Archivo de la categoría: Arte y patrimonio

FOTOS Y DIBUJOS ANTIGUOS DE LA PUERTA DE CUARTOS

LA PUERTA DE CUARTOS Y EL SEGUNDO RECINTO AMURALLADO

Puerta de Cuartos y barrio del tercer recinto amurallado
Puerta de Cuartos y barrio del tercer recinto amurallado .La calle olivares se dirige hacia la puerta señalada con una «V» y todavía no está construido el convento de El Carmen. La puerta se compone de una sola torre de mayores dimensiones que las dos que vemos en las otras fotos y grabados.

EL TERCER RECINTO  AMURALLADO

El tercer recinto amurallado acogía desde finales del siglo XII la zona de Talavera conocida como los Arrabales Viejos, incluyendo las parroquias de San Andrés, Santiaguito, San Ginés (Santo Domingo) y San Esteban . Su trazado comenzaba en las inmediaciones de la puerta de las Alcantarillas Nuevas al final de la calle de Cererías y, pasando por Santo Domingo, se abría al camino de Extremadura por la puerta de Cuartos para, desde allí, encaminarse hacia la antigua ermita de la Magdalena, cerca del actual camino del Cementerio.

La puerta de Cuartos en el dibujo de la historia del padre Torrejón del siglo XVII
La puerta de Cuartos señalada con el número 1 en el dibujo de la historia del padre Torrejón del siglo XVII. A la izquierda se ven unos árboles alineados que bien podían ser uno de los olivares que dan nombre a la calle que desembocaba en la puerta de Cuartos.  Con un 6 se señala el convento de El Carmen. Una casa a la izquierda parece tener adosado un horno de pan o tal vez una fuente

En 1283, el infante don Sancho se encuentra en disputa con su padre el rey legítimo Alfonso X al que apoyan los habitantes de los Arrabales Viejos de Talavera dirigidos por un tal Romero, mientras que la Villa, comprendida dentro del primer recinto amurallado, con sus nobles habitantes de un estrato más acomodado que el anterior, apoya a Sancho.

Grabado propiedad del autor, que por el vestuario podemos deducir que se realizó a principios del siglo XIX. Tiene al lado derecho una caseta que podría alojar a la guardia que cobrara el portazgo o el impuesto de consumos
Grabado propiedad del autor, que por el vestuario podemos deducir que se realizó a principios del siglo XIX. Tiene al lado derecho una caseta que podría alojar a la guardia que cobrara el portazgo o el impuesto de consumos.Se ve sobre el arco el escudo del arzobispo Carranza flaqueado por el escudo de Talavera despiezado que se encuentra en la cabecera de la ermita encastrado en el muro.

Romero y sus hombres huyen perseguidos y queman el puente Pinos, situado actualmente bajo el embalse de Azután. Irritado el Infante, descarga su ira sobre la población de los arrabales talaveranos arrasándolos, ajusticiando y descuartizando a cuatrocientos de sus más nobles vecinos cerca de la Puerta de Cuartos.

La Puerta de Cuartos en el dibujo de una historia manuscrita del siglo XVIII con el Paseo de los Leones trazado por el director de las Reales Fábricas de Sedas y a su derecha uno de sus edificios, la afinaduría, donde se hacían los hilos de oro, aunque puede ser también el llamado de "los molinos nuevos y seda
La Puerta de Cuartos marcada por un 9 en el dibujo de una historia manuscrita del siglo XVIII con el Paseo de los Leones trazado por el director de las Reales Fábricas de Sedas, y a su derecha uno de sus edificios, la afinaduría, donde se hacían los hilos de oro de los tejidos ricos, aunque puede ser también el llamado de «los molinos nuevos».

La tradición local potenciada por la confirmación del hecho por Juan de Mariana, nacido por cierto en las inmediaciones de la puerta, hicieron que se tomara como auténtica la teoría de que se llamaba así esta puerta por haber sido colgados en ella los cuartos de los nobles ejecutados y despedazados. Pero parece que medio siglo antes ya se denominaba Puerta de Cortes o de Cuartos, lo que nos permite, al menos, dudar del origen sangriento de su nombre legendario.

Pintura de principios de sigloque representa la Puerta de Cuartos.Se ven los escudos referidos en imágenes anteriores y en la torre de la derecha un cartel que dice "Muy Noble y Leal Ciudad de Talavera"
Pintura de principios de sigloque representa la Puerta de Cuartos.Se ven los escudos referidos en imágenes anteriores y en la torre de la derecha un cartel que dice «Muy Noble y Leal Ciudad de Talavera»

De la puerta de Cuartos sí que conservamos algún testimonio gráfico y se nos muestra como un arco rebajado con dos cubos almenados flanqueándola. Estaba blasonada con el escudo del arzobispo Carranza, que la restauró, y con el de Talavera que se encuentra despiezado en el muro trasero de la Basílica del Prado.

Puerta de Cuartos en un dibujo de Enrique Reaño sobre una fotografía antigua, es curioso el mojón enhiesto que se halla junto a la puerta y no sabemos que función tendría
Puerta de Cuartos en un dibujo de Enrique Reaño sobre una fotografía antigua, es curioso el mojón enhiesto que se halla junto a la puerta y no sabemos que función tendría
Escudo despiezado que se encontraba en la puerta de Cuartos
Escudo despiezado que se encontraba en la puerta de Cuartos
La otra parte del escudo talaverano despiezado de la Puerta de Cuartos
La otra parte del escudo talaverano despiezado de la Puerta de Cuartos

EL PALACIO Y CONVENTO DE ROSARITO

EL PALACIO Y CONVENTO DE ROSARITO

Palacio de Rusarito con el macizo central de Gredos al fondo
Palacio de Rusarito con el macizo central de Gredos al fondo

Sobre un cerrete que domina el pantano observamos la existencia de un palacio  de propiedad privada en la actualidad pero que perteneció a los condes de Oropesa. Es un edificio del siglo XVII que dibuja una planta cuadrada con cuatro cubos también cuadrados en las esquinas. Está construido con sillería en vanos y esquinas y mampostería combinada con ladrillo en los paramentos. Tiene un patio en la fachada norte en torno al cual se alojaban las caballerizas y el servicio, y un jardín de entrada en la fachada meridional. Cuenta con tres alturas y buhardilla además de una galería acristalada y otros porches y corredores.

Fue fundado por Fernando Álvarez de Toledo cunado lo construye para retirarse junto a los frailes debatiéndose en si profesar o no en la orden.

Foto antigua del palacio de Rosarito
Foto antigua del palacio de Rosarito, FOTO DE CLIFFORD DE 1858
Palacio de Rosarito en fotografía de hace unos años
Palacio de Rosarito en fotografía de hace unos años

Al este del palacio se observan los restos del antiguo convento de la Virgen del Rosario al que debe su nombre el embalse. Parece que hubo una primera fundación monástica en el siglo XIII a cargo de los monjes servitas o Servidores de la Virgen, muy devotos del rosario que luego lo abandonaron en 1392. Incluso se dice que antes de ellos hubo una comunidad templaria, pero son tantos los lugares con esos supuestos antecedentes y sin pruebas históricas de su presencia, que lo ponemos en duda.

Después fue ocupado el convento por la orden de San Bernardo y aquí sí que hay un elemento que podría orientarnos en ese sentido y es que a la otra parte del Tiétar sí hay en efecto un lugar denominado San Bernardo al que cruzaba una barca que unía las dos orillas. También parece que estuvo sucesivamente ocupado por benitos, agustinos y finalmente franciscanos observantes.

Fachada sur y espadaña del convento de Rosarito
Fachada sur y espadaña del convento de Rosarito

A petición de San Vicente de Alcántara lo refundó el Conde de Oropesa a mediados del siglo XVI. En 1786 fue derruido y mandado después reconstruir por el obispo de Ávila.

