Archivo de la categoría: Naturaleza y rios

CUANDO EL TAJO NO ERA SOLO CIENO Y MOSQUITOS

CUANDO EL TAJO NO ERA SOLO CIENO Y MOSQUITOS

Foto aérea del río de 1937 que muestra las islas y arenales del río limpios.
Foto aérea del río de 1937 que muestra las islas y arenales del río limpios.

El Tajo de las arenas de oro como lo describía Cervantes, era un río como todos, con sus crecidas y sus avenidas que limpiaban los fondos y las orillas descubriendo sus arenales para el disfrute de los bañistas.arenalescolor

Hoy se ha convertido en una charca sin apenas fondo de cieno ovas donde crecen los espadañares y el río se va quedando reducido a la mínima expresión gracias al trasvase y sus muchos cómplices.tajolimpio1
En el siglo XVII cuenta una historia de Talavera que los jerónimos hacían anualmente una procesión hasta los molinos de Abajo, entonces de su propiedad y después de oraciones y bendiciones abrían las compuertas bruscamente para que la corriente arrastrara la suciedad del río.islalimpia

Para que el río tenga un cauce fluvial con un régimen de caudales que limpie islas y playas como antiguamente tendremos que cerrar las compuertas del trasvase y así el Tajo volverá a ser simplemente eso, un río.

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PARAJES Y PAISAJES DE VELADA, Los Arenales de El Baldío y Sotos del Guadyerbas

PARAJES Y PAISAJES DE VELADA

Los Arenales de El Baldío y Sotos del Guadyerbas y otras cosillas

Camino sobre los arenales del Baldío de Velada
Camino sobre los arenales del Baldío de Velada

Esta es una villa que, a primera vista, da la sensación al visitante de no ser precisamente un pueblo rico en recursos naturales. Tal vez sea debido a esa idea sobre Velada que tiene el forastero por identificar su entorno con lo que en la comarca se conocen como “los llanos de Velada” y que no es otra cosa que el Baldío con su aspecto de llanura árida y arenosa que da al viajero una sensación casi desértica.

Pero el mismo Baldío es rico en matices paisajísticos. Los atardeceres con el farallón de Gredos al fondo son de una gran belleza y en su territorio encuentras sorpresas como esos helechares que parecen desentonar con el seco suelo, o esos islotes de vegetación donde todavía puede vislumbrarse lo que fue un antiguo bosque mediterráneo con sus alcornocales entre los que crece el brezo, planta serrana que también nos habla de la humedad subterránea de El Baldío que es el acuífero que alimenta a esa gran paga extraordinaria para Velada y sus gentes que es el cultivo de las sandías más famosas de Castilla. No dejan estos sandiares de tener también cierta belleza cuando en plena canícula verdean sobre los arenales de El Baldío que además se adorna con  esas fuentes que salpican los llanos dando una sensación de modesto oasis en medio de la llanura, sobre todo en el entorno del arroyo de La Fresneda o del arroyo de los Huertos con su presa de abastecimiento que recuerda que Velada ha sacado desde siempre su agua y su pan de estas tierras comunes que todos debemos cuidar.

Son de destacar los arenales El Baldío que son curiosísimos, pues en ocasiones parece que recorremos caminos playeros cuando atravesamos estas llanuras.

Alcornoques con el corcho recién extraído en el Baldío de velada
Alcornoques con el corcho recién extraído en el Baldío de velada

Pero Velada también tiene bosque, un inmenso bosque adehesado que no tiene nada que envidiar a los extremeños, y es que en realidad los romanos nos tenían incluidos, como toda la comarca de Talavera, en la Lusitania, con capital en Mérida. Esas grandes dehesas que se prolongan desde aquí hasta Rosarito son la mayor sorpresa que tuve yo al conocer los alrededores de Velada. Se puede viajar por el Camino Real y otros cordeles hasta Ventas de San Julián recorriendo alcornocales y encinares que , en las zonas más húmedas, se salpican con quejigos e incluso con algún roble. Esta enorme masa vegetal rompe su monotonía con un gran número de arroyos como el de los Huertos, Corralejo, La Pontezuela o Mangas de Cuero, nombre hermoso de puro medieval para un arroyo. Son  corrientes  que se suelen agostar en el verano pero tienen en sus riberas una magnífica vegetación de fresnos, espino blanco o algún chopo, manteniendo la frescura durante todo el año.

El casco urbano se sitúa en las últimas estribaciones de la sierrecilla que desde antiguo se conocía como El Berrocal. En ella se sitúan pueblos como Mejorada o Segurilla y a su vez es una prolongación de la Sierra de San Vicente. Estas pequeñas elevaciones se utilizaron como canteras donde se han labrado los sillares y muchas de las piedras con las que se construyeron las casas del pueblo con su característica arquitectura popular de mampostería enjalbegada. La ermita de la Virgen de Gracia se sitúa en estas últimas estribaciones berroqueñas al pie de las que las gentes de Velada vieron buen lugar para plantar las viñas que nutrirían sus pitarras junto con las que se sitúan en la zona oeste del pueblo, a ambos lados del camino de El Barrero. Ese mismo paisaje granítico lo encontramos en la zona norte del término, en las inmediaciones de ese conato de pueblo que fue Aldea de Arango y las inmediaciones de el arroyo Nahínos. Este arroyo aparece en el Libro de la Montería de Alfonso XI como el arroyo de Anadinos  que quiere decir “de los ánades” o sea,  de los patos, y es cierto que hay gran cantidad de estas aves en el curso alto del arroyo, cerca de Montesclaros. También en las proximidades de los límites con este pueblo vecino, se encuentra otro de los parajes más interesantes del señorío de  Velada, se trata de una extensa mancha de robles que se reparten por las inmediaciones del arroyo de la Robledosa en la zona conocida como Cabezas.

Una de las viejas encinas de El Toril en El Baldío
Una de las viejas encinas de El Toril en El Baldío

Hemos hablado ya de la vegetación que acompaña a los pequeños arroyos que cruzan por el término de Velada pero, donde el bosque de ribera se hace verdaderamente más exuberante, es en las orillas del río Guadyerbas lugar en el que además de los fresnos y los espinos que forman auténticos bosquecillos en la zona de la Aliseda, se encuentran también , como su nombre indica, ejemplares de aliso, un árbol que precisa de humedad permanente. Otra especie que también se e puede ver en las proximidades del Guadyerbas es el endrino, el arbusto con cuyos frutos se elabora el pacharán.

