Archivo de la categoría: Naturaleza y rios

EL ALTO PUSA

EL ALTO PUSA

Zona de nacimiento del Pusa con sus robledales

El nombre del río Pusa parece que deriva de la existencia de «posadas» de colmenas en todos estos montes de La Jara que fueron donados por el rey Fernando III el Santo a Talavera para que las repoblara. Toda la zona y especialmente la del nacimiento se conocía como Dehesa de las Pusiellas.

Nuestro río nace cerca de la aldea de Piedraescrita al oeste del monte Viezo, para dirigirse entre robledales y, jarales y brezales hacia el norte para pasar cerca de la aldea de Robledo del Buey, uno de los tres pueblecitos que se encuentran en la parte serrana del extensísimo término de Los Navalucillos, cabecera del municipio de la que hablaremos en futuros capítulos.

Robledo del Buey visto desde el collado de la Ermita

También cuenta Navalucillos con otras dos encantadoras aldeas de hermoso nombre, Los Alares y Valdeazores, que se reparten también su extenso término serrano y que cuentan con algunos rincones de bonita arquitectura popular en mampostería de cuarcita y pizarra, con algunos molinos, zahúrdas, chozos, majadas etc… Estas dos pedanías no se encuentran en el valle del Pusa sino que vierten sus aguas hacia el Guadiana por lo que hablaremos de ellas otro día.

Las tres aldeas tienen iglesias muy modestas pero su localización y su naturaleza agreste son de gran belleza.

Escena en Robledo del Buey

Desde Robledo del Buey el río llega a una zona de picnic y en las tablas del río podremos refrescarnos. Poco después la corriente llega a Las Becerras, donde en una zona de esparcimiento podremos comer y bañarnos. La vista desde el inicio del camino que desciende a las Becerras sobre el valle del principal afluente serrano del Pusa, el arroyo del Chorro, Al fondo a la izquierda la mayor elevación de estas sierras, el monte Rocigalgo.

Todas estas sierras estaban salpicadas de pequeñas labrancillas que llamaban piujares o «atalantos» que en invierno encendían fuego para espantar a los lobos. Se cultivaban pequeños huertos y frutales y se explotaba algo de ganado, pero en gran parte desaparecieron con las repoblaciones forestales.

Estos montes fueron escena de las correrías de los maquis o guerrilleros antifranquistas en la posguerra y también de golfines y bandoleros en la Edad media, cuando eran perseguidos por la Santa Hermandad Real y Vieja de Talavera.

Valle de las Becerras con el Rocigalgo y el chorro al fondo

En este capítulo nos referiremos a una bonita excursión al «chorro» la cascada que da nombre a ese arroyo.

La mayor parte de las rutas que son de interés en el término de Los Navalucillos se encuentran situadas en el Parque de Cabañeros, por lo que se debe pedir permiso para adentrarse en sus montes.

Es el caso de la excursión al Chorro, arroyo afluente del Pusa que cuenta en las faldas del Rocigalgo con unas cascadas muy pintorescas rodeadas de una vegetación de gran interés con tejos, loros, robles, arces de Montpellier etc.

El chorro de Los Navalucillos

Desde Las Becerras tomamos el camino que, en dirección sur, se dirige hacia el paraje del Chorro discurriendo paralelo al arroyo del mismo nombre. En el arroyo de El Chorro, que es afluente del Pusa, encontramos una cascada de unos quince metros de altura pero muy pintoresca por su entorno y su vegetación. Se precipita sobre una charca de aguas trasparentes, en un paraje de gran belleza, sobre todo en invierno, cuando se llega a helar la chorrera. Podemos durante el camino observar árboles singulares como el tejo e incluso, en las umbrías más altas, acebos y abedules.

Podemos después subir paralelamente al arroyo para llegar al pico Rocigalgo, pasando por un hermoso rebollar, donde no será extraño ver algún corzo o venado campando a sus anchas, en un paisaje que se va haciendo cada vez más agreste.

Llegamos a Rocigalgo, que es el pico más elevado de los montes de Toledo y La Jara con sus 1448 metros de altura. Desde allí la vista es impresionante, con un mar de montañas de suave perfil a nuestros pies, con sus pedrizas o canchales y las cresterías de uno de los relieves más antiguos, geológicamente hablando, de la península.

Sale el río Pusa encajonado del valle de las becerras y un embalse retiene sus aguas en un paraje de hermosas vistas.

Embalse del Pusa en la sierra de Navalucillos

MOLINOS DE LA JARA OCCIDENTAL

MOLINOS DE LA JARA OCCIDENTAL

Molino del arroyo de San Vicente

Pasaremos ahora a estudiar las peculiaridades de los numerosos molinos de La Jara y para ello comenzaremos el recorrido desde el oeste de la provincia. Dejaremos para otra ocasión los molinos que se encuentran en la actual provincia de Cáceres pero que pertenecieron a La Jara como territorio histórico talaverano.

En las orillas del arroyo de San Vicente molía un artificio de típica presa jareña en arco invertido de grandes dimensiones. En un edificio anejo se instaló un motor auxiliar de gasoil que precisó del depósito de agua habitual en estos casos para su refrigeración (Sv 1) (Foto 40).

