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VISITAMOS EL TORRICO

EL TORRICO

Rollo de El Torrico

En el término de El Torrico se han hallado cerca del río Tajo numerosos útiles de piedra tallada del paleolítico inferior, como hachas, bifaces, núcleos y raederas. Damos un salto en el tiempo y nos encontramos en la segunda Edad del Hierro, cuando hace más de dos mil años los vettones deambulaban por aquí con sus ganados y dejaron un verraco en la finca de Valdepalacios.

El nombre de El Torrico deriva según algunos de la existencia en un cerro cercano de una torre fortificada medieval, una de las muchas atalayas de observación que tanto musulmanes como cristianos dejaron por estas tierras. Para algunos, esta torre se situaría precisamente en la base de la torre de la iglesia parroquial. Estas tierras se comenzaron a repoblar a partir del siglo XIII, situándose el pueblo en el ámbito de las tierras colonizadas por los aguerridos caballeros abulenses.

Ermita de El Torrico

Doña María de Toledo Quiñones, viuda de Diego Fernández Quiñones, era señora de El Torrico en el siglo XV, hasta que en 1447 vendió la población al señor de Oropesa don Fernando Álvarez de Toledo. En aquella época todavía existía un castillo-palacio perteneciente al feudal del que tomó posesión el nuevo señor y del que actualmente no quedan restos. Sí permanece en pie sin embargo el rollo jurisdiccional que, aunque muy gastado por el tiempo, nos recuerda el privilegio de villazgo de El Torrico en 1642. Se apoya en gradería de tres peldaños y en él podemos observar todavía dos argollas de hierro y el cuchillo esculpido en relieve, símbolo de la utilidad penal de la picota. Los brazos esculpidos apenas dejan ver su terminación en forma de cabezas de animales y se corona el monumento en remate cónico con escamas. Sobre el quinto tambor de piedra de los seis que forman el fuste se puede ver el escudo de la villa.

Iglesia parroquial de El Torrico

LA IGLESIA: En el siglo XVI y XVII se construye en sillería y ladrillo la iglesia parroquial de San Gil. El templo es de planta rectangular con una sola nave dividida en cuatro tramos separados entre sí por arcos de medio punto sobre pilastras. El ábside es poligonal y la cabecera se cubre con bóveda de arista, aunque en 1993 se descubrió que estaba cubierta anteriormente por una techumbre de madera ochavada y pintada primitivamente en rojo y azul. Junto a esta techumbre se conservaban pinturas murales del siglo XVIII representando ángeles, cortinajes y símbolos de la Pasión de Cristo. El acceso al templo se hace por la portada norte rematada en arco carpanel y otra protegida por un tejadillo en la fachada sur. Recientemente se ha reconstruido al sur del pueblo, junto a la carretera de Valdeverdeja, la ermita de Santa Ana que se encontraba arruinada.

Arquitectura popular de El Torrico

ARQUITECTURA POPULAR: En El Torrico quedan viviendas tradicionales en mampostería y adobe. Son típicos algunos balconcillos de madera que aún se conservan. Entre estas casas la más pintoresca se sitúa en la esquina noroccidental de la plaza. Muchas otras dejan ver todavía las solanas que, acristaladas hoy día, sirven para que las mujeres cosan en invierno. En el patrimonio inmueble también debemos señalar el antiguo pósito y varias fuentes con pilón como las de El Pilar, El Caño o el de Las Ranas, situado este último en un agradable paraje al norte del casco urbano con gran un pilón de granito redondo y otro rectangular.

Un lugar pintoresco es el de la presa molinera de Tarrara junto a la carretera que nos lleva a Oropesa. Se ha adecentado el entorno pero de los ingenios hidráulicos queda bien poco, aunque sí permanece sin embargo el recuerdo de un accidente luctuoso allí sucedido en el dicho popular “Los molinos de Tarrara no muelen trigo, que muelen las tripas de Hermenegildo”. En la ruta conoceremos los molinos del Tajo y del arroyo del Pilón