Siguiendo con las curiosidades botánicas hay que resaltar los enormes ejemplares de algunas especies arbóreas de nuestro término. El alcornoque Pavero recientemente desaparecido tenía unas dimensiones impresionantes aunque no ha sobrevivido a las últimas sequías. Parece que su nombre procede del hecho de que su copa servía de refugio a las manadas de pavos que antiguamente recorrían las dehesas del pueblo aprovechando la montanera, como los cerdos. En las orillas del río Guadyerbas a su paso por Trujillanos y La Aliseda se encuentran ejemplares de espino blanco de un porte arbóreo lo que no es habitual en esta especie. También hay repartidos por las dehesas de Velada algunos ejemplares de mesto, especie híbrida de encina y alcornoque realmente escasa. En la finca ribereña de El Torilexiste en la orilla sur una gran mancha de encinas vetustas, tan viejas como he visto pocas con sustroncos retorcidos y comidos por su corazón por el paso de los años.

Todo el curso del Guadyerbas es un paraje con un gran interés natural que se percibe desde las “juntas” con Riolobos hasta el reculaje del embalse de Navalcán, que enriquece todas la primaveras el curso fluvial con una impresionante avalancha de peces, sobre todo carpas, barbos y bogas que suben a desovar en el transcurso del río por las tierras de Velada. Riqueza faunística que se puede también percibir en las numerosas conejeras que salpican las zonas inmediatas al curso fluvial y que son vigiladas por aves rapaces de varias especies que intentan alimentarse de los roedores. Son también muy abundantes los abejarucos que sobrevuelan El Baldío y que anidan haciendo sus galerías en la arena del mismo borde de los caminos. Un espectáculo impresionante es el de las miles de grullas que en el invierno pasan por la zona del pantano con su característico sonido.

Fuente de Praomaría y al fondo El Baldío
Fuente de Praomaría y al fondo El Baldío

No debemos olvidar otra de las riquezas naturales que tenemos como es el gran número de cañadas y cordeles que cruzan el término, además de toda una serie de caminos de gran interés para el senderismo y los deportes al aire libre. Son caminos que en general han sido respetados y los “velaínos” pueden discurrir por ellos disfrutando de la naturaleza, pero en los últimos tiempos, la caza, que quiere conseguir poner puertas al campo, está logrando que en algunas fincas particulares no se respeten los caminos públicos que son de todos y que el ayuntamiento debe vigilar para que se mantengan abiertos.

Velada tiene una riqueza natural importante que a veces es desconocida y poco valorada incluso por sus propios habitantes pero que yo les invito a descubrir.

PARA MÁS INFORMACIÓN SOBRE EL PARQUE FLUVIAL DE LOS ARENALES DE EL BALDÍO recomiendo el siguiente enlace:

http://www.revistamedioambientejccm.es/articulo.php?id=15&idn=6

TRECE MENTIRAS Y UN MANTRA SOBRE EL TAJO QUE USTED NO DEBE CREER

DOCE  MENTIRAS Y UN MANTRA SOBRE EL TAJO

QUE USTED NO DEBE CREER

Mentira 1ª: “Esto lo arregla el Plan Hidrológico Nacional”. Falso: El dichoso plan no derogaba el trasvase y dejaba al Tajo tal cual.

Mentira 2ª: “Con el Plan Hidrológico Nacional, en vez del Tajo se trasvasaría del Ebro”. Gran engaño generalizado, ya que en el Plan esto no aparece por ningún lado, y no por repetido deja de ser falso.

La histórica manifestación en defensa del Tajo de Talavera de 2009
La histórica manifestación en defensa del Tajo de Talavera de 2009, a su paso por la calle San Francisco

Mentira 3ª: “El trasvase es solidario” El trasvase es la colonización de una comarca pobre por otra región rica. ¿Desde cuándo eso es solidaridad? Eso es Robin Hood al revés. Por el trasvase no va agua, van euros. Unos se empobrecen para que otros se enriquezcan.

Mentira 4ª: “Al río Tajo le sobra agua, luego se puede trasvasar” Esta es la gran falacia sobre la que se apoya el expolio del río. Cuando se hizo el trasvase, las aportaciones en cabecera eran de hasta 1300 hectómetros cúbicos al año y se llevaban 500, hoy solo caen los 500 y se llevan la práctica totalidad. Incluso hay años que se han llevado el 120%.

El Tajo en los años 70 a su paso por el Castillo de Malpica, residencia medieval del señor de Valdepusa

Mentira 5ª: “Murcia necesita el agua” Con las desaladoras, sus acuíferos y sus propios recursos solamente es una cuestión de precio. Pero claro, el trasvase les sale casi gratis. Así lo han reconocido entre otros catedráticos de hidrología de la universidad murciana. Y más, teniendo en cuenta el gran número de hectáreas regadas ilegalmente.

Mentira 6ª: “Lo importante es una reserva en cabecera”.  Falso. Lo que realmente es necesario es un caudal ecológico real y verdadero en Aranjuez, Toledo y Talavera.

Mentira 7ª: “El agua del Tajo es de Castilla-La Mancha” Falso. El Tajo es de los pueblos y ciudades de la cuenca del río Tajo. Da exactamente igual que vaya a regar los campos de golf de Murcia o a los viñedos de La Mancha.

Mentira 8ª: “Madrid necesita el Alberche”. Falso: Madrid está en la cuenca del Tajo y puede abastecerse de sus embalses de cabecera sin tener que utilizar el caudal del Alberche necesario para los regadíos de Talavera.

Mentira 9ª: “El problema es la sequía”. Falso: El problema es la gestión nefasta de los ríos por intereses políticos y electoralistas, aunque la sequía agrava la situación.

El Tajo a su paso por Valdeverdeja

Mentira 10ª: “El agua no es de quien la ve pasar” Falso: De quien seguro que no es el agua es de los especuladores urbanísticos de la costa murciana. En todas las normativas europeas la cuenca cedente tiene preferencia para mantener su caudal ecológico sobre los intereses económicos de la cuenca favorecida.

