HISTORIA FÁCIL DE LA CERÁMICA DE TALAVERA (5) LA EDAD DEL HIERRO II, LOS VETONES

LA EDAD DEL HIERRO II, LOS VETTONES

Sobre el sustrato del anterior periodo orientalizante y esas culturas de transición de la Edad del Bronce a la del Hierro que lo conformaron, irán incidiendo corrientes culturales mediterráneas y centroeuropeas que, al mezclarse con las variadas peculiaridades autóctonas, acabarán conformando la personalidad de los pueblos protohistóricos que van a encontrar los romanos a su llegada a Hispania en general, y a nuestra tierra en particular. Esta segunda Edad del Hierro, entre los siglos IV y II antes de Cristo, coincide en nuestro ámbito con la cultura de los vettones, el pueblo indígena que habitaba en nuestra comarca.

Muralla del castro de Puente Pinos en El Bercial, Alcolea.

También en esta época histórica, esta tierra se comporta como tierra fronteriza entre diversos pueblos, como son los que más tarde serían llamados celtíberos, carpetanos, lusitanos y, sobre todo, vettones, ya que es en el ámbito de este mundo vettón, de la llamada cultura de los verracos, donde más cómodamente podemos situar a nuestra tierra[1].Se produce durante este periodo una progresiva «celtización», una mayor influencia centroeuropea, cultural e incluso étnica sobre unos pueblos que, como ya hemos visto en el capítulo anterior, venían recibiendo desde el suroeste de la península las influencias orientalizantes mediterráneas.

Así, por ejemplo, en el yacimiento del cerro Torrejón de Malpica de Tajo, encontramos cerámicas de clara influencia de las culturas de la meseta superior, digamos que más castreña, más céltica, del tipo de las enmarcadas en el ámbito de la llamada cultura de Cogotas II, nombre de un prototípico yacimiento abulense de estas culturas. Pero, por otra parte, también se encuentran cerámicas de las llamadas «ibéricas» con referencias en asentamientos andaluces de adscripción tartéssico-turdetanas[2]

Elevaciones al sur del Tajo sobre los que se sitúa el yacimiento de arroyo Manzanas

Sin embargo, el yacimiento que en la Edad del Hierro II tiene una mayor importancia en las tierras de Talavera es el de arroyo Manzanas, cuya importancia supera el interés local porque puede aportar datos que servirían para dilucidar algunos de los problemas planteados por las culturas protohistóricas del occidente peninsular[3].

Se sitúa el yacimiento en las elevaciones erosionadas con las típicas cárcavas de las terrazas del Tajo, dominando las fértiles vegas entre Talavera y las Herencias. El asentamiento presenta varias fases de ocupación desde el bronce final hasta que en el siglo II a. de C. los romanos fuerzan el traslado a zonas menos defendibles a los pueblos que ocupan situaciones estratégicas o fortificadas. Este yacimiento al sudoeste de Talavera, en los Cerros de la Raña y dando vista al Tajo, es el asentamiento vettón más cercano que conocemos. Se sitúa el yacimiento en las elevaciones erosionadas con las típicas cárcavas de las terrazas del Tajo, dominando las fértiles vegas entre Talavera y las Herencias. Los primeros hallazgos se remontan al año 1924 cuando unos gañanes encontraron cántaros de barro en cuyo interior había restos humanos calcinados. Prospecciones sistemáticas posteriores nos han descubierto poblados instalados en lo alto de tres cerros que están conformados por habitaciones de planta rectangular con gran abundancia de materiales: cerámicas, huesos, fragmentos de metal y escorias. También se ha localizado lo que puede ser una necrópolis de urnas para sus fases de ocupación desde el bronce final hasta que en el siglo II antes de Cristo, los romanos fuerzan el traslado de los pueblos que ocupan situaciones estratégicas o fortificadas.

Otros elementos cerámicos hallados en el Castro de El Raso

Este asentamiento tiene también el interés de contar con numerosos paralelos culturales con el castro de El Raso en Candeleda, aunque hay así mismo diferencias notables, como, por ejemplo, el entorno que en el caso abulense es más apropiado para la ganadería mientras que el talaverano estaría más vinculado a actividades agrícolas y mineras, sin descontar el intercambio de mercancías por situarse en lugar de obligado paso en las comunicaciones antiguas La actividad metalúrgica parece estar confirmada por el hallazgo de moldes, crisoles y restos de útiles metálicos; se ha vinculado esta actividad con los yacimientos y antiquísimas extracciones mineras de La Jara[4].

Más dudosas son las adscripciones a la Edad del Hierro de otros yacimientos dispersos por la comarca, como por ejemplo las fortificaciones del posible castro situado en las cumbres de la Sierra de la Estrella [5], o ciertos hallazgos cerámicos de Navalmoralejo, Alcaudete o Belvis[6]

Objetos cerámicos hallados en la excavación del castro de Puente Pinos en El Bercial, Alcolea de Tajo

Las cerámicas de los yacimientos locales no son muy abundantes, tal vez por no haberse hallado todavía un castro similar al de El Raso y otros de nuestro entorno, especialmente en Gredos, aunque sí se ha excavado el asentamiento de Puente Pinos cercano a la población de El Bercial, en Alcolea de Tajo, junto al embalse de Azután, cerca del antiguo vado de Puente Pinos. Está amurallado con dos recintos levantados con piedra y en talud, con torres de diferente planta y se encuentran varias fases de población iniciándose en la fase de las culturas orientalizantes de las que se han hallado significativos elementos cerámicos. Hay, como en otros yacimientos de esta época, muestras de haberse desarrollado una industria metalúrgica doméstica en pequeños hornos caseros. También se han hallado cerámicas griegas que subieron hasta aquí con la influencia tartéssica. Se han encontrado numerosos huesos que nos hablan del predominio de la ganadería en la economía vettona.

Cerámicas y objetos metálicos hallados en el castro de El Raso

Las cerámicas de estos yacimientos son descritas así por el arqueólogo Juan Manuel Rojas Rodríguez Malo: “cerámicas a torno pintadas y estampilladas…La cerámica más típica en esta época, de la que hay constancia en los dos yacimientos, aunque con una amplia tipología de formas y decoraciones, se compone, fundamentalmente, de vasijas de cocina y aprovisionamiento, hechas con barros groseros, de pastas marrones, que suelen ser pucheros, orzas y pequeñas tinajas, a veces decoradas con impresiones de estampillados en S o con motivos variados dispuestos en bandas. Otro gran grupo está formado por vasijas con pasta de barro anaranjado o beige bastante decantado, cuyas formas más frecuentes son los perfiles ovoides, bases cóncavas y bordes vueltos que, suelen tener decoración pintada a base de bandas horizontales finas y/o gruesas. Dentro de este tipo de vasijas existen variantes en las que la pasta es de color gris”.

 Sobre la cultura vettona nos extenderemos en otro lugar.

[1]ALMAGRO BASCH, M. , GARCÍA BELLIDO, A. : La protohistoria, en Historia de España de Menéndez Pidal, Madrid 1990.

[2]GARCÍA TÖRRONEN, T. ,GUTIERREZ DE LA CONCEPCIÓN, M.N. : Prospecciones en el Cerro Torrejón de Malpica de Tajo.

[3]MORENO ARRASTIO, F.J. : Notas al contexto de Arroyo Manzanas( Las Herencias ) Toledo , en Actas del Primer Congreso de Arqueología de la Provincia de Toledo. Toledo 1990.

[4]URBINA, D. y otros:  Introducción  al estudio de las fuentes de abastecimiento de hierro en el yacimiento prerromano de Arroyo Manzanas, en Actas de las primeras Jornadas de Arqueología de Talavera y su Tierra. Diputación Provincial de Toledo. Toledo 1992.

[5]JIMÉNEZ DE GREGORIO, J. : Hallazgos arqueológicos en …Anales Toledanos XXVI.

[6]JIMÉNEZ DE GREGORIO, F. : Aproximación al mapa arqeológico del occidente toledano, en actas de las Primeras Jornadas de Arqueología de Talavera y su Tierra. Diputación Provincial de Toledo. Toledo. 1992.

Verraco vettón de Cabeza del Moro en Talavera

RECETAS DE CORDERO DE MUJERES DE LA JARA

A CONTINUACIÓN REPRODUCIMOS ALGUNAS RECETAS CORDERO UTILIZADAS POR LAS  MUJERES LA ESTRELLA Y DE OTROS LUGARES DE LA JARA Y QUE APARECEN EN EL LIBRO QUE TUVE EL PLACER DE EDITAR CON ELLAS.

Ejemplar de oveja de raza talaverana
Ejemplar de oveja de raza talaverana

CORDERO

PIERNA ASADA

Preparación

Se toma una buena pierna de cordero y se deja en adobo durante unas horas. Después se saca, se seca con un paño y se pone al horno, se cubre de manteca, se rocía con zumo de limón y se asa en el horno hasta que se vea dorada y en su punto. Se puede poner tomate antes de introducirlo en el horno par dar más sabor a la salsa.

