LOS MOLINOS, LOS MAQUIS Y LOS BANDOLEROS

Molino de Saucedoso entre Bayuela y Garciotún

Los molinos eran por tanto lugares de referencia en medio de la naturaleza en todos los sentidos y a ellos acudían gentes con intenciones de robo o de ocultamiento llegando por ello a los molinos bandidos y prófugos que ocasionaban no pocos sustos a sus moradores.

Ejemplos y anécdotas de este tipo aparecen en los archivos de la Santa Hermandad  Real y Vieja de Talavera entre los que he escogido un caso ilustrativo. En el siglo XVII tienen lugar los acontecimientos, cuando tres vecinos de Valdeverdeja roban dos costales de trigo en el pósito de Torrecilla de la Jara mediante el sistema del butrón. Se les identifica por sus vestidos “a lo lagarterano” y sin ni siquiera perseguirles les esperan los cuadrilleros hermandinos en los molinos de Ciscarros, junto a Aldeanueva de Barbarroya. En este pueblo tienen un cómplice en cuya casa se refugian y limpian el trigo ahechándolo. Acuden luego al molino donde se les captura “in fraganti”, en plena molienda. Es curioso que en el proceso se cuenta cómo se realiza una prueba pericial en toda regla que demuestra que el aspecto y características físicas del grano robado coinciden con el intervenido a los ladrones que, por otra parte declaran a un testigo no haber delinquido nada más que por hambre. Ayudados por varios paisanos suyos consiguen escapar de la cárcel de Alcaudete de la Jara.

Molino en Los Alares

Muchas son las aventuras de maquis, “los de la sierra” como suelen llamarles las gentes del campo, que he podido escuchar en boca de los molineros que muchas veces se vieron entre la espada y la pared, teniendo que actuar con exquisita discreción para no ganarse la animadversión “de los unos ni de los otros”, la Guardia Civil.

En una ocasión me contaba un molinero cómo había tenido simultáneamente a los maquis en el doblado y a la Guardia Civil en la sala de su molino. Había sido presionado para ayudar a ambos grupos pero optó por callar la presencia de los de la troje, evitando así un tiroteo de imprevisibles consecuencias.

Molino de Peña en el Tiétar

En una batida de la “contrapartida”, es decir de los guardias vestidos con los monos que habitualmente vestían los milicianos de la resistencia guerrillera, otro molinero identificó a uno de estos guardias que había nacido en su pueblo. Cuando se marchaban se le escapó al buen hombre un “adiós mi cabo” que delató el disfraz de los guardias. La falta de dos de sus dientes quedó como testigo del indiscreto lapsus del molinero.

Muchas noches de miedo pasaron los molineros de las zonas serranas durante aquella época,  presionados para obtener alimentos e información por ambos bandos, aunque la entrega de algún que otro costal de trigo suavizó el trato por ambas partes.

Molino en el río Pusa en término de Los Navalucillos

ARQUITECTURA POPULAR PUEBLO A PUEBLO (8) ANCHURAS Y SUS ALDEAS (y 2)

Segunda parte

Reproduzco aquí un interesante fragmento de un estudio geográfico de Fernando Jiménez de Gregorio, de 1953, sobre el Rincón de Anchuras, donde trata sobre las viviendas de Anchuras y sus pedanías.

Quedan pocos bardales como cubierta vegetal protectora de los muros en Anchuras y sus pedanías

«Las modernas casas de Las Anchuras capital, aunque de pizarra y cuarcita tienen una parte de ladrillo en el encuadre de los huecos que son de buen tamaño. Algunas aparecen revocadas y con la vivienda a la calle.

Los balcones son escasos porque siguen siendo la mayoría de un piso; la cubierta de madera, generalmente de pino. La portada adopta generalmente la forma de cuerda de arco. Seguir leyendo ARQUITECTURA POPULAR PUEBLO A PUEBLO (8) ANCHURAS Y SUS ALDEAS (y 2)

EXCURSIÓN POR LA GARGANTA FERNANDINA, AFLUENTE DEL ALBERCHE

Cruz y ameal en Navatalgordo

En el paseo de hoy partiremos de Navarrevisca hacia el paraje de El Pontón, donde junto a un viejo puente de piedra se encuentran los restos de una antigua instalación textil.

