Archivo de la categoría: Cerámica y artesanía

OBRAS DE RUIZ DE LUNA EN CÁDIZ

OBRAS DE RUIZ DE LUNA EN CÁDIZ

Panel de azulejería de Ruiz de Luna de la iglesia de San Lorenzo Mártir de Cádiz
Panel de azulejería de Ruiz de Luna de la iglesia de San Lorenzo Mártir de Cádiz

Es mutua la influencia entre la cerámica de Talavera y la sevillana, que se extiende por toda Andalucía. Y es por ello muy valorada allí la azulejería de nuestra ciudad que cuenta con numerosos paneles de azulejos repartidos por toda su geografía, especialmente la de de Ruiz de Luna, que hasta en la Plaza de España cuenta con un hermoso ejemplar del impulsor de nuestra artesanía más emblemática, especialmente a raíz de la exposición iberoamericana que difundió especialmente su obra durante los años veinte del pasado siglo.

Pero hoy no vamos a hablar de los elementos que podemos encontrar en Sevilla, sino de dos hermosos paneles que podemos contemplar en Cádiz, realizados ambos en 1926.

En primer lugar nos referiremos a la imagen de Nuestro Padre Jesús de los Afligidos y María Santísima de los Desconsuelos que se halla sobre el muro de la fachada de la iglesia de San Lorenzo Mártir. A la derecha se encuentra este gran panel y a la derecha otro de origen sevillano de proporciones similares.

Firma de Ruiz de Luna en el panel de la iglesia de San Lorenzo Mártir de Cádiz
Firma de Ruiz de Luna en el panel de la iglesia de San Lorenzo Mártir de Cádiz

Es una obra muy original pues las imágenes se han realizado con cierto relieve mientras que el recercado es liso y con la típica decoración renacentista talaverana en tonos azules y amarillos. El panel está firmado por Ruiz de Luna en un lado y tiene rotulado «Talavera año 1926» en el otro.

Sello de Talavera en el panel de Ruiz de Luna
Sello de Talavera en el panel de Ruiz de Luna

El otro panel se encuentra en la entrada del balneario de la castiza playa de La Caleta, llamado de la Virgen de la Palma y del Real. Representa la advocación de  popular patrona del barrio de la Viña. Es también obra de 1926 y está firmada por Juan Ruiz de Luna, aunque en el panel explicativo turístico se confunden cuando lo atribuyen a «Justo» Ruiz de Luna.

 

Entrada del balneario de La Caleta
Entrada del balneario de La Caleta
Panel de la entrada de La Caleta en Cádiz
Panel de la entrada de La Caleta en Cádiz

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LOS NEBULOSOS COMIENZOS DE LA CERÁMICA TALAVERANA

Panel del siglo XVI representando a San José que se encuentra en el pórtico de la Basílica del Prado

El arte cerámico de Talavera no partió de cero porque, aparte de la tradicional alfarería de tradición morisca que se venía haciendo al final de la Edad Media, una industria ya asentada sería directamente promocionada e impulsada por el rey Felipe II. Sabemos también por el cronista Lucio Marineo Sículo que en tiempos de los Reyes Católicos había ya hornos cociendo cacharros en la villa: “También en Talavera se labra muy excelente vedriado blanco y verde. Lo qual es muy delgado y sotilmente hecho y házense vasijas de muchas y diversas maneras”, aunque no pone a Talavera entre los primeros centros de producción, por detrás de Valencia, Murcia, Toledo o Morviedro.

Según se puede deducir del testimonio de Diego Pérez de Mesa en su obra editada en 1548 “Grandezas y Cosas Memorables de España”, ya entonces, antes de la venida de Juan Floris, se producía gran cantidad de loza en Talavera que se comercializaba en todo el reino e incluso se exportaba a América, Francia, Italia o Flandes. A mediados de siglo, ya se obsequiaban por parte de la villa a los arzobispos toledanos objetos de cerámica, lo que indica cierto desarrollo y prestigio de la industria alfarera.

Arrimadero de azulejos de repetición de la iglesia de Domingo Péres. Unos paneles datados en 1567. El motivo principal es el florón que decoraría tantos palacios reales pero en cuatro colores azul, blanco, verde y amarillo

También se puede deducir de la historia de Talavera de García Fernández, datada en 1560, que ya había en Talavera una importante industria artesana del barro a mediados del siglo XVI, antes de que llegara Floris y la impulsara Felipe II: “Házese en Talavera barro vedriado blanco, verde, azul, jaspeado y de otras colores ynterpoladas. Es lo mejor que en Castilla se labra” “…y dello se provee Castilla y Andaluzía y Portugal y se pasa en Yndias” Aunque tal vez no se dedicaran todavía a esta actividad un grupo numeroso de talaveranos, pues el gremio no encabeza siquiera el pago de algún toro en la fiesta de las Mondas, sino que se debe unir a carpinteros, albañiles, olleros tinajeros, tejeros y otros oficios. En esa misma época, sin embargo, el escritor Felipe de Guevara compara las obras talaveranas con las italianas y considera que todavía no llegan a la “perfición” de las de Pisa o Faenza, pero no por la falta de pintores o diseño, sino por problemas técnicos con los esmaltes y colores.

Vimos en el anterior capítulo cómo el propio Felipe II impulsó la cerámica de Talavera ordenando al sevillano Jerónimo Montero realizar experimentos con esmaltes y productos químicos con el barro de Talavera, de color algo más rosado, pues los barros de Calera, de color más claro, no se utilizaba todavía, como se deduce del documento de Frías de Albornoz en el que dice “…y en la misma villa están las minas de barro que se labra vidriado de donde se provee toda España”.

Pastores representados en azulejería del siglo XVI procedente del hospital de San Antonio Abad que actualmente se encuentra en el friso superior del pórtico de la basílica del Prado. Ofrecen corderos y lo que parece un cuenco con leche.

Otro dato sobre los materiales utilizados en la alfarería talaverana nos los da Fray Andrés de Torrejón, monje jerónimo del convento de Santa Catalina de Talavera que refiere cómo la arena necesaria para los vidriados se traía de Hita, hasta que se empezó a utilizar arena de la cercana localidad de Mejorada. Mi impresión es que la extracción debía realizarse en la zona noroeste del término, en las proximidades del Riolobos, junto al arenoso baldío de Velada, cuyas arenas intentó explotar recientemente la fábrica de porcelanas de Lladró por su gran calida:. “La arena con que se mezclan los metales para hacer el vedrio blanco se solía traer de encima de Hita y abrá diez años que se halló junto a un pueblo que se llama Mejorada, una legua desta villa y es muy menuda en estremo y tan blanda como seda”.

