EL AGUA EN TALAVERA, FUENTES, ARROYOS, POZOS Y NINFAS

EL AGUA EN TALAVERA, FUENTES, ARROYOS Y NINFAS

Arroyo de Papacochinos con dos puentecillos en un dibujp del siglo XVIII

Talavera fue también conocida en la antigüedad como Aquis, palabra que según algunos hacía alusión a la abundancia de agua corriente en su entorno.

Son muchos los arroyos de nombre sonoro que cruzan su territorio: el Bárrago, el Papacochinos, Berrenchín, Baladiez, y sobre todo La Portiña, en cuya confluencia con el Tajo se alojó muy probablemente el primer caserío céltico y núcleo de origen de nuestra ciudad. El Alberche confluye también con el Tajo en nuestro entorno y el relativamente fácil vado del gran río a su paso por nuestra vega condicionó históricamente la importancia de Talavera como nudo de comunicaciones.

Las fuentes no eran tampoco escasas en nuestra ciudad y sus cercanías y así la fuente de la finca de Bencachón aparece en referencias de don Julio Caro Baroja como curioso ejemplo de culto antiquísimo, cuando alude a que nuestros paisanos se encomendaban todavía en el siglo XVI a esa fuente cuando les asustaban las tormentas.

Hubo baños romanos y medievales en Talavera que quedaron en el callejero

Otra fuente con un halo de magia es la que se conocía como fuente de la Peñuela. Se encontraba en la calle del Sol y según algunas tradiciones fue el lugar donde se apareció por primera vez la Virgen del Prado.

La fuente de los Caños y su lavadero tradicional, lamentablemente desaparecido, fue lugar donde se acudía a lavar la ropa y tenderla sobre sus juncales, aunque la principal zona de lavadero, alegrado siempre con la algarabía de las talaveranas, fue la ribera de la Portiña a su paso por el casco urbano, desde la zona de San Miguel hasta la desembocadura.

Estela romana dedicada a las ninfas en un dibujo del siglo XVIII de una historia de Talavera

Otra curiosa tradición sobre las fuentes dice que en el Prado del Arca había junto a la fuente del Caballo un edificio morisco que había sido el palacio del gobernador militar árabe de Talavera Jazmín Hiaya, el mismo que aparece en las leyendas del Caballero Cornudo y de Aixa Galiana de capítulos anteriores. Desde esta misma fuente de la dehesa del Caballo se intentan ya en 1537 traer aguas a Talavera, concretamente hasta otras tres fuentes situadas en la plaza del Pan, la del Reloj y la Corredera.

Torre de Nazar, donde había instalada una rueda similar a la albolafia de Córdoba

En las inscripciones de época romana encontradas en la ciudad se han hallado varias referencias a las ninfas, las diosas de las fuentes. En la época musulmana había una torre de la muralla llamada de Nazar que parece sirvió para sostener una rueda de arcaduces similar a la de la albolafia en Córdoba. Habría servido para subir las aguas del Tajo a la ciudad y más tarde la utilizarían los jerónimos para regar su huerta.

Albolafia de Córdoba en el Guadalquivir

También es curiosa la llamada fuente de Tetuán en el siglo XIX. Se encontraba junto al alcázar y puede que de alguna forma condicionara la instalación precisamente en ese lugar de la alcazaba talaverana. También es curiosa la puerta que da a la barbacana  junto al río y que es muy similar ala que desde el alcázar de Mérida daba acceso al Guadiana.

También en época musulmana se extendían por toda la vega numerosas norias dispuestas para regar las huertas. Pero Talavera no sólo tuvo aguas en superficie, sino que al hallarse en la amplia vega del Tajo, el subsuelo siempre ha sido rico en agua, por lo que uno de los elementos constantes en la arquitectura popular ha sido el pozo que abastecía a las casas, muchas veces situado en el centro del patio alrededor del que giraba la distribución de las dependencias, con clara influencia de la tradición constructiva árabe.

