Archivo de la etiqueta: valle del Tiétar

SEGUIMOS EN EL BARRANCO Y CONOCEMOS VILLAREJO DEL VALLE

SEGUIMOS EN EL BARRANCO Y CONOCEMOS VILLAREJO DEL VALLE

Villarejo del Valle a los pies del Torozo

También junto al puerto del Pico se encuentra la pequeña localidad de Villarejo del Valle, donde deberemos visitar en primar lugar su iglesia parroquial, un edificio compacto con la torre muy baja y reforzado por contrafuertes, que está construido en sillería y mampostería granítica, obra al parecer del mismo autor que las de San Esteban o Lanzahita. Cuenta con una puerta de acceso típicamente renacentista enmarcada en alfiz con bolas y con una hornacina para alojar una imagen. En el interior son de destacar varios retablos dieciochescos, el órgano del siglo XVII y las bóvedas góticas de crucería.

Rollo y fuente en Villarejo del Valle

El pueblo tiene también dos ermitas, la de la Virgen de Gracia, patrona de la localidad y la de San Antón que es una preciosa capillita popular de planta cuadrada con un pequeño pórtico. Su retablo interior está decorado con azulejería talaverana del siglo XVI con la representación de un calvario con el Crucificado y los dos ladrones. Sobre él, Dios Padre, y a los lados el sol y la luna, además de otros motivos renacentistas y la imagen del santo, a cuya advocación no estaba dedicada anteriormente la ermita sino a los mártires Fabián y Sebastián. El día de la fiesta de San Antón se da a los animales una vuelta a la ermita para que sean protegidos por el santo.

Ermita de Villarejo adornada con cerámica talaverana del sglo XVI

Otros elementos del patrimonio son el monumento a los arrieros realizado en forja que se encuentra en la pequeña plaza del pueblo, donde también se conservan las gradas que además de ser utilizadas en los festejos taurinos lo fueron probablemente para la reunión de los concejos abiertos en los que antiguamente se tomaban decisiones de carácter municipal.

Monumento a los arrieros en Villarejo del Valle

Villarejo se hizo villa en 1694, como lo atestigua el rollo que se alza en la entrada occidental del caserío junto a una fuente. También podemos ver un pequeño puente medieval, que como todos los de este tipo es llamado “romano”. Hay también varias fuentes de interés repartidas por la localidad, como la que adorna el monumento a la cabra hispánica, presidida por la escultura de uno de estos animales que tanto han simbolizado a la sierra de Gredos, y otras como la fuente del “Llano”, “la de tía Germana” etc. En cuanto a la arquitectura popular, todavía se conservan algunos elementos constructivos de interés en torno a la calle principal, con algunas viviendas de cierto empaque.

Iglesia parroquial de Villarejo del Valle

En las fiestas tiene gran importancia el aspecto taurino con verdaderos encierros, además del Vítor que se canta en las celebraciones de la patrona.

CUEVAS DEL VALLE EN EL PUERTO DEL PICO

CUEVAS DEL VALLE EN EL PUERTO DEL PICO

Calzada romana cerca de Cuevas del Valle

Cuevas del Valle acredita su condición de villa por el rollo jurisdiccional que se levanta en la zona norte del casco urbano. Su iglesia parroquial es un edificio con elementos del siglo XV que exhibe en su interior algunos paneles de azulejería de Talavera del siglo XVI con representaciones renacentistas de motivos religiosos.

Iglesia de Cuevas del Valle

Todavía se conservan viviendas tradicionales con los balconcillos o solanas típicos de la arquitectura serrana e incluso ejemplares blasonados, además de alguna antigua venta situada en las inmediaciones de la calzada, cuando ésta se aproxima al pueblo.

Arquitectura popular en Cuevas del Valle

También cuenta la población con dos ermitas muy próximas, la de la Virgen de las Angustias, antes del Puerto, que también está decorada con azulejería talaverana, y otra más antigua de San Antonio que presenta un bonito retablo hecho de ladrillo. Cerca del cementerio hay otra dedicada a San Sebastián que conserva su artesonado.

