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GUADYERBAS  POR NAVALCÁN HASTA LA DESEMBOCADURA

GUADYERBAS  POR NAVALCÁN HASTA LA DESEMBOCADURA

Dolmen de Navalcán que habitualmente se halla inundado por el embalse de Guadyerbas

Hay dos excursiones en este blog cuyos enlaces adjuntamos que describen los parajes por los que pasa el río Guadyerbas por el embalse de Navalcán y hasta su desembocadura en el Tiétar pasando por el despoblado  de  Guadyerbas las Bajas.

https://lamejortierradecastilla.com/por-la-canada-y-el-guadyerbas-hasta-corchuela/

https://lamejortierradecastilla.com/un-paseo-por-guadyerbas-las-bajas/

Solo nos falta conocer el pueblo de Navalcán:

UNA VISITA A NAVALCÁN

Restos de la iglesia del despoblado de Guadyerbas las Bajas

En Navalcán se han hallado útiles de sílex del paleolítico, el dólmen que se halla sumergido en el embalse y del que hablaremos más detenidamente. Un pequeño campo de dólmenes de muy pequeño tamaño en la dehesa de Calabazas, fondos de cabaña calcolíticos y de la Edad del Bronce, alguna villa romana y despoblados medievales que unidos formaron el actual pueblo de Navalcán. Algunos de esos restos los hemos comentado en los enlaces referidos.

Los laboriosos navalqueños se han visto obligados a emigrar en algunas épocas de su historia, un  monumento al ausente se ha instalado en la plaza municipal junto a otro que recuerda a los habitantes de este pueblo que contribuyeron a la empresa americana. Esa diáspora no ha impedido que muchos de ellos vuelvan a su pueblo donde mantienen y reforman sus viviendas, lo que ha ocasionado la desaparición de la mayor parte del patrimonio arquitectónico tradicional. Todavía podemos ver algún rincón que guarda su tipismo y algunas viviendas levantadas en mampostería con pequeños balcones en la fachada.

Puente llamado «romano» sobre el arroyo de Navalcán

EL PATRIMONIO: La iglesia parroquial se encuentra bajo la advocación de la Virgen del Monte y es la típica construcción del siglo XVI en mampostería y sillería que tiene características comunes con casi todos los pueblos que pertenecieron a la diócesis de Ávila en la Campana de Oropesa, la Sierra de San Vicente y el Berrocal. Es una edificación de aspecto robusto con su torre achaparrada y el ábside reforzado con contrafuertes. El portal semicerrado de la fachada sur y la vivienda curato adosada al norte hacen perder al templo su perspectiva. Un panel de cerámica de Ruiz de Luna y algunas imágenes con sus retablos barrocos son dignos de reseñar, sobre todo la antigua talla del Santo Cristo de la Viga

Iglesia parroquial de Navalcán

Navalcán cuenta con dos ermitas, la de San Isidro de nueva construcción y la de San Pedro o de la Madre Isabel recientemente restaurada. En cuanto al patrimonio etnográfico podemos ver dos molinos hidráulicos, el primero de ellos aguas arriba del casco urbano tiene un bonito cubo y el segundo, aguas abajo del pueblo. En la entrada oriental del caserío se ha restaurado un gracioso puente medieval que salva el mismo arroyo además del “puente romano” al que nos referíamos al hablar de Guadyerbas las Bajas.

Dos navalqueñas con el traje tradicional

En Navalcán ir vestido con el traje típico se conoce como ponerse “Las Vistas”. No tiene su vestido tradicional nada que envidiar en vistosidad al traje lagarterano, como sucede con otros de la Campana de Oropesa. Ello se debe a que en este pueblo las labores tradicionales son también de gran belleza en sus diferentes tipos, como el “colchao”, el “deshilo” o los bordados de ramos y piñas. En la fiesta del Corpus se exhiben colchas, manteles y otras piezas de lo mejor de sus ajuares colgadas adornando las fachadas y altarcillos al paso de la procesión.

Son de destacar las bodas celebradas al estilo tradicional con todo el colorido de sus trajes típicos y el baile de la manzana en la plaza. Estos mismos rituales son los que impresionaron a la fotógrafo Inge Morth, esposa de Arthur Miller, premio Príncipe de Asturias por su obra como dramaturgo de fama internacional y conocido también por haber sido su primera esposa Marylin Monroe. Inge Morth realizó en los años cincuenta una serie de pintorescas instantáneas en Navalcán que ha donado años atrás a su ayuntamiento durante el homenaje que recibió.