Uno de los molinss del río

En el río Pedroso, a su paso por Mohedas de La Jara, encontramos hoy las ruinas de cuatro ejemplares. El primero está dotado de un cubo de gran altura, unos nueve metros, afianzado con un vistoso refuerzo escalonado de mampostería de pizarra . Es un hermoso ejemplar en cuanto a su arquitectura popular se refiere. De los otros tres molinos, dos son de cubo y uno de presa, habiéndose este último adaptado también a motor.

El arroyo Cubilar y su tributario el Majano cuentan en sus orillas con las ruinas de siete molinos (Ma 1), (Ma 2), (Ma 3)  y (Cu 1), (Cu 2), (Cu 3) y (Cu 4) (Foto 41). Todos son de presa en arco invertido con edificios muy toscos de  pizarra. Únicamente tienen como dependencias la sala del molino y en algún caso una pequeña cuadra adosada. Por su cercanía a Campillo de la Jara pudieran ser estos los artificios que aparecen en las relaciones de Felipe II como molinos “de sequera”.

Presa de uno de los molinos del río Huso

En las cercanías de Puerto Rey y Minas de Santa Quiteria hay dos molinos, uno sobre el río Fresnedoso con restos de un cubo y otro sobre el arroyo de Valderromero cuyo receptor es una presa en arco invertido (Frg 1) y (Vr 1) .

En término de Navalmoralejo, sobre el Andilucha, podemos todavía hoy visitar los restos de un molino con dos grandes rampas paralelas que movilizaban dos piedras. Los canales tienen dos grandes ensanches antes de las rampas que hacían las veces de balsa (Ad1).

Presa de un molino sobre el río Huso

En el río Uso todos los molinos movían sus piedras  con las típicas presas jareñas, salvo el último de ellos (U 7) que contaba con tres rampas de buenas dimensiones (Foto 42). Estos molinos del Uso son en general  de mayor tamaño que sus paisanos de la Jara, estando generalmente dotados de una cuadra y una cocina además de la sala del molino.

En el tercero de ellos (U 3) encontramos uno de los pocos casos de doble presa con doble canal pues, situado en la misma desembocadura del arroyo Cubilar en el Uso, toma caudal de ambas corrientes. Cuenta con dos cárcavos y en uno de ellos parece haberse alojado la única cuba de regolfo que funcionó en la comarca de La Jara.

Entrada a las rampas de un molino en el río Huso

El molino número cinco del río Uso (U 5) se adapta muy bien a la topografía de la ribera mediante una curiosa planta muy alargada. Es de los pocos casos en que el vector de paso del agua bajo el edificio no sigue una dirección perpendicular a la corriente fluvial, sino que esta es casi paralela al eje mayor del edificio molinero (Foto 43).

Molino abovedado en el río Huso

El sexto molino (U 6) es el que presenta aspecto de mayor antigüedad. Tiene cegado el receptor y parte de la sala que, para dotarle de mayor resistencia, está abovedada y presenta huellas de varias reformas y adaptaciones. Está construido, junto al séptimo de los molinos del Uso, en típica arquitectura popular de mampostería granítica, material menos frecuente que la pizarra en los molinos jareños. El séptimo ejemplar también se sitúa en el encajonado cauce bajo del Uso, donde sus avenidas hicieron necesario el recrecido de sus muros dado que las aguas lo destejaban al no estar anteriormente cerrado con bóveda.

Plantas esquemáticas de los molinos del Pedroso, cerca de Mohedas

Probablemente las aguas del embalse de Azután ocultan los restos de un octavo molino del Uso que podría haber estado más cercano a la Ciudad de Vascos y ser el que se nombra en el Libro de la Montería.

Otro de los molinos del Pedroso

POZAS DE GREDOS y unos versos

POZAS DE GREDOS y unos versos

Poza en la Garganta Blanca

Como es mucha la flama ¿Qué mejor lugar al que ir que una de las pozas trasparentes de Gredos?

Uno de los lugares cercanos donde nos podemos saciar de naturaleza, un auténtico tesoro natural del que os traigo algunas fotografías de la Garganta Blanca, Tejea, Chilla o Eliza. Ese agua es la que se quieren llevar con lo que llaman engañosamente trasvase del Tajo- Medio

Y también unos versos de San Juan de la Cruz pintados en una pizarra junto al monasterio. Versos de este místico que en la naturaleza encontraba su mejor inspiración.

Versos de San Juan de la Cruz en una pizarra de las Batuecas
Poza en la Garganta Tejea
Poza en la garganta de Chilla
Poza en Gredos
Poza en la garganta Eliza

Y ACABAMOS CON EL SANGRERA DESEMBOCANDO EN PUEBLANUEVA

Y ACABAMOS CON EL SANGRERA DESEMBOCANDO EN PUEBLANUEVA

Río Sangrera en su tramo bajo

Acabamos con nuestro recorrido fluvial por el Sangrera con su último tramo y desembocadura en en el Tajo cerca de Pueblanueva.

