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UNA PINTORESCA ERMITA CON CERÁMICA DE TALAVERA EN VILLAREJO DEL VALLE

San Antonio Abad representado en el frontal del altar de la ermita de Villarejo

Villarejo del Valle es una de las cinco villas que pueblan «Barranco» del que Mombeltrán era capital como alfoz medieval.

Al este de la población y muy cerca de la carretera se erigió entre los siglos XV y XVI una pintoresca ermita de pequeñas dimensiones pero que guarda un pequeño tesoro de azulejería talaverana del siglo XVI.

La luna representada en el retablillo y la imagen de San Antonio Abad

Sabemos de la devoción que se tenía en la Edad media a este Santo cuya orden cuidaba de los enfermos del «ignis sacer» el fuego sagrado, llamado así por producirse un enrojecimiento de los afectados por la frecuente intoxicación en la época con el cornezuelo del centeno. Es un santo con San Sebastián y San Roque a los que se erigían ermitas a la entrada de los pueblos para proteger de determinadas enfermedades a sus habitantes.

Ermita de San Antón de Villarejo del Valle

La ermita es de planta cuadrada erigida con sillares de granito y con tejado a cuatro aguas que está adornada con un gracioso pórtico sobre dos columnas en la entrada que se abre al lado oeste de la misma. Una cruz de hierro corona el tejado.

Altar y retablo de azulejería talaverana en la ermita de San Antón de Villarejo del Valle

Su interior se cubre con bóveda de cañón y el muro oriental tiene adosado un altar cubierto de azulejería en su frontal, así como el muro que también se haya cubierto de azulejos.

Uno de los ladrones de la crucifixión del la ermita de San Antón de Villarejo del Valle

El altar consta de azulejos de repetición con diferentes motivos, que han sido evidentemente recolocados y en el cento se sitúa la imagen de San Antonio con el báculo que simboliza su autoridad como abad y una curiosa barba rematada en tirabuzones que cubre su rostro.

Azulejos de repetición de «clavo» y ferroneríe» en el frontal de la ermita de San Antón de Villarejo del Valle

En el retablillo se reproduce la crucifixión de Cristo con los dos ladrones y la Virgen a los pies de la cruz. A ambos lados se ha dibujado sobre los azulejos a la luna y al sol. Los dos astros se representan con frecuencia junto al crucificado y hay numerosas teorías sobre su significado, desde la representación de la «Jerusalén Celeste» hasta la simbología del antiguo y el nuevo testamento o simplemente reminiscencias de cultos paganos al sol que llegaron a nosotros a través de los romanos por la relación del cristianismo con el culto de Mitra y otras religiones paganas. En el remate superior del retablo se representa la imagen de Dios Padre.

Dios Padre representado en la ermita de San Antón en Villarejo del Valle

Es cerámica del siglo XVI de considerable calidad y no sería de extrañar que el autor coincidiera con alguno de los que hicieron los paneles de la Vida de la Virgen en la basílica del Prado de Talavera.

El sol representado en la azulejería de la ermita de Villarejo del Valle

EL CERAMISTA JUAN FERNÁNDEZ AUTOR DE UN PANEL DE PIEDRAESCRITA

UN PANEL DEL CERAMISTA JUAN FERNÁNDEZ EN PIEDRAESCRITA

Panel de la Visitación en Piedraescrita cuya autoría de Juan Fernández explico en este artículo.

Son muy pocos los grandes azulejeros talaveranos que firmaron sus obras, y son muy escasos los documentos que demuestran fehacientemente la autoría de los paneles de cerámica talaverana de primera época, aunque todavía no se han estudiado suficientemente los archivos parroquiales y los de las diócesis en busca de datos que nos confirmen la autoría de las obras.

Altar y retablo del lado de la epístola en Piedraescrita

Además de estos recursos documentales para asignar a los alfareros cada panel de azulejería, considero que aún está por explorar sistemáticamente una metodología que creo nos podría dar resultados positivos. Se trata de la comparación de todas estas obras entre sí por sus motivos y recursos decorativos, especialmente los colores, tanto en las figuras representadas como en los azulejos de repetición con sus variados motivos geométricos y vegetales. Ese cotejo de imágenes puede sin duda ayudar a identificar a los autores, pues se crearían así grupos de obras que se pueden asignar con mayor o menor certeza a un autor determinado para, con investigaciones documentales posteriores, ir asignando el nombre del artesano concreto a cada uno de esos grupos de obras.

