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EL HOMBRE DEL GUADYERBAS, UN CURIOSO YACIMIENTO PALEOLÍTICO

Canto rodado trabajado hallado en el Guadyerbas

Hay varios yacimientos en nuestra comarca cuya industria podríamos denominar como el «Paleolítico de Velada» ya que es en el término de esta villa donde se encuentra la mayor riqueza y densidad de unos yacimientos que con numerosa material de sílex es la representación más significativa, hasta el momento, del paleolítico superior de las tierras de Talavera. Llama la atención la gran variedad de materiales, tanto por su forma como por el colorido y diferentes tamaños de los mismos. Las pátinas y el grado de rodamiento también son muy variables, incluso se encuentran algunos objetos en cuarcita que, por su aspecto, bien pudieran pertenecer al paleolítico inferior o al menos a dataciones más antiguas que la generalidad del material.

Todos estos hallazgos se distribuyen por una gran zona que comprende las riberas de los arroyos del Molinillo, el de Los Huertos, el de Alcañizo y los ríos Guadyerbas y Riolobos[1].

Industria paleolítica del Guadyerbas

En la desembocadura del Guadyerbas en el Tiétar aparece también industria , aunque no se halla en este último río geológicamente más condicionado por los plegamientos de la Sierra de Gredos.oncretamente en este punto, con motivo de los estudios sobre el impacto del Embalse de Monteagudo, realizaron Fco. Javier Díaz y Ramón Gómez un estudio geológico que nos permite datar la antigüedad de este yacimiento entre los 8000 y los 10000 años.El material está tallado sobre lascas de tamaño medio en general (2-8 cm) y con morfologías muy diversas.

Microlitos del paleolítico

Según la especialista en paleolítico Josefa Enamorado «La importancia de estas colecciones radica en que es la primera vez que en el valle medio del Tajo se registran objetos con estas cracterísticas y cronología… es raro además que estos yacimientos se localicen al aire libre ya que lo habitual es que se encuentren en cuevas y abrigos. Estas colecciones ribereñas del Guadyerbas aportarán más  luz   sobre la vida y comportamientos humanos de los habitantes del interior peninsular ya que, por ahora, solamente existen paralelos a estas culturas en la cornisa cantábrica» [2]

Bifaz de sílex del yacimiento del Guadyerbas en Velada

El mismo autor que descubrió los yacimientos del «paleolítico de Velada», Miguel Méndez, ha localizado tres nuevos asentamientos con características diferentes a los anteriores, uno en el arroyo de Malojo pero en zona más alta del arroyo que el otro yacimiento ya enumerado y perteneciente al paleolítico inferior,otro en las orillas del arroyo Zarzueleja cercano a la población de Gamonal y un tercero en el arroyo de la Sal. Todos presentan una industria realizada en sílex de tonalidades mayoritariamente blanquecinas, con retoque menos elaborado que el de Velada pero que por su situación estratigráfica pertenece también al paleolítico más reciente o incluso al epipaleolítico[3].

[1]MÉNDEZ -CABEZA FUENTES, V. M. Y  PALOMO ,G. La Villa de Velada, Toledo, Diputación Provincial, 1984, pp. 25-33.

[2]Op. cit. La ocupación…

[3]Comunicación personal de Miguel Méndez.

La saca del corcho en Velada

LA SACA DEL CORCHO

Saca del corcho en Velada

El alcornoque es una especie arbórea que precisa de algo más humedad que la encina y de terrenos preferentemente silíceos. Es por ello que en nuestra región se puede encontrar en las zonas donde el clima extremado continental mesetario se suaviza por la influencia atlántica como es el caso de nuestra comarca.

Casi 20.000 hectáreas se dedican a su aprovechamiento con una producción importante que podrían ser mucho mayores si, como sucede con muchas otras de nuestras materias primas, las plusvalías generadas por su manufacturación no se quedaran en otras regiones. En efecto, las industrias corcheras de Talavera o Velada por ejemplo, se limitan a seleccionar, cortar, cocer y embalar las planchas de corcho para que sea en Cataluña, en la mayor parte de los casos, donde se transforman en la industria taponera, de aislantes o de las nuevas artesanías industriales del corcho, que fabrican desde carteras hasta faldas de este material natural y cada día con mayor demanda.

Un material de gran calidad con infinitas posibilidades pero que ya fue conocido por nuestros artesanos que lo trabajaron desde un punto de vista principalmente utilitario pero también estético en los casos de artesanía pastoril que luego comentaremos.

Alcornocal con el corcho recién extraído

Cuando llegaba la canícula en las dehesas de Velada y Oropesa, en las umbrías de la Sierra de San Vicente o la Jara Alta, las cuadrillas salían
a la saca del corcho, labor por la que se despega la corteza del alcornoque. Se hacía el trabajo durante las horas más calurosas del día y los meses más calurosos, «desde San Pedro», que era el tiempo más adecuado para esta actividad, y de hecho, era necesaria la presencia de un trabajador exclusivamente dedicado a suministrar agua para evitar la deshidratación de los operarios, el aguador, que a veces también ayudaba al ranchero, que era el corchero al que se encomendaba el aprovisionamiento de leña, manteniendo el fuego y los pucheros individuales de las más de veinte personas que componían estas cuadrillas, además de cuidar de la intendencia general del campamento encargando a un ordinario que se acercara al pueblo a por los encargos y suministros.

Asientos o "tajos" elaborados con planchas de corcho y virus de jara
Asientos o «tajos» elaborados con planchas de corcho y virus de jara

Los corcheros dormían en las mismas dehesas en los campamentos que en forma cónica se hacían con palos y ramaje alrededor de un alcornoque, aunque a veces dormían en media caña de corcho colgada de una rama a modo de litera. No descansaban ni siquiera los domingos y solamente acudían al pueblo en la Virgen de agosto, San Roque, Santiago y Santa Ana. El jabón casero, un peine, la navaja, una manta y algunas viandas era el modesto ajuar del corchero.