Julia Fernández

Ovejas talaveranas por la Cañada Leonesa Oriental

 PALETILLA DE CORDERO

Preparación

Se toma una paletilla de cordero recental y se unta toda ella del siguiente majado: ajos, pimienta, tomillo, sal, perejil y una pizca de orégano Se mete todo al horno poniendo unas bolitas de manteca sobre el cordero. De vez en cuando se rocía la paletilla con un chorrito de vino blanco. Se puede acompañar la carne con unas patatas

Julia Fernández

 CORDERO ASADO

Preparación

Se pone al cordero partido en cuartos. Se le pone sal y agua y se añade zumo de limón. Antes de meterlo al horno de leña, se le echa un majado hecho con ajo, perejil y un poco de vino añejo.

Julia Fernández

Oveja talaverana
Oveja talaverana

 CORDERO A LA MAJADA

Preparación

Se adoba el cordero con sal, ajo, perejil y pimienta machacada. Se coloca en una fuente y se riega con vino blanco y aceite. Se ponen alrededor unas hojas de tomillo, hierba buena y laurel. Se cubre con rodajas de cebollas y se introduce en el horno para asar. Se pone encima un papel engrasado para que no se queme. Para servir se pasa la salsa por el colador.

Julia Fernández

*CALDERETA CONQUENSE

Preparación

Se fríe bien la carne de cordero partida en trozos pequeños, se le añade una cucharada de harina y un “botellón” de cerveza. Un momento antes de servir se le agrega ajo y perejil muy picado.

Julia Fernández

CUCHIFRITO

Preparación

Se corta la carne de cordero en trozos más bien pequeños, se ponen en una cazuela de barro y se sazonan con sal, dejándolo toda la noche al fresco. Al día siguiente, se añade un vaso de vino blanco y cien gramos de jamón cortado a trozos. Aparte se prepara un majado con almendras peladas, perejil, cominos, clavos, nuez moscada y pimentón. Cuando todo está muy bien majado se le añade un par de tomates pelados y triturados y se vierte sobre la carne, para que cueza lentamente hasta que esté bien tierna . Se rectifica de sal y en el momento de servir se pican un par de huevos cocidos y se echa por encima un poquito de perejil.

Julia Fernández

CALDERETA DE CORDERO

Preparación

Se hacen trozos utilizando sobre todo las piernas del cordero. Para una pierna de cordero echa trocitos, se le pica una cebolla, dos o tres ajos también picados, dos pimientos rojos de los secos, aceite de oliva y sal. Se cubre todo con vino y mitad de agua, una hoja de laurel y que cueza. Cuando casi está cocido se pelan diez o doce almendras, se cuecen dos huevos, se machaca todo en el mortero y se deja que se cueza todo mezclado con el cordero durante diez minutos más.

Blanca Fernández

 RIÑONES AL JEREZ

Ingredientes

1 Kg de riñones de cordero (se puede hacer de cualquier clase)

Una cebolla

1 Vaso pequeño de aceite

1 Vaso pequeño de vinagre

3 Ajos

3 Ramas de perejil

1 Hoja de laurel

Un vino blanco que sea bueno

Preparación

Se limpian y se parten en trozos los riñones y se ponen en una sartén con el vinagre para que se limpien del orín. Se ponen en un escurridor. Se maja la cebolla. Se le da una vuelta cuando la cebolla está tierna. Se machaca el ajo y el perejil y se les echa con el vino en la sartén. Tiene que cocer muy poquito porque si no se ponen duros.

TEJOS MILENARIOS DE NAVALTORIL

LOS TEJOS MILENARIOS

Ejemplar milenario de tejo en Navaltoril, Robledo del Mazo
Ejemplar milenario de tejo en Navaltoril, Robledo del Mazo

Los ejemplares de esta desconocida tejeda son de grandes dimensiones u de gran antigüedad como se deduce del grosor de sus troncos que en algunos de ellos han sido quemados en su interior. Comparado el mayor de ellos con otros repartidos por el territorio nacional que son considerados como los más antiguos de Europa, como el de Bermiego en Asturias, no tienen éstos nada que envidiarles.

Se encuentra esta mancha de tejos en la umbría de la sierra de la Hiruela, frente a la aldea de Navaltoril en el municipio de Robledo del Mazo.

Ejemplar milenario de tejo en Navaltoril, Robledo del Mazo
Ejemplar milenario de tejo en Navaltoril, Robledo del Mazo

Es un árbol considerado mágico por los pueblos celtas y nuestra comarca estuvo poblada por ellos, concretamente por el pueblo vettón. Se utilizó desde la antigüedad como veneno  y aparece en los clásico como instrumento frecuente de suicidio.

Este árbol,que puede llegar a tener 1500 años de antigüedad se repartía por toda nuestra comarca como se deduce de los numerosos topónimos «tejeda» que encontramos tanto en La Jara, la Sierra de San Vicente o Gredos.

UNA MAJADA DE CELTAS DEL SIGLO XX

No muchos conocen esta magnífica restauración de una majada de pastores de Gredos rehabilitada muy cerca del castro celta de El Raso en Candeleda.

Majada de Braguillas rehabilitada en El Raso de Candeleda
Majada de Braguillas rehabilitada en El Raso de Candeleda

En un agradable paseo desde la plataforma de aparcamiento del castro o desde el mismo castro según indica el plano adjunto,  se puede subir hasta un collado cercano donde todavía se conserva este magnífico conjunto que nos ilustra sobre una forma de vida que hasta hace pocos años se ha mantenido en estos valles del sistema central poblados hace dos mil años por los vettones.

Dos de las construcciones restauradas de la majada de Braguillas

Los chozos y corrales para el ganado, las queseras para permitir la temperatura adecuada para la fermentación del queso manteniendo la temperatura a menos de 14 º, o los hornos de pan son algunos elementos de estas majadas rehabilitadas con acierto por el Parque de Gredos y que también podemos visitar por ejemplo en el Nogal del Barranco, cerca de «la Cabra», el monumento donde acaba la carretera que desde Guisando nos aproxima a Los Galayos.

Chozo y berenga o corral de cabras en la majada de braguillas

Mampostería de granito para los muros, techos de piornos o escobas y remates de las cumbreras con troncos partido por la mitad y vaciados son algunos de los elementos que comentaremos más extensamente en otras entradas próximas sobre las formas de vida de los pastores del alto Gredos.

Excavaciones del castro y su muralla desde la senda que lleva a la majada de Braguillas

Hay que pedir la llave de la majada de Braguillas al guarda del castro de El Raso para ascender en menos de una hora. La majada de Guisando no está cercada y es de libre acceso

Esquema del acceso a la majada de Braguillas

RELATO SOBRE CAÑADAS Y TRASHUMANTES

CAÑADAS Y CORDELES:

Puente medieval construido entre La Mesta y el Concejo de Talavera para el paso de un cordel trashumante
Puente medieval construido entre La Mesta y el Concejo de Talavera para el paso de un cordel trashumante

Marzo de 1557

Esa mañana el movimiento era febril en la venta. El olor del pan recién cocido daba al amanecer un aroma de placidez. Los rabadanes daban órdenes a los zagales que  intentaban agrupar a sus hatos con los mastines, separando las ovejas extraviadas de rebaños ajenos entre el ir y venir de las carretas de la Real Cabaña. Los bueyes venían tirando desde la Mancha de largas hileras de carros con la leña que habían cargado en los montes de Toledo y que después venderían a los alfareros talaveranos. En la villa cargarían tejas vidriadas y cacharros para llevarlos hasta Sevilla y embarcarlos con destino a las Indias.

Tenían que darse prisa. Allí mismo iba a tener lugar una vista del Alcalde Entregador de la Mesta a causa de la denuncia de los pastores. Tenía que juzgar el rompimiento de la cañada por unos vecinos que habían cultivado unas viñas en ella.

Los hateros estaban acabando de cargar el pan, la ropa y los utensilios en sus caballos. De uno de ellos colgaban las pieles de dos lobos que los perros habían matado poco antes de cruzar el puerto del Pico. Un comerciante vendía a los trashumantes la sal que portaba en sus borricos. En unos minutos, los cientos de ovejas despejaron el lugar para ir a beber a la fuente de un descansadero cercano, donde permanecerían mientras los ganaderos curioseaban como espectadores en el juicio que iba a tener lugar.

Rebaño por la cañada leonesa a través del Baldío de Velada

El concejo de la villa había sido reunido a campana tañida. Los alcaldes, regidores y hombres buenos llegaron todos juntos al lugar. Una polvareda a lo lejos indicaba que la comitiva del Honrado Alcalde y Entregador Mayor de las mestas y cañadas de Su Majestad estaba próxima. Más de doscientas personas entre escribanos, criados, secretarios y gente armada formaban su séquito. Los ganaderos se descubrían a su paso y, montado en su caballo engalanado para la ocasión, avanzaba el hombre que tenía la capacidad de juzgar todos los hechos acaecidos en las cañadas, cordeles y veredas, o que tuvieran relación con los hombres y ganados de la Mesta que transitaban por ellos. Iban llegando más curiosos hasta que una multitud se reunió en torno al estrado que los hombres del Entregador habían montado el día anterior bajo un toldo.

