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LOS MOLINOS DEL TAJO EN TIEMPOS DE FELIPE II

LOS MOLINOS DEL TAJO EN TIEMPOS DE FELIPE II

Molinos de Silos en fotografía de ARDEIDAS cuando bajó el embalse de azután hace unos años
Molinos de Silos en fotografía de ARDEIDAS cuando bajó el embalse de azután hace unos años

En este capítulo de de la serie «Ríos de Historia» quqemos apuntar algunos datos sobre molinos en tiempos de Felipe II, aunque dedicaremos un artículo más extenso a los grandes molinos y aceñas del Tajo.

Si consideramos la comarca de talavera desde la desembocadura del río Cedena constatamos que los primeros grandes molinos son del señor de Malpica, son  los molinos de Corralejo, que le rentan novecientas fanegas de trigo al año. Los molinos que se sitúan a continuación en el cauce son los de Cebolla, que pertenecían entonces al Conde de Oropesa.

El siguiente molino, del que tampoco quedan apenas restos es el de Merillos o Mirillos donde iban a moler desde Cazalegas. En las relaciones de Pueblanueva s nos dan algunas noticias de interés como que los molinos de Merillos son de don Luis de Loaysa, noble talaverano que en las relaciones de Villanueva del Horcajo nos informan de que era señor de la “villa de Guerta”  (Huerta de Valdecarábanos). En la relación de Talavera aparece que rentan 400 ducados al al año.

Molinos del primer ojo del puente Viejo en el dibujo del siglo XVI de Van der Wingaerde
Molinos del primer ojo del puente Viejo en el dibujo del siglo XVI de Van der Wingaerde

De los molinos de Talavera ya hemos hablado pero las relaciones de Felipe II nos aportan los datos siguientes: Los molinos del Puente son de la villa y dan una rentabilidad de mil fanegas de trigo anuales. Suponemos que hablan de los del primer ojo del puente que pertenecían al concejo pero los otros situados en medio del puente no parecen moler en la época. También se nombran los molinos de abajo, pertenecientes a los Jerónimos y se arriendan por otras mil fanegas de trigo.

En las relaciones de El Casar se nos informa de que los molinos de Cabañuelas cercanos a Talavera y de que eran propiedad de los jerónimos de Talavera y las monjas de San Clemente de Toledo. En las relaciones de Talavera nos informan de que pertenecen también a las monjas de la Madre de Dios de Talavera, algunos particulares y de las monjas de Torrijos. Se arrendaban por mil maravedís y de ellos solamente nos quedan algunas ruinas cubiertas de vegetación cercanas a la finca del mismo nombre.

Entrada del agua a los regolfos en el llamado molino Nuevo de Valdeverdeja
Entrada del agua a los regolfos en el llamado molino Nuevo de Valdeverdeja

La siguiente estación molinera es la de los molinos de Silos en el paraje del mismo nombre cerca de Calera  en cuyo despoblado de Cobisa  se nos informa de que los molinos de Silos son del Conde de Oropesa o según se informa en las relaciones de Talavera, de la condesa de Deleitosa, de la misma familia y tienen dos piedras a cada lado del río. Se arriendan en cuatrocientos ducados.

En Belvís  van a moler a los molinos de Silos del Tajo cuando se seca el Jébalo  y también en Alcaudete van a moler a las aceñas del Tajo cuando se seca el Jébalo. Frente a Aldeanueva de Barbarroya, el Monasterio de El Bercial el propietario de las aceñas o molinos del Tajo que, por estar a media legua del pueblo, deben corresponderse con los de Ciscarros. La siguiente estación molinera es la de Azután, propiedad de las monjas de San Clemente de Toledo.

Interior del molino de los Capitanes en Valdeverdeja donde se ven algunas de sus piedras de moler
Interior del molino de los Capitanes en Valdeverdeja donde se ven algunas de sus piedras de moler

También podemos saber por las relaciones de Talavera que los molinos de Espejel en las riberas de Valdelacasa pertenecía a los frailes de Guadalupe y rentaban cuatrocientos ducados.