San Pedró de Alcántara pernoctó en el convento en algunas ocasiones y en una de ellas fue testigo de un incendio y cuenta la tradición legendaria que el santo subió donde las llamas eran más peligrosas y ordenó al fuego que parara y el fuego se extinguió. Y algunos hijos de testigos decían en el siglo XVII que cogía las brasas y tizones sin quemarse.

Interior de la iglesia del convento de Rosarito en fotografía reciente
Interior de la iglesia del convento de Rosarito en fotografía reciente

El convento custodiaba varias reliquias y contaba con pinturas de Claudio Coello que representaban a Santo Domingo y Santa Rosa y en el altar mayor una buena imagen de la Purísima Concepción y «el Santo Negro». Siempre tuvo el convento problemas en su estructura y sufrió varias reformas por ruina de algunos elementos, incluso los frailes hubieron de residir alguna temporada en el cercano Palacio del Bosque del Rosarito.

El convento sufrió con los bandos contendientes en la Guerra de Sucesión, en la que los frailes se pusieron del lado del Borbón Felipe V. También fue saqueado por los franceses en la Guerra de la Independencia. Los revolucionarios liberales roban en 1829 la corona de la Virgen y es desamortizado en 1834 abandonándolo los frailes.

Sus frailes franciscanos solamente tenían por sustento un huerto que cultivaban, pero lo montuoso de las tierras que lo circundan hacía que les fuera necesario mendigar para subsistir, aunque algunos de sus monjes tenían fama de buenos médicos y llegaron  a regentar un hospital en Oropesa. Hoy día solamente quedan unas ruinas del edificio destechado de la iglesia que tiene planta latina con la nave  dividida por arcos fajones de medio punto y acceso por una puerta de arco rebajado. Queda también una espadaña, además de los restos del camarín de la Virgen y de las dependencias conventuales.

A continuación añadimos una serie de fotografías aportadas por Carlos Blázquez del convento de Rosarito.rosarito-convento-1

rosarito-convento-2rosarito-convento-4rosarito-convento-5rosarito-convento-7rosarito-convento-bodegasEste era el convento del fraile que capturó al célebre bandido Moraleda cuando asaltaba una venta en la finca oropesana de El Verdugal. Este episodio fue pintado por Goya en seis cuadro como viñetas que se conservan en el museo de Chicago y que describimos en la entrada de esta misma web:

UN «CÓMIC» DE GOYA, EL BANDIDO MARAGATO

IGLESIA DEL ANTIGUO HOSPITAL DE LA ORDEN DE SANTIAGO: “SANTIAGUITO”

IGLESIA DEL ANTIGUO HOSPITAL DE LA ORDEN DE SANTIAGO: “SANTIAGUITO”

Iglesia del Hospital de Santiago, "Santiaguito" en grabado del siglo XIX
Iglesia del Hospital de Santiago, «Santiaguito» en grabado del siglo XIX

HISTORIA

El 25 de Abril de 1226 fue fundado por don Alfonso Téllez deMeneses el hospital de merced de redención de cautivos de la villa de Talavera. Puede que influyera en esta fundación el apresamiento de sesenta caballeros y cuatrocientos peones talaveranos en una incursión cristiana sobre Andalucía el año de 1213. El hospital fue entregado a la Orden de Santiago y era el sexto de los diez hospitales que con el mismo objetivo fundó esta orden. Tuvo también, según las épocas, otras funciones como la de atender a pobres transeúntes y servir de hospedería de caballeros santiaguistas o de peregrinos en camino a Santiago de Compostela o Guadalupe .

Según Ángel del Cerro, para su financiación contaba con ganados, donaciones y la renta de varias fincas, especialmente la de La Órbiga y la Orbiguilla, la dehesa de Santa María y un zumacal (el zumaque es una planta utilizada para el curtido de las pieles). Además, tenía las rentas de ciertas propiedades en Garvin y las de los molinos de Espejel, hoy en término de Valdelacasa de Tajo.

Ábside de la iglesia mudéjar de Santiaguito
Ábside de la iglesia mudéjar de Santiaguito

Los bienes del hospital eran recibidos en especies o en metálico y cada vez se fueron destinando menos a la redención de cautivos y en mayor medida a las necesidades del templo y de los clérigos que le servían. A lo largo de su historia la nobleza de Talavera fue usurpando de facto muchas de sus propiedades y el alejamiento paulatino de la frontera de guerra con los musulmanes hizo que el hospital entrara en decadencia hasta que, en tiempos de los Reyes Católicos, se incorporan sus rentas al Hospital de Santiago de Toledo.

Asimismo se destinaba este hospital de Santiago a la custodia de los cautivos musulmanes que habrían de ser intercambiados por presos cristianos. De hecho, en uno de los inventarios se hace referencia a ocho camastros y una cadena con veinte colleras para el traslado de las cuerdas de prisioneros.

La capilla del hospital quedó como parroquia aunque nunca contó con muchos vecinos, ni siquiera cuando se le acumuló la semiderruida parroquia de San Martín. En 1510 no tiene ya culto y en 1631 se anexiona a la parroquia de San Clemente quedando el edificio abandonado.

Puerta mudéjar de "Santiaguito"
Puerta mudéjar de «Santiaguito»

En la invasión francesa se destruyó parte del templo y más tarde se utilizó como fábrica de jabón y almacén de maderas. En 1978 fue declarado monumento nacional. Recientemente se ha restaurado y al menos podemos observar el bello ábside de su iglesia.

No debemos confundir ésta con otra iglesia de Santiago, probablemente más antigua y que se habría situado en la “villa” , dentro del primer recinto amurallado y en algún lugar entre la Colegial y San Clemente. La iglesia de “Santiaguito” ya estaba edificada en el siglo XIII, puede incluso que a finales del XI ya existiera la iglesia aunque no en el mismo edificio, ya que Alfonso VI concedía al monasterio de San Servando de Toledo «in civitate Talavera, qui locum olivarum es, concedo ibi pro iluminaria tamen ecclesiam Sancti Jacobi». No sería de extrañar la temprana existencia de esta iglesia pues, en los años inmediatos a la reconquista, el barrio de los Arrabales Viejos era uno de los más poblados de la ciudad. En él se habían asentado los cristianos castellanos que repoblaron la ciudad, mientras que los pobladores mozárabes, que habían convivido con los musulmanes durante su dominación, acabaron ocupando mayoritariamente la “villa”.

Pozo del Hospital de "Santiaguito"
Pozo del Hospital de «Santiaguito»

DESCRIPCIÓN:

Esta iglesia se habría encuadrado en lo que algunos autores denominan el románico en ladrillo, la forma más arcaica del mudéjar, aunque todavía existe cierta confusión con la terminología que hace referencia a la arquitectura cristiana de influencia musulmana.

Vamos a acudir también aquí a las preciosas descripciones que hace del patrimonio el Conde de Cedillo:

«Conserva al exterior con su propio carácter el elegante y poligonal ábside, que se adorna con dos órdenes sobrepuestos de arquillos ciegos; semicirculares en el inferior, y en el superior de ojiva túmida inscritos en lobulados y un arco reentrante. Arte mudéjar. Siglo XIII.»

Estos dos órdenes o series de arcos se apoyan sobre una base de mampostería separada de ellos por verdugadas de ladrillo. El ábside poligonal tiene once lados.

En dibujos y grabados antiguos se puede todavía observar la existencia de una espadaña de doble hueco a la que se accedía por una escalera de caracol y que se situaba sobre la línea de separación entre el ábside y la única nave con que contaba el templo.