Como su nombre indica es una de las últimas poblaciones fundadas en La Jara, aunque sus habitantes de hace 500 años dicen en las Relaciones de Felipe II que se llamó así para diferenciarlo de La Puebla de Montalbán. También según ellos un noble de Talavera, el comendador de la orden de Santiago don Pedro Cervantes vendió a unos campesinos el territorio donde se asentaba una posada de colmenas llamada Esperabarbas y sobre él se levantó el pueblo poco a poco.

Detalle de uno de los blasones de las casonas de Pueblanueva

El valle del Sangrera gana anchura y la tierra se va haciendo más fértil  con labranzas sucesivas que lo aprovechan. Al final aumentan los bosquetes de ribera con alguna choperas, saucedales y fresnedas con manchas de encinar y chaparreras sobre todo en las barreras que delimitan el valle.

Por debajo de la carretera de la antigua de Talavera  hay restos de un molino en el Sangrera, el único de este tramo y poco antes desemboca el el arroyo de Santa Cruz llamado así por encontrarse allí un antiguo poblado hoy desaparecido y del que apenas quedan fragmentos de piedra y algunas huellas de antiguos muros.

En las rañas de Pueblanueva encontramos balsas cuyo paisaje contrasta con los barbechos de secano.

San Bartolomé, Las Abiertas, Pueblanueva,y Santa Cruz de la Jara formaban parte de una parroquia original llamada San Pedro de Almofrague de la que ya hace siglos sólo quedaba una ermita.

Otro de los poblados del ámbito de Pueblanueva es Las Vegas de Santa María, cerca de del antiguo pueblo de Santa María de las Albueras, donde se halla un mausoleo romano del que hablaremos en otra ocasión. También se encuentr muy cerca el yacimiento romano de La Órbiga llamada luego La Hormiga.

Torre de la iglesia de Pueblanueva

Si lo deseamos podemos acercarnos hasta La Pueblanueva. Aquí podemos tapear en algunos de sus bares y mesones para después dar una vuelta por el pueblo y observar la arquitectura popular de aparejo mudejarista, más similar en su estilo a las de las cercanas poblaciones de la comarca de Valdepusa que a las de La Jara, comarca en la que se sitúa esta villa.

Portada mudéjar cegada de la iglesia de Pueblanueva

El aparejo es de ladrillo en verdugadas y machones que enmarcan lienzos de tapial que a veces se completa con hileras de canto rodado que hacen característica la arquitectura de Pueblanueva. Otras viviendas tienen muros lisos enjalbegados o revocados más parecidos a los jareños.

Ermita de Nuestra Señora de la Paz en Pueblanueva

Podemos también visitar la iglesia con una torre de cierto mérito y la puerta norte gótico mudéjar cegada  la coqueta ermita de la Virgen de la Paz y algunas casonas con escudos señoriales. Y no es raro por las varias dehesas que en el entorno de Pueblanueva eran propiedad de nobles y prelados como Juan Suárez de Carvajal, obispo de Lugo, Juan Suárez de Toledo, señor de Gálvez, o Hernán Duque de Estrada.

Detalle de la arquitectura popular de Pueblanueva

Hay otro paraje de interés al que podemos llegar tomando  la carretera que en dirección a levante se dirige hacia Bernuy para llegar hasta donde cruza sobre el arroyo de Valdevendenga, cuyo cauce recorreremos por un camino que discurre paralelo a él y a las muchas huertecillas de aspecto ameno que se salpican en sus orillas, con sus norias, sus emparrados, sus alberquillas y una arquitectura popular muy característica por el aparejo de tapial y núcleos de piedra caliza muy blanda, los llamados  “lentejones» que se cocían antiguamente para obtener la cal, y que se ponen en diversas formas de las que la más peculiar es la disposición en espiga.

Aparejo de lentejones, canto rodado y barro en la arquitectura popular de Pueblanueva

Fue pueblo de abundantes tejares y también se producía cal.

Salvo el curso más bajo del arroyo que lo ha ocupado una urbanización, el resto guarda todavía el ambiente de las huertas tradicionales con las barreras cercanas cubiertas de olivos y el arroyo flanqueado por chopos, álamos, fresnos y sauces.

Chozo en las riberas del arroyo en Pueblanueva

Relacionado con este pueblo  está el ilustre Padre Juan de Mariana, padre de las ciencias históricas en España e hijo de un canónigo de la colegial de Talavera y una moza de Salguero, una labranza de Pueblanueva.

SANGRERA (6) A SU PASO POR BARTOLO

SANGRERA (6) A SU PASO POR BARTOLO

Las llanuras de las rañas son los paisajes más predominantes de San Bartolomé

Sale de su encajonamiento el río Sangrera a la altura del puente de la carretera que va de Alcaudete a Los Navalmorales y entra en una zona mucho más llana con las barreras de las rañas cubiertas de matorral mediterráneo. Entre los barbechos discurre su cauce por un valle en el que se encuentran restos de villas romanas y rodeado de fresnedas, choperas y saucedas aunque en verano solamente quedan algunos charcos y corre en pocos lugares.