El accidente de trabajo más frecuente era la picadura de los escorpiones que se escondían en los recovecos de la corteza, y se utilizaba para aliviar el dolor un curioso remedio» homeopático» el aceite de alacranes, que se obtenía de freír casi hasta la carbonización un número impar de escorpiones en aceite de oliva, para luego utilizar este mejunje masajeando la zona afectada.

Pila de lavar o cuzarro en Velada

Ser taponero era sinónimo de ser corchero «de fábrica». Utilizaban el cuchillo curvo de corchero para recortar las piezas y deben su nombre a que completaban sus jornales con la elaboración casera a destajo de tapones. El escogedor elegía y agrupaba las piezas según su calidad y características que sería largo de describir aquí.

RUTA ENTRE ENCINAS Y ALCORNOQUES ENTRE TORRALBA Y VELADA

ENTRE ENCINAS Y ALCORNOQUES

 Recorrido aproximado 26 kilómetros, 5 horas y media si se hace el recorrido completo, aunque podemos reducir a nuestra conveniencia el trayecto de ida y vuelta por el Camino Real de Veratos

 Tenemos muy cerca de Talavera uno de los mayores y mejor conservados bosques adehesados de España. Desde la Sierra de San Vicente hasta el embalse de Rosarito podemos viajar y llegar a perdernos entre encinas y alcornoques en parajes que no tienen que envidiar a las mejores dehesas extremeñas.

Alcornocal e las dehesas que vamos recorriendo

Tomaremos en coche desde Torralba una pista asfaltada que se dirige hacia el Dehesón del Encinar. Cuando hemos recorrido algo más de tres kilómetros nos desviamos hacia la derecha para visitar la ermita de la Virgen de Aravalles. Aquí hubo un pueblo hoy desaparecido, como su vieja ermita, antigua iglesia del mismo. Debido a la tradición romera que había en el lugar se construyó una nueva y peculiar ermita con los muros abatibles que es premio de arquitectura de Castilla-La Mancha, aunque su aspecto sea el de un transformador de la luz.

Las parras silvestres suben a los fresnos de ribera en las dehesas de Velada y Oropesa, como en este arroyo de El Dehesón

Lo único que nos queda del viejo edificio es la imagen de la Virgen de su advocación que hoy se encuentra en la iglesia parroquial de Torralba, una bonita talla de transición del románico al gótico. Si lo deseamos podemos acercarnos por otra pista hasta una charca donde tomaban baños antiguamente gentes que venían de muy lejos atraídas por supuestas cualidades curativas de las enfermedades reumáticas. Como otros baños similares tienen el nombre de “baños de la Guarra” y están en la dehesa de El Horcajo.

Ermita de la Virgen de Aravalles

Volvemos a la pista de El Dehesón pero, antes de llegar a otra pista que va de La Corchuela al Dehesón del Encinar, nos cruzamos con el Camino Real de Veratos, llamado así porque era el utilizado desde hace siglos por las gentes de La Vera para llevar sus frutas y hortalizas a Madrid, para ser allí comercializadas principalmente en la Plaza Mayor, donde textos del siglo XVII nos hablan de la comercialización de decenas de especies diferentes de manzanas y otras frutas que procedían de los cultivos veratos. Tomaremos a pie o en bicicleta este camino”frutero” con aspecto de cordel en dirección este, hacia Velada.

Uno de los grandes alcornoques de las dehesas de Velada

Vamos en un agradable recorrido por dehesas de encinas y alcornoques de gran porte surcadas por arroyuelos pintorescos festoneados con bonitos bosques de ribera de fresnedas, sauces y espinos que, si tenemos tiempo, vale la pena seleccionar alguno de ellos y seguirlo por la orilla.

Llegamos a Velada, cuyo patrimonio ya hemos descrito en las rutas de la Cañada Leonesa Oriental y volveremos por el camino nuevamente. A la derecha de nuestro recorrido queda el camino del Barrero, cuya vivienda se cimenta sobre los restos de lo que fuera el primer asentamiento del pueblo de Velada en época medieval. Las ruinas de gruesos muros nos hablan de que aquí los caballeros abulenses construyeron el castillo que defendería del ataque musulmán estas tierras reconquistadas. Es significativo que estos parajes conserven todavía el topónimo de Cerro Dávila, apellido de los feudales repobladores. Llegamos de vuelta por el camino de los veratos hasta el cruce de otra pista que tomándola en dirección norte nos lleva hasta la Dehesa Nueva, pasando junto a una fuente abrevadero conocida como el Pilón del Artillero.

Encinas milenarias de las dehesas de Velada y Oropesa

Vamos por el recorrido señalado rodeando dicha labranza hasta llegar al Dehesón del Encinar, finca que fue objeto de un largo pleito sobre su pertenencia entre los condes de Oropesa y los pueblos de su señorío pues, aunque Felipe IV donó el usufructo de los mismos a los señores, no donó su propiedad permanente y los pueblos, entre ellos Torralba, se vieron obligados a pleitear durante muchos años. Fue una granja experimental propiedad de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. En la época de migración son numerosas las bandadas de palomas torcaces que por aquí tienen uno de sus pasos predilectos, además de las rapaces, águilas y milanos que intentan darles caza. Desde aquí volveremos al punto de salida y desde allí a Torralba.

Tejar en el Dehesón del Encinar

RUTA DEL MENHIR, ENTRE GAMONAL Y VELADA

Ruta del menhirruta-del-menhir

Desde el lavadero de Gamonal tomaremos el camino que sale en dirección norte, justo en la raqueta del cruce de la carretera de Ávila, e iremos ascendiendo por él. A unos quinientos metros se ven a la izquierda unos pequeños taludes arenosos donde algunas mujeres de Gamonal extraían la arena y la vendían en Talavera para fregar las sartenes. Alguna de ellas falleció atrapada por la tierra cuando se derribó la pequeña galería de la que la extraían.

