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ESTANCIAS REALES EN TALAVERA (y 2)

ESTANCIAS REALES EN TALAVERA (y 2)

Escudo de los Reyes Católicos que actualmente se halla en la Basílica del Prado y que se trajo aquí desde la cárcel de la Santa Hermandad real y Vieja de Talavera en la puerta de Zamora

También camino de Guadalupe y de Andalucía visitan Talavera en varias ocasiones los Reyes Católicos. Estos y otros monarcas solían en general tomar el camino viejo de Guadalupe, por Puente del Arzobispo, Villar del Pedroso, Puerto de Arrebatacapas y Hospital del Obispo. Durante una de las estancias llegan cartas de unos moros de Granada de la tribu de los abencerrajes que querían hacerse cristianos. Según algunos, viajaron a Talavera donde fueron bautizados.

Vista la magnificencia de las fiestas de Mondas en Talavera, quieren los reyes que los fondos que se obtienen en la ermita y en las corridas de toros pasen a engrosar los fondos destinados a la guerra de Granada pero se opone fray Hernando de Talavera aduciendo que esas cantidades están destinadas al culto de la Virgen.

Los problemas sucesorios de los comienzos del reinado de Isabel hace que pase hacia Extremadura en varias ocasiones para conocer la situación y establecer las alianzas necesarias. Durante una de sus estancias, la reina ordenó que se embargaran las rentas del arzobispo de Toledo y un capitán de su confianza tomó Talavera por la noche para evitar que la ciudad, que estaba bajo el señorío de los arzobispos toledanos, se pasara al campo enemigo. En la primavera de 1477 pasa la reina camino de Guadalupe. Los dos monarcas vuelven en el otoño de 1482 a la ida y a la vuelta de otro viaje a Guadalupe, monasterio donde construyeron un palacio que la reina denominaba “mi paraíso”.

Palacio de los Condes de la Oliva, donde se alojaron algunos reyes de paso por nuestra ciudad

Vuelven en la primavera de 1502 para recibir a su hija Juana y a su marido Felipe el Hermoso con los que se encuentran en Cebolla. Felipe duerme en Talavera ese mismo verano y el rey Fernando vuelve a pasar por aquí camino de Andalucía para supervisar la armada.

Durante otra de las estancias de la reina en Talavera intentan llevarse el Santísimo de la iglesia de la Trinidad, que entonces se encontraba a las afueras de la villa y un tanto aislada. Como quiera que en el barrio hay gran número de residentes mudéjares y judíos, doña Isabel, pensando en protegerlo, pide a los escribanos de la villa que velan el Santísimo en la iglesia de Santiago, que lo hagan a partir de entonces en la del monasterio de la Trinidad para darle más seguridad.

Fernando el Católico pasa también, ya viudo de doña Isabel por Talavera camino de Andalucía donde va a pasar revista a la flota. En su último viaje ya en 1515 descansa don Fernando en Talavera antes de viajar a Extremadura donde muere en el pueblecito de Madrigalejo, según algunos a causa de un brebaje compuesto de testículos de toro y ciertas hierbas con el que sus médicos intentaban aumentar su potencia sexual.

El emperador Carlos I pasó y pernoctó en varias ocasiones en Talavera, también camino de Extremadura y Guadalupe, de donde volvió atravesando la Jara hoy adscrita a la comunidad extremeña, por el pueblo jareño de Garvín donde parece que fue huésped de la familia Duque de Estrada, en la torre que allí poseían.

Felipe II consideró a la ermita de la Virgen del Prado como la «Reina de las ermitas»

Felipe II pasa en varias ocasiones por Talavera y durante todas ellas se hospeda en el monasterio de los jerónimos, su orden predilecta. Como su padre y sus abuelos, va de paso para Guadalupe donde en 1570 agradecerá a la Virgen de Las Villuercas su victoria sobre los moriscos sublevados. Seis años más tarde se reúne en el monasterio con su sobrino el rey de Portugal don Sebastián, que le intenta convencer de que se sume a su empresa en África en la que acabará perdiendo la vida.

También pasa el rey Prudente hacia Portugal con su cuarta esposa Ana de Austria, precisamente a tomar posesión del reino de Portugal que le correspondía por herencia dinástica a la muerte de su sobrino. La reina morirá en Badajoz y su cadáver volverá a pasar por Talavera camino de Madrid, como sucedió con los restos de la hija de Juana la Loca, doña Leonor, casada con Francisco I de Francia y muerta en Talavera la Real.