En el interior, los muros estaban decorados con azulejos en gran parte de su superficie. La cubierta, como en casi todos los edificios mudéjares, era de madera con tirantas horizontales, aunque desconocemos si estaba decorada con la típica lacería de tradición árabe.

El ábside y la nave se encontraban separados por un enrejado de madera. A ambos lados se situaban sendos altares secundarios que, como el altar principal, se encontraban elevados sobre gradas y decorados con azulejos.

Entre las imágenes que se veneraban en estos altares hubo variaciones a lo largo de la historia. Se conoce la existencia de dos imágenes de Santiago, una de la Virgen, un retablo de Santa Ana, que se trajo del Hospital de Santiago de Toledo, y el conocido como «Cristo Santiaguito» que durante mucho tiempo dio nombre al templo. Tras el cierre de la iglesia, fue trasladado a la sacristía vieja de la Virgen del Prado permaneciendo todavía hoy en la ermita. Es una imagen policromada de gran belleza, llamada también Cristo de Trapo, su estilo es románico de transición al gótico y se ha datado en el siglo XII.

Cristo "santiaguito" o "Cristo de Trapo", actualmente en el museo de la basílica del Prado
Cristo «santiaguito» o «Cristo de Trapo», actualmente en el museo de la basílica del Prado

Los visitadores que llegan a la iglesia en 1525 relacionan el ajuar que se encuentra en ella:

«Un vestimento con su alba, con refaldos carmesí, damasco, su estela y su manípulo. Una casulla de lienzo morisco con una cenefa labrada en oro basto. Una palia de holandilla bordada en seda con una cruz en medio. Una cruz grande y un crucifijo de latón. Unas ampollas de estaño.Un misal toledano. Un cáliz de plata con su patena. Un acetre o caldero para el agua bendita. Un frontal de chamelote y terciopelo negro forrado de bocací. Un arca de pino para guardar los ornamentos. Un retablo pequeño de Santiago. Un ara y corporales con su sábana en el altar mayor. Una esquililla. Dos candeleros y una cruz de latón.Una lámpara grande. Un facistol. Una cruz junto a la pila de agua bendita.»

Había otros edificios anejos a la iglesia como un claustro situado al sur del templo y al que se accedía por una puerta desde la nave del mismo. En este claustro, adornado con arquería de ladrillo, fueron sepultados el maestre de la orden Pelayo Pérez Correa y otros caballeros santiaguistas accediéndose desde él a la espadaña. Los edificios destinados a dependencias del hospital propiamente dicho, se situaban en su entorno y contaba con un huerto, su pozo y una tapia que rodeaba todo el conjunto.

Imagen del Cristo "Santiaguito"
Imagen del Cristo «Santiaguito»

CURIOSIDADES

El maestre de la Orden de Santiago D. Pelayo Pérez Correa, famoso por sus victorias sobre los moros y por su intervención en la conquista de Jaén y Sevilla murió encontrándose en Talavera y fue enterrado en el claustro de nuestro Hospital de Santiago. Era este monje guerrero famoso por el relato que le hacía protagonista de un milagro en el que, por intercesión de la Virgen, se paró el sol para que hubiera tiempo de finalizar una batalla victoriosa para los cristianos. Esa fama hizo que Felipe II, a su paso por Talavera camino de Lisboa, se acercara a visitar la tumba en la que ya no estaba el cuerpo del maestre pues se había trasladado por orden de Fernando el Católico a la Iglesia de Santa María de Tentudia en Sierra Morena. En la Talavera de 1494 este traslado fue todo un acontecimiento organizado por Pedro de Cervantes, caballero santiaguista y a la sazón regidor de la ciudad. Para la solemne ceremonia acudió el cabildo colegial y el concejo que despidieron al cadáver acompañándolo hasta las afueras de la villa

LA MINERÍA DE LA JARA II: MAZOS, MARTINETES Y FERRERÍAS

Edificio de El Mazo en Los Navalucillos

LA MINERÍA DE LA JARAII:

MAZOS, MARTINETES Y FERRERÍAS

En este segundo capítulo de La Minería en La Jara comentamos los artificios hidráulicos que procesaban el mineral y el metal de las minas y ferrerías jareñas

Edificio del mazo de las ferrerías de Safont en Los Navalucillos
Edificio del mazo de las ferrerías de Safont en Los Navalucillos

La actividad minera ha dejado en el paisaje diferentes topónimos como impronta de aquellos afanes y así, encontramos términos como “Casa de la Mina”, “Camino de la Mina” o “Camino de los Plateros”, este último es el caso de una senda que daba servicio a una mina de plata en San Martín de Pusa, Los Navalucillos y Los Navalmorales  disputaron desde antiguo  su jurisdicción sobre Herrera, lugar con nombre minero ya documentado en el siglo XII, y con explotaciones de sus pozos hasta mediados del siglo pasado. Tuvo fama en toda la comarca la ermita de Nuestra Señora de la Herrera; a ella concurrían en su fiesta gran cantidad de comerciantes entre los que destacaban por su número los plateros y fabricantes de utillaje de labor, tal vez residuo esta feria de la antigua actividad metalúrgica del lugar. Las herraduras fabricadas en Los Navalmorales fueron también famosas, y llegaron a exportarse incluso fuera de nuestras fronteras, dando sustento a muchas familias de este pueblo.

Ruinas de los edificios de La Herrera convertidos en granja
Ruinas de los edificios de La Herrera convertidos en granja

Estos caminos mineros a los que nos hemos referido sirvieron para el trasiego incesante de material hacia los puntos de transformación como es el caso de la ferrería de San José, en el paraje de El Mazo, junto al río Pusa en los Navalucillos, donde para el transporte desde la Herrera y otros puntos de extracción en las sierras colindantes, se llegaron a emplear basta trescientas mulas.

El Mazo es otro topónimo de interés que indica la existencia de un gran martillo movido por energía hidráulica para la trituración del material, y sobre todo, para el forjado del hierro ya extraído. Además del ya aludido Mazo del Pusa, existe otros topónimos como “mazuelo”, en las cercanías del cruce del Jébalo con la carretera de Espinoso a Buenasbodas.

El Martinete que da nombre al paraje del río Jébalo. A la derecha el edificio del martinete y a la izquierda el muro sobre el que se apoyaba el eje de la rueda vertical
El Martinete que da nombre al paraje del río Jébalo. A la derecha el edificio del martinete y a la izquierda el muro sobre el que se apoyaba el eje de la rueda vertical

También, rio abajo, se encuentra el lugar que se conoce con el nombre de “El Martinete”, seudónimo de mazo, y que consiste en un artilugio que, como muestra el dibujo tomado de un martinete aún en buen estado en Navafría), acciona mediante el caudal derivado por el canal (C), al abrir la trampilla (T), una rueda vertical (R), que hace girar su eje. Dentro ya del edificio, el eje o árbol A tiene encajados cinco dientes o levas (L) que con el giro del mismo van golpeando sobre el mango del mazo propiamente dicho (M).

Edificio de ElMartinete sobre el Jébalo, antes de su destrucción

El mazo metálico podía pesar entre doscientos y mil kilos, y golpear con una frecuencia de 120 a 180 martillazos por minuto, con lo que podemos hacemos una idea de lo que estos artificios hidráulicos suponían en ahorro de trabajo físico a los procesos metalúrgicos. El martinete del Jébalo conserva todavía el canal y los muros del edificio, junto a otra dependencia en forma de torre, que correspondería al horno, también adosado al canal, lo cual nos hace pensar en que el agua accionaría un barquín, que no es otra cosa que un artilugio soplante, el cual, mediante otro eje, en este caso con solamente dos levas, movilizaría mediante un sistema de palanca dos grandes fuelles que avivarían el fuego de la fragua.

