me persigues?”.

San Pablo en azulejería talavera del siglo XVI en la ermita de la Virgen de Peñitas en Oropesa

*Ermita de la Virgen de Peñitas. Oropesa (Toledo). Siglo XVI. Enmarcado en cenefa de motivo renacentista entre filetes amarillos y blancos con el santo representado en hornacina rematada en venera con la espada y el Libro abierto como atributos.

*Retablo procedente del hospital de San Antonio Abad hoy en la basílica del Prado. Talavera de la Reina. Policromía. Siglo XVI. Enmarcado en columnas salomónicas y pilares decorados con motivos vegetales de hojas, frutos y grutescos. El santo está sobre una peana con grutesco y presenta como atributos una gran espada y el Libro.

EL REY HUYE DE TALAVERA

EL REY HUYE DE TALAVERA

Cuadro del siglo XIX que representa la ejecución de don Álvaro de Luna
Cuadro del siglo XIX que representa la ejecución de don Álvaro de Luna

Al principio de su reinado, debido a que el rey Juan II, que sería el padre de Isabel la Católica, se encontraba en minoría de edad, Castilla es en realidad gobernada por sus parientes los infantes de Aragón, don Juan y don Enrique, que se reparten de hecho el poder,  hasta que       surgen desavenencias entre ellos.

Castillo de Villalba en Cebolla
Castillo de Villalba en Cebolla

El Rey tiene siempre a su lado a don Álvaro de Luna, es hijo ilegítimo de un noble y le acompaña desde su infancia, primero como paje y luego como amigo y consejero. Cuando el infante don Juan va a contraer matrimonio a Navarra, su hermano Enrique da un verdadero golpe de estado en Tordesillas e intenta tomar el poder en solitario, secuestrando prácticamente al joven rey. Lo lleva consigo a Ávila y luego a Talavera, para intentar así acercarse a los territorios de la orden de Santiago, donde se siente más seguro por ser el mismo don Enrique su Maestre.

Durante el camino desde Ávila a nuestra ciudad, el infante consigue convencer a Catalina, hermana del Rey, para que contraiga matrimonio con él, y consolidar así sus ambiciones de poder. Al principio, Catalina se opone e incluso se encierra en sus habitaciones para evitarlo, pero en noviembre de 1420 se celebran en Talavera las nupcias presididas por el rey Juan, haciéndose grandes fiestas en la villa. También durante esos días contrae matrimonio en Talavera don Álvaro de Luna con Elvira de Portocarrero y el Rey, como regalo, hace a su fiel paje y amigo conde de San Esteban de Gormaz.

Pero los planes del muy ambicioso don Álvaro pasan por sustraer al Rey del secuestro en que le mantiene don Enrique y aumentar así su influencia sobre él, y por ello decide emprender la huida de Talavera con el monarca. El día 29 de Noviembre, don Álvaro de Luna, su suegro Martín Fernández, Pedro Suárez de Toledo, señor de Oropesa, Diego López de Ayala y el halconero mayor del Rey, que dejó un vivo relato sobre lo sucedido, salieron de Talavera con el pretexto de cazar un gran jabalí, o una gran garza para otros, en un soto cercano, tal vez el de Entrambosríos por hallarse al este de la ciudad. Pero en lugar de iniciar su jornada  cinegética, emprendieron por sorpresa la huida al galope. El conde de Trastámara y el conde de Benavente acompañados por cincuenta hombres, única fuerza con la que contaban, se unieron a los huidos en el trayecto.

Castillo de Montalbán
Castillo de Montalbán

Después de dos horas, llegan todos al castillo de Villalba, fortaleza que se encuentra hoy en ruinas al  norte de la carretera, cerca del cruce con Malpica. Se trata de un castillo estratégico pero con pocas posibilidades defensivas debido a su relativa accesibilidad, por lo que la expedición decide seguir camino hasta la fortaleza de Montalbán, mucho más fuerte por su emplazamiento junto a los impresionantes barrancos del arroyo del Torcón, cerca de San Martín de Montalbán.

Pero antes, deben cruzar el Tajo en este frío día invernal y lo hacen por la barca de Malpica, con peligro de zozobrar por la crecida corriente del río. Llegan exhaustos a las inmediaciones del castillo de Montalbán y observan que un hombre ha salido a por agua dejando abierto uno de los portillos de la muralla. Es entonces cuando, en una acción de gran audacia, el halconero Pedro Carrillo y Diego López de Ayala entran en el interior y consiguen tomar la fortaleza.