Una de las características que hicieron más atractiva la cerámica de Talavera fue la intensa blancura de sus vidriados que varios autores comparaban entonces con los de Pisa. Dice Torrejón: “porque el vedrio blanco es plomo y estaño y arena, y con la fuerza del fuego se vienen a coadunar de tal manera que se da con ello un lustre tan agradable y graçioso a los que lo miran y especialmente el blanco que se ha hallado agora, que es tan estremado que afiçiona más que lo pintado”

De esas primeras referencias también se destacan la variedad de formas en la alfarería que a su vez hicieron muy popular la producción y así otra vez el padre Torrejón nos enumera algunas de ellas: “La diversidad de los jarros y taças, de los búcaros y brinquiños la buena traça de los platos y ramilletes, el contrahacer los caracoles, los búhos y perros, hasta los chapines y çapatillos de las mujeres y todo género de frutas y pégalas en unos platos con tanta propiedad que hacen hartas burlas”

Detalle de los arrimaderos de la iglesia de Erustes con variados motivos y grutescos

También el padre Torrejón apunta otros datos de interés como que se contrahacen, forma de la época para decir que se copian, algunos motivos decorativos de las cerámicas orientales de India y de China, con las que estaban familiarizados los españoles debido a sus viajes por el Pacífico, el llamado “lago español” en el siglo XVI. Además del comercio del imperio oriental de Portugal, reino unido entonces al imperio español por herencia de Felipe II al morir el rey luso Don Sebastián. El autor Morel Fatio asegura que la vajilla en la que se sirve la comida en el encuentro en Guadalupe entre los dos reyes es de Talavera.

Parece así mismo que hubo en estos primeros ensayos problemas con el esmalte, incluso en las obras del maestro Floris, pues documentos de la época relacionados con los encargos para el monasterio de El Escorial refieren una mayor calidad de los azulejos del talaverano Juan Fernández comparados con los del flamenco, y también se ponen como ejemplo de esa mala calidad los azulejos de Floris para el refectorio del monasterio dominico de Plasencia, hoy comedor del Parador Nacional, en los que se aprecia un considerable deterioro, con los esmaltes descascarillados y perdidos en parte de la superficie de los arrimaderos.

La actividad alfarera aumentará conforme va avanzando el siglo XVI, y es en el último cuarto de la centuria cuando se constata en los padrones un número considerablemente más elevado de artesanos del barro en la villa. Ya hemos comentado en otro capítulo cómo a principios de siglo, aunque se conocen ordenanzas municipales que regulan el encendido de los hornos, apenas hay alfareros pues en 1513 solo hay 4, y 6 en 1518, número similar al de muchas otras villas con la misma población que Talavera. Va creciendo esta actividad hasta los 20 ceramistas de 1548 y 30 en 1554 para descender en la década de los sesenta a 22, pero aumentando paulatinamente hasta los 42 del año 1596, fecha en la que podemos considerar asentada la actividad ceramista. Lo mismo sucede con los pintores de loza y azulejos, que de no enumerarse ninguno en los primeros años del siglo se pasa a 22 del año 1607.

 

UN HECHO HISTÓRICO: FELIPE II ORDENA EXPERIMENTAR CON ESMALTES LA CERÁMICA DE TALAVERA. LAS PRIMERAS OBRAS

Frontal de una pilastra decorada con azulejos y datada en 1567. Iglesia de Erustes

El año de 1566 es muy significativo en la historia de la cerámica renacentista de Talavera  ya que se produce un hecho de gran importancia en la historia del arte del barro. Felipe II ordena a un ceramista o químico sevillano llamado Jerónimo Montero que acuda a Talavera a experimentar con pigmentos y esmaltes, lo que parece demostrar que era intención del monarca desarrollar la alfarería en nuestra ciudad, aunque el Padre Torrejón nos dice en su historia de Talavera que lo que se pretendía con el ensayo era establecer los alfares cerca de Madrid.

En este curioso documento el escribano, el notario de la época, levanta acta con el testimonio del propio Jerónimo Montero y con varios testigos, algunos de ellos alfareros talaveranos conocidos, de que realmente se han realizado los experimentos y de cómo se han marcado las piezas elaboradas de “vedrio blanco y pintado y jaspado de azul y pintado de otras colores diferentes segund y como en esta villa se acostumbra a hazer y se han fecho cantidad de platos y escudillas y jarros y borcelanas”. Como vemos, en el texto figura concretamente una de las series más antiguas de la cerámica talaverana: la alfarería jaspeada.

Albarelo jaspeado en azul. Museo de Cerámica Ruiz de Luna

Aparecen en los ensayos los nombres de ceramistas famosos como Juan Fernández, Juan de Figueroa, Melchor de Talavera o Antonio Díaz y se describe cómo se mezclan los productos químicos, que no especifica, haciendo “panecitos” o tortas de mezcla que luego se trituran para hacer los vidriados que se aplican en las piezas y se cuecen en hornos talaveranos. Y, de hecho, las fritas se preparan en el taller de Antonio Díaz y se aplican a piezas bizcochadas en barro talaverano en el alfar de Juan de Figueroa, como nos recuerda el profesor Pleguezuelo.

Tres de las obras más antiguas de azulejería talaverana se encuentran en tres parroquias de poblaciones cercanas: Nombela, Erustes y Domingo Pérez. Se trata de frontales en pilastras y arrimaderos situados en la zona del presbiterio de esas iglesias. Presentan dibujada la fecha de 1567, en los dos primeros pueblos nombrados, y están decorados con grutescos, bustos y águilas, además de motivos de repetición que veremos más adelante en otro capítulo. Estos zócalos nos sirven aquí para ilustrar los primeros tiempos de la producción de cerámica renacentista talaverana que probablemente contaron con la inspiración de Juan Floris, aunque el flamenco no participara en el ensayo ordenado por Felipe II muriendo en 1567. La obra de la iglesia de Domingo Pérez es, según M. Maroto, obra del alfarero Antonio Díaz, uno de los alfareros que participa en los ensayos de Jerónimo Montero.

Pilastra decorada con azulejos en la iglesia parroquial de Nombela y datada también en 1567

Trascribimos ahora el documento que nos ofrece Gestoso en su historia de los barros sevillanos:

“La producción cerámica de Sevilla tenía por fuerza que despertar gran interés, no solo en el público, sino entre aquellas entidades llamadas a proteger su desenvolvimiento; y tenemos la prueba de que el monarca mismo preocupábase de conseguir su mayor auge, como parece acreditarlo el siguiente documento, que hemos debido a la fina amistad del docto arqueólogo Excmo. señor Conde de Valencia de Don Juan.