Pozodel patio dl palacio de la plazuela del Salvador en dibujo de Enrique Reaño

Se han hallado por toda la villa viejas tuberías de cerámica machihembradas de unos cincuenta centímetros de longitud y ocho o diez de ancho conocidos como atanores y que formaban las viejas conducciones romanas o medievales por las que circulaba el agua, ya desde que Talavera era la antigua Caesaróbriga. Así mismo, muchos de los túneles que se creían pasadizos subterráneos no son otra cosa que los desagües y tarjeas de la ciudad romana.

Arcaduz de una noria  musulmana hallado en Talavera

A mediados del siglo XIX se comienzan a instalar fuentes públicas en la ciudad, que al principio estaban relacionadas con las fuentes de la zona de las Cambijas. El 23 de Enero de 1868 el empresario Piñeiro y el ingeniero José Canalejas hicieron la obra que traería el agua potable por primera vez a Talavera desde la finca de Valdefuentes. Un periodista venido al efecto desde Madrid describe las “colgaduras que cubrían las puertas, ventanas y balcones, los arcos de follaje y los templetes de lo mismo, las banderas flámulas y gallardetes, las salvas y los gritos de alegría y plácemes de satisfacción” que rodearon al evento. Hubo comilona para las autoridades servida por el restaurador madrileño de Los Leones de Oro, y bailes en el Liceo, al que acudía el pueblo, y en el casino y la sociedad El Fomento de las Artes para las clases acomodadas.

Celebración de traída de aguas de 1869

Pero curiosamente esta celebración quedó empañada porque un “incidente extraño a la tramitación de este asunto” se suspendieron las obras por más que se acudió al ministerio de Fomento y en realidad ese día no hubo nada que celebrar, aunque las obras se acabarían más tarde.

Toro enmaromado para celebrar la traída de aguas en 1947

En 1947 se inaugura la traída de aguas desde el embalse de a Portiña con gran alborozo popular, fiestas y corridas de toros.

VISITANDO UN MUSEO DE FÓSILES EN LA JARA

UN MUSEO DE FÓSILES EN LA JARA

EL MUSEO DEL GEOPARQUE DE VILLUERCAS EN NAVATRASIERRA

Trilobites

He tenido la oportunidad de visitar el museo de fósiles y de interpretación de la particular geología de las Villuercas en un pueblo jareño actualmente en la provincia de Cáceres, Navatrasierra.

Gráfico del museo de Navatrasierra que muestra un esquema de los plegamientos geológicos de los valles del Gualija y Guadarranques

Este pueblecito serrano se halla en pleno Camino Real de Guadalupe y es entidad local menor dependiente de Villar del Pedroso, pero con sus apenas 180 habitantes ha potenciado tanto este recurso como el camino de peregrinación y otras iniciativas. Un paseo hasta allí es sumamente agradable y podremos entre otras cosas disfrutar de las impresionantes vistas desde el puerto de Arrebatacapas o la naturaleza agreste de los valles del Gualija o el Guadarranque, pero dejaremos para otro día todos esos atractivos cuando vayamos analizando los recorridos por el Camino de Guadalupe.

Crucianas sobre cuarcitas en el museo de Navatrasierra

Accederemos por Puente del Arzobispo, Villar del Pedroso Carrascalejo para, después de pasar el puerto,  encontrarnos ya en Navatrasierra, pueblecito que aún conserva algunos elementos de la arquitectura popular de pizarra y cuarcita y en cuyo subsuelo se han hallado por los propios vecinos en obras y excavaciones muchos de los fósiles exhibidos y donados por ellos. Muchos de ellos, especialmente los trilobites son de gran tamaño, hasta de 20 centímetros.

Uno de los gráficos que muestran la fauna que hace quinientos millones de años vivían en el mar que inundaba La Jara

El museo se encuentra abierto viernes y sábado y las mañanas de los domingos y un joven geólogo explica de manera divulgativa y sencilla los secretos del relieve apalachense, uno de los geológicamente más antiguos y que da sus características formas al relieve de esta zona con sus empinadas sierras paralelas y sus cresterías en las cumbres que en realidad son fondos marinos elevados hace quinientos millones de años por grandes presiones tectónicas entre los dos continentes primigenios.