Ermita en Cuevas del Valle

El entorno de Cuevas y del Puerto del Pico tiene varias opciones para disfrutar de su entorno. En primer lugar podemos recorrer la calzada romana que, si no queremos cansarnos mucho, podremos recorrer descendiendo, dejando un vehículo en la Villa de Mombeltrán o en Cuevas y subiendo con otro coche hasta el puerto, aunque describimos este recorrido en el capítulo correspondiente de la Cañada Leonesa Occidental

Rl Domingo de Resurrección se hacen curisas ofrendas como ésta con caramelos, plantas dulces…

UNA EXCURSIÓN Y UNA ROMERÍA EN LANZAHITA

UNA EXCURSIÓN Y UNA ROMERÍA EN LANZAHITA

Presa en la garganta Eliza

Por la garganta en Lanzahita

 Partimos de Lanzahita por el camino que discurre junto al cementerio y asciende paralelo a la garganta Eliza. Dejamos a la derecha un camino que desciende hasta la garganta, en el paraje donde se hallan dos molinos harineros, si lo deseamos bajaremos y si no, seguiremos ascendiendo pasando por construcciones rústicas tradicionales y tomaremos el camino que parte a la izquierda hasta los restos de la ermita de San Juan, que conserva elementos mudéjares.

Pontón sobre la garganta Eliza

Volveremos sobre nuestros pasos y continuaremos hasta el embalse de abastecimiento a Lanzahita. Subiremos nuevamente hasta la pista y la seguiremos hasta cruzar la garganta junto a las ruinas de otro molino harinero. Ascenderemos por el camino en dirección a Pedrobernardo pasando por el paraje de la Asomadilla, para descender a Lanzahita por una bonita carretera que discurre entre hermosos pinares.

Restos mudéjares de la ermita de en Lanzahita

 Recorrido aproximado12 kilómetros, 3 horas. San Juan

Detalle de los restos de la ermita mudéjar de San Juan en Lanzahita.

UNA ANTIGUA ROMERÍA

Lentejuelas sobre las limpias aguas del Tiétar por Lanzahita

La fiesta más peculiar de Lanzahita es la romería, celebración de gran antigüedad que algunos datan en el siglo XVI y que basa su tradición en una curiosa leyenda. La imagen del Cristo de la Luz fue encontrada por un pastor cerca del vecino pueblo de Hontanares, en las proximidades del río Tiétar. Esta imagen fue llevada a Lanzahita, pare ser custodiada en la ermita de la Virgen del Prado, pero desapareció para ser hallada otra vez en el lugar de su aparición. Nuevamente se llevó a Lanzahita, pero volvió a aparecer en Hontanares. El pastor indicó que le había sido revelado que el Cristo debía estar en Hontanares, por lo que se le construyó una ermita en este pueblecito, hoy su iglesia. Los vecinos de Lanzahita olvidaron el culto a la imagen y todo tipo de desgracias cayeron sobre el pueblo, por lo que se volvió a recuperar la devoción al Cristo, llevando todos los años en romería un cirio que se bendice previamente en la ermita de la Virgen del Prado.

Caballerías en la romería de Lanzahita a Hontanares

La fiesta está declarada de interés turístico regional y durante ella los caballistas y carruajes engalanados van hasta el Tiétar acompañando al cirio tradicional. El último tramo del camino se hace a la carrera en un espectáculo lleno de alegría y colorido y, después de la procesión con el Cristo por las calles de Hontanares se hace una comida campestre a orillas del río. 

CONOCEMOS LANZAHITA EN EL VALLE DEL TIÉTAR 

CONOCEMOS LANZAHITA EN EL VALLE DEL TIÉTAR

Puente de Lanzahita sobre la garganta Eliza

En cuanto al patrimonio de este pueblo de las faldas de Gredos debemos destacar la iglesia parroquial del siglo XVI. Está cubierta de magnífica bóveda de nervaduras góticas que en su conjunción seadornan con medallones de motivos vegetales. Los muros son de mampostería que ha quedado a la vista tras la última restauración.

Retablo de la iglesia parroquial de Lanzahita

Debemos destacar también la portada sur de características tardogóticas, sobre la que podemos ver una escultura de alabastro de la Virgen y el Niño también del siglo XVI y de estilo hispano-flamenco. No debemos dejar de observar su buen retablo renacentista decorado con pinturas, esculturas y relieves de calidad cuyos temas giran en torno al tema de la Redención. En el centro había una buena escultura de San Juan Bautista destruida en 1963. El retablo es obra de Pedro de Salamanca terminada en 1559. Los relieves son de una belleza muy dinámica con el viento que simboliza la agitación interna azotando cabellos y vestiduras.

