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CUATRO PASEOS AL NORTE DEL TAJO.

CUATRO  PASEOS AL NORTE DEL TAJO.

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Hoy vamos a conocer el entorno de Talavera al norte del río y para ello recorreremos  pequeños trayectos que parten y finalizan en la ciudad.

Embalse de la Portiña, bajo cuyas aguas se desarrolló en gran parte la batalla de Talavera
Embalse de la Portiña, bajo cuyas aguas se desarrolló en gran parte la batalla de Talavera

1-RUTA DE LA BATALLA.

Salimos de Talavera desde los “Tres Olivos” por el camino de Santa Apolonia y tras cruzar el canal del Alberche y pasar debajo de la autovía llegamos a la antigua ermita de esta santa ya construida en época medieval y a donde se ha vuelto a ir en romería desde hace unos años. Allí concurrían antiguamente los talaveranos con la merienda, en carros o a pie, se instalaban algunos tenderetes y puestos de refrescos, se bailaba y se pasaba alegremente un día de campo hasta el atardecer.

Paralelo a la autovía discurre un cordel que nos lleva hasta la agradable presa de la Portiña. En este pequeño lago rodeado de cerros pintorescos podemos practicar la pesca u observar las muchas aves que se detienen en él. El que lo desee puede ascender hasta la atalaya de Segurilla por el camino o a pie  por el arroyo que nace cerca ella.

Todos estos parajes fueron escenario de la Batalla  de Talavera, en la que los españoles coaligados con los ingleses al mando del Duque de Welington, vencieron a las tropas napoleónicas. Un monumento junto a la autovía recuerda el hecho.

2-SENDEROS DEL BERROCAL

Portada de las dependencias en Cervera de las reales Fábricas de Seda de Talavera
Portada de las dependencias en Cervera de las reales Fábricas de Seda de Talavera

Cualquiera de los antiguos caminos que suben hacia los pueblos del Berrocal (Mejorada, Segurilla, Cervera…) o el ascenso de los arroyos que vienen desde esta granítica sierrecilla, nos proporcionarán un agradable paseo con buenas vistas y lugares amenos. Como ejemplo describiré el que, desde Pepino, nos lleva hasta Cervera subiendo por las orillas del arroyo de Molinillo, pasa por el antiguo molino de agua que le da nombre y entre cercados, prados, encinas y alcornoques nos lleva a Cervera donde nos detendremos en su arquitectura popular, su berroqueña iglesia y los restos de unas antiguas dependencias de la Real Fábrica de Sedas de Talavera que se instalaron en este pueblo. Conserva también un potro de herrar en buen estado y una ermita con buena azulejería  talaverana en el inicio del camino de Segurilla. De vuelta es interesante subir al Cerro del Cura, junto a la carretera, para contemplar la vista panorámica sobre el Berrocal y la Sierra de San Vicente.

Justo antes de iniciar la carretera el descenso hacia el cruce de Pepino, parte un camino hasta unos repetidores de televisión, cerca de ellos hay una pequeña chopera en una  antigua explotación de cal con su horno calero y una buena vista sobre el valle de la Portiña.

3-AL EMBALSE DE CAZALEGAS

Barrancas del Alberche en el embalse de Cazalegas
Barrancas del Alberche en el embalse de Cazalegas

Aunque es accesible por carretera nos acercaremos por el Camino de la Cabra, atravesamos huertas y regadíos hasta llegar al río Alberche donde había un antiguo vado, descendemos hasta el puente y cruzándolo podemos tomar un camino que, desde la otra orilla, pasa junto a una gravera y va atravesando campos hasta llegar al embalse.

La presa de Cazalegas es muy apropiada para iniciarse en el piragüismo, incluso en el camping hay una escuela de iniciación. Se puede además disfrutar del deporte de la pesca en un  bonito entorno. La vuelta la haremos por el canal y la carretera de San Román.