Fresnedas del Sangrera

Cruzamos ahora por la carretera de Talavera a San Bartolomé de las Abiertas pueblo Jareño que visitaremos. Cuando vamos subiendo la primera cuesta vemos a la izquierda los restos del pintoresco palomar del Encantado levantado en ladrillo, tapial y ladrillo y en el que todavía vemos los huecos destinados a alojar a las aves.

Casona ayuntamiento de San bartolomés

Se trata de una localidad jareña cuyo nombre viene de la unión de dos pueblos, uno de ellos despoblado hoy día del que solamente queda la fuente y pilón. San Bartolomé se llamó primero «de Valdecelada» que querría decir valle de la emboscada. Más tarde se llamó San Bartolomé de la Raña en 1578, y ya en el siglo XVIII San Bartolomé de las Abiertas, el despoblado en cuestión.

Se conoce el nombre de los cuatro primeros pobladores de Villaluenga que recibieron permiso para fundar el pueblo hacia 1510.El nombre de San Bartolomé se puso según tradición por sorteo entre varios santos.

Fuente de Las Abiertas, localidad hoy despoblada

Las Abiertas se funda en 1496 por un vecino de Cazalegas y otro de San Martín de Pusa, pueblo al que se dirigía el camino junto al que se funda la aldea. Cuando está a punto de desaparecer se unen las dehesas de los dos pueblos. La iglesia estaba bajo la advocación de Santa marina y no queda rastro de ella.

Palomar del Encantado en San Bartolomé de las Abiertas

La iglesia de San Bartolomé es modesta aunque tiene un artesonado de cierto valor. También hay una casona del siglo XIX en la plaza que se ha restaurado y que aloja al ayuntamiento.  La arquitectura popular es de canto rodado de las rañas con adobe, tapial y ladrillo.

Río Sangrera en su tramo medio

SANGRERA (5) PASANDO POR RETAMOSO

SANGRERA (5) PASANDO POR RETAMOSO

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es escanear0191-1024x689.jpgSeguimos nuestro recorrido fluvial y poco después de la confluencia con el río Fresnedoso se encuentra en la ribera del río Sangrera y rodeado de un entorno muy agradable  el molino del Grajo. Es un magnífico ejemplar de molino de cubo de grandes proporciones y construido en mampostería granítica con tres pisos en los que se distribuyen sus dependencias, la maquinaria y el motor suplementario de gasoil para épocas de sequía.

A partir de aquí el río, tras atravesar un ameno soto de fresnos, entra como otras corrientes fluviales de La Jara en un cañón granítico que en este caso es algo menos profundo pero tiene algunos lugares pintorescos por lo encajonada del río, para luego salir a una zona de vega mucho más ancha que discurre entre  las barreras que delimitan las rañas jareñas el término que atravesamos es el de

Río Sangrera a su paso por término de Retamoso

RETAMOSO

PATRIMONIO HISTÓRICO -ARTÍSTICO

Entre los valles del río Pusa y el Sangrera se asienta este pequeño pueblo que comenzó su andadura histórica siendo una alquería o labranza de Torrecilla, desde donde, a mediados del siglo XVI, vinieron algunos labradores que se asentaron en las orillas de los arroyos Retamoso y Piloncillo. En anteriores escritos medievales aparece “Retamosa”, en alusión a una zona rica en vegetación de retamas.

Empedrado a la entrada de la iglesia de Retamoso

Es uno de los lugares, dehesas y alijares que aparece en una sentencia del siglo XV del deán Riaza, vicario del arzobispo toledano que le envía, como señor que es de Talavera y sus tierras, con el objetivo de que recupere para los propios de la villa determinados territorios no labrados que se destinaban para pasto de los ganados de sus moradores. En el ámbito de la cercana labranza de Valdelostrigos se encontró una lápida romana dedicada a los dioses infernales, pero no parece cierta sin embargo la identificación que hacen algunos historiadores de Retamoso con este lugar cercano de Valdelostrigos, porque el párroco de Torrecilla dice en 1782: “ más adelante, a distancia de una legua hacia poniente, hay otra labranza que llaman Valdelostrigos, que se compone de ocho casas y siete labradores”. Sin embargo asegura que “desde levante al norte, como a distancia de tres cuartos de legua (deTorrecilla) está una labranza que llaman Retamoso, la cual se compone de veinte y dos casas en donde residen sus labradores con toda su familia y criados, que su labor compone treinta pares de bueyes”.

Iglesia parroquial de Retamoso

También pertenece al actual término de Retamoso la labranza de Castrejón que, además de tener un nombre que sugiere la existencia de un yacimiento arqueológico situado en una elevación y probablemente fortificado, es lugar donde se han hallado restos y sepulturas que sugieren la presencia de los romanos y de pueblos prehistórico en la zona.

El pueblo se sitúa entre suaves vallejuelos en el borde de las rañas y su riqueza más característica son los hermosos olivares que lo rodean alternándose con los campos de cereal donde abundan liebres, conejos y perdices.