Soldadesca de El Torrico

FIESTAS: Entre las celebraciones festivas de El Torrico debemos destacar las fiestas de San Gil, con su concurrida procesión el 1 y 2 de Septiembre. El veintiséis de Julio se celebra la fiesta de Santa Ana que ya tiene su nueva ermita como escenario. Pero tal vez las tradiciones más interesantes y arcaicas se celebren en invierno con la quema del chozo el 31 de Diciembre por parte de los quintos. La soldadesca del carnaval con su abanderado, la capitana y sus sargentos y sargentas que desde la Candelaria recorren las calles pidiendo para las ánimas del purgatorio. El Martes de Carnaval salen en desfile vestidos con los tradicionales trajes torriqueños que, aunque no sean tan abigarrados como los lagarteranos, no tienen que envidiarles en belleza, como sucede también con las labores tradicionales que, aunque parecidas, tienen sus propias peculiaridades. El Domingo de Gallos o de Carnaval se comen los tradicionales dulces como floretas, roscas y suspiros y se recogen por las casas huevos y embutidos.

Uno de los pilones y fuentes de El Torrico

El Sábado Santo los jóvenes salen al campo para coger centeno y confeccionan  con él largas trenzas que decoran la plaza y las calles que serán al día siguiente escenario de la Procesión del Encuentro. Otra peculiar costumbre de paganos orígenes es la de vestir dos peleles llamados Los Mayos, uno de hombre y otro de mujer.

Antes de abandonar El Torrico debemos visitar el museo etnográfico que exhibe objetos de la cultura material del pueblo donados por sus vecinos

RUTA DE LOS POZOS NUEVOS Y LAS ACEÑAS DEL TAJO

RUTA DE LOS POZOS Y LAS ACEÑASpozos-y-acenas

LA EXCURSIÓN

Recorrido aproximado 13 kilómetros,  4 horas

Pozo, pila de lavar, parapeto de mampostería en el arroyo de los Pozos nuevos en Valdeverdeja
Pozo, pila de lavar, parapeto de mampostería en el arroyo de los Pozos nuevos en Valdeverdeja

Vamos hoy a comenzar otro recorrido en el que conoceremos parajes de gran belleza en las riberas del Tajo, donde se encuentran numerosas y antiguas instalaciones molineras así como otros elementos etnográficos y paisajísticos de interés. Esta ruta discurre por los términos de El Torrico y Valdeverdeja, pueblo este último donde comenzaremos nuestro trayecto, a la entrada del caserío, donde se marca el inicio de la Ruta de los Pozos.

Otro tipo de pozo en el arroyo de los pozos Nuevos de Guadalajara

Seguimos el camino señalado hasta llegar a una explanada donde acaba el camino carretero. Continuamos por la senda bajando hacia el valle y comenzamos a transitar por un curioso paraje donde a un lado y otro del arroyo vamos observando la existencia de numerosos pozos con el brocal de granito. Algunos de ellos tienen en la tapa de hierro o en sus pilas las iniciales grabadas de sus dueños. Junto a las pilas algunas presentan unas pequeñas mesitas de piedra donde se tendía y golpeaba la ropa. Varios de estos pozos tienen incluso una pequeña casa de mampostería. Hay también un huerto con una fuente cubierta y, más arriba, un pozo de mayores dimensiones obra del ayuntamiento y de uso común. Este paraje del arroyo de los “Pozos Nuevos” tiene un gran interés etnográfico.

Iniciales del dueño y cerraduras sobre la tapa metálica de un pozo de Valdeverdeja
Iniciales del dueño y cerraduras sobre la tapa metálica de un pozo de Valdeverdeja

Pasamos también en el recorrido por la confluencia con el arroyo del Cubo, llamado así por tener el cubo de uno de los dos molinos que hay en sus orillas. Seguimos por el camino molinero que gira con el arroyo de La Pradera hacia el sur pasando junto a pequeños molinillos, hermanos pequeños de los grandes molinos del Tajo. Uno de ellos conserva su vieja presa atravesada sobre el cauce con una inscripción en las piedras del muro que lo data en el siglo XVIII. Desemboca finalmente junto al molino de los Rebollos. que no tienen nada que envidiar en lo pintoresco del paraje y del edificio a las aceñas del Conde que veremos después, con su molino de invierno y de verano, su sala abovedada con todas las piedras en su sitio y la chimenea que calentaba a molineros y clientes. También es un buen lugar para echar las cañas de pescar y sacar alguna carpa o algún barbo.