Otras especies de fósiles como gasterópodos y bivalvos

Además de la magnífica colección de fósiles se exponen gráficos y un audiovisual didácticos y atractivos que hace que esta visita valga la pena para después disfrutar del entorno por las muchas rutas del Geoparque de las Villuercas cuyos planos también te facilitan en el museo. Después podremos refrescarnos y tomar alguna tapilla en los bares de la localidad.

Los trilobites se hacían una «bola» para defenderse como hacen actualmente las cochinillas de humedad
Otros ejemplares de trilobites

CUATRO FOTOS DE MONUMENTOS DESAPARECIDOS EN LA COLECCIÓN DE TELEFÓNICA

CUATRO FOTOS DE MONUMENTOS DESAPARECIDOS EN LA COLECCIÓN DE TELEFÓNICA

Torre del Reloj y torre albarrana techada del Arco de San Pedro en una foto de la colección de Telefónica

Ya hemos visto cuatro fotos del río de esta misma colección y hoy nos vamos a detener en otras cuatro que muestran monumentos hoy desaparecidos o modificados en nuestra ciudad.

La primera de ellas nos muestra la anterior torre del Reloj hoy desaparecida que como vemos se situaba a la torre albarrana hoy desaparecida en la que apoyaba su lado occidental el llamado Arco de San Pedro. Esta torre vemos que en los años 20 estaba techada y era utilizada como almacén o vivienda por los huecos abiertos que se ven, también se ve el arranque del típico arco de estas torres tan talaveranas.

Detalle de la foto anterior en la que se señala el arco de la albarrana

Para algunos esta podría haber sido la que Fernando de Rojas solicitó para que se la cediera el ayuntamiento para su aprovechamiento, ya que el escritor universal parece que tenía su vivienda en las inmediaciones.

El Reloj y el remate de la torre no tienen nada que ver con los actuales.

Fotografía de los años 20 de la colección de Telefónica tomada desde la torre albarrana de El Salvador.

En segundo lugar traigo esta otra fotografía tomada desde la torre albarrana de El Salvador. En ella se ve la torre en primer término, a la derecha la iglesia de los jesuitas. Se trata de la fachada que daba a la Corredera y hoy edificio del Mercado de Abastos.

Pero lo más interesante es la iglesia de San Pedro mostrando su torre y su fachada occidental en la que se percibe obra mudéjar, tal vez dos alfices de ladrillo o quizá una espadaña más antigua embutida en el muro. A la izquierda se ve la torre de la antigua iglesia de Santa Leocadia que estaba en la plaza del mismo nombre y a la derecha el convento de los agustinos, hoy Museo Ruiz de Luna.

La iglesia de San Pedro y la torre de Santa Leocadia en un detalle de la foto anterior.

Las dos siguientes fotografías muestran dos palacios que desparecieron hace unas décadas. El primero de ellos es una casona situada en la esquina de la calle Mesones con Ramón y Cajal y de él solamente queda actualmente un patio porticado del que se conservan las columnas.En el edificio ya reformado estuvo durante muchos años la tienda de máquinas de coser de Rocha, Es un edifcio que muestra como elemento más significativo un gran blasón labrado en la esquina.

Casona en la esquina de la calle Mesones con Ramón y Cajal

El segundo palacio es el que se encontraba en la plazuela del Salvador y calle San Miguel, también conocido como casa de Borrajo y que en la colección de Telefónica se nombra como palacio de la marquesa de Aguilera y sobre el que haremos una próxima entrada de este blog.

Durante un tiempo se llamó erróneamente palacio de Francisco de Aguirre y parece que como tal se le enseñó al embajador de Chile que quiso en los años sesenta conocer el solar del conquistador talaverano y fundador de la ciudad de Santiago del Estero.

Palacio de la marquesa de Aguilera en foto de la colección de Telefónica de los años 20

LA CERÁMICA EN LOS REGADÍOS DEL ALBERCHE

LA CERÁMICA EN LOS REGADÍOS DEL ALBERCHE

Portada de un folleto sobre los regadíos del Alberche con dibujos alegóricos de Ruiz de Luna

Los canales del Alberche y, los «pueblos nuevos» y las instalaciones agropecuarias asociadas a los regadíos fueron en muchas ocasiones decorados con cerámica talaverana, especialmente del taller de Ruiz de Luna hijo que en los años cincuenta todavía hicieron algunos trabajos para el Instituto de Colonización.