Fuente en la Cañada Leonesa Oriental a la altura de Almendral de la Cañada

Con gran ceremonia, el juez de las cañadas tomó asiento y ante él compareció el  procurador del Honrado Concejo de la Mesta. Con un largo discurso acusó a algunos vecinos de la villa de haber plantado panes y viñas en la cañada y de hacer a los rabadanes y pastores diferentes injurias, quebrantándoles sus hatos y llevándoles sus ganados. Pidió que la cañada fuese abierta de nuevo arrancando las cepas que en ella se habían plantado y quitando los cercados. También solicitaba una compensación de diez mil maravedíes para los ganaderos afectados directamente. El concejo de la villa protestó por las numerosas ocasiones en que los ganados habían invadido al atravesar su término las cinco cosas vedadas: panes, dehesas, viñas, huertas y prados de guadaña. Además, era sabido que los serranos habían intentado eludir el pago de la la asadura a la Santa Hermandad Real y Vieja de Talavera cuando cruzaban el puerto de Berrocalejo, y como el Entregador sabía, los cuadrilleros hermandinos debían cobrar esa renta, pues con ella se protegían las cañadas y despoblados de los bandidos y los ladrones de ganado.

El «Venturro» de Ventas de San Julián en la Cañada Leonesa Occidental

El Entregador respondió que eso, aunque fuera cierto, no les excusaba de los rompimientos de cañadas y era su obligación hacer cumplir las cartas y privilegios que los reyes habían otorgado al Honrado Concejo, siempre que los testigos confirmaran las acusaciones. Para ello ordenó al concejo de la villa que designara seis hombres buenos para que con el Alcalde Entregador andaran y apearan la cañada usurpada, lo que les mandó que cumplieran si no querían incurrir en las penas contenidas en las cartas y privilegios del Rey.

LOS GRABADOS RUPESTRES DE ANCHURAS EN LA JARA

Vista del orden de los circulos grabados de la Etrera. Rio Estenilla. Anchuras

Vista del orden de los circulos grabados de la Etrera. Rio Estenilla. Anchuras. FOTO DOMINGO PORTELA

Los grabados rupestres postpaleoliticos de “La Etrera”. Rio Estenilla. Anchuras. Ciudad real (España). Una nueva estación con grabados rupestres en la Comarca de La Jara
DOMINGO PORTELA HERNANDO
MIGUEL MÉNDEZ-CABEZA FUENTES

RESUMEN: En este trabajo presentamos el estudio de una nueva estación con grabados rupestres postpaleolíticos al aire libre “La Etrera”, que se encuentra en la margenderecha del río Estenilla en el término municipal de Anchuras (Ciudad Real).
Fueron descubiertos por Javier Méndez – Cabeza Sánchez en 1991 y dados a conocer en la prensa local por Miguel Méndez-Cabeza Fuentes.

En el estudio que presentamos describimos los aspectos técnicos e iconográficos, clasificamos los motivos por tipos, buscamos sus paralelos, proponemos su cronología y la comparamos con las cercanas estaciones, ya publicadas (Portela 2006), de “El
Martinete” (Alcaudete de la Jara) y “La Zarzuela” (La Nava de Ricomalillo).
Esta nueva estación viene a incrementar el número de lugares con grabados rupestres en la Comarca de La Jara y los Montes de Toledo, amplia el catálogo de motivos conocidos en la zona y plantea nuevas interrogantes sobre su dispersión y significado.
PALABRAS CLAVE: Arte postpaleolítico. Montes de Toledo. Comarca de La Jara. Anchuras. Estación de arte rupestre “La Etrera”. Grabados aire libre. Edad del Bronce.
ABSTRACT: In this project we present the study of a new art station with postpaleolithic art engravings open air “La Etrera”, located on the right bank of the Estenilla river in the municipality of Anchuras located (Ciudad Real). They were discovered
by Javier Mendez – Cabeza Sánchez in 1991 and released in the local press by Miguel Méndez- Cabeza Fuentes.
In the study presented here we describe the technical and iconographic aspects, we classify the reasons types, seek their parallel, we propose chronology and compared
with nearby stations already published (Portela 2006), “El Martinete” (Alcaudete de la Jara ) and “La Zarzuela” (La Nava de Ricomalillo).
This new station is to increase the number of places with rock engravings in the La Jara´s shire and Toledo´s Mountains, extensive catalog of known motifs in the area and raises new questions about its dispersion and meaning.
KEYWORDS: Postpaleolithic art. Toledo´s Mountains. La Jara´s shire. Anchuras. “La Etrera” rock art station. Engravings open air. Bronze Age.

Los grabados inéditos que presentamos fueron descubiertos de manera casual por Javier Méndez-Cabeza en 1994 y que tengamos noticias no ha sido objeto de ningún estudio ni mención, solo conocemos una breve reseña sobre su descubrimiento y un dibujo publicado Miguel-Méndez Cabeza en el periódico local la Voz de Talavera en 1994.

Entorno de los Grabados en el río Estenilla de Anchuras
Entorno de los Grabados en el río Estenilla de Anchuras. FOTO DOMINGO PORTELA

Esta nueva estación con arte rupestre formaba parte del estudio del conjunto de grabados y pinturas postpaleolíticas en los Montes de Toledo. Respecto a la Jara que es la zona que nos ocupa donde se localizan los grabados de la Etrera, se conocen dos importantes estaciones, “El Martinete” y “LaZarzuela”.
El abrigo de El Martinete, (Alcaudete de la Jara), en la orilla izquierda
del río Gébalo, junto al cauce, conserva cinco paneles, que fueron grabados durante toda la Edad de Bronce, en los que conviven algunas pinturas ocres, en estudio, y numerosos grabados realizados principalmente por picado, entre ellos destacan los antropomorfos semiesquemáticos y esquemáticos, los zoomorfos y los carros. El lugar fue dado a conocer por D. Fernando Jiménez de Gregorio, en 1973. La estación al aire libre de la “La Zarzuela” (La Nava de Ricomalillo), en la que sobre un afloramiento de pizarras aparecen grabados tres paneles de la I Edad del Hierro, fue dada a conocer por Miguel Méndez Cabeza en las Actas del I Congreso de Arqueología de la provincia de Toledo en 1990. Ambas estaciones rupestres, “El Martinete” y “La Zarzuela”, fueron estudiadas en 1993 por Domingo Portela Hernando quien la presentó en 1994, como tesina, en el Departamento de Prehistoria e Historia Antigua de la UNED y fueron publicadas en las actas del Congreso de Arte Rupestre Esquemático
en la Península ibérica en 2006.
Localizacion y características Los grabados están hechos al aire libre, junto a la orilla del río, en una zona inundable, que en algunas épocas pudo estar cubierta de agua, sobre una roca plana de pizarra, un poco más baja que las rocas que la rodean y ligeramente inclinada hacia el río, lo que permitiría poder deslizarse por ella.
Aunque presentan un alto grado de erosión, que no permite casi ni verlos durante la mayor parte del día, están en muy buen estado y no han sufrido ningún tipo de agresión antrópica.

Dibujo esquemático sobre los grabados rupestres de La Etrera en el río Estenilla de Anchuras
Dibujo esquemático sobre los grabados rupestres de La Etrera en el río Estenilla de Anchuras