Don Álvaro de Luna
Don Álvaro de Luna

Aun así, la situación de los huidos no es segura en absoluto pues son muy pocas las fuerzas a su disposición, hasta el punto de que el rey envía presuroso cartas que consiguen que algunas cuadrillas de la Santa Hermandad acudan en su auxilio. Tampoco tienen víveres ni leña.

Mientras tanto, en Talavera el infante Enrique queda desconcertado tras la huida, y más cuando llegan falsos rumores de que el infante don Juan ha vuelto de Navarra y va a asaltar nuestra villa con su ejército. Al final Enrique pone sitio al castillo de Montalbán, aunque con el asedio no consigue que el Rey vuelva con él y se ve obligado a levantar el campamento cuando sabe que el duque de Peñafiel viene ya por Móstoles en auxilio del Rey con sus fuerzas.

Así comienza la influencia de don Álvaro de Luna sobre el rey, aunque es el mismo Juan II el que tras toda una vida de amistad ordena degollar a su valido, el español más poderoso de su época.

Sepolcro de Alvaro de Luna y su esposa en la catedral de Toledo
Sepolcro de Alvaro de Luna y su esposa en la catedral de Toledo

EL TAJO DE FELIPE II

RELACIONES DE FELIPE II

 Centenares de nidos de vencejos en el arco mayor del puente del Arzobispo
Centenares de nidos de vencejos en el arco mayor del puente del Arzobispo

Nuevo capítulo de Ríos de Historia en el que se describe el patrimonio del Tajo según se refleja en las Relaciones de Felipe II, salvo los molinos, de los que  hablaremos en otro capítulo

El rey Prudente pidió a sus concejos que respondieran a una serie de preguntas  que nos han permitido conocer numerosos datos sobre nuestro río a finales del siglo XVI.

Uno de los datos curiosos es la referencia a cómo el río Tajo servía de delimitación entre las dos grandes jurisdicciones en las que se dividía el territorio del reino desde el punto de vista judicial: la cancillería de Granada, al sur del Tajo y la de Valladolid al norte.

CAUDAL

Caseta de la barca de Montearagón.JPG
Caseta de la barca de Montearagón.JPG

En muchas relaciones se define el Tajo como “río cabdaloso”. En Cazalegas nos lo confirman cuando dicen que el Tajo “pocas veces se vadea sino en años muy secos”.

Y en Cerralbo es significativo que van moler desde el pueblo a los arroyos de la sierra de San Vicente cuando los grandes molinos del Tajo se inundan en invierno con las crecidas.

En las relaciones de la propia villa de Talavera se asegura que“…cerca  pasa el río de Tajo, que bate en los muros. Es muy caudaloso y de recia corriente, con él se junta el río Alberche una legua antes hacia do sale el sol, el cual en verano lleva poco agua y en tiempo de invierno o de lluvias es muy crecido y furioso porque viene de las sierras nevadas que están a ocho o nueve leguas de la sierra de Ávila donde es su nascimiento…” Como vemos, ya hace siglos sabían  que el origen de las inundaciones en Talavera era más el río Alberche que el Tajo.

Puente del Arzobispo curiosamente es el único pueblo donde se dice que se proveen de agua del Tajo para beber, además de algunas fuentes.

PUENTES

También se informa de las rentas de los molinos, y de “la” puente del Tajo,  “que se arrienda por cuarenta mil  maravedís y es de los propios de Talavera, la cual por haberla rompido el río y llevadose mucha parte de ella es muy mayor la costa que la renta. El del Alberche también es de los propios de la villa y renta cuatrocientos ducados y por la haber llevado el río y ser de madera tiene gran costa para la sustentar y rehacer.”

PESCA

Restos de los molinos más potentes del Tajo en Puente del Arzobispo
Restos de los molinos más potentes del Tajo en Puente del Arzobispo

En el siglo XVI los nobles y conventos tenían la concesión de determinados tramos del río para aprovechar la pesca. En la relación de la propia villa deTalavera se dice: “El río Tajo cría muy buen pescado de peces y anguilas, el de Alberche poco y no bueno, aunque en su nacimiento cría truchas. El dominio del río tajo está repartido en iglesias y monasterios y algunos caballeros y particulares los cuales arriendan la pesca que crían por diferentes precios de seis a ocho o diez ducados y algunos llegan a veinte e a más.”