Anagrama de la firma de Juan Fernández en el panel de la Santa Cena de Candeleda

Recientemente se ha realizado una magnífica restauración de la azulejería de esa joya de La Jara que es la iglesia de Piedraescrita.

El altar del lado de la epístola tiene en el centro del mismo una representación de la visita de la Virgen a Santa Isabel. Esta obra, tanto por sus colores algo más oscuros, menos vivos, como por la decoración de las columnas abalaustradas con decoración vegetal que flanquean la escena, es evidente que es obra mismo autor que el panel de la Santa Cena, una obra cumbre de la azulejería talaverana que se puede disfrutar en la iglesia de Candeleda y que es precisamente uno de las pocos paneles que diferentes autores consideran que es obra de Juan Fernández, a causa del anagrama ( JVº FRS) de su firma que se puede ver en una cartela de la predela inferior, bajo la escena de San Zacarías con San Juan Bautista en ella representado. Por otra parte, es evidente que han sido pintadas por la misma mano, especialmente por los pliegues de los vestidos y los árboles compuestos de varios niveles de follaje.

Arbolado del panel de Piedraescrita
Arbolado del panel de Candeleda

Tanto el padre Vaca y Ruiz de Luna, en su tratado sobre la cerámica talaverana, como Alice Frothingham han querido ver en las iniciales que figuran en el panel de Candeleda el anagrama de la firma de Juan Fernández por lo que podemos deducir que al menos ese panel de Piedraescrita tiene la misma autoría.

Columna abalaustrada del panel de Piedraescrita

La escena de la iglesia jareña está además flanqueada por azulejos que representan el famoso florón con el que Juan Fernández decoró los arrimaderos de El Escorial y otros palacios reales, aunque añade el color amarillo y el anaranjado a ese mismo diseño en azul y blanco que es más frecuente en los arrimaderos del gran monasterio. También se representan unos flecos simulados alternando el color azul y el amarillo que quieren imitar a los de los paños sagrados que decoran los altares. Esta simulación textil es muy frecuente en los altares de cerámica talaverana.

Columna abalaustrada del panel de Candeleda

Juan Fernández aparece por primera vez en 1565 como residente en la colación de la parroquia de El Salvador. En 1566 figura como testigo experto en los ensayos de esmaltes y pinturas que hace Jerónimo Montero en Talavera por mandato de Felipe II. Juan Fernández es también el maestro azulejero que fabrica por encargo del rey Prudente miles de azulejos para el monasterio de El Escorial.
Son varios los documentos que el padre Vaca estudia en el archivo municipal de Talavera que hacen referencia a este ceramista: un concierto para admitir a un aprendiz, dos poderes para cobrar cantidades que se le adeudaban y otro en el que su mujer manifiesta su deseo de ser enterrada como él en el convento franciscano de Talavera, hoy iglesia de San Francisco. Otro Juan Fernández de Oropesa que aparece en documentación posterior parece haber sido su hijo.
Creo que con mi hallazgo queda confirmada la presencia de la obra de Juan Fernández en Piedraescrita.

Florones que enmarcan el altar de Piedraescrita de Juan Fernández. Flecos bicolores que simulan los manteles sagrados  en la parte superior.
Panel de San Zacarías y San Juanito en el retablo de la iglesia de Candeleda

SAN ISIDRO, en el «Santoral del barro» en azulejería talaverana

Panel de azulejos que representa a San Isidro. Obra de Ruiz de Luna en una fachada privada de Herreruela de Oropesa

SAN ISIDRO

Este santo madrileño se celebra también en Talavera coincidiendo con las ferias y fiestas de Mayo. Parece que este santo labrador nació hacia el año 1080 época en que se produce la reconquista  del valle del Tajo por las huestes de Alfonso VI. Se casó con una mujer también muy piadosa, Santa María Toribia, María de Torrejón o María de la Cabeza, también agricultora.

Isidro tenía costumbre de acudir todos los días a misa antes de ir a trabajar al campo. Sus compañeros denunciaron ante su patrón al labrador acusándole que mientras ellos trabajaban el santo estaba en la iglesia. Isidro se defendió asegurando que aunque cumplía con sus deberes religiosos, también se hacía cargo del trabajo encomendado como el que más, pero el patrón no se fió, por lo que acudió una mañana a vigilarle y vio que realmente estaba en misa mientras los demás se encontraban ya trabajando con el arado.