Flor del Tabaco en un azulejo de repetición del Centro del Tabaco de Colonización

Tanto en los mojones de indicación de las acequias como en los secaderos se utilizó la azulejería talaverana, al igual que en algunas de las factorías asociadas como las dependencias dedicadas al tabaco, hoy delegación de la Consejería de Agricultura.

Recolectora de Tabaco
Recolector de Tabaco

En la delegación de la Confederación Hidrográfica del Tajo hay una sala de juntas decorada con bonita azulejería de Ruiz de Luna y algunas iglesias de los pueblos de Colonización también tienen paneles de azulejos con escenas de santos.

Símbolo del ministerio de Obras Públicas en azulejería
Rótulo de un secadero en cerámica de Ruiz de Luna
Mojón indicador de acequia con cerámica de Ruiz de Luna
Rótulo de calle en Talavera la Nueva
Azulejería de la iglesia de Bernuy

HISTORIA DE LOS MOLINOS DE LA JARA  Y VALDEPUSA ( y 2)

HISTORIA DE LOS MOLINOS DE LA JARA  Y VALDEPUSA ( y 2)

Uno de los molinos del arroyo de las Lanchas

En el valle de Robledo del Mazo se molía en la garganta de las Lanchas o en Riofrío, lo que quiere decir que todavía no se habían construido los más cercanos molinos del curso alto del Gébalo. Ya casi en el curso medio de este río, en el paraje del Martinete, sí debía existir ya algún molino pues desde Espinoso bajaban a moler allí.

En las relaciones de Espinoso también se declara que se muele en el río Fresnedoso. Se trata de seis molinos a los que se califica de retamizos, término que alude a la precariedad de estas construcciones de techo de retama. Pero es posible que por extensión se definan así a algunos sencillos artificios que se construirían con un pequeño apoyo en alguna roca del río sobre la que situar un par de vigas de madera que a su vez sostuvieran la piedra. Estos molinillos primitivos pero prácticos aparecen descritos en zonas nórdicas de Europa pero precisamente la precariedad de su construcción habría impedido su conservación hasta hoy.La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es escanear0016.jpg

Otro dato curioso que podemos extraer de las Relaciones de los pueblos jareños es la mención que se hace en el interrogatorio de Campillo de la Jara de unos molinos calificados como de “sequera” en el arroyo Cubilar. Puede que sea ésta una referencia a los molinos que en el presente estudio denomino “de presa en arco invertido” por la forma que tienen las plantas de los cubos de muchos molinos de La Jara donde, debido a la escasez de caudal se almacenaba el agua en estas presas-cubo para poder así moler en tiempos de sequía. Se trata de cubos de tan grandes dimensiones que podríamos considerarlos como un tipo intermedio con el molino de presa de acceso directo, diferenciándose de éste en que la presa no se encuentra en el cauce del río y sí están dotados de canal en el caso jareño. También la misma palabra “Cubilar” que da nombre al arroyo, puede que haga referencia toponímica al gran número de cubos de molino que movía este pequeño arroyo.

Molino del arroyo de San Vicente

En Torrecilla y Espinoso molían ya en el siglo XVI algunos artificios situados sobre el Sangrera y el Pusa. En esta época es curioso constatar la existencia de un número de piedras incluso superior al actual, hecho que solamente se produce en la comarca que nos ocupa.

