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A MARRUPE DESDE SAN ROMÁN PASEANDO ENTRE ENEBROS

A MARRUPE DESDE SAN ROMÁN PASEANDO ENTRE ENEBROS

El recorrido de hoy nos permite conocer la vegetación y el paisaje característico de las zonas menos elevadas de las laderas de la sierra de San Vicente.

Fuente de San Román de donde parte la ruta, antes de su restauración

Comenzamos en San Román, donde, al otro lado de la carretera, cerca del núcleo urbano, una fuente restaurada con un pilón nos muestra el principio del camino, se dirige en dirección oeste con un primer tramo coincidente con el cordel de merinas que viene desde Castillo de Bayuela. Lo abandonaremos al llegar al arroyo del Cercao, como a un kilómetro y medio de distancia, para continuar en dirección noroeste. Durante todo el trayecto vamos contemplando a la izquierda un enebral que, por encontrarse en la umbría y en un vallecillo cerrado, conserva ejemplares de un porte considerable.

Enebrales en la Sierra de San Vicente

Llegamos al pueblecito de Marrupe y damos una vuelta por él, visitando su iglesia del siglo XVI,  porticada y construida en mampostería granítica con un calvario junto a la entrada.

Iglesia parroquial de Marrupe

Algunas calles guardan  sabor en su arquitectura popular berroqueña en mampostería con algunas superficies blanqueadas en torno a puertas y ventanas También el ayuntamiento es pintoresco, con un soportal de columnas graníticas, y la fuente de caño Viejo que complementa el lugar con un puente de lajas graníticas.

Puente de lanchas graníticas en Marrupe

Algún historiador ha aventurado que el nombre de Marrupe derivaría de marrubium, una planta, mientras que otros lo hacen derivar de (mazar ar rubait) un ribat o rápita, algo así como “cenobio de religiosos guerreros árabes junto a un molino”. Tres de estos ingenios molineros se encuentran Las primeras referencias históricas al pueblo datan del siglo XIII, cuando es donado por Sancho IV para su repoblación a su mayordomo Juan García de Toledo como un heredamiento de Cervera, pasando después al marquesado de Montesclaros con capital en Castillo de Bayuela. todavía en ruinas en las riberas del arroyo Marrupejo.

Pozos y abrevaderos como estos podemos encontrar en nuestro recorrido y en toda la Sierra de San Vicente

Preguntaremos por el camino que, en dirección este, se dirige de nuevo a San Román, recorriendo la falda del monte de Cabeza Bermeja y pasando por la llamada cañada de los Pozos, un arroyo con numerosos pozos y algunos chozos típicos de la zona techados mediante falsa cúpula con lajas de piedra. Seguiremos el camino hasta llegar de nuevo a San Román.

Ameal en término de Marrupe

El camino discurre entre encinares con algún alcornoque, enebros, acebuches y jarales, todo ello salpicado de los típicos prados cercados con vallados de piedra y algún ameal, que es una acumulación cónica de  heno con un palo como eje y rodeado de una cerca que lo protege de los animales. Algún higueral y unos pocos olivares matizan el paisaje de laderas más bajas de la sierra de San Vicente.

Fuente y pozo en Marrupe

Duración aproximada 3,5 horas, 15 kilómetros.

SAN ROMÁN DE LOS MONTES

SAN ROMÁN DE LOS MONTES

Rollo y ayuntamiento de San Román
Rollo y ayuntamiento de San Román

Vamos a conocer hoy  la pequeña localidad de San Román de los Montes, en las estribaciones de la Sierra de San Vicente. Podemos dar antes un paseo por sus calles y nos detendremos en la plaza para observar el rollo, cuyo escudo de los Dávila nos recuerda que esta villa formó parte del señorío de Velada, cabeza del marquesado, cuyo rollo curiosamente se restauró a imagen de éste de San Román, mejor conservado que el del  propio Velada.

Enebrales de San Román
Enebrales de San Román

Fue en 1291 cuando Alfonso VIII otorgó los mayorazgos de Velada y San Román a Fernán Gil Dávila creándose uno de los primeros señoríos medievales. La antigua casona fuerte del marqués se halla actualmente restaurada aunque con almenas simuladas no muy afortunadas.