“En la noble villa de Talavera a veynte y vn dias del mes de novienbre del naçimiento de nuestro saluador yesuxpo de mill y quinientos y sesenta y seys años ante el muy magnífico señor bachiller Juan de Paredes alcalde mayor de la dicha villa y su tierra por el muy magnífico señor dotor Mexia….. y justicia mayor en la dicha villa y su tierra por el muy ilustre señor don Gomez Tello Girón governador. . . . . el arçobispado de Toledo por abtoridad apostólica y del consejo de su magestad y en presencia de mí, Juan de Olmedo escriuano de su magestad y del número de la dicha villa e testigos yuso escritos pareció presente vn hombre que se dixo llamar Geronimo Montero vecino de la ciudad de Seuilla y presentó ante el dicho señor alcalde mayor el pedimiento siguiente:

Muy magnífico señor, Jerónimo Montero vecino de la ciudad de Sevilla digo que por mandamiento de su magestad y señores presidente e oydores de su muy alto consejo yo vine a esta villa a hazer ensayo y prueba de ciertos metales en el barro de que se haze el vedrio en esta villa y para que conste a su magestad y a los dichos señores presidente e oydores de lo que se hizo con los dichos metales y el efeto que dellos resultó, pido a vuestra merced mande aver ynformacion de testigos de cómo yo vine a esta villa y he estado y estoy en ella de doze dias a esta parte y con ciertos metales que trage hize en el barro de esta villa por mano de los oficiales della vedrio blanco y pintado y jaspado de azul y pintado de otras colores diferentes segund y como en esta villa se acostumbra a hazer y se ban fecho cantidad de platos y escudillas y jarros y borçelanas y lo que se a fecho por mi yndustria con los dichos materiales tiene por señal mi nombre propio como vna cifra de “q” y  y vna “m” y “o”. y encima que dize Geronimo pintado de azul en el suelo por defuera de los dichos platos y escudillas y jarros y junto a ello están otras letras que dizen….. con vna “e”y “u” y + y “p” y “a“ encima asimismo de letras azules las quales dichas señas juntamente con lo demás contenido en este pedimiento pido a vuestra merced se pregunten los testigos para que los declaren y lo que dixeren y dipusieren signado en publica forma lb mande dar ynterponiendo a ello su abtoridad y decreto judicial y para ello etc. y pido justiçia el liçenciado Velasco y presentado pidiolo en el etc …

Pilastra decorada con grutescos en la iglesia de Domingo Pérez

El dicho señor alcalde mayor dixo que presente los testigos que viere que convienen y los recibirá por el thenor del dicho pedimento y hará justicia testigos Juan Fernandez e Diego Ramayo vezinos desta villa y paso ante mi Juan de Olmedo escriuano etc.

E despues de lo susodicho en la dicha villa de Talavera este dicho día mes y año susodichos el dicho Geronimo Montero presentó por testigo a Pédro Lopez vecino de la cibdad de Toledo y a Bartolomé de Plaçencia vecino de dicha villa de los quales y de cada vno dellos fue rrecebido juramento en forma de derecho por el nombre de Dios nuestro señor y de Santa María su madre nuestra señora y sobre la señal de la cruz como esta en que tocaron sus manos derechas y por las palabras de los santos evangelios doquier que están escritos que dirán verdad de lo que supieren y les fuere preguntado y si la verdad dixeren Dios nuestro señor les ayude y el contrario haciendo….. testigos que los vieron presentar y jurar Diego Tamayo y su hijo Diego Tamayo el moço, vezinos de la dicha villa de Talavera y paso ante mí, Juan de Olmedo escriuano.

Este dicho dia mes y año susodichos el dicho Geronimo Montero presentó por testigo a Melchor de Talavera alfarero, y a Alonso de Caçalegas vezino de la misma los quales juraron segund de suso testigos Alonso dalba escriuano, y Diego Tamayo vezinos desta villa y paso ante mi Juan de Olmedo escriuano.

Y lo que los dichos testigos dixeron y dipusieron siendo preguntados por el thenor del pedimiento es lo siguiente:

El dicho Pero Lopez, vezino de la ciudad de Toledo, aviendo jurado en forma y siendo preguntado por el thenor del dicho pedimiento, dixo que conoce al dicho Geronimo Montero vezino de la ciudad de Sevilla. de doce dias a esta parte en esta villa dc Tallavera donde ha estado el dicho tiempo que avra siete o ocho días que este testigo vido como vn criado del dicho Jeronimo Montero le vido llevar çiertos metales a casa de Antonio Diaz alfaharero y los echaron en vna padilla y los quemaron con estaño donde vino :1 sacarlos y echarlos en sus panecitos de casa del dicho Antonio Diaz y se cocieron en el horno y se molió el dicho vedrio del molino del dicho Antonio Diaz y después de molido lo vedrió el dicho Antonio Diaz en cierta lavor que se tomó de casa de Juanes Figueroa alfaharero, y allí sobre el dicho vedrio se pintó de azul y se salpicó y se pintaron otras colores y este testigo vido vedriar jarros y platos y escudillas y borcelanas y asimesmo lo vido pintar y salpicar y vido asimesmo asentar su nombre del dicho Jeronimo Montero en cada pieça y otras letras que dizen Talavera y que las mismas señas y letras contenidas en el dicho pedimiento este testigo las tuvo muchas dellas en la mano para que las escribiese y que así mismo entre las dichas pieças ay platos y escudillas blancas y que lo sabe este testigo por lo que dicho tiene y porque este testigo es oficial del barro y vedrio y se ha hallado presente a todo ello y questa es la berdad so cargo del juramento que hizo y que no es pariente del dicho Geronimo Montero y que es de hedad de quarenta años poco más o menos y lo firmó de su nombre Pero López y pasó ante mi Juan de Olmedo escriuano.

El dicho Bartolomé de Plazencia vezino desta villa de Talavera aviendo jurado y siendo preguntado por el thenor del dicho pedimiento dixo que conoce al dicho Geronimo Montero de doze días a esta parte que vino a esta villa a hazer çierto ensayo en el barro de vedrio que se haze en esta villa y queste testigo vido cómo el dicho Geronimo Montero trajo ciertos metales y materiales a casa de Antonio Diaz alfaharero vezino desta villa y que hizo su emboltoria (¿mezcla?) para hazer vedriado en el horno y lo coció y después de cocido lo molió y hizo panecitos e los molió e vedrió el dicho Antonio Diaz ciertas pieças de vedrio en casa de Juan de Figueroa, alfaharero, las quales pieças este testigo pintó de azul e las vido jaspear a vn compañero deste testigo y supo que otro official de pintura avia pintado otras pieças de colores en el mismo vedrio que son platos y escudillas y jarros y porcelanas y puso el dicho Geronimo Montero vnas letras de su mano en las pieças escritas del mismo azul que dizen su nombre y otras talavera y que estas letras son las contenidas en el dicho pedimiento porque las ha visto y conoce y se las vido escrivir y questa es la verdad so cargo del juramento que hizo y que es de edad de treynta y seis años poco más o menos tiempo y lo firmó de su nombre Bartolomé de Plazencia y paso ante mi Juan de Olmedo escriuano.»