Contexto histórico-arqueológico, geológico y geográfico
Los grabados de La Etrera se hallan en el término municipal de Anchuras de los Montes, localidad situada en la provincia de Ciudad Real, pero que geográfica e históricamente pertenece la comarca de La Jara. Este extenso territorio es el alfoz de repoblación medieval de Talavera de la Reina, ciudad que aún hoy mantiene su influencia económica y de servicios sobre la localidad de Anchuras. Esta situación especial es la que ha hecho que se denomineel término de este municipio el “Enclave” o “Rincón” de Anchuras (Jiménez 1953). Su territorio se compone de la propia población de Anchuras
y sus cuatro aldeas: Encinacaída, La Enjambre, Gamonoso y Huertas del Sauceral, localidad ésta última que se encuentra más próxima a los grabados objeto de este artículo. Todos estos pueblos se sitúan en las estribaciones hacia el sur de las sierras de Altamira, La Hiruela y Sevilleja. Geológicamente la zona se encuentra como la mayor parte de La Jara sobre rocas consolidadas silíceas y de gran antigüedad sobre las que predominan las pizarras. Las zonas más elevadas de los serratos están formadas por crestas cuarcitas con pedrizas a veces muy extensas tendidas sobre las laderas. Los afloramientos graníticos que se dan más en la zona norte de la comarca, así como los pizarrosos de la zona que nos ocupa están cubiertos por arcillas y cantos de cuarcita formando extensas llanuras llamadas rañas,
cortadas y delimitadas por profundos surcos que han sido excavados por los cursos de agua. Se trata de un relieve “apalachense” y en el área donde se localizan los grabados el suelo está compuesto por pizarras silíceas, litarenitas y areniscas de la serie anteordovícica superior (Muñoz 1991).
Las sierras cuarcíticas al norte de los grabados de La Etrera ascienden
por encima de los 1300 metros mientras que las rañas se sitúan entre los 600 y los 700 metros. La estación rupestre se encuentra en la orilla de uno de los ríos que ha excavado este territorio, el Estenilla. Los suelos pizarrosos y de cuarcita son en general muy pobres por loque los cultivos se limitan prácticamente a las llanuras cerealistas de las rañas y a los olivares de las “barreras” y llanuras de menor pendiente cercanas a los pueblos. Los pastos son de buena calidad pero escasos y algunos huertecillos se riegan con las numerosas corrientes de ríos y arroyos que atraviesan la zona, aunque tienen regímenes caudalosos en época de lluvias pero con estiajes prolongados en verano. El caudal medio de los ríos comarcanos es de unos 2 m/s en la desembocadura.
Las precipitaciones son más abundantes según ascendemos orográficamente a las sierras adyacentes llegando hasta los 1000 l./m2 con temperatura media anual inferior a los 14º, mientras que en las zonas más bajas como la que aloja los grabados oscilan las lluvias entre los 400 y 600 l./m2, según la cercanía a las elevaciones serranas, sobrepasando los 15º de temperaturamedia.
La minería ha sido un recurso aprovechado durante siglos. En el entorno La zona fue rica asimismo en balnearios populares cuyas propiedades medicinales eran aprovechadas por los vecinos para aliviar sus patologíasreumáticas.
La caza sigue siendo aún hoy, junto al olivar, el principal recurso económico de la zona por las extensísimas zonas de monte bajo cerrado, jarales, encinares y alcornocales con robles, quejigos, enebrales y pinares de repoblación.
Una rica flora y fauna muy similar a la del colindante Parque Nacional
de Cabañeros, con los venados y jabalíes como especies cinegéticas
más abundantes. La pesca de sus ríos pudo ser en la zona un recurso de cierta importancia para las gentes de la prehistoria y la miel es otra de las producciones tradicionales y, de hecho, sus primeros repobladores medievales fueron colmeneros.
El río Estenilla, en cuyas riberas se localizan los grabados, nace en el
cercano término de otra población jareña, Los Navalucillos. Discurre en suprimer tramo en dirección sur por terreno montuoso para girar hacia el oeste y pasar junto a la aldea de Los Alares. Después de dar agua a algunos huertecillos y molinos hidráulicos, toma de nuevo la dirección sur para llegar asu desembocadura en el Guadiana, en los reculajes del embalse de Cijara y muy cerca de la desembocadura de otros dos ríos que confluyen casi juntos: el Estena y el Estomiza.
Estos ríos fueron sin duda las primitivas vías de comunicación de una
zona tan retirada y agreste, además de los caminos que llegaban desde Talavera de la Reina, la ciudad capital del alfoz al norte, y los que llegaban desde el sur, sin localidades importantes hasta desplazarnos muy al mediodía en la llamada Siberia extremeña y el señorío de la Puebla de Alcocer.
Un poco más al norte de los grabados cruza un puente que por su aspecto parece haberse construido en el siglo XIX, tal vez para aprovechar los recursos mineros y para conectar estos territorios con el sur, pues el camino que por él cruza el río viene desde la localidad de El Bohonal, hoy con escasos habitantes pero que fue uno de los primeros núcleos en ser repoblados después de la batalla de Las Navas de Tolosa.
Desde ese momento la frontera entre árabes y cristianos bajó desde el Tajo hasta el Guadiana, dejando el enorme desierto de La Jara para ser repoblado desde Talavera. De hecho, la población madre de Anchuras fue Sevilleja de La Jara, repoblada por mozárabes sevillanos (y también cordobeses que poblaron la cercana Cordobilla, hoy desaparecida). Iban encabezados por su obispo Clemente que pidió tierras al concejo talaverano tras su huida de la represión de los almohades.
Madoz en su Diccionario Geográfico dice que “el terreno es sumamente montuoso, áspero y cruzado de sierras en todas direcciones”. Hemos de recordar también para ilustrar lo apartado y agreste de estos territorios que es aquí donde se producen las incursiones primeras de los Golfines, bandoleros que hubieron de ser reprimidos por la Santa Hermandad Real y Vieja de Talavera
antecedente como policía rural de la Guardia Civil y que se funda
como una cofradía de autodefensa de los colmeneros perjudicados por las incursiones de los salteadores. Partidas carlistas o de guerrilleros antifranquistas también se refugiaron en estos montes.
En cuanto al entorno arqueológico de los grabados solamente podemos hacer referencia a las azuelas y hachas pulimentadas halladas en las rañas y a algunos topónimos como “La Torrezuela” o “Las Ruinas” en el valle del de Anchuras y la localidad de Sevilleja, de la que dependía como anejo hasta hacerse municipio independiente en 1785, se han documentado cerca de medio centenar de explotaciones mineras, especialmente de galenas argentíferas
y hierro, además de una mina de oro muy próxima, en la localidad de
la Nava de Ricomalillo, la llamada mina La Oriental de Sierra Jaeña, la más importante explotación aurífera en el territorio nacional durante los siglos XVII y XVIII y que parece haber sido aprovechada desde tiempos romanos. De ella se extraía el metal para elaborar las conocidas durante el siglo XVII como doblas jaeñas.
En Anchuras se explotó hasta los años ochenta la mina de plata El Brillante, la última en cerrar en la zona y de cuya presa se abastece de agua potable actualmente el pueblo. Colindante con Anchuras se encuentra la localidad de Minas de Santa Quiteria, que es el lugar más cercano a los grabados en el que se documentan minas de cobre así como en el paraje de El Labradillo, en Sevilleja.
(Montero et al. 1990; Urbina et al. 1994).
En algunos de estos yacimientos es tan frecuente el hallazgo de cierta
proporción de estaño junto al cobre que podríamos hablar de aleación natural de bronce, circunstancia que podría explicar los relativamente numerosos asentamientos del calcolítico y el bronce en La Jara, a pesar de ser tan escasos sus recursos agrícolas (Carrobles y Méndez-Cabeza 1991).
En cuanto a otros yacimientos de cobre que pudieran condicionar la presencia de grupos humanos en la Edad del Bronce la extracción más cercana se encuentra en la localidad de Aldeanueva de San Bartolomé, en la conocida como mina de La Borracha.
Hay algunas instalaciones de aprovechamiento del mineral, tanto en lapropia Anchuras junto al río Fresnedoso, como en localidades colindantes. Es el caso de las importantes ferrerías de El Mazo en Navalucillos, el Martinete que da nombre a un paraje en término de Alcaudete de La Jara o el mazo que da apellido al municipio situado al norte de Anchuras, Robledo del Mazo. En este mismo municipio se encuentra también el topónimo minero de arroyo de los Lavaderos. Hay referencias en la obra de Larruga a minas de cobre en término también de Alcaudete. En Campillo de la Jara se
han hallado minerales de cobre y estaño. En Los Navalmorales se encontraban las ferrerías de la Herrera y también hay referencias a la existencia de plomo y cobre. En la cercana aldea de Robledo del Buey en el río Estenilla, aguas arriba de los grabados de La Etrera también hay restos de una mina de galena.

