LA LEYENDA DEL ESCUDO DE TALAVERA

LA LEYENDA DEL ESCUDO DE TALAVERA

Escudo de Talavera en la Plaza del Pan
Escudo de Talavera en la Plaza del Pan

El escudo de nuestra ciudad es uno de los más antiguos que se conocen en España. En el siglo XIII, Talavera y Plasencia firmaron una carta de hermandad para defenderse mutuamente de la ciudad de Ávila, que abusaba de su poder militar con las tierras limítrofes. En ese documento aparece ya un sello incompleto que representa un fragmento del escudo en el que se perciben los sillares de los muros de la torre albarrana, uno de los elementos principales del mismo.

Escudo en la entrada posterior del antiguo ayuntamiento que presenta solamente la torre albarrana
Escudo en la entrada posterior del antiguo ayuntamiento que presenta solamente la torre albarrana

En diferentes edificios podemos ver todavía el escudo entero o despiezado. En el que se encuentra en la puerta trasera de la actual Delegación de Servicios de la Junta de Comunidades, edificio que albergó el antiguo ayuntamiento, aparece simplemente una torre albarrana, que es uno de los elementos de nuestro emblema. En este caso podemos datarlo en el siglo XV, y posiblemente Fernando de Rojas pasó muchas veces bajo él cuando era alcalde de la villa y ejercía sus funciones en ese edificio.

Llamadores en forma de toro en las puertas del antiguo ayuntamiento o palacio de los Girón
Llamadores en forma de toro en las puertas del antiguo ayuntamiento o palacio de los Girón

En otros inmuebles se mantienen otros escudos, ya sea por haber formado parte de las antiguas puertas de la muralla, de edificios municipales o de otras construcciones, que podríamos considerar “oficiales”, como el palacio de los arzobispos, señores de la villa.

Escudo de la historia de Torrejón con la alusión a Brigo como fundador mítico
Escudo de la historia de Torrejón con la alusión a Brigo como fundador mítico

El escudo se compone de los dos toros y de la torre albarrana, la más significativa de las estructuras de nuestro recinto amurallado. Se trata de una de esas altas torres construidas entre los siglos XII y XIV, según distintos autores, y que pretendían reforzar las defensas de la ciudad de los ataques de las tropas musulmanas de almorávides, almohades y benimerines. Estas torres son muy características de nuestra ciudad, pues sólo se hallan en algunas fortificaciones como los castillos de Escalona, Mérida o Montalbán además de ser características de la de Talavera. Por todo ello no se deben admitir como correctos los escudos en los que aparece un castillo en lugar de una torre albarrana, como las que hoy podemos ver con su gran arco en las calles Charcón o Carnicerías.

Grabado donde se aprecian las torres albarranas del Charcón
Grabado donde se aprecian las torres albarranas del Charcón

Las dos reses que aparecen se representan a veces dentro y a veces fuera del arco; una entrando y otra saliendo, o las dos saliendo; y pueden ser dos toros o un toro y una vaca, pero siempre son una pareja.

Para los viejos historiadores serían dos las leyendas que explicarían el origen del escudo. Por una parte la que quiere ver el origen del mismo en que Talavera, simbolizada como ciudad por la torre, fue fundada por los romanos que, al igual que Rómulo y Remo hicieron delimitando los límites de Roma, marcaban sus límites como primer ritual de fundación con una yunta de bueyes, que estarían también representados en el escudo por los dos toros. Para defender esta teoría algunos autores antiguos refieren el hallazgo en Talavera de monedas romanas donde figuran toros y castillos.

Escudo despiezado que procede de la Puerta de Cuartos
Escudo despiezado que procede de la Puerta de Cuartos

Además de esta versión romana, conocemos la otra medieval más divulgada entre la población que cuenta cómo Talavera sufría numerosos asedios, y en cierta ocasión en que la resistencia de sus habitantes estaba al límite de sus fuerzas por la falta de víveres, para hacer creer a los árabes que todavía podían resistir hasta la llegada de refuerzos cristianos, soltaron los talaveranos las dos únicas cabezas de ganado que les quedaban, para que así pastaran junto a las murallas. Al ver a los dos toros campando a sus anchas, los árabes creyeron que los talaveranos andaban sobrados de comida y levantaron el campamento, cayendo así en la trampa y abandonando el sitio de la ciudad temerosos de la inmediata llegada de las tropas cristianas de auxilio.

Torre albarrana del escudo despiezado que procede de la Puerta de Cuartos
Torre albarrana del escudo despiezado que procede de la Puerta de Cuartos

Otros han querido ver en los toros el símbolo de los verracos de piedra que esculpía el pueblo vettón que habitaba en nuestro solar hasta la llegada de los romanos. Además de basarse también en la secular vinculación de Talavera con la antiquísima fiesta de toros conocida como de Mondas.