Las declaraciones de Melchor de Talavera oficial de alfarero y la de Alonso de Cazalegas están redactadas en los mismos términos que las anteriores.

Continúa el expediente con la diligencia de dar fe el escribano de las piezas pintadas y firmadas por Montero y concluye con la entrega del pedimento solicitado por aquél.

SANTORAL DEL BARRO: Santa Apolonia

Ermita de la Virgen de Gracia de Velada. Retablo lateral. Siglo XVII. Policromía con predominio de naranjas, amarillos y azules. Las figuras son esbeltas y el dibujo aunque muy rectilíneo, es seguro y de calidad, por lo que algunos han querido identificar a su autor con algún pintor del taller de El Greco. El retablo enmarca las figuras entre columnas, mármoles simulados y cenefas de hojas de acanto y cadeneta. La santa sostiene la palma del martirio y una muela con las tenazas.

Ermita de la Virgen de Gracia de Velada. Retablo lateral. Siglo XVII. Policromía con predominio de naranjas, amarillos y azules. Las figuras son esbeltas y el dibujo aunque muy rectilíneo, es seguro y de calidad, por lo que algunos han querido identificar a su autor con algún pintor del taller de El Greco. El retablo enmarca las figuras entre columnas, mármoles simulados y cenefas de hojas de acanto y cadeneta. La santa sostiene la palma del martirio y una muela con las tenazas.

SANTA APOLONIA

Apolonia vivió en el siglo III en Alejandría. Durante el año 249, siendo una anciana diaconisa, sufrió martirio en las persecuciones que desencadenó contra los cristianos el emperador Filippo el Árabe. En aquel tiempo, un astrólogo pagano azuzaba al pueblo contra los cristianos, asegurando que la ciudad sería destruida porque blasfemaban contra sus dioses.

Masas enardecidas saquearon los barrios de la ciudad donde vivían los discípulos de Cristo ejecutando y martirizando a sus moradores. Santa Apolonia, fue golpeada con mazas y después de ser lapidada, la sentaron sobre una piedra, la abrieron la boca introduciéndola un trozo de hierro y con unas tenazas le fueron arrancando los dientes uno a uno destrozándola las mandíbulas. Algunos de sus torturadores habían encendido una pira y el cabecilla se mofaba preguntándola: ¿Dónde está tu Dios del amor que podría librarte de estos dolores? Si apostatas serás libre. Quisieron obligarla a pronunciar frases blasfemas bajo la amenaza de quemarla viva pero consiguió librarse de sus verdugos y ella misma se arrojó a las llamas. Acción que provocaría más tarde debates teológicos sobre si estaba o no justificado este “suicidio”.

La muela y las tenazas como atributo de la santa que simboliza su martirio

Se la representa casi siempre como una bella joven, aunque en la época de su martirio era ya una anciana. Aparece generalmente con vestido rojo y manto verde o pardo. Casi siempre lleva la corona real o de flores por haber sido virgen. La palma es símbolo del martirio y su atributo más frecuente son las tenazas sujetando una muela, o los dientes en una bandeja.La devoción en Talavera a Santa Apolonia queda patente no sólo por la alusión de su ilustre alcalde Fernando de Rojas en la Celestina, sino por la romería que se hace en el día de su festividad hasta la ermita dedicada a ella en El Berrocal.

Uno de los retablos laterales de la ermita de Virgen de Gracia, donde se vel la imagen de Santa Apolonia

EL NACIMIENTO DE LA CERÁMICA DE TALAVERA. FELIPE II HACE AZULEJERO Y CRIADO SUYO A FLORIS Y ORDENA QUE SE TRASLADE A LA VILLA DEL TAJO

Motivo del «florón» que tantos arrimaderos de palacios reales decoró.

EL NACIMIENTO DE LA CERÁMICA DE TALAVERA.

FELIPE II HACE AZULEJERO Y CRIADO SUYO A FLORIS Y ORDENA QUE SE TRASLADE A LA VILLA DEL TAJO

En 1562 Felipe II nombra a Floris su Criado y “maestro de azulejos” y le encarga el diseño y la fabricación de cerámica para algunos de sus palacios como el alcázar de Madrid, donde hizo suelos y zócalos en los aposentos del Rey, las caballerizas y la armería, hoy desaparecidos por el incendio que destruyó el edificio en el siglo en 1734. También trabaja en El Pardo, Valsaín y el monasterio de El Escorial donde realiza además botes de farmacia decorados con su motivo más característico, las ferroneries, llamadas así por simular decoraciones de herrería que veces pueden también semejar el cuero recortado, por lo que otros autores han querido denominarlas “de recortes”.

Estos dibujos fueron introducidos por Floris en España y según Trinidad Sánchez Pacheco fueron diseñados por los dibujantes flamencos Cornelius Floris, hermano del ceramista, y Cornelis Bos. De la mano de Arias Montano se distribuyeron las láminas por nuestra geografía.

Alcázar de Madrid cuyo incendio en el siglo XVIII causó la desaparición de la cerámica de Talavera que lo decoraba

Combinados con estos “recortes” se dibujaban grutescos de estilo italiano llevados a Amberes por el ceramista Guido Durantino, el maestro ceramista de Floris, y también estructuras arquitectónicas renacentistas a veces inspiradas en libros de arquitectura de autores como Vitrubio o Serlio. Esto dos tipos de motivos separan en ciertas obras talaveranas las imágenes de los santos o las escenas bíblicas, por ejemplo, en la ermita del Prado y en otras obras, como los paneles de los evangelistas y san Antonio Abad que se encontraban en la finca de La Alcoba y que ahora se hallan en el Museo de la Cerámica de Barcelona. Otras obras atribuidas a Floris o a su círculo son tres paneles que se encuentran en el museo arqueológico de Madrid y que proceden del monasterio de Santo Domingo el Real de Toledo, otro del museo Ruiz de luna y un tercero que decoraba el palacio de la Generalidad y que está depositado también en el museo de Cerámica de Barcelona.

Palacio de Valsaín, hoy en ruinas, que también estaba decorado con azulejería talaverana

Jan Floris fue obligado por el rey a residir desde junio de 1562 en Talavera donde era parroquiano de la desaparecida iglesia de San Pedro. Los pagos reales entre el 24 de junio de 1562 y el 27 de diciembre de 1567 prueban su presencia allí. Recibía un sueldo diario de 120 maravedíes equivalentes a doce placas (moneda de los Países Bajos).