Al acercarse para reprenderle, vio que junto a él iban labrando dos jóvenes con vestiduras y caballos o bueyes blancos. Cuando se aproximó más, los ángeles desaparecieron pero el terreno que ellos labraban se mantuvo bien arado, por lo que comprendió que había alguna causa sobrenatural. Desde ese momento dejó a Isidro al cargo de las tierras de su propiedad para que las administrara y las trabajara, pero el santo lejos de acumular riquezas por su posición se dedicó a ayudar a los pobres con el beneficio de los campos, que además produjeron el doble desde entonces.

Decoración de la ermita de San Isidro de Talavera en azulejería de Ruiz de Luna

Uno de los pasajes más conocidos de la leyenda de San Isidro es aquel en que se cuenta cómo cuando en cierta ocasión todos en su hermandad habían comido y solamente quedaba la ración del santo en la olla, llegó éste acompañado de muchos pobres que milagrosamente acabaron comiendo todos de la escasa comida restante, y no sólo comieron ellos, sino también todos los indigentes de la ciudad. Otra escena representada con frecuencia es aquella en la que al clavar el santo su pala en la tierra brotó un manantial.

San Isidro mantuvo durante su vida un gran cariño por los animales y en cierta ocasión en que los pájaros no podían comer por una gran nevada abrió el saco de trigo que llevaba y, aunque echó la mitad del grano a los pájaros, al llegar al molino donde se dirigía el saco estaba lleno y además al molerlo se obtuvo el doble de harina.

Ángeles ayudando a labrar a San Isidro en ambiente talaverano. Vista parcial de los paneles de la ermita de San Isidro

Su culto se extendió por Europa pero no fue canonizado hasta el siglo XVII, siglo en el que se localizaron los restos de su mujer en Caraquiz, donde se había retirado desde la muerte de su marido.

Se le suele representar vestido también de labrador del siglo XVII con chaqueta y calzón corto, siempre con barba y cabello largo. Sus atributos son un haz de espigas, un arado, un mayal, una pala o un azadón.

Su fiesta se celebra el 15 de mayo y es patrón de los agricultores y de los geómetras,  además de protector contra la sequía e intercesor para pedir que llueva.

Santa María de la Cabeza esposa de San Isidro representada en el frontal cerámico de la ermita

A él está dedicada la ermita que se sitúa junto al recinto ferial y que se encuentra decorada con cerámica de Ruiz de Luna. Se trata de un panel situado tras la imagen del santo en la que se representa el campo talaverano y un ángel conduciendo el tiro del arado para hacer el trabajo de Isidro mientras él cumplía con sus obligaciones religiosas. Al igual que los azulejos de la ermita de Talavera, también Ruiz de Luna es el autor de un panel de cerámica situado en la fachada de una vivienda privada de Herreruela de Oropesa que reproducimos en la imagen. En él aparece el santo con su vestimenta habitual, el rosario y un instrumento de labor con una cuchilla.

En las proximidades de Cebolla se encuentra sobre una elevación con una magnífica vista panorámica la ermita de Nuestra Señora de la Antigua  y San Illán. Es tradición que este santo local es el hijo de San Isidro pero de él trataremos otro día.

Panel de San Isidro en una vivienda privada de la plaza Arzobispo Tenorio

SANTA VERÓNICA EN AZULEJERÍA DE TALAVERA

LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE CRISTO

Detalle del Vía crucis de Ruiz de Luna en la basílica del Prado. 1929

“Vero Icon” significa la verdadera imagen, y es el nombre que la leyenda da a la mujer que al paso de Jesús camino del calvario enjugó su rostro con un paño quedando marcadas sus facciones. Este personaje solo aparece en el evangelio apócrifo de Nicodemo.

El supuesto lienzo se encuentra entre las reliquias que se guardan en San Pedro del Vaticano.

Vía crucis de la basílica de Ruiz de Luna con la escena de la Verónica en la VI estació.

Aunque hablaremos en otra ocasión de los vía crucis en la cerámica talaverana en el caso de la Verónica se representa en la VI estación en todos ellos. En el vía crucis de la basílica se observa una gran cantidad de personajes y la Verónica muestra el lienzo con el rostro marcado, como también sucede en el vía crucis del siglo XVIII del monasterio de San Pedro en Arenas y el de Bayuela, mientras que en otros tres se observa el momento en que la mujer se dispone a secar el rostro de Jesús.

