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RUTA DE CASAVIEJA AL PUERTO DEL ALACRÁN Y OTROS PASEOS

RUTA DE CASAVIEJA AL PUERTO DEL ALACRÁN Y OTROS PASEOS

Vamos a ascender desde Casavieja hasta el puerto del Alacrán, uno de esos puertos secundarios que pasaban al otro lado de la sierra por caminos de herradura, y que servía para el intercambio de los productos diferentes que se cultivaban en la fría vertiente norte y los de la más cálida cara sur de la sierra.

Presa de los Castaños en el entorno de Casavieja, al comienzo de la ruta

Se trata de una senda marcada con señales blancas y amarillas que se toma desde la carretera que va a la zona recreativa de fuente Helechosa, cerca de la presa y fuente de los Castaños, aunque hay posibilidad de subir en bicicleta o todoterreno por las pistas forestales acortando el camino considerablemente, opción que podemos elegir orientándonos con el plano adjunto.

Chorreras en la garganta de la Cereceda

Si se hace completa, es una excursión dura que salva un desnivel de más de 1000 metros y discurre por una senda entre pinos y robles con algún tramo de bosque de galería junto al arroyo de la Cereceda. No hay problema con el agua pues encontraremos varias fuentes aunque en la parte alta hay algunas zonas en las que la senda es difícil de identificar.

 Recorrido aproximado 12 kilómetros, 7 horas ida y vuelta con el recorrido completo.

El entorno de Casavieja tiene hermosos parajes para pasear entre prados con sus pajares y bosques de fresnos y robles

Otro paseo muy ameno y tranquilo se puede hacer deambulando por la parte norte de la pequeña meseta sobre la que se sitúa el caserío de Casavieja, y recorriendo hermosos prados y bosques de robles, fresnos y pino.

Otra de las rutas en torno a Casavieja es la indicada ruta de los molinos

Por último, también podemos hacer una interesante ruta marcada que recorre los numerosos molinos ribereños de la garganta de la Cereceda, pasando por el bonito puente medieval de la Márgara y por un antiguo horno de tinajas. Otros pequeños arroyos y gargantas son también hermosos pero desgraciadamente en su cabecera nos encontraremos con el desolado aspecto de la sierra quemada en gran parte hace unos años.

Entrada de la rampa de uno de los molinos de Caavieja

LA GARGANTA DE NUÑO COJO Y UN POETA BOTICARIO

SUBIENDO LA GARGANTA DE NUÑO COJO DESDE PIEDRALAVES

Puente de la garganta Nuño Cojo

 El entorno de Piedralaves gira en torno a la garganta de Nuño Cojo que pasa por el mismo caserío. Es un paseo agradable subir entre pinos por la orilla de esta corriente. Uno de los viejos molinos ribereños, muy cercano a la población, todavía sirve como “fábrica de luz” pues sus aguas mueven una turbina. Más arriba podemos disfrutar de la piscina natural de “la Nieta”, y siguiendo el recorrido pasaremos por una fuente con una zona de pic-nic y los restos de otro molino que también fue batán, un artificio para desengrasar, limpiar y suavizar la lana a base de ser golpeada por un mazo movido por el agua.

Molino en la garganta de Nuño Cojo

Al final de la pista asfaltada que discurre paralela a la corriente de la garganta, se llega hasta la presa de abastecimiento de la localidad con su imponente muro hecho de grandes bloques graníticos. El embalse se sitúa en un bonito entorno de pinares que pueblan las orillas de las tres gargantillas que confluyen en él. Podemos hacer un recorrido por ellas subiendo por un camino que parte de la orilla oriental del embalse, y va rodeando el valle para llegar a unas pistas que nos puede llevar a Casavieja, o bien podremos descender de nuevo hasta un camino que cruza la garganta de Nuño Cojo por un puente de piedra cerca del que hemos pasado en nuestro ascenso.

 Recorrido aproximado 15 kilómetros, 4 horas.