Seguimos subiendo por este camino y, aproximadamente a dos kilómetros del inicio, podemos desviarnos hacia el noroeste hasta la ermita de la Encarnación, antigua iglesia de un despoblado medieval anterior al actual asentamiento de Gamonal. Conserva todavía los muros muy deteriorados, la espadaña sobre un muro fortificado y también se percibe que tuvo un pequeño pórtico en la entrada sur.Ruinas de la ermita de la Encarnación

Desde allí seguiremos  campo a través hasta la elevación que se percibe a poniente sobre con una roca con un vértice geodésico. Ésta es el Cancho del Niño que, como el resto del paraje inmediato del Cerro de los Lobos debe su nombre a que según una tradición, en una ocasión el hijo de una lavandera que jugaba por la zona se alejó de su madre y fue devorado por un lobo. Ermita de la Virgen de Gracia de Velada en dibujo de Enrique Reaño

Desde allí seguiremos por estas estribaciones del Berrocal, según indica el plano, hasta llegar a una vaguada que desciende en dirección oeste y que llega hasta la ermita Virgen de Gracia, patrona de Velada, que cuenta con una interesantísima azulejería de Talavera del siglo XVI y XVII con una zona arreglada para las romerías.

Reatablo de azulejería del siglo XVII en la ermita de Virgen de Gracia de Velada

Desde aquí seguiremos paralelamente a la carretera de Ávila que cruzaremos antes de que trasponga hacia los llanos del Baldío, dirigiéndonos hacia lo que parece una torre o atalaya, y que en realidad es un molino de viento que perteneció a los marqueses de Velada, cuyo escudo lucía sobre la puerta, aunque fue robado.                                      Desde allí la vista es magnífica sobre los Llanos de Velada, donde se producen sus magníficas sandías y carillas, y el valle del Guadyerbas festoneado por su bosque de ribera, ambos protegidos por su riqueza ambiental, y al fondo, la sierra de Gredos. Podemos descender unos cientos de metros hasta la pintoresca fuente de Praomaría, junto al camino que desciende a los Llanos del Baldío velaíno, para desde aquí regresar por ese mismo camino a Velada,

Molino de Viento de Velada

Éste es un pueblo con un patrimonio considerable y digno de detenernos, como describimos en el capítulo en el que la Cañada Leonesa Oriental pasa por aquí.

Fuente de Praomaría

Partimos después desde Velada en dirección sur por la cañada hasta donde se cruza con el Carril de las Mulas, y cerca del paraje conocido como la laguna del Conejo, a la derecha de nuestro camino, se encuentra sobre una elevación un curioso menhir que, como otros monumentos megalíticos de la comarca, también se localiza junto a estas viejas vías pecuarias. Se trata de un bloque granítico con la típica forma apuntada de los menhires que tiene en su cara sur numerosos huecos semiesféricos, las llamadas “cazoletas”, cuyo significado ritual para las gentes que lo erigieron hace cuatro mil quinientos años desconocemos. Algunas de estas cazoletas están comunicadas por canalitos cuyo simbolismo también ignoramos.

Menhir de la laguna del Conejo

Después nos dirigiremos por ese mismo carril de las Mulas hasta Gamonal, el punto de partida.

Detalle de las cazoletas del menhir de la Laguna del Conejo con la flecha señalando uno de los canalillos

Recorrido aproximado 12 kilómetros, tres horas y media

DEL TIÉTAR A PARRILLAS POR LA CAÑADA

CAÑADA LEONESA OCCIDENTAL II

DESDE EL TIÉTAR A La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es clocc2-758x1024.png

Antes de hacer este tramo debemos atravesar el río Tiétar

Recorrido aproximado 12 kilómetros, tres horas

Más cuatro de la desviación a Parrillas, ida y vuelta, otra hora más.

Cañada Leonesa occidental a su paso por los términos de Velada y Parrillas

Vamos a comenzar nuestros periplos trashumantes por la cañadaque desciende desde el Puerto del Pico hasta Ramacastañas cruzando así el Tiétar y pasando de una Castilla a la otra. Aquí comenzaremos nuestro camino de hoy, siguiendo la que en los planos aparece como Cañada de Arenas de San Pedro a Navalmoral de la Mata. Vamos a seguirla desde el puente del Tiétar en dirección sur, adentrándonos en el término de la villa de Parrillas que, en nuestro ascenso paralelo a la carretera que va a Talavera, vamos a ir dejando a la derecha. Cuando coronamos el repecho, entramos en las tierras de Velada y unos metros después, parte un camino a la izquierda que nos llevará, si queremos desviarnos, en un agradable paseo de unos dos kilómetros y medio hasta un pueblo desaparecido que se llamó Aldea de Arango y que  se conoce actualmente con el nombre de la finca donde se halla, El Bosque.

Parador de San Prudencio, junto a la cañada Leonesa occidental y la carretera de Arenas

En realidad éste fue un conato de pueblo, una colonización fallida promovida en 1863, mediante la que el terrateniente y senador del reino don Andrés Arango quiso colonizar estas sierrecillas despobladas. Conserva todavía su iglesia, el cementerio, el caserío de la finca y los restos escasos de algunas viviendas de aquella población que solo duró unas décadas pero de la que se conservan en la parroquia de Velada los libros de nacimientos y defunciones. Muy cerca, en el arroyo de Navalarroyo, se conserva un molino muy antiguo, situado en una zona de praderas y alcornocales. En el arroyo de Nahínos se pueden ver dos buenos puentes graníticos con los que don Andrés quiso facilitar la explotación de sus tierras y, entre ambos, unas cascadas pintorescas. El colegio público de Velada lleva el nombre de Andrés Arango porque a su patrocinio se debe la fundación primitiva de las escuelas “velaínas” dotadas con diez mil pesetas de las de entonces.

