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TALAVERA DESDE LA OTRA ORILLA EN EL SIGLO XVI (y4)

TALAVERA DESDE LA OTRA ORILLA EN EL SIGLO XVI (y4)

Puerta del Río y Molinos del primer ojo del puente
Puerta del Río y Molinos del primer ojo del puente

9.-PUERTA DEL RÍO  Y MOLINOS

Podemos observar claramente la Puerta del Río, una de las puertas principales del primer recinto amurallado, pues daba paso al puente que comunicaba a la villa con sus tierras de La Jara. Está flanqueada por una torre que la protege, aunque no es tan monumental como lo eran las puertas de Mérida y San Pedro. Tal vez lo que parece un blasón de grandes proporciones a la derecha de la puerta podría intentar ennoblecer esa importante entrada de Talavera junto a la residencia de los señores de la villa, los arzobispos de Toledo que residían en el alcázar, aunque también podría ser una puerta de entrada a las dependencias palaciegas.

Destacan también dos edificios simétricos junto al inicio del puente. Se trata de los molinos que aprovechaban el primer ojo del puente viejo. Pertenecieron al ayuntamiento pero hubo intentos de aprovecharlos por parte de la nobleza talaverana, aunque  hubo  regidores que lo impidieron defendiendo los intereses de la villa.

Cada uno de los molinos cuenta con dos edificaciones paralelas y entre las dos se perciben dos salidas del agua. Esa estructura nos hace pensar en que se trata de molinos de rueda vertical, es decir aceñas, aunque ya en esa época había molinos de los llamados «de regolfo», una especie de turbina primitiva que aprovechaba la fuerza centrífuga del agua y no el movimiento de las paletas impulsadas por el agua que movía a las ruedas verticales. Las casas son de considerable altura para salvar las crecidas y para alojar en el piso de abajo el engranaje de los ejes que cambiaba el movimiento vertical de la rueda en el giro horizontal de las piedras molederas. También se puede ver una rampa que da acceso al segundo molino dejando pasar por debajo el agua que sale de los cárcavos del primero. También es de señalar que, aunque se trata de molinos junto a un gran río con subidas considerables de nivel, no estén abovedados como suele suceder en otros, sino que se encuentre cubierto simplemente con teja árabe.

Por detrás de la puerta del Río y casi alineada con ella se ve otra puerta de grandes dimensiones que probablemente es la de San Pedro, con la plaza del Comercio (del Reloj hoy) por detrás. A la derecha y marcada con una «F» se ve la entonces modesta espadaña de la iglesia de San Francisco, por aquella época convento franciscano. Más a la derecha también se representa el convento de la Trinidad.

Puente Viejo y Molinos de Arriba.
Puente Viejo y Molinos de Arriba.

EL PUENTE VIEJO

Aunque nos referiremos más extensamente a los molinos y el Puente Viejo en próximos capítulos, vemos en el dibujo de Wingaerde que ya entonces presentaba la construcción un aspecto lamentable con reparaciones de de vigas y tablones en todo su recorrido. En primer lugar se observa un derrumbe justo en el arco en el que cambia de dirección y que actualmente también se encuentra caído en el lado aguas arriba.

Se han pintado numerosos viandantes que portan lo que podrían ser cañas de pescar o lanzas. En el río se percibe la corriente sobre el azud o presa que derivaba el agua hacia los molinos del primer ojo del puente.

También contemplamos en su recorrido el edificio de los llamados Molinos de Arriba, que pertenecieron a los jerónimos y sobre los que hoy se asienta la vieja central eléctrica. Como sucede hoy día, uno de los ojos del puente sirve para que salga el agua del cárcavo del artificio. El edificio se presenta como de considerable envergadura y también cubierto con teja. En la fachada se ve lo que parece una gran puerta que daría paso a un zaguán.

Frente al molino se observa en el caserío de la villa una serie de torres y lienzos de muralla que en su mayoría se hayan hoy derribados y que parecen representar las torres y puertas en torno al alcázar en el entorno de las calles Carnicerías y Pescaderías.

Más al norte se puede ver la iglesia de San Lázaro, aunque yo más bien pienso que es la de Santa Leocadia con dos torres y una puerta de entrada de buenas dimensiones. Ya fuera de las murallas se ve la ermita de San Juan hoy desaparecida pero que sigue dando nombre al barrio situado entre las calles Trinidad y Matadero. Acabamos el recorrido del puente sobre nuevos arcos arruinados y una presa levantada en la actual zona de La Presilla para proteger el puente de una mayor destrucción

Alcázaba de Talavera en el dibujo de Van der Wingaerde
Alcázaba de Talavera en el dibujo de Van der Wingaerde

EL ALCÁZAR

La representación de la alcazaba en este dibujo es, junto a un plano levantado de sus ruinas por las tropas francesas en la Guerra de la Independencia, la que más datos puede aportar sobre este importante monumento talaverano lleno de historia.

Por delante del noble edificio se puede ver un puentecillo sobre el arroyo Papacochinos que desembocaba en sus inmediaciones. Detrás se percibe la pequeña la muralla de altura más baja que formaba la barbacana. Hoy día podemos ver excavado ese espacio junto al muro sur del alcázar, conocido hoy como huerto de San Agustín porque sobre sus ruinas se fue acumulando tierra y se hizo la huerta del convento al que se accedía por el arco restaurado hace unos años.

En la fachada principal se ven tres grandes ventanales por donde se habrían asomado los arzobispos y reyes que se alojaron con frecuencia en sus dependencias palaciegas. A la derecha de estos huecos vemos una torrecilla y tras la muralla un aguilón de un edifico de buenas proporciones.

Al oeste del alcázar se dibuja la que por confusión el pintor llama de Toledo y en realidad es la Puerta del Sol que también daba nombre a la calle actual por encontrarse orientada a saliente o también la puerta de Pescaderías, pero en ningún caso estaría la puerta de Toledo tan al sur del recinto, aunque el dibujante confunde a veces el primer y segundo recinto amurallado.

Al fondo ha representado la Puerta de Zamora marcada con una “R” flanqueada por sus dos antiguos torreones pero su situación se ha desplazado demasiado al este.

El-prado-con-la-ermita-de-la-virgen-y-la-ermita-de-San-Joaquin-y-Santa-Ana
El-prado-con-la-ermita-de-la-virgen-y-la-ermita-de-San-Joaquin-y-Santa-Ana

ARRABALES Y EL PRADO

Fuera del recinto amurallado se extienden los arrabales de la villa que en el lado oriental se continúan con el Prado. El dibujo deja ver el camino que venía de Madrid los arroyos que circulaban entonces por sus inmediaciones y que daban la frescura a los prados, así como a la orilla del Papacochinos la ermita de San Joaquín y Santa Ana situada sobre lo que hoy es el aparcamiento subterráneo junto a los jardines. Más tarde, el arroyo pasa bajo un puente junto a la muralla. En la esquina superior izquierda se ve un edificio que podía corresponder al antiguo humilladero.

Al fondo se ve la ermita de la Virgen del Prado con una construcción más modesta que se ampliaría con las reformas de los siglos XVII y XVIII. Se ven restos de las alamedas pero da la sensación de ser menos ricas en arbolado que las que posteriormente conocimos salvo en las islas.