San Vicente en cerámica del siglo XVI en el frontal del altar de Lanzahita

Es destacable también el panel de azulejería talaverana del siglo XVI que representa a San Juan Bautista, advocación de la parroquia, y a los dos santos diáconos San Vicente y San Lorenzo.

Otros elementos relevantes de su patrimonio es la Fuente de Abajo, con aspecto de considerable antigüedad. Presenta un arco de medio punto de mampostería y ha sido cubierta por un tejadillo. Muy pintoresco es también el puente por el que discurre el antiguo camino que unía los pueblos del piedemonte de Gredos.

Arquitectura popular en Lanzahita

Una placa de cerámica recuerda el paso por él en agosto de 1783 del pintor Goya y el músico Bocherini, que acompañaron a la pequeña corte del infante Luis de Borbón durante su estancia en Arenas de San Pedro. Otro personaje ilustre que dejó narrado su paso por aquí fue Camilo José Cela, que se refiere en su libro “Judíos, Moros y Cristianos” a las señales que aparecían en las puertas del pueblo para que los mendigos supieran de antemano la disposición del que allí vivía a dar o no limosna, si había o no había perro que protegiera la casa etc…

Rincón de arquitectura popular de Lanzahita

Junto al puente se encuentra la ermita de la Virgen del Prado edificada con elementos de la antigua y con otros nuevos. Un paseo por el casco urbano nos podrá mostrar algunos elementos de arquitectura popular que todavía se conservan.

En cuanto a las fiestas, tenemos que reseñar la fiesta de San Blas, que como en tantos lugares se relaciona con la protección de los males de garganta, por lo que una cinta que lleva el santo en la procesión se divide en pequeños trozos que se repartirán entre la concurrencia para evitar enfermedades que afecten a esa parte del cuerpo. En septiembre se celebra la fiesta en honor de la Virgen del Prado que es la típica fiesta patronal de verano. De la Romería a Hontanares hablaremos el próximo día.

Torre de la iglesia de Lanzahita

NOS ACERCAMOS A BUENAVENTURA

NOS ACERCAMOS A BUENAVENTURA

Arquitectura popular de Buenaventura

Cuando nos dirigimos desde Talavera a Mijares y Gavilanes  en el valle del Tiétar pasaremos por Buenaventura, pueblecito de la Sierra de San Vicente ribereño del Tiétar. Es una de las antiguas aldeasdel Señorío de los Dávila en Navamorcuende cuya historia ya comentamos cuando hablamos de este pueblo.

Un paseo por el caserío nos mostrará algunas viviendas pintorescas en mampostería con los balconcillos típicos del valle del Tiétar. Seguir leyendo NOS ACERCAMOS A BUENAVENTURA

SEGUIMOS EN EL VALLE DEL TIÉTAR Y ENTRAMOS EN PEDRO BERNARDO

PEDROBERNARDO

Detalle del rollo de Pedrobernardo

Pedro Bernardo lleva ese nombre por la concordia que los dos más influyentes personajes locales del siglo XV hicieron después de ciertas desavenencias que habían tenido un tal Pedro Fernández y Bernardo Manso. El pueblo se llamaba hasta entonces La Nava de la Solana, y fue mandado repoblar por el rey Alfonso XI encargando la tarea a un caballero abulense llamado Gil Blázquez que vino a restaurar las veintiuna casas arruinadas “por los malos temporales” que hacia el año 1110 habían formado la población que fundó Blasco Jimeno el Grande, personaje que era gobernador de Ávila y murió cuando desafió al rey Alfonso I de Aragón por haber ajusticiado a nobles abulenses que había tomado como rehenes en un asedio de la ciudad amurallada.

Ermita de San Sebastián en Pedrobernardo

Otros autores se inclinan a pensar que fue su hijo, Blasco Jimeno el Chico, quien repobló el lugar hacia 1130 construyendo sesenta casas y una ermita bajo la advocación de Santa Ana trayendo a un franciscano para que se ocupara de los fieles que poblaran la zona.