Panel de azulejos que representa el escudo real de Carlos II, pues el el monarca en la fecha que aparece de 1674. No sería por tanto como se ha dicho en ocasiones el de Felipe V que visitó el alfar de Mansilla

María Luisa de Saboya acude a esperar a su esposo Felipe V a la vuelta de sus campañas victoriosas en Portugal durante la Guerra de Sucesión. La reina visita el alfar de Mansilla quien la agasaja tan generosamente que le hace hidalgo. La situación bélica hace que el rey pernocte en Talavera en otras ocasiones. Con su segunda esposa y acompañado del que sería Fernando VI pasa años más tarde para que el infante contraiga matrimonio con la princesa portuguesa doña Bárbara de Braganza. El matrimonio es doble pues la infanta María Ana se casará también con el futuro rey de Portugal José I.

También pasa el infante don Luis que luego viviría en Velada y Arenas de San Pedro desterrado de la corte por su hermanastro Carlos III. Años más tarde María Ana reina viuda de Portugal volvería a pasar por Talavera a visitar a su hermano Carlos.

También pasa Carlos IV por Talavera camino de la guerra con Portugal y en otra ocasión para cazar en Arenas de San Pedro visitando el palacio de Velada, donde vivió su tío el infante don Luis.

Fernando VII desterró a Portugal a su hermano don Carlos que pasó de camino también por Talavera. aunque se prohibió que se les hicieran agasajos.

Palacio de Villatoya donde pernoctaron algunos de los monarcas de paso porTalavera

Los reyes suelen dormir a su paso en los monasterios o en las casas y palacios de los nobles como las de los condes de la Oliva, los marqueses de Villatoya o en las casas de don Manuel Cerdán. Se les salía a recibir al paraje del Olivón, un gran árbol situado junto al arroyo Cordera. Cuando venían de Portugal se les recibía en el arroyo de Bárrago. Corridas de toros, arcos florales, trucos de tramoya, fuegos artificiales, cañas y torneos danzas, misas solemnes y besamanos son los actos más frecuentes que se realizan en honor de los reyes. Esto supone además otros gastos que debe hacer el Concejo para arreglar los caminos y el puente del Alberche

ESTANCIAS REALES EN TALAVERA (1)

ESTANCIAS REALES EN TALAVERA (1)

Encuentro de Tarik y Muza

Tarik y Muza, conquistadores musulmanes de España, tuvieron su encuentro en Talavera, y también sabemos que Abderramán III mandó fortificar sus murallas y construir la alcazaba, en la que tantos reyes pernoctarían. Almanzor destruye y saquea Talavera en su expedición y  descansa en el verano del año 997 en nuestra alcazaba durante sus correrías bélicas por Castilla, a su vuelta hacia Córdoba. Yarya Mamún, rey del taifa toledano, se refugia en Talavera cuando es atacado su reino por el rey de moro de Zaragoza, y desde aquí pide ayuda al rey cristiano Fernando I declarándose su vasallo.

El rey astur-leonés don García hace en 911 una incursión en Talavera quemando sus arrabales. Ramiro II también llega hasta Talabayra para enfrentarse a los ejércitos del califa.

En esta vista parcial del dibujo de Van der Wingaerde se ve el alcázar talaverano, donde se alojaban en ocasiones los reyes a su paso por Talavera

Alfonso VI conquista con sus tropas cristianas la ciudad en 1083 y luego debe volver en varias ocasiones al mando de sus ejércitos para enfrentarse a los árabes que intentan recuperar su Talabayra. Lo mismo sucedía con Alfonso VII que gustaba de pasar temporadas residiendo en su Alcázar y cazaba descansando de sus campañas contra los moros. Dicen las crónicas que incluso llegó él mismo en 1152 a presenciar el amojonamiento de los términos de Talavera para trazar las fronteras con señoríos y ciudades colindantes.

Alfonso VIII en su defensa contra los ataques de los benimerines anduvo por las tierras talaveranas y asentó sus tropas cerca de Castillo de Bayuela en un paraje donde luego se asentaría un pueblo que precisamente por esta circunstancia se llamaría El Real de San Vicente. Antes de la batalla de Las Navas de Tolosa en 1212, viene a Talavera Alfonso VIII en demanda de tropas para su lucha contra los moros, los talaveranos piden al arzobispo que la iglesia mayor se haga colegial.