TALAVERA DESDE LA OTRA ORILLA EN EL SIGLO XVI ( 3)

7.-MURALLA DE LA ZONA DEL ACTUAL PUENTE DE HIERRO

Muralla en la zona del actual puente de Hierro y la Colegial
Muralla en la zona del actual puente de Hierro y la Colegial

La muralla ribereña se conserva mucho mejor que en la actualidad pues hoy día apenas un pequeño tramo del lienzo se mantiene aguas abajo del puente de Hierro.

También se percibe el inicio de de la barbacana justo al lado de la puerta de la muralla que se encontraba al final de la calle Jose Luis Gallo frente al puente de Hierro. Se ve arruinada con un torreón que la proteje pero con una senda que sube a ella desde la orilla del río Tajo.

Puerta de la muralla situada en la zona situada por delante del ambulatorio
Puerta de la muralla situada en la zona situada por delante del ambulatorio

Por detrás de la muralla estamos ante la parte más rica del caserío como se puede observar por las casas de varias alturas, dotadas algunas con galerías de arquillos rebajados en el último piso a las que ya nos hemos referido.

La colegial muestra sus arbotantes y el gran rosetón de la entrada, aunque la disposición de la fachada es bastante diferente que hoy día. No estaba construida la torre actual y solo tenía el templo una pequeña torrecilla situada más al este y al sur del templo. La otra torre alargada y almenada en su culminación parece más bien una de las torres de algún palacio señorial (Girones?) que se construyeron en las ciudades españolas durante el siglo XIV y XV. Más a la izquierda y marcado con una «Y» se ve un edificio de mayores dimensiones que los circundantes y que señala Van der Wingaerde como palacio de Juan Laca do Strado y que podría corresponder al palacio de Juan Duque de Estrada Aquí residieron personajes destacados, entre ellos Juan Duque de Estrada, caballero que participó en el cerco de Granada y una vez conquistada la ciudad, se le nombró embajador de los Reyes Católicos ante el Papa Inocencio VII.

La Colegial dibujada por Van der Wingaerde en el siglo XVI, obsérvese la torre diferente de la actual que se levantó en el siglo XVIII
La Colegial dibujada por Van der Wingaerde en el siglo XVI, obsérvese la torre diferente de la actual que se levantó en el siglo XVIII

Al norte, pero ya en el extrarradio de la ciudad señala el pintor con una «K» un edificio como «S Talm», aunque el parecido del edificio y lo que parece una espadaña nos recuerdan al edificio de Santa Apolonia, pero con el inconveniente de que debería haberla situado más al noroeste de la ciudad.

Muralla ribereña en la zona del lagar y entorno de los jeronimos
Muralla ribereña en la zona del lagar y entorno de los jeronimos

8.- MURALLA DE LA ZONA DEL LAGAR Y ENTORNO DE LOS JERÓNIMOS

Seguimos nuestro recorrido y vemos cómo el río casi lame la muralla, por lo que no parece que esa ribera permitiera el paso cómodo de viandantes entre el muro y el río. En uno de los lienzos del muro se observa más marcada la sillería primitiva de la muralla.

Al fondo se señala con una «D» la torre de la iglesia de San Miguel y por delante de ella lo que puede ser la fachada del convento de la Madre de Dios donde se enterró a Fernando de Rojas, autor que también señala en su testamento que era dueño de unas casas entre la Colegial y el río, que bien pudiera ser una de las que dibuja Van der Wingaerde.

Con una «C» se señala la iglesia de San Pedro que ocupaba hasta su derribo el solar de los actuales almacenes de «Moro».

En este tramo del río ribereño de la ciudad tenía el concejo regulada la pesca con caña, practicada especialmente por los fijosdalgo de la villa, como nos descubre Pedro Gayarre en su excelente trabajo sobre el urbanismo talaverano en la época. Vemos más adelante cómo en el dibujo aparecen varios personajes con caña al hombro en el puente.

Iglesia en obras del monasterio jerónimo de Santa Catalina, por delante el mal llamado claustro de los canónigos
Iglesia en obras del monasterio jerónimo de Santa Catalina, por delante el mal llamado claustro de los canónigos

La orilla del río en el tramo ribereño frente al monasterio de Santa Catalina nos muestra algunos datos curiosos. Aparece la puerta de Nazar aunque no se percibe la torre que se adentraba en el río para mediante una rueda de cangilones subir agua a una huerta de los frailes y que probablemente era sucesora de otra rueda musulmana similar a la Albolafia de Córdoba que aún hoy se puede ver restaurada y nos puede dar una idea de cómo era la de Talavera. Esa torre sin embargo sí se puede ver en una fotografía de Ruiz de Luna de principios del siglo XX.

Delante del edificio de la iglesia del monasterio se observa el claustro mudéjar de los jerónimos que perece actualmente víctima de la incuria de nuestra ciudad y sus gobernantes con el patrimonio y que erróneamente se ha venido en denominar «claustro de los canónigos»

La iglesia estaba siendo en el momento de hacerse el dibujo reparada en su techumbre con una curiosa grúa para ejecutar las obras.

La que pudiera ser puerta de nazar de la muralla, rematada por un casetón
La que pudiera ser puerta de Nazar de la muralla, rematada por un casetón

A la derecha, aunque es difícil la interpretación, podemos ver un tramo de muralla que podría corresponder al primer recinto y la placita con viandantes podría ser la que hoy conocemos como plaza del Reloj. Al fondo se puede observar el que sería segundo recinto amurallado. Señalada con una «x» se ve una gran torre fortificada que corresponde al palacio del capitán Salcedo.

TALAVERA DESDE LA OTRA ORILLA EN UN DIBUJO DEL SIGLO XVI (2)

TALAVERA DESDE LA OTRA ORILLA EN UN DIBUJO DEL SIGLO XVI (2)

Segunda entrega de vistas parciales de Talavera del dibujo de Van der Wingaerde comentadas Portiña, puente Moris, Entretorres y oeste de la villa

El puente Moris y la desembocadura de La Portiña en el dibujo de Van der Wingaerde
El puente Moris y la desembocadura de La Portiña en el dibujo de Van der Wingaerde

4.-LA PORTIÑA

Las casas más orientales del barrio sufrirían a veces los embates de La Portiña cuando se desbordaba y por eso el mismo Rulière se comprometió a canalizarla en el siglo XVIII e hizo obras a su costa a cambio de obtener del concejo un pequeño olivar cercano.

Vemos la desembocadura del arroyo en el Tajo con algunas casas que jalonan su ribera construidas también con una sola altura y en la parte superior de las fachadas boquerones para introducir la paja en las trojes o simplemente ventanucos. Una manzana triangular con algunos huertos ocupa un espacio parecido al que hoy día se encuentra entre las calles actuales de Entretorres y Grisetas.

Si subimos aguas arriba de la Portiña vemos en el grabado un pequeño puente que salva el arroyo. Es el conocido como Puente Moris y se encontraba junto a la llamada actualmente «cuesta de la Felipota» cerca de la Puerta de Mérida.

Según algún cronista debía este nombre a un suceso luctuoso sucedido en sus inmediaciones y que tuvo como protagonista a un personaje, tal vez francés, que se llamaba Moris, nombre que tal vez venga de Maurice. Se puede también ver en una fotografía de Ruiz de Luna de este paraje con lavanderas en el arroyo a principios del siglo XX.