Una de las preciosas fotos de Inge Morth realizó sobre una boda en Navalcán

Otras fiestas  que se mantienen en Navalcán son San Isidro el 15 de Mayo con romería a su ermita o las fiestas de verano de San Roque con los habituales elementos de los festejos estivales En invierno se festeja a San Pablo el día 25 de Enero y, aunque decaída en los últimos años, es de destacar la Semana de Quintos, en la que antiguamente recorrían los mozos el pueblo con el carnero que las novias adornaban con borlas de hilo.

Labores tradicionales navalqueñas expuestas en el Corpus

ARTESANÍA Y GASTRONOMÍA: En cuanto a la artesanía debemos reseñar, además de los magníficos bordados, los objetos de madera tallados con abigarrada decoración por los artesanos que hacen con raíz de fresno curiosos morteros, rabeles y otros objetos de arte pastoril.

Se pueden adquirir en Navalcán a buen precio típicas labores tradicionales. Los eruditos dicen que son absolutamente autóctonas y remontan su origen al siglo III, y parece que sus curiosos motivos, como esvásticas, rombos y meandros son de procedencia copta y de una gran influencia oriental.

Son bordados de los denominados «de tejidillo», y tradicionalmente se hacían sobre lino con hilo de lana, especulándose también con la influencia sobre bordados incas que habrían llevado los navalqueños que pasaron a América en la conquista.

Detalle de una fachada en Navalcán

La cocina de Navalcán tiene ciertos platos característicos entre los que podemos destacar la chanfaina, consistente manjar que se hace con hígado de cordero, patata, pimiento, tomate, cebolla y pimentón. También es típica la caldereta de cordero o el picadillo. La matanza es parte fundamental de su gastronomía, en la que como algo característico habría que destacar el “bondejo”, que era la forma de conservar los huesos adobados en el estómago o en la vejiga del cerdo para luego ser utilizados durante el resto del año en diferentes guisos. Entre los dulces debemos señalar las “cristiones”, los suspiros o los mantecados, las puches y las perrunillas. En Navalcán podemos comer en tres o cuatro establecimientos y una casa rural también ofrece sus servicios.

ARQUITECTURA POPULAR XIV: EL BERROCAL

ARQUITECTURA POPULAR XIV:  EL BERROCAL

Chozo típico de El Berrocal

Las elevaciones de la pequeña Sierra de San Vicente se prolongan en dirección oeste hacia cotas de menor altitud, pero también con un predominio de materiales graníticos. Se trata de El Berrocal al que sumamos también en este capítulo las localidades de Parrillas y Navalcán por tener algunas características geográficas similares en cuanto a la arquitectura popular.

Como hemos visto es la disponibilidad de los materiales el factor que más condiciona la arquitectura tradicional y así, la subcomarca del Berrocal, situada sobre esas elevaciones, tiene muchas características comunes con la Sierra de San Vicente, ya que además le une con ella Ia dependencia durante parte de su historia de la ciudad de Ávila y la repoblación de algunos de sus pueblos y señoríos por caballeros abulenses, así como un predominio dc la actividad ganadera.

Puerta típica de Cervera con tejadillo

Los perfiles de sus viviendas son más altos y con los vanos y huecos más abundantes, aunque manteniendo la tónica en la economía de ventanas, consustancial a la arquitectura serrana castellana. Los muros son de fábrica mayoritaria en mampostería ripiada y con un poco de barro como aglutinante, sin embargo, las piedras tienen las juntas llagueadas con argamasa con mucha más frecuencia que en la Sierra de San Vicente. La sillería se utiliza en jambas y dinteles. El mayor índice de enfoscado de las fachadas puede deberse a una mayor disponibilidad de la cal necesaria para la fabricación de la argamasa.

Calle con arquitectura tradicional en Mejorada

Tanto en Montesclaros como en Velada o Pepino podemos todavía documentar hornos de cal o caleros, aunque con mucha mayor proporción en la primera localidad, donde se llegó a una gran especialización en el desarrollo del aprovechamiento de las vetas calizas que abundan en su término. Por esta razón y quizá por una mayor influencia cultural extremeña es también más frecuente encalado de las fachadas, siendo por ejemplo en Velada generalizado el acabado con enjalbegado de casi todos los muros.