Fuente de Valdehierro

Seguimos el sendero paralelo a la garganta Fernandina entre agradables arboledas ribereñas y pasando junto a un gran bloque granítico aislado conocido como La China. Llegamos a la confluencia con el Alberche, donde tablas de agua y bosques de alisos nos invitan a descansar.

El Alberche en el tramoque recorremos en esta excursión

En la otra orilla están los restos arruinados del molino del Hierro. A continuación subimos en dirección oeste hasta dar con una senda que bordea a cierta altura la ribera sur del Alberche en un agradable paseo con buenas vistas y pozas donde si lo deseamos podemos pescar o darnos un chapuzón.

Puente de Valdehierro

En el paraje conocido como La Puente hay un merendero donde podremos comer y otras pozas para bañarse. Después tenemos dos opciones para volver, o subir por la carretera hasta el camino que nos lleva a Las Majadillas, donde hay magníficas muestras de arquitectura popular navalosera, o tomar un camino desde el puente que asciende en dirección sur para bajar después hacia la garganta Fernandina por un camino que sigue un trayecto paralelo al arroyo de Pedro Calvo, que desemboca en la misma.

Ermita de San Pedro en las elevaciones cercanas a Serranillos

Hay algunas rutas de interés desde esta localidad. Una de ellas sube hasta la ermita de San Pedro, una construcción en ruinas que conserva una curiosa bóveda granítica y que para algunos es una construcción anterior que alojaba una casa fortificada de los templarios. Hasta ella sube una pista asfaltada que parte desde la carretera que va de Serranillos a Navarrevisca y que también nos permite llegar hasta los repetidores y antenas, desde donde es impresionante la vista panorámica del valle del Alberche.

Praderas y arboledas jalonan el paisaje por donde trascurrimos

ARQUITECTURA POPULAR PUEBLO A PUEBLO (7) ANCHURAS Y SUS ALDEAS

Primera parte

Aparejo de pizarra y cuarcita en la arquitectura de Anchuras

Aunque la absurda división provincial de 1833 tuvo el capricho de incluir a Anchuras en la provincia de Ciudad Real, este pueblo es por historia y geografía una localidad de la comarca de La Jara, y perteneciente al alfoz de Talavera por tanto, no a la comarca de Los Montes en Ciudad Real.

Arquitectura popular típica jareña revocada con huecos recercados y rematados en arco de medio punto rebajado

Nació este pueblo en el ámbito territorial de Sevilleja de la Jara, de la que era anejo el pueblecito de La Enjambre, primero en ser poblado de los cinco núcleos de población que conforman el llamado enclave de Anchuras.

Arquitectura popular de Anchuras y sus anejos. En ocasiones se prolongan los perfiles de fachada adptándose a los desniveles

Por ello no aparece en las relaciones de Felipe II del siglo XVI, porque en esa época solo existía el caserío de construcciones de pizarra con techumbres vegetales que era La Enjambre.

Casa jareña enjalbegada con jambas y  algunos otros elementos de ladrillo

En el siglo XVII ya aparece la propia Anchuras como lugar poblado, pero es en el siglo XIX cuando Madoz en su diccionaio geográfico nos dice que las casas son como zahurdas, por su precaria construcción e incluso comenta que son de mayor calidad las cuadras y pajares que las propias viviendas, que también se describen con techo vegetal.

Conjunto de viviendas típicas en La Enjambre

Como todos estos pueblos de La Jara profunda, los materiales empleados son la pizarra y la cuarcita con cubiertas de teja, aunque antiguamente fueran «retamizas». Como tantas de nuestro entorno presentan las paredes enjalbegadas y en las más modernas se utiliza el ladrillo en jambas y dinteles.  También hay elementos de arquitectura popular típica jareña revocada con huecos recercados y rematados en arco de medio punto rebajado

Horno adosado a vivienda con pequeños huecos y ancha chimenea

ALBERCHE (9), SERRANILLOS Y NAVARREVISCA

Serranillos

Vamos siguiendo el curso del Alberche, que por su orilla izquierda sigue perteneciendo al término de Navalosa, hasta llegar al pinar que lleva el nombre de este pueblo. Se recorre un cauce de gran belleza con numerosas pozas como el llamado charco del Negrito y pequeñas cascadas con algunos molinos en su ribera como el de los Brazos y el de Valdehierro, o alguna aldeíta despoblada como la de La Horadada. Las riberas cuentan con abundantes fresnos y alisos y en el tramo final son también numerosos los nogales. Además, podemos encontrar los restos de los tajamares de dos pontones, uno frente a La Horadada, al final del recorrido de hoy, y otro junto al paraje conocido como de Las Juntas.