La zona fue rica asimismo en balnearios populares cuyas propiedades
medicinales eran aprovechadas por los vecinos para aliviar sus patologías reumáticas. La caza sigue siendo aún hoy, junto al olivar, el principal recurso económico de la zona por las extensísimas zonas de monte bajo cerrado, jarales, encinares y alcornocales con robles, quejigos, enebrales y pinares de repoblación.
Una rica flora y fauna muy similar a la del colindante Parque Nacional
de Cabañeros, con los venados y jabalíes como especies cinegéticas
más abundantes. La pesca de sus ríos pudo ser en la zona un recurso de ciertaimportancia para las gentes de la prehistoria y la miel es otra de las produccionestradicionales y, de hecho, sus primeros repobladores medievales fueron colmeneros.
El río Estenilla, en cuyas riberas se localizan los grabados, nace en el
cercano término de otra población jareña, Los Navalucillos. Discurre en su primer tramo en dirección sur por terreno montuoso para girar hacia el oestey pasar junto a la aldea de Los Alares. Después de dar agua a algunos huertecillos y molinos hidráulicos, toma de nuevo la dirección sur para llegar a su desembocadura en el Guadiana, en los reculajes del embalse de Cijara y muy cerca de la desembocadura de otros dos ríos que confluyen casi juntos: el Estena y el Estomiza.
Estos ríos fueron sin duda las primitivas vías de comunicación de una
zona tan retirada y agreste, además de los caminos que llegaban desde Talavera de la Reina, la ciudad capital del alfoz al norte, y los que llegaban desde el sur, sin localidades importantes hasta desplazarnos muy al mediodía en la llamada Siberia extremeña y el señorío de la Puebla de Alcocer.
Un poco más al norte de los grabados cruza un puente que por su aspecto parece haberse construido en el siglo XIX, tal vez para aprovechar los recursos mineros y para conectar estos territorios con el sur, pues el camino que por él cruza el río viene desde la localidad de El Bohonal, hoy con escasos habitantes pero que fue uno de los primeros núcleos en ser repoblados después de la batalla de Las Navas de Tolosa.
Desde ese momento la frontera entre árabes y cristianos bajó desde el Tajo hasta el Guadiana, dejando el enorme desierto de La Jara para ser repoblado desde Talavera. De hecho, la población madre de Anchuras fue Sevilleja de La Jara, repoblada por mozárabes sevillanos (y también cordobeses que poblaron la cercana Cordobilla, hoy desaparecida). Iban encabezados por su obispo Clemente que pidió tierras al concejo talaverano tras su huida de la represión de los almohades.
Madoz en su Diccionario Geográfico dice que “el terreno es sumamente montuoso, áspero y cruzado de sierras en todas direcciones”. Hemos de recordar también para ilustrar lo apartado y agreste de estos territorios que es aquí donde se producen las incursiones primeras de los Golfines, bandoleros que hubieron de ser reprimidos por la Santa Hermandad Real y Vieja de Talavera
antecedente como policía rural de la Guardia Civil y que se funda
como una cofradía de autodefensa de los colmeneros perjudicados por las incursiones de los salteadores. Partidas carlistas o de guerrilleros antifranquistas también se refugiaron en estos montes.
En cuanto al entorno arqueológico de los grabados solamente podemos hacer referencia a las azuelas y hachas pulimentadas halladas en las rañas y a algunos topónimos como “La Torrezuela” o “Las Ruinas” en el valle del Estenilla, al norte de los grabados, así como una Laguna de los Moros tambiéncerca del cercano pueblo de Los Alares y en cuyo entorno se han halladoescorias de fundición con hierro, plomo e indicios de zinc y plata.
En las cumbres cercanas de La Jara Alta, al noroeste de los grabados hay algunos topónimos de etimología probablemente más morfológica que arqueológica, como son “El Castillazo” o “El Atalayón”, aunque hay otros como “Las Moradas”, cumbre más elevada de la zona donde sí que se perciben restos de construcciones precarias, que son de difícil datación pues no aparecen materiales en superficie. Para algunos serían lugares elevados de refugio en la época de la Reconquista, con el significado que, por ejemplo, le
da Santa Teresa al término “Las Moradas”, como lugar de refugio y aislamiento, y para otros puede tratarse de castros de ocupación temporal para aprovechamientos de pastos altos, muy similares al yacimiento estudiado en la cumbre de la cercana sierra de La Estrella. Por último, algunos piensan que son simplemente asentamientos pastoriles de difícil concreción cronológica.

Elementos individualizados de los grabados de La Etrera en el río Estenilla de Anchuras
Elementos individualizados de los grabados de La Etrera en el río Estenilla de Anchuras

Metodología
La piedra donde están los grabados estaba casi limpia, solo tenía en la
superficie algunas colonias de líquenes y musgos, que cubrían parcialmente los motivos y en las grietas y laterales algunas hierbas. Los líquenes se eliminaron utilizando espátulas de plástico y madera, más blandas que el soporte, y se limpiaron con agua y cepillos suaves y las hierbas se arrancaroncon raíz.
Como es habitual en nuestros trabajos de campo hicimos un calco directo sobre plástico transparente intentando ver y reflejar en los posible los detalles, el los contornos y las irregularidades del soporte, procurando se lo más fiel posible, ya que por alto grado de erosión el trabajo era difícil.

Los grabados se fotografiaron en un día soleado, a diferentes horas del día funcionando muy bien, para poder ver las figuras, resaltar los motivos y apreciar la técnica empleada, las que hicimos a la caída de la tarde, con la luz del sol incidiendo sobre los motivos en un ángulo entre 60 /70 grados, ya que después, con un ángulo, menor algunas figuras comenzaban a estar poco iluminadas o en zonas de sombra. Por la mañana y a mediodía las figuras casi no se aprecian y pasan desapercibidas. Para el dibujo definitivo utilizamos el calco y las fotografía ampliadas a tamaño natural. Somos de la opinión que los calcos directos, denostados por algunos investigadores, en los que a los grabados se refiere y cuando el soporte lo permite, son casi imprescindibles, ya que permiten que el investigador este en contacto con el soporte y la obra, con un grado de atención y posibilidad de conocer detalles y aspectos, como la forma de ejecución,diferencia de trazos y profundidad, diferentes herramientas, las dificultades
físicas a la que tuvo que enfrentarse el autor para hacerlos, la incidencia de la luz, la situación respecto a los montes y el rio…, que difícilmente puede llegar a conocer por una imagen.
Aunque consideramos el panel como un conjunto y no como motivos
aislados, para intentar averiguar datos que se nos podían escapar hemos considerado conveniente el estudio de cada motivo por separado, pero teniendo en cuenta y recogiendo su relación con el resto, para diferenciarlos los hemos numerado, comenzando por la parte superior del panel, la más alta y alejada de la orilla, también hemos tenido en cuenta la posición y orientación del antropomorfo. Como el primer motivo que aparece es uno de los cuatro motivos
independientes de círculos concéntricos, hemos preferido por si están relacionados, numerarlos todos seguidos, de arriba abajo, según orden de aparición, numerando después el geométrico (5) y el antropomorfo (6).
Características técnicas y motivos
La roca que les sirve de soporte tiene forma rectangular, mide de alto
en el centro 1,67 m y en el lateral derecho 1,48 cm, de ancho, en la parte superior 86 cm, en el centro 77 cm y 94 cm en la parte inferior.
Los grabados, cuatro motivos independientes de círculos concéntricos, un geométrico y un antropomorfo están tallados, por piqueteado sobre una laja de pizarra que previamente regularizaron y alisaron para dejarla plana. El piqueteado parece en principio, ya que su alto grado de erosión puede llevar a error, que es igual o similar en todas las figuras y fue hecho dando pequeños golpes contiguos, que producían pequeños levantamientos de la roca, hasta formar la figura deseada. Las incisiones, que tienen muy pocosmm una profundidad, tienen sección semicircular, con el fondo irregular, sin pulir, y un ancho que oscila entre 1 y 2 cm. En la cabeza del antropomorfo
da la impresión que los piqueteados del circulo exterior, del interior y su relleno, son semicirculares, más pequeños, están más juntos y no marcan claramente los contornos de los círculos ya que algunos no se tocan entre sí. Hemos de mencionar que entre la pierna izquierda del antropomorfo, el motivo de círculos concéntricos 2 y el geométrico, se aprecian unas incisiones finas y poco profundas hechas posiblemente con un instrumento de corte, que, aunque con muchas dudas, pudieran pertenecer a alguna figura perdida.

Un detalle de los grabados de Anchuras

Junto al círculo concéntrico más cercano al antropomorfo parecen observarse los restos de unos trazos incisos, no hechos picando la superficie, de los que no hay más que algunos trazos pequeños , y muy finos hechos posiblemente con un instrumento de corte rayando y cortando la pizarra, que por su tamaño y forma no se pueden identificar ninguna figura, ni determinar su forma, raya horizontal ver si corta al círculo concéntrico, ver el posible ramiforme, identificar sobre foto algunos nuevos , pero que como no coinciden con las líneas naturales de los esquitos de la pizarra, consideramos
que pudieran ser motivos.
Los círculos concéntricos
Los círculos concéntricos ocupan el centro del soporte y están distribuidos en una banda en zig-zag, en la que se alternan uno grande a la derecha y uno más pequeño a la izquierda. Puede decirse que están tallados dentro de un rectángulo vertical, que se separa del lado izquierdo 22 cm y 27 del derecho, de 38 cm de ancho y el mismo largo, 1,67 cm, que el soporte.

Motivo 1 – Círculos concéntricos de 6 círculos.
Este motivo de círculos concéntricos se localiza en la parte superior del panel a 27 cm del borde, a 29 cm del lateral derecho, a 27 cm del izquierdo y a 112 cm del final del panel. Está formado por 6 anillos concéntricos, que se conservan casi completos, separados entre sí entre 1 y 3 cm, tiene de diámetro 30 cm, está separado de la cabeza del antropomorfo 10 cm y del motivo dos, círculos concéntricos, 8 cm. Desde el centro al final del panel hay 128 cm, a los laterales izquierdo y derecho unos 43 cm y a la parte superior 41 cm, por lo que podemos decir que está centrado respecto a la parte superior
y los bordes. Del centro de este motivo al centro del motivo dos, círculos concéntricos, hay 31 cm, al motivo tres, círculos concéntricos, 52 cm, al cuatro, también circulos concentricos,114 cm, al geométrico (5) 45 cm y al centro de la cabeza del antropomorfo 32 cm.