Aceñas del Conde

Cruzamos a la otra orilla del arroyo de la Pradera en su desembocadura  y, subiendo a media ladera, avanzamos por una senda que discurre río Tajo arriba hasta las Aceñas del Conde. El camino baja luego en dirección a esta histórica instalación molinera que recibe su nombre por haber pertenecido a los condes de Oropesa, cuyo escudo se ve labrado sobre uno de los sillares del pasadizo de las compuertas. Una aceña es un molino cuyas piedras giraban mediante el impulso de una rueda vertical. En este caso eran dos las ruedas y se situaban en la parte del edificio situada más en el interior del cauce. La segunda parte de la construcción albergaba piedras movidas con una especie de turbina primitiva de rueda horizontal llamada regolfo, y la tercera, situada ya en la orilla y a un nivel superior, es el molino de invierno, con el que se molía cuando las aguas venían muy crecidas. Curioseemos bajo sus compactas bóvedas que tantas avenidas resistieron e imaginemos el ambiente con el ruido de todas las piedras “corrientes y molientes” en medio del trasiego de gentes llegadas desde toda la comarca con sus caballerías.

Molinos de las Rebollos

La casa del molinero se distingue un poco más elevada en la ribera con las zahúrdas, cuadras y otras dependencias anejas. Subamos ahora por el camino y gocemos al llegar arriba de la hermosa vista panorámica del valle del Tajo. Se perciben hacia el este los pilares de un viejo puente medieval custodiado por la fortaleza hispanomusulmana de Castros, que se divisa en lo más alto de la escarpada orilla sur, abajo, a la derecha, el gran edificio de las aceñas del Conde varado en el río con su presa o azud rota por la corriente, y al fondo Puente del Arzobispo.

Una de las casetas abovedadas en el arroyo de los Pozos

Si seguimos el arroyo del Pilón arriba daremos un bonito paseo y encontraremos las ruinas de cinco vetustos molinillos de agua que por lo pintoresco de su arquitectura popular merecen alguna fotografía. Los dos primeros se sitúan haciendo verdaderos equilibrios junto a unas cascadas. Justo allí tenemos dos opciones, o continuar el cauce del arroyo hasta la carretera, encontrando antes un pequeño puente de aspecto medieval, o seguir por el camino hasta la carretera en la zona de la casa de la Dehesa Boyal.

Ruinas de un molinejo de cubo en el arroyo de La Pradera
Ruinas de un molinejo de cubo en el arroyo de La Pradera

Subimos ahora por la carretera en dirección a El Torrico y, junto al cruce, observamos a la derecha una pequeña elevación donde podemos subir para disfrutar de la vista panorámica y ver un horno de cal que servía para explotar las afloraciones calizas de ese mismo cerro. Seguimos hacia el pueblo y encontramos una ermita de nueva construcción en un paraje con buena panorámica. Poco después llegamos al pueblo de El Torrico. Volveremos a Valdeverdeja por la pista indicada después de visitarlo.

ROLLOS DE LA COMARCA (3) LA JARA, VALDEPUSA Y LA CAMPANA DE OROPESA

ROLLOS  DE LA JARA Y LA CAMPANA DE OROPESA

El rollo de Espinoso del Rey, único en La Jara

Rollo de Espinoso del Rey
Rollo de Espinoso del Rey

En 1579, necesitado Felipe II de fondos para sus empresas bélicas, decide vender a los lugares de su reino el derecho a convertirse en villas independientes de sus señoríos.

El primero en separarse de Talavera, y por tanto del señorío arzobispal, fue el lugar de Espinoso pasando a estar bajo la jurisdicción real directa, de ahí el apellido “del Rey” que lleva nuestro pueblo. Como símbolo de la nueva condición de villa que toma se erige el rollo jurisdiccional. Los vecinos deciden comprar su independencia  al monarca alarmados porque un aventurero flamenco llamado Comelín intenta comprar el lugar para vendérselo a un noble talaverano. Con todo ceremonial se hace el amojonamiento del término que, por su aislada situación y cercanía a las sierras jareñas, siempre estuvo muy relacionado con los cuadrilleros de la Santa Hermandad Real y Vieja de Talavera que lo defendían de los bandoleros.