En Montearagón se nos refiere cómo “hay ciertos pedazos de río de particulares, que son un pedazo de río de dicho concejo de Talavera, que renta dos mil maravedis cada año, otro pedazo de Antonio Meneses, vecino de Talavera, otro pedazo de río de Alonso de Adrada, vecino de la dicha villa, que rentaba treinta reales cada año…y más otros dos pedazos de río que el dicho concejo y herederos de la villa de Talavera tienen a censo de la encomienda de Calatrava, que rentarán cada uno año diez y ocho ducados.

En Aldeanueva de Barbarroya se habla del aprovechamiento de peces y anguilas y de que la desembocadura del Huso se arrienda para pesca por la villa de Talavera pero solamente da un beneficio de dos o tres mil maravedíes. La orilla derecha no se arrienda por ser de la dehesa de El Bercial del monasterio de Las Huelgas Reales de Burgos.

En Villanueva del Horcajo, despoblado cercano a Cazalegas junto al cruce de la N-V,  dicen que en el Tajo“no se cría otra pesquería si no son peces y angillas, y este río es de Juan Suárez de Toledo y de don Juan de Silva, vecinos de la ciudad de Toledo y de Hernán Duque de Estrada vecino de Talavera” rentan respectivamente quince o dieciséis mil maravedíes al año en el primer caso y veinticinco mil en el segundo”

El Tajo en una vista parcial del dibujo de Van der Wingaerde

Pero en Malpica la pesca le renta al señor feudal  veinte mil maravedís un año con otro. Sin embargo, en Puente del Arzobispo  también “se pescan pescados e el dicho río no tiene renta particular e que no renta ninguna cosa…”

En Cazalegas también se informa de que solo es abundante de pesca el Alberche cuando sube la pesca del Tajo. En Cobisa, despoblado situado cerca de Calera, nos dicen que el Tajo es rico en barbos y bogas y que la renta de la pesca es de la villa de Talavera. En Fuentelapio, despoblado cercano a la Ciudad de Vascos cuentan que el río Tajo es río de peces “y no de otro pescado”  y en la relación de Torralba se dice que el río Tajo es rico “en barbos y peces” y en Valdeverdeja “peces y anguilas”.  En Peraleda de San Román, pueblo perteneciente a La Jara aunque hoy en la provincia de Cáceres, se habla de la abundancia de anguilas y peces.

Por todo lo dicho anteriormente conocemos la existencia de tres especies concretas: barbos, bogas y anguilas. Los primeros siguen siendo abundantes, las bogas han disminuido en cantidad, tal vez por la suciedad de las aguas, y las anguilas ya no suben desde el mar por los embalses aunque en tiempos eran abundantísimas en el Tajo y sus afluentes. Todavía no había carpas, que fueron importadas posteriormente, y bajo el nombre de “peces” se incluían otras especies menos abundantes difíciles de concretar.

VEGETACIÓN

Álamos blancos, los árboles más representativos de la vegetación ribereña del Tajo
Álamos blancos, los árboles más representativos de la vegetación ribereña del Tajo

Hay pocas referencias a la vegetación ribereña de nuestro río con “álamos y atarfas que se dicen taraescian…”

En las relaciones de Las Herencias se nos da una de esas pocas referencias cuando dicen que hay “álamos blancos, atarfas y sauces  en poca cantidad”.

BARCAS

En Malpica la barca le renta al marqués quince mil maravedís.  En Montearagón también se nos dice que la barca que hay en su término renta veinte y dos ducados.

En Las Herencias todavía no había “barco que esté estante en puerto”, aunque años más tarde sí habría y hasta que se hizo el embalse de Azután  una barca entre Calera y Las Herencias. Río abajo, en Ciscarros también daba servicio una barca instalada en el reculaje de la azuda de los molinos.