Casa fuerte de los señores de Velada y San Román restaurada
Casa fuerte de los señores de Velada y San Román restaurada
Agujas para el cerramiento de las plazas para las corridas de toros
Agujas para el cerramiento de las plazas para las corridas de toros

San Román es como todos los pueblos de estas sierras un lugar con gran afición a los toros y, como muchos de ellos, conservan las agujas de piedra que servían para cerrar las plazas durante los festejos taurinos. A la entrada del pueblo, junto al arroyo, se ha restaurado un lavadero tradicional y en el centro un antiguo potro de herrar.

Sarcófago omano tardío junto a la iglesia de San Román
Sarcófago omano tardío junto a la iglesia de San Román

Visitaremos además la iglesia, construcción cuyos elementos más antiguos son del siglo XV, y en el exterior, en su parte trasera, se conserva un sepulcro antropomorfo tardorromano- visigodo, aunque otros lo remontan a época romana. También se han hallado fustes de columna y cerámicas que confirman esa presencia y otro segundo sepulcro medieval También se han hallado restos de la Edad del Bronce y del Cobre.

Pared decorada con motivos de tipo pastoril en una vivienda de San Román
Pared decorada con motivos de tipo pastoril en una vivienda de San Román

Muy cerca, al norte del casco urbano y junto al arroyo, se halla un antiguo molino de agua de construcción granítica.

Canal del molino de agua de San Román en el arroyo de las Tenebreras

La parte ribereña del término está a orillas del embalse de Cazalegas con  sus urbanizaciones, aunque hay también una zona interesante de pequeñas barrancas junto a la ribera del Alberche con hermosas dehesas entre el pueblo y el río.

Espadaña de la iglesia de San Román

RUTA ENTRE ENEBROS

ENTRE ENEBROS

Esquema de la ruta "Entre enebros" Esquema de la ruta «Entre enebros

El recorrido de hoy nos permite conocer la vegetación y el paisaje característico de las zonas menos elevadas de las laderas de la sierra de San Vicente.

Junto a esta fuente comienza nuestra ruta de hoy Junto a esta fuente comienza nuestra ruta de hoy

Iniciamos el viaje en la pequeña localidad de San Román de los Montes. Podemos dar un paseo por sus calles y nos detendremos en la plaza para observar el rollo. El escudo de los Dávila nos recuerda que esta villa formó parte del señorío de Velada, y curiosamente el rollo de la cabeza de este marquesado se restauró a imagen de éste de San Román, mejor conservado que el de la propia Velada. Podemos ver una curiosa fachada decorada con pinturas del tipo de arte pastoril con el que se decoraban en nuestra comarca cuernos de beber , o tarras y especieros tallados en madera

Decoración con motivos similares a los de arte pastoril en San RománDecoración con motivos similares a los de arte pastoril en San Román

Visitaremos también la iglesia donde en el exterior, en su parte trasera, se conserva un sepulcro antropomorfo medieval, aunque otros lo remontan a época romana. La antigua casona fuerte del marqués se halla actualmente restaurada aunque con almenas simuladas poco afortunadas. A la entrada del pueblo, junto al arroyo, se ha restaurado también un lavadero tradicional y en el centro un antiguo potro de herrar, así como una fuente al inicio de nuestro camino. Al norte del casco urbano, en el arroyo, se haya un antiguo molino de agua de construcción granítica. La parte ribereña del término y sus urbanizaciones están a orillas del embalse de Cazalegas, y hay también una zona de pequeñas barrancas con una hermosa dehesa que llega hasta el río.

Enebral en la sierra de San Vicente Enebral en la sierra de San Vicente

El camino comienza como hemos dicho en una fuente con pilón situada frente a una ermita de reciente construcción. Se dirige en dirección oeste con un primer tramo coincidente con el cordel de merinas que viene desde Castillo de Bayuela. Lo abandonaremos al llegar al arroyo del Cercao, como a un kilómetro y medio, para continuar en dirección noroeste hasta llegar al pueblo de Marrupe. Durante todo el trayecto vamos contemplando, a la izquierda, un enebral que, por encontrarse en la umbría y en un vallecillo cerrado, conserva ejemplares de un porte considerable

En Marrupe visitaremos su iglesia, porticada y con un calvario junto a la entrada.Algunas calles guardan  sabor en su arquitectura popular granítica.

