EL CAMINO DE CARLOS V

“Nueve veces fui a Alemania la Alta, seis he pasado en España, siete en Italia, diez he venido aquí, a Flandes, cuatro, en tiempo de paz y guerra, he entrado en Francia, dos en Inglaterra, otras dos fui contra África, las cuales todas son cuarenta, sin otros caminos de menos cuenta que por visitar mis tierras tengo hechos. Y para esto he navegado ocho veces el mar Mediterráneo y tres el Océano de España, y agora será la cuarta que volveré a pasarle para sepultarme.”

Carlos V llega a Yuste
Carlos V llega a Yuste

Artículo de Miguel Méndez-Cabeza en el Atlas de Caminería Histórica del profesor Criado del Val

EL CAMINO DE CARLOS V

El llamado “Camino de Carlos V” surge de un hecho histórico concreto. En el año 1555 el emperador Carlos I de España decide abdicar en su hijo Felipe II para retirarse al monasterio de Yuste, escogido por las suaves condiciones climáticas de la comarca de la Vera que le deberían hacer más llevadera su patología reumática y gotosa, además de una posible depresión.

La flota de su último viaje a España estaba integrada por sesenta naves guipuzcoanas, vizcaínas, asturianas y flamencas. El emperador iba a bordo de la nave capitana “La Bertendona”. En la salida le acompañaron su hijo Felipe II, a quien despidió afectuosamente dándole algunos consejos para su gobierno y conducta, sus hermanas las reinas viudas de Francia y de Hungría, su hija María y su yerno Maximiliano, rey de Bohemia, además de una brillante comitiva de flamencos y españoles.

Plano con el recorrido de la Ruta de Carlos V
Plano con el recorrido de la Ruta de Carlos V

Parte la flota del puerto holandés de Gante el 17 de septiembre de 1556.  Después de una travesía de 10 días, llega el 28 de Septiembre al puerto de Laredo en Cantabria donde el emperador permaneció descansando cinco días antes de acometer la larga marcha hasta el monasterio extremeño. El trayecto exacto recorrido por el Emperador tenía unas 90 leguas y se dividió en 21 escalas para dormir, aunque se conoce más en algunos tramos por los relatos de viajeros, crónicas o cartas que nos dicen dónde descansa Carlos V, que normalmente pernocta en casas de nobles cercanos, dependencias de la Iglesia o en casonas y palacios alquilados. El séquito del emperador, que viajaba sentado en carroza, estaba compuesto por cerca de 250 personas, entre alabarderos, secretarios, ayudas de cámara y criados. Sus hermanas, Leonor y María le acompañaron en todo el viaje

Inicia el camino con muy mal humor, pues no habían llegado a Laredo ni los médicos que debían asistirle ni los nobles que le acompañarían en el viaje, especialmente don Luis de Quijada, hombre de su confianza. Tampoco le habían suministrado los cuatro mil ducados que financiarían sus primeros días de estancia en España.

Busto de Carlos V en el monasterio de Yuste

CANTABRIA

El 5 de Octubre sale de Laredo en compañía del alcalde de Durango, ascendiendo el valle del río Ansón hasta el puerto de Los Tornos, y atravesando los pueblos de Colindres, Limpias y Ampuero, donde pernocta el día 6 de octubre. Luego sigue por Rasines y Ramales, durmiendo el día 7 en el pueblo vizcaíno de Lanestosa. El día 8 pasan por Soba pernoctando en el municipio castellano de Agüera, en la merindad burgalesa de Montija. Este camino que vamos recorriendo se seguía desde la Edad Media para unir los puertos cántabros con las merindades del norte de Burgos y poder así sacar hacia Europa las mercaderías de la pujante ciudad castellana, y también se utilizaba frecuentemente en los viajes de monarcas, nobles y comerciantes que se dirigían hacia Flandes.

Cuatro leguas separaban Agüera de Medina de Pomar, donde pernoctó el día 9 de Octubre, concretamente en el llamado Arco de la Cadena, donde se situaba la casa- torre del alcaide. Un hito conmemora el paso del Emperador en esta hermosa ciudad medieval y en otros pueblos que son final de etapa.

Después de pasar por Bisjueces cruzó por el Puente de Arenas, de origen romano, aunque con parte de su estructura de los siglos XVI y el XIX, y siguió por la población de El Almiñe por donde discurre la llamada “Calzada del Pescado”, ya que por ella se introducía desde la costa la pesca en Castilla.