Embalse en la cabecera de la Garganta de Ñuño Cojo
León Felipe

EL POETA BOTICARIO

 En 1919 el poeta León Felipe regentaría la farmacia de La Adrada durante un año. Este gran escritor de vida muy ajetreada, además de boticario fue comediante, mendigo y hasta pasó tres años en la cárcel por desfalco. Se alineó con el bando republicano en la Guerra Civil y se exilió en 1938. En alguno de sus poemas hay referencias a su paso por La Adrada:

¡Qué solo estoy Señor!

¡Qué solo y qué rendido!

de andar a la ventura

buscando mi destino

En este pueblo de Ávila escondido

pensando que no está aquí mi sitio

que no está aquí tampoco

mi albergue decisivo

PASEO POR LAS FUENTES DEL TIÉTAR

 PASEO POR LAS FUENTES DEL TIÉTAR

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es TIETAR-1-En-las-fuentes-del-Tietar-copia.pngComenzaremos nuestro recorrido en la desviación de la carretera que sube desde la zona del naciente del Tiétar hasta el pueblecito serrano de Casillas. Muy cerca se encuentra el embalse de Los Morales que recoge las aguas de la garganta de El Castañar, que vierte sus aguas hacia el Alberche pero que se encuentra en un paraje de gran belleza con un tupido bosque de castaños que se corresponde simétricamente en la vertiente norte de la sierra con el bosque de castaños de El Tiemblo.

Laguna de Los Morales cerca de Santa María del Tiétar

Podemos recorrer el camino que circunda el embalse en un agradable paseo, para a continuación ascender por la carretera hacia Casillas. Recorridos aproximadamente dos kilómetros y medio, tomaremos un camino que desciende hasta la ermita de San Marcos, de reciente construcción, pero que da vista a una hermosa panorámica del valle del Tiétar en su cabecera, con una fuente cercana en la que podemos refrescarnos.La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es P7272969.jpg

Ephippiger ephippiger La chicharra alicorta es un insecto de gran tamaño, de coloración verdosa predominantemente, aunque podemos encontrar animales más marrones.
Es característico de la chicharra alicorta el gran escudete del cuello que se encorva hacia atrás y que protege las alas.

Unos doscientos metros antes de llegar a la ermita, parte un camino hacia la derecha que nos lleva en un breve recorrido de otros doscientos metros hasta la laguna de Colinar, que tiene junto a ella otra pequeña lagunilla. Ambas han sido represadas para abastecimiento y son un paraje agradable.

Ermita de San Marcos

Desde la ermita podemos seguir el camino hasta una nueva presa, la que embalsa las aguas de la garganta de Pajarero, la primera tributaria del Tiétar. Antes de llegar a ella parte un camino hacia la derecha que nos lleva hasta las zahúrdas de la Cancha, una curiosa construcción ganadera techada con falsa bóveda de granito y dispuesta en forma de “U”.

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es P9172944.jpg

Restos de un molino en la ruta de los molinos aludida en el texto

Desde el muro de la presa parte la llamada Ruta de los Molinos que, subiendo por la orilla izquierda de la garganta, pasa por viejas instalaciones molineras en ruinas durante un trayecto de dos kilómetros.

Panel de azulejos Talaveranos en la ermita de San Marcos con la imagen del santo con el león como símbolo

En la orilla derecha del embalse se encuentran los parajes de El Canto de La Mora y el Castrejón, dos elevaciones con nombres de reminiscencias arqueológicas situadas en un bosque de pinos, a donde se accede mejor desde la carretera que desciende desde Casillas hasta Sotillo de la Adrada según indica el plano.

Fuente de la Cancha

ENTRE LAS DOS CASTILLAS

ENTRE LAS  DOS CASTILLAS

Puente sobre el Tiétar en La Iglesuela
Puente sobre el Tiétar en La Iglesuela

ruta2castillas

Vamos a recorrer hoy la zona más septentrional de la Sierra de San Vicente. El término de La Iglesuela se encuentra en pleno valle del Tiétar y asciende incluso por las laderas de Gredos. Históricamente formó parte del señorío de La Adrada y como casi toda la Sierra de San Vicente perteneció a la poderosa ciudad de Ávila y fueron sus caballeros medievales quienes lo repoblaron.