ÚLTIMA CAUSA DE LA SANTA HERMANDAD REAL Y VIEJA DE TALAVERA

ÚLTIMA CAUSA DE LA SANTA HERMANDAD REAL Y VIEJA DE TALAVERA

Puerta de Zamora y a la izquierda las columnas de la portada de la Santa Hermandad
Puerta de Zamora y a la izquierda las columnas de la portada de la Santa Hermandad

Nos encontramos a primeros de junio de 1833 en Mohedas de la Jara. Hasta aquí se ha desplazado el hermano y comandante de la fuerza de la Santa Hermandad Real y Vieja de Talavera para investigar el asalto sufrido por Juan Oliva, vecino de este lugar, que se dirigía hacia Puente del Arzobispo en compañía de un criado.

Según  declara la víctima, había sido asaltado por un hombre que por las señas que tenía y le havían referido, hera uno de Carrascalejo[i] que se havía dado al robo, quitando al testigo ochenta y un reales en metálico,  en veinte pesetas, y lo demás calderilla, dos panes y un poco de cecina de fiambre… que ni al que declara ni al criado molestó el malhechor, pero sí amenazó con un arma de fuego que tenía puesta en el brazo.Tanto Juan Oliva como su criado reconocen al asaltante cuando se lo muestran a través de la ventana de la cárcel de Mohedas.

Vista de Mohedas de la Jara desde El Castrejón
Vista de Mohedas de la Jara desde El Castrejón

Con el celo sistemático que ha caracterizado a la Santa Hermandad durante toda su existencia se continúan las pesquisas y para ello se traslada la comitiva con el preso a Campillo de la Jara. Allí se toma declaración a un vecino del lugar afectado también por las fechorías de Juan Gómez El Boyero.

Se trata de Andrés López que se dirigía de La Estrella a Villar del Pedroso[ii] montado en su jaca y buscando su trabajo de cedacero[iii], y al pasar por el Cordel de las Merinas[iv] , como un tiro de vala, le sorprendió un hombre que salió de entre unas peñas, y le dijo que se apease y se echase boca abajo apuntándole con una escopeta corta. El ladrón tomó su dinero y quiso también robarle la capa pero la víctima le rogó que se la dejase pues que todos heran amigos y combecinos,a lo que respondió el bandido:

No digas nunca que conoces a nadie, que me dan intenciones de abrasarte!.

También es reconocido El Boyero por su víctima de El Campillo.

Prosigue el periplo indagatorio hermandino y llegan ahora a La Nava de Ricomalillo en busca de pruebas contra el preso. Como en otras ocasiones, se requiere al alcalde de la localidad para que ponga a disposición de la Santa Hermandad a los testigos que puedan aportar algún dato. Comparece Manuel Muñoz que relata como pasando el declarante a la villa de Castilblanco a marquear[v] tierras, y al caer del lado allá del cerro que llaman Atrabesado, en el sitio de los Guarranques, salió de entre una madroña un hombre con una escopeta corta y una especie de lanza o chuzo atado a la boca de ella, y apuntándole al testigo, le dijo en voz alta:

– ¡ Paisano abajo ! ¡ El dinero!, ¡Pronto!

Manuel se ve obligado a entregar la peseta que llevaba para el viaje, además de una bota de vino y la merienda para el camino. El ladrón le permite el paso pero cuando se halla ya a cierta distancia le vuelve a llamar a voces, y le dice:

¡ Poco a poco! , que todavía llevas más dinero…

Asustado se registra la faldriquera y le entrega unas monedas balbuceando :

– Aquí tengo otros cinco cuartos que me han quedado… haga vuestra merced lo que quiera.

– ¡Tráigalos vuestra merced! Que vuestra merced no los necesita para llegar al pueblo. Y cuidado con decir algo, porque si lo vuelvo a coger lo pagará todo –responde el salteador-.

Chozo en mohedas de la jara con hombre esquemático hecho con mampostería de cuarzo en sus muros
Chozo en mohedas de la jara con hombre esquemático hecho con mampostería de cuarzo en sus muros

Este mismo testigo añade que un hortelano, al que comentó su desgracia al llegar a las huertas de Alía, le dijo que un religioso jerónimo de Talavera, también había sido asaltado en los Guadarranques.

La siguiente jornada de las investigaciones se desarrolla en Belvís de la Jara. Aprovechando la estancia en este pueblo,  es interrogado el propio acusado sobre los hechos que se le imputan.