Lavanderas-en-la-portina-aguas-abajo-del-puente-Moris-a-la-izquierda y señalado con una flecha
Lavanderas-en-la-portina-aguas-abajo-del-puente-Moris-a-la-izquierda y señalado con una flecha

Nos cuenta Pedro Gayarre que en la época eran frecuentes las quejas de los vecinos por los vertidos a la Portiña de alpechines y vertidos de los tintes y tenerías por los olores y la insalubridad que ocasiónaban.

Al fondo se ve el enorme edificio del convento dominico de San Ginés fundado por el obispo García de Loaysa, confesor de Carlos V, y que hoy conocemos como el colegio de la Compañía de María.

Un elemento a destacar en el dibujo es la torrecita de la cabecera del templo, hoy inexistente. Sí se ve sin embargo la portada que actualmente está cubierta por el corredor de entrada del colegio.

En el entorno del propio monasterio se perciben viviendas y construcciones de mayor entidad,  con dos o tres alturas.

Zona de Entretorres l en el dibujo de Van der Wingaerde
Zona de Entretorres l en el dibujo de Van der Wingaerde

5.-ENTRETORRES

En nuestro dibujo de Talavera de hace casi quinientos años percibimos mejor conservadas las murallas de Entretorres y su entorno semiexcavado recientemente por los arqueólogos. Se ven las dos torres albarranas restauradas hace unos años pero la puerta de Mérida no se dibuja, ya sea por la perspectiva o porque la oculta una de las torres albarranas, porque la tercera torre representada en el dibujo parece más bien una de las de la calle del Charcón y no la monumental puerta de Mérida.

Se mantenía entonces todavía la barbacana, el muro previo de menor altura que se observa por delante la muralla.

Entre el caserío se ve el campanario de una construcción religiosa que puede ser la iglesia de San Clemente que da nombre a una calle en la actualidad. Parece ser la que señala equivocadamente Van der Wingaerde como «San Felipe». Más al norte y pegada a la muralla se ve la torre primitiva de la iglesia de El Salvador y otra de las torres albarranas de la muralla que bien puede ser una de las de La Corredera.

Oeste de la villa en el dibujo de Van der Wingaerde
Oeste de la villa en el dibujo de Van der Wingaerde

6.- OESTE DE LA VILLA

La zona de tono verdoso puede corresponder al huerto del convento de las «benitas» con una torre por delante que podía ser la iglesia del monasterio. A su derecha se observa una torre almenada arruinada con una pequeña muralla. Marcada con una «H» se puede ver la iglesia de San Miguel, con la torre que aún se mantiene en pie, como sucede con la entrada porticada que está siendo utilizada en la actualidad como vivienda. También se pueden ver una torre de grandes dimensiones con lo que parece el hueco que correspondería a una puerta, y otra más pequeña, ambas situadas en el segundo recinto amurallado en lo que hoy sería la Portiña de San Miguel

Muchas de las viviendas de la ciudad cuentan con la típica galería superior de las muchas casas renacentistas que se observan en el dibujo.

Al fondo se ve la atalaya de Segurilla.

TALAVERA DESDE LA OTRA ORILLA EN EL SIGLO XVI (1)

TALAVERA DESDE LA OTRA ORILLA EN EL SIGLO XVI

EL AUTOR DEL DIBUJO

El conocido dibujo de Anton Van der Wingaerde es un documento de gran valor pues nos muestra una vista de Talavera en el siglo XVI que, aunque idealizada y modificada por necesidades de la perspectiva, nos ofrece casi una fotografía de Talavera hace más de 450 años que nos aporta numerosos datos sobre el urbanismo, los monumentos y la arquitectura tradicional de nuestra ciudad.

El autor, nacido en Amberes, es un pintor desde 1561 en la corte de Felipe II al que se encomendó la descripción corográfica de las villas y ciudades más importantes de España después de haber viajado por Europa con los ejércitos del rey representando batallas de sus ejércitos como la de San Quintín. Se le atribuyen otras obras como una de las primeras vistas de Londres. También hay quien sospechaba por la precisión y detalle de sus obras que Antonio de las Viñas, como se le conocía en España, era un espía de los Paises Bajos, donde nació.

Ermita de la Magdalena en el dibujo de Vander Wingaerde
Ermita de la Magdalena en el dibujo de Vander Wingaerde

1.- LA MAGDALENA

La ermita de la Magdalena se hallaba junto al camino del cementerio y fue un magnífico templo mudéjar del siglo XIII junto al que se alojaron en un principio los frailes del también desaparecido convento de franciscanos observantes, hasta situarse después junto a la actual iglesia de San Francisco.

Para los que nos gusta ver a Talavera como el escenario de La Celestina, tal vez sea esta la Magdalena donde Calixto oía misa al alba.

Hace unos años excavaron sus restos arqueológicos que se encontraban bajo la casa de una huerta en el paseo de los Leones junto al polideportivo. Lamentablemente sobre sus muros y cimientos se ha echado zahorra para la instalación del circuito de bicicletas anejo al polideportivo sin ni siquiera un rótulo que recuerde su existencia.

En la imagen podemos observar el templo en el extremo occidental de la pintura. Es una edificación de estilo mudéjar, como se vislumbra por su ábside en el dibujo. Tiene una espadaña a los pies del templo y se adivinan pequeñas ventanas en el muro meridional, con algún edificio adosado.

En su entorno se observa abundante vegetación y no debemos olvidar que tradicionalmente fue en ese lugar donde se situaba una arboleda que en diversas épocas históricas se utilizó como zona de paseo. Incluso Rulière, el director de las Reales Fábricas de Seda impulsó allí un parque en el siglo XVIII con una fuente para el disfrute de los talaveranos. También se puede ver un regato que desemboca en el Tajo y alguna casa en el extrarradio de la ciudad.

Santiaguito en el dibujo de Vander Wingaerde
Santiaguito en el dibujo de Vander Wingaerde

2.- SANTIAGUITO

Este edificio sí se encuentra todavía en pie y ha sido restaurado. Es uno de los más hermosos monumentos del mudéjar talaverano y se diferencia de la desaparecida ermita de la Magdalena en que tenía la espadaña en la cabecera del templo y no a los pies como ella.

Esta iglesia se habría encuadrado en lo que algunos autores denominan el románico en ladrillo, la forma más arcaica del mudéjar, aunque todavía existe cierta confusión con la terminología que hace referencia a ese estilo de la arquitectura cristiana de influencia musulmana.

Vamos a acudir también aquí a las hermosas descripciones que hace del patrimonio el Conde de Cedillo:

«Conserva al exterior con su propio carácter el elegante y poligonal ábside, que se adorna con dos órdenes sobrepuestos de arquillos ciegos; semicirculares en el inferior, y en el superior de ojiva túmida inscritos en lobulados y un arco reentrante. Arte mudéjar. Siglo XIII.»

Estos dos órdenes o series de arcos se apoyan sobre una base de mampostería separada de ellos por verdugadas de ladrillo. El ábside poligonal tiene once lados.

También se encuentra el edificio rodeado en la imagen de vegetación que llega hasta la orilla del Tajo y sobre los cerros dibujados al fondo se puede observar la atalaya de Segurilla.