Puente construido en l aldea de Arango por su fundador, hoy finca El Bosque

Desde Aldea de Arango volvemos a la cañada, vamos descendiendo por el cordel y dejando algunos caseríos a la derecha que en su mayoría sirvieron como ventas y paradores para los trashumantes. En el quiebro que hace el la cañada separándose de la carretera de Arenas vemos un viejo edificio que se conoce como El Parador de San Prudencio o Parador de Aguirre. Se llama así porque era propiedad de la Fundación Aguirre de Talavera, debido a que está situada en La Aliseda, una de las fincas de cuyos beneficios se financia el patronato benéfico. En la institución solamente podían ser admitidos en su origen niños de Talavera, Velada (por estar localizadas en su término las fincas de Aguirre) y Vitoria por ser este terrateniente originario de esa ciudad, cuyo patrón es San Prudencio. Este parador tenía como usuarios principales a los carreteros que bajaban desde la Sierra de Gredos cargados de madera para Talavera y Madrid. Antiguamente, cuando estaba en activo la Cabaña Real de Carreteros, los carreteros cargaban loza en Talavera, para luego transportarla a Sevilla donde se embarcaba para las Américas.La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es IMG_1044-1024x636.jpg

La cañada continua entre paredes de piedra en un entorno de bosque mediterráneo y algunos prados a los lados con otros caseríos y antiguos paradores que incluso tienen hornos donde se debieron cocer no pocos panes para los serranos que pasaban por aquí con sus ganados.

Tramo calzado de la Cañada Leonesa Oriental

Llegamos después de seis kilómetros de recorrido hasta la carretera que se desvía desde la de Arenas a Talavera para ir a los pueblos de Parrillas y Navalcán. Aquí abandonamos la cañada si queremos visitar estos dos pueblos de fuerte personalidad. Solamente recorridos unos metros de la carretera vemos un indicador que nos orienta hacia la ermita de la Fuente Santa, recientemente reconstruida por los parrillanos y donde se celebra una concurrida romería. Es curioso cómo, cerca de aquí, se encontró un ara funeraria romana alusiva a las ninfas, deidades romanas de las aguas, en un entorno que cuenta con dos ermitas vinculadas a las aguas salutíferas, como son ésta de la Fuente Santa y la de San Juan Bautista, advocación vinculada también a diversos aspectos y rituales relacionados con el agua.

Fuente Santa que da nombre a la Virgen de la ermita de Parrillas

La ermita de la Virgen de la Fuente Santa es de fundación desconocida, aunque se tienen datos de su existencia al menos desde el siglo XVI. La planta original era similar a la actualmente reconstruida y en ella existía un retablo del siglo XVIII, aunque ahora la capilla está adornada con azulejo talaverano moderno. También se ha restaurado con gusto la casa del santero y la antigua fuente. El paraje es agradable con una pradera donde se desarrolla la romería y la procesión en torno a la ermita con las consabidas pujas posteriores.

Romería en la ermita de la Virgen de la Fuente Santa

PALACIO DE LOS MARQUESES DE VELADA, Patrimonio en peligro 5

PALACIO DE LOS MARQUESES DE VELADA, Patrimonio en peligro 5

Palacio de los Marqueses de Velada

FICHA DE BIEN EN PELIGRO

Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo

Denominación.-

Palacio de los Marqueses de Velada

 Término Municipal.-

Velada

Puerta principal del palacio con el escudo repicado

 Situación.-

Avenida de Extremadura

 Categoría.-

Bien inmueble

Escudo repicado de los marqueses de Velada

 Descripción del Bien.-

Se trata del palacio de una de las casas nobiliarias más antiguas de España y muy influyente en diferentes épocas de nuestra historia.

 En él estuvo desterrado de la corte don Luis de Borbón infante de España y heredero de la corona.

Vivió en Velada hasta que se construyó su palacio de Arenas de San Pedro y con él estuvieron su pintor Goya, que luego haría  un retrato de la familia de don Luis y de sus hijas nacidas en Velada, la condesa de Chinchón  y su hermana.  El gran músico Bocherini compuso algunas de sus obras en este arruinado palacio y también frecuentaron sus jardines reyes y grandes de España durante diversas épocas.

Patio norte del palacio de los marqueses de Velada
Ventana de la fachada occidental del palacio

Lamentablemente los restos del palacio apenas se tienen en pie, con las vigas podridas y los muros agrietándose sin que nadie haga nada por remediarlo, las ruinas de la casa solariega de los Marqueses de Velada, famosa en otros tiempos por sus jardines con fuentes y estanques y sus plantaciones de “naranjos, limones y cidros y zamboos y otros árboles y  flores de mucha fruta”.

La cupulilla que daba luz a la biblioteca de los marqueses de Velada
La cupulilla que daba luz a la biblioteca de los marqueses de Velada

Hasta hace poco se apreciaban en su interior las grandes estancias, la bodega, la repostería y la sala cubierta de azulejos talaveranos del siglo XVII,  hoy en el Museo Ruiz de Luna, sobre la que se ve todavía una linterna de ladrillo y cupulilla rematada por una cruz. También quedan restos del estanque y alguna reja de interés. El escudo de los marqueses ha sido repicado en el dintel de la entrada principal. Sus muros mantienen aún el rótulo de Cuartel de Milicias Falangistas, destino que tuvo el edificio durante la Guerra Civil.

Azulejería de la biblioteca del palacio de Velada hoy en el Museo Ruiz de Luna

Cronología principal.-

Siglos XVI-XVII

 Protección legal.-

Las genéricas de protección del patrimonio autonómicas y estatales

 Propietario.-

Privado

Zona norte del edificio del Palacio

 Valoración del Bien.-

  • Valor histórico
  • Valor artístico

Principales riesgos apreciados.-

  • Riesgo de ruina absoluta y derrumbe

 Bibliografía de referencia.-

Méndez-Cabeza Fuentes, M., Palomo, G., La Villa de Velada, Toledo, 1990

Viñas y Paz, Relaciones de Felipe II

VISITAMOS VELADA Y SALIMOS PARA ALCOLEA

VISITAMOS VELADA Y SALIMOS PARA ALCOLEA

Recorrido aproximado  12 kilómetros, 3 horas y media

Palacio arruinado de los marqueses de Velada

 

Seguimos conociendo el patrimonio de Velada antes de seguir por la cañada. Lamentablemente los restos del palacio apenas se tienen en pie, sin que nadie haga nada por remediarlo, las ruinas del palacio de los Marqueses de Velada, famoso en otros tiempos por sus jardines con fuentes y estanques y sus plantaciones de “naranjos, limones y cidros y zamboos y otros árboles y  flores de mucha fruta”. Hasta hace poco se apreciaban en su interior las grandes estancias, la bodega, la repostería y la sala cubierta de azulejos talaveranos del siglo XVII, sobre la que se ve todavía una linterna de ladrillo y cupulilla rematada por una cruz. También quedan restos del estanque y alguna reja de interés. El escudo de los marqueses ha sido repicado en el dintel de la entrada principal. Sus muros mantienen aún el rótulo de Cuartel de Milicias Falangistas, destino que tuvo el edificio durante la Guerra Civil. También poseían los marqueses de Velada un magnífico palacio frente a la catedral de Ávila que ha sido rehabilitado como lujoso hotel y restaurante.