Contrucción en Velada sobre grandes núcleos graníticos con mampostería y tapial enjalbegado

En Parrillas el aparejo granítico tiene una mayor vistosidad por lo oscuro de las piedras y por tenerlas mismas, formas menos redondeadas, bloques con aspecto de lanchas más aplanadas. En este pueblo son características las portadas de casas y corrales con dinteles formados por grandes lanchones graníticos sin labrar. En Velada es peculiar la utilización de grandes bloques sin labrar en las filas más inferiores de los muros, para igualar así el terreno pétreo irregular.

Puerta característica de la arquitectura parrillana

El ladrillo apenas se utiliza, salvo en Mejorada, donde se pueden ver arcos dc medio punto rebajado, machones y jambas construidos con este material. El adobe sí es utilizado, pero solamente para doblar las trojes o en dependencias secundarias, cuadras, pajares, etc.

Zaguán de entrada a un corral en Mejorada

Muchas viviendas tienen amplias “enramás” y es frecuente que el acceso a las mismas se haga sobre todo en las modestas, a través de patios alargados, a veces casi pasillos por su estrechura, flanqueados por flores y donde se suele situar la pila de lavar y alguna parra o higuera que proporciona sombra. Muchas casas conservan todavía las parras en la fachada principal pero apenas sin sobresalir de la misma, a modo simplemente de visera que proteja del clima más caluroso de esta zona, más extremado que en las zonas serranas elevadas.

Rincón típico en Montesclaros

Los tejados, al ser menos frecuentes las precipitaciones tienen una pendiente menor. Cervera de los Montes conserva algunos rincones con sabor popular y un mayor número de edificios de arquitectura tradicional. Son características sus entradas con pequeños tejadillos que no llegan a tener las proporciones del tejaroz qua protege habitualmente las puertas carreteras de las grandes portadas de la Campana de Oropesa o de la misma Talavera. Segurilla cuenta en algunas de sus fachadas con esgrafiados de motivos populares de tradición pastoril y es de destacar, también por su sabor popular, su graciosa ermita porticada que se sale un poco de la sobriedad del resto de las ermitas de la zona que tienen volúmenes cúbicos sin la más mínima ornamentación arquitectónica.

Arquitectura tradicional en Pepino

En el casco urbano de Navalcán quedan pocos ejemplares de arquitectura tradicional aunque son de destacar sus molinos del arroyo de la Pasadera, del Guadyerbas y el Tiétar. y sus dos puentecillos. El medieval de la entrada del pueblo felizmente restaurado y el llamado puente romano sobre el Guadyerbas. Esta es la localidad más poblada de la zona y sin embargo conserva en menor medida su patrimonio arquitectónico que Parrillas o Cervera, núcleos más pequeños y que por su mayor despoblación mantengan en pie más construcciones antiguas. Esta circunstancia se suele repetir en otros casos.

Ermita porticada de Segurilla

Las construcciones rústicas son menos numerosas que en la sierra y así, encontramos menos chozos o zahurdas diseminadas por el campo. Es, sin embargo, más frecuente encontrar las cochineras en las proximidades de los núcleos urbanos, aunque ya pervertidas por la uralita, azote de la arquitectura popular junto con el bloque de hormigón, el ladrillo visto y las puertas metálicas.

Muro de mampostería granítica en El Casar de Talavera

Esta comarca es atravesada también por numerosas cañadas y cordeles que a su paso por los términos de Velada y Parrillas fundamentalmente, han dejado algunos ejemplares de las ventas típicas donde pernoctaban los trashumantes, y el Parador de San Prudencio que dio servicio al gremio de carreteros que venían desde Gredos con cargamentos de madera destinada sobre todo a la construcción y hacían aquí su parada antes de llegar a Talavera. Como construcciones protoindustriales señalaré el molino de viento de Velada que todavia podría restaurarse ya que conserva completos sus muros. En Cervera queda en pie la fachada de lo que fueron dependencias anejas de las Reales Fábricas de Seda de Talavera donde se torcía el hilo en máquinas tiradas por bueyes.