Esquema que representa el funcionamiento de un martinete
Esquema que representa el funcionamiento de un martinete

Otro topónimo que nos trae reminiscencias mineras es el de Robledo del Mazo. En las Relaciones de Felipe ll, los encuestados del agreste pueblo serrano dan como explicación al nombre del lugar que este dicho lugar antiguamente era posada de colmenas y siendo posada como dicho tienen, andaban en ellas ciertos osos que son muy perjudiciales para las colmenas, los cuales se las comían, y para evitar el dicho daño, hicieron en el arroyo que llaman de los Regatos del Mazo, un argumento de la misma agua del arroyo a un mazo que le pusieron hechizo, daba grandes golpes de noche y de día para con ellos espantara los tales osos que hacían daño, y por esta razón se vino a llamar Robledo del Mazo.

En el siglo XVI vemos como estos sencillos jareños llamaban a esta incipiente tecnología “hechizo”; por sus palabras parece que no llegaron a conocer el artilugio y es más probable a mi parecer que se tratara de un mazo minero reutilizado quizás para espantar a los golosos plantígrados, ya que no es poco el esfuerzo que requiere hacer la presa, el canal y el propio artificio para Iuego darle solamente esa utilidad. En las inmediaciones del cruce de la carretera de Anchuras con el río Fresnedoso podemos, todavía hoy, contemplarlas ruinas de una ferrería del siglo pasado, un gran cubo se mantiene en pie; con el agua en el contenida se movilizó una rueda probablemente horizontal, que a su vez accionaría la maquinaria, martinetes y barquines necesarios para la actividad metalúrgica.

Un mazo en el siglo XVIII. La rueda movida por el agua hace girar el eje que con sus dientes acciona el mazo y los fuelles de la fragua
Un mazo en el siglo XVIII. La rueda movida por el agua hace girar el eje que con sus dientes acciona el mazo y los fuelles de la fragua

Pero las instalaciones de mayor entidad fueron las ya referidas de las ferrerías de San José del Mazo. En 1844, don José Safont, rico hacendado catalán, especulador que había hecho su fortuna adquiriendo bienes desamortizados, compró un molino en las orillas del Pusa y construyó todo un complejo metalúrgico movido por energía hidráulica que se abastecía de una presa sobre el río, y para el que fue necesario construir un canal de gran longitud con acueductos para salvar arroyos y perforaciones costosas en el terreno pizarroso de las orillas. Lo construyó el ingeniero francés Elías Michelin (hay quien dice que era hermano del descubridor del neumático), que se encuentra enterrado en Los Navalucillos. Esta industria llegó a emplear a trescientos hombres, y supuso un gran impulso demográfico para la población de Los Navalucillos, ya que mantuvo su actividad fabril hasta principios de siglo.

Hoy en día estas ferrerías y martinetes no son más que ruinas, que antes de su completa destrucción deberían ser catalogadas, estudiadas y, en la medida de lo posible, restauradas por la administración pues son de un gran interés por su interés para la arqueología industrial y el patrimonio cultural de La Jara.

LA MINERÍA EN LA JARA I

LA MINERÍA EN LA JARA I

Trincheras de la mina de cobre de La Borracha cerca de Aldeanovita
Trincheras de la mina de cobre de La Borracha cerca de Aldeanovita

Hace ya más de cuatro milenios, en la Edad del Cobre, unos pueblos que empezaban a conocer la metalurgia se situaron en cerros fácilmente defendibles, en las vías de comunicación que eran entonces los riachuelos que descendían de las sierras de La Jara. Eran las llamadas culturas del periodo Calcolítico Precampaniforme, conocían ya la agricultura y el pastoreo, pero solamente la explotación de recursos mineros superficiales  justifican  la densidad despoblamiento de estas zonas poco rentables para la agricultura, si las comparamos con las muy cercanas del valle del Tajo. De hecho, se han hallado trincheras con un claro intento de beneficiar el mineral, en las cercanías de estos asentamientos de la Edad del Cobre, en los valles del Jébalo, Uso, Cedena  y Pusa.

Restos de la mina de oro en sierra jaeña en 1945
Restos de la mina de oro en sierra jaeña en 1945

Los pueblos que construyeron los dólmenes de Azután, o de la Estrella siguieron aprovechando las vetas, pobres pero muy  superficiales  y por tanto de fácil acceso, de las tierras de Talavera, otras explotaciones de su entorno así lo atestiguan. Muchas trincheras y pozos de La Jara de difícil datación, pueden orientar hacia un aprovechamiento minero del hierro por parte de los pueblos prerromanos y de los mismos romanos, a los que se relaciona ya con los primeros intentos de extraer el mineral de la principal mina de esta comarca, la mina de oro de La Nava de Ricomalillo, ésta, llamada La Oriental, así como la mina de la Sierra Jaeña, con la que no debemos confundirla, parece que estuvieron unidas por un antiguo camino o calzada con la Ciudad de Vascos. Las escorias halladas en las excavaciones arqueológicas de esta impresionante ciudad hispanomusulmana parecen añadir ese aspecto minero a la ya conocida función defensiva de la frontera del Tajo contra los cristianos.

Ruinas de las instalaciones de la mina de oro La Oriental en Sierra Jaeña
Ruinas de las instalaciones de la mina de oro Pilar en Sierra Jaeña

En el siglo XVI aparecen las primeras referencias documentadas a intentos, muchas veces fallidos, de prospecciones y explotaciones mineras en La Jara. La población actual de La Mina de Santa Quiteria se fundó cuando a mediados de esa centuria los habitantes de la vieja aldea de Cordobílla se trasladan junto a una mina de plomo en la que encontraban más trabajo.

En 1599 se da una pragmática por la que se ordena llevar un registro de minas, y por tanto, desde esa fecha podemos tener datos más concretos de las explotaciones.

La mina de oro «La Oriental» a la que ya nos hemos referido, se sigue labrando en el 1690 con abandonos y reaprovechamientos sucesivos durante los siglos XVIII y XIX. En Buenasbodas se han conocido cajas fuertes con el nombre de la mina, y llegaron a funcionar varios hornos de pan y un mortero para pulverizar el mineral. En la Historia de Talavera de Cosme Gómez de Tejada, hay una referencia a las doblas de oro finísimo acuñadas con el metal de estas minas.

Galería de la mina de Sierra Jaeña
Galería de la mina de Sierra Jaeña

En el siglo XVIII se produjo un curioso episodio, cuando se intenta por parte de varios socios recomenzar la extracción del mineral en La Oriental; las desavenencias entre ellos hacen que una de las partes reclame a la Corona sus supuestos derechos. El Rey ordena al corregidor de Oropesa que tome las medidas necesarias para interrumpir los trabajos, éste parece escurrir el bulto, tal vez por encontrarse la mina fuera de su jurisdicción, y dice encontrarse enfermo, delegando en el alcalde de Talavera, el cual acude a la explotación arrasando y quemando las viviendas y chozas de los trabajadores y las dependencias donde se procesaba el mineral. El evidente abuso autoridad supuso incluso lesiones físicas para algunos mineros e hizo que se entablen procesos judiciales donde se reconocen los daños causados, pero ya la mina quedó de nuevo sin explotación.

Potosí, Mariposa, Nueva California, Abundancia, El Desquite, El Porvenir, Matildita, Ultra-tumba, El Disloque, La Sultana, Fortuna, o Mina del Miedo son algunos de los sugerentes nombres con los que los paisanos del siglo XIX bautizaban a sus pozos en nuestra particular fiebre del oro jareña.

Si subimos a las cumbres de las sierras de Sevilleja podemos percibir sobre el terreno los montones de escoria, los pozos y trincheras que desde la prehistoria se han venido excavando, pero parece que al igual que en el Oeste americano, aventureros y visionarios intentaron enriquecerse rápidamente.