La Iglesuela es el punto de partida de esta ruta que podemos recorrer a pie o en bicicleta de montaña, con la dificultad de que en parte del trayecto no hay camino pero el terreno es practicable en bici.

Iglesia y arquitectura de La Iglesuela
Iglesia y arquitectura de La Iglesuela

Debemos dar una vuelta por el casco urbano y observar su arquitectura popular, de la que todavía quedan no pocos edificios con las características típicas de las construcciones serranas abulenses. Los tejadillos voladizos, las balconadas en algunas fachadas y los perfiles largos de los tejados con escasos huecos en los muros graníticos, son algunas de las características más significativas.

Fuente de la ermita de la Virgen de la Fuensanta en La Iglesuela
Fuente de la ermita de la Virgen de la Fuensanta en La Iglesuela

Otra peculiaridad de La Iglesuela es la abundancia de fuentes tanto en el casco urbano, como en los alrededores, casi todas están abovedadas con sillares graníticos y tienen lavaderos o bebederos para el ganado del mismo material. Junto al pueblo, en el Ejido, hay varias de estas fuentes, una de ellas algo más ornamentada y con un largo bebedero para facilitar el acceso a rebaños numerosos.

A unos quinientos metros del casco urbano, en dirección norte, parte un camino a la derecha que nos llevará hasta la curiosa Ermita de la Fuente Santa, a ella se dirige una bonita romería a primeros de Mayo y es muy venerada la Virgen de la Fuensanta en la comarca por las propiedades curativas atribuidas a la fuente que se sitúa en los mismos muros de la ermita.

Restos de un molino de agua en el Tiétar
Restos de un molino de agua en el Tiétar

Desde aquí seguiremos un camino en dirección nordeste que nos llevará tras ascender al Cerro del Cuadro, hasta el río Tiétar, que en esta zona es de singular belleza por discurrir entre un bosque de pinos piñoneros autóctonos. En estos parajes es muy abundante la cigüeña negra y un gran número de rapaces y otras especies de aves. Esto ha hecho que parte del término de La Iglesuela, haya sido declarado recientemente zona protegida de caza para conservar su  rico patrimonio natural.

El Tiétar a su paso por los pinares de La Iglesuela
El Tiétar a su paso por los pinares de La Iglesuela

Descendemos el Tiétar por su mismo cauce si vamos andando, o por un camino que nos conduce a la carretera de Casavieja. Junto al puente de la carretera, río arriba, se halla otro puente más antiguo en un paraje muy ameno, donde podemos, como en el resto del trayecto fluvial, intentar pescar algún barbo, cachuelo e incluso black-bass. En el descenso del río se adornan las orillas con algunas alisedas, saucedales, choperas y fresnedas, en los lugares donde el regadío y las plantaciones de espárragos no han deteriorado el bosque de ribera. También encontraremos tres ejemplares de molino de agua que dan un toque pintoresco al entorno, sobre todo el conocido como de Castillo construido en obra de sillería.

Puente romano sobre la garganta Torinas en Sartajada
Puente romano sobre la garganta Torinas en Sartajada

Llegamos a la desembocadura de la Garganta Torinas en el Tiétar y un poco más abajo cruza el río un camino que nos conducirá hasta el pueblecito de Sartajada, que es famoso por haber tenido en tiempos una pujante artesanía alfarera con numerosos hornos árabes en su caserío. Sus pequeños cántaros eran célebres por la frescura con que mantenían el agua, eran utilizados en toda la comarca, y tanto es así que cada vez que se rompía alguno se decía «Eso se ha oído en Sartajá», en referencia a que aumentaría el negocio alfarero de sus habitantes.Hoy permanece abierto un taller donde podremos adquirir alfarería tradicional.

Alfar de Sartajada
Alfar de Sartajada

Podemos volver a La Iglesuela a través de un camino que atraviesa un puente medieval o subir hacia la carretera junto a la que, en el paraje conocido como Arroyolugar se halla un curioso museo al aire libre de escultura popular. Un pastor local, Longino, ya fallecido, talló en los bloques graníticos enormes esculturas con motivos animales.

Museo de escultura popular de Longino
Museo de escultura popular de Longino

El proverbial cochinillo de La Iglesuela, nos repondrá de la caminata.

