Archivo de la categoría: Rutas y Senderos

RUTA POR EL EMBALSE DE PICADAS EN EL ALBERCHE

Recorriendo la presa de Picadas

El ferrocarril que nunca existió Madrid-Arenas de San Pedro es hoy una vía vede

Entre San Martín y Pelayos discurre una vía abandonada. Es un tramo de siete kilómetros que se completa con otro de diez que van por el desfiladero del embalse de Picadas entre bosques magníficos. Desde San Martín podemos salir recorriendo en bicicleta, andando, o en todoterreno la antigua vía del tren que debería haber llegado hasta Arenas de San Pedro, pero que no vio pasar ningún tren, pues no se acabaron de tender las vías, salvo un tramo de doscientos metros por el que circuló el día del simulacro de inauguración una locomotora que se trajo para hacer el paripé con el general Franco. Seguir leyendo RUTA POR EL EMBALSE DE PICADAS EN EL ALBERCHE

CONOCIENDO EL ALBERCHE MADRILEÑO, AL MONASTERIO DE PELAYOS POR EL CANTO DEL GUARRO

Partimos desde las inmediaciones de la ermita del Cristo de la Sangre y pasada la carretera, vamos entre pinares por los caminos señalados en dirección a la cumbre del Canto del Guarro, desde donde tenemos unas magníficas vistas.

Monasterio de Pelayos de la Presa

Bajamos en dirección este a través de una pista y discurriendo por un camino paralelo a la carretera, que seguiremos hasta la cercana localidad de Pelayos. A la salida del pueblo, giramos a la izquierda y nos acercamos al monasterio descrito en el texto.

Embarcaciones de recreo en el embalse de San Juan

Cogemos después en dirección a poniente la vía abandonada del tren que nos llevará de vuelta por un camino agradable hasta San Martín de Valdeiglesias.

El tren que habría de unir Madrid con Gredos se quedó solo en proyecto, aunque cuentan que fue inaugurado solo con cien metros de vía y algunos vagones para hacer el paripé el entonces jefe del Estado, general Franco

Si lo deseamos podemos antes acercarnos en dirección contraria desde el monasterio al muro de la presa de San Juan, desde donde contemplaremos el embalse y su puerto deportivo.

Una de las muchas ermitas que hubo en este «valle de iglesias», Valdeiglesias

VALLE DE IGLESIAS…Y ERMITAS

Es San Martín una población en la que debemos destacar su abundancia de ermitas, como si quisieran seguir con la tradición medieval de los eremitorios de Valdeiglesias. La ermita de Ecce Homo se encuentra en la entrada occidental del casco urbano y es de planta cuadrada con pares de arcos apuntados en sus muros. La Virgen de la Nueva es la patrona de San Martín y tiene también su ermita junto al embalse, pues sustituye a la original, sumergida por las aguas, en un paraje rodeado de merenderos y urbanizaciones pero que con sus magníficos pinares hasta la ribera hacen del lugar un objetivo a visitar, sobre todo el día de la romería. Otra ermita es la de la Sangre, que se halla al sur del casco, junto a la carretera, y se edificó en el siglo XVII en estilo gótico con contrafuertes exteriores. La ermita del Rosario destaca por su dintel con motivos renacentistas, pues fue construida en el siglo XV. La ermita de la Virgen de la Salud es del siglo XVII, y la imagen que se guarda en ella y que tiene cerezas en las manos es del XVIII. La del Cristo es más moderna y de menor interés.

Los pinares autóctonos pueblan las orillas del Alberche en la zona

UN PASEÍTO DESDE RAMACASTAÑAS

Vamos a conocer este pequeño pueblo de Gredos, anejo de Arenas de San Pedro y que siempre fue lugar de paso ganadero y de viajeros que deambulaban desde la meseta norte hasta el valle del Tajo, mediante la Cañada Leonesa Occidental.

La disposición de su caserío nos orienta en ese sentido y en su puente se cobraba el derecho de paso a las merinas que transitaban por la vieja vía pecuaria, aunque en otras ocasiones se hacía en Arroyocastaño, junto a la Villa de Mombeltrán.

Molino del río Ramacastañas y tal vez antigua ferrería

En su ámbito se encuentran las bonitas cuevas del Águila, cuya descripción dejaremos para otra ocasión, pero sí debemos visitar su iglesia construida en sillería granítica y rodeada de un pequeño parquecillo con una cruz gótica, aunque el remate sea más reciente. En el templo es pintoresca su espadaña sobre un remate abalconado hacia el oeste y algunas inscripciones antiguas en su muro sur.