Este retrato pintado por Goya de la familia y corte del infante don Luis de Borbón pudo haberse pintado a caballo entre Velada y Arenas como se deduce por la edad de la condesa de Chinchón y su hermana nacidas y bautizadas en Velada

El templo parroquial ha sufrido diferentes reconstrucciones de las cuales, la más importante fue ocasionada por un incendio acaecido en 1541 cuando una noche de febrero “habiéndose dexado los niños que andaban con la iglesia una texa con brasas en la tribuna, se debió caer alguna brasa y se incendió la tribuna que era de madera de pino…”. El desastre afectó al campanario, a la techumbre y a los retablos siendo el destrozo casi total.

Iglesia parroquial de Velada

En aquella primera rehabilitación se debió instalar el artesonado que podemos contemplar actualmente y que es plano, de estilo mudéjar tardío con cuadrados policromados que presentan piña central en algunos de ellos. Más tarde, en 1750 se construyó la esbelta torre actual. En el año 1779 se hicieron las portadas con sus pórticos. Los franceses ocasionaron graves destrozos y robaron toda la plata y vestiduras ricas. Parece que el segundo retablo era muy parecido a uno de los de la catedral de Plasencia pero fue destruido en 1936. El templo es espacioso, de una sola nave y se compone de dos cuerpos separados por el arco toral. El presbiterio está cubierto por bóveda y en los dos altares laterales aparecen, aunque deteriorados, frontales de antigua cerámica de Talavera. El ábside plano se cubre con sencilla bóveda de crucería y en el coro, situado a los pies, se encuentra el órgano. En el entorno de la iglesia se sitúa el cementerio, sobre cuya portada se puede ver una calavera dibujada en panel de azulejos del siglo XVIII.

Estilizada torre dieciochesca de la iglesia de Velada

Junto a la cabecera de la iglesia corre una fuente abrevadero con las armas de la casa de Velada. En la plaza del Rollo vemos el rollo jurisdiccional  que le da nombre y que se ha reconstruido basándose en la de San Román de los Montes por haber pertenecido ambas poblaciones al mismo señorío, aunque existían algunas de las piezas antiguas y testimonios fotográficos. Es obra del siglo XVI sobre gradería y base con detalles florales, rematada en pináculo con escamas del que salen los canes. En el penúltimo tambor de granito presenta escudo y argollas.

Elrollo de Velada en dibujo de Enrique Reaño

También podemos bajar a la plaza del ayuntamiento presidida por fuente granítica y pasear por el casco viejo de Velada, donde todavía se observan numerosos ejemplares de viviendas de arquitectura tradicional en mampostería granítica, a veces de grandes bloques y generalmente enjalbegada, con algunos rincones pintorescos.

Fuente y pilón de Velada con los escudos de los Dávila y los Álvarez de Toledo

En cuanto a las fiestas es de destacar en Mayo la concurrida romería a la ermita de la Virgen de Gracia con las típicas pujas y baile celebrados en su agradable entorno. En septiembre la “fiesta de los toros”, típica fiesta veraniega con toros, peñas, actuaciones y una cena colectiva al final con el guiso hasta hace poco de las reses toreadas. La sencilla fiesta patronal se celebra en honor a San Bernardino de Siena el día veinte de Mayo.

Ermita de Santa Ana en Velada

Junto al palacio de los marqueses de Velada el curioso puede visitar un convento franciscano cuya iglesia se ha restaurado hace unos años y actualmente se dedica a actividades culturales Se fundó este convento en 1572 por doña Juana de Toledo, madre del segundo marqués de Velada. El marqués fundador era ayo de Felipe III, a cuyo servicio se encontraba también Francisco de Mora, maestro mayor de obras y arquitecto real que realizó las trazas del convento. El edificio es de planta rectangular y está precedido por un atrio cercado. La portada es curiosa, adintelada entre semicolumnas, luce en el segundo cuerpo un bonito panel de azulejo talaverano de 1715 que representa a San Antonio de Padua y sobre él una columna dórica exenta que remata el conjunto y que en realidad es el tiro de la chimenea del refectorio conventual.

Convento franciscano de Velada, hoy centro cultural

En principio, el convento debería haberse unido al palacio por un arco del que se aprecian los restos de los enjarjes y bajo el que hoy discurriría la calle que lleva a la fuente que primitivamente daba agua a Velada y a las dependencias y jardines palaciegos. Por una puerta que se encuentra bajo el coro, a los pies de la iglesia, se comunica la iglesia con el convento propiamente dicho que cuenta con un peculiar claustro de reducidas dimensiones levantado en buena sillería de granito y en torno al que se reparten las celdas de los franciscanos.

SALIMOS DE VELADA PARA ALCOLEA

Menhir de la laguna del Conejo, en término de Gaminal y junto a la cañada

Partimos desde Velada en dirección sur por la cañada y cerca del paraje conocido como la laguna del Conejo, a la derecha de nuestro camino, se encuentra sobre una elevación un curioso menhir que. Se trata de un bloque granítico con la típica forma apuntada de los menhires que tiene en su cara sur numerosos huecos semiesféricos, las “cazoletas”, cuyo significado ritual para las gentes que lo erigieron hace cuatro mil quinientos años desconocemos. Algunas de estas cazoletas están comunicadas por canalitos cuyo simbolismo también ignoramos.

