EL TAJO DEL SIGLO DE ORO

EL TAJO DEL SIGLO DE ORO

Nuevo capítulo de «Ríos de Historia en el que conoceremos el Tajo en el siglo XVII a través del Plan de navegación de Carduchi y los planos dol archivo municipal de Toledo. Describimos así el Tajo que cantaron Cervantes o Garcilaso.

En esta centuria se acomete un nuevo plan de navegación del Tajo que nos ofrece numerosos datos sobre el río en su recorrido por nuestra comarca. Se trata del Proyecto de Carducci y Martelli y es, después del de Antonelli, el siguiente intento de hacer navegable nuestro río. Se acomete durante el reinado de Felipe IV que, a propuesta de don Luis Bravo de Acuña, solicita a su tía doña Isabel

Talavera representada en el plan de navegación del Tajo de Carduchi
Talavera representada en el plan de navegación del Tajo de Carduchi

que envíe desde Flandes dos ingenieros para que estudien la viabilidad del proyecto. Los ingenieros Luis Carducci y Julio Martelli inician el reconocimiento del curso fluvial en compañía del licenciado Eugenio Salcedo el 24 de Febrero de 1641.  Durante el recorrido se levantan los primeros planos de uno de los proyectos de navegación del Tajo que conocemos. En el Archivo Municipal de Toledo se conserva uno de esos planos dibujado a color y en perspectiva caballera. La planta de estos mismos planos ha llegado hasta nosotros en copia datada en 1859 y trasladada del original que se había hallado en el archivo del  Conde de Cifuentes y que se acompaña de los planos de otros dos proyectos.

La separación definitiva de Portugal de la corona española restó interés al proyecto que perdía así su aspecto estratégico. Por otra parte, la iniciativa coincidió con varios conflictos bélicos interiores y fuera de la península que, unidos a la crisis económica y a la crónica falta de fondos, consiguieron que en este caso ni siquiera llegaran a comenzarse las obras.

Azután con su torre representada en el plan de carduchi
Azután con su torre representada en el plan de carduchi

En el reconocimiento desde Toledo hasta Alcántara se  tardaron dieciocho días de los que cuatro se emplearon en desencallar un barco y en varias paradas de mantenimiento. Hallaron ochenta y seis presas de las que cuarenta y ocho servían a molinos, aceñas y canales mientras que otras treinta y ocho estaban perdidas. Cuarenta y dos canales y chorreras dificultaban también el paso.

En los mapas de este plan de navegación se expresan  las distancias aproximadas entre los obstáculos en leguas con tres decimales. Si la presa sirve figura como Corriente y si se halla en desuso o derruida se señala con la frase “ No corre”. Se reseña además si el azud corresponde a molino, batán (Máquina que consta de unos mazos de madera muy gruesos que mueve una rueda con la violencia y corriente del agua, los cuales suben y bajan alternadamente y con los golpes que dan al tiempo de caer aprietan los paños y muelen las pieles y hacen el efecto que se necesita para tales obrajes, según el Diccionario de Autoridades), aceña (molino hidráulico de rueda vertical ), lavadero (Se refiere generalmente a a los lavaderos ribereños de lana), cañal (cañal es el “cerco de cañas que se hace en las presas de los ríos o en otros parajes angostos de ellos para pescar truchas y otros peces” según el Diccionario de Autoridades) o tejar (pues los grandes tejares necesitaban de agua abundante para amasar el barro de tejas y ladrillos ). En ocasiones, aparece el nombre del propietario de los artificios y también figuran las barcas y otros obstáculos como bajos de arena, chorreras, raudales y ollas o remolinos. Se reflejan de un modo esquemático los puentes, las poblaciones, ventas, casas de los molineros e incluso algunas granjas y ermitas.

Azuda de riego con sus ruedas y canales en el plan de Carcduchi
Azuda de riego con sus ruedas y canales en el plan de Carcduchi

Según Ildefonso Fernández se hicieron nuevas tentativas durante el reinado de Carlos II e incluso se proyectó llevar la navegación con canales desde Aranjuez hasta Madrid y Alcalá de Henares.

Consideraremos como inicio del recorrido por la comarca de Talavera el pueblo de Malpica cabeza del señorío de Valdepusa que hasta el siglo XIV formó parte de las Tierras de Talavera.

En el proyecto de Carduchi aparecen los molinos de Corralejo pero “no sirven” en ese tiempo, la crisis del XVII también se dejó notar en la molinería y son varias las paradas del Tajo que dejaron de funcionar durante ese siglo. Los molinos de Corralejo tienen la peculiaridad de servirse de un brazo del río para mover sus ruedas (fig. 4).

Sí están corrientes y molientes, sin embargo, los molinos del Conde de Oropesa en Cebolla, hoy casi irreconocibles por la construcción de una central eléctrica, y que también sirvieron como batanes. Aparece el edificio molinero con una pasadera de madera para acceder a él desde la orilla, muy frecuente disposición en las aceñas de rueda vertical que debían introducirse en el cauce para afrontar mejor las subidas y bajadas de caudal que dificultaban su funcionamiento por defecto o exceso de hundimiento de las palas en la corriente.