Los potentes molinos de Puente del Arzobispo financiaban el Hospital de la villa de Puente, del que eran propiedad. También hay una azuda arruinada llamada de Calatravilla que servía a otros molinos que hoy día mantienen en pie el edificio frente a la fortaleza de Castros. Aguas abajo se nos dice que hay otros molinos propiedad de un tal Oliva, que se podrían corresponder con el actual molino de los Rebollos o las llamadas aceñas del Conde.

LOS CANALES DE LOS MOLINOS DE AGUA

LOS CANALES DE LOS MOLINOS DE AGUA

Nuevo capítulo de mi libro ya «Los Molinos de Agua de la Provincia de Toledo» que iremos publicando en sucesivas entregas.

EL CANAL (fig. 10)

Esquema de los elementos de un canal molinero
Esquema de los elementos de un canal molinero

Las presas desaguan en su canal a través de una compuerta lateral, situada generalmente sobre la ladera del cauce del río (fig. 5). Los canales pueden estar excavados en el talud natural de la ribera o hacerse de fábrica más o menos elaborada en mampostería, ladrillo e incluso sillería. Otras veces el molinero se ha visto obligado a tallar canales en la roca, casi siempre en pequeños tramos.

Lo más frecuente era que se combinaran diversos aparejos de construcción adaptándose a la modestia del molino o a las dificultades del terreno y así, por ejemplo, en terrenos impermeables como los arcillosos suelos de La Jara se hallan canales simplemente excavados en la tierra, algo que sería absolutamente ineficaz en las arenosas tierras del valle del río Guadyerbas o del Alberche pues se perdería la mayor parte del caudal.

En un molino de Malamoneda, sobre el río Cedena, en una zona de grandes bloques graníticos, o en algunos molinos del Pusa, sobre terrenos de cuarcita o pizarra, se ha llegado incluso a perforar  la roca con un túnel de 2,5 metros de largo por 1 de ancho para conseguir así la continuidad del canal sin perder altura. A veces se ha llegado a tallar el canal en la roca viva durante algunos metros. En La Jara se llegan a extraer enormes lajas de pizarra para conseguir esa continuidad.canalmol2
Es frecuente que el canal salve regatos y arroyos afluentes del río mediante pequeños acueductos y puentecillos de obra, troncos vaciados e incluso bidones cortados. Estos afluentes perpendiculares al canal deben ser evitados porque más que aportar caudal, pueden encenagar e incluso destruir con su arrastre de materiales la obra de canalización.

Cuando el terreno es muy permeable o el canal se ha construido con deficientes materiales, se suele revocar el suelo o el interior del canal en su totalidad para evitar fugas de agua. En La Jara se utilizan con frecuencia las lanchas de pizarra para enlosar los canales y proteger las paredes de la erosión de la corriente en los tramos curvos de su recorrido. En los Montes de Toledo o en la Sierra de San Vicente se emplea el granito en forma de empedrado o de lanchas que por su gran tamaño dan aspecto casi megalítico a algunos de estos canales. Este es el caso de un molino en el arroyo Navajata, en término de los Navalmorales (Foto 2).

Por razones topográficas, algunos canales no se han construido sobre el talud del cauce pero han conseguido mantener el desnivel necesario mediante elevación, bien sobre una obra maciza de mampostería, como el molino de Villapalos 2, o bien sobre acueductos de uno o varios arcos de piedra o ladrillo. Sobre Riofrío, en La Nava de Ricomalillo, se conservan algunos ejemplos de estos pequeños acueductos.

escorrentíasifónLa estructura del canal suele reforzarse mediante cajeros arriostrados con losas de piedra, tirantes metálicos e incluso con troncos de madera que unen entre sí las dos paredes laterales del canal.

