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CALZADA Y CAÑADA

CALZADA Y CAÑADA

Calzada romana del puerto de El Pico
Calzada romana del puerto de El Pico

 

rutacalzadaEl puerto del Pico ha sido desde la prehistoria el más transitado por las gentes, ganados y mercancías que querían ir de una meseta a otra, ya que es el más accesible, con sus 1352 metros, comparado con los puertos cercanos de Mijares o Serranillos que cuentan con 1570 y una mayor pendiente. Eso ha hecho que nos quede como huella de ese trasiego la calzada romana más larga y mejor conservada de todo el territorio peninsular. La Cañada Leonesa Occidental coincide en su trazado con esta calzada, lo que nos habla de la antigüedad de estas viejas vías trashumantes.

En el mismo puerto comienza a descender esta impresionante vía histórica, pero debemos antes disfrutar de la vista que se contempla sobre todo el valle del señorío de Mombeltrán, con sus Cinco Villas repartidas por sus laderas, y al fondo las llanuras del valle del Tajo, La Jara y el Campo Arañuelo. En las inmediaciones del puerto vemos dos antiguos indicadores que nos dan la distancia a Ávila de 10 leguas y a Madrid 29 leguas, y sobre las praderas cercanas vemos erigido un monumento de dudoso gusto estético en el que se recuerda a los caídos de uno de los bandos en los combates que, para defender lugar tan estratégico, tuvieron lugar durante la Guerra Civil.

Vista de un tramo de la calzada romana del Puerto de El Pico
Vista de un tramo de la calzada romana del Puerto de El Pico

Un poco más abajo se hallan las ruinas del antiguo Portazgo, lugar que tenía una  finalidad  aduanera para el cobro de los impuestos que grababan a las mercancías y ganados que circulaban por nuestros caminos. Es un edificio de granito que tuvo que tener también una utilidad militar, ya que las ruinas nos muestran sillares bien trabajados y de buen tamaño, con pequeñas aberturas o troneras en sus muros destinados a dar mayor seguridad y facilitar la vigilancia del puerto.

Alcantarilla para evacuar las aguas de un regato bajo la calzada
Alcantarilla para evacuar las aguas de un regato bajo la calzada

El trazado de la calzada romana es sinuoso, con mayor pendiente que la carretera (15%) pero muy bien acabado en su solado, en los quites para desviar las corrientes de agua y en los pequeños puentes y alcantarillas que impedían su destrucción por las avenidas. También se ven en los tramos altos postes graníticos que tenían la finalidad de marcar el camino después de las nevadas, como actualmente se marcan con barras metálicas. Podemos observar su estructura, elevada sobre el terreno, con grandes bloques laterales que soportaban las piedras de la calzada. Va discurriendo por todo el valle pasando por Cuevas del Valle con unos tres kilómetros de trazado empedrado.

Calzada romana con el valle de Cinco Villas al fondo
Calzada romana con el valle de Cinco Villas al fondo

Después de atravesar bonitos bosques de castaño y algún pinar entramos en el primero de los cinco pueblos que salpican el valle, se trata de Cuevas del Valle que acredita su condición de villa por el rollo jurisdiccional que se levanta en la zona norte del casco urbano. No vamos a describir el patrimonio de los pueblos que atravesamos, pues ya lo haremos en sus rutas respectivas encuadradas en el valle del Tiétar.

Si no queremos cansarnos mucho, podremos recorrer la calzada descendiendo, dejando un vehículo en la Villa de Mombeltrán o en Cuevas y subiendo con otro coche hasta el puerto.

Pequeño puente sobre la calzada para salvar un arroyo
Pequeño puente sobre la calzada para salvar un arroyo

Va descendiendo luego hacia la Villa de Mombeltrán, pasando su caserío cerca de la garganta del Puerto al este del caserío. Todavía continúa por la zona más llana del valle hasta Ramacastañas, y aunque algunos tramos se han perdido por pasar sobre ellos la propia carretera, otros afloran en curvas y cambios de rasante, demostrándonos la importancia de esta vía de comunicación con más de dos mil años de antigüedad. Una vía romana que comunicaba la meseta norte con las dos calzadas  que desde Toletum (Toledo) y Caesaróbriga (Talavera) iban hasta Mérida.

En Mombeltrán la cañada pasa junto al rollo, que se encuentra en su lado norte después de haber cruzado un puente sobre el arroyo del Herradero.