Palomar en Retamoso

CONJUNTO URBANO

La arquitectura popular es variada en sus materiales pues se utiliza tanto el tapial y como el adobe con zócalo de pequeñas cuarcitas. Algunas fachadas aparecen enjalbegadas o revocadas con cal y arena con algún esgrafiado. Tienen una o dos plantas con la troje o granero en la de arriba. El caserío se distribuye a las orillas del arroyo que cruza el pueblo de sur a norte

Soldadesca de Retamoso en los años 80

FIESTAS

Las fiestas están dedicadas a la Inmaculada como patrona local y se celebran el once y doce de Septiembre, aunque se han trasladado al mes de Agosto por la mayor afluencia de hijos del pueblo. Tiene su procesión y las celebraciones profanas acostumbradas en los festejos estivales. En Retamoso también se baila la “Pera” al igual que en Torrecilla y San Bartolomé de las Abiertas, aunque el ritmo no es exactamente igual.

Arquitectura popular mudejarista en Retamoso

Se está revitalizando la soldadesca local con sus alabarderos, pinche, abanderado etc., participando en distintos momentos festivos como en el entierro de la sardina que como otros elementos del carnaval todavía se conservan entre las gentes de Retamoso. También se celebraba otra fiesta de invierno, concretamente San Sebastián, día en que salían los “tiznaos”, llamados así porque los mozos se pintaban con aceite quemado e intentaban manchar a las mozas. También se encendían hogueras.

Carro pintado en Retamoso

 GASTRONOMÍA

Son platos típicos el salmorejo y la sopa de asadurillas además de las puches dulces que se hacen en la matanza. Como en Torrecilla, se aprovechan diferentes especies vegetales silvestres como las collejas o los cardillos, y se hacen tortillas de “ajopuerro”. La caza menor es muy abundante y en pocos pueblos nos cruzaremos en la carretera con tantas liebres y conejos.

En las fiestas se hacen los bollos de leche pero no debemos despreciar los cortadillos, los mantecados y las tortas de chicharrones.

RÍO FRESNEDOSO AFLUENTE DEL SANGRERA (4)

RÍO FRESNEDOSO, AFLUENTE DEL SANGRERA

Y DEJAMOS TORRECILLA

Valles del naciente del río Fresnedoso

En los valles de la sierra de Espinoso nacen arroyos como el de la Avellaneda, que como su nombre indica es de los pocos en la comarca con bosquecillos de este árbol, y otro de la Cereceda que suponemos tendría también ejemplares de esta especie, pues ya dijimos que en el naciente del Sangrera también los había.

Ambos se unen y forman el río Fresnedoso, un pequeño afluente del Sangrera que confluye con él por debajo de Torrecilla, pero pasando antes por la ermita de la Virgen del Valle y la necrópolis visigoda del Cerro los Moros.

Ermita de la Virgen del Valle de Torrecilla junto al Fresnedoso

ERMITA

La ermita de la Virgen del Valle es de planta rectangular con una sola nave y la capilla mayor rematada en falsa bóveda con pinturas del siglo XVIII. Su construcción data de 1673 y ha sufrido numerosas reformas que han deteriorado su aspecto, aunque es intención de los torrecillanos acometer su próxima restauración. Está dotada de un campanil y un pórtico sujeto por siete pilares en la cara sur, pero la entrada se realiza por otra puerta abierta más recientemente y cubierta por un pórtico moderno.

Leyenda en azulejos de la aparición de la Virgen del Valle. El pastor se asusta y dispara con su honda a la Virgen
Imagen de la Virgen del Valle con el «hematoma» de la pedrada en el pómulo izquiedro

 FIESTAS

Sin duda el más conocido de los festejos torrecillanos es la romería que el último domingo de Agosto celebran los lugareños y no pocas gentes de los pueblos cercanos hasta la ermita de la Virgen del Valle. Según la tradición se apareció a un porquerillo que estaba con su ganado en las orillas del río Fresnedoso y tanto se asustó el zagal, que con su honda disparó una piedra a la señora que se le aparecía, de manera que a este incidente achacan el hecho de que la imagen tenga una pequeña mancha en la mejilla, que sería el hematoma producido por la rusticidad defensiva del pastor, como se representa en un panel de cerámica instalado en el interior.

Castillos humanos que se hacen en la romería de la Virgen del Valle, donde también se baila la Pera

En la “función” se baila el antiguo baile de la pera entre ofrendas y la elevación de castillos humanos. Una piedra del interior de la iglesia tiene un orificio por donde es tradición, salía la retama sobre la que se produjo la aparición.

GASTRONOMÍA

Son muy dados en Torrecilla a la recogida de especies silvestres con las que realizar algunos platos como los cardillos, las tortillas de espárragos o collejas y las deliciosas setas de cardo. En la matanza se hace un curioso guiso con la “fafada” y la cabeza del cerdo con almendras entre otros ingredientes y también se elaboran las puches o las gachas y otros platos como el salmorejo. Los dulces están representados por los “retorcíos”, las rosquillas, la rosca de los quintos o los huevos con leche y mantecados y cortadillos exquisitos.