En las zonas de la Campana de Oropesa y Velada se encuentran varios ejemplares que carecen de canal por lo que les denominaremos como molinos de Apresa de acceso directo@ (fig. 9B). Se caracterizan porque el edificio se levantaba adosado al mismo muro de la presa y en medio del cauce, a modo de contrafuerte de la misma presa (fig. 11). El saetillo recibía el agua directamente de la presa a través de un orificio situado en la parte media inferior de la misma. Estos molinos se localizan en arroyos de escaso caudal, donde la ausencia de avenidas importantes permite la conservación de las presas que, por otra parte, tienen bastante cubicaje para compensar la escasez de agua. Son ejemplos de molinos de presa de acceso directo los de arroyo de la Pradera 3 y arroyo de Malezo 1 en Valdeverdeja, el molino de Tarrara en el Torrico y el de arroyo del Molinillo en Velada. Este tipo de molino ya es descrito en el siglo XVIII por Villareal y Berriz y curiosamente coincide con esta cronología la fecha de construcción inscrita en los muros de dos de estos ejemplos (Foto 3).

presadirectaOtro tipo de molino que también carece de canal propiamente dicho es el de las aceñas y grandes molinos de regolfo del Tajo. Puede crearse cierta confusión con lo que en estos artificios se conoce como A la canal A en femenino y que consiste en la estructura de obra en forma de túnel cuadrado que, formando parte del edificio molinero, discurre bajo el suelo del mismo conduciendo el agua hasta el cárcavo donde se aloja el rodete del regolfo como más tarde describiremos. En los tratados clásicos como el de Turriano, a estas canales se las denomina Abombas@[1].

La sección adecuada para los canales viene dada por el caudal que deberán acoger y por la velocidad del mismo. Ésta no deberá ser demasiado lenta porque ocasionaría la obstrucción por sedimentación, ni excesivamente rápida porque provocaría la erosión y rotura de los canales que ya sabemos suelen ser de precaria construcción. En general interesan valores mínimos de velocidad puesto que así se ocasionará menos pérdida de pendiente al precisar el canal de una menor inclinación[2].

Canal molinero en su desembocadura en el cubo
Canal molinero en su desembocadura en el cubo

Las aguas arenosas deberán llevar algo más de velocidad para evitar su depósito y consiguiente obstrucción. En concreto la velocidad media necesaria para el funcionamiento adecuado de los artificios molineros se ha calculado entre 0,25 y 0,50 metros por segundo y las pendientes habrán de ser del 0,0004 al 0,0005.

El perfil de la sección del canal habrá también que ser tenido en cuenta y, si es rectangular, deberá medir al menos el doble de anchura que de altura. En las secciones trapezoidales los taludes tendrán una inclinación correspondiente al doble de la base respecto a la altura si están excavados y hasta  0,5-0,20 por 1 si se trata de obras de albañilería.

La longitud de los canales depende fundamentalmente de la pendiente del terreno y de la altura de caída del agua que se quiera conseguir en el molino, aunque para el diseño del canal siempre se tendrá en cuenta que el remanso de la presa no debe anegar los molinos  que se encuentran río arriba, como antes se dijo.

Se da el caso en algunas corrientes fluviales, como el arroyo de Los Molinos o de Saucedoso en Castillo de Bayuela y Riofrío en La Jara, de que en ellos es aprovechada casi toda la pendiente porque cada canal parte del socaz del molino anterior, captando las aguas inmediatamente después de haber movido el rodezno, muchas veces directamente sin ser necesaria ni siquiera la presa pues el canal parte del mismo cárcavo del molino anterior.

Canal molinero labrado en la pizarra
Canal molinero labrado en la pizarra

Es fácil encontrar canales con una longitud de pocos metros y otros que llegan a medir más de un kilómetro. Son ejemplos del primer caso algunos molinos situados en tramos de cascadas con pérdida brusca de nivel, como el arroyo de Malezo o Piejachica 2 que capta con un pequeño canal el agua del anterior molino situado sólo unos metros por encima de él, pero con un considerable desnivel ya que se halla junto a un despeñadero ( ver su planta ).