En una de las viviendas vemos dos paneles de Ruiz de Luna que representan a San Pedro de Alcántara, cuyos restos reposan en el monasterio de Arenas y otra de San Isidoro de Sevilla, no sé porqué.

Vamos entre chopos , pinos y alisos camino de la presa del Ramacastañas

Partimos desde un camino que sale justo antes de cruzar el puente viniendo de Talavera hacia Ramacastañas. Por el camino, si observamos el suelo, vemos numerosos restos de escorias de hierro pues no en vano este pueblo fue de los primeros en fundarse en el piedemonte de Gredos bajo el nombre de las Ferrerías de Ávila y durante la edad media sin duda se desarrolló allí actividad minera y metalúrgica.

Presa del Ramacastañas

Vamos junto a una reguera  y llegados a un cruce de caminos debemos tomar a la izquierda para subir paralelos al río y justo en este giro del cauce y del camino se puede apenas vislumbrar entre las zarzas un molino en ruinas que este caminante piensa que pudo en una utilidad anterior estar relacionado con esa actividad metalúrgica de la zona.  El camino nos llevará hasta una presa de abastecimiento en un paraje ameno. Una alambrada nos corta el camino pero abriremos la portera para pasar y subir por una senda y así seguir nuestro camino río arriba.

Pastoreando las merinas por la cañada leonesa,

Vamos entre umbrías de pinos y alamedas con hiedras que suben por los troncos los alisos  y llegamos cerca del llamado Vado de las Vegas donde tomaremos otro sendero que sube a la derecha claramente, aunque tiene aspecto de arroyada por el arrastre de las aguas. Y llegamos a una pista que nos acercará ya sin problemas hasta el paraje de Playas Blancas con sus pozas para refrescarse y zona de pic-nic con un merendero y fuente.

Tramo de calzada en la cañada

Subimos ahora hacia la carretera cruzando el puente para a continuación imaginarnos como ganaderos trashumantes y recorrer la cañada hasta Ramacastañas. Vemos lugares donde todavía se conserva algún tramo calzado, no sabemos si en época romana como en el puerto del Pico o posteriormente.

Fuente Fría en la cañada

En el camino me encuentro a un pastor con sus ovejas merinas y talaveranas que van pastando la propia cañada, y se queja con toda la razón de la usurpación que vienen sufriendo las vías pecuarias y que a los ya maltratados ganaderos les dificulta su labor.Le pregunto la utilidad de un gancho rematado en una bola que lleva sobre su borriquillo y me dice que es para acercar a las ovejas por las patas si se las quiere separar del rebaño, observar alguna herida o ver alguna patología que puedan tener «en sus partes».

IGlesia y cruz de Ramacastañas

Ya de vuelta paro en la fuente fría que ha visto pasar millones de merinas por esta cañada, bebo y realmente está fría y su vierteaguas de granito le da un aspecto antiguo y pintoresco.

Compro melocotones y las ricas cerezas de la vertiente sur de Gredos regreso a casa a disfrutarlas después de un día serrano.

Panel de azulejos de Ruiz de Luna en Ramacastañas

PASEO PARA CONOCER EL MONASTERIO Y LOS TOROS DE GUISANDO

Monasterio y ermita desde los toros de Guisando
Hoy nuestro paseo será corto en recorrido pero muy interesante desde el punto de vista del patrimonio histórico.
Monasterio jerónimo de Guisando en El Tiemblo

Desde el kilómetro 1,6 de la carretera Ávila 511 que nos lleva hacia el Tiemblo, un kilómetro al sur de los Toros de Guisando parte un camino que primero cruzará la Cañada Leonesa Oriental y que luego nos lleva hasta el convento de Guisando, un lugar que os sorprenderá por su aspecto de ruinas románticas con la hiedra subiendo por las paredes, con los restos de la iglesia, los arruinados claustros y una curiosa ermita renacentista sobre la cueva donde en principio se instalaron los ermitaños.

Claustro arruinado del monasterio de Guisando

El paraje tiene también unas hermosas vistas sobre el valle del Alberche y está rodeado de una rica vegetación de robles, castaños y cornicabras, que en otoño consiguen efectos pintorescos con el variado colorido de sus hojas.