RÍO SANGRERA (3) CONOCEMOS ESPINOSO

RÍO SANGRERA (3) CONOCEMOS ESPINOSO

En la anterior entrada conocíamos la historia de este pueblo jareño situado en el valle del Sangrera, hoy nos daremos una vuelta por su patrimonio.

Interior de la iglesia parroquial de Espinoso del Rey

LA IGLESIA

En principio, su iglesia dependió de la de Alcaudete, hasta el año de 1779 en que se convirtió en parroquia independiente. Se trata de un templo construido primitivamente en el siglo XVI, aunque fue ampliado y reformado en el siglo XVII y XIX. En 1923 se derribó el campanario adosado que se había edificado en el siglo XVII.

Retablo de la iglesia parroquial de Espinoso procedente de la iglesia de San Marcos de Toledo

Está levantada en mampostería y ladrillo y tiene planta de cruz latina con tres naves, siendo la central más ancha y alta rematando con la capilla mayor de planta rectangular. Las naves están separadas por tres arcos de piedra de medio punto apoyados sobre columnas y se encuentran cubiertas por techumbre de madera. El crucero está techado con artesa octogonal y los brazos del crucero con artesonado de par y nudillo. La portada es de ladrillo y se localiza en la cara norte. La torre es de tres cuerpos con el primero de sillería. El retablo original labrado durante el siglo XVI se destruyó en la Guerra Civil y en 1981 se instaló en su lugar otro que fue traído de la iglesia de San Marcos de Toledo. La parroquia tiene la advocación de Santiago Apóstol.

ERMITA

Foto de la ermita de la Virgen de los Remedios con su antiguoaspecto

Junto a la carretera de Torrecilla, al norte del caserío, se sitúa la ermita de la Virgen de los Remedios, patrona del pueblo. Es un edificio con planta de cruz latina de brazos muy cortos con la entrada a los pies y con un atrio a dos aguas sobre pilares de ladrillo. Está rematada con una pequeña espadaña y la puerta es de arco de medio punto. La fábrica del edificio es de aparejo toledano, siendo la construcción primitiva de la segunda mitad del siglo XVII con varias reformas posteriores. Desde ella se divisa una hermosa vista panorámica sobre las sierras y rañas jareñas.

Ermita de la Virgen de los Remedios con su aspecto actual

CONJUNTO URBANO

Tiene Espinoso del Rey una peculiar arquitectura en estilo popular neo-mudéjar con más de una docena de edificios característicos que si se conservaran formarían un bonito conjunto en torno a las dos plazas principales. Están construidos con mampostería de cuarcita recercada por ladrillo en ocasiones aplantillado produciendo variados motivos ornamentales. Algunos autores consideran que estas viviendas, que también encontramos con parecida tipología en pueblos cercanos como Navalucillos, habrían sido condicionadas estéticamente  por la influencia en la arquitectura local de numerosos albañiles portugueses que emigraron a la comarca a principios del siglo XX. También encontramos en el casco urbano y a lo largo y ancho del término las habituales edificaciones rústicas con las características generales de la arquitectura popular de la comarca en pizarra y cuarcita.

Arquitectura popular de Espinoso en ladillo y cuarcita

En la plaza se ha erigido un monumento con los elementos de una vieja almazara pues el olivar es el cultivo más importante de la economía local. Junto a él hay una fuente adornada con cerámica talaverana.  En el arroyo Fresnedoso se pueden visitar dos molinos de agua, uno de ellos en buen estado y en el Jébalo se encuentra el artificio que da nombre al paraje de El Martinete. Se trata del antiguo edificio donde se alojaba un ingenio movido por el agua del río para martillear incesantemente y tratar así los metales que se extraían en las minas del entorno.

Un chozo en la era de espinoso

GASTRONOMÍA

En Espinoso existen dos cooperativas de aceite donde comprar el preciado líquido jareño. La gastronomía, dado el entorno serrano, tiene entre sus ingredientes principales a la caza mayor aunque en sus rañas también es abundante la caza menor. La espinoseña Concepción Rueda nos recomienda los platos autóctonos de salmorejo, el ajocano, o las gachas. Otras dulces opciones son los panparandrones, las puches, el sopetón, los encañaos y las flores.

FIESTAS

Rulos de un lagar de aceite . El aceite de Espinoso como el de toda La Jara es de gran calidad