El 11 de octubre durmió en Pesadas de Burgos y el día 12, antes de llegar a la ciudad castellana, pasa por Villalta y pernocta en la villa de Hontomín, en una casa cercana a la iglesia, según tradición local.

Después de pasar por Vilimar entró en Burgos, donde permaneció del 13 al 16 de Octubre. Su paso por aquí se conmemora en el arco de Santa María, levantado en el siglo XIX. Sobre él aparece la efigie del Emperador junto a otros personajes importantes en el nacimiento del reino de Castilla. Sale de la actual provincia de Burgos pasando por Celada del Camino

Ruinas del monasterio de Yuste antes de su restauración

PALENCIA

Ya en la provincia de  Palencia duerme el 17 de octubre en Palenzuela. De aquí a Torquemada recorre tres leguas el día 18 y de Torquemada a Dueñas cuatro leguas más el día 19. Había estado indispuesto pero llegó a este pueblo en mejor estado de salud.

VALLADOLID

El día 20 entra en Cabezón de Pisuerga, a cuatro leguas y ya en la provincia de Valladolid. Allí le esperaba su nieto D. Carlos al que todavía no conocía. Partió después de comer para Valladolid, donde hizo la entrada de noche ese mismo día. Allí permanece hasta el 4 de Noviembre durmiendo en el antiguo palacio real que hoy alberga la Capitanía General. Dos semanas en las que está acompañado por sus hermanas, Leonor y María, su hija Juana y su nieto Carlos.

Ese mismo día 4 sale por la Puerta del Campo después de haber comido en público y de haber recibido las muestras de cariño y respeto de la población, nobles y prelados. Por la noche llega a dormir a Valdestillas y el día 5 arriba a Medina del Campo. Allí dormiría en casa del cambista y consejero real Rodrigo de Dueñas, que hizo un recibimiento ostentoso, llegando a poner un brasero de oro macizo y quemando en él palos de canela de Ceilán, lo cual consiguió que el monarca no sólo no quisiera admitir al cambiante a que le besara la mano, sino que además ordenó pagar la estancia en su palacio, conocido hoy como la Casa Blanca, una hermosa mansión renacentista.

AVILA

El 7 de noviembre durmió en Horcajo de las Torres en la provincia de Ávila, donde al llegar dijo “Gracias a Dios que no tendré ya más visitas ni recepciones”.

Palacio de Carlos V anejo al monasterio de Yuste

SALAMANCA

Partieron de aquí  el 7 noviembre para llegar a Peñaranda de Bracamonte. Carlos V se alojó aquella noche en la mansión de los Bracamonte, posiblemente en el palacio de la Puerta del Sol. El día 8 de noviembre durmió en Alaraz después de pasar por Macoteras. Y salió de la provincia de Salamanca por Gallegos de Solmirón, donde es tradición que durmió en la casa del cura.

AVILA

El 10 de noviembre llegan al Barco de Ávila donde la comitiva recibió unas colchas que se habían pedido para mejorar las condiciones del viaje de Su Majestad.

EXTREMADURA

Cuando llegaban de noche a Tornavacas, el Rey se entretuvo en ver pescar truchas con luces en el río Jerte, y después le fueron servidas para cenar el 11 de noviembre de 1556.

El 12 noviembre de viaje hacia Jarandilla S. M. atravesó el Puerto de las Yeguas entre los valles del Jerte y de La Vera, escogiendo así este camino más corto pero más penoso que el que discurre por el valle hasta Plasencia. Pasó con grandes dificultades, ya en la litera, ya en silla de manos, e incluso a cuestas de los lugareños. Al coronar la cima del puerto, dijo: «Ya no franquearé otro puerto que el de la muerte». Después de cruzar el llamado hoy Puente de Carlos V en la garganta de la Serrá. Llegó cansado pero a buena hora a Jarandilla y se alojó en el castillo del Conde de Oropesa, hoy parador de Turismo. Visitó unos días más tarde las obras de acondicionamiento del palacio que habitaría adosado al monasterio jerónimo de Yuste junto al pueblo de Cuacos.

En abril del año 2007 se constituyó la Red de Cooperación de Ciudades y Municipios en la Ruta de Carlos V: Laredo-Yuste. En varias localidades como Medina de Pomar se sienten perfectamente identificados con la ruta, e incluso durante la segunda quincena del mes de septiembre se rememora la presencia imperial con una fiesta medieval.