Mentira 11ª: “Aprobada la construcción de estaciones de aforo para medir el caudal del Tajo en Talavera y del Alberche en Escalona” Verdadero, pero los políticos se hacen el longui. Aunque las aprobaron en el senado con los votos del PP y el PSOE y se presupuestaron, no las construyen porque no les interesa que se pueda demostrar ante un Juez o ante Bruselas el lamentable estado de nuestros ríos que trasgrede la normativa.

Mentira 12ª: «La tubería del arroyo de las Parras supone la modernización de los regadíos». Falso de toda falsedad. El objeto de esa tubería es regar con el Tajo en lugar de con el Alberche, es convertir a la vega de Talavera en la balsa de sedimentación de toda la mierda biológica y química de Madrid.

Mentira 13º: «Hay políticos que defienden el Tajo» La madre de todas las grandes mentiras. No hay ni un solo político, congresista o senador, que se haya manifestado taxativamente y en sede parlamentaria contra el trasvase y en defensa de los intereses de los ciudadanos ribereños del Tajo. .

Un mantra: “Agua en cantidad y calidad” No por repetida, esta demagógica frase quiere decir algo, ya que nunca dicen nuestros poco comprometidos representantes ni qué cantidad ni qué parámetros de calidad quieren para el Tajo. Es mantra de los políticos para con este latiguillo, salir del paso y no decir nada sobre el trasvase, y así salir del paso.

El Tajo a su paso por Toledo

RÍOS DE HISTORIA, LOS VETTONES

LOS VETTONES

Nuevo capítulo sobre nuestra historia en relación con nuestros ríos. Hoy, ya en la edad del hierro,  el pueblo vettón, que ocupó nuestro territorio antes de la llegada de los romanos.

Bocado de hierro del atalaje de un caballo hallado en el castro de El Bercial
Bocado de hierro del atalaje de un caballo hallado en el castro de El Bercial

Sobre el sustrato del anterior periodo orientalizante, sobre esas culturas de transición de la Edad del Bronce a la del Hierro que lo conformaron, irán incidiendo corrientes culturales mediterráneas y centroeuropeas que, al mezclarse con las variadas peculiaridades autóctonas, irán conformando la personalidad de los pueblos protohistóricos que van a encontrar los romanos a su llegada a Hispania en general, y a nuestra tierra en particular. Se produce durante este periodo una progresiva «celtización», una mayor influencia centroeuropea, cultural e incluso étnica, sobre unos pueblos que, como hemos visto en el capítulo anterior, ya venían recibiendo desde el suroeste de la península las influencias orientalizantes mediterráneas de pueblos fenicios y de los griegos a través de Tartessos.

Nuestra comarca, también en esta época histórica, se comporta como tierra fronteriza entre diversos pueblos. Los carpetanos, los lusitanos y sobre todo los vettones, ya que es en el ámbito de este mundo vettón, de la llamada cultura de los verracos, donde más cómodamente podemos situar a esta tierra, y así lo apunta Estrabón (III, 3, 1). Los datos de Plinio, los estudios ya clásicos de Boch-Gimpera y Caro Baroja, junto con las aportaciones de investigaciones arqueológicas recientes nos permiten conocer de manera más clara su existencia.

Carpetanos y vettones, podemos considerar que tenían unidades culturales poco diferenciadas, llevaban formas de vida arcaicas, si los comparamos con otros pueblos de la celtiberia, manteniendo elementos culturales de origen precéltico, incluso la lengua. Caro Baroja traza la divisoria entre los carpetanos y los vettones mediante una línea recta que discurriera a mitad de camino entre Toledo y Talavera y creo que es correcta su observación, pues esa línea coincide precisamente con el territorio en el que se han hallado verracos de piedra y así mismo con la línea que los romanos tomaron como frontera de su provincia lusitana.

Lámina del museo de El bercial que reproduce la vida cotidiana en el castro
Lámina del museo de El bercial que reproduce la vida cotidiana en el castro

Trasladando esto a época actual diríamos que en general las tierras de Talavera fueron vettonas y las tierras de Toledo carpetanas.

Se dedicaban estos antepasados vettones a actividades eminentemente ganaderas, en esencia pastoriles y disponían de terrenos comunales claramente diferenciados para cada aldea, donde pastaban sus ganados aprovechando las ricas dehesas. Ésta enraizada dedicación a la actividad pecuaria será característica peculiar de nuestra tierra hasta la actualidad.

Los vettones vivían según Plinio y Estrabón “circa Tagus” y era nuestro río el eje de su territorio, como lo consideran también los arqueólogos que han excavado el yacimiento de La Mesa, junto al embalse de Azután: “Es en este momento cuando se tienen muestras de la auténtica articulación del territorio, teniendo como eje el cauce del río y sus zonas de vadeo”

Sus poblados, casi siempre en lugares altos, estaban fortificados con murallas, a veces, con más de un recinto, separando la parte interior, más elevada y donde se encontraban las viviendas, de la exterior, que a la par de defensa, servía para encerrar y proteger sus ganados en caso de ataque. Sus construcciones no guardaban regularidad y empleaban como elementos fundamentales la piedra en la base del muro sobre la que levantaban el resto de la pared con adobe o tapial. El barro servía como argamasa y los techos eran de madera y escobones o retamas. Se sentaban sobre bancos corridos y en el centro de la vivienda se instalaba el hogar. Esos poblados elevados y fortificados junto a los ríos son los denominados castros, que tanto han marcado la toponimia de nuestras comarcas, en las que por doquier aparecen parajes y pueblos con nombres como castro, castrillo, castrejón y de los que Talavera también pudo ser un ejemplo situado en la confluencia del Tajo y La Portiña, y así lo atestiguaría el verraco embutido en la Torre del Polvorín. Otro castro que está siendo estudiado se sitúa también junto al río cerca de El Bercial, en Alcolea de Tajo, muy cerca del embalse de Azután. Bajo el pantano estaba el antiguo vado de Puente Pinos.

El castro está amurallado, con dos recintos levantados en piedra con taludes que la refuerzan y con torres de diferente planta. En el interior se encuentran varias fases de población iniciándose en la fase orientalizante anterior de la que se han hallado significativos elementos cerámicos. Hay como en otros yacimientos de esta época muestras de haberse desarrollado una industria metalúrgica doméstica en pequeños hornos caseros. También se han hallado cerámicas griegas que subieron hasta aquí con la influencia tartéssica. Se han encontrado numerosos huesos que nos hablan del predominio de la ganadería en la economía vettona.