4-CAMINO DEL BARRO

Tablillas del reculaje del embalse de Azután
Tablillas del reculaje del embalse de Azután

Salimos de Talavera por el camino que servía a los ceramistas para acercarse a Calera a por el barro para sus trabajos y que discurre paralelo a la orilla norte del Tajo. Pasamos por los Molinos de Abajo que fueron también fábrica de alpargatas y central eléctrica pero que al menos cuentan con seiscientos años de antigüedad, como los que hoy en ruinas permanecen casi ocultos por la vegetación junto a una antigua gravera en la finca de Cabañuelas ya documentados en el siglo XII. Fueron como ella propiedad de la reina María de Portugal que da apellido a la ciudad.

Las orillas del Tajo, donde las graveras las han respetado, conservan islotes con tarayes y álamos blancos y guardan el sabor de lo que fue el río en Talavera, atravesamos canales y regadíos hasta llegar al reculaje del embalse de Azután en unos parajes de espadañas y zonas inundadas donde podremos contemplar innumerables bandadas de aves como anátidas o garzas, garcillas etc….

Para navegar con piragua son deliciosas las entradas del río por las desembocaduras de canales y arroyos. Volveremos por Calera donde probaremos sus ricos melones de secano y veremos el monumento a Fray Mateo de Cobisa, evangelizador  nada menos que de Taiwan.

En Talavera la Nueva preguntaremos por la villa romana de Saucedoso.

PASEO AL DESPOBLADO DE BRUGEL

PASEO AL DESPOBLADO DE BRUGEL

Tiene  La Enramá como lema heráldico del colectivo la frase “Semper res” porque estamos convencidos de que hasta en el lugar más ayuno en fama de monumentos y atractivos pueden encontrarse pequeños encantos que nos harán deleitarnos con la cultura de la tierra.

Y por eso decidimos Rafael y yo dirigirnos no ya a un pueblo con poco magnetismo, sino a un despoblado, el lugar donde hubo un pueblo que ya desapareció: Brugel

Para ello vamos por la A-5 hasta el cruce de Lucillos y siguiendo el camino de servicio en dirección Talavera, bajamos hasta la entrada de la urbanización Kien y cruzamos por debajo de la autovía, seguimos el camino en dirección norte y llegamos hasta el cruce con el cordel que lleva a El Casar de Escalona, y allí, sobre una pequeña elevación del terreno, se ve un grueso muro de cal y canto todavía enhiesto, pobre osamenta de la iglesia que cobijó a los vecinos de Brugel hasta que se despobló el lugarejo en 1808, cuando podemos imaginar cómo al estar junto al camino de Extremadura las tropas, los huidos y los hambrientos acabaron de despojar a sus gentes de lo poco que les servía para mal vivir.

Muros de las ruinas del despoblado de Brugel

Muros de las ruinas del despoblado de Brugel

Damos una vuelta por el entorno salpicado de los cantos y ladrillones que formaban los muros junto con el barro que ya deshizo el tiempo y observamos la planta de la parroquia que enriqueció con sus donativos el único vecino ilustre del pueblecillo. Vemos junto a los restos de los muros buenos  sillares de granito y hasta la tapa de una sepultura, y pensamos si no será la del sepulcro del tal Juan Ag:uero que llegó a ser obispo de Zamora y creó nada menos que tres capellanías, para entendernos,  plazas  de curas con sueldo por atender la capilla correspondiente de la iglesia de un lugar con algo más de cien vecinos, que se quejaban veladamente de que los capellanes ni siquiera vivan en el pueblo. Incluso, se construyó el obispo un caserón que destacaría en el pobre caserío pero que no vio terminar y se destinó a casa de los capellanes, por si querían permanecer allí, pero ni con esas, pues pasa como sucede ahora en los pueblos, que se nos mueren como se murió Brugel, porque entre otras cosas ya no viven allí ni curas, ni maestros, ni médicos, ni guardias civiles que ya ponen también  en los cuartelillos carteles con el horario de apertura.

