Todas las cosas tienen su pequeña historia y la revitalización y promoción de los caminos de Guadalupe comienza cuando estudiando el que esto escribe los pueblos de La Jara encontré las referencias de viajeros reales, nobles, prelados, escritores y peregrinos que desde el siglo XIV y pasando por nuestra ciudad acudían a postrarse ante la Virgen que un día cuenta la leyenda que se apareció en tierras de Talavera, junto al río Guadalupejo.
Fui sorprendiéndome cada día del patrimonio caminero que aún quedaba, fuentes, hospitales, ventas y hosterías que jalonaban éste que sin duda es el segundo camino histórico de peregrinación en importancia del territorio español después del de Santiago. De todo esto salió un libro: «Los Caminos de Guadalupe y su Real Monasterio» que el editor Vicente Canseco y yo como autor intentamos vender como idea a las autoridades de aquí y a las extremeñas sin mucho éxito. Aún recuerdo la cara de un director de turismo extremeño al que esto le sonaba como la ruta de la seda en Asia. Vamos que no nos hicieron ni puñetero caso ni aquí ni allí.
Pero resulta que este libro cayó manos de un jareño de Navatrasierra llamado Antonio Dávila que me llamó y me convocó a una era de su pueblo donde con otros cataguisos como nosotros nos juramentamos entre vinillo y platos de guarro en sus más diversas acepciones, para promocionar el Camino Real de Guadalupe, el más importante de todos los que iban al monasterio de las Villuercas.
Y Antonio comenzó con persistencia heroica a visitar alcaldes, presidentes de diputación, hosteleros, intelectuales, casas regionales etc. etc, hasta que aquellas semillas que plantamos fructificaron poco a poco y hace unos días miles de peregrinos hicieron la primera etapa Talavera – Calera. Toda una satisfacción para los que iniciamos esta aventura.
Pero no basta con el trabajo de los ciudadanos implicados, las administraciones deben hacer un verdadero plan de dinamización turística del Camino Real de Guadalupe, que no debe convertirse en esa especie de circuito ciclista en que se ha convertido la Vía Verde de la Jara.
Debe restaurarse y señalizarse el patrimonio, deben amojonarse los caminos,deben establecerse fuentes y puntos de abastecimiento de agua y sobre todo albergues,zonas de acampadas y unas mínimas infraestructuras que pongan la primera piedra para que la iniciativa privada vaya viendo rentabilidad en instalar establecimientos de hostelería.
Talavera no debe perder esta otra oportunidad y también debe promocionar eventos que pongan en valor este importante recurso turístico para nuestra tierra y especialmente para La Jara, y no solo el Camino Real, sino también los otros dos caminos que transitan por la comarca, el de Puerto de San Vicente, que en mi libro denomino «de Los Bandoleros», o el «de Carlos V» que discurre por La Jara mal llamada extremeña.
Caminos de Guadalupe, Ciudad de Vascos, las cañadas leonesas oriental y occidental, la Vía Verde de la Jara, Piedraescrita y tantos y tantos atractivos olvidados…..: a qué demonios esperan ustedes señores de las diferentes administraciones para ayudar de verdad a esta comarca y a la propia ciudad de Talavera promocionando todos estos recursos.
Página Talavera y su Tierra de Miguel Méndez-Cabeza Fuentes
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