Vista de Pedrobernardo y el valle del Tiétar

Dos mil quinientos años antes, los hombres de la Edad del Cobre construyeron  un monumento megalítico, probablemente un menhir, situado en el paraje de Cantogordo.

Pedro Bernardo fue aldea del señorío de la Villa de Mombeltrán hasta que en el año 1679 pasó a ser villa independiente por privilegio de villazgo del rey Carlos II. Lo que suponía tener su propia justicia y autoridades simbolizados por el rollo jurisdiccional, que hoy día podemos ver erigido en el espléndido balcón desde el que se ve todo el valle del Tiétar, jardincillo en el que también se encuentra el monumento en honor de Duperier, un físico que descubrió los rayos cósmicos y que había nacido en este pueblo serrano.

Dupeier, el más ilustre nacido en Pedrobernardo. Descubirdor de los rayos cósmicos

Además de este balcón sobre el valle del Tiétar no debemos dejar de callejear por su caserío, donde todavía son numerosos los rincones pintorescos con balcones que casi se tocan y ejemplares de la arquitectura tradicional con numerosas fuentes salpicadas por sus calles.

A finales de los años sesenta y principio de los setenta tuvo la zona un auge turístico con el descubrimiento de la zona por los madrileños y talaveranos, lo que fue potenciado por el famoso programa de televisión “La Casa de los Martínez” cuyo escenario aún se conserva en una de las viviendas del pueblo.

Arquitectura popular en Pedrobernardo

En edificio que albergó a las antiguas casas consistoriales aloja ahora el tanatorio y es construcción renacentista del siglo XVI, aunque ha tenido usos diferentes a lo largo de su historia.

La iglesia actual se encuentra bajo la advocación de San Pedro ad Víncula y se construye en los siglos XVII y XVIII. Presenta elementos herrerianos y barrocos y cuenta con numerosas tallas de cierto valor datadas en las mismas centurias. Dos ermitas, la de Santa Ana del siglo XVII y la de San Sebastián del XVIII completan el patrimonio del pueblo.

Iglesia parroquial de Pedrobernardo

Es curiosa también la plaza de toros integrada en el casco urbano, donde se celebran los acontecimientos taurinos de la fiesta principal de este pueblo serrano en honor de San Roque, con caballistas, trajes típicos y la degustación en común de las patatas al caldero, música, baile etc. También se celebra San Sebastián, el carnaval y el “día del pastel” cuando el domingo de resurrección se va al campo a comer empanada.

La iglesia de Pedrobernardo cuenta con magníficos retablos barrocos

EL PUEBLO DE GAVILANES EN EL VALLE DEL TIÉTAR

EL PUEBLO DE GAVILANES EN EL VALLE DEL TIÉTAR

Ruinas de la iglesia de Las Torres, uno de los primeros poblados medievales de Gredos

Este pueblo se encuentra a caballo de la garganta de Mijares y de la de Blasco Chico y en su término se encuentran algunos de los restos más antiguos del poblamiento del valle del Tiétar.

Paneles de cerámica talaverana de Ruiz de Luna y Niveiro. Casi todos los pueblos de Ávila tuvieron rótulos de cerámicas Niveiro a la entrada de los cascos urbanos

El historiador local David Martino ha hallado útiles paleolíticos diseminados, y hachas pulimentadas del neolítico, así como dos castros situados en los parajes conocidos como “El Cerro” y la Pinosa, ya en término de Mijares, que nos han dejado puntas de lanza, cuchillos o brazales de arquero de la Edad del Bronce o algún ajuar funerario de la Edad del Hierro, en la que los vettones habitaban los poblados elevados de estos castros. Otro lugar de interés es el conocido como La Mina, donde se han explotado y procesado el hierro y el plomo desde hace siglos. Aquí y en otros sitios se ha demostrado también la presencia romana, visigoda, y árabe por fíbulas, monedas y cerámicas.