Prados en el entorno de El Real de San Vicente, donde se alojó el ejército de Alfonso VIII

Por diferentes privilegios y cartas firmados en nuestra villa sabemos que Enrique I estuvo en Talavera en 1217. Sancho IV visita Talavera al menos una vez, pero es para destruir los arrabales donde residían los caballeros castellanos que apoyaban a Alfonso X, su padre, en la guerra que ambos mantuvieron.

Alfonso XI da a Talavera en arras a la reina doña María de Portugal cuando se desposa con ella. La Reina pasa aquí algunas temporadas y manda degollar a la favorita de su marido en su alcázar.

El Rey también pasa en ocasiones por nuestra ciudad y en 1329, estando por la comarca, un bandido talaverano llamado Egas Paes se encuentra en Santa Olalla y el rey con sus tropas sale a su encuentro. Se esconden en la galería de un pozo, pero los encuentran y el cabecilla y sus veinticinco hombres son degollados.

Representación de Alfonso XI

El hijo de la influyente y desgraciada mujer, el rey Enrique de Trastamara, pasa en Talavera bastante tiempo durante las guerras contra su hermanastro Pedro I, que también ocupa la ciudad en otros periodos de la confrontación. Tal vez imitando a su padre Alfonso XI, en un gesto simbólico para legitimar su reinado, también Enrique regala la villa de Talavera a su esposa doña Juana Manuela, hija del noble magnate y escritor del mismo nombre.

Juan I permanece con su ejército en Talavera antes de iniciar la guerra con Portugal para conseguir el derecho de su esposa Beatriz al trono de ese reino por ser hija del fallecido monarca portugués. En 1385 pasa otras temporadas en el alcázar en compañía del talaverano arzobispo Tenorio y aquí tiene noticia de que Perafán de Rivera, luego señor de Valdepusa, dominaba el estuario del Tajo en Lisboa. En 1390 vienen su mujer y sus hijos Enrique, el heredero, y Fernando. En nuestra ciudad reciben la noticia de la muerte de Juan I en un accidente con su caballo. El arzobispo Tenorio tiene gran influencia en la época y mantiene con el maestre de Alcántara una alianza contra el arzobispo de Compostela en las luchas internas por el poder durante la regencia. Pero siendo ya monarca Enrique III sigue teniendo influencia con él, que también pasa en su compañía largas temporadas en el alcázar talaverano durante el año 1397 y desde aquí envía cartas al rey de Francia sobre el cisma de la iglesia.

Doña María de Portugal que dio apellido a Talavera en un monumeto de la ciudad.

Juan II tiene durante su reinado varias estancias en Talavera, la primera cuando en compañía de Don Álvaro de Luna huye de nuestra ciudad y del infante don Enrique que le tiene secuestrado. Durante las luchas con los partidarios de su hijo, Enrique IV vuelve a entrar en nuestra ciudad después de conseguir que el señor Oropesa, de la otra facción, abandonara Talavera. Enrique IV visita también en repetidas ocasiones nuestra ciudad, sobre todo cuando viaja a su querido monasterio de Guadalupe, donde más tarde reposarían sus restos.

Enrique IV el Impotente

ESTANCIAS REALES EN TALAVERA (1 DE 2)

ESTANCIAS REALES EN TALAVERA (1 de 2)

Placa fundacional por Aderramán III de la alcazaba y mufallas de Talavera, hoy en el museo arqueológico nacioal yantes en hueco de la primera torre en Ronda del Cañillo

Tarik y Muza, conquistadores musulmanes de España tuvieron su encuentro en Talavera Y también sabemos que Abderramán III mandó fortificar sus murallas y construir la alcazaba, en la que tantos reyes pernoctarían. Almanzor destruye y saquea Talavera en su expedición de 1196 descansa en el verano del año 1197 en nuestra alcazaba durante sus correrías bélicas por Castilla a su vuelta hacia Córdoba. Yarya Mamún, rey del taifa toledano, se refugia en Talavera cuando es atacado por el rey de moro de Zaragoza y desde aquí pide ayuda al rey cristiano Fernando I declarándose su vasallo.

El rey astur leones don García hace en 911 una incursión en Talavera quemando sus arrabales. Ramiro II también llega hasta Talabira para enfrentarse a los ejércitos del califa.