Los festejos veraniegos se celebran el 25 de Julio en honor de Santiago Apóstol. La imagen de Nuestra Señora de los Remedios permanece todo el año en su ermita hasta que, unos días antes del ocho de septiembre, se traslada en procesión a la iglesia. El pueblo la recibe con ornamentación de puertas y ventanas. También existe gran devoción en Espinoso a Nuestra Señora de los Remedios de Piedraescrita, aldea cercana perteneciente al ayuntamiento de Robledo del Mazo de gran valor artístico. Cada siete años, durante los meses de Mayo a Septiembre, o bien por necesidad causada por plagas o sequía, y también con una duración de cuatro meses, tienen derecho los espinoseños a tener en su poder la venerada y antigua imagen. El traslado a Espinoso es todo un acontecimiento para el pueblo y la imagen es acompañada por los agrestes parajes serranos que deben atravesarse rezando y cantando coplillas  a la Virgen. Primero se lleva la imagen a la vecina aldea de Navaltoril, también situada en el valle de Robledo. Allí se celebra una multitudinaria misa de campaña que preside también la imagen de la Inmaculada de Navaltoril con asistencia de gentes de todos los pueblos de los alrededores. Después se conduce la imagen hasta el paraje conocido como “El Agua de las Juntas” donde, en el mismo lecho del río, entregan la imagen las autoridades del valle a las de Espinoso. El camino es largo y para el recorrido se despoja a la Virgen de su corona y se la pone un manto para que no se moje, pues es mucha la fe en su intercesión para traer la lluvia en tiempos de sequía. Es recibida con las calles engalanadas con arcos florales y hierbas aromáticas alfombrando el suelo, entre la emoción de todo el vecindario que la espera en el paraje conocido como el “Plaerón”. Sobre la ermita y la imagen hablaremos en el capítulo correspondiente a Robledo.

Arquitectura popular de Espinoso en mampostería de pizarra y tapial

También se ha recuperado hace unos años la Soldadesca que sale el Domingo de Carnaval con su general, su abanderado- que baila la bandera-, el pincho- que lleva su bastón adornado con flores-, el tamborilero y ocho alabarderos, uno de los cuales es conocido como el chavero y se caracteriza porque lleva la alabarda decorada en forma de corazón y recoge los donativos para el convite.

EL SANGRERA (2) LLEGAMOS A TORRECILLA

EL SANGRERA (2) LLEGAMOS A TORRECILLA

El Sangrera va hacia Torrecilla, al fondo a la izquierda

Dejamos en el anterior capítulo el río cruzando la carretera de Los Navalmorales a Espinoso, que coincide en parte con la antigua calzada romana. A la derecha sobre el alto de la raña, a la derecha se encuentra Los Villarejos, cuyo nombre indica la existencia de poblaciones antiguas, lo que se confirma por los restos hallados en su entorno.

El río va festoneado de álamos y fresnos y atraviesa un paisaje más llano de barbechos y olivares con chaparreras en las barreras que limitan el valle del río con las rañas.. Atravesamos cerca de un paraje donde dice la leyenda que junto a una piedra se aparecía una señora vestida de blanco. la piedra desapareció al hacer el camino y parece que tenía un grabado en su parte superior.

Arquitectura popular de Torrecilla de La Jara

Como en tantos pueblos de La Jara, también en Torrecilla los vetones dejaron los verracos como recuerdo de su paso por aquí acompañados de sus ganados. Tres de estas características esculturas zoomorfas han aparecido en el pueblo y, aunque una de ellas se encuentra actualmente en Madrid, otra sí que podemos observarla formando parte de un monumento erigido en un pequeño jardín. Junto a la iglesia, en otro jardincillo, se ha colocado un sepulcro de granito probablemente tardorromano. No sabemos si este sarcófago tiene que ver con el que en las Relaciones de Felipe II dicen los informantes que existía en Torrecilla con la inscripción “Aquí yace Vera, sacrificada a los dioses que nos dan infierno”. Son numerosos los yacimientos de esta época dispersos por el término, como sucede en Los Villarejos, donde no sólo el topónimo, sino también los restos arqueológicos encontrados confirman esa presencia, al igual que junto al río Sangrera donde se halló una pequeña figura de bronce.

Uno de los verracos hallados en Torrecilla de la Jara

Consumada la invasión de los visigodos se produce en esta zona una dispersión de asentamientos rurales, como el que estaba situado a las orillas del río Fresnedoso y tenía su cementerio excavado sobre una elevación conocida como el Cerro de los Moros. Allí se encontraban numerosas sepulturas formadas por lajas de pizarra en las que aparecían restos óseos de individuos de altura considerable, hasta que el vandalismo destrozó la mayoría y un particular llevó algunas de las lanchas que las cubrían a Alcaudete. El ajuar de las tumbas era muy modesto, pues solamente se hallaba en algunas de ellas una pequeña vasija de un asa de clara tipología visigoda con algún pendiente de nácar o algún otro pequeño resto metálico. La existencia de cipos o piedras verticales indicarían la datación de algunas de las tumbas ya como de época musulmana.

Sepulcro y piedra molinera halladas en Torrecilla

El nombre de la población deriva de una de las numerosas torres de observación y defensa o atalayas que en la Edad Media servían a moros y cristianos para la detección inmediata del enemigo en los inseguros territorios jareños. Al principio Torrecilla se llamó “de los Valles” porque, al encontrarse en una situación media entre la sierra y la Jara Baja, su término está surcado por numerosos valles de arroyos y ríos que descienden desde la Jara Alta; como el Pusa en su límite oriental, el Castaño, el Sangrera, el Fresnedoso, el Valbellido o el Jébalo en su frontera occidental, por citar solamente los más importantes. También su patrona, la Virgen del Valle lleva ese antiguo apellido del pueblo y se encuentra alojada en la ermita erigida en las orillas del río Fresnedoso.