Conocemos así que nuestro protagonista tiene treinta y tres años, es casado y trabajador del campo. Acosado de la persecución que se le hacía y deseoso de mudar de vida, se presentó voluntariamente al comandante de la fuerza de la Santa Hermandad cuando éste requirió su presencia en Carrascalejo.

El primer delito en el que se ve implicado es la ejecución de un robo de bastantes intereses en la casa de un hacendado  de Alcaudete de la Jara. Pero al salir de la vivienda con sus cómplices, Ajofrín  y Montanera, son perseguidos por los vecinos del pueblo capturándole solamente a él y escapando sus compinches.

Prisionero en la cárcel de esa localidad, declara donde esconde el botín bajo promesa de perdón y libertad. Aunque descubre el escondite la justicia no cumple la promesa y El Boyero decide fugarse por una gatera del calabozo, después de haberse quitado los grillos, aprovechando el bullicio de la noche  de las vísperas de La Candelaria. Huye a la sierra de Carrascalejo siendo desde entonces su ocupación la de hurtar lo que ha podido, viéndose perdido y sin tener otro recurso para vivir.

Arquitectura popular de La Jara
Arquitectura popular de La Jara

Se conocen de esta manera nuevos detalles sobre sus robos, así como otras fechorías. Al jerónimo de Talavera le había  asaltado en Navatrasierra[vi] y  robado trescientos cuarenta reales, aunque no le hizo mal alguno, ni siquiera desmontarle de la mula, aún cuando conoció que llevaba más dinero.Y dándole una peseta que le pidió.

También robó en el sitio de la Oliva cuarenta reales a un jabonero y en el mismo lugar asaltó al herrador de Valdelacasa quitándole una peseta y dejándole con otra, pues no llevaba más que dos.

La Hermandad intenta obtener datos sobre otros delicuentes y delitos y le preguntan sobre un famoso Antolín Martin, y sobre el robo que se hizo a unos vecinos de la Mina y de Helechosa en el que se derramaron los santos óleos que se llevaban a este último pueblo. El Boyero niega toda relación con tan horroroso atentado.Igualmente aclara que la escopeta y el polvorín que utilizaba en sus atracos, se los robó a un cabrero de El Castañar de Ibor[vii].

Al llegar a Talavera se encierra al reo en la cárcel de la Santa Hermandad y se depositan sus armas en su tribunal. Sin embargo, no se inicia el proceso judicial porque se intenta pasar la causa a la jurisdicción ordinaria. Para ello se remite un oficio al Corregidor que no acepta en principio este caso porque se han desarrollado los hechos en despoblado. Después de varias idas y venidas el corregidor asume el proceso porque el primer delito había sido cometido en  una casa de Alcaudete y no en despoblado.

Los valles de Gualija y Guadarranques, cerca de Navatrasierra son agrestes parajes con muchos asaltos en su historia
Los valles de Gualija y Guadarranques, cerca de Navatrasierra son agrestes parajes con muchos asaltos en su historia

Lejos están ya los tiempos en que la Santa Hermandad intentaba abarcar una mayor jurisdicción y no  como en estos años finales de la institución que intenta sacudirse su responsabilidad. Dos años más tarde, en 1835, es abolida la Santa Hermandad Real y Vieja de Talavera.

[i] Pueblo de la Jara actualmente incluido en la provincia de Cáceres.

[ii] Pueblo de la Jara actualmente incluido en la provincia de Cáceres

[iii] Se trata del oficio artesanal por el que se fabrican  y venden  los cedazos.  Son intrumentos de criba formados por una armadura de madera sobre la que se ajusta otra del mismo material que sujeta la tela o la piel con los orificios más o menos gruesos según el material que se quiera cribar. En nuestra comarca solían utilizarse las pieles  de perro. Los cedaceros ambulantes se llevaban los animales vivos que les facilitaban los clientes y en el siguiente viaje traían el cedazo ya fabricado

[iv] Vía pecuaria de ganados trashumantes.

[v] Marcar, delimitar, deslindar y medir tierras. Oficio equivalente al de los antiguos agrimensores o los actuales topógrafos.

[vi] Pueblo de la Jara actualmente incluido en la provincia de Cáceres.

[vii] Lugar que hoy se incluye en  la comarca extremeña de Los Ibores pero que perteneció a la Tierra de Talavera.