VERÓNICA EN AZULEJERÍA TALAVERANA DEL SIGLO XVI EN LA IGLESIA DE PIEDRAESCRITA

*Iglesia de Piedraescrita. Robledo del Mazo (Toledo). Policromía. Siglo XVI. La imagen se encuentra enmarcada por dos columnas abalaustradas con decoración de grutescos de cabeza de león y hojas de acanto con friso inferior de querubines. La Verónica se encuentra de pie sobre terraza mostrando el lienzo con el rostro de Jesús.

OTRAS POSIBLES  OBRAS DE JAN FLORIS (II)

OTRAS POSIBLES  OBRAS DE JAN FLORIS

Detalle delos grutescos de dragones enfrentados en la capilla de los Benavente en Medina de Rioseco. Fotografía de Manuel Moratinos

Puede que, según nos refiere Pleguezuelo, con anterioridad a sus trabajos de Garrovillas, Cañaveral y Garganta la Olla, Floris hiciera otros trabajos, como el pavimento de la capilla de un mercader de oro y diamantes de la familia de los Benavente en la iglesia Santa María de Medina de Rioseco. En los azulejos de escalones y solado aparecen unas cabezas masculinas y femeninas cuyos motivos ornamentales recuerdan al estilo del ceramista flamenco. También hay azulejos de repetición con veneras y hojas de acanto dispuestas en “remolino” y grutescos de dragones enfrentados. El dibujo está realizado en azul y manganeso y el relleno es de ocres y amarillos. Aunque no hay documentación que acredite su autoría se ha pensado en la autoría de Floris, debido a la fecha de su fabricación en torno a 1560, al mayor tamaño de los azulejos, de 17 centímetros de lado, así como por ciertas formas que recuerdan a las ferroneries.

Rostros masculinos y hojas de acanto en «remolino» del solado de la capilla de losBenavente en Medina de Rioseco. Foto de Manuel Moratinos

Una obra de parecidas características se encuentra en el palacio del licenciado Butrón, un famoso abogado de Valladolid. También es un solado en el que se han instalado algunos azulejos planos con decoración renacentista vegetal.

Yo sinceramente no veo la semejanza de los azulejos de Medina de Rioseco, los de Valladolid y ni siquiera los de Garganta antes referidos con la obra de Floris en Garrovillas o Cañaveral, tanto en los motivos como en el color.

Soladocon azulejos planos de motivos vegetales del palacio del licenciado Butrón en Valladolid. Foto Manuel Moratinos

Tampoco comparto con Martínez Caviró la autoría de Flores con respecto a los paneles del monasterio dominico de Plasencia, luego iglesia de San Vicente Ferrer, que representan a unos santos dominicos enmarcados porque, aunque cuentan en su ornamentación con decoración de ferroneries, ni su dibujo ni sus colores se parecen en modo alguno a las obras de Floris. Sí tiene esta obra de azulejería de Plasencia todo el aspecto de haber sido elaborada ya en Talavera, aunque puede que bajo la influencia del maestro de Amberes. Esta obra se puede hoy contemplar en el museo de la catedral vieja de esa misma ciudad junto a otros paneles cerámicos talaveranos.

Santo dominico del monasterio de Santo Domingo de Plasencia

.Además, en el refectorio de Santo Domingo en Plasencia, encontramos en los arrimaderos decoración de ferroneries que para algunos serían obra también de Floris, pero la blancura estannífera de sus esmaltes hace pensar en que, si fue obra de este autor, se habría realizado en talleres ya talaveranos o al menos con técnicas y materiales habituales en la ciudad del Tajo.

Monasterio de Santo Domingo de Plasencia. Detalle del escudo de la orden enmarcado en ferroneries que se sitúa sobre los arrimaderos. Foto de Manuel Pablo Rodríguez

Tras el basamento del retablo mayor se oculta en la catedral de Palencia otra obra que según Pleguezuelo también podría ser del artista flamenco y que representa las alegorías de la Fe, la Esperanza, la Justicia y la Fortaleza.

OTRAS OBRAS ATRIBUIDAS A JUAN FLORIS, PRECURSOR DE LA CERÁMICA TALAVERANA

Panel de Santa Marina en Cañaveral (Cáceres)

Aunque como veremos son varias las obras que se han atribuido a Floris, precursor de la cerámica renacentista talaverana,  en mi opinión no está muy justificada esa supuesta autoría en la mayor parte de los casos, aunque puede que se elaboraran ya en Talavera bajo la influencia del artista flamenco. Considero que sokamente la autoría de dos de ellas está plenamente justificada, aunque no haya documentos que lo prueben a ciencia cierta.