Quites para el agua en la calzada de Puerto del Pico
Quites para el agua en la calzada de Puerto del Pico

Más tarde pasamos por la iglesia en ruinas de Arroyocastaño, un despoblado junto al que hay una antigua venta que daba servicio a los trashumantes. Aquí se cobraba el portazgo por cada oveja merina que pasaba aunque varió durante el trascurso de la historia y hubo algunos problemas de competencia con el señor feudal de Mombeltrán. También vemos una ermita en ruinas que es la la antigua iglesia de la población.

Discurre después la cañada por el valle entre prados y arboledas dejando en ocasiones que veamos alguna alcantarilla de la calzada o algún pequeño tramo empedrado, sobre todo en las cuestas que sube antes de bajar hacia Ramacastañas, lugar donde también se controló en algunas épocas el trasiego ganadero y los impuestos respectivos, y que sigue teniendo esa función de dar comida y cama a los viajeros, igual que hacían sus habitantes hace siglos con los trashumantes.

Cruzado el río Ramacastañas, seguimos hasta el río Tiétar por un tramo en que la cañada está muy bien conservada en sus dimensiones.

Recorrido aproximado 23 kilómetros, 6 horas

En todas las rutas de las cañadas solamente se señala la ida del recorrido, sin la vuelta

TALAVERA Y LA TRASHUMANCIA

La Cañada Leonesa Oriental a su paso por el Baldío de Velada

TALAVERA Y LA TRASHUMANCIA

Artículo publicado en el programa de la fiesta de 1994 de la Hermandad de San Isidro de Talavera sobre la relación de Talavera y su Tierra con la trashumancia en sus aspectos generales que ampliaremos en otras entradas

Esquileo de ovejas
Esquileo de ovejas

Es de todos conocida la vinculación de nuestras Tierras de Talavera con el mundo de la ganadería en todos sus aspectos. Su mercado de ganados, con referencias históricas desde el siglo XIII, la abundancia de pastizales, en tierras poco propicias para la agricultura como La Jara y la Sierra de San Vicente; o los pastos ribereños de las numerosas corrientes fluviales que surcan nuestra comarca son algunos de los factores que unieron desde antiguo a sus habitantes con el mundo pecuario.

Pero otra actividad casi olvidada condicionó en gran manera las formas de vida de nuestras gentes vinculándonos al mundo pastoril, y es la importancia que tuvo Talavera como nudo de comunicaciones de esa red de cañadas y cordeles por donde un incesante trasiego de ganados, sobre todo de oveja merina, constituyó desde la Edad Media una de las actividades económicas más importantes de España hasta el siglo XIX, la trashumancia.

Curiosa coincidencia entre el trazado de las cañadas y los monumentos megalíticos de la comarca
Curiosa coincidencia entre el trazado de las cañadas y los monumentos megalíticos de la comarca

Talavera es una ciudad que se formó en torno a un vado del Tajo, antes incluso de que se construyera el puente romano, cruzarían por nuestro río ‘ganados y personas a través de ese tramo del cauce rico en islotes y arenales  más facfilmente vadeble que otros trayectos del Tajo con fondos más profundos y orillas más ásperas. Su situación geográfica en el camino natural que desciende desde el puerto del Pico, aumentó su importancia estratégica junto al hecho de trascurrir también por nuestras tierras otra vía romana que unía Toletum con Emérita Augusta.

Las  cañadas ganaderas han sido consideradas por muchos autores como caminos prerromanos y en nuestra comarca es curioso constatar cómo los monumentos megalíticos con hasta 4.500 años de antigüedad que se han encontrado en ella se sitúan muy próximos a estos caminos pecuarios, es el caso de los dólmenes de Azután y La Estrella, el menhir de Velada y el de Parrillas, los dólmenes de Navalcán, y de Almendral de la Cañada, que como veis, lleva la trashumancia hasta en el nombre. Algunos van más lejos e incluso consideran que en parte eran las vías migratorias de las manadas salvajes, como todavía sucede en África

Demos ahora un salto en el tiempo, y nos encontramos 2000 años después con que esta zona se encuentra poblada por un pueblo eminentemente ganadero y que al parecer llevaba con sus ganados una vida poco sedentaria, me refiero a los vettones, ese pueblo que dejó salpicada la comarca con sus esculturas graníticas que representan a sus animales, cerdos o toros, y que todos conocemos como “verracos”, de los que entre los más conocidos y accesibles podemos enumerar el de Castillo de Bayuela, los deTorralba de Oropesa, los gemelos de El Bercial, o el de la Torre del Polvorín, en Talavera y más conocido como la Cabeza del Moro.