Barrio de la Puerta de Cuartos en el dibujo de Vander Wingaerde
Barrio de la Puerta de Cuartos en el dibujo de Vander Wingaerde

3.- BARRIO DE LA PUERTA DE CUARTOS

Se ve en primer plano un cercado con lo que parecen varias huertas a las que dan acceso puertas alineadas. Es en esa zona, donde se situaría más tarde el edificio más importante de las Reales Fábricas. No se percibe en el caserío torre alguna que nos indicara la presencia de la desparecida iglesia de San Esteban pero sí se ve al fondo la Puerta de Cuartos marcada en el dibujo con una V. Se trata de un edificio almenado y mucho más fuerte y compacto que la puerta que conocemos representada en grabados del siglo XIX.

El barrio es de viviendas humildes de una sola altura con doblado. En la orilla sur del río vemos un carro conducido por dos personajes que por lo que indica su cubierta es probablemente un carro de mercaderías y no uno de esos carros que explotaban los arenales del río para extraer áridos para la construcción.

Los campos que se vislumbran al fondo tienen más arbolado que actualmente, pues no debemos olvidar que antes de dedicarse la vega al regadío había cultivos de secano, especialmente olivares, con ejemplares de gran tamaño, como el «Olivón» o el «Alamón» considerados en la época como de los de mayor envergadura de España.

(Continuará)

EL PROYECTO DE NAVEGACIÓN DEL TAJO DE ANTONELLI

EL PROYECTO DE NAVEGACIÓN DEL TAJO DE ANTONELLI

Malpica-con-su-castillo-y-molinos-en-el-plan-de-navegación-de-Carducc
Malpica-con-su-castillo-y-molinos-en-el-plan-de-navegación-de-Carducc

Las ilustraciones proceden del proyecto de Carducci Plan de Navegación del siglo XVII. Los esquemas del Plan de Antonelli no se han encontrado aún.

En el siglo XVI hay un hecho que debemos reseñar en primer lugar en la historia de nuestro río: el primer plan de navegación del Tajo.

Se debe al ingeniero Juan Bautista Antonelli, italiano para unos y rumano para otros, la propuesta y elaboración del primer proyecto de navegación del Tajo. Había trabajado anteriormente para Felipe II en diversas obras de fortificación y pensando tanto en el provecho que podría suponer para la corona la comunicación fluvial entre Madrid y Lisboa -las dos principales capitales de su imperio por la unión de los dos reinos por herencia- como en el interés estratégico de la navegación para el transporte de tropas ante los previsibles levantamientos de los portugueses, el rey Prudente apoyó con entusiasmo este primer intento de hacer navegable el río con mayor longitud de la península ibérica.

Talavera-en-un-esquema-de-un-proyecto-de-navegacion
Talavera-en-un-esquema-de-un-proyecto-de-navegacion

La empresa se desarrolló durante los años 1581 a 1588 y no ha quedado documentación alguna de los planos y proyectos propiamente dichos, aunque sí sabemos que su financiación siempre se vio aquejada de cierta precariedad económica. En el repartimiento destinado a obtener fondos entre las ciudades ribereñas correspondió a Talavera la cantidad de 170.000 maravedíes mientras que Toledo debía pagar 1.300.000. Los gastos para hacer navegable el tramo comprendido entre Talavera la Vieja y Toledo supusieron un total de 433.000 reales y se llevaron a cabo entre los años 1586 y 1588.

Entre las obras acometidas se sabe que se pagaron por rotura y acondicionamiento de las presas de Cabañuelas y El Tejar, cerca de Talavera, 1.156 y 13.305 reales respectivamente. Conocemos también que en Talavera se realizaron embarques por lo que es posible deducir la existencia de algún muelle aunque fuera sencillo en su construcción. Una estructura de obra hoy cubierta por el terraplén de la orilla, aguas abajo del puente viejo, pudo haber correspondido a ese embarcadero pero también pudo haber sido parte de los edificios de los molinos que se situaban aprovechando el primer ojo del puente.

Azutan-con-su-desparecida-torre-musulmana-y-los-molinos
Azutan-con-su-desparecida-torre-musulmana-y-los-molinos

En carta a Felipe II describía así Antonelli su paso por nuestra comarca:

            Seguí mi camino y, pasado dos leguas encima de la dicha Puente ( del Arzobispo), hallé mejor tabla de río, y mejores orillas y mejor navegación hasta Talavera y Toledo; tanto que si no fuera los sotos que embarazaban la girga con estas crecientes que cubrían las presas, era tan buena la navegación como la del Po; y por la benignidad del cielo y fertilidad de la tierra, paréceme que se puede hacer otra Lombardía, aderezándose la navegación para de invierno y verano, como se puede con cuya comodidad y despacho, convidará a plantar viñas, olivares y frutales, y se llevarán aquí, a Madrid, y a una parte y a otra, harto barato, y será de mucho provecho y comodidad, Talavera y todos los pueblos comarcanos a Tajo…

            Condiciones y Obstáculos para la navegabilidad

Para que una corriente sea navegable en primer lugar es preciso que tenga una anchura suficiente de cauce, cuestión que en el Tajo no suele ser problemática.

La segunda condición es que la dirección de la corriente no sufra cambios bruscos de velocidad como los producidos por los remolinos que aparecen en los planes de navegación como “regolfos” y  “ollas”, aunque esta última palabra tiene más bien un sentido de poza o zona de aguas profundas. Estos obstáculos podían salvarse mediante canales realizados de piedra o de empalizadas y señalados en algunos mapas como “carreras” Uno de ellos es señalado en las inmediaciones de los molinos de Ciscarros frente a Aldeanueva de Barbarroya como “Carrera del Rey” en un proyecto posterior.

Puente-del-Arzobispo-con-sus-molinos
Puente-del-Arzobispo-con-sus-molinos

Los islotes deben también tenerse en cuenta por las maniobras bruscas que pueden obligar a realizar a las embarcaciones. Además deben reflejarse los afluentes que en sus desembocaduras llegan causar dificultades para los navíos debido a los remolinos, los cambios repentinos de dirección de la corriente y los bancos de arena que suelen originar.

En tercer lugar debía haber una profundidad o calado suficiente que variaba con el plan de navegación por el tipo de embarcación a utilizar en su época pero, en general, se consideraba necesario que no fuera menor de medio metro. Los obstáculos aparecen en los planos como bajos de arena, cascajares o riberas bajas e islas de cantos rodados o grava. También se detallan los fondos rocosos y los peñascos que emerjan de las aguas o se encuentren a baja profundidad.

Las presas son obstáculos que deben salvarse mediante la rotura de las mismas o con la construcción de esclusas y compuertas. Este segundo sistema mantendría el nivel de las aguas para así reducir los perjuicios de molineros y otros usuarios ribereños mientras que, al mismo tiempo, elevaría los niveles de la corriente aguas arriba facilitando la navegación.

Valdeverdeja-y-algunos-de-sus-molinos-y-acenas-en-el-plan-de-navegacion-de-carducci
Valdeverdeja-y-algunos-de-sus-molinos-y-acenas-en-el-plan-de-navegacion-de-carducci

Otra condición necesaria para la navegación es que la velocidad no exceda de determinados límites. Es lo que se señala en los planos como “rápidos”, que si se acompañan de fondos pedregosos y superficiales aparecen como “chorreras” o cuando la velocidad es muy elevada como “chorreras furiosas”. Entre la desembocadura del Jébalo y el Puente del Conde, bajo el embalse de Valdecañas, aparecen numerosas zonas de rápidos y chorreras furiosas que se intentaron eludir por Carducci como luego veremos con la excavación de un canal.