Escalera de subida a la ermita desde el monasterio deGuisando labrada directamente sobre la roca

Desde el monasterio bajaremos por otro camino que se dirige en dirección noreste hasta la carretera que seguiremos hacia el sur hasta donde se encuentran los toros de Guisando y después al punto de partida.

 Recorrido aproximado 7 kilómetros, 2 horas.

Portada de la ermita junto a la cueva del ermitaño
Camino del Monasterio

 

 

GUISANDO Y EL RÍO PELAYOS

GUISANDO Y EL RÍO PELAYOS.

ASCENDIENDO A LA MIRA Y LOS GALAYOS

Ruta de subida a los Galayos y la Mira desde Guisando
Ruta de subida a los Galayos y la Mira desde Guisando

Parece que fue en torno a unas majadas de cabras que se fue articulando el caserío que daría lugar a este pintoresco pueblo de Guisando. Fue siempre aldea de la Villa de Arenas hasta que adquirió su privilegio de villazgo por concesión de Carlos III en 1760, año que figura en la base del rollo jurisdiccional erigido en la nueva villa.

El pueblo es muy pintoresco tanto por sus paisajes como por su arquitectura popular que conserva muchos rincones para fotografiar, aunque como sucede en tantos lugares de la zona han ido disminuyendo ante el empuje urbanístico del turismo. Camilo José Cela habla también de Guisando en su precioso libro de viajes por Gredos “Judíos, Moros y CRistianos” en el que además de referir que por su tez y altura las mujeres de Guisando parecen godas y las de Candeleda moras, cuenta la anécdota de cómo le refirieron que en el pueblo había “protestones”, curiosa forma de denominar a un grupo de protestantes que históricamente hubo en la población y que llamaba la atención en tiempos pasados por lo difícil que resultaba mantenerse una comunidad así en la España del nacional catolicismo. Pío Baroja también pasa por aquí y en su novela “La Dama Errante” comenta “Llegaron a la vista de Guisando. Desde lejos, el pueblo era bonito, con sus tejados rojos y su aspecto de aldea suiza; pero dentro no tenía nada que celebrar: Las calles están llenas de barro y los cerdos andaban entre la gente”.

Rincón de Guisando
Rincón de Guisando

Como vemos, siempre aparece Guisando como pueblo pintoresco. Todavía quedan hermosos rincones con los elementos típicos de la arquitectura serrana de balcones y solanas con algún entramado y tal vez una mayor superficie de paredes blanqueadas que en otros pueblos de la comarca, lo que hacía decir a Cela que “Guisando es caserío blanco como paloma y sosegado igual que el agua de la fuente clara”, aunque anteriormente era mayor el número de fachadas de mampostería desnuda o revocada y pintada de añil.

La iglesia parroquial está bajo la advocación de la Purísima Concepción y es de construcción reciente, aunque no desentona con el entorno y guarda todavía algunas pinturas de mérito en su retablo del siglo XVIII. En la ermita que se halla a la entrada del pueblo podemos ver azulejería talaverana del siglo XVI.

Sus fiestas patronales son el 29 de septiembre en honor de San Miguel, aunque en invierno los carnavales son muy celebrados y nos permiten ver a las mujeres ataviadas con el traje típico. Además, el domingo de Resurrección se celebra el día del huevo en que se pintan huevos cocidos con tintes naturales para dárselos a los niños.

Las impresionantes risqueras de Los Galayos
Las impresionantes risqueras de Los Galayos

 LA EXCURSIÓN

Ascendiendo a La Mira por Los Galayos

 Partimos desde Guisando por la carretera que sube por el valle del río Pelayos, que en su naciente se conoce como vertiente de Los Galayos. Llegaremos junto a un puente que se halla cerca de un campamento juvenil. Por él podremos acceder, si vamos con tiempo o en alguna otra ocasión, al llamado “Pino Bartolo”, un árbol singular de grandes dimensiones que vale la pena visitar por ser un pino albar de 500 años de antigüedad que se encuentra rodeado de los “bartolitos”, otros pinos que forman un ameno conjunto. El camino es empinado pero vale la pena subir por lo solitario del lugar y por haber sido acondicionada e indicada la senda recientemente.

Pero volvamos a la ruta principal. A Los Galayos se accede por una senda que parte de El Nogal de El Barranco, lugar en el que se acaba la carretera y en el que se sitúa un monumento a la cabra montesa autóctona, la Capra Hispánica.