Paisajes del alto Alberche desde la ermita de San Pedro en Serranillos

El final de este tramo ya se encuentra en término de Navatalgordo, población con una iglesia rematada con espadaña y algunos edificios de arquitectura tradicional de cierto interés que en las afueras cuenta con al ermita de Nuestra Señora de la Canaleja, de donde parte el camino que desciende hasta el río en la zona del despoblado de La Horadada

Talanquera o cerradura de madera en Navatalgordo

En la orilla sur desemboca un importante afluente del Alberche, la garganta Fernandina, que confluye con él en la zona conocida como Las Juntas, dejando una isla entre ambas corrientes. Esta garganta viene desde el puerto de Serranillos, uno de los más transitados históricamente después del puerto de El Pico. Es muy agradable el descenso de este puerto de Serranillos, al que se accede desde el valle de las Cinco Villas. Mientras bajamos, vamos contemplando hermosos prados junto al arroyo que dan a la zona un aspecto un tanto “asturiano”.

Subida al puerto de Lagarejo desde Serranillos
Paisaje del puerto de Lagarejo

Son varias las interesantes fiestas que tienen lugar en Serranillos, como la romería de San Felipe, en la que se unen los vecinos de Serranillos y los de Navalosa en el paraje de Navalvaos, y allí las parejas de novios ruedan abrazados por una pradera. En Santa Águeda las mujeres son las que mandan en el pueblo pues ésta es una fiesta que deriva de las celebraciones paganas de la “matronalia” romana, posteriormente cristianizadas. Como en el cercano pueblo de San Esteban del Valle, también aquí se celebra el “Vítor”, en el que elementos como los caballos, la devoción y la fiesta se unen en una celebración participativa.

La variada y sorprendente flora de Gredos

Serranillos es un pueblo que tradicionalmente, por su condición de lugar de paso, se ha dedicado al comercio. Muchos de sus vecinos se ocupan desde antiguo en la venta ambulante, los llamados “semaneros”, que iban con sus productos agrícolas a las localidades vecinas, vendiendo las patatas, cerezas, manzanas, y las aceitunas o encurtidos, cuya producción es importante por hallarse radicada una empresa para su elaboración en el pueblo, donde, basada en sus magníficos productos naturales, se puede disfrutar también de una buena gastronomía.

Iglesia parroquial de Navarrevisca

Navarrevisca es el siguiente lugar que se sitúa aguas abajo de la Garganta Fernandina. Se trata de otra pintoresca localidad, cuyo nombre podría significar Nava, o sea llanura húmeda, o de la charca. Su iglesia parroquial recién restaurada y su ermita del Humilladero son los elementos principales de su patrimonio, pero en el entorno cuenta también con los sepulcros rupestres o “lucillos” de época visigoda o altomedieval del paraje de las Mesas y la ermita ya referida de San Pedro.

La garganta se rodea de un bosque de ribera más denso, con alisos, castaños, robles y fresnos que acompañan a la corriente hasta llegar a su desembocadura en el Alberche, en el paraje de Las Juntas, cerca de donde podemos ver el molino de Valdehierro. A la salida de Navarrevisca se encuentra el llamado Pontón y junto a él una fábrica en ruinas que se dedicó a las hilaturas de lana y estaba movida por energía hidráulica.

Desde Navarrevisca se han señalizado varias rutas de senderismo con interés paisajístico, dos de las cuales bajan hasta el Alberche siguiendo por ambos lados la garganta Fernandina. En el entorno inmediato del pueblo podemos pasear hasta el mirador de Las Sildas, a la ermita y fuente de San Antonio o al paraje de La Narria con su majada y un potro de herrar.

ARQUITECTURA POPULAR PUEBLO A PUEBLO, (7) ALÍA

Cuadras y viviendas suelen ser de una planta y levantadas en mampostería de pizarra. Se ve el ladrillo en algunos elementos..

Alía formó parte de La Jara, la tierra histórica de Talavera de la Reina, aunque hubo intentos de nobles que quisieron desgajarla del alfoz de la villa del Tajo. En esta comarca debemos incluirla por la tipología  de sus construcciones, pero con algunas peculiaridades como el empleo de ladrillo. Su situación en territorios serranos hace que se utilice la cuarcita además de la consabida pizarra.