En la parte norte de La Jara durante todo el año, y en el resto de su extensión cuando se agostaban los arroyos, acudían las gentes a moler en las grandes aceñas del Tajo más cercanas. Hay un mayor número de alusiones como destino a los molinos de Silos y a los de Ciscarros pero es lógico pensar, a pesar de no haber citas concretas de moliendas en Talavera o Puente del Arzobispo, que también acudieran a estas grandes paradas, más teniendo en cuenta la férrea normativa de la cabeza del señorío más arriba comentada. En este sentido, solamente hay una respuesta de Las Herencias que narra cómo sus habitantes iban a moler a Cabañuelas, cerca de Talavera.[1]

Durante el siglo XVIII sigue aumentando la dispersión de los pequeños molinos maquileros y en Sevilleja ya muelen nada menos que quince piedras en el Riofrío, crece el número de ellos en otros arroyos más lejanos y aislados como el Fresnedosillo o el de San Vicente.[2]

Uno de los molinos de Riofrío

 

La Cuenca del Guadiana, en el sur de La Jara, tenía además otros arroyos molineros como el de Valdemoro, el Estenilla y otro río también llamado Fresnedoso, adonde  se iba a moler desde localidades como Puerto Rey, Minas de Santa Quiteria, Los Alares, Valdeazores y Anchuras que entonces formaba parte de la tierra de Talavera .

A mediados del pasado siglo todavía se construían nuevos molinos. Madoz nos informa en su diccionario de que en el Uso y el Cubilar hay un total de catorce molinos, seis de ellos arruinados. En Mohedas muelen seis sobre el Pedroso y en Belvis ya se ha construido uno sobre el Tamujoso[3].

Cuenta el párroco de Aldeanueva de Barbarroya en las relaciones del cardenal Lorenzana que, en este pueblo jareño de paisaje granítico, se fabrican gran cantidad de piedras de molino[4].

[1] Ibidem.: Opus cit. Ver “Las Herencias”

[2] JIMÉNEZ DE GREGORIO, F. : Opus. cit. Los Pueblos de …ver “Sevilleja”

[3] MADOZ, P.:Opus cit. p. 260.

[4] PORRES DE MATEO, J., RODRIGUEZ, H. Y SANCHEZ,R.: Opus cit. p. 92.

Atanores formando el cubo de un molino en el naciente del río Sangrera

 

CUATRO FOTOS DEL TAJO DE LA FUNDACIÓN TELEFÓNICA

CUATRO FOTOS DEL TAJO DE LA FUNDACIÓN TELEFÓNICA

Fotografía del Tajo de la Fundación Telefónica de de los años 20

En la colección fotográfica de la Fundación Telefónica y relacionadas con sus instalaciones se hicieron en los años 20 y 30 fotografías relacionadas con sus instalaciones.

Se puede ver el caudal abundante con los arenales y las aguas limpias y una visión de Talavera en la que se pueden observar algunos monumentos desaparecidos como los señalados en la vista parcial a continuación, la torre de la iglesia de San  Pedro o la antigua torre del Reloj.

Vista parcial de la foto anterior

Otra de las fotografías se ha obtenido junto a la central eléctrica del puente Viejo y se observan los postes telefónicos, los cerdos hozando junto al río y el puente que muestra al final la casa de peones camineros que siempre he considerado que se había construido sobre restos de los molinos del primer ojo del Puente.

Fotografía del puente Viejo desde la central eléctrica

El inicio del puente con la casa de peones camineros

La tercera foto nos muestra la zona de Entretorres con las torres albarranas arruinadas y descarnadas. Se percibe el vallado blanco del antiguo tejar de la cuesta de San Clemente y el resto de muralla junto al río que todavía se encuentra en pie junto al puente de Hierro. También se observa la cúpula de la iglesia de los jesuitas (Palenque) con su linterna.

Vista de la zona de Entretorres desde la orilla sur del río.

Vista parcial de la anterior fotografía de Entretorrres y el Tajo

Por último traemos otra foto desde la orilla sur con una vista del río y el puente de Hierro.

HISTORIA DE LOS MOLINOS DE LA JARA Y VALDEPUSA 1

HISTORIA DE LOS MOLINOS DE LA JARA Y VALDEPUSA 1

Este viejo molino bastardo del río Uso puede ser el referido en el Libro de la Montería del siglo XIV

El suelo de La Jara es, en la mayor parte de su extensión, un terreno muy pobre que sólo en las rañas se puede considerar algo más fértil. Este es el principal motivo por el que, en conjunto, fue la suya una economía agrícola casi de subsistencia con escasos excedentes cerealísticos. Paradójicamente es, sin embargo, una de las comarcas que cuenta con un mayor número de pequeños molinos de arroyo situados en corrientes que todavía al recorrerlas hoy, incluso durante épocas lluviosas, nos preguntamos cómo pudieron llegar a mover las piedras de molino con tan escaso caudal.