CACERÍAS MEDIEVALES

La riqueza faunística de este terreno ya era conocida en el medievo, y aparece reflejada en el Libro de la Montería de Alfonso XI. En él se cuenta que  «la Yglejuela» y otras zonas cercanas de la Sierra de San Vicente eran «buenas para oso en ynvierno y para puerco en otoño e invierno». También dice que «cuando a buen venado sueltan e lo bien porfían, teniendo buenos canes, non ay si non matarle.

EL TIÉTAR POR LA SIERRA DE SAN VICENTE Y EL BERROCAL

EL TIÉTAR POR LA SIERRA DE SAN VICENTE  Y EL BERROCAL

Seguimos hoy con el segundo tramo del Tiétar al paso del río por los pueblos ribereños de la Sierra de San Vicente y El Berrocal, con su naturaleza y patrimonio

El Tiétar, sigue descendiendo y deja a su izquierda los pueblos de la Sierra de San vicente como La Iglesuela. En esta zona el río es de singular belleza por discurrir entre un bosque de pinos autóctonos. Además, en estos parajes es muy abundante la cigüeña negra y un gran número de rapaces y otras especies de aves.

El Tiétar va cogiendo caudal de otras gargantas
El Tiétar va cogiendo caudal de otras gargantas

Descendemos después el Tiétar por su misma ribera si vamos andando, o por un camino que nos conduce a la carretera de Casavieja. Junto al puente de la carretera, río arriba, se halla otro puente más antiguo en un paraje muy ameno, donde podemos, como en el resto del trayecto fluvial, intentar pescar algún barbo, cachuelo e incluso black-bass.

Cárcavo de un viejo molino en el Tiétar
Cárcavo de un viejo molino en el Tiétar

En el descenso del río se adornan las orillas con algunas alisedas, saucedales, choperas y fresnedas, en los lugares, donde el regadío y las plantaciones de espárragos, no han deteriorado el bosque de ribera. También encontraremos tres ejemplares de molino de agua que dan un toque pintoresco al entorno, sobre todo el conocido como de Castillo construido en obra de buena sillería con un gran canal elevado.

Puente sobre el Tiétar en término de La Iglesuela
Puente sobre el Tiétar en término de La Iglesuela

En el valle del Tiétar, por el término de Lanzahita podemos encontrar zonas cultivadas que producen entre otros productos sus famosas sandías y sus carillas (legumbre de pequeño tamaño que presenta una mancha negra en el centro). Pero también podemos disfrutar de bellas dehesas con encinares y manchas de alcornoque o de roble, además de las solitarias orillas del río Tiétar con amenos rincones donde perdernos.

Caballos enjaezados después de cruzar el Tiétar en la romería entre Lanzahita y Hontanares
Caballos enjaezados después de cruzar el Tiétar en la romería entre Lanzahita y Hontanares

UNA ROMERÍA  QUE CRUZA EL RÍO

La fiesta más peculiar de Lanzahita es la romería, celebración de gran antigüedad que algunos datan en el siglo XVI y que basa su tradición en una curiosa leyenda. La imagen del Cristo de la Luz fue encontrada por un pastor cerca del vecino pueblo de Hontanares, en las proximidades del río Tiétar. Esta imagen fue llevada a Lanzahita, pare ser custodiada en la ermita de la Virgen del Prado, pero desapareció para ser hallada otra vez en el lugar de su aparición. Nuevamente se llevó a Lanzahita, pero volvió a aparecer en Hontanares. El pastor indicó que le había sido revelado que el Cristo debía estar en Hontanares, por lo que se le construyó una ermita en este pueblecito, hoy su iglesia. Los vecinos de Lanzahita olvidaron el culto a la imagen y todo tipo de desgracias cayeron sobre el pueblo, por lo que se volvió a recuperar la devoción al Cristo, llevando todos los años en romería un cirio que se bendice previamente en la ermita de la Virgen del Prado.

