ARQUITECTURA POPULAR (y 15) VALDEPUSA Y EL HORCAJO

ARQUITECTURA POPULAR (y 15)

VALDEPUSA Y EL HORCAJO

Aparejo típico de la comarca del Horcajo con ladrillo y canto rodado

La zona más occidental de nuestra comarca comprende las subcomarcas del Horcajo; que son las tierras comprendidas entre el Tajo y el Alberche; y el señorío de Valdepusa con los pueblos que se sitúan en las orillas del río que le da nombre.

En el Horcajo es escasa la piedra, salvo los cantos rodados que afloran en las terrazas de los ríos, por ello y por una mayor influencia toledana se emplean con mayor profusión los aparejos mudejaristas de ladrillo que enmarcan entre verdugadas y machones, lienzos de muro fabricado en tapial o con mampostería. El adobe es también utilizado con enfoscado y enjalbegado  protector.

Típica reja castellana en Cebolla

En Cazalegas y Cebolla encontramos algunas viviendas de cierta entidad con estas características; en Lucillos, Los Cerralbos o Montearagón también podemos ver este aparejo, pero con la utilización del canto rodado combinado con ladrillo en hiladas, aglutinando con barro o con argamasa y una mayor proporción de casas de adobe.

La tradición mudéjar con lacería de ladrillo tiene una muestra fundamental en la interesante iglesia de Erustes. En los edificios de más categoría es posible contemplar algunas muestras de esta lacería en los aleros de los tejados o enmarcando alguna ventana.

Los huecos de los muros, al no seguir tradiciones constructivas serranas o abulenses, son de unas dimensiones mucho mayores y por tanto la rejería de las ventanas tiene algo más de entidad, aunque sin salirse de la sobriedad de la tradicional reja castellana machihembrada y con alguna cruz ornamental en la parte superior.

Casa tradicional de Lucillos

Es curiosa la abundancia de esgrafiados de diseño muy variado en la población de Cazalegas.  En cuanto a la arquitectura protoindustrial los restos de los grandes molinos de Cebolla nos muestran un gran edificio de ladrillo y argamasa, a diferencia de los grandes molinos del Tajo en comarcas río abajo donde la utilización de la mampostería de granito es lo habitual. Ya en las Relaciones de Felipe II se alude con frecuencia al abastecimiento de tejas y ladrillos para muchos pueblos comarcanos desde los tejares de esta parte del valle del Tajo, en los términos de Cebolla y Montearagón. En Cazalegas la cal era también abundante.

Esgrafiado típico de Cazalegas

El señorío de Valdepusa tiene también el aparejo mudejarista como el más característico, pero es en San Martínde Pusa y no en la capital histórica, Malpica, donde  encontramos los mejores ejemplares de esta arquitectura de ladrillo. La diferencia de este señorío con el de Horcajo es que el granito aparece en algunas afloraciones a la orilla del río Pusa, sobre todo en Santa Ana, pueblo situado sobre un berrocal y que no sigue tanto la tradición arquitectónica del resto del señorío. En las casas más ricas de San Martín es frecuente la utilización de sillares bien labrados, sobre todo en los esquinazos y algunas puertas. La arquitectura rústica de esta zona es poco abundante, solamente algunas casillas de huerto en la zona de minifundios conocida como «Las Viñas» en San Martín o en el arroyo Navajata de Los Navalmorales. Los chocillos son escasos y se encuentran techados a un agua, y no en falsa cúpula como en La Jara, o en la Sierra de San Vicente. En Los Navalmorales existen puentecillos, canales de molino o zahurdas fabricados con grandes bloques de granito de un aspecto casi megalítico.

Horno granítico de Santa Ana de Pusa

Es de destacar como importante ejemplar de arquitectura industrial, el complejo de edificios destinados a la actividad melalúrgica de El Mazo a orillas del Pusa y en término de Los Navalucillos. Otro grupo curioso de edificios es el de los baños medicinales de Los Navalmorales situados en un arroyo que también cuenta con numerosos ejemplares de casillas de hortelano muy sencillas, de adobe y cuarcitas. En los numerosos olivares es frecuente, como en La Jara, la presencia de cocinillas que hacen más cómodo el laboreo invernal de la aceituna. Aunque poco numerosas por los condicionantes históricos de señorío, sí encontramos en Valdepusa grandes labranzas con las mismas características constructivas de las viviendas urbanas. La arquitectura de ladrillo no sólo tiene mayores vanos sino que también en ella aumentan los volúmenes de las piezas dobladas.

Muro de adobe con machón de adobe y paños de tapial en Los Navalmorales

En las cartas puebla del señorío de Valdepusa, estudiadas por Palomeque Torres, aparecen curiosos datos sobre cómo los señores ponían buen cuidado en señalar una normativa concreta para la construcción de las viviendas de los nuevos pobladores de sus territorios y así para facilitar las condiciones de repoblación de Santa Ana de Pusa consiente el señor que las Casas sean «pajizas» o de retama en un principio, para guarecerse pronto los habitantes del nuevo poblado, pero con la condición de que en el plazo de cinco años la harán las definitivas de ladrillo, madera y teja, advirtiéndoles que si en ese plazo no lo hacen, podría él mandar levantarlas, cargando al poblador moroso el total de su importe. Se compromete sin embargo el Mariscal a construir un horno para cocer tejas y ladrillo, construir la iglesia y un pozo con sus pilas y empedrado. El impuesto cobrado por la ocupación del solar de la vivienda se reducía a una gallina anual.

Arquitectura popular de San martín de Pusa

Vemos con este ejemplo como la arquitectura popular no solamente tiene condicionantes físicos o culturales, sino también fuertes presiones históricas en su desarrollo.

Acabamos hoy la serie de artículos sobre la arquitectura popular de la comarca, aunque volveré con la descripción más minuciosa pueblo a pueblo en futuras entradas

Arquitectura popular de Santa Ana de Pusa
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4 comentarios sobre “ARQUITECTURA POPULAR (y 15) VALDEPUSA Y EL HORCAJO”

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