Fuente de Almendral situada en la misma Cañada Leonesa Oriental
Fuente de Almendral situada en la misma Cañada Leonesa Oriental

Ya hemos visto la importancia de las vías romanas para las comunicaciones ganaderas denuestra comarca. La conquista musulmana hace que para proteger la zona en las épocas de conflictos e inseguridad se repueble “Talvira” y su entorno con aguerridos pueblos pastoriles y guerreros bereberes que defenderán su importancia estratégica.

En Talavera se producía una de las lanas más finas de oveja merina de toda España, e incluso algunos autores han querido ver el origen de la palabra “merina” en las ovejas que trajeron consigo las tribus norteafrícanas de los Beni-Merines.

Conquistada la orilla norte del Tajo en 1065 por Alfonso VI queda entre este río y el Guadiana una zona despoblada y peligrosa por las razzias frecuentes de ambos bandos, tierra de nadie. Nos referimos a La Jara, y esta inseguridad condicionó en gran medida una mayor actividad ganadera en la zona ya que la movilidad del ganado permitía ponerlo a salvo en caso de peligro. Esto era mucho más difícil hacerlo con las cosechas, que tenían muchas probabilidades de acabar quemadas.

La palabra berebere “mechta” designa los campamentos invernales de los ganaderos nóma-das argelinos, y es en el reinado de Alfonso X el Sabio cuando se funda el Honrado Concejo de la Mesta que reconoce la activídad de la trashumancia, la regula y pone bajo la proteccíon del monarca a lo que se conocía como “la Cabaña Real” que agrupaba a todos los ganados del reino.

Consolidadas las fronteras con los árabes en los siglos XIII, XIV y XV tras el avance de la Reconquista, la actividad ganadera tanto estante como trashumante se sigue desarrollando en las tierras de Talavera constituyendo ya en la Baja Edad Media un sector económco de peso considerable.

Carnero merino
Carnero merino

De las tierras de Soria, Sigüenza, El Escorial etc…  venían los ganados por la Cañada Segoviana a parar a Escalona y desde aquí se dirigían pasando el puente del Alberche a los pastos de invierno de Talavera y Guadalupe. De tierras algo mas occidentales venían los rebaños que accedían a Talavera a través de la cañada leonesa oriental que pasa por Navamorcuende, cruzando el Tajo. En Alcaudete  confluían los ganados que habían atravesado el río en la Puebla de Montalbân.  La Cañada Leonesa Occidental discurría por Velada y por tierras de Oropesa hacia Puente del Arzobíspo encontrándose con los ganados que procedían de Alcaudete en el Puerto de San Vicente. Un entramado de cordeles y veredas formaban una tupida red que, observándola hoy en un plano, nos da idea de esa importancia de la trashumancia en la vida de nuestros paisanos en siglos pasados.

Pisode un puente de la Mesta sobre el Huso

El trasiego ganadero producía ciertos beneficios al fisco local, como era la llamada “’oveja del Verde”, impuesto que se cobraba al ganado trashumante por utilizar los entonces muy abundantes pastos comunales de Talavera. Los puentes daban también beneficios considerables por el derecho de pontazgo, que ocasionó graves disputas, incluso muertos, por la competencia  originada entre el puente de Talavera y el de Azután, perteneciente al poderoso convento de San Clemente de Toledo y, más tarde, conflictos de las monjas señoras de Azután con el Arzobispo Tenorio por la construcción del puente que da nombre a la villa de Puente del Arzobispo.

Por otro lado los cuadrilleros de la Santa Hermandad Real y Vieja de Talavera cobraban otro impuesto, “la asadura”, a cambio de la protección de esta policía rural en los montes y despoblados de La Jara donde bandidos, golfines y cuatreros amargaban el viaje a los trashumantes. Durante el reinado de los Reyes Católicos, alcanza el Horrado Concejo de la Mesta un esplendor no ajeno a la protección real, desde el siglo XVI son numerosos los documentos históricos que nos hablan del alquiler de los pastos en muchas localidades de nuestro entorno.

Un lento declinar acabará con el Honrado Concejo a principios del siglo XIX, aunque incluso hoy día vemos descender algunas vacadas por el Puerto del Pico para dirigirse a los pastos de Extremadura. La Mesta tuvo en varias ocasiones a Talavera como sede de sus juntas anuales, donde acudían ganaderos de toda España. Diremos por últirno que la patrona del Honrado Concejo de la Mesta es una virgen aparecida en las antiguas tierras de Talavera, la Virgen de Guadalupe a la que se encomendaban los pastores de la que fue “principal sustancia de estos reinos”, la ganadería trashumante.

Miguel Méndez-Cabeza

Puente de la mesta y el concejo de Talavera sobre el río Huso cerca de Aldeanueva de Barbarroya