Otros yacimientos similares son el de arroyo Manzanas, el de Cerro Torrejón en la desembocadura del Cedena en el Tajo, o el del El Raso junto a la garganta de Alardos, por citar algunos cercanos. Sin embargo, el yacimiento que en la Edad del Hierro II tiene una mayor importancia en las tierras de Talavera es el de arroyo Manzanas, cuya importancia supera el interés local porque puede aportar datos que servirían para dilucidar algunos de los problemas planteados por las culturas protohistóricas del occidente peninsular.

Castro del Raso en Candeleda. Las murallas y parte del poblado excavado
Castro del Raso en Candeleda. Las murallas y parte del poblado excavado

Este yacimiento al sudeste de Talavera, en los Cerros de la Raña y dando vista al Tajo, es el asenta-miento vettón más cercano que conocemos. Se sitúa el yacimiento en las elevaciones erosionadas con las típicas cárcavas de las terrazas del río, dominando las fértiles vegas entre Talavera y Las Herencias. Los primeros hallazgos se remontan al año 1924 cuando unos gañanes encontraron cántaros de barro en cuyo interior había restos humanos calcinados. Prospecciones sistemáticas posteriores nos han descubierto poblados instalados en lo alto de tres cerros que están trazados a partir de habitaciones de planta rectangular con gran abundancia de materiales: cerámicos, huesos, fragmentos de metal y escorias, todo ello en fase de estudio. También se ha localizado lo que puede ser una necrópolis de urnas para sus fases de ocupación desde el bronce final hasta que en el siglo II antes de Cristo. Cuando llegan los romanos fuerzan el traslado de los pueblos que ocupan situaciones estratégicas o fortificadas a los valles donde es más difícil su defensa. El propio nombre de Talavera en época romana (Caesaróbriga) nos orienta hacia su origen céltico, debido a la terminación en –briga, que parece significar población fortificada.

Este asentamiento del arroyo Manzanas tiene también el interés de contar con numerosos paralelos culturales con el castro de El Raso en Candeleda, aunque hay así mismo diferencias notables, como por ejemplo el entorno que en el caso abulense es más apropiado para la ganadería mientras que el talaverano estaría más vinculado a actividades agrícolas y mineras, sin descontar la actividad de intercambio por situarse en lugar de obligado paso en las comunicaciones antiguas. La actividad metalúrgica parece estar confirmada por el hallazgo de moldes, crisoles y restos de útiles metálicos; se ha vinculado esta actividad con los yacimientos y antiquísimas extracciones mineras de La Jara.

Vista de las excavaciones del castro de El Bercial con el Tajo al fondo.
Vista de las excavaciones del castro de El Bercial con el Tajo al fondo.

Otro de estos yacimientos es el del cerro Torrejón de Malpica de Tajo, donde encontramos cerámicas de clara influencia de las culturas de la meseta superior, digamos que más castreña, más céltica, del tipo de las enmarcadas en el ámbito de la llamada cultura de Cogotas II, nombre de un prototípico yacimiento cercano a Ávila.

Pero por otra parte, también se encuentran cerámicas de las llamadas «ibéricas» con referenciasen asentamientos andaluces de adscripción tartéssico-turdetanas.

También las fuentes clásicas hablan de la riqueza en oro de las aguas del Tajo y tampoco debemos olvidar la gran producción de oro de las minas de oro de La Nava de Ricomalillo desde hace siglos, además de las muchas vetas minerales que podían ser explotadas al sur de nuestro río.

Más dudosas son las adscripciones a la Edad del Hierro de otros hallazgos dispersos por la comarca, como por ejemplo las fortificaciones del posible castro situado en las cumbres de la Sierra de la Estrella, o ciertos hallazgos cerámicos de Navalmoralejo, Alcaudete o Belvis.

Clara influencia céltica observamos en su culto a los elementos de la naturaleza, ritos funerarios con incineración de los muertos, exposición a la intemperie de los cadáveres de los guerreros para que los comieran los buitres y desarrollo de la hospitalidad con los extranjeros, considerados como enviados de los dioses.

Bastión de la muralla del castro de Puente Pinos en El Bercial
Bastión de la muralla del castro de Puente Pinos en El Bercial

El grado de riqueza lo medían por el número de cabezas de ganado que cada familia poseía. Recolectaban productos silvestres, y era escasa su dedicación a la agricultura, aunque hacían incursiones belicosas contra los pueblos labradores vecinos para apoderarse de su cereal. Es de destacar el uso sistemático que hacen del hierro, tanto para aperos de trabajo como para las armas, que incluso eran alabadas por los romanos por su dureza y flexibilidad.

De las familias más poderosas salían los personajes más destacados, que gobernaban los poblados, tomando las decisiones a través de asambleas populares.

Recreación de la vida cotidiana en el Castro de El Raso
Recreación de la vida cotidiana en el Castro de El Raso

Parece que pronto estos pueblos del occidente, sobre todo los vettones, con fama de guerreros bravos y fieros, colaboraron con los romanos, viendo la imposibilidad de vencerlos, incluso, integrándose en sus ejércitos: «los vettones, que fueron los primeros que compartieron con los romanos la vida de campamento», que decía Estrabón, romanizándose después de manera paulatina y pacífica. De esta convivencia surge la famosa anécdota que relata Estrabón cuando un grupo de vettones «viendo una vez a ciertos centuriones ir y venir en la guardia, como paseándose, creyeron que se habían vuelto locos y quisieron llevárselos a sus tiendas, pues no concebían otra actitud que la de estar tranquilamente sentados o la de combatir». Hay un mito que aparece en varias fuentes clásicas que nos habla de cómo los vettones y lusitanos eran magníficos jinetes y montaban caballos especialmente rápidos. Los caballos del Tajo, situados para unos autorfes en la desembocadura y para otros en nuestro territorio, eran tan rápidos debido a las magníficas yegüas que parían veloces potros por ser fecundadas a las orillas de nuestro río por el céfiro, el viento del oeste. Recomendamos la visita al castro de La Mesa en El Bercial con su aula de interpretación en el pueblo y la del Castro de El Raso.