Motivo 2 – Círculos concéntricos de 4 círculos.
Este motivo de círculos concéntricos se localiza en la parte superior, debajo del círculo concéntrico uno del que solo está separado 8 cm, a la izquierda del antropomorfo del que solo está separado 5, 5 cm de la pierna y 2,5, del brazo y abajo el geométrico del que solo está separado 1 cm. A la derecha a 10 cm se encuentra el motivo de círculos concéntricos tres. La distancia que hay al borde izquierdo es de 22 cm, al derecho 39, 5 cm, 61 cm de la parte superior y 90 cm del final del panel. Está formado por 4 anillos concéntricos, que se conservan completos, separados entre sí entre 0,5 y 2 cm y tiene un diámetro de 17×17 cm.
Desde el centro al final del panel hay 100 cm, al lateral izquierdo 30 cm, al derecho 48 cm y a la parte superior 68 cm. Del centro de este motivo al centro del motivo uno, (círculos concéntricos), hay 31 cm, al motivo tres, (círculos concéntricos), 30 cm, al cuatro (círculos concéntricos), 86 cm, al geométrico (5) 15 cm y a la cabeza del antropomorfo, 26 cm.
Motivo 3 – Círculos concéntricos de 6 círculos.
Este motivo de círculos concéntricos se localiza en centro del panel,
junto al geométrico del que solo está separado 5 cm y a 10 cm del motivo dos, círculos concéntricos, ambos a la derecha. Al borde izquierdo hay 36,5 cm, al derecho 17 cm, 81 cm a la parte superior y 63 cm del final del panel.
Está formado por 6 anillos concéntricos, que se conservan completos,
separados entre sí entre 0,5 y 2 cm, su forma es ligeramente ovalada y mide 18 x 21 cm. Desde el centro del motivo al final del panel hay 76 cm, al lateral izquierdo 48 cm, al derecho 30 cm, a la parte superior 92 cm, al motivo uno, (círculos concéntricos), 52 cm, al motivo dos, (círculos concéntricos), 30 cm, al cuatro, (círculos concéntricos), 63,5 cm, al geométrico (5) 20 cm y a la cabeza del antropomorfo, 56 cm.
Motivo 4 – Círculos concéntricos de 4 círculos.
Este motivo de círculos concéntricos se localiza al final del panel separado 55 cm del geométrico y 40 cm del motivo tres (círculos concéntricos). La distancia que hay desde este motivo al borde izquierdo es de 30 cm, al derecho 33 / 50 cm y al final del panel, 6 cm.
Está formado por 4 anillos concéntricos, muy erosionados, separados
entre sí entre 0,5 y 2 cm, su forma es ligeramente ovalada y mide 18 x 21 cm.
Desde el centro al final del panel hay 17 cm, al lateral izquierdo 36 cm,
al centro del motivo uno (círculos concéntricos) hay 114 cm, al motivo dos, (círculos concéntricos) 86 cm, al tres (círculos concéntricos) 63,5 cm, al geométrico (5) 71 cm y a la cabeza del antropomorfo, 108 cm.

Detalle de los grabados de La Etrera con el antropomorfo
Detalle de los grabados de La Etrera con el antropomorfo

Motivo 5 – Geométrico.
Este motivo de círculos concéntricos se localiza entre los concéntricos dos y tres, de los que está separado 1 cm y 5 cm, y junto a la pierna del antropomorfo, de la que solo está separado 8 cm La distancia que hay desde este motivo al borde izquierdo es de 25 cm, al derecho 42,5 cm, al borde superior 78,5, y al final del panel, 89 cm. Tiene forma rectangular ovalada con las esquinas redondeadas y el lado inferior semicircular vuelto hacia adentro, y fue tallada, como el resto de motivos, por piqueteado. En diagonal el interior mide 7,5 por 7,5 cm y el ancho del piqueteado es de 1/ 1,3 cm.
Desde el centro, al lateral izquierdo, hay 29,5 cm, al derecho 42,5 cm,
al centro del motivo uno, (círculos concéntricos),45 cm, al motivo dos,
(círculos concéntricos), 15 cm, al tres, (círculos concéntricos), 20 cm, al
cuatro, (círculos concéntricos), 71 cm, y a la cabeza del antropomorfo,
39,5 cm.
Motivo 6 – Antropomorfo.
El antropomorfo está a solo a 5,5 cm del borde izquierdo entre los concéntricos uno, del que está separado 10 cm, y dos, del que solo está separado 5,5 cm de la pierna izquierda, 2,5, del brazo y el geométrico, del que está separado 8 cm. Mide de altura 47 cm y de ancho 22 cm y en tiene marcadas la cabeza, que se encuentra a 126 cm del final del panel, los brazos, a 98 cm, y piernas a 79 cm, no tiene de tronco por lo que la cabeza, los brazos
y las piernas se unen en el mismo sitio, a 111 cm del final del panel, sin
que se marque el cuello. La cabeza está separada de la parte superior del panel 39 cm, del borde izquierdo 5,5 cm, y del derecho 65 cm. Del centro de la cabeza al lateral izquierdo hay 12,5 cm, al derecho 73,5 cm, al centro del motivo uno, (círculos concéntricos), 32 cm, al dos, (círculos concéntricos), 26 cm, al tres, (círculos concéntricos), 56 cm, al cuatro, (círculos concéntricos), 108 cm, y al geométrico, 39,5 cm. La cabeza tiene 16 cm de diámetro y está formada
por dos círculos concéntricos. El interior, de 9 x 9 cm de diámetro, es el único circulo del panel que esta relleno de piqueteados semicirculares pequeños y juntos, algunos sin tocarse entre sí y sin marcar claramente los contornos de los círculos. En el resto del antropomorfo, brazos y piernas, el piqueteado es diferente al de la cabeza, la huella que deja el golpe es irregular, tiende a ser rectangular o cuadrada y va marcando los contorno, que quedan ligeramente rehundidos, respecto al soporte y es igual que lasdemás figuras, círculos concéntricos y geométrico. Se separa del siguiente
anillo por un espacio sin picar de 1,5 / 2 cm de ancho y el anillo exterior tiene 1 cm de ancho, en el lado izquierdo, y 2,5 junto a los concéntricos.
Las piernas son paralelas, están separadas entre sí unos 3 cm y parece
que tienen marcadas las rodillas. En la parte superior miden 1,7 cm de
ancho y a partir de las posibles rodillas comienzan a estrecharse hasta desaparecer. La izquierda mide de largo 33 cm y la derecha 26 cm.
Los brazos están colocados junto a las piernas y en ellos no se diferencian el brazo, antebrazo ni la mano. El derecho, caído a lo largo de la pierna, está separado de ella 5,5 cm y mide de largo 14,5 cm. En su parte superior se curva y forma una especie de hombro y en la inferior se desplaza hacia adentro, se estrecha y desaparece. Del borde está a 6 cm y su ancho es de 1,5 cm.
El brazo izquierdo está colocado casi en horizontal, ligeramente curvado hacia arriba y caído hacia abajo, como señalando los círculos concéntricos y el geométrico. Mide 9,5 cm de largo, 2 cm de ancho y está mejor grabado que las piernas y el brazo derecho. Da la impresión que hubo cierta intencionalidad en dar importancia al brazo izquierdo respecto al derecho del que se diferencia en tamaño, ancho, largo y colocación.