Molino del Estanco de Riofrío en su desembocadura en el Uso. Uno de los molinos de Riofrío cuenta con referencias en el siglo XV

En la existencia de este gran número de explotaciones molineras pudo influir la condición quebrada de la topografía jareña que permitía los desniveles necesarios para la instalación de molinos. Otro factor a tener en cuenta es el de la escasez de comunicaciones, principalmente en las zonas serranas donde la tradicional inseguridad y aislamiento hizo necesaria la creación de la Santa Hermandad Real y Vieja de Talavera. Todo esto, unido a las grandes distancias que había que salvar, hacía poco rentable el transporte del cereal hasta las grandes aceñas del Tajo e incitaba a la construcción de molinos más cercanos a las tierras de labor.

La Jara fue señorío de Talavera, ciudad que intentó restringir la exportación y molienda del grano fuera de la ciudad. Así consta en diversa normativa y en pleitos que se conservan en el Archivo Municipal desde el siglo XV[1]. Aun así, los modestos “molinos bastardos” fueron poco a poco extendiéndose por todo el territorio jareño.

Molino en el Andilucha, uno de los arroyocon referencias más antiguas de molinos de agua «bastardos»

Hacia 1340, en el libro de la Montería de Alfonso XI, entre los muchos parajes citados aparecen los molinos de Jujo, el actual río Uso.[2] En las sentencias que sobre deslindes emite el Arzobispado, señor de Talavera, en 1418 hay alusiones a “el molino de Riofrío”, único artificio movido en aquella época por ese riachuelo que con el tiempo llegaría a contar con nada menos que veintidós ejemplares[3], constituyendo la mayor concentración molinera de la provincia.

Estas escasas referencias a los molinos de la Jara aumentan en el siglo XVI, cuando se consolida la repoblación del territorio. Así, aparecen en las Relaciones de Felipe II nada menos que siete molinos en Alcaudete, tres pertenecientes a hidalgos talaveranos, uno a las monjas de San Benito de Talavera y otros dos a particulares. En el río Tamujoso todavía no se había instalado ninguno de los tres que molieron más tarde, ya que todavía los habitantes de Belvis,pueblo ribereño del Tamujoso, iban a moler al Tajo y a Alcaudete.

Restos de un molino con su cárcavo en el río Cubilar

Por las noticias de La Estrella y de Aldeanueva de Barbarroya que aparecen en sus relaciones respectivas, debieron existir varios molinos sobre el río Uso. Eran probablemente los más cercanos a la desembocadura pues desde Campillo y otras localidades situadas río arriba se iba a moler a arroyos más lejanos como el Riofrío o el Cubilar. También se acudía a moler en estos dos ríos desde La Estrella, aunque esta población ya cuenta con dos pequeños molinos cercanos en el arroyo “Candeluga”, actual Andilucha[4].

[1] SUÁREZ ÁLVAREZ, Mª. J.: Opus cit  p. 334.

[2] ALFONSO XI.: El Libro de la Montería. opus cit. p. 564.

[3] SUÁREZ ÁLVAREZ, Mº.J.: Opus cit. p. 303.

[4] VIÑAS,C.  y PAZ, R.: Opus cit ver “Alcaudete” y “Belvis” “Campillo” y “La Estrella”.

LOS POZOS NUEVOS DE VALDEVERDEJA

LOS POZOS NUEVOS DE VALDEVERDEJA

Vista general del curso medio del arroyo de los Pozos Nuevos o arroyo Malezo. Al fondo, Puente del Arzobispo.

Al sureste del casco urbano de Valdeverdeja, a menos de dos kilómetros se encuentra un conjunto etnográfico de gran interés. Una senda recorre la mayoría de las decenas de pozos que servían para lavar a los habitantes de Valdeverdeja. También eran utilizados a veces como fuente de agua potable para los verdejos que la trasportaban al pueblo a lomos de caballerías, como también llevaban la ropa que era necesario lavar. Es un territorio de granito degradado en cuyo subsuelo se acumula el agua en no mucha cantidad, pero suficiente para las necesidades de una familia e incluso en alguna ocasión cultivar si había la tierra necesaria algún pequeño huertecillo.