Los molinos de La Mancha por el contrario, dada la escasa pendiente del terreno, suelen tener largos canales si se trata de molinos de rodezno. Los molinos de regolfo precisan más bien de un mayor caudal pues se adaptan a una escasa pendiente y aprovechan la energía centrífuga del agua más que la gravitatoria, como más tarde veremos.

Canales muy cortos, e incluso inexistentes, se pueden también encontrar en casos como el de los molinos de Garganta Tejeda en el Real de San Vicente, donde el agua tras salir del cárcavo de un molino se encuentra con la balsa del siguiente. Estos ingenios se disponen en un corto trayecto de corrientes con bastante pendiente en cuyas riberas se excavan las balsas de almacenamiento del agua.

Los canales suelen estar dotados de aliviaderos (fig. 9) que sirven para regular el caudal, impedir el rebosamiento del cubo o dar agua a los huertos y prados del molinero. Estas explotaciones complementarias se sitúan en los aterrazamientos ribereños paralelos al canal, entre él y el río, en la zona que se conoce como la Aisla@ del molino. Otra utilidad de los aliviaderos es la de desviar el caudal necesario para que abreven los muchos animales que rondan el molino ( mulas de acarreo, cerdos, gallinas, etc.) y que forman una parte importante del aprovechamiento global del molino.

El canal cuenta para su servicio con escaleras o simples lajas embutidas en el muro que facilitan el acceso para solucionar obstrucciones, para accionar las compuertas o  para facilitar las reparaciones necesarias de grietas y fugas de agua.

La inaccesibilidad del terreno ribereño obligaba al molinero en ocasiones a ingeniárselas con pequeñas obras hidráulicas. Así ocurre en el quinto molino del arroyo del Pilón en término de El Torrico donde, para facilitar el paso subterráneo del agua y permitir el acceso de las caballerías, se construyó un rústico sifón (fig. 12) similar al utilizado en los canales actuales de regadío para salvar los caminos.

Hay canales que se ensanchan antes de la entrada al cubo del molino permitiendo así el represamiento del agua. Estas pequeñas represas, que no debemos confundir con las construidas para desviar el caudal del río, son denominadas en nuestro ámbito Abalsas@y se asocian a muchos molinos de escaso caudal, sobre todo en Los Montes de Toledo.

En el arroyo de la Pradera y en el arroyo del Pilón, ambos en las cercanías del molinero pueblo de Valdeverdeja, encontramos dos artificios de los denominados como Ade escorrentía@ (fig. 13). En  ellos el canal solamente cuenta con uno de los muros que va circundando la ladera y va recogiendo el agua de regatos, vaguadas y fuentes, intentando así aprovechar todos los recursos hídricos que puedan caer sobre las lomas que recorre. No son éstos dos molinos de escorrentía puros, ya que se ayudan de una presa en los arroyuelos mencionados para conseguir algo más de caudal. Tienen por tanto un sistema mixto de captación, de presa y de escorrentía.

Un caso similar se da en los molinos de la cabecera del río Guadyerbas en Navamorcuende, donde además de una importante fuente que ha sido canalizada hasta ellos, se toma agua de la escorrentía a través de canales que cortan la ladera y que desembocan en una balsa de almacenamiento desde donde parte el canal que alimenta a los molinos.

En la desembocadura del arroyo Cubilar sobre el río Uso se sitúa el molino del Álamo (fig. 14) dotado de un doble sistema de canal que recoge el caudal de las dos respectivas presas situadas en cada una de las corrientes confluentes. Este sería un molino de Adoble canal@.

Ya hemos llegado al final del canal donde una rejilla impide la caída de cuerpos extraños al receptor, evitando así la obstrucción del saetín

[1] LOS VEINTIÚN LIBROS…:Opus cit, p. 327

[2] De IGUAL, J.: Opus cit. pp. 44-49.