Puente de granito sobre el río Sangrera en Torrecilla

En el siglo XV ya aparecen algunas referencias a Torrecilla en sentencias relacionadas con las heredades talaveranas o en otro curioso documento de la Santa Hermandad fechado en 1505 mediante el que se premia a sus habitantes por la caza de un oso.

A principios de siglo se creó una leyenda en torno a la figura de Moraleda, un bandido generoso que parece dejó familia en Torrecilla en una vivienda que aún permanece en pie frente al monumento del verraco. Sus robos y asaltos se cometieron en su mayor parte en la comarca, refugiándose en una cueva cercana al río Pusa a la que también dio nombre.

Rincón de arquitectura popular en Torrecilla

CONJUNTO URBANO

En el casco urbano existe un bonito puente de construcción popular en granito que salva los vanos mediante grandes lajas del mismo material. En cuanto a la arquitectura rural, en Torrecilla podemos observar casas de adobe y tapial muy sencillas, y otras de mampostería de granito, como sucede con el conjunto que se encuentra junto al mencionado puente. Por último, podemos ver las viviendas de estilo mudéjar tradicional o toledano junto a otras que tienen en sus fachadas al ladrillo como protagonista enmarcando lienzos de mampostería de granito muy similares a las que caracterizan al cercano pueblo de Espinoso. De los tres viejos molinos que se encontraban en término de Torrecilla hoy apenas quedan restos.

Iglesia parroquial de Torrecilla de la Jara

LA IGLESIA

La iglesia se construyó en el último tercio del siglo XV y ha sido recientemente restaurada. Fue aneja de la de Alcaudete hasta 1774 y se encuentra bajo la advocación de San Miguel Arcángel. Sus muros están construidos de ladrillo y mampostería y tiene  planta de cruz latina con el ábside plano. La entrada se sitúa en la cara norte a través de una puerta con arco de medio punto. Es peculiar y graciosa la espadaña de ladrillo situada a los pies y compuesta de tres cuerpos, los dos primeros con dos arcos y el tercero con uno y rematado en frontón. En el interior del templo son de destacar la pila bautismal con vasija de cerámica talaverana del siglo XVIII y el retablo principal, también de este siglo, que, al igual que sucede con el de Campillo de la Jara, adornaba una de las capillas de la iglesia de El Salvador de Talavera.

Retablo de la igleisa de Torrecilla procedente de la iglesia de El Salvador de Talavera

VISITANDO UN MUSEO DE FÓSILES EN LA JARA

UN MUSEO DE FÓSILES EN LA JARA

EL MUSEO DEL GEOPARQUE DE VILLUERCAS EN NAVATRASIERRA

Trilobites

He tenido la oportunidad de visitar el museo de fósiles y de interpretación de la particular geología de las Villuercas en un pueblo jareño actualmente en la provincia de Cáceres, Navatrasierra.

Gráfico del museo de Navatrasierra que muestra un esquema de los plegamientos geológicos de los valles del Gualija y Guadarranques

Este pueblecito serrano se halla en pleno Camino Real de Guadalupe y es entidad local menor dependiente de Villar del Pedroso, pero con sus apenas 180 habitantes ha potenciado tanto este recurso como el camino de peregrinación y otras iniciativas. Un paseo hasta allí es sumamente agradable y podremos entre otras cosas disfrutar de las impresionantes vistas desde el puerto de Arrebatacapas o la naturaleza agreste de los valles del Gualija o el Guadarranque, pero dejaremos para otro día todos esos atractivos cuando vayamos analizando los recorridos por el Camino de Guadalupe.

Crucianas sobre cuarcitas en el museo de Navatrasierra

Accederemos por Puente del Arzobispo, Villar del Pedroso Carrascalejo para, después de pasar el puerto,  encontrarnos ya en Navatrasierra, pueblecito que aún conserva algunos elementos de la arquitectura popular de pizarra y cuarcita y en cuyo subsuelo se han hallado por los propios vecinos en obras y excavaciones muchos de los fósiles exhibidos y donados por ellos. Muchos de ellos, especialmente los trilobites son de gran tamaño, hasta de 20 centímetros.

Uno de los gráficos que muestran la fauna que hace quinientos millones de años vivían en el mar que inundaba La Jara

El museo se encuentra abierto viernes y sábado y las mañanas de los domingos y un joven geólogo explica de manera divulgativa y sencilla los secretos del relieve apalachense, uno de los geológicamente más antiguos y que da sus características formas al relieve de esta zona con sus empinadas sierras paralelas y sus cresterías en las cumbres que en realidad son fondos marinos elevados hace quinientos millones de años por grandes presiones tectónicas entre los dos continentes primigenios.

Otras especies de fósiles como gasterópodos y bivalvos

Además de la magnífica colección de fósiles se exponen gráficos y un audiovisual didácticos y atractivos que hace que esta visita valga la pena para después disfrutar del entorno por las muchas rutas del Geoparque de las Villuercas cuyos planos también te facilitan en el museo. Después podremos refrescarnos y tomar alguna tapilla en los bares de la localidad.

Los trilobites se hacían una «bola» para defenderse como hacen actualmente las cochinillas de humedad
Otros ejemplares de trilobites