Para el estudio de todas estas condiciones de navegabilidad era necesario que en los planos se vieran reflejados las distancias, la anchura del cauce, los fondos verificados mediante sondeos, los márgenes, las chorreras, las pendientes y los afluentes.

La navegación contra corriente plantea el problema de la tracción necesaria, sobre todo en tramos de corriente rápida y en el paso de presas y esclusas. Los primeros caminos de sirga se abrieron en época de Antonelli y en las obras realizadas con motivo de los planes de navegación del siglo XIX para que por ellos, mediante tracción humana o animal, se “halara” a los barcos río arriba. Estos caminos eran muy costosos debido a lo escarpado de las orillas de nuestro río y a causa de esto se añadían a veces a su pavimento pequeñas lanchas de piedra o pizarra clavadas transversalmente para que sirvieran de punto de apoyo a los hombre o animales que tiraban de la embarcación. En otras ocasiones se colocaban anillas que facilitaran el efecto de polea del sistema de tracción  utilizado.

El Tajo está en todo su segundo tramo muy despoblado en sus orillas. No tiene pueblos ribereños, ni posadas ni refugios que sirvan para realizar paradas de reparación o avituallamiento y por ello en algunos proyectos se contemplaba la edificación de ventas y mesones. También debían construirse embarcaderos que dieran servicio a las comarcas ribereñas además de acondicionarse los caminos de acceso a las orillas que casi siempre se encontraban en mal estado para la circulación de carretas debido, sobre todo, a las grandes pendientes de las riberas del Tajo.

En-los-planes-de-navegacion-se-senalan-los-obstaculos-como-las-chorreras-de-este
En-los-planes-de-navegacion-se-senalan-los-obstaculos-como-las-chorreras-de-este

A todos estos obstáculos se unía la resistencia de los dueños de presas y artificios a las expropiaciones y roturas,  más teniendo en cuenta que en muchas ocasiones la propiedad de molinos o batanes estaba en mano de poderosas e influyentes instituciones religiosas o de señoríos laicos.

En la época de Felipe II descendieron desde Toledo y sobre todo desde Alcántara algunas barcazas con tropas, pertrechos de guerra y productos necesarios para el mantenimiento de esas fuerzas como eran principalmente las cargas de trigo. También bajaron algunas embarcaciones con hasta ciento diez forzados a galeras.

Múltiples fueron los problemas y deficiencias estructurales y presupuestarias que impidieron el que, al menos en el tramo bajo de su recorrido, se mantuviera como una realidad rentable la navegación del Tajo. Entre otros habría que citar la falta de marineros con experiencia en una navegación fluvial, no exenta por otra parte de obstáculos. Sabemos que cuatro de los marineros de una de las expediciones eran originarios del ribereño pueblo de Serradilla y conocemos un naufragio en Garrovillas, un choque contra el puente de Talavera y algunos embarrancamientos como ejemplos de los frecuentes accidentes acaecidos. A esto se añadía la ausencia de pueblos y caseríos en las escarpadas y muchas veces mal comunicadas orillas del río, dificultándose así la reparación y el servicio de las embarcaciones y de sus viajeros y tripulantes. Otras vías alternativas de comunicación ofrecían más rapidez y seguridad, sobre todo durante el pasado siglo. El contrabando era un fenómeno crónico en la zona que competía en desigual superioridad con tan dificultosa navegación. Los intereses de propietarios y molineros que restauraban las presas en cuanto disminuía el tráfico se unía a la precariedad financiera crónica de todos los proyectos y a hechos bélicos contemporáneos con las iniciativas de navegación fluvial como fue, por ejemplo, la financiación de la Armada Invencible en tiempos del proyecto de Antonelli.

LOS MOLINOS DEL TAJO EN TIEMPOS DE FELIPE II

LOS MOLINOS DEL TAJO EN TIEMPOS DE FELIPE II

Molinos de Silos en fotografía de ARDEIDAS cuando bajó el embalse de azután hace unos años
Molinos de Silos en fotografía de ARDEIDAS cuando bajó el embalse de azután hace unos años

En este capítulo de de la serie «Ríos de Historia» quqemos apuntar algunos datos sobre molinos en tiempos de Felipe II, aunque dedicaremos un artículo más extenso a los grandes molinos y aceñas del Tajo.

Si consideramos la comarca de talavera desde la desembocadura del río Cedena constatamos que los primeros grandes molinos son del señor de Malpica, son  los molinos de Corralejo, que le rentan novecientas fanegas de trigo al año. Los molinos que se sitúan a continuación en el cauce son los de Cebolla, que pertenecían entonces al Conde de Oropesa.

El siguiente molino, del que tampoco quedan apenas restos es el de Merillos o Mirillos donde iban a moler desde Cazalegas. En las relaciones de Pueblanueva s nos dan algunas noticias de interés como que los molinos de Merillos son de don Luis de Loaysa, noble talaverano que en las relaciones de Villanueva del Horcajo nos informan de que era señor de la “villa de Guerta”  (Huerta de Valdecarábanos). En la relación de Talavera aparece que rentan 400 ducados al al año.

Molinos del primer ojo del puente Viejo en el dibujo del siglo XVI de Van der Wingaerde
Molinos del primer ojo del puente Viejo en el dibujo del siglo XVI de Van der Wingaerde

De los molinos de Talavera ya hemos hablado pero las relaciones de Felipe II nos aportan los datos siguientes: Los molinos del Puente son de la villa y dan una rentabilidad de mil fanegas de trigo anuales. Suponemos que hablan de los del primer ojo del puente que pertenecían al concejo pero los otros situados en medio del puente no parecen moler en la época. También se nombran los molinos de abajo, pertenecientes a los Jerónimos y se arriendan por otras mil fanegas de trigo.

En las relaciones de El Casar se nos informa de que los molinos de Cabañuelas cercanos a Talavera y de que eran propiedad de los jerónimos de Talavera y las monjas de San Clemente de Toledo. En las relaciones de Talavera nos informan de que pertenecen también a las monjas de la Madre de Dios de Talavera, algunos particulares y de las monjas de Torrijos. Se arrendaban por mil maravedís y de ellos solamente nos quedan algunas ruinas cubiertas de vegetación cercanas a la finca del mismo nombre.

Entrada del agua a los regolfos en el llamado molino Nuevo de Valdeverdeja
Entrada del agua a los regolfos en el llamado molino Nuevo de Valdeverdeja

La siguiente estación molinera es la de los molinos de Silos en el paraje del mismo nombre cerca de Calera  en cuyo despoblado de Cobisa  se nos informa de que los molinos de Silos son del Conde de Oropesa o según se informa en las relaciones de Talavera, de la condesa de Deleitosa, de la misma familia y tienen dos piedras a cada lado del río. Se arriendan en cuatrocientos ducados.