Tapa de un sepulcro entre las ruinas de la iglesia de Brugel
Tapa de un sepulcro entre las ruinas de la iglesia de Brugel

Pero en las relaciones  de Felipe II dicen los más viejos del lugar que lo fundaron los romanos y que la imagen de la Virgen que es advocación tiene aire de imagen antigua y que es por eso llamada Nuestra Señora de la Romana. Y como en tantos lugares con pátina mágica y arqueológica hay una fuente del Moro y otra con fama de saludable en el mismo caserío. Y como la fantasía vuela libre, también dicen que el pueblo se llama así por que lo fundó uno de apellido Urgel.

Salimos por la fresnedilla que pespuntea el arroyo junto al que los brugeleños o como quiera que se llamaran cultivaban huertecillos de supervivencia y nos vamos al otro lado de la carretera.

Allí, en el prado de Siegaverde, llegamos a una construcción hermosa en su ruina que va desmoronándose como lo hicieron las de Brugel. El paraje es un curioso lugar de prados y juncales, sorprendentemente húmedo entre aquellas barbecheras, y que sigue la cañada de un arroyo donde visitamos una fuente de la Mora,

Fuente de la Mora en Segaverde, Lucillos. Al amanecer la noche de San Juan la mora se convierte en liebre
Fuente de la Mora en Segaverde, Lucillos. Al amanecer la noche de San Juan la mora se convierte en liebre

Tiene una de esas leyendas en las que aparecen moras o mujeres misteriosas  en la noche de San Juan con un final curioso en este caso: la mora se peina como en otros casos, pero aquí al amanecer la mora se convierte en liebre.

Vamos entre olivos, barbechos, higueras y viñas y acabamos fotografiando, antes de que se caiga como la de Gamonal,  la casa de postas de Cazalegas y fantaseamos sobre la vida que albergaban estas construcciones donde se cambiaban los coches de la diligencia.

Como ven ustedes “Semper res”, siempre hay algo, hasta en el término de Lucillos.

Miguel Méndez-Cabeza Fuentes

ALBERCHE (20) HACIA LA DESEMBOCADURA

 

Las barranquillas de la orilla norte del embalse de Cazalegas

HACIA LA DESEMBOCADURA

La localidad de Cazalegas cuenta con numerosas huellas del paso de los romanos, que incluso puede que dejaran el nombre de Cazalia al lugar. Daremos una vuelta por su caserío contemplando algunas de sus viviendas que tienen una curiosa decoración en sus revocos con esgrafiados, técnica de tradición segoviana que es única en la comarca. La orden de Calatrava tuvo aquí casas y una torre y también hubo algunos palacios como el de los condes de Aguilafuente.  San Vicente Mártir es la advocación de la iglesia parroquial construida en ladrillo, y en su honor se hacen las fiestas con gran hoguera en la plaza.

Embalse de Cazalegas

Volvemos a descender hacia el río donde se encuentra el mayor atractivo de Cazalegas, la presa del Alberche, que sirve como azud para desviar el agua por el canal construido a finales de los años cuarenta para extender el regadío a la vega talaverana. Las obras de los canales y el embalse fueron en su mayor parte realizados por los presos forzados republicanos de la Penitenciaría de Santa Apolonia en Talavera. La orilla izquierda del embalse está ocupada por una urbanización, pero en la orilla derecha hay un camping y fue durante los años setenta una verdadera playa en la que acampaban cientos de familias que provenían en gran parte de Madrid y que disfrutaban del baño y del embarcadero, donde se podían hacer viajes en una barcaza de recreo. Hoy se quiere reactivar el turismo, que también puede disfrutar de los agradables parajes del vivero de Obras Públicas que se extiende por esa misma orilla. En la orilla de enfrente, aguas arriba de la urbanización, el paisaje es diferente, una gran dehesa con pequeñas barrancas en la ribera.