Puente del Arzobispo en el plan de navegación de Carduchi
Puente del Arzobispo en el plan de navegación de Carduchi

Aparecen luego unos “bajos” que se intentan salvar con una “empalizada que se ha de hacer” para aumentar el caudal en uno de los brazos del río (fig. 5). La presa de Montearagón podría corresponderse con la de los antiguos molinos de Merillos de los que actualmente no quedan restos. La desembocadura del Alberche da paso a una zona todavía hoy llena de bajos en la balsa que deja río arriba de su muro la presa de Palomarejos.

En Talavera se dibuja esquemáticamente la ciudad amurallada y los molinos de Arriba en el puente Viejo. No se representan los molinos del primer ojo del puente, tal vez porque no sirvieran en esa época. Los molinos de Abajo se señalan como pertenecientes al monasterio jerónimo de Santa Catalina con la misma presa quebrada que en la actualidad lleva el agua a la central eléctrica. También se dibuja la pasarela típica de las aceñas y otra parada molinera en la orilla opuesta de la que hoy quedan algunos restos de sus dos edificios con dos cubas de molino de regolfo en uno de ellos (fig. 6 ).

Las aceñas del Conde de Oropesa en témino de Torrico
Las aceñas del Conde de Oropesa en témino de Torrico

Nuevos “bajos” y llegando a Las Herencias aparece la granja jerónima de Pompajuela. El pueblo aparece esquematizado y se señala más abajo una “angostura” en el cauce que hoy está oculta por el reculaje del embalse de Azután. Los molinos de Silos presentan una parada en cada orilla. Un canal de Silos y un “cañar de Abana desvaratado” nos sugieren la actividad pesquera en esa zona todavía hoy rica en ictiofauna. También aparece otra “presa inservible de Socalata” y antes de ella dos chorreras desde donde parte la obra más quimérica de este proyecto, un canal que partiendo de aquí evitaría los rápidos furiosos del Tajo situados entre este paraje y la desembocadura del Tiétar. Se trataba de unir el río mediante una “cortadura que será de legua y media” con el arroyo de Alcañizo para a continuación volver al Tajo bajando el Tiétar. Imaginarnos a las barcazas atravesando las llanuras del Campo Arañuelo después de la realización de unas obras comparables con las de un canal transoceánico, no deja de ser un sueño para los medios con que contaba la ingeniería en el siglo XVII (fig. 7).

Aguas abajo de Silos encontramos los molinos de Ciscarros frente a Aldeanueva de Barbarroya y a continuación una “carrera del Rey”. Como hemos visto estas carreras eran obras de semicanalización realizadas para hacer navegable el río y podemos deducir que ésta sería una de las construidas por Antonelli bajo los auspicios del rey Felipe II. Hoy también se oculta bajo las aguas del embalse de Azután como los molinos de Ciscarros y la central eléctrica que se construyó aprovechando su azud[1].

Chorreras y presas arruinadas dan paso a los corrientes molinos de Azután propiedad de las monjas de San Clemente de Toledo señoras del pueblo. En el proyecto del Archivo Municipal de Toledo se dibuja todavía en pie la torre musulmana “del Sultán” que dio origen al nombre de Azután (fig. 2).

El puente construido por el arzobispo Tenorio se puede ver aún con sus dos torres y a continuación los molinos fundados también por él para la financiación del Hospital que daba en la Villafranca servicio a los peregrinos que se dirigían a Guadalupe.

La presa de Calatravilla se encuentra frente a la ciudad de Castros y por delante de los tajamares de su puente que no dibuja Carducci. Sirvió este azud a los molinos que llevan su mismo nombre y que pertenecieron a esa orden. Hoy pueden verse los restos de su edificio típico de aceña de rueda vertical con una pasarela de acceso de mampostería.

Las siguientes aceñas son las del Conde de Oropesa, cuyo edificio permanece hoy en pie con el blasón de la casa de los Álvarez de Toledo junto a las compuertas. Otros molinos también propiedad del Conde de Oropesa, o molinos del Barbo se corresponden con los actuales molinos de Los Rebollos. El molino de Meneses se identifica como la construcción que actualmente se denomina molino de los Capitanes y que se encuentra en término de Valdeverdeja.

El siguiente artificio es el de los Sacristanes que figura en el plano como “de Ramos” y que tiene parada en ambas orillas. Sobre la de la derecha se sitúan hoy los restos de la pequeña central eléctrica  que daba energía a Valdeverdeja y Valdelacasa y que permanece gran parte del año anegada por las aguas del embalse de Valdecañas.

Cerca de la chorrera de Pizarroso desemboca el río del mismo nombre que no se dibuja en el plano y a continuación, junto al castillo,  están los molinos de Espejel que pertenecieron al monasterio de Guadalupe. Cerca de la finca de Bercenuño molía el molino del Barquillo, último artificio antes de llegar a los pilares del Puente del Conde, situado bajo el castillo de Alija que tampoco dibuja (fig. 8 ).

[1] Presa generalmente oblicua a la corriente que desvía el agua para utilizarla en el riego o para mover molinos y otros artificios.