Uno de los elementos culturales más característicos del área vettona serán las grandes y toscas esculturas en piedra de animales (jabalíes, osos, cerdos, toros) relacionadas con cultos ganaderos que se ha denominado «cultura de los verracos», de los cuales hablaremos en el próximo capítulo.

LA LEYENDA DEL NACIMIENTO DEL ALBERCHE

DOS LEYENDAS

Hércules matando al rey Gerión, con las tres cabezas
Hércules matando al rey Gerión, con las tres cabezas

Gerión es el primer rey mitológico de Tartessos. Fue antepasado de Argantonio, el último rey y el que hizo progresar más su reino antes de que un gran cataclismo unido a la presión fenicia y al agotamiento del comercio de los minerales que le proporcionaban su gran riqueza acabara con aquella civilización..

De Gerión dicen los griegos que apacentaba sus manadas de bueyes junto al Guadalquivir y que uno de los trabajos de Hércules fue precisamente arrebatarle esos ganados. Gerión tenía tres cabezas y tres cuerpos y Hércules lo mató atravesando sus tres corazones con una flecha impregnada de la sangre venenosa de la Hydra.

Meandros por las praderas del primer tramo del río Alberche

Rafael Gómez, archivero municipal, ha recogido una curiosísima leyenda de nuestra comarca en la que aparece este rey Gerión como creador del río Alberche.

Hay dos versiones. En una de ellas el gigante Gerión se agacha a beber agua del Tajo y bebe con tanta sed que al levantarse se marea y su vómito hace que nazca el río Alberche. En la segunda lo que le provoca su sed desmedida es una gran necesidad de orinar y esta orina fluyente es la que da lugar al Alberche, cuyo recorrido tendría esa forma peculiar, con la característica gran curva que traza al entrar en la provincia de Madrid para dirigirse luego a Talavera, por el jugueteo con el chorro de la micción del propio gigante Gerión.

El Alberche a su paso por Navalosa
El Alberche a su paso por Navalosa

Hay otra leyenda con la que a veces bromeamos quienes tenemos afición por la historia, que como todas las leyendas puede que tenga algo de verdad. En algunos cronicones de los siglos XVI y XVII que hablan de la historia de Talavera se dice que nuestra ciudad fue fundada “por los griegos de Cádiz” y no es nombre de chirigota. Esto que parece un disparate, pues Cádiz fue en realidad una ciudad fenicia, puede que tenga algo de verdad.  Ya hemos visto cómo hasta el Tajo subió la cultura tartéssica, que era en realidad una cultura indígena con un probable sustrato céltico atlántico y muy influenciada y admirada por los griegos, que siempre la tuvieron como aliada contra las colonias de los fenicios, y que en muchos referencias clásicas se confunde con Cádiz.

¿Y quién nos dice a nosotros que la primera población fundada en la pequeña elevación a orillas del Tajo y La Portiña no lo fuera por gentes de aquella Edad del Bronce tan influenciadas por los “griegos de Cádiz”?

Fuente del nacimiento del Alberche

DIOSES DEL AGUA

DIOSES  DEL AGUA

En este nuevo capítulo de «Ríos de Historia» se trata del culto a los dioses relacionados con el agua y los ríos en la comarca de Talavera

Ya sabemos que algunas deidades vettonas estaban relacionadas  con el agua como es el caso del culto al dios Vaélico que dejó algunas aras votivas en el entorno del castro de El Raso y la desembocadura de la garganta de Alardos en el Tiétar.

Estela de Endovelico de Postoloboso en Candeleda
Estela de Endovelico de Postoloboso en Candeleda
Ara dedicada al dios Vaélico, relacionado con ritos acuáticos. Hallada en Candelda
Ara dedicada al dios Vaélico, relacionado con ritos acuáticos. Hallada en Candelda

Ya en época romana también se han encontrado inscripciones en lasestelas halladas en la misma Talavera a una diosa también relacionada con las aguas que es la diosa Ataecina, que para algunos eruditos también se relacionaba con los vados de los ríos y con los caminos y cañadas ganaderas. Es además la diosa del renacer, de la primavera y de la fertilidad, de la naturaleza y también de la curación, tiene relación concultos lunares y está también relacionada con la noche. Los romanos la identificaron con Proserpina, diosa también de los campos que volvía en primavera desde los infiernos para darles fertilidad. Su hija era Ceres la tan venerada en Talavera en la antigüedad con la fiesta de las Mondas.

Tiene así mismo la diosa Ataecina una componente como deidad o ninfa protectora de las aguas mineromedicinales, lo que entronca con su carácter de dispensadora de la salud y la fecundidad humana y de los campos. Es por ello que su culto se realizaba en altares o aras ubicados en las cercanías de estas surgencias de aguas que eran consideradas como poseedoras de especiales virtudes, aunque su santuario principal se situara en la lejana ciudad bética de Turóbriga, y aunque el mayor número (unas cincuenta) de las dedicatorias a esta diosa céltica, es en los muros, suelos y alrededores inmediatos de la ermita visigoda de Santa Lucía del Trampal ( palabra que significativamente quiere decir zona encharcada), cercana a la localidad cacereña de Alcuéscar, y levantada en el mismo lugar donde existió un antiguo santuario dedicado a la Dea Sancta Adaegina.

Escultura moderna que representa al los dioses vetones Endovélico y Ataecina en el embalse de de Arenas de San Pedro

La nuestra «Señora», «La Santa Señora» o «La Santa Diosa», unos epítetos muy poco frecuentes que también se dan en el dios Endovéllico o Vaélico y demuestran su importancia religiosa. Es representada con diferentes atributos, destacando la paloma blanca, la palma o el ciprés, la vid y sobre todo la cabra, de la que se han encontrado en sus lugares de culto exvotos representándola. Además de invocarla para pedir una curación también se hacía para maldecir a alguien, y el resultado podía ser desde pequeñas aflicciones del maldito hasta su muerte.

Para algunos puede que la diosa que fenicios y cartagineses llamaban Astarté y Tanit, reflejadas en la Dama de Baza y la Dama de Elche, fueran otras iconografías de esta divinidad.  Coincidió en algún lugar de Extremadura que los cristianos mantuvieron su culto bajo la advocación de Santa Eulalia.