Martín González prueba documentalmente en su trabajo sobre el alcázar de Madrid la presencia de Floris en el año 1566 en Talavera, cuando en una carta sobre las obras se dice «Y para la torre que se va acabando del Pardo, será menester que luego, después de Pascua, se prevenga a Flores, el azulejero de Talavera, que venga…pues estará para ello pronto acabada«. También en el Alcázar de Madrid hay otros datos que nos confirman los trabajos de Flores en los aposentos del Rey entre 1562 y 1567, aunque hubo problemas en 1564 por el retraso en la entrega de los azulejos que finalmente son instalados en 1565 conservándose documentos que confirman un pago al ceramista por 220 azulejos.

Orza de el Escorial de 1573 que hoy se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional

Pero tal vez fueron los azulejos destinados al Pardo los primeros en fabricarse en Talavera por Floris, según Pleguezuelo, ya que antes incluso, en 1563 hay noticias sobre su trabajo para el pavimento, muros y ventanas de este mismo palacio.

La mayor superficie de azulejería la realizaría el flamenco para la armería del alcázar pues en el año 1566 recibe el pago por 4700 azulejos en Julio y 9160 en diciembre, más otros 698 en al año siguiente. La dependencia era de grandes dimensiones, se encontraba sobre las caballerizas y en ella se expondrían las armas reales, pero como ya hemos visto, con todo ello acabó el incendio del viejo alcázar en 1734.

Panel representando a San Marcos que decoraba la capilla de la finca de La Alcoba. Hoy en el Museo de la cerámica de Barcelona.

Sabemos que parte de estos azulejos serían de “cuerda”, que en realidad son los denominados de arista, con una mayor producción tradicional en Toledo pero que también se hacían en Talavera. Así mismo sabemos que se pagaban más caros los azulejos de “figuras e ystorias”, donde aparecerían escenas y personajes y que cobró a 34 maravedíes, mientras que los azulejos de “lazo y follaje” que hoy llamaríamos de repetición valían la mitad. Este estilo “istoriato” era muy apreciado por Felipe II que tenía algunas piezas y vajillas regaladas o adquiridas en Italia, especialmente una del duque de Urbino con escenas del Amadís de Gaula. Flores era un buen pintor y Karl van Mander dice de él que “dibujaba y pintaba sobre cerámica…todo tipo de historias y figuras graciosas”. Puede que hiciera también los azulejos que decoraban el monasterio de los jerónimos de Madrid y el de las Descalzas Reales.

Panel de azulejos de 1571 con grutescos

No sabemos a ciencia cierta si Floris estuvo presente en los ensayos de los que más adelante hablaremos y que a instancias de Felipe II se hicieron en el taller del alfarero talaverano Juan de Figueroa, donde Jerónimo Montero, un químico de Sevilla, acudió por orden del rey Prudente para hacer ensayos de vidriado junto a Antonio Díaz.

Floris falleció en 1567 dejando viuda a Ana del Almendral y un hijo.

OTRAS POSIBLES  OBRAS DE JAN FLORIS (II)

OTRAS POSIBLES  OBRAS DE JAN FLORIS

Detalle delos grutescos de dragones enfrentados en la capilla de los Benavente en Medina de Rioseco. Fotografía de Manuel Moratinos

Puede que, según nos refiere Pleguezuelo, con anterioridad a sus trabajos de Garrovillas, Cañaveral y Garganta la Olla, Floris hiciera otros trabajos, como el pavimento de la capilla de un mercader de oro y diamantes de la familia de los Benavente en la iglesia Santa María de Medina de Rioseco. En los azulejos de escalones y solado aparecen unas cabezas masculinas y femeninas cuyos motivos ornamentales recuerdan al estilo del ceramista flamenco. También hay azulejos de repetición con veneras y hojas de acanto dispuestas en “remolino” y grutescos de dragones enfrentados. El dibujo está realizado en azul y manganeso y el relleno es de ocres y amarillos. Aunque no hay documentación que acredite su autoría se ha pensado en la autoría de Floris, debido a la fecha de su fabricación en torno a 1560, al mayor tamaño de los azulejos, de 17 centímetros de lado, así como por ciertas formas que recuerdan a las ferroneries.

Rostros masculinos y hojas de acanto en «remolino» del solado de la capilla de losBenavente en Medina de Rioseco. Foto de Manuel Moratinos

Una obra de parecidas características se encuentra en el palacio del licenciado Butrón, un famoso abogado de Valladolid. También es un solado en el que se han instalado algunos azulejos planos con decoración renacentista vegetal.

Yo sinceramente no veo la semejanza de los azulejos de Medina de Rioseco, los de Valladolid y ni siquiera los de Garganta antes referidos con la obra de Floris en Garrovillas o Cañaveral, tanto en los motivos como en el color.

Soladocon azulejos planos de motivos vegetales del palacio del licenciado Butrón en Valladolid. Foto Manuel Moratinos

Tampoco comparto con Martínez Caviró la autoría de Flores con respecto a los paneles del monasterio dominico de Plasencia, luego iglesia de San Vicente Ferrer, que representan a unos santos dominicos enmarcados porque, aunque cuentan en su ornamentación con decoración de ferroneries, ni su dibujo ni sus colores se parecen en modo alguno a las obras de Floris. Sí tiene esta obra de azulejería de Plasencia todo el aspecto de haber sido elaborada ya en Talavera, aunque puede que bajo la influencia del maestro de Amberes. Esta obra se puede hoy contemplar en el museo de la catedral vieja de esa misma ciudad junto a otros paneles cerámicos talaveranos.

Santo dominico del monasterio de Santo Domingo de Plasencia

.Además, en el refectorio de Santo Domingo en Plasencia, encontramos en los arrimaderos decoración de ferroneries que para algunos serían obra también de Floris, pero la blancura estannífera de sus esmaltes hace pensar en que, si fue obra de este autor, se habría realizado en talleres ya talaveranos o al menos con técnicas y materiales habituales en la ciudad del Tajo.

Monasterio de Santo Domingo de Plasencia. Detalle del escudo de la orden enmarcado en ferroneries que se sitúa sobre los arrimaderos. Foto de Manuel Pablo Rodríguez

Tras el basamento del retablo mayor se oculta en la catedral de Palencia otra obra que según Pleguezuelo también podría ser del artista flamenco y que representa las alegorías de la Fe, la Esperanza, la Justicia y la Fortaleza.