Dejamos el menhir y seguimos por la cañada que, hemos de advertir, en época de lluvias tiene algunos lugares a lo largo de este tramo hasta Alcolea con barrizales, “trampales” según el lenguaje local, que pueden darnos algún disgusto si circulamos en todoterreno. Cuando la cañada va a cruzar la autovía, vemos a la derecha un edificio semiarruinado levantado en buen aparejo de ladrillo. Nos podemos acercar a curiosear en él pues se trata de una casa de postas. Se construyeron en el siglo XVIII ésta y otras similares, como la de Calzada de Oropesa o la de Cazalegas, a lo largo de las grandes vías de comunicación para hacer más rápido y cómodo el viaje, el servicio de correos y el transporte de mercancías. En ellas se cambiaban las caballerías por otras de refresco y descansaban los viajeros. Todavía conserva restos de las caballerizas en el piso bajo, las habitaciones en el primer piso y las chimeneas en las salas de espera. Puede ser sugerente imaginar entre estas ruinas el ambiente tantas veces descrito por los viajeros románticos con las prostitutas, jugadores, soplones de los bandoleros, soldados, comerciantes y arrieros. Está declarada Bien de Interés Cultural pero la administración hace bien poco por conservarla.

Interior de la casa de postas junto a la cañada y la nacional V

 

ARQUITECTURA POPULAR XIV: EL BERROCAL

ARQUITECTURA POPULAR XIV:  EL BERROCAL

Chozo típico de El Berrocal

Las elevaciones de la pequeña Sierra de San Vicente se prolongan en dirección oeste hacia cotas de menor altitud, pero también con un predominio de materiales graníticos. Se trata de El Berrocal al que sumamos también en este capítulo las localidades de Parrillas y Navalcán por tener algunas características geográficas similares en cuanto a la arquitectura popular.

Como hemos visto es la disponibilidad de los materiales el factor que más condiciona la arquitectura tradicional y así, la subcomarca del Berrocal, situada sobre esas elevaciones, tiene muchas características comunes con la Sierra de San Vicente, ya que además le une con ella Ia dependencia durante parte de su historia de la ciudad de Ávila y la repoblación de algunos de sus pueblos y señoríos por caballeros abulenses, así como un predominio dc la actividad ganadera.

Puerta típica de Cervera con tejadillo

Los perfiles de sus viviendas son más altos y con los vanos y huecos más abundantes, aunque manteniendo la tónica en la economía de ventanas, consustancial a la arquitectura serrana castellana. Los muros son de fábrica mayoritaria en mampostería ripiada y con un poco de barro como aglutinante, sin embargo, las piedras tienen las juntas llagueadas con argamasa con mucha más frecuencia que en la Sierra de San Vicente. La sillería se utiliza en jambas y dinteles. El mayor índice de enfoscado de las fachadas puede deberse a una mayor disponibilidad de la cal necesaria para la fabricación de la argamasa.

Calle con arquitectura tradicional en Mejorada

Tanto en Montesclaros como en Velada o Pepino podemos todavía documentar hornos de cal o caleros, aunque con mucha mayor proporción en la primera localidad, donde se llegó a una gran especialización en el desarrollo del aprovechamiento de las vetas calizas que abundan en su término. Por esta razón y quizá por una mayor influencia cultural extremeña es también más frecuente encalado de las fachadas, siendo por ejemplo en Velada generalizado el acabado con enjalbegado de casi todos los muros.

Contrucción en Velada sobre grandes núcleos graníticos con mampostería y tapial enjalbegado

En Parrillas el aparejo granítico tiene una mayor vistosidad por lo oscuro de las piedras y por tenerlas mismas, formas menos redondeadas, bloques con aspecto de lanchas más aplanadas. En este pueblo son características las portadas de casas y corrales con dinteles formados por grandes lanchones graníticos sin labrar. En Velada es peculiar la utilización de grandes bloques sin labrar en las filas más inferiores de los muros, para igualar así el terreno pétreo irregular.

Puerta característica de la arquitectura parrillana

El ladrillo apenas se utiliza, salvo en Mejorada, donde se pueden ver arcos dc medio punto rebajado, machones y jambas construidos con este material. El adobe sí es utilizado, pero solamente para doblar las trojes o en dependencias secundarias, cuadras, pajares, etc.

Zaguán de entrada a un corral en Mejorada

Muchas viviendas tienen amplias “enramás” y es frecuente que el acceso a las mismas se haga sobre todo en las modestas, a través de patios alargados, a veces casi pasillos por su estrechura, flanqueados por flores y donde se suele situar la pila de lavar y alguna parra o higuera que proporciona sombra. Muchas casas conservan todavía las parras en la fachada principal pero apenas sin sobresalir de la misma, a modo simplemente de visera que proteja del clima más caluroso de esta zona, más extremado que en las zonas serranas elevadas.

Rincón típico en Montesclaros

Los tejados, al ser menos frecuentes las precipitaciones tienen una pendiente menor. Cervera de los Montes conserva algunos rincones con sabor popular y un mayor número de edificios de arquitectura tradicional. Son características sus entradas con pequeños tejadillos que no llegan a tener las proporciones del tejaroz qua protege habitualmente las puertas carreteras de las grandes portadas de la Campana de Oropesa o de la misma Talavera. Segurilla cuenta en algunas de sus fachadas con esgrafiados de motivos populares de tradición pastoril y es de destacar, también por su sabor popular, su graciosa ermita porticada que se sale un poco de la sobriedad del resto de las ermitas de la zona que tienen volúmenes cúbicos sin la más mínima ornamentación arquitectónica.

Arquitectura tradicional en Pepino

En el casco urbano de Navalcán quedan pocos ejemplares de arquitectura tradicional aunque son de destacar sus molinos del arroyo de la Pasadera, del Guadyerbas y el Tiétar. y sus dos puentecillos. El medieval de la entrada del pueblo felizmente restaurado y el llamado puente romano sobre el Guadyerbas. Esta es la localidad más poblada de la zona y sin embargo conserva en menor medida su patrimonio arquitectónico que Parrillas o Cervera, núcleos más pequeños y que por su mayor despoblación mantengan en pie más construcciones antiguas. Esta circunstancia se suele repetir en otros casos.