En Belvís  van a moler a los molinos de Silos del Tajo cuando se seca el Jébalo  y también en Alcaudete van a moler a las aceñas del Tajo cuando se seca el Jébalo. Frente a Aldeanueva de Barbarroya, el Monasterio de El Bercial el propietario de las aceñas o molinos del Tajo que, por estar a media legua del pueblo, deben corresponderse con los de Ciscarros. La siguiente estación molinera es la de Azután, propiedad de las monjas de San Clemente de Toledo.

Interior del molino de los Capitanes en Valdeverdeja donde se ven algunas de sus piedras de moler
Interior del molino de los Capitanes en Valdeverdeja donde se ven algunas de sus piedras de moler

También podemos saber por las relaciones de Talavera que los molinos de Espejel en las riberas de Valdelacasa pertenecía a los frailes de Guadalupe y rentaban cuatrocientos ducados.

Los potentes molinos de Puente del Arzobispo financiaban el Hospital de la villa de Puente, del que eran propiedad. También hay una azuda arruinada llamada de Calatravilla que servía a otros molinos que hoy día mantienen en pie el edificio frente a la fortaleza de Castros. Aguas abajo se nos dice que hay otros molinos propiedad de un tal Oliva, que se podrían corresponder con el actual molino de los Rebollos o las llamadas aceñas del Conde.

EMPEZAMOS A CONOCER EL HUSO VIAJANDO A SUS FUENTES

EMPEZAMOS A CONOCER EL HUSO VIAJANDO A SUS FUENTES

Sierra de Sevilleja con uno de sus característicos canchales
Sierra de Sevilleja con uno de sus característicos canchales

Ya hemos recorrido en anteriores ocasiones algunos itinerarios que nos han introducido al conocimiento de la Jara Alta pero el de hoy es especialmente apropiado para hacernos una idea de la gran diversidad paisajística, de la gran variedad geológica y vegetal de esta comarca.

Partimos en esta ocasión desde Sevilleja, núcleo rural al sur de La Jara y pequeña capital histórica de la zona. Esa Jara del extremo meridional que yo denomino «La Jara Profunda».

Debe su nombre este pueblo a los repobladores mozárabes que fueron alojados aquí por el concejo de Talavera debido a la persecución religiosa musulmana en épocas de intolerancia. Cerca de aquí existió otro lugar repoblado por mozárabes de Córdoba que se llamó Cordobilla, cerca del actual pueblecito de Gargantilla, anejo de Sevilleja.

Arquitectura popular jareña en Gargantilla
Arquitectura popular jareña en Gargantilla

La arquitectura popular urbana de Sevilleja, conserva todavía numerosos rincones con sabor que es interesante conocer paseando por el pueblo antes de emprender camino hacia el nacimiento del río Huso (o Uso) por un camino que, dirigiéndose en dirección sudeste ,discurre paralelo a la Sierra de Sevilleja. Se levanta ésta a nuestra izquierda con la vegetación tupida de sus laderas, interrumpida por los característicos canchales de cuarcitas ,tan característicos de las sierras jareñas.

Sobre una pequeña elevación cercana a la orilla sur del Huso se encuentra la mina de Antonio y cerca de ella los muros de las antiguas instalaciones para el aprovechamiento del mineral, un poco más adelante se sitúa la mina Paraiso, nombre sugerente como muchos de  los de las minas de la comarca : Ultratumba, Sultana, Feliz, Fortuna, California etc…,nombres que enterraron las ilusiones de paisanos nuestros que intentaron con un burrillo, un pico, un cedazo y una pala salir de la miseria y encontrar su Potosí, nombre que por cierto lleva otra de estas explotaciones.

Ruinas de la mina de Antonio en Sevilleja
Ruinas de la mina de Antonio en Sevilleja

Frente a la mina de Antonio cruzamos el río y nos dirigimos, por un camino paralelo a la otra orilla, hacia el naciente entre semiderruidas construcciones rústicas. Majadas,huertos y corrales, salpican el paisaje que va perdiendo su aridez según ascendemos. Comienzan a aparecer los primeros castaños y alcornoques y el monte de chaparros y madroños se va haciendo cada vez más espeso, las umbrías se salpican de fresnos, arces de Montpellier y hasta algún tejo aislado entre los que no es raro ver corzos ,venados y los baños donde acaban de revolcarse los jabalíes y todavía desprenden olor a montuno, suavizado por el penetrante y pringoso aroma de las jaras y las numerosas especies aromáticas que pueblan estos montes.

Subimos paralelamente al río hasta su nacimiento junto a las fuentes de la Parihuela y la de la Sabina y desde allí podemos llegar por los senderos que los ciervos y han ido marcando en los canchales, o por el borde de los mismos, salvando la pendiente de unos cien metros que todavía nos queda hasta la cumbre.

La Jara es tierra minera con numerosas bocaminas y acumulaciones de residuos mineros
La Jara es tierra minera con numerosas bocaminas y acumulaciones de residuos mineros

Volvemos sobre nuestros pasos para tomar una pista  más al sur que nos llevará cómodamente en dirección hacia el pequeño pueblo de El Enjambre, anejo de Anchuras. No llegaremos a él, sino que unos dos kilómetros después de pasar junto a otras minas, las de Pozuelo, asciende hacia las cumbres del Atalayón, una bifurcación de la pista que nos llevará hasta la cuerda de las sierras de Sevilleja.

El trayecto es muy regular y casi llano en la mayor parte del recorrido, el paisaje es impresionante. Al sur áridas lomas sólo habitadas por jaras que nos llevan a pensar en los sinsabores de las gentes que no hace más de cincuenta años, todavía intentaban sacar cuatro espigas de centeno a estos pizarrales,  no por áridos menos  hermosos. Al norte vamos contemplando mientras recorremos la pista de la cumbre, los vallecillos del arroyo de las Lanchas y del naciente de Riofrío con bosque de rebollos y pinos de repoblación, cuyo color excesivamente vivo para estas tierras no acaba de encajar en el paisaje jareño.

inmensos jarales de la "Jara Profunda" desde la sierra de Sevilleja
inmensos jarales de la «Jara Profunda» desde la sierra de Sevilleja

Llegamos al final de la pista y nos detenemos a observar el mar de relieves suaves que conforman las tierras de la Jara profunda. Si el día es claro los caseríos del Campillo, Puerto o Mohedas se dejan ver con las Sierras de Guadalupe al fondo.

Desde aquí descendemos hasta Sevilleja por una senda. Los aficionados al parapente han tomado este balcón como trampolín para sus descensos.

Guerrilleros antifranquistas o maquis detenidos por la Guardia Civil
Guerrilleros antifranquistas o maquis detenidos por la Guardia Civil

Épica jareña

La ruta de hoy enmarca el ambiente idóneo para dejar volar la imaginación y recordar que estas agrestes y, durante muchos años, casi despobladas» tierras de nadie» fueron refugio de desertores, perseguidos, golfines, bandidos generosos, maquis e incluso contrabandistas que accedían por estas sierras al interior peninsular eludiendo la vigilancia de zonas más pobladas.Los mineros, cuadrilleros de la Santa Hermandad, y rebaños trashumantes completan este retablo de personajes con el que podrían escribirse mil novelas

EL TAJO DE FELIPE II

RELACIONES DE FELIPE II

 Centenares de nidos de vencejos en el arco mayor del puente del Arzobispo
Centenares de nidos de vencejos en el arco mayor del puente del Arzobispo

Nuevo capítulo de Ríos de Historia en el que se describe el patrimonio del Tajo según se refleja en las Relaciones de Felipe II, salvo los molinos, de los que  hablaremos en otro capítulo

El rey Prudente pidió a sus concejos que respondieran a una serie de preguntas  que nos han permitido conocer numerosos datos sobre nuestro río a finales del siglo XVI.