En el siglo XVI adquiere Espinoso su privilegio de villazgo y, como símbolo de la independencia judicial y administrativa que esto supone para el lugar, se erige el rollo en la plaza a la que da nombre. Está fabricado en granito con cuatro escalones en los que se asienta una basa y, sobre ella, un fuste de dos piezas rematado con moldura convexa y un pináculo bajo el que se insertan tres sencillos garfios de hierro con argollas en lugar de los habituales canecillos de piedra.

Rollo de Puente del Arzobispo

En la comarca de la Campana de Oropesa y las villas solamente quedan en pie los rollos jurisdiccionales de Puente del Arzobispo y el de El Torrico, aunque se ha levantado uno nuevo en Parrillas con motivo del quinto centenario de su privilegio de villazgo.

Rollo de Puente del Arzobispo, detalle.

En de Puente es junto al de Bayuela el más monumental de la comarca. Se trata de un rollo gótico sobre un basamento de planta cuadrada de cuatro gradas. Sobre él se apoya una basa compuesta de dos toros con collarete de decoración gótica de lacería y sobre ella un fuste de considerable altura compuesto de tambores octogonales. Es un rollo gótico tardío probablemente erigido durante el siglo XV.

Perrillo decorativo en el rollo de Puente del Arzobispo

Hacia la mitad del fuste podemos observar dos repisas u hornacinas y en lados contrapuestos dos curiosos perrillos labrados. También hay en el fuste un collarete de perlas.

Los canes conservan bastante bien el rostro, aunque dos de ellos son de aspecto más monstruoso y sobre ellos una pieza con blasones y un pináculo piramidal con remate también gótico con una bola.

Rollo de El Torrico

En la Villa de El Torrico también se conserva el rollo jurisdiccional que se apoya basamento de tres gradas de granito de planta cuadrada.  un cuarto peldaño sirve de apoyo directo a la basa que es circular y con moldura. El fuste  es cilíndrico y formado por seis tambores.

Los canes están bastante erosionados y en el segundo por arriba se esculpe un blasón. El remate es un tronco de cono. Podemos datarlo en la segunda mitad del siglo XV.

Reproducción moderna del rollo de Los Navalmorales

En el antiguo señorío de Valdepusa solamente podemos ver una reproducción del rollo de Los Navalmorales, uno de los pocos erigidos  en el siglo XVIII, que se ha recreado a partir de fotos antiguas con un fuste de una sola pieza y de considerable longitud y rematado con semiesfera gallonada.

LAS ACEÑAS DEL CONDE en El Torrico, Patrimonio comarcal en peligro 7

FICHA DE BIEN EN PELIGRO

Aceñas del Conde vistas aguas arriba del artificio

Denominación.-

Aceñas del Conde

 Término Municipal.-

El Torrico

 Situación.-

En el Tajo, río abajo de Puente del Arzobispo, en Término de El Torrico

 Categoría.-

Bien inmueble

 Descripción del Bien.-

Aceñas del Conde En El TorricoLas aceñas del Conde conservan, sobre el pasillo que da acceso a las compuertas, el blasón granítico de los señores de Oropesa.

El edificio está relativamente bien conservado pero se perciben en sus muros varias reformas y añadidos que a lo largo de los siglos han ido modificando el aspecto exterior de estos molinos. En esquema se diferencian cuatro partes.