UN PASEO POR GUADYERBAS LAS BAJAS

UN PASEO POR GUADYERBAS LAS BAJAS

En la entrada anterior hablábamos del Guadyerbas en su tramo medio hasta llegar a los arenales del baldío de Velada declarado parque fluvial con los sotos del Guadyerbas y que podéis encontrar en la entrada de este blog:

PARAJES Y PAISAJES DE VELADA, Los Arenales de El Baldío y Sotos del Guadyerbas

Roltulo que indica que entramos en el parque fluvial de Guadyerbas y los arenales del baldío de Velada
Roltulo que indica que entramos en el parque fluvial de Guadyerbas y los arenales del baldío de Velada

Desde la desembocadura del arroyo de Riolobos en el Guadyerbas, se introduce el río en el Baldío de Velada, planicie conocida en la zona como Los Llanos de Velada. Tanto las riberas del Guadyerbas como esta llanura en apariencia esteparia han sido recientemente reconocidas por la Junta de Comunidades con la figura de Parque Fluvial por la peculiaridad y riqueza de su ecosistema.

Vale la pena recorrer los caminos que surcan el Baldío debido a que en algunos lugares nos dará la sensación por sus arenales de que nos encontramos en una playa, o en un desierto. Allí crecen plantas xerófilas específicas de suelos esteparios que bruscamente pueden dar paso a otros lugares donde crecen los helechos como si nos encontráramos en las húmedas laderas de Gredos. En otras ocasiones encontramos islotes de vegetación con bosquecillos de alcornoque acompañados de brezo o robles de buen porte. Si nos acercamos al Guadyerbas nos sorprenderá su tupida vegetación de ribera con fresnos, sauces, alisos, espinos o endrinos en parajes que constituyen toda una sorpresa, especialmente en las zonas de La Aliseda, La Fresneda, El Toril, o Casillas.

Pero sigamos con nuestro recorrido por el embalse de Navalcán y la parte más baja de su cauce hasta su desembocadura en el Tiétar.

NAVALCÁN Y SU ENTORNO

Restos del Dolmen de navalcán, casi siempre sumergido bajo el embalse
Restos del Dolmen de navalcán, casi siempre sumergido bajo el embalse

Desde el paleolítico dejaron los seres humanos huellas de su paso por estas tierras, y por ello se encuentran útiles de sílex en las orillas del Guadyerbas. En la Edad del Cobre se levantó el dolmen que actualmente se sitúa bajo las aguas del embalse de Navalcán. Sí que se pueden ver en el Museo de Santa Cruz de Toledo los dos grandes bloques de piedra de la entrada que tienen grabadas dos serpientes como también representaba un menhir hoy desaparecido que se encontraba en el reculaje del pantano. Los restos romanos y medievales completan el patrimonio histórico del entorno navalqueño. En la repoblación abulense de estos territorios Navalcán habría estado incluida en el Sexmo de Las Herrerías junto a otros lugares como Arenas de San Pedro o Ramacastañas para, a finales del siglo XIV, pasar con otras aldeas cercanas a formar parte del señorío de Oropesa, contra el que mantendría durante su historia numerosos pleitos por diferentes problemas sobre dehesas y aprovechamientos.

Partimos en esta excursión del muro del embalse de Navalcán y nos dirigimos por la orilla izquierda del Guadyerbas descendiendo a cierta distancia de las orillas, siguiendo por el borde de las elevaciones sin bajar hasta el cauce, pues las grandes piedras hacen más difícil andar por él. El sendero se hace más claro cuando giramos en dirección oeste.

Después de un tramo con grandes bloques rodados y pozas en el cauce, llegamos primero a los restos de los machones de mampostería de un puente que probablemente sostuviera una estructura de madera para permitir el paso. Siguiendo un sendero empedrado llegamos luego a un antiguo puente medieval cuyo arco, muy aplanado, parece ir a derrumbarse de un momento a otro y es el que se conoce en la zona como el “Puente Romano”. Algo más abajo observaremos aún los restos de los pilares de otro puente también de aspecto antiguo.