En la propia Talavera hay una dedicatoria a esa diosa que

dice “A Ataecina, Flavio, hijo de preso le cumplió un voto con libre ánimo” , según Domingo Urbina

También en Caleruela hay otra muy curiosa en la que un soldado llamado Baso, hijo de Ioubeo, “caballero del ala vetona” del ejército romano “puso un ara en cumplimiento de un voto con libre ánimo”  Según transcripción de José Vidal Madruga:

Bassus / Turobri(gensis) / eques a/l(a)e Vetto/num ara/m posit / Ataecin/ae votu/m solv(it) / [l]iben[s] / [merito]

EL TAJO QUE YO CONOCÍ

EL TAJO QUE YO CONOCÍ

El merendero de El Paredón ya abandonado en el año 1974 El merendero de El Paredón ya abandonado en el año 1974

Cuando se hizo el 20-J de 2009 la multitudinaria manifestación en defensa del Tajo en Talavera, llamó la atención de los medios nacionales la presencia de algunos ciudadanos que portaban sencillas pancartas en las que,  sobre un cartón, pegaban fotografías de los momentos felices que pasaron en el  río antes de que nos lo usurpara el trasvase. Hay muchas razones  económicas, medioambientales e incluso de defensa de la propia dignidad para reivindicar nuestro río, pero lo que hoy  quiero contarles solo va de su aspecto más entrañable, humano y cultural.

La playa de Los Arenales con sus merenderos

Nuestro Tajo antes del trasvase  olía a río, un olor que ha quedado en el recuerdo y que no tiene nada que ver con el olor a cloaca y albañal que tiene hoy día. No era ya el río trasparente y de oro que describía Cervantes,  pero tenía el color de la vida, de verde o de tierra pero vivo. Hasta los cienos eran cienos que no olían a corrupción y a extraños componentes químicos. Aguas putrefactas  que llegan desde una ciudad de seis millones de habitantes y que producen extrañas espumas e irisaciones que hicieron en 2006 que muchos regantes se negaran a utilizarlas para sus cultivos.

Bañistas en la playa de Los Arenales en Talavera. Al fondo el casco antiguo y en primer plano uno de los frecuentados merenderos Bañistas en la playa de Los Arenales en Talavera. Al fondo el casco antiguo y en primer plano uno de los frecuentados merenderos

Siendo chavales íbamos con la familia a los merenderos del río. El conejo, la ensalada, el pollo, la tortilla o los filetes empanados que después del baño  devorábamos, acompañando la comida con el vino y la gaseosa, y por las noches a veces hasta se arrancaba alguien a tocar la guitarra. Había chiringuitos en Los Arenales, la Presilla, o el Paredón, aunque el recuerdo más entrañable que conservo es el del quiosco Miralrío, que se encontraba donde ahora está el colegio Madre de la Esperanza. La alberca con las carpas a las que echábamos migas de pan, con el chorro que salía del pozo y que, al intentar beber,  siempre daba calambre. La sombra deliciosa bajo los árboles con el sonido del agua corriendo por las acequias que también  con su chisporroteo llenaba de frescura los atardeceres de verano.

Recuerdo el paseo hacia los Arenales con las sombrillas y las familias talaveranas confluyendo hacia un puente de madera sobre el arroyo Berrenchín. La playa de arena finísima con islotes más elevados de álamos y tarayes,  y el baño en un río limpio con las gentes todavía con flotadores hechos de corchos o cámaras de neumático, incluso de tractor, las que provocaban más  envidia a los críos que nos lanzábamos desde un trampolín rústico hecho de tablas. Cruzar a nado a la isla del Chamelo, donde cogíamos paloduz nos provocaba la emoción de la aventura,  y también  ver a Telesforo con su barca y la noticia que nos sobrecogía de algún ahogado cuyo cuerpo había ido a recuperar.

Bañistas en la Playa de Los Arenales antes del nefasto trasvase Bañistas en la Playa de Los Arenales antes del nefasto trasvase

Pero el mejor de mis recuerdos es  el momento en que cogíamos un viejo saco mi hermano y yo, y arrimándole contra la orilla y alborotando entre los juncales,  lo sacábamos  rápidamente y dejaba en su fondo un verdadero tesoro de vida. Ahí aparecían carpillas, bogas, gambusias, barbetes, extraños insectos,  trasparentes camarones, o lampreas. Metíamos aquellas joyas en cubos de playa  junto a los mejillones fluviales, y se los enseñábamos a todos los críos, y a los mayores, a quienes  distraíamos en la sobremesa de café de termo y copa de soberano.

En Toledo con su playa de Safont, en Malpica, o en Puente habrá sin duda mucha gente que recuerda también todo aquello que nos robaron el día que se decidió que nuestro río fuera a enriquecer otras tierras, con la complicidad de quienes, habiendo sido elegidos para ser nuestros representantes,  sólo defendieron y defienden los intereses de su secta.

Las aguas limpias del Tajo en una postal de los años 60

LOS PRIMEROS PIRAGÜISTAS DEL TAJO

LOS PRIMEROS PIRAGÜISTAS DEL TAJO EN TALAVERA. EL CLUB CANOE PRECURSOR DEL TALAK

Competición de piragüismo del Canoe Club de talavera en 1934
Competición de piragüismo del Canoe Club de talavera en 1934

Hoy que Talavera cuenta con los hermanos Cubelo y otros campeones del mundo de piragüismo es bueno recordar a aquellos pioneros que allá por los años 30, y especialmente vinculados al Canoe Club de Talavera, comenzaron a hacer recorridos con espíritu deportivo y aventurero por el Tajo.

Muchas de estas fotos pertenecen a un cuadernillo editado por el Canoe Club, donde se habla de un año de singladura de aquella dinámica asociación fundada el 21 de Junio de 1933 con 56 socios y cuyo presidente honorario fue don Antonio Hesse y Corral a la sazón alcalde de Talavera que escribe en el folleto un artículo sobre los antiguos proyectos de navegación del Tajo. El primer presidente fue don Pedro Fernández y el delegado deportivo era don Fernando F. Sanguino siendo otro Sanguino, don  Ramón, el Vicepresidente y encargado de piragüismo con don  Vicente Forero. Ambos se hicieron populares por bajar desde Toledo a Talavera en piragua en un solo día. Contaba el club con 20 piraguas que curiosamente habían sido fabricadas en Talavera con gran calidad y que luego fueron aumentando.