Se trata de un curioso paraje donde a un lado y otro del arroyo vamos observando la existencia de numerosos pozos con el brocal de granito. Algunos de ellos tienen en la tapa de hierro con cerradura y a veces en sus pilas o en la propia tapa las iniciales grabadas de sus dueños. Junto a las pilas algunos de ellos presentan unas a modo de pequeñas mesitas alargadas  de piedra donde se tendía y golpeaba la ropa. Varios de estos pozos tienen incluso una pequeña casa de mampostería.

Tipo más común de pozo con el muro protector, la pequeña mesita auxiliar, la pila y el suelo empedrado.

La tipología más frecuente de estos pozos cuenta con el pozo, la pila granítica con una o dos superficies de frotado, la mesa de piedra, un muro de un metro y medio de altura que protege el conjunto y el suelo empedrado al menos en torno del pozo. Otro tipo menos frecuente está cubierto y se accede al brocal por una abertura vertical como se ve en la fotografía.

Pozo cubierto

Por último hay tres o cuatro construcciones techadas en bóveda de unos seis metros cuadrados de planta donde podían hacer noche o guardar los aperos.

Caseta abovedada de los pozos nuevos

Hay también un huerto con una fuente cubierta y, más arriba, un pozo de mayores dimensiones obra del ayuntamiento en el año 1936 y de uso comunitario.

Tapadera metálica con iniciales de los pozos nuevos

Al final del recorrido el sendero conecta con el camino carretero de los grandes molinos del Tajo llamados de Los Rebollos y también se pasa por varios molinillos de arroyo de diferentes tipologías, pero de eso hablaremos otro día.

Zona con varios pozos lavadero, obsérvese el empedrado en el suelo, la mesita alargada junto a las pilas y los pozos con tapadera metálica y tipología similar

LA CUEVA DE LOS SANTOS MÁRTIRES

LA CUEVA DE LOS SANTOS MÁRTIRES

Entrada a la cueva de los Santos Mártires Vicente, Sabina y Cristeta

La cumbre del cerro de San Vicente, el llamado monte de Venus que según el historiador alemán Schultén sirvió de refugio a Viriato para desde él hostigar a los ejércitos romanos, es uno de esos lugares llenos de magia en nuestra comarca.

Capilla del eremitorio de l cueva de los Santos Mártires. Al fondo el castillo musulmán.

Cuenta el paraje con restos de la atalaya y castillo musulmán, se encontró una estela dedicada a un dios prehistórico de la caza llamado Togote, yacimientos anteriores con cerámicas de la Edad del Bronce y la conocida como cueva de los Santos  Mártires y un eremitorio que daría origen al convento del Piélago. Seguir leyendo LA CUEVA DE LOS SANTOS MÁRTIRES

LOS CINES DE TALAVERA

LOS CINES DE TALAVERA

Proyecto para una caseta de cinematógrafo en los jardines del Prado

Los comienzos del cine en nuestra ciudad podemos situarlos según el historiador Agustín Díez el 21 de octubre del año 1897, un año después de que en el Hotel Rusia de Madrid fuera presentado el invento por Alejandro Promio, operador de los hermanos Lumière.

En Talavera el acontecimiento tuvo como escenario el teatro Calderón, situado junto al solar del antiguo convento franciscano en que hoy se sitúa el cine del mismo nombre. No se sabe el empresario que lo trajo, aunque este mismo autor aventura la posibilidad de que fuera la compañía del actor Francisco Mercé, ya que unos días antes había hecho una exhibición parecida en Toledo.

Curiosamente, el famoso ceramista y fotógrafo afincado en Talavera Juan Ruiz de Luna mantenía correspondencia con los hermanos Lumière para ser su delegado en España y comercializar sus películas y productos, pero para ello necesitaba un préstamo de diez mil pesetas que no obtuvo y al final no asumió tal representación.