El llamado puente romano de sobre el Guadyerbas
El llamado puente romano de sobre el Guadyerbas

Cruzando el “Puente Romano” podemos acceder en la otra orilla y ver un viejo molino de agua que conserva su cubo y sus construcciones auxiliares de vivienda, cuadras, zahúrdas etc… Al norte, cerca de allí, se encuentra el yacimiento tardorromano de El Rondal.

El lugar es adecuado para la pesca del black-bass y también abundan los cangrejos americanos, tanto en las pozas del río como en la balsa posterior al puente, a la que dan sombra varios  álamos de buen tamaño donde se abre el valle del Guadyerbas en un paraje muy ameno.

Molino en el Guadyerbas por debajo del puente Romano
Molino en el Guadyerbas por debajo del puente Romano

En sus inmediaciones se encontraba una de las antiguas aldeas del entorno del actual pueblo de Navalcán en los primeros años de la repoblación cristiana, allá por el siglo XIII, Estos primitivos lugares poblados desaparecieron hacia el siglo XVIII, según dice la tradición, por una plaga de carcoma que asoló el caserío definitivamente. Se trata de la aldea de Guadyerbas las Bajas y hoy apenas quedan algunos restos, como un amago de calle delimitada por fresnos que se dirige hacia la iglesia, de la que apenas podemos vislumbrar grandes fragmentos de muros derruidos y construidos con argamasa, además de los cimientos y el arranque de los muros del templo cuando estaba en pie.

Horno de cal de guadyerbas todavía con la última carga de cal sin cocer
Horno de cal de guadyerbas todavía con la última carga de cal sin cocer

Desde allí nos acercaremos a un par de hornos que se encuentran al sudeste de la iglesia, el primero es un tejar situado sobre una pequeña elevación donde todavía se puede ver el horno propiamente dicho, que se completa con la era donde se extendían los ladrillos antes de cocerlos y la pila donde se amasaba el barro. También completa el patrimonio etnográfico de este rincón un calero u horno de cal en el que podemos ver la “boca de dar fuego” en la parte inferior y la “boca de cargar” en la parte superior. Por ésta se cargaba el horno con las piedras calizas del entorno para cocerlas y así hacer la cal. Tiene este horno la peculiaridad de haberse abandonado con toda su carga justo antes de cocerse.

Ruinas de la iglesia de Guadyerbas las Bajas
Ruinas de la iglesia de Guadyerbas las Bajas

Como vemos, todo un curioso patrimonio por el que es interesante curiosear en un entorno natural muy agradable de praderas y risqueras de granito a las orillas del río Guadyerbas. Desde aquí podemos subir por la carretera que vuelve al muro del pantano, desviándonos antes unos trescientos metros por el arroyo del Estanco que cruza la carretera, y que debe su nombre a una antigua presa que para algunos tendría origen romano. Volveremos después nuevamente a la carretera y llegaremos por ella a nuestro punto de partida.

El tramo que nos queda hasta la desembocadura en el Tiétar discurre entre prados donde pastan las vacas y los venados de las fincas colindantes en un paisaje con predominio del encinar.

ENTRE EL TIÉTAR Y EL GUADYERBAS

RUTA ENTRE EL TIÉTAR Y EL GUADYERBASrutatiétarguadyerbas
Un kilómetro antes de llegar a Parrillas, atraviesa la carretera la cañada que, desde el Puerto del Pico, discurre hacia Extremadura por las llanuras de la Campana de Oropesa. Tomamos esa cañada en dirección suroeste llegando hasta las orillas del Embalse del Guadyerbas, donde el aficionado a la pesca puede intentar capturar alguna carpa, barbos, bogas y black-bass, aunque las desafortunadas repoblaciones con peces gato y percasoles han degradado la práctica de este deporte en casi todos los embalses.

Riberas del Tiétar

El siguiente tramo del trayecto continúa por la misma orilla del pantano que, si el nivel de  las aguas no es muy elevado, es practicable. En el caso contrario después de disfrutar del embalse y sus magníficas vistas sobre Gredos y las dehesas del entorno volveremos a la carretera y continuaremos por ella el recorrido hacia el oeste.

Arquitectura popular de Parrillas

Nos encontramos ya en el muro de la presa y desde allí seguimos la carretera como un kilómetro más hasta que volvemos a encontrar el río a la derecha .En este paraje se encontraba uno de los núcleos de población que dieron origen a Navalcán y del cual hoy apenas quedan restos, con algunos muros escasamente visibles y, si os fijáis bien, una calleja entre pequeños fresnos que conduce a un grueso muro de argamasa, único testigo de lo que fue la iglesia del pueblecito de Guadyerbas las Bajas.