La primera y la que más se adentra en el río es la más antigua, la que albergaba las viejas aceñas de rueda vertical. El plural de la denominación se basa en la existencia de dos ruedas verticales. La más interior apoyaba su eje por un lado en un edificio con tajamar macizo y por el extremo exterior se apoyaba en una segunda construcción abovedada similar a la de Calatravilla donde se perciben dos huecos en el piso, uno anterior y otro posterior, que alojaron los dos pares de muelas. La piedra que se situaba río abajo, habría apoyado su eje sobre el tercer cuerpo del complejo molinero, hoy modificado por haberse dispuesto para el alojamiento de varios molinos de regolfo, aunque todavía puede observarse sobre el muro el orificio donde giraba el eje y lo que parece una huella de rozamiento de la rueda. También resulta todavía visible el canal y la compuerta que regulaba el caudal .En ese tercer cuerpo del edificio se albergaban seis cubas de regolfo en sus respectivos cárcavos con las que se movilizaban seis piedras que se encuentran en una sala común. Desde ella se llega a una puerta de acceso a una pasarela de servicio para las compuertas y a una escalerilla de subida al techo abovedado. Otra pasarela de acceso exterior daba  paso a las cubas de los regolfos.

Aceñas del Conde

Por último, el edificio de todo el conjunto más cercano a la orilla es un molino de invierno o de creciente que funcionaba cuando se inundaban el resto de las piedras. Cuenta con tres cubas que desembocan en un sólo cárcavo de salida sobre el que se accedía al molino. Por delante de estas cubas hay una dependencia cubierta donde probablemente se colocaba la cernedora, ya que un orificio en el muro del molino muestra la marca del roce de la correa que era movilizada por el eje del último regolfo del edificio principal. Sobre la bóveda, un pequeño depósito de obra parece que servía para humedecer o airear el trigo si era necesario para una mejor molienda.

Plan de navegación del Tajo de Carduchi del siglo XVII donde quedan reflejadas las aceñas del Conde

Este importante conjunto molinero se completa con otros edificios como la vivienda del molinero, que ya aparece en el proyecto de navegación de Carducci del siglo XVII situada en el mismo lugar elevado que en la actualidad, unas cochineras de gran capacidad y otras dependencias de habitación, almacenaje y cuadras.

 Cronología principal.-

Siglos XV y probablemente anteriores pues muchas de estas aceñas se asientan sobre antiguos artificios árabes

 Protección legal.-

Las genéricas de la legislación autonómica y estatal de protección del patrimonio

 Propietario.-

Iberdrola?

 Valoración del Bien.-

  • Valor histórico
  • Valor etnográfico

Principales riesgos apreciados.-

  • Deterioro por inundación erosión de la corriente fluvial

 Bibliografía de referencia.-

  • Méndez-Cabeza Fuentes, M., Los Molinos de Agua de la Provincia de Toledo, Toledo 1998
  • Inventario Etnográfico de la Campana de Oropesa de la Excma. Diputación Provincial de Toledo

ARQUITECTURA POPULAR DE la tierra de talavera (XIII) OROPESA, VALDEVERDEJA, TORRICO Y PUENTE

ARQUITECTURA POPULAR DE OROPESA, VALDEVERDEJA, TORRICO Y PUENTE

Una de las viviendas de Oropesa con azulejería de Talavera

Oropesa, capital del señorío que empezamos a conocer en el capítulo anterior, es un pueblo relativamente rico monumentalmente hablando pero, en cuanto a la arquitectura tradicional, conserva pocos ejemplares característicos.

Mantiene la técnica general de la subcomarca en la utilización mayoritaria de la piedra y el adobe, quizá con una mayor proporción del enjalbegado y el enfoscado en el remate de las fachadas. Las casas que alojaron a la pequeña nobleza o a las instituciones religiosas muestran el aparejo mudejarista que no es propio de tierras tan occidentales como éstas. La sillería acompaña también a los edificios de más alcurnia.

Torre y reloj de la plaza de Oropesa

Hay varios ejemplares de arquitectura cultista de principios de siglo o de finales del anterior, con utilización en fachadas de paneles de azulejería de Talavera.

También de esta época es la torre del reloj de la plaza, sobre un arco neogótico y rematada con una estructura metálica que sostiene la campana. Muchos de nuestros pueblos rematan las torres de los ayuntamientos e incluso las de las iglesias con similares armazones de hierro de la época en que el modernismo y la torre Eiffel provocaban la modesta emulación de nuestros paisanos. Algunas de ellas no carecen de gracia y han sido conservadas en las remodelaciones de las casas consistoriales, como es el caso de Velada, por ejemplo.