Cofre reforzado de las minas para guardar el polvo de oro
Cofre reforzado de las minas para guardar el polvo de oro

En algunas ocasiones eran personajes ilustrados, como sacerdotes (mina de Don Juan), militares (teniente-coronel Mendez-Cabeza, en una mina de Arroyo Blanco en Aldeanueva de Barbarroya) o acaudalados locales los que iniciaban prospecciones con más riesgos que beneficio en la mayor parte de las ocasiones.

Pero otras veces, vecinos humildes de los pueblos de La Jara emulaban a los dueños de las pocas explotaciones pro-ductivas y después de trabajar en alguna de ellas como asalariados emprendían la aventura en solitario o en pequeños grupos.

Las duras condiciones que de por sí lleva aparejado el laboreo minero se agravaban con las condiciones de aislamiento y las climatológicas, ya que las minas se encontraban localizadas en su mayor parte en los lugares más inhóspitos de lo que yo denomino La Jara profunda, las zonas más deforestadas y desiertas de los términos de Sevilleja, Campillo, Aldeanovita etc… Podemos imaginarnos a estas pobres gentes armadas de su miseria y de su ilusión por encontrar algún filón que les permitiera abandonar sus, en muchas ocasiones, paupérrimas tierras.

Picos, palas, bateas y algún borrico eran todo su armamento para extraer el material de profundos pozos, algunos de más de veinte metros, y transportarlos hasta las zonas de lavadero que en estas tierras de La Jara podían encontrarse muy lejos, por la sequedad del suelo pizarroso.

Bocamina de una vieja explotación minera en Anchuras
Bocamina de una vieja explotación minera en Anchuras

Todavía a principios de siglo, los habitantes de La Nava, veían como algunos entusiastas intentaban buscar pepitas de oro con la batea en el arroyo Joyegoso que desciende de La Oriental, al más puro estilo de las películas del Oeste. Incluso en los años posteriores a la Guerra Civil, hubo intentos de sacarle a estos jarales algo más que unas pocas espigas de centeno, y así, en la década de los cuarenta, aún se tramitan permisos de prospección y explotación. La mayor parte de las vetas de La Jara occidental son de galenas argentíferas y de blenda, y la última intentona minera en esta comarca quiso aprovechar, en los años ochenta, la plata de una de ellas en Anchuras, otro pueblo de La Jara con gran tradición minera además de los ya nombrados, y de Los Navalucillos, en La Jara Oriental.

De aquellas antiguas explotaciones quedan conducciones y paredones en ruinas, de las dependencias para el procesado del material, ruinas de algunas viviendas y de los martinetes y ferrerías -como la del Mazo en el río Pusa-. De todas ellas hablaremos en otro artículo. Es interesante la visita de estos pozos y galerías donde se escondieron bandoleros y guerrilleros, y que en nuestra última contienda civil tuvieron una utilidad mucho menos productiva que la minera, acoger a los represaliados de ambos bandos cuyos cadáveres fueron arrojados a ellos, pero esa es otra historia.

ANTIGUO HOSPITAL DE LA MISERICORDIA, HOY CENTRO CULTURAL RAFAEL MORALES

El Hospital de la Misericordia, hoy Centro Cultural Rafael Morales en la Plaza del Pan
El Hospital de la Misericordia, hoy Centro Cultural Rafael Morales en la Plaza del Pan

Talavera es una ciudad situada en un importante nudo de comunicaciones y además muy cercana a la Villa y Corte de Madrid. Estas circunstancias han condicionado desde antiguo el paso de indigentes transeúntes, soldados de paso o licenciados en sus regimientos, peregrinos a Guadalupe o gallegos que, tras dedicarse a la siega en la comarca, se quedaban por estas tierras en situación de precariedad económica. Todas estas gentes, además de los pobres locales y los de comarcas cercanas históricamente deprimidas, hacían necesaria una infraestructura hospitalaria que atendiera a todos estos desvalidos.

Reloj y galerías altas del antiguo Hospital

SANTO HOSPITAL DE LA MISERICORDIA

El más importante de los antiguos hospitales de Talavera es el Santo Hospital de La Misericordia. El edificio está situado en la plaza del Pan, frente a la Colegial, que los talaveranos han conocido hasta hace pocos años como la Casa de Socorro.

Fue fundado en 1475 por un visitador del arzobispo Carrillo llamado Hernando de Alonso que, al mismo tiempo, funda el Hospital de la Piedad en el pueblo jareño de Villar del Pedroso, en el camino de Guadalupe, pues además de canónigo de la Colegial había sido cura de esa localidad donde todavía se mantiene en pie el edificio con su portada gótica y la placa conmemorativa de su fundación.

Portada del Hospital de la Misericordia con los tres blasones
Portada del Hospital de la Misericordia con los tres blasones

Queda financiada la institución talaverana con una cuantiosa dote de su fundador. En 1591, el caballero talaverano Juan Castrillo y su hermana Juliana de Guzmán dejan también sus bienes al hospital y su escudo aparece en la portada flanqueando al de Hernando de Alonso junto al de otro benefactor, Sancho de Villageda, que financió una sala de convalecientes. Al llegar la Desamortización eran numerosas las propiedades donadas para su mantenimiento y ello había determinado una desahogada administración de la benéfica institución..

Sobre este hospital ha publicado un trabajo Manuel Hernández Lanchas, en él podemos ir conociendo la evolución de los reglamentos y ordenanzas del mismo. Su administración se hallaba tutelada por el Deán y el cabildo de la Colegial aunque recaía la organización más directa y el servicio espiritual del centro sobre un capellán que tenía la obligación de residir en él y dar cuenta de los ingresos y gastos al Cabildo. El hospital acogía a todos los pobres que lo solicitaran, los sanos por una sola noche «e otro día que se vayan donde Dios les ayudare» sin embargo, los enfermos podrían permanecer hasta que «sanen o fallescan».

El breviario era el blasón del canónigo Hernando de Alonso, fundador de este y otros hospitales como el de Villar del Pedroso
El breviario era el blasón del canónigo Hernando de Alonso, fundador de este y otros hospitales como el de Villar del Pedroso

El Cabildo nombraba de entre los canónigos un Visitador al que correspondería la supervisión del hospital, el capellán o los capellanes, pues llegaron a ser tres, tenían, además de la obligación de asistir espiritualmente a los ingresados, la de realizar una serie de oficios religiosos en memoria del fundador y otros benefactores. El médico solía ser alguno de los titulares de la localidad que recibía una pequeña cantidad por su trabajo. El cirujano daba la tercera parte de sus cortos emolumentos al sangrador. Primero un hospitalero y más tarde un matrimonio que hacía de enfermero y enfermera, según el sexo de los hospedados, desempeñaban las labores asistenciales más directas.

El hospital fue uno de los primeros edificios destruidos y saqueados por los franceses. A principios del siglo XIX fue preciso habilitar sus dependencias para, además de sus doce camas habituales, recibir en su troje las camas y enfermos del Hospital de San Juan de Dios. Las enfermedades contagiosas y venéreas así como los tísicos no se admitían en el centro, tampoco las parturientas y niños expósitos que eran enviados a otras instituciones.

Las dolencias con las que más frecuentemente se ingresaba eran el paludismo, endémico en Talavera y todo el Campo Arañuelo, las gastroenteritis, cuyos enfermos tenían asignados la ropa y los colchones viejos ya que la diarrea los “pudría”, y todas aquellas enfermedades compañeras de la miseria y la inanición como úlceras en las extremidades, patología respiratoria, parasitosis y alcoholismo.