Preguntaremos por el camino que, en dirección este, va por la falda del monte de Cabeza Bermeja hasta Hinojosa de San Vicente.

Ameal en Marrupe Ameal en Marrupe

El trayecto discurre entre encinares con algún alcornoque, enebros, acebuches y jarales ,todo ello salpicado de los típicos prados cercados con vallados de piedra y algún ameal (acumulación cónica de  heno con un palo como eje, rodeada de una cerca que lo protege de los animales).Algún higueral y unos pocos olivares matizan el paisaje de la sierra baja.

Llegamos a Hinojosa de SanVicente, uno de los pueblos con más elementos conservados de arquitectura popular de la Sierra, sobre todo en el extrarradio del lugar, donde cuadras y cochineras conservan el ambiente de lo que eran estos pueblos hace cuarenta años.

No debemos dejar de visitar las dos ermitas, la de San Sebastián, con un calvario junto a ella, y la de San Roque, con una curiosa decoración popular en la hornacina del santo a base de trazos que parecen simular cerámica.

La plaza conserva todavía las agujas de piedra que en casi todos los pueblos de la sierra servían para cerrar los festejos taurinos. Descendemos de Hinojosa en dirección sudeste, hacia el arroyo Guadmora que baja desde el cerro de San Vicente, rodeado de prados ,encinas cornicabras moreras y enebros en un paseo agradable que hizo exclamar a un viajero del siglo XVIII que la hermosura de los campos de Hinojosa era similar a la de los de la ciudad italiana de Mantua. Aunque solamente queden algunas pitarrillas como muestra, el vino de Hinojosa tuvo una fama que sobrepasó en tiempos el ámbito comarcal. Fue pueblo que en sus trojes cultivó el gusano de seda hasta los años 60.

Chozo en término de Marrupe

Terminamos nuestro recorrido descendiendo el Guadmora hasta que junto a dos antiguos molinos ya documentados en el siglo XV, volvemos a recorrer el cordel hasta llegar nuevamente a San Román de los Montes.

Dice el Libro I de Dioscórides : “…el enebro provoca y calienta la orina, y, perfumado, hace huir las serpientes. Su fruto calienta y restriñe mediocremente y es amigo del estómago. Bebido vale contra las pasiones del pecho, contra la tose, contra las ventosidades, contra los tortijones de vientre y contra las mordeduras de animales emponzoñados. Es útil en los espasmos de nervios y en la sufocación de la madre”.

ALBERCHE (20) HACIA LA DESEMBOCADURA

 

Las barranquillas de la orilla norte del embalse de Cazalegas

HACIA LA DESEMBOCADURA

La localidad de Cazalegas cuenta con numerosas huellas del paso de los romanos, que incluso puede que dejaran el nombre de Cazalia al lugar. Daremos una vuelta por su caserío contemplando algunas de sus viviendas que tienen una curiosa decoración en sus revocos con esgrafiados, técnica de tradición segoviana que es única en la comarca. La orden de Calatrava tuvo aquí casas y una torre y también hubo algunos palacios como el de los condes de Aguilafuente.  San Vicente Mártir es la advocación de la iglesia parroquial construida en ladrillo, y en su honor se hacen las fiestas con gran hoguera en la plaza.

Embalse de Cazalegas

Volvemos a descender hacia el río donde se encuentra el mayor atractivo de Cazalegas, la presa del Alberche, que sirve como azud para desviar el agua por el canal construido a finales de los años cuarenta para extender el regadío a la vega talaverana. Las obras de los canales y el embalse fueron en su mayor parte realizados por los presos forzados republicanos de la Penitenciaría de Santa Apolonia en Talavera. La orilla izquierda del embalse está ocupada por una urbanización, pero en la orilla derecha hay un camping y fue durante los años setenta una verdadera playa en la que acampaban cientos de familias que provenían en gran parte de Madrid y que disfrutaban del baño y del embarcadero, donde se podían hacer viajes en una barcaza de recreo. Hoy se quiere reactivar el turismo, que también puede disfrutar de los agradables parajes del vivero de Obras Públicas que se extiende por esa misma orilla. En la orilla de enfrente, aguas arriba de la urbanización, el paisaje es diferente, una gran dehesa con pequeñas barrancas en la ribera.