Uno de los datos curiosos es la referencia a cómo el río Tajo servía de delimitación entre las dos grandes jurisdicciones en las que se dividía el territorio del reino desde el punto de vista judicial: la cancillería de Granada, al sur del Tajo y la de Valladolid al norte.

CAUDAL

Caseta de la barca de Montearagón.JPG
Caseta de la barca de Montearagón.JPG

En muchas relaciones se define el Tajo como “río cabdaloso”. En Cazalegas nos lo confirman cuando dicen que el Tajo “pocas veces se vadea sino en años muy secos”.

Y en Cerralbo es significativo que van moler desde el pueblo a los arroyos de la sierra de San Vicente cuando los grandes molinos del Tajo se inundan en invierno con las crecidas.

En las relaciones de la propia villa de Talavera se asegura que“…cerca  pasa el río de Tajo, que bate en los muros. Es muy caudaloso y de recia corriente, con él se junta el río Alberche una legua antes hacia do sale el sol, el cual en verano lleva poco agua y en tiempo de invierno o de lluvias es muy crecido y furioso porque viene de las sierras nevadas que están a ocho o nueve leguas de la sierra de Ávila donde es su nascimiento…” Como vemos, ya hace siglos sabían  que el origen de las inundaciones en Talavera era más el río Alberche que el Tajo.

Puente del Arzobispo curiosamente es el único pueblo donde se dice que se proveen de agua del Tajo para beber, además de algunas fuentes.

PUENTES

También se informa de las rentas de los molinos, y de “la” puente del Tajo,  “que se arrienda por cuarenta mil  maravedís y es de los propios de Talavera, la cual por haberla rompido el río y llevadose mucha parte de ella es muy mayor la costa que la renta. El del Alberche también es de los propios de la villa y renta cuatrocientos ducados y por la haber llevado el río y ser de madera tiene gran costa para la sustentar y rehacer.”

PESCA

Restos de los molinos más potentes del Tajo en Puente del Arzobispo
Restos de los molinos más potentes del Tajo en Puente del Arzobispo

En el siglo XVI los nobles y conventos tenían la concesión de determinados tramos del río para aprovechar la pesca. En la relación de la propia villa deTalavera se dice: “El río Tajo cría muy buen pescado de peces y anguilas, el de Alberche poco y no bueno, aunque en su nacimiento cría truchas. El dominio del río tajo está repartido en iglesias y monasterios y algunos caballeros y particulares los cuales arriendan la pesca que crían por diferentes precios de seis a ocho o diez ducados y algunos llegan a veinte e a más.”

En Montearagón se nos refiere cómo “hay ciertos pedazos de río de particulares, que son un pedazo de río de dicho concejo de Talavera, que renta dos mil maravedis cada año, otro pedazo de Antonio Meneses, vecino de Talavera, otro pedazo de río de Alonso de Adrada, vecino de la dicha villa, que rentaba treinta reales cada año…y más otros dos pedazos de río que el dicho concejo y herederos de la villa de Talavera tienen a censo de la encomienda de Calatrava, que rentarán cada uno año diez y ocho ducados.

En Aldeanueva de Barbarroya se habla del aprovechamiento de peces y anguilas y de que la desembocadura del Huso se arrienda para pesca por la villa de Talavera pero solamente da un beneficio de dos o tres mil maravedíes. La orilla derecha no se arrienda por ser de la dehesa de El Bercial del monasterio de Las Huelgas Reales de Burgos.

En Villanueva del Horcajo, despoblado cercano a Cazalegas junto al cruce de la N-V,  dicen que en el Tajo“no se cría otra pesquería si no son peces y angillas, y este río es de Juan Suárez de Toledo y de don Juan de Silva, vecinos de la ciudad de Toledo y de Hernán Duque de Estrada vecino de Talavera” rentan respectivamente quince o dieciséis mil maravedíes al año en el primer caso y veinticinco mil en el segundo”

El Tajo en una vista parcial del dibujo de Van der Wingaerde

Pero en Malpica la pesca le renta al señor feudal  veinte mil maravedís un año con otro. Sin embargo, en Puente del Arzobispo  también “se pescan pescados e el dicho río no tiene renta particular e que no renta ninguna cosa…”

En Cazalegas también se informa de que solo es abundante de pesca el Alberche cuando sube la pesca del Tajo. En Cobisa, despoblado situado cerca de Calera, nos dicen que el Tajo es rico en barbos y bogas y que la renta de la pesca es de la villa de Talavera. En Fuentelapio, despoblado cercano a la Ciudad de Vascos cuentan que el río Tajo es río de peces “y no de otro pescado”  y en la relación de Torralba se dice que el río Tajo es rico “en barbos y peces” y en Valdeverdeja “peces y anguilas”.  En Peraleda de San Román, pueblo perteneciente a La Jara aunque hoy en la provincia de Cáceres, se habla de la abundancia de anguilas y peces.

Por todo lo dicho anteriormente conocemos la existencia de tres especies concretas: barbos, bogas y anguilas. Los primeros siguen siendo abundantes, las bogas han disminuido en cantidad, tal vez por la suciedad de las aguas, y las anguilas ya no suben desde el mar por los embalses aunque en tiempos eran abundantísimas en el Tajo y sus afluentes. Todavía no había carpas, que fueron importadas posteriormente, y bajo el nombre de “peces” se incluían otras especies menos abundantes difíciles de concretar.

VEGETACIÓN

Álamos blancos, los árboles más representativos de la vegetación ribereña del Tajo
Álamos blancos, los árboles más representativos de la vegetación ribereña del Tajo

Hay pocas referencias a la vegetación ribereña de nuestro río con “álamos y atarfas que se dicen taraescian…”

En las relaciones de Las Herencias se nos da una de esas pocas referencias cuando dicen que hay “álamos blancos, atarfas y sauces  en poca cantidad”.

BARCAS

En Malpica la barca le renta al marqués quince mil maravedís.  En Montearagón también se nos dice que la barca que hay en su término renta veinte y dos ducados.

En Las Herencias todavía no había “barco que esté estante en puerto”, aunque años más tarde sí habría y hasta que se hizo el embalse de Azután  una barca entre Calera y Las Herencias. Río abajo, en Ciscarros también daba servicio una barca instalada en el reculaje de la azuda de los molinos.

LA RECONQUISTA DE TALAVERA

Azulejería talaverana del siglo XVI representando a Santiago matamoros
Azulejería talaverana del siglo XVI representando a Santiago matamoros

LA RECONQUISTA DE TALAVERA

Un nuevo capítulo de «Ríos de Historia» sobre las vicisitudes que llevaron a la conquista de talavera por Alfonso VI

La situación del reino taifa de Toledo bajo el reinado de Al-Qadir se había ido deteriorando de tal manera que estaba siendo atacado por todos los reinos árabes colindantes, mientras se producían además continuas sublevaciones en la ciudad. Tan mala era la situación, que el rey moro se vio obligado a pagar a Alfonso VI una gran cantidad de dinero y a cederle algunas de las fortalezas de su reino. Para algunos mediante un pacto final y para otros mediante una ocupación militar, el reino de Toledo pasó en fin a manos del rey castellano.