Arquitectura popular de alíaTeja, ladrillo y pizarra enjalbegada

Conserva el pueblo una arquitectura tradicional típicamente jareña construida mayoritariamente en mampostería de pizarra y cuarcita.aunque se diferencia de otros lugares comarcanos en que las jambas y dinteles se hacen con ladrillo en vez de construirse con piedra, tal vez como influencia de la mayor utilización del ladrillo en las construcciones de estilo mudéjar del entorno de Guadalupe, cuyo ejemplo más significativo es la iglesia parroquial de Alía.

Puerta rematada en arco de medio punto rebajado de ladrillo, enjalbegada y con puerta de dos hojas

Las puertas en algún caso están rematadas con arco de medio punto rebajado. Las ventanas suelen ser pequeñas. Sí se utiliza la madera en dinteles de pequeños huecos,

Balconcillo en una de las escasas segundas plantas de la vivienda de Alía

La mator parte de las viviendas es de una sola planta, aunque alguna cuenta con primera y troje e incluso algún balconcillo. La mayor parte de ellas están enjalbegadas. Las cubiertas son de teja árabe y las chimeneas son de grandes proporciones por influencia extremeña.

Casa porticada con pìlares octogonales de tradición mudéjar

Hay algún ejemplar de porticado con pilares octogonales de ladrillo aplantillado típicos de la influencia mudéjar del monasterio y similares a los que se pueden ver también en la propia Guadalupe o en Puente del Arzobispo, por ejemplo.

Viviendas de una planta con jambas de ladrillo en los huecos y chimeneas de proporciones considerables

ALBERCHE (8) RUTA PARA CONOCER LAS «PALLOZAS» O PAJARES DE NAVALOSA

Uno de los pajares de verano de Navalosa

El recorrido sugerido parte de la carretera de Hoyocasero a Navalosa, cerca del kilómetro 8 y desciende hacia la ermita de Los Santos, para desde allí bajar hacia el Alberche por una pista. Cruza el río por un pequeño puentecillo para subir después hasta el paraje de Las Cabañas donde hay una buena agrupación de estas construcciones.

Chozo de Navalosa con techumbre de lajas de granito

Seguimos ascendiendo hasta otro conjunto un poco más elevado en la ladera y descendemos hacia el paraje del Batán, junto al arroyo de Navalvado, que cruzaremos para subir entre algunas de estas construcciones hasta la pequeña aldea de Majadillas, otro núcleo que cuenta con un buen grupo de estas pintorescas construcciones.

Conjunto de pajares o «pallozas» en el valle del Alberche, término de Navalosa

Luego descendemos por la carretera hasta el paraje de La Puente, donde podremos reponernos del camino en su merendero para después subir hacia el pueblo atravesando otro núcleo con varias cabañas. Desde Navalosa, después de dar una vuelta, especialmente por su barrio alto, volveremos por carretera hasta el punto de partida.

Puente sobre el Alberche en Navalosa

 Recorrido aproximado 15 kilómetros, 4 horas y media

Prados en el alto Alberche

 

 

ARQUITECTURA POPULAR PUEBLO A PUEBLO (4) ALMENDRAL DE LA CAÑADA

Sillarejo y sillería graníticas en una construcción de Almendral. Se observa también el adobe tapando el hueco del pajar.

Hoy visitamos este pueblo enclavado en la cara norte de la Sierra de San Vicente que como todos los de esta comarca fueron repoblados en la Edad Media por los caballeros abulenses, repoblación que es evidente por algunas características comunes en su arquitectura con la vecina Gredos.

Construcciones típicas de Almendral en mampostería granítica

Fue una de las aldeas del señorío de Navamorcuende y el principal material de sus construcciones es el granito, aunque hay alguna presencia del adobe especialmente en los doblados.

Las construcciones son de mampostería y sillarejo con sillería no muy elaborada en vanos y esquinazo

Uno de los típicos patios enlosaos previos a las viviendas en Almendral de la Cañada

La descripción que se hace en el Diccionario de la Provincia de Toledo en 1960 dice:

«Forma un solo núcleo alrededor del cual existe un cinturón de pajares y corralones para los ganados….Las casas se construyen de granito con las esquinas y huecos labrados, balcón corrido, y fachadas enfoscadas de cal y arena. Por lo general suelen tener un solo piso y granero encima. Consta de un portal de entrada, cocina, sala, o comedor y habitaciones con escasa ventilación. . posee cuadras para las caballerías y corral para el resto del ganado. La cocina es ancha, con amplia campana y la lumbre en el suelo. Las puertas son de dos hojas y el tejado a dos vertientes.»