Molino en el Guadyerbas

Este paraje es adecuado para detenerse a reponer fuerzas y dar un paseo observando primero un tejar sobre una pequeña elevación donde todavía se percibe el horno, la era donde se extendían los ladrillos antes de cocerlos y la pila donde se amasaba el barro. Al otro lado del río se encuentra un molino en un paraje de fresnos y praderas muy ameno, y siguiendo su canal aguas arriba llegamos a un antiguo puente medieval cuyo arco, muy aplanado, parece ir a derrumbarse de un momento a otro. El lugar es adecuado para la pesca del black-bass y también abundan los cangrejos americanos.

Puente "romano" de navalcán sobre el Guadyerbas Puente «romano» de navalcán sobre el Guadyerbas

Volvemos a Navalcán y tomamos la pista que frente a la piscina conduce a la captación de aguas en el Tiétar. Se distingue por ir casi paralela a una pequeña línea eléctrica. Un kilómetro antes de llegar al río hay una desviación a la derecha que nos conduce hasta el molino de Peña ,es un paraje muy agradable ,donde se puede pernoctar si vamos a pie y queremos doblar la jornada, pues el molino es abovedado y dentro hay arena.

El río corre limpio hasta Junio cuando desgraciadamente, las captaciones de agua de las urbanizaciones y pueblos de Gredos y la escasa depuración de las aguas residuales que generan, lo deterioran hasta el punto de no ser recomendable para el baño. Pero las primaveras del Tiétar son de singular belleza y también nos permiten practicar la pesca, sobre todo de barbos y bogas.

Desandamos el camino hasta Navalcán ,aquí podemos reponer fuerzas en los dos o tres restaurantes ,carillas y cochinillo o chanfaina, por ejemplo, y dar una vuelta por el pueblo visitando un pequeño puente medieval restaurado por la escuela taller, algunos elementos de arquitectura popular, un monumento a los conquistadores que desde estas tierras fueron a las Américas y otro a los emigrantes. Los amantes de la artesanía pueden adquirir en Navalcán labores de mantelería que, aunque menos conocidas que las de Lagartera, en nada tienen que envidiarlas.

También podemos visitar un pequeño museo etnográfico donde además se exhiben las fotos donadas por Arthur Miller,  escritor y premio Nobel cuya esposa, después de Marylin Monroe, fue Inge Morth que hizo las instantáneas en los años 50 durante una boda local.

Una de las fotos de una boda en Navalcán de Inge Morth que se exhiben en el museo. Una de las fotos de una boda en Navalcán de Inge Morth que se exhiben en el museo.

Seguimos después nuestro camino hasta Parrillas, pueblo con mucho sabor que todavía conserva rincones con pintoresca arquitectura tradicional. También aquí ha restaurado la escuela taller un potro de herrar, la placita del pilón y se han erigido un rollo en memoria del 350 aniversario del privilegio de villazgo de este pequeño pueblo al que desde aquí felicitamos por conservar su patrimonio etnológico. Otro ejemplo de su buen hacer es la reconstrucción de la Ermita de la Fuente Santa que podemos visitar, camino ya de Talavera y donde se celebra en mayo una concurrida romería.

Las labores de Navalcán

Se pueden adquirir en Navalcán a buen precio típicas labores tradicionales. Los eruditos dicen que son absolutamente autóctonas y remontan sus motivos al siglo III d.C. Parece que sus esvásticas, rombos y meandros son de origen copto y de una gran influencia oriental. Son bordados de los denominados «de tejidillo» y tradicionalmente se hacían sobre lino con hilo de lana ,especulándose con la influencia sobre bordados incas que habrían llevado los navalqueños que pasaron a América en la conquista.