Los árabes habían fortificado todo el valle del Tajo para evitar el avance de los cristianos hacia Al-Andalus. Para llegar a conquistar Toledo sin dificultad, Alfonso VI debía favorecer el avance de sus tropas e impedir sorpresas desde el oeste, neutralizando los castillos y ciudades fortificadas que se repartían a lo largo de sus riberas. La más importante de todas ellas era Talavera, defendida con sus imponentes murallas, admiración de todo A l -Andalus, y hacia ella debía dirigir sus esfuerzos.

En-la-zona-de-los-altos-de-Canturias-se-elevaba-uno-de-los-castillos-que-defendían-el-Tajo-del-avance-de-los-cristianos
En-la-zona-de-los-altos-de-Canturias-se-elevaba-uno-de-los-castillos-que-defendían-el-Tajo-del-avance-de-los-cristianos

Pero antes se hizo con castillos como el de Canturias, cerca de Las Herencias, Castros, aguas abajo de Puente del Arzobispo y otros como Espejel o Alija, situados ya en La Jara que hoy es extremeña. También atacó el rey Alfonso otras fortalezas en Alamín, Madrid, Maqueda o Zorita, durante toda una serie de operaciones militares que duraron en total unos siete años. En el interior de la Talabira árabe contaban además los castellanos con la ayuda inestimable de los mozárabes, cristianos que durante varios siglos de convivencia habían asimilado muchos aspectos de la cultura musulmana, pero conservaban sus creencias religiosas y estaban siempre dispuestos a ayudar en la reconquista de la villa para el reino de Castilla y León. Cuentan las crónicas que los mozárabes montaron varias algaradas durante el asedio a Talavera de Alfonso VI, para facilitar así el asalto de los cristianos que, según la tradición, se inició por uno de los pequeños portillos de la muralla, debiendo además los cristianos salvar en algunas zonas el foso que se inundaba con agua del Tajo mediante un sistema construido por los árabes.

Probablemente la Ciudad de vascos fue abandonada o desalojada tras la reconquista de talavera
Probablemente la Ciudad de vascos fue abandonada o desalojada tras la reconquista de talavera

La fuerte Talabira, la primera en importancia entre las ciudades del reino de Toledo, fue conquistada en noviembre del año 1083, aunque otros autores defienden que la toma se produjo después de haber caído la propia Toledo en poder de Alfonso VI en 1085. La ayuda de los mozárabes, que constituyeron una numerosa comunidad en la Talavera medieval, sería luego premiada por el rey, que les permitió ocupar la parte del caserío que antes pertenecía a los musulmanes acomodados, es decir la parte de la villa situada en el interior del primer recinto amurallado. Este colectivo pudo mantener su antiguo fuero para impartir justicia y su parroquia de referencia era la de Santa María, que más tarde sería Colegial. Los caballeros castellanos recién llegados con las huestes del Rey celebraban sus juicios en el pórtico de la iglesia de El Salvador de los Caballeros, llamada así precisamente por esa razón.

-Murallas del alcázar talaverano con la barbacana y la zona que se inundaba en los asedios. Portillo para acceder a la barbacana y al agua.JPG
-Murallas del alcázar talaverano con la barbacana y la zona que se inundaba en los asedios. Portillo para acceder a la barbacana y al agua.JPG

Durante los primeros años posteriores a la reconquista, Talavera fue administrada desde el alcázar por varios gobernadores militares. El primero de ellos se llamaba Sancho del Carpio y murió ejecutado por orden de Raimundo de Borgoña, conde gobernador de Ávila, al no haber sabido defender la villa y el paso del Tajo en un ataque posterior de los árabes que afectó a los habitantes de Gredos y al valle del Tiétar. Talavera había sido conquistada por los cristianos, pero seguiría sufriendo el asedio y los ataques de los árabes hasta la batalla de Las Navas de Tolosa en 1212, e incluso algunas razzias esporádicas después de esa fecha clave, en la que la frontera entre los dos bandos pasó del Tajo al Guadiana.

EL TAJO COMO CLOACA MEDIEVAL

EL RÍO COMO CLOACA MEDIEVAL

Alcantarilla romana desembocando en el lienzo de muralla que aún se conserva junto al Puente de Hierro
Alcantarilla romana desembocando en el lienzo de muralla que aún se conserva junto al Puente de Hierro

Ya hemos comentado las normas para evitar en lo posible las molestias de los vertidos de la pescadería, pero en la Edad Media, como ahora, el río era el destino de toda la suciedad de la población. El carnicero y los triperos también tenían un lugar determinado para arrojar sus desperdicios, “logar donde vazíe los vientres e tripas de las reses e ganados…que sea sin perjuicio”

Esta fotografía de unas tenerías marroquíes nos da idea de la suciedad que supone esta actividad
Esta fotografía de unas tenerías marroquíes nos da idea de la suciedad que supone esta actividad

Las tenerías eran los lugares donde se curtían las pieles, una actividad muy sucia y maloliente que también se situaba en general en las cercanías del río. Podemos ver todavía las que se conservan en el actual museo etnográfico, que fue lagar de los jerónimos posteriormente, otra actividad también sucia que se situaba junto a las corrientes para arrojar los alpechines. Los cueros se debían lavar de la desembocadura “de la Portiña Ayuso”, es decir en la zona entre el actual instituto Ribera del Tajo y la Universidad.

Lagar de los jerónimos blanqueados en primer plano en una foto de Blanco y Negro de 1969
Lagar de los jerónimos blanqueados en primer plano en una foto de Blanco y Negro de 1969

A finales del siglo XV se escribe La Celestina por el que luego sería alcalde de Talavera, Fernando de Rojas, y para los que gustamos de imaginar a Talavera como escenario de la obra universal hay dos pasajes con referencias fluviales que nos lo sugieren: Dice Pármeno cuando habla de Celestina: “Tiene esta buena dueña al cabo de la ciudad, allá cerca de las tenerías, en la cuesta del río, una casa apartada, medio caída, poco compuesta y menos abastada” Como acabamos de ver, junto a las riberas del Tajo se encontraban entre otras las tenerías de los jerónimos. Otro pasaje de La Celestina habla de que desde una torre, que podía ser cualquiera de las albarranas, entre las cuales Rojas disfrutó concretamente de la torre cercana al Arco de San Pedro, se observaban los “navíos del río”. Y sabemos que hasta mediados del siglo pasado había en Talavera pescadores fluviales.

Foto de Ruiz de Luna de la calle Carnicerías en la que se ven los albañales de Talavera, tan criticados por viajeros de todas las épocas
Foto de Ruiz de Luna de la calle Carnicerías en la que se ven los albañales de Talavera, tan criticados por viajeros de todas las épocas

También a finales de la Edad media hay referencias a la suciedad de las calles talaveranas y a los albañales que discurrían por las calles de Talavera y a los que hacen referencia muchos de los viajeros que pasaron por aquí. Cuando corrían todas acababan en el Tajo, en La Portiña o en lagunas absolutamente insalubres que se formaban en diferentes lugares de la villa.