OTRAS OBRAS ATRIBUIDAS A JUAN FLORIS, PRECURSOR DE LA CERÁMICA TALAVERANA

Panel de Santa Marina en Cañaveral (Cáceres)

Aunque como veremos son varias las obras que se han atribuido a Floris, precursor de la cerámica renacentista talaverana,  en mi opinión no está muy justificada esa supuesta autoría en la mayor parte de los casos, aunque puede que se elaboraran ya en Talavera bajo la influencia del artista flamenco. Considero que sokamente la autoría de dos de ellas está plenamente justificada, aunque no haya documentos que lo prueben a ciencia cierta.

Imagen de Santa Bárbara en Cañaveral

Es el caso de alguno de los paneles de la iglesia parroquial de Cañaveral, localidad también situada en el ámbito de Plasencia, que sí presentan características que nos hacen considerar que son obra del flamenco. En primer lugar, la calidad figurativa de la pintura de las santas representadas; también nos orientan en ese sentido sus colores, similares a los del frontal de Garrovillas, y por último la decoración de los azulejos de repetición que enmarcan las figuras de Santa Marina en el centro con Santa Bárbara y Santa Catalina a los lados, muy parecidos en sus motivos vegetales y geométricos a los de ese pueblo cercano a Cañaveral y también en el ámbito de la ciudad del Jerte.

Una característica muy peculiar de estos paneles de Cañaveral es que las figuras de los santos no se sitúan en un marco alrededor del cual se instalan los azulejos de repetición, sino que en este caso los motivos vegetales y geométricos invaden ese marco formando parte del fondo del cuadro, por lo que hay azulejos que presentan dibujo mixto de pintura figurativa junto a motivos decorativos de repetición en la misma pieza.

Retablo de la Virgen y el Niño de Oropesa

Otra obra de azulejería cuya muy probable autoría es atribuida a Juan Floris es un panel que representa a la Virgen y el Niño y que se hallaba en el pórtico de la ermita de la Virgen de Peñitas en Oropesa. El gran especialista en cerámica de Talavera Ángel Sánchez Cabezudo atribuye esta obra al ceramista flamenco, creo que con gran acierto.

No sabemos de donde procede el panel, si fue desmontado de algún templo o monasterio de Oropesa o si tal vez es fruto de una donación del coleccionista oropesano Platón Páramo, pero el caso es que fue reinstalado en la ermita sin colocar todos los azulejos que lo enmarcaban, aunque se ha restaurado completamente recuperándolos y mostrando la obra completa, tal como se pudo contemplar en todo su esplendor en la exposición “A témpora”.

La gran calidad del trazo, los colores azul oscuro, verde y morado característicos de obras de Floris como la de Garrovillas, los motivos vegetales y «metálicos», que forman la decoración de los azulejos de repetición del panel, aunque no se ven las típicas ferroneries que siempre se han atribuido al autor. Todo esto, junto el hecho de que este ceramista realizó otros trabajos para un noble oropesano, como el que se localiza hoy día en la ermita del Cristo de Garganta la Olla, nos dan también alguna pista. Sánchez Cabezudo ha demostrado también cómo esta obra pudo ser modelo para otras distribuidas por la geografía extremeña y castellana.

Panel de azulejos de la ermita del Cristo en Garganta la Olla

En la ermita referida de Garganta de la Olla, en la comarca de la Vera de Plasencia, se hallan los pobres restos de un panel de azulejos procedentes al parecer del santuario cercano de San Martín, y recolocados en la Ermita del Cristo del Humilladero. La parte datada y atribuida a Floris es el escudo heráldico central que según reza el rótulo pertenece a Gaspar Enríquez de Montalvo, vecino de Oropesa. Se encuentra rodeado de azulejos de arista y otros planos de probable origen talaverano, aunque parecen de fecha posterior.

JUAN FLORES, JAN FLORIS O HANS DE VRIENDT: PRECURSOR DE LA CERÁMICA RENACENTISTA EN TALAVERA

San Pablo representado en azulejería de la iglesia de Garrovillas (Cáceres) cuyo autor es Juan Flores

A pesar de las especulaciones sobre la estancia del italiano  Niculoso Pisano en Talavera, simplemente por haber realizado una de sus obras en el pueblecito abulense de Flores, relativamente cercano a Talavera,  no es hasta treinta años después, a mediados del siglo XVI, cuando en  la villa del Tajo se comienzan a realizar obras de azulejería que pueden ser efectivamente identificadas como piezas cocidas en sus alfares. Y es especialmente un ceramista que provenía de Flandes  llamado Hans de Vriendt o Jan Floris, más conocido en España como Juan Flores, el primer ceramista puramente renacentista que podemos asegurar que desarrolla su actividad artística en Talavera y su entorno. En sus obras se da por primera vez la unión entre las influencias italianas y las venidas de Flandes sobre la cerámica talaverana renacentista en sus inicios.

Firma de Juan Flores o Jan Floris en los azulejos de Garrovillas
Firma de Juan Fernández en el retablo de la iglesia de Candeleda

Nace Floris en Amberes hacia el año 1520. Se le nombra con sus hermanos en un documento de 1540 y en el año 1550 aparece como maestro en el gremio de pintores de esa ciudad,  asociación llamada Guilda de San Lucas. Parece que en su formación recibe influencias del taller de un ceramista italiano de Casteldurante pero emigrado a Flandes llamado Guido de Savino o Guido Durantino, conocido en Amberes como Guido de Andries o Andreis.

Grabado de Cornelis Floris con sus características «ferroneríes» que serán representados en las obras de Floris y en general de la cerámica talaverana renacentista

Los característicos motivos llamados “ferroneríes”, similares a recortes de cuero para unos o formas y cartelas de forja para otros, se ha creído tradicionalmente que deben a Floris su venida a  Talavera y España . En realidad la autoría inicial de estas ferroneríes proceden de grabadores italianos pero son difundidas en Flandes por Cornelis Bosch, y por Cornelis Floris, arquitecto y escultor que era hermano de nuestro pintor y ceramista Jan Floris.

Grabado con ferroneríes de Cornelis Bos

Algunos autores apuntan también a la posibilidad de que Floris hubiera estado también en Italia aprendiendo las técnicas de la “mayólica”, la cerámica pintada renacentista que tiene su origen en Mallorca y en otros focos españoles como Granada, Málaga y Valencia, pero que es perfeccionada y llevada a su máxima expresión en Italia.

En el año 1551 hay constancia documental de que Juan Flores viaja desde Flandes al extranjero, puede que con destino a España, dejando su tierra natal donde ya para entonces es considerado por su biógrafo Karl van Mander como el mejor ceramista de los Países Bajos.