EL MEGALITISMO EN EL TAJO, DE LA SERIE «RÍOS DE HISTORIA» (4)

EL MEGALITISMO EN EL TAJO

En el fondo del embalse de navalcán se encuentra este dólmen al que faltan los dos ortostatos de la entrada, hoy en el Museo de Santa Cruz de Toledo

En el fondo del embalse de Navalcán se encuentra este dolmen al que faltan los dos ortostatos de la entrada, que tienen grabada una serpiente en su superficie y están hoy en el Museo de Santa Cruz de Toledo

Hacia la segunda mitad del IV milenio a. de C. aparecen en nuestro entorno geográfico nuevos grupos de gentes, neolíticas todavía, cuya característica más sobresaliente es la de la construcción de grandes enterramientos colectivos llamados monumentos megalíticos. En la actualidad, y gracias a las nuevas dataciones de carbono 14, está cada vez más aceptado el hecho de que el megalitismo es un fenómeno occidental, gestado en la fachada atlántica, con una cronología que se remonta hasta el VI milenio a. de C. (Portugal y la Bretaña Francesa).

Para el caso de la península ibérica existen dos focos del fenómeno megalítico con características diferenciadas por un lado el foco del sureste y por otro el foco atlántico, con el que están relacionados los hallazgos en la tierra de Talavera. Como mantiene el arqueólogo Germán Delibes, «la implantación del megalitismo no debió ser únicamente resultado de la adopción del nuevo ritual funerario por parte de la población neolítica indígena; hubo también un aporte demográfico externo, muy probablemente gentes llegadas del oeste». No debemos olvidar que la construcción de este tipo de estructuras de enterramiento implica un gran aporte energético basado en una relativa ocupación del territorio con una sociedad ya perfectamente organizada, por primera vez considerablemente jerarquizada y con una clara división del trabajo.

El fenómeno del megalitismo en la Tierra de Talavera, en palabras de Jiménez de Gregorio, supuso «la más profunda penetración hacia el este de la cultura megalítica portuguesa en la submeseta meridional». La expansión se produjo desde el oeste hacia el cuarto milenio antes de Cristo, y su utilización funeraria llegaría hasta el primero.

De nuevo son los ríos los caminos naturales de penetración hacia el interior, llegando hasta nuestra área a través del valle del Tajo, y desparramándose después por sus afluentes (Ibor, Huso, Guadyerbas y Tiétar). Tenemos muy próximos al Tajo dólmenes como el de Azután, o Guadalperal en Valdecañas y sumergido en el embalse de Guadyerbas el de Navalcán.

Los dólmenes de nuestra comarca corresponden al tipo denominado «sepulcros de corredor», caracterizados por una cámara, que en nuestro caso tiene unos 5 metros en el dolmen de Azután o el de Navalcán.  A la cámara se accede mediante un corredor cuya medidas reconocibles oscilan aproximadamente entre los 7 y 10 metros. Rodea todo el conjunto el túmulo, con circunferencias que oscilan entre los 18 y 16 metros.

Dólmen de Azután, en el valle del tajo Dólmen de Azután, en el valle del Tajo

Otro tipo de construcción megalítica son los llamados menhires, de los que al menos conocemos dos, uno cerca de Velada y a la orilla del Guadyerbas cerca de Parrillas. Ignoramos su funcionalidad y el significado de sus grabados y cazoletas, huecos labrados semiesféricos que también aparecen en los dólmenes. Son monumentos de una sola pieza de roca berroqueña, hincados verticalmente, de los que al menos tres cuartas partes sobresalen a modo de lindero, con una altura de entre 1m y 1,70 y una circunferencia de 1,5 metros. Tanto el menhir como el dolmen situados junto all Guadyerbas presentan figuras de serpiente labradas.

Algo que nos ha llamado la atención referente a los menhires y dólmenes, es su ubicación próxima a las cañadas ganaderas. En cuanto a las formas de habitación cabe decir que escasean, aunque es un fenómeno general a todo el ámbito megalítico. Esto viene de nuevo a evidenciar un tipo de hábitat disperso, semisedentario y relacionado con la explotación ganadera, aunque entre la cultura material de los dólmenes aparecen piedras de molino e industria lítica con pátina de cereal, lo que nos indica que practicaban algún tipo de agricultura. Quedan estas grandes construcciones como único testimonio de su pasado, y que según algunos autores muestran la condición itinerante de estos grupos y es el motivo de ella, como símbolo de permanencia y delimitación del territorio del grupo.

Menhir de la Laguna del Conejo o de la Dehesa en Gamonal
Dolmen de La Estrella