Conclusiones
Por el tipo de lugar, la piedra elegida, más baja que las que le rodean y
parte del año cubierta, parece que no tenían, como en el Martinete, ningúninterés en que se vieran, por lo que debemos considerar que se trata de un lugar privado.
En principio los círculos concéntricos de “La Etrera”, no creemos que
puedan estar relacionados con los círculos concéntricos gallegos, que en general suelen estar asociados con canalillos, cazoletas, armas y ciervos, y casi nunca con la figura humana, aunque hemos de mencionar que el antropomorfo de Outeiro da Mina VII, en Pontevedra, tiene una cabeza de dos círculos.
Respecto al parecido de los motivos de La Etrera con las estelas de
guerrero, figura humana, escudos, distribución, y que los círculos concéntricos pueden identificarse con escudos e incluso el geométrico con una fíbula, hemos de decir que los escudos de las estelas casi siempre suelen presentar escotaduras en V, y aunque hay algunos circulares, estelas de Valdetorres I y II por ejemplo, no tienen tantos círculos concéntricos, la distancia entre ellos es variable, solo aparece uno y siempre suelen tener un asa en el centro, aunque hemos de mencionara que los escudos no son exclusivos de las estelas, ya que se han documentado dos escudos con
escotaduras en V y armas, grabados en una roca, en el Arroyo Tamujoso, La Serena. Badajoz (Colado 2009:321, fig. 44)
Dentro de los grabados conocidos en La Jara hasta este momento no
hay representados círculos concéntricos y no conocemos paralelos en la provincia de Toledo, ni en Castilla-La Mancha.
Respecto de sus posibles y variados significados al ser motivos básicos, que aparece en mayor o menor medida en todas las culturas y su significado simbólico pueden depender de su situación, monte, llano, laderas,cumbres, lugares visibles, zonas ocultas, arroyos, corrientes de agua, fuentes, tipo de soporte, técnica, tamaño, motivos representados, ordenación, distribución, localización, al tratarse de motivos simples y fáciles de representar incluso asociar con significados primarios como el sol, es difícil acercarse a su simbología, pero en el caso de La Etrera, si tenemos en cuenta que uno de los significados de los círculos concéntricos es el agua y que en este caso se conservan cuatro grupos de círculos concéntricos ordenados
y en zig-zag, en la misma orilla del río, consideramos que pueden
estar asociados con el río el agua.
Respecto al antropomorfo llama la atención que no tenga tronco, la diferencia que hay, forma, tamaño, ancho, largo, posición, entre el brazo izquierdo, que parece señalar los círculos concéntricos, y el derecho, que está caído con un ligero ángulo junto al cuerpo. Respecto a la cabeza, se resolvió con dos círculos concéntricos, el interior picado, lo que relaciona al antropomorfo con los cuatro grupos de círculos concéntricos y con el agua, lo que nos lleva a plantear la posibilidad de poder estar ante la representación
simbólica de una deidad relacionada un río. Hay ejemplos de
escenas de marcado carácter ritual o mágico en El Martinete, donde documentamos un grupo de antropomorfos ancoriformes y dos figuras con tocados entorno a un motivo central, que puede identificarse como un fuego, donde cabe pensar en el uso de alucinógenos.
El hecho que la piedra donde están tallados los grabados muestre dos
tipos de alisado, que no podemos asociar exclusivamente con procesos erosivos atmosféricos, viento lluvia, etc., o con los que puede producir el propio río por las crecidas o por estar en algunas época cubierto de agua, ya que las piedras de la zona, las de su entono próximo y las colindantes no tienen igual la superficie ni los mismos desgastes, confirma que el desgaste, que afecta a toda la roca donde están los grabados, está relacionado con la preparación previa del soporte y el otro más intenso posterior a los grabados
y que también afecta a toda la roca, producidos en parte por los procesos erosivos mencionados pero el hecho que este desgaste sea desigual y no sea uniforme en toda la roca, afectando mucho más al lado izquierdo, como puede apreciarse en el desgate producido sobre la parte izquierda de los motivos que incluso los ha borrado parcialmente, nos lleva a pensar que este desgaste, que afecta solo a parte izquierda de los grabados, y que no se debe a un proceso geológico debe de tener un origen antrópico, lo que nos lleva a plantearnos, si la piedra donde están los grabados, además de su
carga simbólica, por el simple hecho de tenerlos, tuvo también algún uso ritual o mágico.
Respecto a su cronología debe de encuadrase en un horizonte culturalde la Edad del Bronce. La piedra donde están tallados los motivos su grado de erosión de ha borrado casi los motivos y lo liso casi pulido de parte de su superficie, que la hace diferente a todas las piedras que están junto a ella, puede estar indicándonos que debió de usarse para algo que de momento se nos escapa, y nos hace plantearnos dar algún tipo de de explicación al su diferencias, que
aunque está en una zona inundable anualmente, como ocurre en El Martinete, no puede deberse solo a la erosión fluvial, ya que lógicamente también afectaría a las rocas colindantes, de momento aunque no tenemos como comprobarlo consideramos que la piedra que se utilizó como soporte de los grabados, se eligió cuidadosamente y que en la elección debieron tenerse en cuenta entre otras aspectos, su tamaño, situación, inclinación,
superficie, …,y que una vez elegida se adaptó, preparó y alisó antes de
tallar los motivos, y que el grado de erosión que presentan no puede achacarse solo a la acción erosiva de las aguas del río y debemos buscar otras razones que explique su estado actual, por su situación junto en la misma orilla del río podemos considerar que pudo utilizarse para algún tipo de ritual relacionado con el río que pudiese producir este tipo de  desgaste, como por ejemplo el deslizamiento por ella hacia las aguas.

¿MORIRÁN EN MURCIA POR DO MÁS PECADO HABÍAN?

Foto de la contaminación del Mar Menor. Foto Rosillo-EL PAÏS

MORIRÁN POR DO MÁS PECADO HABÍAN

He viajado hace poco a Murcia, la rica región que se desarrolla con los recursos naturales que a nosotros se nos expolian, y además de la indignación natural que te subleva cuando ves que quien dice no tener agua cuenta con decenas de campos de golf y continuos aterrazamientos para nuevos regadíos con un agua que no tienen, he experimentado visitando estas tierras cierta sensación de que se está produciendo una especie de justicia poética natural que vengará los abusos que está generando una escala social de valores que tiene únicamente como regla de oro la codicia.

Cuando llegaba al cabo de Palos contemplé el primer horror, lo que debería ser un paraíso, era solamente una sucesión de horribles mamotretos que cercan el Mar Menor en la pequeña franja de tierra que era un cordón de dunas a lo largo de casi treinta kilómetros. Salvo Benidorm no he visto un atentado mayor urbanístico en la ya de por sí destrozada costa mediterránea.

Y ese que hubiera sido un hermoso lago marino lleno de vida además se está pudriendo con sus aguas pestilentes debido precisamente a los abonos y pesticidas de la agricultura intensiva que se hace con el agua del trasvase Tajo-Segura en el campo de Cartagena, y que va a parar finalmente al Mar Menor. La gente que habita esos altos y espeluznantes edificios tiene ya que ir a bañarse a otros lugares porque su agua va dando un poco de asquito.

También fue cuestión de codicia que por crear unos pocos puestos de trabajo se llenara de lodos venenosos donde no crece una brizna de hierba la cercana bahía de Portmán, un paraje de gran belleza donde hasta se acabó con su puertecito a base de echar 70 millones de toneladas de lodos mineros saturados de metales pesados y otros residuos insalubres sin cumplir una sola medida preventiva de las que se les exigían. Ahora vienen los llantos y las lamentaciones y el ¡Cómo dejaríamos que hicieran aquello! Pero el desastre ya se ha consumado con esa debilidad que muestran con estas cosas los jueces españoles, siempre presionados por la opinión que genera el dinero, la demagogia y la baja política que nos abruma.

Pocos territorios naturales protegidos había en Murcia, pero la depredación no tiene límites y lugares maravillosos como Cabo Cope se desprotegieron. La mayoría de su extensión se llenó de cultivos y sus plásticos rompen sus ecosistemas y contaminan las que deberían ser playas paradisíacas. Incluso, para comunicar hipotéticas urbanizaciones que iban a alzarse allí pero que la crisis frenó, se hizo una autopista por la que no pasa nadie pero que todos pagaremos.

Quizá nosotros muramos en Talavera de pobreza y despoblamiento pero hay otros que morirán “por do más pecado habían”: por su codicia y la depredación sin límites de su medio natural, y el de los demás.

Morirán por «do más pecado habían» como cuenta la leyenda que exclamó el último rey godo don Rodrigo cuando, enterrado con serpientes comenzaron devorarle sus partes pudendas por ser su deseo sexual el que le había hecho perder España ante los musulmanes: «Ya me comen, ya me comen por do más pecado había».

ACABAMOS EL CAMINO DE LOS IBORES A GUADALUPE CONOCIENDO NAVALVILLAR

Arquitectura popular cerca de Navalvillar

Dejamos Castañar y tenemos dos opciones para continuar camino de Guadalupe. O bien seguimos por la carretera hacia Navalvillar, o descendemos nuevamente hacia el río y continuamos el camino paralelo al Ibor siguiéndolo en dirección sur. Si tomamos esta segunda opción llegamos a cruzarnos con la garganta Salóbriga que aguas arriba, bajo el viaducto de la carretera, cuenta un paraje muy bonito con dos viejos molinos en umbrías muy amenas.

Cada vez se cultivan más cerezosen el valle del Ibor

Si descendemos aguas abajo del arroyo, hasta su desembocadura en el Ibor también nos encontramos con otro viejo molino de pizarra en la confluencia. Aguas abajo de él, se levanta el edificio de una antigua ferrería que servía para procesar el metal extraído de las minas cercanas.
Desde garganta Salóbriga ascendemos hacia Navalvillar por la antigua carretera o por el camino que aquí se convierte en una senda.