Ventana de sillería granítica con reja carcelera en Almendral. También se observa el conducto por el que se vertía a la calle el agua del fregadero de la vivienda.

Es cierto que en estas construcciones de sillarejo los huecos son siempre de pequeñas dimensiones por lo que debilitan los vanos a estas construcciones sin argamasa, solo con barro como aglutinante. Aunque sí hay paredes enfoscadas, la mayoría muestran la piedra desnuda, salvo las de nueva construcción.

Muchos de los perfiles son muy alargados rematando los tejados sobre muros de baja altura como los de la imagen adjunta.

Los largos perfiles son característicos de la arquitectura de Almendral

Muchas de las entradas al patio previo a la vivienda están cubiertas por un pequeño tejadillo protector. Madoz dice en 1850 que «hay 170 casas de un solo piso y de 5 varas de altura que ocupan además mucha extensión por comprender además muchas cercas y corrales.»

Zahurdas en Almendral
Entrada a las viviendas con el patio previo a su acceso en Almendral
Algunas de las viviendas tenían tejadillos que protegían el acceso de las lluvias
Arquitectura típica de Almendral de la Cañada con el tejadillo cubriendo la puerta del portal.

ALBERCHE (7) NAVALOSA Y SU ARQUITECTURA

NAVALOSA, PUEBLO DE LAS «PALLOZAS»

Arquitectura popular en Navalosa

Desde Hoyocasero podemos seguir nuestro recorrido por el valle del Alberche acercándonos por una pista asfaltada hasta el pueblecito de Navaquesera, con su caserío que se asoma desde el balcón de sus 1509 metros. Es una localidad pintoresca rodeada de huertos y calles que se alegran con flores cultivadas. Su pequeña iglesia granítica está rematada con espadaña y desde allí podemos bajar hasta la carretera que nos lleva a Navalosa, pueblo al que también podemos llegar directamente desde Hoyocasero.

Arquitectura popular de Navaquesera

El principal atractivo de Navalosa es su arquitectura popular, no sólo en su casco urbano sino también en su entorno, ya que repartidas por su término hay numerosas construcciones muy similares a las pallozas de León. Se trata de edificaciones rústicas de planta generalmente rectangular u ovalada con techo de piornos o retamas. El ganado se situaba en la planta inferior, donde además se suele encontrar un pesebre hecho con lajas de granito. En el nivel superior, situado sobre una tosca estructura de vigas de madera, se encuentra el pajar, al que se accede por una puerta-ventana exterior, generalmente abierta sobre uno de los extremos laterales del edificio. Sobre la cumbrera se colocan lanchas de granito que impiden que se vuele la techumbre vegetal.

Arquitectura popular en Navalosa

Frecuentemente, junto a estos pajares de verano o cabañas, que es como se denominan aquí estas peculiares edificaciones, podemos ver unos pequeños habitáculos de mampostería en forma de casillas de planta cuadrada con el techo de grandes lajas de piedra, donde la familia solía hacer su vida diaria para evitar el peligro de incendio que tienen los pajares.

Pajares o «pallozas» de Navalosa

Otras edificaciones como chozos, zahúrdas o gallineros se encuentran en las inmediaciones de estas “pallozas” serranas formando conjuntos muy vistosos que en algunos lugares llegan a  constituir verdaderos poblados, como es el caso de Las Majadillas, las Cabañas y otros situados principalmente junto a las riberas del Alberche, además de algunos en la periferia inmediata del casco urbano de Navalosa, concretamente en sus barrios más elevados, donde también podemos observar curiosas eras delimitadas por losas graníticas y varios potros de herrar.

Construcciones auxiliares como zahurdas, chozos o allineros acompañan a los pajares

Hay que señalar que estas construcciones se encuentran solamente en el término de Navalosa y son una de sus señas de identidad, pero no las únicas, ya que es una localidad que ha contado siempre con numerosos artesanos que con frecuencia salían de su pueblo para ir a vender sus productos a zonas más o menos cercanas como la Moraña, la comarca de Talavera etc. Hoy día quedan todavía algunos talleres artesanos que fabrican mantas típicas en telares manuales.