Ofrenda en la romería entre Lanzahita y Hontanares
Ofrenda en la romería entre Lanzahita y Hontanares

La fiesta está declarada de interés turístico regional y durante ella los caballistas y carruajes engalanados van hasta el Tiétar acompañando al cirio tradicional. El último tramo del camino se hace a la carrera en un espectáculo lleno de alegría y colorido y, después de la procesión con el Cristo por las calles de Hontanares se hace una comida campestre a orillas del río. 

Molino de Castillo en el Tiétar
Molino de Castillo en el Tiétar

El entorno de Buenaventura es muy ameno con sus dehesas, los bosques ribereños del Tiétar y otros parajes de interés, como son la charca de la Margañona, desde donde subiremos al oeste del caserío y a la que podemos acceder siguiendo el arroyo de Pedro García que va saltando en pequeñas cascadas, como lo hace el arroyo que baja desde Navamorcuende en el paraje de las Chorreras, por donde podemos subir en un recorrido que nos lleve al pueblo vecino.

Tiétar a su paso por el término de La Iglesuela
Tiétar a su paso por el término de La Iglesuela

ENTRE EL TIÉTAR Y EL GUADYERBAS

RUTA ENTRE EL TIÉTAR Y EL GUADYERBASrutatiétarguadyerbas
Un kilómetro antes de llegar a Parrillas, atraviesa la carretera la cañada que, desde el Puerto del Pico, discurre hacia Extremadura por las llanuras de la Campana de Oropesa. Tomamos esa cañada en dirección suroeste llegando hasta las orillas del Embalse del Guadyerbas, donde el aficionado a la pesca puede intentar capturar alguna carpa, barbos, bogas y black-bass, aunque las desafortunadas repoblaciones con peces gato y percasoles han degradado la práctica de este deporte en casi todos los embalses.

Riberas del Tiétar

El siguiente tramo del trayecto continúa por la misma orilla del pantano que, si el nivel de  las aguas no es muy elevado, es practicable. En el caso contrario después de disfrutar del embalse y sus magníficas vistas sobre Gredos y las dehesas del entorno volveremos a la carretera y continuaremos por ella el recorrido hacia el oeste.

Arquitectura popular de Parrillas

Nos encontramos ya en el muro de la presa y desde allí seguimos la carretera como un kilómetro más hasta que volvemos a encontrar el río a la derecha .En este paraje se encontraba uno de los núcleos de población que dieron origen a Navalcán y del cual hoy apenas quedan restos, con algunos muros escasamente visibles y, si os fijáis bien, una calleja entre pequeños fresnos que conduce a un grueso muro de argamasa, único testigo de lo que fue la iglesia del pueblecito de Guadyerbas las Bajas.

Molino en el Guadyerbas

Este paraje es adecuado para detenerse a reponer fuerzas y dar un paseo observando primero un tejar sobre una pequeña elevación donde todavía se percibe el horno, la era donde se extendían los ladrillos antes de cocerlos y la pila donde se amasaba el barro. Al otro lado del río se encuentra un molino en un paraje de fresnos y praderas muy ameno, y siguiendo su canal aguas arriba llegamos a un antiguo puente medieval cuyo arco, muy aplanado, parece ir a derrumbarse de un momento a otro. El lugar es adecuado para la pesca del black-bass y también abundan los cangrejos americanos.

Puente "romano" de navalcán sobre el Guadyerbas Puente «romano» de navalcán sobre el Guadyerbas

Volvemos a Navalcán y tomamos la pista que frente a la piscina conduce a la captación de aguas en el Tiétar. Se distingue por ir casi paralela a una pequeña línea eléctrica. Un kilómetro antes de llegar al río hay una desviación a la derecha que nos conduce hasta el molino de Peña ,es un paraje muy agradable ,donde se puede pernoctar si vamos a pie y queremos doblar la jornada, pues el molino es abovedado y dentro hay arena.

El río corre limpio hasta Junio cuando desgraciadamente, las captaciones de agua de las urbanizaciones y pueblos de Gredos y la escasa depuración de las aguas residuales que generan, lo deterioran hasta el punto de no ser recomendable para el baño. Pero las primaveras del Tiétar son de singular belleza y también nos permiten practicar la pesca, sobre todo de barbos y bogas.