Ermita porticada de Segurilla

Las construcciones rústicas son menos numerosas que en la sierra y así, encontramos menos chozos o zahurdas diseminadas por el campo. Es, sin embargo, más frecuente encontrar las cochineras en las proximidades de los núcleos urbanos, aunque ya pervertidas por la uralita, azote de la arquitectura popular junto con el bloque de hormigón, el ladrillo visto y las puertas metálicas.

Muro de mampostería granítica en El Casar de Talavera

Esta comarca es atravesada también por numerosas cañadas y cordeles que a su paso por los términos de Velada y Parrillas fundamentalmente, han dejado algunos ejemplares de las ventas típicas donde pernoctaban los trashumantes, y el Parador de San Prudencio que dio servicio al gremio de carreteros que venían desde Gredos con cargamentos de madera destinada sobre todo a la construcción y hacían aquí su parada antes de llegar a Talavera. Como construcciones protoindustriales señalaré el molino de viento de Velada que todavia podría restaurarse ya que conserva completos sus muros. En Cervera queda en pie la fachada de lo que fueron dependencias anejas de las Reales Fábricas de Seda de Talavera donde se torcía el hilo en máquinas tiradas por bueyes.

RUTA DEL MENHIR

RUTA DEL MENHIRruta-del-menhir

El paseo de hoy discurre entre los vecinos pueblos de Velada y Gamonal. Partiremos de este último que hoy es entidad local menor dependiente del ayuntamiento de Talavera, a cuya Tierra siempre perteneció, aunque como pueblo independiente.

Menhir de la laguna del conejo entre Velada y Gamonal
Menhir de la laguna del conejo entre Velada y Gamonal

Gamonal cuenta con algunos elementos patrimoniales que debemos reseñar. En primer lugar, hay que destacar su iglesia con un altar de azulejería talaverana de Ruiz de Luna. También tiene el pueblo un vía crucis con un calvario pintoresco, algunos rincones de arquitectura popular en mampostería de granito con muros blanqueados y el lavadero desde el que parte nuestra ruta.

Se trata de un lavadero tradicional con numerosas pilas de piedra en dos círculos que rodean a sendos pozos de los que se extraía el agua. Se ha adecentado la zona con un parque.

Lavadero de Gamonal, vista parcial
Lavadero de Gamonal, vista parcial

Gamonal es pueblo de tradiciones festivas. La antiquísima fiesta de las Mondas que se celebra en Talavera se conserva gracias a que durante dos décadas los vecinos de Gamonal siguieron haciendo su ofrenda a la Virgen del Prado, como desde el tiempo de los romanos se hacía ya con la diosa Ceres.

Desde este pueblo se llevaba un carrito tirado por dos carneros y decorado con flores y banderitas que hoy día es el símbolo de esta fiesta, aunque se hacían y hacen actualmente otras ofrendas diferentes por otras localidades de las Tierras de Talavera.

También conservan la tradición de salir al campo para hacer “calvote” comiendo bellotas, castañas… el día antes de Todos los Santos, o también salen de comida campestre durante el “jueves de comadre”, en carnaval. Aunque su fiesta más característica es también en carnaval con el desfile de los quintos en soldadesca.

LA EXCURSIÓN

 Ruta del menhir

 Recorrido aproximado 12 kilómetros, tres horas y media

 Desde el lavadero tomaremos el camino que sale en dirección norte, justo en la raqueta del cruce de la carretera de Ávila, e iremos ascendiendo por él. A unos quinientos metros se ven a la izquierda unos pequeños taludes arenosos donde algunas mujeres de Gamonal extraían la arena y la vendían en Talavera para fregar las sartenes. Alguna de ellas falleció atrapada por la tierra cuando se derribó la pequeña galería de la que la extraían.

Ruinas de la ermita de la Encarnación
Ruinas de la ermita de la Encarnación

Seguimos subiendo por este camino y, aproximadamente a dos kilómetros del inicio, podemos desviarnos hacia el noroeste hasta la ermita de la Encarnación, antigua iglesia de un despoblado medieval anterior al actual asentamiento de Gamonal. Conserva todavía los muros muy deteriorados, la espadaña sobre un muro fortificado y también se percibe que tuvo un pequeño pórtico en la entrada sur.

Cruz del cCncho del Niño
Cruz del cCncho del Niño

Desde allí seguiremos  campo a través hasta la elevación que se percibe a poniente sobre con una roca con un vértice geodésico. Ésta es el Cancho del Niño que, como el resto del paraje inmediato del Cerro de los Lobos debe su nombre a que según una tradición, en una ocasión el hijo de una lavandera que jugaba por la zona se alejó de su madre y fue devorado por un lobo. Desde allí seguiremos por estas estribaciones del Berrocal, según indica el plano, hasta llegar a una vaguada que desciende en dirección oeste y que llega hasta la ermita Virgen de Gracia, patrona de Velada, que cuenta con una interesantísima azulejería Talavera del siglo XVI y XVII con una zona arreglada para las romerías.

Fragmento de un retablo lateral de la ermita de Velada que representa a Santa Águeda con sus pechos en la bandeja como atributo de su martirio
Fragmento de un retablo lateral de la ermita de Velada que representa a Santa Águeda con sus pechos en la bandeja como atributo de su martirio

Desde aquí seguiremos paralelamente a la carretera de Ávila que cruzaremos antes de que trasponga hacia los llanos del Baldío, dirigiéndonos hacia lo que parece una torre o atalaya, y que en realidad es un molino de viento que perteneció a los marqueses de Velada, cuyo escudo lucía sobre la puerta, aunque fue robado. Desde allí la vista es magnífica sobre los Llanos de Velada, donde se producen sus magníficas sandías y carillas, y el valle del Guadyerbas festoneado por su bosque de ribera, ambos protegidos por su riqueza ambiental, y al fondo, la sierra de Gredos. Podemos descender unos cientos de metros hasta la pintoresca fuente de Praomaría, junto al camino que desciende a los Llanos del Baldío velaíno, para desde aquí regresar por ese mismo camino a Velada,

Éste es un pueblo con un patrimonio considerable y digno de detenernos, como describimos en el capítulo en el que la Cañada Leonesa Oriental pasa por aquí.