Panel que representa a Santiago «Matamoros» en el pórtico de la basílica del Prado con decoración de ferroneríes

Según Ceán Bermúdez desde 1560 hasta junio de 1562 trabaja y vive en Plasencia, aunque obras como la de Garrovillas se dantan en 1558.  Dos documentos de 1561 dan algunas pistas sobre la actividad de Floris como pintor. Según el primero de ellos, Jan habría acabado  un retablo que el maestro flamenco Jorge de la Rua había iniciado en la capilla de Hernando de Loaysa, Marqués de Santa Cruz, en la iglesia de San Nicolás de Plasencia y que firma con las iniciales IF, de forma muy similar a como firma su obra de la iglesia de Garrovillas, descartando así el ceramólogo Alfonso Pleguezuelo que fuera su autor el famoso alfarero de Talavera Juan Fernández. El especialista García Mogollón aporta otra prueba en el sentido de que Juan Fernández firma su trabajo en Candeleda como Jv FRS y no IF, como ya hemos visto lo hace el maestro flamenco . Todo ello se confirma si observamos la gran diferencia de estilo de las obras confirmadas de Floris con el retablo de Juan Fernández en la localidad abulense, obra de este talaverano que tantos azulejos fabricaría para Felipe II.  También figura la firma 156I F en el cuadro de la Asunción de Plasencia, también obra del ceramista flamenco.

Pintura de la iglesia de San Nicolás en Plasencia que fue finalizada por Floris

El segundo documento en el que aparece Floris en la ciudad del Jerte es un contrato de 1561 para tomar como aprendiz a un tal Juan de Flandes durante cuatro años.

Parece que ya hacia 1558 Floris trabajaba en Plasencia, donde realiza trabajos identificados como suyos en la propia ciudad y en pueblos de su entorno más o menos próximos. Es el caso de su trabajo en la iglesia de Garrovillas, datado en 1559 y en el que se pueden ver los restos recolocados de dos altares con dos magníficas imágenes de San Andrés y San Pedro que dejan apreciar la gran calidad artística del trazo. El color dominante es azul oscuro con amarillo y algo de verde, tonalidades que no encontramos en la azulejería talaverana, aunque las iniciales del autor I F sí aparecen en dos de los azulejos, como ya hemos comentado.

LOS PRIMEROS AZULES, LA CERÁMICA DE TALAVERA ANTES DE FELIPE II

Horno representado en la azulejería de la Basílica del Prado

LOS PRIMEROS AZULES

LA CERÁMICA DE TALAVERA ANTES DE FELIPE II

Hay algunos documentos y relatos de viajes de la época que nos orientan en el sentido de que la cerámica renacentista de Talavera nació sobre la base de una tradición alfarera que bebe de la cultura árabe y mudéjar, aunque en 1491 solamente había constancia de la existencia de dos alfareros en la ciudad.

Moraleda y Santamaría son los autores que más han estudiado esta época inicial de la cerámica talaverana de transición entre el mudéjar y el renacimiento con su concienzudo estudio de los fragmentos cerámicos hallados en yacimientos arqueológicos y escombreras talaveranas. Son los primeros autores que nos describen una serie en ese periodo de cambio estético que, además, nos muestra los primeros tonos azules en su decoración que tanto caracterizarán a los barros talaveranos.

Fradmento de cerámica de la serie de «la palma». Principios del siglo XVI, del libro «Talaveras» de César González Zamora

Jarros, ataifores y escudillas son las formas más frecuentes de estas piezas que en muchos casos no tienen esmaltado el exterior de las vasijas. Tanto el azul como el blanco de estas primeras piezas presentan esmaltes más desvaídos, menos brillantes y luminosos que los de épocas posteriores. Se denomina esta primera serie la de “la palma” porque sus motivos más frecuentes son trazos curvos y anchos unidos por la base que recuerdan a una hoja de palma esquemática. Se trata de trazos azules sobre fondo blanco estannífero.

Ánforas representadas en la azulejería de la Basílica del Prado

El reinado de los Reyes Católicos va del 1474 al 1517. Durante esos años no hay muchas referencias a la actividad alfarera en Talavera, solamente en un padrón de repartimiento de 1491 aparecen en la parroquia de Santiago un cantarero y un hornero, aunque es evidente que la artesanía del barro estaba presente en mayor medida, dada la tradición mudéjar antes descrita. También a principios del siglo XVI se habla en inventarios documentados de la ciudad portuguesa de Coimbra de la importación a esa ciudad portuguesa de “potes de Castilla blancos… y jarros vidriados de Castilla”.

Ataifor de la misma serie de las «.palmas» del libro Talaveras, de César González Zamora

En otro padrón de Talavera de 1513 aparecen ya varios olleros, alfareros y horneros avecindados en varias parroquias de Talavera, pero desde 1518, bajo el posterior reinado de Carlos I, fue aumentando el número de artesanos dedicados al oficio. M. Carmen González Muñoz en su magnífico trabajo sobre la evolución de la población talaverana a lo largo de la historia nos informa de que en 1513 solo había cuatro alfareros, en 1518 eran seis. En 1548 suben a veinte, en 1554 son ya treinta los artesanos, que descienden a veintidós en 1561, y es a partir de esa fecha cuando aumenta considerablemente el número de ceramistas hasta cuarenta y dos.

También comenzó a especificarse en los padrones la presencia de pintores y de alfareros “contiosos”, que podríamos considerar como pequeños empresarios de la cerámica, entre los hidalgos y pecheros. Ya contaba Talavera en esos padrones con más de cincuenta vecinos dedicados a esa actividad.

Fragmentos de cerámica de la serie de «las palmas» en el libro de Alberto Moraleda y Antonio Santamaría » Cerámicas medievales decoradas de Talavera de la Reina». Trazos azules sobre blanco estannífero.

En 1521 ya tenemos una referencia indirecta a una intensa actividad alfarera cuando en un acuerdo del ayuntamiento se regula por ordenanzas el encendido de los hornos de barro de la villa, para obligar a que se haga por la noche evitando así las molestias a los vecinos bajo sanción de 600 maravedíes. Coincide la fecha de estas ordenanzas con el tiempo en que Fernando de Rojas era alcalde de nuestra entonces villa. Ya se habla en ese documento de “unas ordenanzas antiguas” que nos indican la presencia de actividad alfarera importante a finales del siglo XV y comienzos del XVI. La normativa afectaba a toda la Tierra de Talavera y así, por ejemplo, en 1523, se da por parte del concejo un permiso para la actividad de un horno tejar en el pueblo jareño de Valdelacasa.

Comienzan también a aparecer en los protocolos los contratos entre los alfareros y sus aprendices y se especifican un poco más las diferentes actividades de los artesanos del barro, apareciendo por ejemplo un “alfarero de rueda de abierto”.