Horno de pan de la majada restaurada junto al Nogal del Barranco
Horno de pan de la majada restaurada junto al Nogal del Barranco

Poco después de pasar el refugio, un poco más arriba, unos indicadores nos llevarán a una majada de cabreros restaurada en la que podemos ver los edificios que tradicionalmente constituían estos conjuntos ganaderos. En primer lugar cuenta con el chozo en el que habitaba la familia, en el que observamos una piedra que sobresale del muro en el lugar donde se hacía el fuego, para evitar así que las chispas prendieran en el techo de piornos. Solamente alguna alacena completa la sencilla estructura de estas construcciones. También podremos ver la quesera, otra especie de chozo circular situado siempre en zonas umbrosas y por cuyo suelo de piedras discurría una corriente de agua que mantenía fresco el queso producido en estos puestos de cabreros. Se trata en realidad de una ingeniosa nevera que permitía a estos ganaderos conservar el queso para no tener que hacer continuos viajes para vender su producto a las zonas habitadas. También podemos ver un pintoresco horno de pan, cochineras y chivitiles para guardar los cerdos o los cabritos respectivamente, o el berengón, otra construcción cubierta de techo vegetal pero con planta rectangular donde se guardaban las cabras.

La subida hacia los Galayos es al principio relativamente suave, aunque tanto el piso de la senda, como la pendiente, nos lo van haciendo cada vez más difícil. Pero al llegar junto a Los Galayos no nos arrepentiremos del esfuerzo, pues el paraje granítico con sus elevadas agujas pétreas es sobrecogedor. Los aficionados a la escalada tienen grandes alicientes para la práctica de este deporte en aquellas verticales paredes de piedra y, tanto los montañeros como los excursionistas pueden alojarse en el refugio Víctory, donde podemos curiosear el el mundillo y el ambiente de los escaladores.

Seguimos subiendo por una senda donde nos tropezaremos con las monteses, para llegar al refugio en ruinas de Los Pelaos, y un poco más allá, por las praderas y piornales de las cumbres, accederemos a La Mira, gran elevación de 2343 metros de altura, el segundo pico más alto de Gredos después del Almanzor y de los picachos que forman el circo de la Laguna Grande. En su cumbre se levanta todavía una pequeña atalaya construida a piedra seca desde la que disfrutaremos magníficas vistas panorámicas sobre ambas vertientes de Gredos. La torreta se levantó para hacer señales telegráficas luminosas con espejos cuando no había otros medios de comunicación.Las praderas y arroyuelos de estas alturas con sus impresionantes vistas panorámicas harán que nuestro esfuerzo sea rentable.

Recorrido aproximado 15 kilómetros ida y vuelta, 7 horas y media.

Hay también en la zona este del término de Guisando un pino resinero de unos doscientos años llamado el pino de La Víbora, y cerca del pueblo, una antigua casa forestal se ha habilitado como Casa del Parque, un aula de interpretación de la Sierra de Gredos que se puede visitar todos los días menos los martes. Si seguimos descendiendo por el río Pelayos por debajo del caserío encontraremos una senda por su orilla oeste que nos llevará hasta la carretera de Arenas a Poyales, donde hay un merendero. Antes habremos pasado por la Charca Verde, un lugar de baño con encanto natural.

Otro paraje dentro del ámbito de Guisando es el paraje de La Lancha, en el naciente de Riocuevas, un paraje del que ya hemos hablado en otra ruta, que es curioso por las chorreras que en época de lluvias se precipitan por una gran lancha de granito. Muy cerca se halla también el puesto de cabreros de La Lancha, con un horno y dos típicos chozos de pastor. Se accede por una pista que sale del extremo norte del casco urbano de Guisando, junto al hostal.

VALDECABALLEROS,EL PUEBLO MÁS LEJANO DE LAS ANTIGUAS TIERRAS DE TALAVERA

VALDECABALLEROS
Escudo de Valdecaballeros que muestra en el lado izquierdo el de la ciudad de Talavera por haber pertenecido a sus Antiguas Tierras
Valdecaballeros es un pueblo con una historia parecida a la de Castilblanco, ya que también perteneció al extenso alfoz talaverano y fue objeto de la apropiación por el señor de Puebla de Alcocer aunque fue restituido por sentencia. En su escudo municipal está representada Talavera precisamente por este origen.