Patio de Las Torres de Salinas

Desde el embalse el río continúa descendiendo y pasa por el antiguo vado de la Cabra, por donde cruzaban gentes y ganados si había estiaje. Cerca se encuentra la finca de Salinas donde se encuentra una pequeña laguna salada que en tiempos fue explotada para extraer la sal, como la del arroyo de la Sal que discurre cerca, camino del Alberche. Desde aquí hasta la desembocadura en el Tajo pasamos por una zona que tanto en la Batalla de Talavera en 1809, como durante la Guerra Civil formó parte de la línea del frente entre los dos bandos. Los franceses vadearon el río por sorpresa en cierta ocasión y lord Wellington que mandaba las tropas inglesas fue cogido por sorpresa en la labranza de La Torre y hubo de salir precipitadamente para salvar su vida. Junto al puente del Alberche se conservan varios búnkers que fueron construidos por las tropas nacionales para batir el puente e impedir los intentos de recuperar el terreno por los republicanos.

El embalse de Cazalegas con la sierra de San Vicente al fondo

Las inmediaciones del puente por el que atraviesa la vía del tren fueron utilizadas por el rey Alfonso XIII en cierta ocasión en que pasando hacia Extremadura paró a merendar con toda su comitiva. El siguiente puente es el que actualmente da servicio a la nacional V y se construyó en los años cuarenta. Junto a él se encuentra el viejo puente que desde los romanos, según atestiguan los restos de algunos de sus tajamares, sirve para cruzar el Alberche. En la orilla izquierda, estaba la Venta del Alberche, hoy completamente arruinada. Junto a ella se cobraban pontazgos y el impuesto de la asadura, que percibía la Santa Hermandad en concepto de protección por esta institución de policía rural a los ganados trashumantes que cruzaban las tierras de Talavera.

zulejo de Ruiz de Luna como muchos de los rótulos de los canales del Alberche

Siempre fue lugar de paso, frecuentado por ganaderos, soldados, prostitutas, pícaros y jugadores. La comarca que se encuentra entre el Tajo y el Alberche fue tierra de Talavera que se llamaba el Horcajo, debido a la horca o “Y” formada por los dos ríos. La zona más próxima a la desembocadura es el Soto de Entrambosríos. En la zona se han hallado tres verracos  que atestiguan la presencia vetona. Cuando el Alberche va crecido por lluvias y deshielos y el Tajo también lleva elevado caudal, el agua inunda Talavera corriendo a través de la vieja cañada, como nos explica el dicho: “Si el Alberche y el Tajo se amistan, Talavera Dios te asista”.

Podemos volver a Cazalegas por el antiguo cordel que sigue el trayecto indicado.

LA EXCURSIÓN

 El embalse a  la desembocadura

 Después de disfrutar de las riberas del embalse de Cazalegas seguiremos bajando por la orilla norte y recorriendo las riberas del Alberche hasta el puente de la antigua Nacional V, donde podremos observar los búnkers que defendían el paso en la Guerra Civil, el viejo puente tantas veces derruido por las avenidas del Alberche pero en el que podemos ver las bases de los tajamares de probable origen romano y, ya derruida, la antigua venta que tantos viajeros vio pasar. Seguiremos hasta la desembocadura del Alberche en el Tajo y volveremos al pueblo por el cordel tal como se indica en el texto.

 

Recorrido aproximado 15 kilómetros. 3 horas y media

RUTA HACIA LA DESEMBOCADURA DEL ALBERCHE

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La localidad de Cazalegas cuenta con numerosas huellas del paso de los romanos, que incluso puede que dejaran el nombre de Cazalia al lugar. Daremos una vuelta por su caserío contemplando algunas de sus viviendas que tienen una curiosa decoración en sus revocos con esgrafiados, técnica de tradición segoviana que es única en la comarca. La orden de Calatrava tuvo aquí casas y una torre y también hubo algunos palacios como el de los condes de Aguilafuente. San Vicente Mártir es la advocación de la iglesia parroquial construida en ladrillo, y en su honor se hacen las fiestas con gran hoguera en la plaza.

El embalse de Cazalegas, sus choperas y al fondo la sierra de San Vicente
El embalse de Cazalegas, sus choperas y al fondo la sierra de San Vicente

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