Durante los primeros años de su existencia el cine era poco más que una atracción de barracón que en Talavera podía verse durante las ferias de Mayo y Septiembre. El cinematógrafo Pinacho fue la primera instalación de la que se tienen noticias concretas y se situó durante Mayo del año1905 en el recinto ferial, exhibiendo títulos tan dispares y sugerentes como “La Guerra Ruso-Japonesa”, “Venganza de unos Salvajes”, “Novela de Amor” o “Incendio de un Teatro”. En Septiembre de ese mismo año se instaló otra barraca llamada el Teatro Mágico.

Decoración alegórica de las artes escénicas y la música en la iglesia de los agustinos que fe el llamado Liceo, que exhibió películas y variedades y hoy es Museo de Cerámica

Pero es al año siguiente cuando de una manera algo más prolongada se instala el “Cinematógrafo Universal”, que estuvo de feria a feria para trasladarse después al Teatro Cervantes, situado en la iglesia de los agustinos o Liceo, donde combinaba las películas con varietés, hasta que, no resultando rentable, su promotor, llamado Reizábal, se trasladó con la empresa a Plasencia.

Era frecuente la combinación con variedades de aquellas primeras sesiones de cine. Se traían cantaores flamencos, alguna bailaora, equilibristas o ventrílocuos que intentaban atraer al público en aquellos años de pocas posibilidades económicas en una población agraria como la nuestra.cineprado

Es a finales de la primera década del siglo cuando algunos empresarios talaveranos intentan construir cines estables en el Prado. Las construcciones tenían cierta precariedad por ser de madera, aunque algunas de ellas tenían fachadas decoradas con formas modernistas. También en la plaza de toros se llegó a instalar un cine con bar y mesas.

Poco a poco se van estabilizando los cinematógrafos en los teatros talaveranos Calderón, Cervantes y Victoria, construido a partir de 1912 sobre el solar del antiguo Teatro Principal, antes corral de comedias talaverano, aunque todavía seguían las funciones al aire libre en los jardines del Prado.

Carteleras de los cines de Talavera en la Plaza del Reloj en los años 70

Durante los años veinte, a pesar de que el cine todavía era mudo, fue ganando la partida al teatro, exhibiéndose cada vez más películas y llegando a cerrarse el Cervantes. Hubo otro intento de un nuevo cine al aire libre junto a la iglesia de San Agustín. Se trataba de un cine de verano que se denominaba el “Monumental Moya” pero también acabó cerrando.

La seguridad de estas primeras instalaciones, sobre todo las que estaban en el interior de los teatros, era sumamente precaria. Las medidas de seguridad eran escasas, y más teniendo en cuenta el gran peligro de incendio de aquellas primeras películas. La falta de calefacción y ventilación eran proverbiales, los servicios dejaban mucho que desear y la incivilidad de los espectadores que provocaban altercados, arrojaban objetos desde el “gallinero” o gritaban y alborotaban durante las funciones, hacían a veces toda una aventura acudir al cine.

Unos operarios ponen líneas telefónicas en la Plaza del Reloj. La película anunciada de «La hija del Capitán» es italiana y de 1947

En la segunda mitad del siglo XX son varios los cines de verano existentes en Talavera, donde era habitual que los espectadores llevaran su cena, y así, con una gaseosa en la mano, a la luz de las estrellas y con el suelo de arena, donde a veces hasta se hacían las necesidades fisiológicas más primarias, se disfrutaba del séptimo arte. Entre ellos estaba el popular “Alpargata” situado en la calle Rafael Morales, el más moderno cine del Prado en la calle Banderas de Castilla o el cine de verano de El Calderón.

Otra sala peculiar situada en la calle Cerería fue el cine Marjul que, debido a su innovadora tecnología de techo corredizo, dejaba al descubierto la sala en verano. Entre los cines de invierno debemos resaltar el actual teatro Palenque que fue anteriormente una sala que se adaptó a la nave de la antigua iglesia del convento de los jesuitas, el cine Coliseum de la calle San Francisco decorado como el anterior con algo más de lujo que las salas habituales hasta el momento, y el último de los grandes cines antes de los actuales multicines, el cine del Prado, situado en el paseo de los Arqueros.