Desandamos el camino hasta Navalcán ,aquí podemos reponer fuerzas en los dos o tres restaurantes ,carillas y cochinillo o chanfaina, por ejemplo, y dar una vuelta por el pueblo visitando un pequeño puente medieval restaurado por la escuela taller, algunos elementos de arquitectura popular, un monumento a los conquistadores que desde estas tierras fueron a las Américas y otro a los emigrantes. Los amantes de la artesanía pueden adquirir en Navalcán labores de mantelería que, aunque menos conocidas que las de Lagartera, en nada tienen que envidiarlas.

También podemos visitar un pequeño museo etnográfico donde además se exhiben las fotos donadas por Arthur Miller,  escritor y premio Nobel cuya esposa, después de Marylin Monroe, fue Inge Morth que hizo las instantáneas en los años 50 durante una boda local.

Una de las fotos de una boda en Navalcán de Inge Morth que se exhiben en el museo. Una de las fotos de una boda en Navalcán de Inge Morth que se exhiben en el museo.

Seguimos después nuestro camino hasta Parrillas, pueblo con mucho sabor que todavía conserva rincones con pintoresca arquitectura tradicional. También aquí ha restaurado la escuela taller un potro de herrar, la placita del pilón y se han erigido un rollo en memoria del 350 aniversario del privilegio de villazgo de este pequeño pueblo al que desde aquí felicitamos por conservar su patrimonio etnológico. Otro ejemplo de su buen hacer es la reconstrucción de la Ermita de la Fuente Santa que podemos visitar, camino ya de Talavera y donde se celebra en mayo una concurrida romería.

Las labores de Navalcán

Se pueden adquirir en Navalcán a buen precio típicas labores tradicionales. Los eruditos dicen que son absolutamente autóctonas y remontan sus motivos al siglo III d.C. Parece que sus esvásticas, rombos y meandros son de origen copto y de una gran influencia oriental. Son bordados de los denominados «de tejidillo» y tradicionalmente se hacían sobre lino con hilo de lana ,especulándose con la influencia sobre bordados incas que habrían llevado los navalqueños que pasaron a América en la conquista.

5 RUTAS MOLINERAS POR LA SIERRA DE S. VICENTE

EXCURSIONES MOLINERAS POR LA SIERRA DE SAN VICENTE

Molinos de Guadyerbas en Navamorcuende
Molinos de Guadyerbas en Navamorcuende

En mi libro sobre los molinos de agua de la provincia de Toledo describo los casi trescientos molinos distribuyéndolos por zonas, Una de esa zonas con más de cincuenta artificios es la que abarca la Sierra de San Vicente y sus prolongaciones de El Berrocal por el oeste y la sierra de La Higuera y valle del Alberche por el este.

No tenemos aquí espacio para describir el funcionamiento de estas venerables construcciones que son la primera máquina, el primer ingenio que inicia para algunos la revolución industrial de los humanos, pero sí recomiendo la lectura de mi obra aludida para introducirse en su conocimiento y después visitarlos con mayor conocimiento del tema.

Muchos de esos edificios se hallan en ruina casi completa y apenas distinguimos su planta, y por ello vamos a recomendar una serie de paseos para conocer los más significativos y los que se encuentran en mejor estado o los que están más agrupados en las riberas de nuestros arroyos y pueden hacer más productiva nuestra excursión.

Primera Ruta: Subamos desde Navamorcuende hacia el Piélago y antes de llegar a coronar vemos a nuestra izquierda un cubo solitario de sillarejo con su saetín o conducto por el que salía el agua que movía el rodezno. La propia carretera se ha llevado por delante la sala del molino. Si desde él seguimos su antiguo canal entre el rebollar observamos que se trata de un curioso molino de escorrentía abastecido de caudal por canales labrados en las laderas próximas además de por una fuente cuya corriente se acumulaba en una represa. De este ejemplar sale directamente el agua a otro por debajo ya de la carretera que tiene un receptor en rampa y no en cubo como el anterior. Pero es el tercero, por debajo de los anteriores, el edificio molinero tal vez de mayor entidad de la Sierra. Perteneció al convento y tiene tres pisos y un enorme cubo al que llega el agua por un canal elevado sobre mampostería. Al cárcavo se accedía por una escalera helicoidal. Del cuarto artifico apenas se percibe su vieja rampa arruinada.