Portada mudéjar de la iglesia de Navalvillar de Ibor

El propio nombre de Navalvillar ya nos indica la existencia de una población anterior, pues “nava” quiere decir llanura elevada y húmeda, mientras que “villar” hace referencia a la existencia previa a la repoblación de ruinas de antiguos caseríos de época indeterminada. Pero la primera alusión documentada al pueblo, o al menos al paraje donde hoy se sitúa, se encuentra en el documento del siglo XIII referido en el capítulo anterior por el que Sancho IV dona a Talavera la dehesa de Castrejón de Ibor, concretando su amojonamiento y apareciendo el paraje de Navalvillar como uno de los incluidos en dicha dehesa. Así, perteneció este pueblo a las Antiguas Tierras de Talavera y por tanto al señorío de los arzobispos de Toledo, hasta el siglo XIX en que la división provincial le incluyó en Cáceres, aunque quedó como recuerdo de aquella vieja viculación la actual pertenencia a la demarcación eclesiática de la mitra toledana.

Navalvillar desde el valle del Ibor

La iglesia de Navalvillar es construcción del siglo XVI, pero las reformas y vicisitudes bélicas apenas han dejado huellas de su antiguo patrimonio.
La principal atracción de este pueblo es su agreste y rica naturaleza con los bosques de castaños, los alcornocales y los lugares de interés que se sitúan en torno al Ibor y la garganta Salóbriga, con los parajes que antes hemos referido entre otros de interés.

Alcornocales en el valle del Ibor

En la gastronomía de Los Ibores no debemos olvidarnos del magnífico queso de cabra con denominación de origen que se produce en estas sierras con sus diferentes variedades. Esos magníficos pastos también hacen que el cabrito de la zona sea delicioso acompañándolo si queremos con unas buenas migas. Las aguas del Ibor y de sus arroyos riegan con sus aguas limpias los huertecillos que producen verduras de calidad, entre las que destacaremos las judías. También en esas aguas se crían los magníficos peces que podemos capturar y degustar. De postre, las roscas de muédago o las cerezas que se cultivan en la zona.

Paisaje con molino en Navalvillar

En cuanto a la artesanía, Castañar y Navalvillar son dos pueblos donde se pueden adquirir labores tradicionales en unos casos con los motivos y técnicas autóctonos y en otros de tipo lagarterano. Las fiestas populares de Navalvillar se celebran el diez de febrero, Santa Escolástica, y el dieciseis de agosto, San Roque.

Labores en Navalvillar

Desde Navalvillar hasta el empalme con la carretera que viene del ya descrito Camino Viejo o Camino Real de Guadalupe y del Hospital del Obispo hay cerca de diez kilómetros. El camino antiguo discurre paralelo a la carretera por su lado oriental y se une con el Camino Viejo en el paraje conocido como de la Venta Real, que dio servicio antiguamente a los romeros y de la que hoy no quedan apenas restos. El tramo de este camino de Los Ibores que continúa hasta Guadalupe coincide con el Camino Viejo en su trayecto final.

LOS PUENTES DE ALMENDRAL DE LA CAÑADA O TAMBIÉN LAS OBRAS PÚBLICAS SON PATRIMONIO

Los amigos de Almendral de la Cañada me transmiten que andan preocupados. Indudablemente el arreglo de la carretera CM-5005 va a mejorar sus comunicaciones con Pelahustán, el Real de San Vicente y, en general, con el resto de la Sierra de San Vicente y comarcas adyacentes, lo que supone un motivo de alegría porque supondrá disminuir en algo el aislamiento del pueblo, pero no quieren que por las obras de ensanche y acondicionamiento se pierdan la docena de puentes sobre los que discurre la vieja carretera.

Se trata de magníficas obras de sillería elaboradas con granito de calidad perfectamente labradas y que tienen miedo de perder si las obras tiran por el camino de enmedio soterrándolas o destruyéndolas para dar paso a la nueva vía.
Las obras públicas, aunque tengan menos de un siglo de antigüedad también forman parte del patrimonio cultural y las autoridades deberían buscar la forma de preservarlas y en este caso conservar al menos los puentes más significativos poniéndolos en valor, y la mejor manera de hacerlo es, por ejemplo,  adaptándolos como áreas de descanso que ayuden a disfrutar de la riqueza natural de la cara norte de la sierra de san Vicente e instalando paneles de información sobre su patrimonio y naturaleza que animen al viajero a conocer los encantadores pueblos de la Sierra y, dada su cercanía, ya que en parte esa carretera discurre por ella, de la Cañada Leonesa Oriental, un recurso turístico de primer orden que debería ser potenciado.
Esperemos que no suceda lo que desgraciadamente estamos acostumbrados a sufrir, una absoluta insensibilidad de la administración con la conservación del patrimonio, que en nuestra región solamente se cuida en  grecos y quijotes.

CONOCEMOS CASTAÑAR Y SALIMOS PARA NAVALVILLAR CAMINO DE GUADALUPE

Frescos con pinturas del siglo XVI que decoran un púlpito de la iglesia de Castañar representando a los padres de la Iglesia, en la imagen San Jerónimo

Conocida la historia, vamos ahora a conocer el patrimonio de Castañar de Ibor. La iglesia merece una visita pues conserva un buen retablo y un curioso púlpito decorado con pinturas del siglo XVI.La iglesia es de una sola nave y está revocada y blanqueada en su exterior ocultando así sus muros de mampostería. En el interior un arco gótico mudéjar de influencia guadalupana da acceso a una capilla y otro a la sacristía.

El presbiterio está cubierto con bóveda de crucería y entre su patrimonio escultórico se debe destacar el Cristo de La Avellaneda datado en el siglo XV y que fue traído aquí tras el despoblamiento del pequeño lugar. Es a la devoción de esta imagen a la que está dedicada la romería que se realiza desde Castañar hasta el pequeño lugar en el mes de Mayo. En la sacristía se guarda otro Cristo de pequeñas dimensiones pero de buena factura y otro más de estilo popular se encuentra expuesto presidiendo la capilla bautismal en la que también destaca una gran pila granítica con una pililla de cerámica de Puente del Arzobispo.

Iglesia parroquial de El Castañar

Aunque la arquitectura tradicional del caserío ha sido sustituida en su gran mayoría por casas de nueva construcción levantadas por los emigrantes que volvieron al pueblo, todavía se conservan algunos rincones con encanto.

Es de gran interés una cueva descubierta en 1964 en la Solana del Helechal por un agricultor al que se le hundieron las mulas mientras trabajaba la tierra. Sus formaciones calizas se distribuyen en salas a las que se ha bautizado por su aspecto como la sala roja, la sala blanca o la sala jardín y también cuenta con pequeños lagos subterráneos. Es de grandes dimensiones y todavía no está completamente explorada. Ha sido declarada Monumento Natural de Extremadura y actualmente se puede pedir cita para la visita al Geoparque de Villuercas.

Cárcavo de un molino del río Ibor. El agua que sale por el saetillo mueve el rodezno.

Desde Castañar parten algunas rutas que nos permiten adentrarnos en un entorno privilegiado por sus riquezas naturales. En primer lugar podemos dirigirnos al extenso bosque de castaños que da nombre al pueblo y entre cuyas agradables umbrías es agradable pasear. También existen parajes serranos cercanos donde llaman la atención los tupidos robledales o los ejemplares monumentales de castaño, como los que se encuentran cerca del collado del Postuero camino de las Chorreras de Calabazas, pequeñas cascadas a las que se accede por una senda pintoresca que también nos puede llevar a los solitarios montes de Calabazas, donde es difícil encontrar a nadie salvo a la fauna salvaje y a los arroyuelos de aguas continuas que bajo sus alisedas esconden rincones de lo más ameno en los que podemos tomar un baño.

Tanto en la carretera que une Bohonal con Mesas de Ibor, como en la que nos lleva a Robledollano desde Castañar existen lugares de interés en las inmediaciones del río Ibor. En el primer caso encontramos un puente medieval que servía para el trasiego de los ganados trashumantes que discurrían por una cañada.

Chozo en un castañar del río Ibor

También podemos visitar un antiguo molino de los conocidos como “de regolfo”, debido al sistema hidráulico que hacía girar las piedras con la corriente del río que aquí discurre por unas riberas de gran belleza. En el segundo de los cruces enumerados hay un merendero junto a las zonas de baño y el agua del canal que daba servicio a una central eléctrica se despeña sobre una cascada cerca de la confluencia del río Viejas con el Ibor. Cerca del puente de la carretera de Fresnedoso hay también parajes ribereños muy agradables además de las ruinas de unas antiguas herrerías y molinos aguas abajo de otro merendero.

En las sierras cercanas son abundantes los fósiles, testigos de la existencia de un antiguo mar que hace millones de años cubría esta zona y cuyos lechos marinos hicieron elevarse plegamientos geológicos posteriores. Los limos sedimentados fueron convertidos por grandes presiones en las pizarras y cuarcitas  sobre las que hoy encontramos los trilobites y otros animalejos fosilizados en aquellos lejanos tiempos.

En el Castañar son dos las fiestas principales, la concurrida romería del Cristo de La Avellaneda, celebrada en mayo, y la fiesta patronal de San Benito Abad que tiene lugar el once de julio. Se ha abierto un camping y también puede dormirse en un hostal que es además restaurante y ofrece comidas.

 

Página Talavera y su Tierra de Miguel Méndez-Cabeza Fuentes

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