Interior del antiguo hospital, hoy centro cultural Rafael Morales

Entre sus dependencias en el siglo XIX figuraban, en la planta baja, los dormitorios comedor y patio para tener separados a los niños, depósito de cadáveres, depósito de “inmundicias”, de ropas y de camillas. Lavadero y tendedero para la ropa de los enfermos, fregadero de los utensilios de los enfermos, despensa, cuarto para la bomba de incendios, tornos y “cuarto de locos”, además de algunos cuartos del portero, situados en el sótano.

En la planta superior estaba la sala de cirugía o de San Miguel, la enfermería de hombres llamada sala de los Santos Mártires, la de mujeres o de Nuestra Señora del Prado, alacenas, cocina, refectorio, cuarto de cofres, alacena para documentación y la capilla con un altar de San José, además de las dependencias de las hermanas.

En 1837 la Junta Municipal de Beneficencia se hace cargo de éste y de los demás hospitales talaveranos, desapareciendo como institución religiosa y pasando a ser Hospital Municipal casi hasta nuestros días.

En 1926 fue reformado por el alcalde Justiniano López Brea.carteljstiniano

CURIOSIDADES

En un corral del hospital existió posiblemente una mezquita durante la dominación musulmana ya que, durante unas obras de remodelación, se halló una inscripción en caracteres cúficos que decía: «En este lugar no es lícito pensar cosa mala, cuanto más hacerla». También se encontró en los cimientos del mismo hospital cuando se iba a labrar una capilla otra piedra con una inscripción que decía: «Santifica señor esta casa, la cual yo indigno sacerdote Hernando Alonso edifiqué en reverencia de tu santo baptismo; e plégate señor de oIr en las alturas de tu sancta gloria las plegarias de los que aquí entraren, porque de nuestras obras merezcamos ser perdonados. Amén»

UN CUADRO DE 1610 QUE REPRESENTA EL RÍO Y EL PUENTE VIEJO DE TALAVERA

UN CUADRO DE 1610 QUE REPRESENTA EL RÍO Y

EL PUENTE VIEJO DE TALAVERA

Cuadro del Louvre-de-Brueghel el Viejo que representa el puente Viejo de Talavera
Cuadro del Louvre-de-Brueghel el Viejo que representa el puente Viejo de Talavera

Debemos a Alberto Loarte Prieto un interesante artículo en el que desvela el descubrimiento de un cuadro del pintor Jan Brueghel el Viejo que representa de forma muy idealizada el puente Viejo de Talavera que vamos a comentar. Tanto éste cuadro como otra versión alegórica del mismo se encuentran en el museo del Louvre de París.

Se trata de un óleo sobre cobre de pequeñas dimensiones (28cm x20,5cm) que representa el puente visto desde lo que hoy sería la calle Puerta del Río con numerosos personajes y un gran trasiego de gentes y ganados en torno a la entrada del mismo. La escena ha sido idealizada ya sea porque el pintor, si es que estuvo en Talavera, lo pintó de memoria o porque se basara en algún grabado anterior.

A la izquierda aparece un edificio de considerable altura que aunque está rematado con una pequeña espadaña, podría representar los molinos que antiguamente aprovechaban la corriente bajo el primer ojo del puente. También podría tratarse de alguna edificación pública que controlaba el paso y del puente y el cobro del pontazgo como más tarde estuvo la casilla de peones camineros.

No es extraño ver a los caballeros bajar hasta el río con sus caballerías pues antiguamente había rampas a los dos lados del puente para hacer más accesible el paso de ganados a la orilla, incluso aparecen en las fotografías del siglo XIX de Cliford. En las épocas de estiaje y sobre todo si estaban abiertas las compuertas de la azuda de los molinos de Abajo el agua bajaba de nivel y debido a la gran anchura del río en este tramo y la escasa profundidad podían los animales pastar en las islas.

Se representan comerciantes y arrieros con sus mercancías, frailes y viandantes. El puente se encuentra muy idealizado, con sus arcos más altos y estilizados, aunque sí que se percibe algún arco arruinado como era habitual en nuestro puente siempre en precaria situación por su asiento arenoso y las crecidas. No se dibuja sin embargo el quiebro que hace el puente con sus tres primeros arcos siguiendo el primitivo trazado romano. El Cerro Negro se representa como una pequeña cordillera montuosa con vegetación abundante y no como la línea de terrazas y barrancas que es en realidad.

El pintor nació en Bruselas, fue hijo de Peter Brueghel el Viejo y amigo de Rubens con quien colaboró en la realización de algunas obras por su dominio de la pintura de bodegones y vegetales. Estudió en Amberes y viajó a Italia donde obtuvo reconocimiento por su obra mientras estuvo al servicio del cardenal Federico Borromeo. Vuelve a Amberes y en 1609 es nombrado pintor del Archiduque Alberto de Austria y la Infanta Isabel Clara Eugenia a quienes Felipe II concede el gobierno de los Paises Bajos por ser ella hija del Rey prudente e Isabel de Valois. El cuadro se pintó en 1610, cuando el pintor flamenco llevaba residiendo 12 años en Amberes. Es fácil por tanto que Brueghel no estuviera jamás en Talavera pero sí estuvo sin duda su señor el archiduque cuando entre los años 1585 y 1598 era arzobispo de Toledo y por tanto señor de Talavera cuya residencia era el alcázar talaverano desde donde precisamente se contemplaba el escenario que aparece en el cuadro. Puede que entre el patrimonio o los recuerdos del archiduque hubiera algún cuadro o grabado que sirviera de modelo a esta pintura de Brueghel.

El templo de la Sibila deTivoli en una composicion de Brueghel junto al puente de Talavera
El templo de la Sibila deTivoli en una composicion de Brueghel junto al puente de Talavera

Existe también en el Louvre otro cuadro de tema alegórico muy curioso pintado al óleo sobre cobre en una plancha circular. Representa el mismo puente de Talavera pero a la izquierda de él se ha pintado sobre una elevación el templo de la Sibila de Tívoli. La sibila es una profetisa mitológica que tenía uno de los templos principales en esta ciudad cercana a Roma que aparece esquemáticamente pintado. En este cuadro se reflejan junto a personajes que deambulan por el puente con mercancías, frailes y jinetes que bajan al río a dar de beber a sus caballerías, algunas figuras femeninas y lo que parece un monje que bendice a los transeúntes rociándoles con agua mediante lo que parece una rama.

También se percibe una empalizada a la derecha del puente y una especie de cobertizo de un mesón a la izquierda con un personaje sentado bebiendo. Se diferencia también del otro cuadro en que en el río se ve una barca y que en el otro extremo del puente se ha dibujado una edificación.

EL PUENTE DE HIERRO, FOTOS ANTIGUAS Y DESCRIPCIÓN

Fotografía de Ruiz de Luna con las primeras obras del puente de Hierro
Fotografía de Ruiz de Luna con las primeras obras del puente de Hierro

EL PUENTE DE HIERRO

 HISTORIA

 Desde mediados del siglo pasado nuestra ciudad y las poblaciones de su entorno, sobre todo las situadas en la zona sur de su ámbito de influencia, venían demandando una solución definitiva al problema crónico de las comunicaciones, que se veían obstaculizadas por el lamentable estado del Puente Viejo. Sufría éste continuos destrozos por las crecidas y los cortes consiguientes del tránsito sobre el Tajo con las pérdidas económicas que eso suponía. Benito Díaz Díaz nos cuenta en su libro sobre la Restauración en Talavera que ya en la década de 1870 hay una iniciativa encabezada por el representante en cortes del distrito talaverano, el marqués de Malpica, para conseguir la construcción de un nuevo puente que remediara la permanente precariedad del antiguo.