Otros fragmentos decorados de la misma época que aparecen en el libro de Alberto Moraleda y Antonio Santamaría sobre Cerámicas Medievales decoradas de Talavera de la Reina. Trazos azules sobre blanco estannífero.

Es en 1536 cuando se hace en una de las viejas historias de Talavera la primera referencia a una gran actividad alfarera en el manuscrito de García Fernández:

“Hácese en Talavera barro vidriado en blanco, verde, azul, jaspeado y de otras colores interpoladas es lo mejor que en Castilla se labra….y de ello se provee castilla, andaluzía y portugal y se pasa a yndias”.

Como vemos, no solo se deduce de esas palabras una producción importante, sino que es considerada de gran calidad. Vemos por primera vez que se hace el vidriado blanco que tanta fama daría a los barros talaveranos, así como una variada paleta de colores. La cerámica se hace polícroma y es de calidad con una producción cuantiosa y que incluso se exporta. A pesar del carácter popular que todavía tenía la cerámica talaverana en esa época, comienzan ya a considerarse un lujo las piezas de loza de la villa, pues incluso se regalan como reconocimiento a los arzobispos de Toledo, señores de la villa. Hacia mediados de siglo siguen apareciendo numerosos vecinos hidalgos y pecheros dedicados a la actividad alfarera.

Otros fragmentos decorados de la misma época que aparecen en el libro de Alberto Moraleda y Antonio Santamaría sobre Cerámicas Medievales decoradas de Talavera de la Reina. Motivos vegetales en trazos azules sobre blanco estannífero.

Lucio Marineo Sículo en su “Cosas memorables de España” dice que en 1539 “en Talavera se labra muy excelente vidriado blanco y verde” lo que nos orienta en el sentido de que en la villa la producción era todavía mayoritariamente mudéjar, aunque ya se empezaran a producir las piezas azules características. Moraleda y Santamaría también han hallado fragmentos de azules y dorados de probable origen levantino, que no debemos confundir con la inicial producción talaverana de tonos azules.

 

LA CERÁMICA TRAS LA RECONQUISTA DE TALAVERA, EN HISTORIA FÁCIL DE LA CERÁMICA DE TALAVERA (12)

Jarra elaborada a torno alto hallada en las excavaciones del lagar de los jerónimos. Siglo XIV

LA CERÁMICA TRAS LA RECONQUISTA DE TALAVERA

Como sucedió en los tiempos en los que los árabes conquistan la España visigoda, también tras la toma de Talavera por los cristianos se solapan ambas culturas durante un largo periodo en todas sus manifestaciones, y la cerámica no es una excepción.

En cuanto a las piezas de mesa, los ataifores de mayor capacidad van siendo sustituidos por escudillas individuales de menor capacidad al ser diferentes también los usos alimentarios de ambos pueblos. Por otra parte, las culturas “híbridas” de la época como son las de mozárabes, mudéjares, e incluso la de los judíos, influyen y mucho en la cerámica como iremos viendo. Son los mudéjares los habitantes de la recién reconquistada Talavera que desempeñan con mayor frecuencia los oficios alfareros durante los siglos XII a XIV.

Jarrito hallado en la excavación del convento de las madres agustinas. Siglo XIII

Los castellanos, y también los leoneses en la parte más occidental de nuestra comarca, van introduciendo sus tradiciones y así, la mayor parte de las ollas que hallamos en la época son de influencia norteña, especialmente del valle del Duero. Cuentan con un solo asa, que suele ser fuerte, presentan forma globular, no están vidriadas y tienen el fondo plano. Sucede algo parecido con las vasijas destinadas a contener o trasportar el agua, como jarros y cántaros. A veces se adornan con una modesta decoración a base de molduras en el cuello. Los candiles, algo más grandes que los musulmanes, y las cantimploras, que también muestran su tradición islámica.

Platos ornamentales de cerámica encastrados en el muro de la iglesia mudéjar de Santiago

Los vidriados suelen hacerse solamente en las superficies interiores de las vasijas en color melado o verde, aunque a veces las piezas se pintan con verde y manganeso. En otras ocasiones se ornamentan con estampillados, motivos vegetales o geométricos, e incluso con frases en escritura cúfica.

Una de las principales aportaciones a la cerámica local durante el siglo XIII es el vidriado blanco estannífero que se empieza a ver con mayor frecuencia, abandonándose paulatinamente el óxido de plomo utilizado en época islámica. Sobre ese fondo se dibuja la decoración en verde y manganeso con motivos sencillos geométricos y vegetales, como especifican Moraleda, Maroto y Santamaría: en forma de círculos concéntricos, trazos curvos, ondulados, zig-zags, espirales, retículas, estrellas de David etc…, que decoran sobre todo platos de perfil troncocónico y escudillas.

Cantimplora de época cristiana,  aunque de clara tradición musulmana. Siglo XIV, Hallada en excavación de Ronda del Cañillo.

Están por llegar en siglos posteriores, parece que desde levante, la decoración con trazos azules y los motivos animales que caracterizarán a la cerámica talaverana desde la baja edad media. En la fachada oriental de la iglesia de Santiago se pueden observar algunos platos encastrados en el muro con finalidad decorativa que sí están vidriados en su totalidad y no solo en el interior, como era habitual en estas cerámicas mudéjares talaveranas.

A finales del siglo XII ya aparecen los nombres de alfareros talaveranos mudéjares como Vicente Ben Said o Ayub ben Yabaf. Bajo el suelo del castillo de Mejorada construido en 1288 se hallaron fragmentos de esas cerámicas decoradas en verde y manganeso. El hallazgo de piezas fallidas de estos tipos, nos orientan hacia la existencia de producción en hornos locales, no solo de importación. No es seguro todavía que, siguiendo la tradición de Paterna o Manises, también se hicieran en alfares locales algunas piezas de imitación en tonos azules y de reflejos metálicos.

Jarro con engobe . Siglo XIV. Museo Ruiz de Luna

Así mismo son de tradición islámica las producciones locales encontradas ya en época cristiana de la técnica de cuerda seca y cuerda seca parcial que más adelante describiremos. Son sobre todo alizares y azulejos cuadrados. Por alizar se entiende tanto los azulejos que conforman un arrimadero, aunque a veces se utiliza solamente para denominar las piezas cúbicas o angulares que limitan esos paneles de azulejos en bordes y esquinas. Están decorados con motivos geométricos y vegetales y son color azul, melado, blanco, verde y morado oscuro-negro. La técnica de los azulejos de arista, de tradición mudéjar, también ha dejado algunas muestras en la cerámica talaverana como veremos especialmente en el siglo XV y primeras décadas del XVI.