NOS ACERCAMOS DESDE EL HUSO A LA NAVA DE RICOMALILLO

NOS ACERCAMOS DESDE EL HUSO A LA NAVA DE RICOMALILLO

Desde la estación de la vía Verde de la Jara que está junto al Huso y que habría dado servicio a La Nava y  Fuentes nos acercamos a conocer el primero.

Paisaje jareño desde las alturas cercanas a La Nava

LA NAVA DE RICOMALILLO

HISTORIA

En el paraje del término de La Nava conocido como El Llano de Guerra aparecieron varias lápidas sepulcrales cuando se abrió la carretera. Fueron recogidas algunas de ellas por el erudito talaverano Jiménez de la Llave y las transcribió el padre Fidel Fita a finales del siglo pasado. “Anio hijo de Alpeto, toledano, de cincuenta años, aquí yace séate la tierra leve” dice una de ellas. Otra hace referencia a un tal Lucio Cornelio, natural de Clunia, y una tercera recuerda a un tal Mesón, hijo de Burro, natural de Ávila. Todos estos personajes de diferente origen nos sugieren que ya desde entonces tenía La Nava ese carácter de cruce de caminos entre las calzadas romanas que unían Talavera con el sur de la península por un lado y Toledo con Mérida por otro, y puede que de ahí derivara lo cosmopolita y variado de estos antiguos “naveros” entre los que también aparecía una tal Festiva esclava de Lucio Ayoseco.

Diferentes piezas numismáticas y hasta un tesorillo de finísimas monedas de oro acuñadas en Milán han confirmado la presencia romana en nuestro pueblo. Para algunos añejos estudiosos se correspondería con la antigua población de Nóliba, la que según Tito Livio conquistó Quinto Fulvio Nobilior cuando pasó de la Oretania a la Carpetania para conquistar Toledo.

Grabados rupestres de arte esquemático de la Edad del Bronceen La Nava de Ricomalillo

Pero también existen en este pueblo evidencias de pobladores que ocuparon estos lugares al menos mil quinientos años antes que los romanos. Se trata de los pueblos de la Edad del Bronce que dejaron en el paraje de La Zarzuela una serie de grabados del llamado Arte Esquemático sobre unas grandes lajas de pizarra que emergen del suelo junto al camino que por la Fuente del Oro une La Nava con la Vía del Verde de La Jara.

Como en muchos de estos casos aparecen pequeños homúnculos o hombrecillos esquemáticos piqueteados sobre la piedra, algunos de ellos con un curioso trazado que hace pensar en una escuadrilla de aviones. Otros signos toman formas vulviformes, ancoriformes o puntiformes, aunque también se pueden ver otras inscripciones más modernas que completan el cuadro. Algo más arriba, sobre la misma barrera a los pies de la que se sitúan los grabados, se encuentra una pequeña fuente con unos antiguos y precarios baños terapéuticos.

Arquitectura popular en pizarra de La Nava de Ricomalillo

En el siglo XII los almorávides sevillanos emprenden la persecución religiosa contra los mozárabes, cristianos que habitaban territorio musulmán, viéndose obligados a huir muchos de ellos. El obispo Clemente de Sevilla viene a refugiarse a Talavera y solicita del Concejo den la villa tierra para que los fieles que le acompañan puedan establecerse. Se les concede el territorio de Sevilleja de La Jara dentro de cuya demarcación se encontraba entonces La Nava. Algunos conocedores de la historia mozárabe han querido identificar también a nuestra población con la antigua Setfilla.

Nava es palabra prerromana que significa algo así como lugar húmedo elevado. El solar ocupado por esta nava aparece en el siglo XIV en el Libro de la Montería de Alfonso XI como “Rencón  de Malillo”, así que ya tenemos el nombre y el apellido de este pueblo jareño que antes pudo llamarse Nóliba y Setfilla, aunque la imaginación popular haya querido ver el origen del nombre en “La Nava del Rico Oro Amarillo” en referencia a las minas de Sierra Jaeña que luego visitaremos.

Hasta el año 1787 La Nava siguió incluida como aldea aneja al término de Sevilleja pero los naveros decidieron solicitar a Talavera su emancipación por los abusos que según ellos cometían los justicias de la población vecina.

Torres de la iglesia y ayuntamiento de La Nava

 LA IGLESIA

La iglesia de la Nava era también aneja de la de Sevilleja pero fue quemada durante la Guerra Civil. Posteriormente rehabilitada en la posguerra, fue reformada en época reciente mediante reconstrucción con cuarcitas de la zona y ladrillo, adaptándose al paisaje urbano aunque haya perdido todo su valor artístico por la destrucción de la contienda.

Arquitectura popular en La Nava de Ricomalillo

CONJUNTO URBANO

Tiene, sin embargo, gran interés la arquitectura popular que forma, sobre todo en la zona alta del casco, un conjunto de interés que debería ser conservado por sus antiguas casas de pizarra y sus calles empedradas, estrechas e irregulares que dibujan rincones con sabor tradicional.

Fuente del lavadero de La Nava

Son varios los lugares de interés que podemos visitar en el entorno del pueblo. En primer lugar podemos acercarnos a visitar un antiguo lavadero de curiosa estructura con la fuente abovedada y la zona de lavado hecha de pizarras en línea que servían para restregar la ropa. El lugar se conoce como lavadero de la Fuente de La Solana, ha sido acondicionado y se  accede a él por un camino paralelo a la carretera que discurre en dirección sur.

Curioso letrero del lavadero de La Nava de Ricomalillo
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