Obras en el primer pilar del puente de Hierro
Obras en el primer pilar del puente de Hierro

A finales del siglo XIX el problema se agrava y la movilización ciudadana intenta conseguir una solución definitiva, sobre la que muchos se muestran escépticos por el fracaso anterior de diferentes tentativas. Es el caso del cronista de la época, Ildefonso Fernández, que en su Historia de Talavera, comenta:

«Hechos están, según parece, los planos para construir otro puente de hierro, frente a la Glorieta; pero el proyecto no ha pasado de esa categoría, acaso uno de tantos ardides políticos como se suelen emplear para conseguir votos en vísperas de elecciones de diputados».

Fotografía de Ruiz de Luna con las obras del primer pilar del puente de Hierro
Fotografía de Ruiz de Luna con las obras del primer pilar del puente de Hierro

Sin embargo, en las elecciones generales de 1898, el candidato liberal, Jose Luis Gallo, gana en el distrito de Talavera y consigue llevar a efecto una de sus promesas electorales, lograr la construcción de un nuevo puente sobre el Tajo. Fue grande el alborozo de los talaveranos al aceptar el gobierno acometer el proyecto, celebrándose el hecho con repicar de campanas cuando llegó la noticia a la ciudad. José Luis Gallo fue nombrado hijo adoptivo de Talavera y a él se dedicó la calle que actualmente da acceso al puente, la antigua calle de Los Siete Linajes.

Por diversas vicisitudes políticas y administrativas se retrasa la subasta de las concesiones hasta 1901, pero tres años más tarde, en 1904,  comienzan las obras, debido este retraso, en parte, a las crecidas del río. La construcción del puente se adjudica a la Sociedad Metalúrgica Duro-Felguera que, a su vez, subcontrata las obras de “tierra y fábrica” a la empresa del constructor Félix Forero. La vivienda de este empresario se conserva todavía en la plaza de Aravaca y alberga la delegación de la Consejería de Agricultura. Es una hermosa construcción de arquitectura racionalista, con detalles de cerámica en su patio y fachada. Fue, ésta del puente, una obra innovadora para el momento y su inauguración  constituyó una noticia de alcance nacional. El hecho se convirtió en toda una fiesta popular para los talaveranos, con arcos de triunfo, fuegos artificiales junto al río y diversos actos culturales y sociales entre los que destacó la representación de una comedia alusiva al evento. La ceremonia central fue la inauguración propiamente dicha con el desfile de la comitiva de autoridades desde la estación de ferrocarril hasta el puente.

Ingenieros, contratistas y obreros haciendo los cimientos del Puente de Hierro
Ingenieros, contratistas y obreros haciendo los cimientos del Puente de Hierro

La humedad  y el tiempo habían deteriorado gravemente esta obra de ingeniería tan significativa en la historia reciente de Talavera, sufriendo además en su estructura los avatares de la Guerra Civil, que dejó huellas de los bombardeos en sus estructuras metálicas. El puente ha sido recientemente restaurado por la Consejería de Obras Públicas y se ha rebautizado con el nombre de puente Reina Sofía pintándole de color rojo.

Ceremonia de inauguración del puente de Hierro
Ceremonia de inauguración del Puente de Hierro

DESCRIPCIÓN

El Puente de Hierro tiene una longitud total de 426 metros, está dividido en diez tramos metálicos de 41 metros de luz que se construyen en hierro y acero. La  estructura se desliza sobre cojinetes de acero que, a su vez, se apoyan en  nueve pilares y dos estribos de mampostería que se fundamentan sobre hormigón. Los paseos vuelan de la estructura y la iluminación se realiza a base de farolas de época.

Los curiosos visitan el puente de Hierro en foto de Ruiz de Luna
Los curiosos visitan el puente de Hierro en foto de Ruiz de Luna

EXCURSIÓN A LA IGLESIA DE MELQUE Y EL CASTILLO DE MONTALBÁN

MELQUE Y MONTALBÁN

Interior de la iglesia de Melque
Interior de la iglesia de Melque

Vamos hoy a conocer una zona de la comarca de los Montes de Toledo que, como la de Malamoneda, alberga numerosos restos arqueológicos de gran interés. Para ello nos dirigiremos desde Talavera a la Puebla de Montalbán, para luego ir en dirección sur hacia San Martín de Montalbán. Antes de llegar a esta localidad, encontraremos los indicadores que nos informan de la presencia de dos importantes lugares históricos. En primer lugar podemos acercarnos en coche hasta la iglesia de Santa María de Melque, aunque si queremos dar un paseíto podemos dejar el vehículo al otro lado de la carretera, ir hasta la iglesia y luego volver para ir al castillo, donde solamente se puede llegar andando en un recorrido de cuatro kilómetros escasos entre ida y vuelta.

La iglesia de Santa María de Melque es un monumento de gran importancia arqueológica y artística. Sobre un previo asentamiento romano se edificó esta iglesia visigoda que probablemente la mejor conservada de España de este periodo histórico. Se trata en realidad del templo de un conjunto monástico que todavía deja ver los restos de otras dependencias en el entorno, aunque aún no han sido totalmente excavadas.

Iglesia de Santa María de Melque
Iglesia de Santa María de Melque

Es una construcción mayoritariamente levantada con grandes bloques graníticos en el siglo VIII, con sus huecos en forma de arco de herradura y techada con grandes bóvedas peraltadas que dan al interior un aspecto realmente sobrecogedor por su aura de antigüedad y sus volúmenes pétreos. La torre central fue edificada posteriormente  por los árabes con una finalidad probablemente defensiva y de observación.

En el aula de interpretación aneja a la ermita conoceremos muchos más datos de este monumento, y si lo deseamos podemos también acercarnos al arroyo del Cubillo donde, como su nombre indica, se conservan los restos de un pequeño molinillo de gran antigüedad cuya presa para algunos sería romana.

Torre del homenaje del castillo de Montalbán
Torre del homenaje del castillo de Montalbán

El castillo de Montalbán solamente se puede ver mediante visitas guiadas y concertadas los fines de semana durante todo el año. Se trata de una de las mayores fortalezas de España y parece que se asienta donde primero hubo una fortificación musulmana.  Perteneció a los templarios por donación de Alfonso VII en el siglo XII. Fue cabeza de una de las encomiendas de esta orden, cuyos monjes soldado habrían dado desde el siglo XII seguridad a los repobladores de la vertiente norte de los Montes de Toledo.

En el siglo XV estaba secuestrado el rey Juan II, apenas un adolescente, por su primo Don Enrique, Infante de Aragón. Era en aquel tiempo su paje y hombre de confianza don Álvaro de Luna. Habían llegado con la corte después del secuestro en Tordesillas hasta Talavera, donde se habían celebrado las bodas de don Álvaro con su primera mujer y las de don Enrique con la hermana del Rey. Cuando disfrutaban de unos días de descanso urdió don Álvaro la huida para salvarse de la prisión de don Enrique y, con la excusa de que en el Alberche había una garza o un gran jabalí y que iban a cazarlo salió con el Rey y cincuenta caballeros, pero emprendieron la huida. Llegaron primero al castillo de Villalba en Cebolla, pero era fortaleza poco segura y cruzaron el Tajo en una barca, tomaron caballos a los hombres del señor de Valdepusa y siguieron su camino hasta el castillo de Montalbán, en el que entraron por un portillo después de desarmar a un hombre que había salido a por agua al pozo que todavía se conserva en la barbacana. A la llamada del Rey acudieron los cuadrilleros de la Santa Hermandad cuya ayuda permitió la resistencia contra el asedio de don Enrique, que levantó el campamento cuando se enteró de la próxima llegada de las fuerzas de su hermano Juan, el otro infante de Aragón que no veía con buenos ojos el secuestro del Rey por el poder que ello le daba a su hermano. Con este episodio comenzó el ascenso del poderoso valido don Álvaro de Luna que acabaría de forma trágica con su decapitación por orden del mismo rey don Juan que le había encumbrado.