Detalle del menhir mostrando sus cazoletas en término de Talavera de la Reina (Gamonal) y señalado uno de sus canales por la flecha
Detalle del menhir mostrando sus cazoletas en término de Talavera de la Reina (Gamonal) y señalado uno de sus canales por la flecha

Partimos después desde Velada en dirección sur por la cañada hasta donde se cruza con el Carril de las Mulas, y cerca del paraje conocido como la laguna del Conejo, a la derecha de nuestro camino, se encuentra sobre una elevación un curioso menhir que, como otros monumentos megalíticos de la comarca, también se localiza junto a estas viejas vías pecuarias. Se trata de un bloque granítico con la típica forma apuntada de los menhires que tiene en su cara sur numerosos huecos semiesféricos, las llamadas “cazoletas”, cuyo significado ritual para las gentes que lo erigieron hace cuatro mil quinientos años desconocemos.  Algunas de estas cazoletas están comunicadas por canalitos cuyo simbolismo también ignoramos.

Después nos dirigiremos por ese mismo carril de las Mulas hasta Gamonal, el punto de partida.

SAN CRISTÓBAL EN AZULEJERÍA ANTIGUA DE TALAVERA

SAN CRISTÓBAL EN AZULEJERÍA ANTIGUA DE TALAVERA Y SU HAGIOGRAFÍA

Es curiosa la representación de peces en el río que cruza San Cristóbal y que representa especies del Tajo, salvo una imaginaria ballena.

Réprobo fue un hombre del siglo III y originario de Asia Menor. Su leyenda cuenta cómo buscó al hombre de la tierra más poderoso para ponerse a su servicio. Primero sirvió a un rey, pero observó que en presencia de un juglar que nombraba al diablo en una de sus canciones el monarca temblaba solamente con su mención. Decepcionado, contactó con un brujo para que le diera a conocer al demonio y así poder servirle, pero cuando iban por un camino en el que había una cruz, el hechicero se puso a temblar. Réprobo se dio cuenta así de que el Crucificado era realmente el más fuerte y se puso por ello a su servicio convirtiéndose al cristianismo.  Conoció después a un ermitaño que vivía junto a un río y le aconsejó que, para ayudar a los demás y hacerse merecedor de servir a Jesús, debería ayudar con su gran corpulencia a cruzar la corriente a los viajeros. En cierta ocasión, cuando llevaba sobre sus hombros a un niño, notó que le costaba un gran esfuerzo pasar el río con su peso, que además iba aumentando a medida que cruzaba por el cauce. Cuando se lo dijo al muchacho, éste le respondió que eso le sucedía porque estaba llevando al amo del universo, ya que él era Cristo. Desde ese momento, Réprobo se hizo llamar Cristóbal o Cristóforo, nombre que significa “portador de Cristo”. Cristóbal se bautizó en Antioquia y predicó en Samos de Licia. El santo sufrió martirio y fue sometido a suplicios con barras de hierro y parrillas, además de sufrir varios intentos de ejecución hasta que finalmente fue decapitado.

Su imagen es muy familiar, pues fue representada generalmente en iglesias, catedrales, e incluso a las puertas de las ciudades, ya que era creencia antigua que si alguien se moría habiéndole contemplado se le perdonarían los pecados.

San Cristobal en un panel de azulejos del siglo XVI en la iglesia de El Casar de Talavera

*Iglesia parroquial de El Casar de Talavera. Talavera de la Reina Siglo XVI. Policromía. Altar lateral. Enmarcado en retablillo renacentista en azulejo formado por dos columnas acanaladas con capiteles decorados en color que sostienen motivos de grutescos y venera central. San Cristóbal lleva al niño y se apoya en un árbol. Se ve al ermitaño en la orilla del río y en el medallón de recortes con decoración vegetal de la zona inferior del retablo se ha dibujado al que probablemente es el ermitaño de la leyenda de San Cristóbal orando ante un crucifijo.

San Cristóbal en azulejería del siglo XVII de la ermita Virgen de Gracia de Velada

*Ermita de la Virgen de Gracia de Velada (Toledo). Retablo lateral. Siglo XVII. Policromía. El niño va sobre los hombros con la bola del mundo. Las figuras son esbeltas y el dibujo aunque muy rectilíneo, es seguro y de calidad como puede observarse por lo conseguido de la postura, el rostro o la sugerencia de volúmenes y pliegues de las vestiduras. El retablo enmarca las figuras entre columnas, mármoles simulados y cenefas de hojas de acanto y cadeneta, además de recuadro de bandas y filetes azules y amarillos.

Azulejería de la iglesia de Piedraescrita del siglo XVI representando a San Cristóbal

*Iglesia de Piedraescrita. Robledo del Mazo (Toledo). Policromía. Siglo XVI. El santo está flanqueado por las imágenes de los Padres de la Iglesia. En las aguas del río se suelen representar peces, anfibios y a veces animales fantásticos. En el caso de la azulejería talaverana es curioso constatar que los animales representados son los de la fauna del Tajo: carpas, barbos, bogas, anguilas y galápagos.

San Cristobal en azulejería talaverana del siglo XVII en la ermita de la Virgen del Prado

*Basílica de la Virgen del Prado. Talavera de la Reina. Siglo XVI. Policromía. Retablillo de San Cristóbal que se encuentra a la entrada del templo a la izquierda. Cristóbal lleva al Niño con la bola del mundo y se apoya en un árbol. Se ve al ermitaño en una cueva a la orilla del río, donde peces, tortugas e incluso ballenas surcan las aguas. El arco del retablo está decorado con ángeles, frutos y grutescos. Aparece el ermitaño en una cueva con una lámpara cuya luz guía a Cristóbal en el paso de la corriente.