Alcazaba o alcázar de Talavera en una vieja postal, allí pernoctaron muchos reyes a su paso por Talavera

Alfonso VI conquista con sus tropas cristianas la ciudad en 1083 y luego debe volver en varias ocasiones al mando de sus ejércitos para enfrentarse a los árabes que intentan recuperar su Talabayra. Lo mismo sucedía con Alfonso VII que gustaba de pasar temporadas residiendo en su Alcázar y cazaba descansando de sus campañas contra los moros. Dicen las crónicas que incluso llegó él mismo en 1152 a presenciar el amojonamiento de los términos de Talavera para trazar las fronteras con señoríos y ciudades colindantes.

Alfonso VI

Alfonso VIII en su defensa contra los ataques de los benimerines anduvo por las tierras talaveranas y asentó sus tropas cerca de Castillo de Bayuela en un paraje donde luego se asentaría un pueblo que precisamente por esta circunstancia se llamaría El Real de San Vicente. Antes de la batalla de Las Navas de Tolosa en 1212, viene a Talavera Alfonso VIII en demanda de tropas para su lucha contra los moros, los talaveranos piden al arzobispo que la iglesia mayor se haga colegial.

Por diferentes privilegios y cartas firmados en nuestra villa sabemos que Enrique I estuvo en Talavera en 1217. Sancho IV visita Talavera al menos una vez, pero es para destruir los arrabales donde residían los caballeros castellanos que apoyaban a Alfonso X, su padre, en la guerra que ambos mantuvieron.

Alfonso XI da a Talavera en arras a la reina doña María de Portugal cuando se deposa con ella. La Reina pasa aquí algunas temporadas y manda degollar a doña Leonor de Guzmán, la favorita de su marido, en su alcázar.

Despedida de doña Leonor de su hijo Fadrique en presencia de la reina doña María de Portugal

El Rey también pasa en ocasiones por nuestra ciudad y en 1329, estando por la comarca, un bandido talaverano llamado Egas Paes se encuentra en Santa Olalla y el rey con sus tropas sale a su encuentro. Se esconden en la galería de un pozo, pero los encuentran y el cabecilla y sus veinticinco hombres son degollados.

El hijo de la influyente y desgraciada Leonor, el rey Enrique de Trastamara, pasa en Talavera bastante tiempo durante las guerras contra su hermanastro Pedro I, que también ocupa la ciudad en otros periodos de la confrontación. Tal vez imitando a su padre Alfonso XI, en un gesto simbólico para legitimar su reinado, también Enrique regala la villa de Talavera a su esposa doña Juana Manuela, hija del noble magnate y escritor del mismo nombre.

Juan I permanece con su ejército en Talavera antes de iniciar la guerra con Portugal para conseguir el derecho de su esposa Beatriz al trono de ese reino por ser hija del fallecido monarca portugués. En 1385 pasa otras temporadas en el alcázar en compañía del talaverano arzobispo Tenorio y aquí tiene noticia de que Perafán de Rivera, luego señor de Valdepusa, dominaba el estuario del Tajo en Lisboa. En 1390 vienen su mujer y sus
hijos Enrique, el heredero, y Fernando. En nuestra ciudad reciben la noticia de la muerte de Juan I en un accidente con su caballo.

El arzobispo Tenorio tiene gran influencia en la época y mantiene con el maestre de Alcántara una alianza contra el arzobispo de Compostela en las luchas internas por el poder durante la regencia. Pero siendo ya monarca Enrique III sigue teniendo influencia con él, que también pasa en su compañía largas temporadas en el alcázar talaverano durante el año 1397 y desde aquí envía cartas al rey de Francia sobre el cisma de la iglesia. Juan II tiene durante su reinado varias estancias en Talavera, la primera cuando en compañía de Don Álvaro de Luna huye de nuestra ciudad y del infante don Enrique que le tiene secuestrado.

Los restos de Enrique IV se exhumaron en el monasterio de Guadalupe y fueron estudiados por Marañón para analizar su «impotencia»

Durante las luchas con los partidarios de su hijo, Enrique IV vuelve a entrar en nuestra ciudad después de conseguir que el señor Oropesa, de la otra facción, abandonara Talavera. Enrique IV visita también en repetidas ocasiones nuestra ciudad, sobre todo cuando viaja a su querido monasterio de Guadalupe, donde más tarde reposarían sus restos.

(Continuará )