Al sur del señorío de Oropesa se encuentran algunas villas con arquitectura popular de características similares, pero también con algunas peculiaridades.

Aparejo típico de las construcciones de Valdeverdeja

Hemos de referimos en primer lugar a Valdeverdeja, de la que diremos, sin lugar a dudas, que conserva el mayor número de ejemplares de vivienda tradicional de todas las tierras de Talavera. Aparte del cariño que los habitantes parecen tener por sus antiguas casas de piedra, hay otro factor que ha contribuido a su conservación, y es la despoblación masiva que en los años sesenta sufrió esta localidad que pasó de casi seis mil habitantes a los cuatrocientos que tiene en la actualidad.

Portada y casa típica de Valdeverdeja

La casa verdeja está fabricada en mampuesto de granito claro combinado con una menor proporción de pizarra oscura, lo cual da al aparejo un aspecto muy vistoso. El adobe también se utiliza en doblados y dependencias auxiliares, aunque con un color rojizo o pardo, diferente del grisáceo empleado en las demás localidades que ya hemos  visitado.

Como en Herreruela, son frecuentes las grandes portadas de sillería qua suelen dar acceso a recogidos patios enlosados con grandes lanchas de granito labrado y con pozo y pila de lavar también de piedra en muchos de ellos. Algunas casas cuentan con balconcillos corridos que dan al interior del patio.

Quedan una docena de viviendas que aún conservan los balcones que en el capítulo anterior habíamos denominado como de “troje descubierta”, solanos o solanas.

Rincón típico en Valdeverdeja

Las portadas no son blasonadas, pero muchas de ellas conservan inscrita la fecha de construcción, casi siempre de principios del siglo XX, época que debió coincidir con años de auge económico en el pueblo. Las viviendas modestas cuentan también con su portadita y su patio, aunque de menores dimensiones.

Valdeverdeja se fundó al destruirse las casas de Puebla de Naciados por una plaga de hormiga blanca que causó el derrumbe de sus edificios. Parece, curiosamente, como si el verdejo hubiera construido desde entonces casas fuertes y seguras curándose un poco en salud.

En El Torrico no se conserva tanta arquitectura como en Valdeverdeja pero como peculiaridad se mantienen varios balcones corridos antiguos en algunas fachadas, lo cual es poco frecuente en esta comarca y nos habla de su ya referida repoblación medieval abulense

Aparejo de ladrillo, adobe y tapial con ripio de teja en Puente del Arzobispo

Alcolea y Puente del Arzobispo utilizan en sus aparejos mayoritariamente el adobe y el tapial, aunque es bastante frecuente que se refuerce en hiladas, en vanos y esquinazos con ladrillo interpuesto que da algo más de consistencia a los muros.

También como influencia de Castilla la Vieja constatamos la presencia de algunos edificios porticados, cuyo mejor ejemplo es el ayuntamiento de Valdeverdeja, aunque en Puente quedan algunos edificios aislados en las proximidades de la plaza, así como otro ejemplar en la plaza del Torrico.

La plaza de Valdeverdeja conserva un hermoso enlosado total de granito que, al parecer, se extendía antiguamente por otras calles.

Plaza de Valdeverdeja con los pórticos del ayuntamiento y enlosado del piso

En la arquitectura rústica de la zona encontramos, aunque en mucha menor densidad que en La Jara en la Sierra de San Vicente algunos ejemplares de chozo techado con falsa cúpula y las típicas parideras y zahurdas también de piedra y techadas con falsa cúpula con capa de compresión de tierra y piedras.

Pero lo más característico es la presencia dc numerosos pozos labrados en piedra repartidos por sus campos y acompañados de pilas de lavar también graníticas con las iniciales grabadas y, en ocasiones una cocinilla para dar servicio a un pequeño huertecillo anejo al lavadero.

Casa porticada en Puente del Arzobispo

Un paraje de gran interés etnográfico y del que hablaremos más detenidamente, con varias docenas de estos pocillos en el valle del arroyo de la Pradera o arroyo de los Pozos.

Merece un capítulo aparte la riqueza molinera del Tajo y los arroyos en esta zona y de ello hablaremos en otra entrada de este blog.

Reja en una vivienda de Valdeverdeja