Buitre leonado en la sierra de Gavilanes

El puerto de Mijares es el segundo más accesible después del de El Pico, por lo que no es extraño el trasiego de diferentes civilizaciones por la zona, así como durante la Reconquista serían habituales las razzias de árabes y cristianos acometiéndose y atravesando la tierra de nadie que según las crónicas, fue Gredos durante aquellos años.La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es IMG_7472.jpg

Una de las tres cuadrillas de “serranos”, los aguerridos soldados-pastores de Ávila que repoblarían su territorio, estuvo encabezada por la familia de Blasco Jimeno, caballero que tuvo un hijo al que se le conoció como Blasco Chico, el mismo nombre que tiene la garganta que cruza el término de nuestro pueblo, por lo que podemos deducir que Gavilanes habría sido fundado hacia 1135. Tenemos además noticias históricas que nos dicen cómo, hacia 1350, Alfonso XI mandó a Gil Blázquez repoblar entre otros lugares al sur de Gredos, los de Gavilanes y Las Torres. Lugar este último del que también quedan restos de la torre que le da nombre y de la iglesia, que se encuentran en término de Gavilanes por haber absorbido este pueblo su término al despoblarse. A finales de este mismo siglo, otro caballero llamado Juan de Ávila da un nuevo impulso repoblador a los aledaños de la garganta de Blasco Chico y su chorrera, que ya aparece en las crónicas.

Casco urbano de Gavilanes desde la sierra

Al igual que otros lugares que se encuentran al sur de Gredos, Gavilanes, como aldea de El Colmenar (Mombeltrán), pasaría a formar parte de los señoríos del condestable Ruy López Dávalos y después de don Álvaro de Luna hasta su ejecución. Más tarde recibirá el señorío de Colmenar de las Ferrerías, villa que hoy conocemos como Mombeltrán, el que la daría este nombre, don Beltrán de la Cueva. En el siglo XVIII se amojonan sus términos y en el XIX se añaden los de la aldea de Las Torres, la más vieja población del lugar que queda así desierta desde entonces.

Era en término de Gavilanes

En Gavilanes podemos ver algunas zonas con pintorescas construcciones, sobre todo en la zona sur del casco y en el barrio del Tinajero, en el norte. La iglesia es la típica construcción parroquial abulense en sillería granítica con torre cuadrada. En origen fue construida en el siglo XVI pero se halla muy reformada hoy día. El templo está bajo la advocación de Santa Ana, cuya imagen se encuentra en su retablo del siglo XVIII. Cuenta con pila de piedra agallonada y su correspondiente pililla de cerámica de Talavera.

 

ENTRAMOS A CASAVIEJA

ENTRAMOS A CASAVIEJA

Arquitectura popular en Casavieja

Casavieja es el último pueblo del señorío que venimos recorriendo, el señorío de La Adrada que ocupó la que ya en la Edad Media y todavía hoy conocemos como dehesa de La Avellaneda, un extenso territorio que asciende por las laderas de Gredos.

Balconcillos típicos en Casavieja

Casavieja no hace hoy día honor a su nombre, por haberse construido numerosas viviendas de recreo al norte del casco urbano. Ya no es, como decía Cela, “un pueblo tímido, con el nombre bien puesto”, aunque sí suponemos que seguirá siendo un “pueblo honesto y patriarcal”, como también lo define nuestro premio Nobel. Ese nombre nos indica la existencia de algún elemento constructivo antiguo, anterior a la época de repoblación, durante la que desde Ávila vinieron sus caballeros a conquistar y poblar la zona.

Portada norte de la iglesia de Casavieja

En el caserío deberemos conocer la iglesia parroquial, construida entre los siglos XV y XVIII, a la que se accede por una hermosa portada herreriana rematada en bolas. Su única nave está techada con sencillo artesonado mientras que la capilla mayor y una de las laterales se encuentran cubiertas con bóvedas góticas. El retablo principal  es del siglo XVIII y cuenta con algunas imágenes populares pero antiguas. También podemos ver un cuadro del siglo XVII representando a San Bartolomé y otras tablas del XVIII con la Dolorosa y el Nazareno, obra de Luis Martín Salamanca. La torre tiene tres cuerpos, los dos primeros de piedra y levantados en el siglo XVII, y el tercero de ladrillo y más moderno. También es interesante el sagrario con la representación de un pelícano como símbolo de Cristo.

Altar mayor y bóveda de la iglesia de Casavieja

Podemos recorrer su casco urbano, donde todavía quedan bastantes edificios representativos de la arquitectura vernácula con sus típicos balconcillos o “solanillas”.

Puente en Casavieja