Patio de Las Torres de Salinas

Desde el embalse el río continúa descendiendo y pasa por el antiguo vado de la Cabra, por donde cruzaban gentes y ganados si había estiaje. Cerca se encuentra la finca de Salinas donde se encuentra una pequeña laguna salada que en tiempos fue explotada para extraer la sal, como la del arroyo de la Sal que discurre cerca, camino del Alberche. Desde aquí hasta la desembocadura en el Tajo pasamos por una zona que tanto en la Batalla de Talavera en 1809, como durante la Guerra Civil formó parte de la línea del frente entre los dos bandos. Los franceses vadearon el río por sorpresa en cierta ocasión y lord Wellington que mandaba las tropas inglesas fue cogido por sorpresa en la labranza de La Torre y hubo de salir precipitadamente para salvar su vida. Junto al puente del Alberche se conservan varios búnkers que fueron construidos por las tropas nacionales para batir el puente e impedir los intentos de recuperar el terreno por los republicanos.

El embalse de Cazalegas con la sierra de San Vicente al fondo

Las inmediaciones del puente por el que atraviesa la vía del tren fueron utilizadas por el rey Alfonso XIII en cierta ocasión en que pasando hacia Extremadura paró a merendar con toda su comitiva. El siguiente puente es el que actualmente da servicio a la nacional V y se construyó en los años cuarenta. Junto a él se encuentra el viejo puente que desde los romanos, según atestiguan los restos de algunos de sus tajamares, sirve para cruzar el Alberche. En la orilla izquierda, estaba la Venta del Alberche, hoy completamente arruinada. Junto a ella se cobraban pontazgos y el impuesto de la asadura, que percibía la Santa Hermandad en concepto de protección por esta institución de policía rural a los ganados trashumantes que cruzaban las tierras de Talavera.

zulejo de Ruiz de Luna como muchos de los rótulos de los canales del Alberche

Siempre fue lugar de paso, frecuentado por ganaderos, soldados, prostitutas, pícaros y jugadores. La comarca que se encuentra entre el Tajo y el Alberche fue tierra de Talavera que se llamaba el Horcajo, debido a la horca o “Y” formada por los dos ríos. La zona más próxima a la desembocadura es el Soto de Entrambosríos. En la zona se han hallado tres verracos  que atestiguan la presencia vetona. Cuando el Alberche va crecido por lluvias y deshielos y el Tajo también lleva elevado caudal, el agua inunda Talavera corriendo a través de la vieja cañada, como nos explica el dicho: “Si el Alberche y el Tajo se amistan, Talavera Dios te asista”.

Podemos volver a Cazalegas por el antiguo cordel que sigue el trayecto indicado.

LA EXCURSIÓN

 El embalse a  la desembocadura

 Después de disfrutar de las riberas del embalse de Cazalegas seguiremos bajando por la orilla norte y recorriendo las riberas del Alberche hasta el puente de la antigua Nacional V, donde podremos observar los búnkers que defendían el paso en la Guerra Civil, el viejo puente tantas veces derruido por las avenidas del Alberche pero en el que podemos ver las bases de los tajamares de probable origen romano y, ya derruida, la antigua venta que tantos viajeros vio pasar. Seguiremos hasta la desembocadura del Alberche en el Tajo y volveremos al pueblo por el cordel tal como se indica en el texto.

 

Recorrido aproximado 15 kilómetros. 3 horas y media

RUTA HACIA LA DESEMBOCADURA DEL ALBERCHE

RUTA HACIA LA DESEMBOCADURA DEL ALBERCHEalberche19

 

La localidad de Cazalegas cuenta con numerosas huellas del paso de los romanos, que incluso puede que dejaran el nombre de Cazalia al lugar. Daremos una vuelta por su caserío contemplando algunas de sus viviendas que tienen una curiosa decoración en sus revocos con esgrafiados, técnica de tradición segoviana que es única en la comarca. La orden de Calatrava tuvo aquí casas y una torre y también hubo algunos palacios como el de los condes de Aguilafuente. San Vicente Mártir es la advocación de la iglesia parroquial construida en ladrillo, y en su honor se hacen las fiestas con gran hoguera en la plaza.

El embalse de Cazalegas, sus choperas y al fondo la sierra de San Vicente
El embalse de Cazalegas, sus choperas y al fondo la sierra de San Vicente

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