Molino en el arroyo del Batán en Garciotún-Bayuela
Molino en el arroyo del Batán en Garciotún-Bayuela

Segunda Ruta: por la cantidad de molinos asentados en sus riberas haremos una segunda excursión a la zona del denominado “puente romano” de Castillo de Bayuela, un puente del siglo XVII en torno al que se localizan seis ejemplares vinculados tanto a Bayuela como a Garciotún. Nos acercaremos por carretera y, yendo hacia Garciotún, nos detendremos donde cruza el arroyo bajo la carretera y subiremos siguiendo sus riberas. Los tres molinos más bajos son muy parecidos, con un cubo de base muy inclinada o cubo-rampa. El tercer artificio toma sus aguas del arroyo del Batán, nombre que nos indica que éste u otro edificio desparecido pudieron haber sido un ingenio también movido por el agua para abatanar los paños. El cuarto es de doble captación, pues toma el agua de ambas corrientes. El siguiente tiene la peculiaridad de asegurar la estanqueidad de su cubo con unos cilindros de cerámica llamados atanores en la terminología molinera. Otro molino tiene su anclaje en los mismos pilares del puente. Todos ellos son de una pintoresca arquitectura popular en mampostería de granito.

Molino de Garganta Tejea en Real de San Vicente
Molino de Garganta Tejea en Real de San Vicente

Tercera Ruta: Desde la gasolinera de El Real de San Vicente parte un camino que en un agradable paseo nos llevará hasta la Garganta Tejea, donde se pueden observar las ruinas de cinco molinos vinculados a El Real y Almendral. El primero de ellas capta el agua con una pequeña presa de dos metros de largo con un canal excavado en la misma chorrera. Desde su propio cárcavo el agua va al siguiente ejemplar. La pendiente es pronunciada y actualmente se puede ver un tubo de hierro por el que descendía el agua, aunque quedan restos que nos demuestran que antes era utilizada una conducción hecha sobre un tronco vaciado de castaño. Esos tubos se cubrían con lanchas de granito para protegerlos. El cuarto edificio era de mayor entidad pues tenía dos plantas y movía dos piedras. Es éste otro conjunto de interés etnográfico por ser de los pocos molinos con receptor “de tubo”y están además situados en un entorno natural de gran belleza.

Molino de Guadmora en Hinojosa de San Vicente
Molino de Guadmora en Hinojosa de San Vicente

Cuarta Ruta: Desde Hinojosa desdenderemos por una senda que va hasta el arroyo Guadmora, en término de esta localidad, encontramos dos pintorescas construcciones molineras. Seguiremos bajando por el camino paralelo a la ribera de este arroyo y ya en término de Bayuela encontraremos otros dos magníficos ejemplares en mampostería de granito que como los anteriores tienen su receptor de cubo y un de ellos también sirvió de batán.

Molino del Tiétar en La Iglesuela
Molino del Tiétar en La Iglesuela

Quinta ruta: Desde el puente de la carretera de la Iglesuela a Casavieja podemos ascender río arriba y visitar un ejemplar que era de gran belleza pero ha sido restaurado de forma no muy afortunada y más arriba otro ejemplar con su presa con un entorno natural de gran interés con cigüeña negra. Era de dos piedras y estuvo reconvertido a motor de gasoil cuando no había caudal suficiente. Si nos quedan fuerzas bajaremos luego el río hasta llegar al molino de Castillo, que se caracteriza por un canal de mampostería elevado de bloques graníticos.

Y molinos sueltos: Desde el propio casco de San Román se ascienden doscientos metros y encontramos un bonito molino en el arroyo de Las Tenebreras. Cerca del casco de Buenaventura hay otro buen ejemplar, así como en el mismo caserío de El Real donde podemos ver otros cuatro. Junto a Sotillo de las Palomas, por debajo del puente de la carretera, se encuentra sobre el Guadyerbas otro curioso ejemplar muy accesible que se intentó mover en tiempos de guerra con motor de vapor de agua, una especie de curiosa locomotora molinera.