Imagen de Santa Bárbara en Cañaveral

Es el caso de alguno de los paneles de la iglesia parroquial de Cañaveral, localidad también situada en el ámbito de Plasencia, que sí presentan características que nos hacen considerar que son obra del flamenco. En primer lugar, la calidad figurativa de la pintura de las santas representadas; también nos orientan en ese sentido sus colores, similares a los del frontal de Garrovillas, y por último la decoración de los azulejos de repetición que enmarcan las figuras de Santa Marina en el centro con Santa Bárbara y Santa Catalina a los lados, muy parecidos en sus motivos vegetales y geométricos a los de ese pueblo cercano a Cañaveral y también en el ámbito de la ciudad del Jerte.

Una característica muy peculiar de estos paneles de Cañaveral es que las figuras de los santos no se sitúan en un marco alrededor del cual se instalan los azulejos de repetición, sino que en este caso los motivos vegetales y geométricos invaden ese marco formando parte del fondo del cuadro, por lo que hay azulejos que presentan dibujo mixto de pintura figurativa junto a motivos decorativos de repetición en la misma pieza.

Retablo de la Virgen y el Niño de Oropesa

Otra obra de azulejería cuya muy probable autoría es atribuida a Juan Floris es un panel que representa a la Virgen y el Niño y que se hallaba en el pórtico de la ermita de la Virgen de Peñitas en Oropesa. El gran especialista en cerámica de Talavera Ángel Sánchez Cabezudo atribuye esta obra al ceramista flamenco, creo que con gran acierto.

No sabemos de donde procede el panel, si fue desmontado de algún templo o monasterio de Oropesa o si tal vez es fruto de una donación del coleccionista oropesano Platón Páramo, pero el caso es que fue reinstalado en la ermita sin colocar todos los azulejos que lo enmarcaban, aunque se ha restaurado completamente recuperándolos y mostrando la obra completa, tal como se pudo contemplar en todo su esplendor en la exposición “A témpora”.

La gran calidad del trazo, los colores azul oscuro, verde y morado característicos de obras de Floris como la de Garrovillas, los motivos vegetales y «metálicos», que forman la decoración de los azulejos de repetición del panel, aunque no se ven las típicas ferroneries que siempre se han atribuido al autor. Todo esto, junto el hecho de que este ceramista realizó otros trabajos para un noble oropesano, como el que se localiza hoy día en la ermita del Cristo de Garganta la Olla, nos dan también alguna pista. Sánchez Cabezudo ha demostrado también cómo esta obra pudo ser modelo para otras distribuidas por la geografía extremeña y castellana.

Panel de azulejos de la ermita del Cristo en Garganta la Olla

En la ermita referida de Garganta de la Olla, en la comarca de la Vera de Plasencia, se hallan los pobres restos de un panel de azulejos procedentes al parecer del santuario cercano de San Martín, y recolocados en la Ermita del Cristo del Humilladero. La parte datada y atribuida a Floris es el escudo heráldico central que según reza el rótulo pertenece a Gaspar Enríquez de Montalvo, vecino de Oropesa. Se encuentra rodeado de azulejos de arista y otros planos de probable origen talaverano, aunque parecen de fecha posterior.

SAN BARTOLOMÉ

San bartolomé en azulejería de Talavera del siglo XVI en la iglesia parroquial de El Casar de Talavera

*Iglesia de El Casar de Talavera. Talavera de la Reina. Frontal de altar del evangelio. Policromía. Siglo XVI.
Enmarcada en recortes de ferroneríe con pequeñas flores y frutos en los huecos, y flecos simulados en la parte superior. San Bartolomé sujeta la cadena con la que tiene preso al diablo y en la otra mano la espada o cuchillo de su martirio. Varias terrazas y árboles esquemáticos adornan el fondo.

SAN BARTOLOMÉ

San Bartolomé llegó a la India y se hospedó en uno de los templos de Astaroth. Un demonio hablaba desde el interior del ídolo para conseguir así que los vecinos del país adoraran a las viejas divinidades, pero el santo inmovilizó al diablo del ídolo con cadenas de fuego. Llegó a oídos del rey Polibio, gobernador de la región, que San Bartolomé había arrojado al diablo del cuerpo de un Seguir leyendo SAN BARTOLOMÉ