Imagen de San Bartolomé en Navalosa, con el demonio atado por la cadena y el cuchillo con el que le martirizaron despellejándolo

También es muy característica su fiesta de carnaval, en la que salen los quintos disfrazados de “cucurrumachos” , palabra similar a la que denomina a estos personajes en fiestas de invierno similares como los morraches de Malpica de Tajo, o los marraches de Navalucillos, y que además es un término relacionado con “mamarracho” con el que se califica a personas de aspecto grotesco, por similitud con estos disfraces llamativos que, en el caso de Navalosa, se hacen con pelambreras confeccionadas con crines de caballo y con cuernos de cabra, además de las artesanales mantas de la localidad que se ciñen con cinturones que sostienen los cencerros. Los mozos se dividen en los quintos nuevos y viejos, que se reúnen en torno al mayo de la plaza, donde también se lanza paja a los presentes. Otros elementos comunes a otras de estas fiestas de invierno son la vaquilla o las cuestaciones de los quintos pidiendo alimentos o bebida por el pueblo, entre otras. También se visten los mozos de manera similar a las soldadescas de otras localidades, con las escarapelas, las cintas etc. Además del carnaval, otras fiestas de Navalosa son Santa María la Blanca el ocho de Septiembre y la Romería de San Felipe el dos de mayo.

ARQUITECTURA POPULAR PUEBLO A PUEBLO(5). ALDEANUEVA DE SAN BARTOLOMÉ

Viviendas de pizarra y granito enjalbegados. Algunos muros son redondeados por la dificultad que presentan las esquinas de sillarejo de pequeñas dimensiones

Aldeanueva de San Bartolomé o «Aldeanovita» es un pueblo de la Jara Occidental que como otras localidades de esta zona combina el granito y la pizarra en sus construcciones lo que da a los muros un aspecto muy pintoresco, aunque desgraciadamente son pocas las construcciones tradicionales que quedan en sus calles. Muchas de ellas han sido sustituidas por edificios de hasta tres plantas con balcones sencillos de hierro que han hecho perder el aspecto de la bonita arquitectura vernácula.

Vivienda revocada típica jareña de dos pisos

Muchos de los viejos edificios estaban enjalbegados y otros más modernos revocados con cal y arena perdiendo así su aspecto original. Los huecos son de pequeñas dimensiones, pues era técnicamente necesario en estas construcciones de sillarejo con barro de frágil estructura

Viviendas jareñas de uno y dos pisos. En éstas el segundo suele ser el doblado o troje que hace las veces de pajar, granero o trastero. Vemos también muros curvos

También hay algunas viviendas con el tipo común a muchos pueblos de la comarca con puertas y ventanas con recercados pintados y ventanas sencillas rematadas a veces con arcos de medio punto rebajado.

No encontramos casonas, aunque sí algunas viviendas de dos pisos de mayor entidad y dimensiones.

Esquinazos de gsillería de graito en algunas viviendas. Enjalbegadas y con ventana o boquerón para el pajar en la segunda planta

En el siglo XVI decían sus vecinos:  «Y las casas son de piedray barro, y de tapias de tierra y de madera de encina y teja, y otras cubiertas de escoba, y los materiales los hay alrededor de él. Y otras se hacen con madera de pino que viene de aquí quince leguas de un pueblo que se dice Arenas y desde otros lugares lejos ansí mismo» .

Típicas ventanas jareñas recercadas y con arco de medio punto rebajado

A mediados del siglo XIX son » 125 casas habitadas , 3 cerradas y 14 destruidas, formadas todas de piedra o barro y cubiertas de teja la mayor parte. Otras con retama y de piso bajo. Componen diecisiete casas y dos plazas»

Sillería granítica en las esquinas y vanos con mampostería de granito y pizarra en los muros.

A mediados del siglo XX ya son 324 casas » la casa típica es de piedra y ladrillo y está enjalbegada, consta de tres o a cinco habitaciones y cocina. Los suelos son de ladrillo y baldosines. Tiene anejos cuadras, corrales y pajares. Tejados a dos aguas  con mucha inclinación y. Puertas y ventanas de dos hojas».

Arquitectura popular de Aldeanovita con adobes, pizarras y muros enfoscados de cal y arena

Ya vemos que como en todos los pueblos de nuestro entorno hubo tejados de teja y vegetales y las grandes vigas eran traídas de Gredos.

Los huecos de las ventanas son de reducidas dimensiones en la arquitectura jareña