La mejor defensa del castillo de Montalbán es el impresionante barranco del arroyo Torcón
La mejor defensa del castillo de Montalbán es el impresionante barranco del arroyo Torcón

Tiene el castillo de Montalbán una extensión aproximada de una hectárea y media, con un perímetro de unos 750 metros. Son impresionantes sus elevadas torres albarranas, características de esta fortaleza así como las de Escalona y Talavera, poblaciones donde se encuentran las mejores muestras de estas altas torres adosadas a la muralla y que sobresalen de las fortificaciones con un gran arco que deja paso por debajo de las mismas. La torre del homenaje es también accesible con las dependencias más nobles todavía conservadas. Una barbacana rodea todo el castillo e incluso protege con un pequeño recinto el pozo referido antes para abastecerse de agua.

En el siglo XIV se hicieron la mayor parte de las obras de ampliación y fortificación debidas a su propietario Alfonso Fernández Coronel, dueño del mismo desde que se deshizo la orden del temple en Castilla. Luego pasó a los Téllez de Girón señores de Montalbán.

En el pueblo de San Martín de Montalbán podemos visitar su iglesia parroquial y algunos rincones de arquitectura popular granítica. Cerca  del casco urbano se halla en el arroyo Torcón una zona de pic-nic desde la que podemos ascender río arriba viendo los restos de tres molinos y el llamado puente Canasta que se levanta sobre un pequeño desfiladero del río y que por su aspecto de gran antigüedad algunos consideran de construcción romana. También hay cerca de San Martín los restos de un dolmen y varios sepulcros rupestres.

EL DESAPARECIDO CONVENTO DE LA TRINIDAD

LA TRINIDAD

Fotografía de uiz de Lunade la actual calle y plaza de la Trinidad con el convento al fondo
Fotografía de Ruiz de Luna de la actual calle y plaza de la Trinidad con el convento al fondo

 HISTORIA

 Varias de las historias inéditas de Talavera hacen referencia a la antigüedad de este monasterio que se fundó en 1430, según tradición popular, sobre una ermita que se remontaba a tiempos visigodos. Poco más se sabe sobre sus orígenes pues parece que durante un incendio desatado en un mesón cercano llamado «de las Tres Puertas», llegó el fuego al archivo quemándose todas las antiguas escrituras y documentos que «en la celda del ministro se custodiaban».

Fachada del convento de la Trinidad en su lado de la calle del mismo nombre

Según Francisco de Soto, cuando los frailes vinieron a asentarse en Talavera se hospedaron en casa de un médico de la ciudad y la frecuentación del modesto convento por «grandes predicadores y confesores espirituales, que con el ejemplo de su virtud y enseñanza aficionaron a los naturales de tal calidad, que con sus limosnas fue creciendo el edificio, hasta que llegó al estado y forma que hoy tiene.»

Llegó a ser una de las grandes casas de la orden trinitaria celebrándose en este cenobio numerosos capítulos provinciales a los que acudían  los prelados de Castilla y Andalucía. Era la sexta fundación de la orden en  antigüedad.

La Desamortización  pone en venta sus edificios, la Huerta de los Trinitarios y el llamado corral de los Carneros. Su último destino fue el de fábrica de harinas antes de que, lamentablemente, se convirtiera en bloque de viviendas. Solamente dos portadas de acceso se conservan como entradas del inmueble.

La Trinidad cuando era fábrica de harinas en fotografía aérea de los años 60
La Trinidad cuando era fábrica de harinas en fotografía aérea de los años 60

DESCRIPCIÓN

La iglesia tenía considerables dimensiones y un crucero capaz y suntuoso. Se hallaba adornada por numerosas capillas con sus retablos utilizándose la capilla mayor para enterramiento de los miembros de la noble y antigua estirpe talaverana de los Duque de Estrada.

Una de las capillas de la iglesia alojaba a la cofradía de la Concepción que antes radicaba en la iglesia de San Pedro. Por este motivo se celebraban solemnemente las fiestas de la Purificación, la Anunciación y la Concepción en la iglesia del monasterio.

Final de la calle San Francisco y al fondo fachada de la Trinidad
Final de la calle San Francisco y al fondo fachada de la Trinidad

Otra capilla de la que al menos conservamos la imagen es la de la Virgen de la Soledad que era protagonista de «dos procesiones a que concurría mucho número de gentes; la primera se hacía el segundo domingo de cuaresma por la tarde a Nuestra Señora del Prado y había sermón. La segunda se hacía en Viernes Santo por la noche con muchas luces y muy devotas insignias». Hoy día la imagen es custodiada en la iglesia de Santiago.

Los franceses se cebaron en sus destrozos con este monasterio «cuyas celdas en número de sesenta, oficinas, cocina, refectorio, coro refectorio, órgano, el precioso retablo del altar mayor, archivo, puertas de la iglesia y de la sacristía y el hermoso palenque de piedra que daba acceso a este templo fue todo derribado, saqueado, incendiado y destruido».

Detalle de la portada del antiguo convento en uno de los edificios que ocupan su lugar en la calle de San Isidro
Detalle de la portada del antiguo convento en uno de los edificios que ocupan su lugar en la calle de San Isidro

En los testimonios gráficos que aún conservamos se puede percibir el edificio como una gran construcción en ladrillo que presenta un buen crucero y la espadaña junto a la fachada suroeste que se remata con un frontón. Las portadas que se conservan están decoradas con la cruz de los trinitarios en los escudos y dinteles. El templo fue seguramente reformado y ampliado en el siglo XVII, como se deduce del dibujo de Van der Wingaerde, donde presenta dimensiones y aspecto más modestos, sin la capilla mayor ni el crucero.

Vista parcial del dibujo de Vander Wingaerde donde aparece el el siglo XVI el convento de La Trinidad con una construcción más modesta
Vista parcial del dibujo del siglo XVI de Van der Wingaerde donde aparece marcado con una E  el convento de La Trinidad con una construcción más modesta

 CURIOSIDADES Y PERSONAJES

 Entre los miembros de la familia de los Duque de Estrada, protectora del monasterio de La Trinidad, destacó Fernando Duque de Estrada que fue maestresala de los Reyes Católicos, ayo del príncipe D. Juan y más tarde mayordomo de Juana la Loca, embajador en Francia y después en Inglaterra donde negoció el matrimonio de la princesa Catalina con Enrique VIII. El palacio de la familia ocupaba el solar del actual «Casino». Puede que la confianza de los monarcas con este hombre influyera en el hecho de que a su paso por Talavera, Isabel y Fernando pernoctaran en este convento.

Fotografía del antiguo teso de ganados que llegaba hasta la actual calle de San Isidro quedando el convento de la Trinidad casi en las afueras
Fotografía del antiguo teso de ganados que llegaba hasta la actual calle de San Isidro quedando el convento de la Trinidad casi en las afueras

La fundación de los conventos trinitarios tenía como primer objetivo el rescate y atención de los cautivos tomados por los musulmanes a los cristianos. Había en el monasterio un Santo Cristo del Rescate al que los talaveranos tenían gran devoción y se le atribuían numerosos milagros, parece que la imagen fue rescatada por un trinitario de Talavera que lo trajo de Argel. Se le hacía fiesta especialmente ceremoniosa en el mes de Septiembre. Otra procesión solemne de todo el cabildo venía al convento el día de la Sma. Trinidad y los escribanos de la ciudad custodiaban aquí el santísimo los días de Jueves y Viernes Santo.