El nombre de Valdecaballeros nos trae reminiscencias de caballeros medievales poblando estos valles y era todavía tradición en el siglo XVIII que se llamaba así porque “fundaron este pueblo unos caballeros que venían fugitivos de Portugal, los que vivieron en una casa grande y de varias portadas que hoy permanece dividida en tres y bastante abandonada”. Aunque algunos más imaginativos quieren ver una etimología curiosa pues hacen derivar el nombre de que al bañarse los forasteros en los baños de Valdefernando, dentro de su término, se les invitaba gratuitamente a la balneoterapia local diciendo: “Disfruten caballeros, que es de balde.

Iglesia de Valdecaballeros

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CASTILBLANCO, UN PUEBLO DE LA JARA TALAVERANA, HOY DÍA EN BADAJOZ

CASTILBLANCO

Ermita de San Matías en Castilblanco

Se sitúa el caserío sobre una colina amesetada que en la zona de la iglesia se conoce como “el castillo” porque, según parece, en tiempos pasados quedaban restos de amurallamiento.

“Este pueblo es villa desde el año de 1554, habiendo sido antes aldea de la villa de Talavera. Al presente es de Señorío del Marqués de Cortes, vecino de la ciudad de Écija, cuyos causantes la compraron a su Majestad, quien en virtud de bula pontificia la desmembró de la Mitra Arzobispal de Toledo en el año de 1584…Tiene una iglesia con la advocación de San Cristóbal Mártir, la que está aneja a la parroquial de la villa de Alía, distante de aquí cuatro leguas. Seguir leyendo CASTILBLANCO, UN PUEBLO DE LA JARA TALAVERANA, HOY DÍA EN BADAJOZ

HACIA LA CUEVA DE MORALEDA EN SANTA ANA DE PUSA

 

Puente de Malpasillo sobre el río Pusa

Santa Ana de Pusa es el pueblo más pequeño del señorío de Valdepusa, compuesto por Malpica, antigua capital del estado nobiliario, San Martín de Pusa y Navalmoral de Pusa, uno de los pueblos que en su origen formaron, junto a Navalmoral de Toledo, lo que hoy es la localidad de Los Navalmorales. Seguir leyendo HACIA LA CUEVA DE MORALEDA EN SANTA ANA DE PUSA

APROVECHAR EL CAMINO DE GUADALUPE

APROVECHAR EL CAMINO DE GUADALUPE

Artículo de «La Voz de Talavera» del 22-10-2017

Humilladero de Guadalupe, donde se postraban los peregrinos al dar vista al monasterio de Guadalupe

Todas las cosas tienen su pequeña historia y la revitalización y promoción de los caminos de Guadalupe comienza cuando estudiando el que esto escribe los pueblos de La Jara encontré las referencias de viajeros reales, nobles, prelados, escritores y peregrinos que desde el siglo XIV y pasando por nuestra ciudad acudían a postrarse ante la Virgen que un día cuenta la leyenda que se apareció en tierras de Talavera, junto al río Guadalupejo.

Puente medieval en el camino Real de Gauadalupe

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“PALLOZAS” EN EL ALBERCHE

“PALLOZAS” EN EL ALBERCHE

Desde Hoyocasero podemos seguir nuestro recorrido por el valle del Alberche acercándonos por una pista asfaltada hasta el pueblecito de Navaquesera, con su caserío que se asoma desde el balcón de sus 1509 metros. Es una localidad pintoresca rodeada de huertos y calles que se alegran con flores cultivadas. Su pequeña iglesia granítica está rematada con espadaña y desde allí podemos bajar hasta la carretera que nos lleva a Navalosa, pueblo al que también podemos llegar directamente desde Hoyocasero.

El principal atractivo de Navalosa es su arquitectura popular, no sólo en su casco urbano sino también en su entorno, ya que repartidas por su término hay numerosas construcciones muy similares a las pallozas de León. Se trata de edificaciones rústicas de planta generalmente rectangular u ovalada con techo de piornos o retamas. El ganado se situaba en la planta inferior, donde además se suele encontrar un pesebre hecho con lajas de granito. En el nivel superior, situado sobre una tosca estructura de vigas de madera, se encuentra el pajar, al que se accede por una puerta-ventana exterior, Seguir leyendo “PALLOZAS” EN EL ALBERCHE