Vicente Forero y Ramón F. Sanguino, precursores del piragüismo en Talavera
Vicente Forero y Ramón F. Sanguino, precursores del piragüismo en Talavera

Se hacían carreras individuales y por parejas y una de sus pruebas más populares era la denominada de los Molinos de Abajo entregándose los premios en la caseta del Club montada en la feria.

Sus instalaciones, junto al extremo sur del puente de Hierro se montaron con una suscripción popular de 3000 pesetas y se inauguraron en Julio, al mes de la constitución del club alcanzando en un año 220 socios

Los piragüistas del Canoe salen de excursión con sus piraguas a Arenas de San Pedro
Los piragüistas del Canoe salen de excursión con sus piraguas a Arenas de San Pedro

En otro artículo del cuadernillo se quejan de la fuerte corriente del río que dificulta el piragüismo y los concursos de natación. Compárelo el lector con el lamentable estado actual del río en verano.

Excursión en piragua a la barranca de la Media Luna
Excursión en piragua a la barranca de la Media Luna

Como sucedió con tantas otras iniciativas, parece que la Guerra Civil acabó con el Club Canoe, verdadero precursor de los clubs de natación y piragüismo actuales.

DESDE EL RISCO ÑAÑA, SINTIENDO LA JARA

DESDE EL RISCO ÑAÑA

Invierno en La Jara. El sol rojo se refleja al atardecer sobre las espesas columnas de humo y vapor de las almazaras que se levantan por encima de los caseríos de tejas rojas, rojos ladrillos y adobes colorados.

Las rañas jareñas vistas desde el risco Ñañas

Hileras interminables de olivos platean sobre las rañas movidos por el viento que se levanta al salir el sol después del chaparrón. Las duras cuarcitas que desde hacía siglos se comían las rejas de los arados romanos brillan mojadas sobre la arcilla. Verdean las jaras, este año jugosas porque el invierno húmedo y sin frío no las ha dejado consumidas y blanquecinas como en los años de secas pelonas y escarchas.

Vestidas con mil capas de chaquetas de chándal, rebecas y mandiles las mujeres salen por las mañanas en los remolques a varear las olivas, el único tesoro que les va quedando con las cuatro cabras y lo que deja el señorito por matar a los venados o el italiano por disparar hasta a los saltamontes.

Corrales y labranzas arruinadas desde el risco Ñañas

Y los chozos de pizarra se van derrumbando y las casillas de los olivares muestran sus muros de tapial lamido por el agua, con los cuartones y los cañizos de sus tejados pudriéndose bajo la lluvia y los cascotes. Y al fondo, las sierras antiguas se elevan con sus inmensos canchales de piedras quebradas y picudas que formaron antes enormes montañas. Grandes cordilleras que se formaron al elevarse hace millones de años los limos de un mar ancestral que dejó sus pequeños monstruos marinos impresos en la roca de Las Moradas o del Rocigalgo.

Cumbres de La Jara Alta desde el rico Ñañas Cumbres de La Jara Alta desde el rico Ñañas

Olor a alpechín y al barro pisoteado de los trampales de los caminos que se mezcla con las heces del ganado, de los rebaños que cada vez pasan menos por las coladas y cañadas, permitiendo que el monte se vaya comiendo las barreras. Y observo que siguen poniendo puertas al campo con las ilegales y elevadas alambradas de los amos, amos tan antiguos como los trilobites de las cumbres. Amos que adiestran a los guardas como a mastines porque no quieren que les roben sus ciervos alimentados como borregos que les sirven para darse tono con las amistades en nuestra Escopeta Nacional de nunca acabar.

Mirador del risco Ñañas Mirador del risco Ñañas

Voy subiendo hacia el Risco Ñaña, que me atrae con su vieja toponimia de magia y misterio, y me acompañan robles, pinos y castaños sobre los que planean los abantos. Desde allí un haz de luz que sale de repente entre las nubes negras ilumina como un foco gigantesco las rañas, las planicies perfectas surcadas por los valles del Pusa o del Jébalo. Muestran allí abajo su damero de olivares verdes, barbechos grises y labrados rojos. Y disfruto de esa atalaya lejos de los lenguajes binarios y simplones de los aparatejos que nos sorben el seso, y apartado también de la putrefacción urbana amasada por los nuevos bandoleros del voto y la mentira con sus corbatas verdes que tanta roña tapan, y a cuyo lado son criaturas inofensivas los golfines a los que perseguía por estos lares la Santa Hermandad, ejecutándolos sumariamente con sus ballestas atados a una encina . Hoy no hubieran tenido bastantes saetas.

Y con el viento frío que trae olor a jara, a hojas que se van pudriendo y a revolcadero de jabalíes, acompañado de una petaca de orujo de la tierra que templa el fresco, recuerdo las palabras del fraile leonés: “¡Oh campo, oh monte, oh río! Seguro secreto deleitoso”.

Quizá el último secreto deleitoso que nos va quedando.

Valle del río Sangrera en su naciente desde el rico Ñañas

TARTESSOS LLEGA AL TAJO, DE LA SERIE «RÍOS DE HISTORIA» (6)

RÍOS DE HISTORIA

TARTESSOS LLEGA AL TAJO

El PERIODO ORIENTALIZANTE DE LA EDAD DEL BRONCE

Estela de guerrero de Las Herencias
Estela de guerrero de Las Herencias

A partir de una serie de objetos metálicos singulares, se propuso hace unos años la existencia de una ruta natural en dirección sur-norte que discurría por el occidente de la península ibérica, ruta que sería el precedente de lo que más tarde, ya en época romana, sería la Vía de la Plata.

Desde Huelva y Cádiz, ascendía un trayecto jalonado de hallazgos de braseros y jarros, con ramificaciones por los valles de los grandes ríos hacia el interior. Varios hallazgos en la comarca de Talavera nos indican que al menos hasta aquí llegaba una de esas vías secundarias que nos relacionaban con el mundo de Tartessos.

El llamado «puñal de Ronda» o de El Carpio de Tajo, aunque en realidad se encontró en término de Mesegar, es de una tipología ya enmarcada en la llamada metalurgia del «grupo Ría de Huelva» y se datan en torno al siglo IV a. d. C.

La estela hallada en las Herencias, que pudiera estar relacionada con la  necrópolis indígena de un asentamiento cercano del Arroyo Manzanas donde se han encontrado algunas cerámicas contemporáneas, es una estela de las llamadas del tipo II C de Pingel. Este tipo se caracteriza por la presencia de figura humana a la que suelen acompañar una serie de atributos como la espada, lanza, escudo, carro o espejo. En nuestro caso, el personaje aparece tocado con un casco de cimera, una lanza con la hoja hacia abajo, un escudo con escotadura en V, una posible fíbula y tal vez unas tenazas bajo la mano derecha. También se ha datado en el siglo IX a.d. C.

Vasija de bronce hallada por el talaverano Jiménez de la Llave en Manzanas y que hoy se encuentra en el museo metropolitano de Nueva York
Vasija de bronce hallada por el talaverano Jiménez de la Llave en Manzanas y que hoy se encuentra en el museo metropolitano de Nueva York

El ajuar funerario de» Las Fraguas» fue dado a conocer por el historiador talaverano Jiménez de la Llave en 1860 y consiste en tres elementos, un jarro y un timiaterio en dos piezas además de la referencia a «trozos muy delgados de cobre que indican haber pertenecido a una caldera u otro cuerpo esférico». El jarro es de los llamados tartéssicos y es un jarro piriforme de boca plana con asa de triple sección que termina junto a la boca en tres cabezas de serpiente y que arranca de una palmeta con dos canalículos rematados en un capullo esquemático.

Entre los paralelos de este jarro había uno que era muy similar y que se encontraba depositado en el Metropolitan Museum de Nueva York; el estudio de M. Fernández Miranda y J. Pereira ha permitido conocer que se trata del mismo, dada la coincidencia con el dibujo de Jiménez de la Llave y su procedencia del comercio de antigüedades.

El jarro, el timiaterio y el posible brasero permiten identificar el conjunto con un ajuar funerario con el que se realizarían rituales-libaciones e incineración de sustancias olorosas; estos rituales serían privativos de los individuos más relevantes del área tartéssica y su zona de influencia. Estas fórmulas funerarias estarían datadas en torno al siglo VII a. de C.

El enterramiento de la casa de El Carpio se sitúa en el actual reculaje del embalse de Azután en la desembocadura del río Jébalo, el embate de las aguas puso al descubierto esta interesante inhumación del momento en que se produce en nuestra comarca la transición de la Edad del Bronce a la de Hierro.

Recipiente cerámico orientalizante hallado cerca de la desembocadura del Jébalo en el Tajo
Recipiente cerámico orientalizante hallado cerca de la desembocadura del Jébalo en el Tajo

Se trata de una fosa de sección escalonada en la que se practicó la inhumación de, al menos, dos individuos, un adulto femenino y un recién nacido con un ajuar abundante en el que se combinan piezas locales y foráneas. Diversos cuencos a mano con decoración pintada con motivos geométricos que podrían formar parte de un depósito de ofrendas, seis grandes urnas, anillos y brazaletes de bronce, son algunos de de los objetos hallados que podríamos considerar como autóctonos.

Recipiente cerámico de tradción fenicia hallado cerca de la desembocadura del Jébalo en el Tajo
Recipiente cerámico de tradción fenicia hallado cerca de la desembocadura del Jébalo en el Tajo

Los materiales de inspiración externa serían: una vasija globular cuya forma y decoración tiene paralelos en el horizonte cultural andaluz, dos recipientes de pequeño tamaño y clara adscripción al mundo cultural fenicio, se trata de una ampolla y un alabastrón de cerámica que tenían la función de conservar aceites perfumados.

En cuanto al ajuar metálico, los restos de un caldero de bronce, una vasijita de plata usada para libaciones, y lo más significativo quizás de este hallazgo, dos pequeños fragmentos de hierro, ya que ese metal en un contexto cronológico de transición del bronce al hierro, se consideraría un objeto exótico y muy valorado.Todo este hallazgo se debe considerar formando parte de un ritual autóctono de inhumación y las ofrendas de tipo alimenticio, la distribución de los ajuares y el mismo ajuar son componentes de origen más bien foráneo.

Vasijas orientalizantes de plata halladas en el yacimiento de El Carpio junto al Tajo en Belvís de La Jara
Vasijas orientalizantes de plata halladas en el yacimiento de El Carpio junto al Tajo en Belvís de La Jara

Un último hallazgo, unas fíbulas encontradas en Azután, confirmaría la presencia de tradiciones indígenas asociadas a influencias procedentes del suroeste peninsular, del área de influencia tartéssica y fenicia occidental.

Puede que estos indígenas, enriquecidos por el comercio con esos lugares, se enterraran con los ricos ajuares que hemos visto y que identifican más bien a las clases más poderosas de esas culturas, que habrían conseguido su enriquecimiento a través del comercio de metales, sal etc…

BRONCE FINAL.

Las cerámicas del horizonte Cogotas I aparecen sobre los sustratos del bronce pleno, en algunos de los casos antes referidos, llenándose el vacío que hasta ahora había en la dispersión de estos yacimientos en la meseta sur y así en nuestro ámbito localizamos los dos tipos de asentamiento de este periodo, yacimientos en llano como El Carpio I y el Golín, y el arroyo Manzanas o el cerro Torrejón de Malpica de Tajo, más en la línea de los poblados de altura.

Los primeros suelen tener el patrón de los llamados «fondos de cabaña» como el del Golín a las orillas del Guadyerbas en el pantano de Navalcán hallado por mí, en la retirada de las aguas del mismo, con una vasija de aprovisionamiento, hecha a mano, semiesférica y carenada de gran tamaño y decorada con incisiones en zig-zag, cremallera y dientes de lobo, con tipología encuadrable en el horizonte de Cogotas I .Podían observarse en los alrededores los restos arrasados de algunos silos más, de forma circular.

Parece que la ganadería y la caza estarían relacionadas con este tipo de hábitat y la economía de intercambio y agricultura con los segundos.