GANADERÍA Y GASTRONOMÍA EN LA JARA

PEQUEÑA HISTORIA DE LA JARA COMO COMARCA GASTRONÓMICAMENTE GANADERA

Piara de cerdos por las dehesas de la comarca
Piara de cerdos por las dehesas de la comarca

Texto que escribí para el libro agotado «La Cocina de las Mujeres de la Jara» . Este libro parte de una idea, la de la difusión de la cocina de la comarca de La Jara por Coral Martín que en recuerdo y homenaje de las recetas que le enseñó Flores, su madre, ha tenido la idea de recoger recetas de las mujeres jareñas para mediante este libro dar a conocer la cultura gastronómica de esta tierra tan desconocida en ese como en otros muchos aspectos.

Nuestra comarca se encuentra entre dos zonas muy claras desde el punto de vista no sólo gastronómico sino también etnográfico, pues también en temas como el de la indumentaria tradicional o el del lenguaje nos hallamos en la línea fronteriza entre las culturas occidentales de repoblación leonesa, que comprende el reino de León y Extremadura, y la zona de la meseta inferior, incluida La Mancha.

Pero primero vamos a hacer un breve recorrido por la base de toda cocina, los productos empleados en ella, que además nos darán una idea de la geografía humana y la historia de la comarca que estamos estudiando.

La Jara es tierra ganadera, como demuestran desde antiguo los restos de animales domesticados en los yacimientos arqueológicos que ya desde la Edad del Cobre nos indican por sus hallazgos la presencia de huesos de diferentes animales. Aquellos primeros agricultores y ganaderos que dejaron como señal de su paso por aquí sus dólmenes, que nos hablan de unas sociedades ya jerarquizadas que practicaban la agricultura y la ganadería produciendo unos excedentes que serían empleados de diferentes maneras, en diferentes guisos que no tenemos porqué pensar fueran sencillos y poco elaborados.

Verraco vettón de Villar del Pedroso
Verraco vettón de Villar del Pedroso

En la Edad del Hierro, poco antes de que llegaran los romanos, el pueblo vettón recorría con sus ganados aquellas primitivas cañadas que luego comenzaría a regular el poderoso y Honrado Concejo de La Mesta cuyos jueces entregadores recorrían también las cañadas y cordeles jareños por donde circulaban las ovejas merinas y juzgaban severamente las incursiones de nuestros agricultores en las milenarias vías pecuarias.

Esos primeros “trashumantes” que fueron los vettones, hace dos mil años ya, dejaron sus verracos, esculturas pétreas de cerdos o de toros con los que pretendían proteger a sus hatos y para ello los colocaban muchas veces como puertas de los corrales de sus castros, a modo  de grandes amuletos que ahuyentaran todo mal de su principal sustento. Nuestra gran comarca, desde el Tajo hasta el Guadiana, desde el Pusa hasta el Ibor siguió siendo tierra ganadera también con los romanos, que calzaron los viejos caminos prehistóricos y construyeron puentes, fuente de riqueza por el trasiego de ganados que durante la Edad Media atravesaban nuestras grandes dehesas. Un territorio que no olvidemos pertenecía a la Lusitania, región en la que los romanos nos colocaron y que más tarde serían las extremaduras, de donde proceden muchas huellas que yantar gastronómicas de esa nuestra vecindad bellotera.

También en las villas romanas encontradas se han hallado huellas de

Calco de un grabado de la Edad del Bronce de El Martinete en el río Jébalo. Representa la cabeza de un ciervo
Calco de un grabado de la Edad del Bronce de El Martinete en el río Jébalo. Representa la cabeza de un cérvido

la actividad ganadera que luego continuarían los pueblos visigodos que se extienden por los muchos asentamientos rurales que se extienden por el territorio. La Jara estuvo poblada en época musulmana por aguerridas tribus bereberes que integraban también las fuerzas que desde las torres, castillos y fortalezas de Talavera, Alcaudete, la Ciudad de Vascos, Azután, Castros, Espejel o Alija protegían la línea defensiva del Tajo de las incursiones de los cristianos. Estos pueblos del norte de África eran además gentes dedicadas especialmente a la ganadería que aprovecharon también sin duda los buenos pero efímeros pastos de La Jara para criar el cordero que entonces y hoy día es la carne más consumida por los moros, como conocemos realmente a esos pueblos del Magreb que tenían una cultura también gastronómica muy diferente a la de los árabes propiamente dichos. Los ajuares de cocina más completos los encontramos en la ciudad hispano musulmana de Vascos, en cuyas viviendas excavadas se han hallado ollas, cazuelas, tapaderas, anafes, platos para hacer pan etc…aunque también se han encontrado en las viviendas más pudientes restos de los recipientes de cerámica utilizados en la mesa, como ataifores y jofainas para los sólidos y jarros, jarras y redomas para los líquidos. Tinajas y orzas servían tanto para contener el agua como para guardar los alimentos sólidos, al igual que los silos excavados en el suelo granítico de algunas viviendas. Muchos son también los molinos de mano que se han sacado en las excavaciones, destinados a moler el grano para hacer el pan en cada casa y a veces los cereales y leguminosas que se echaban al ganado. Cencerros, herraduras o tijeras de esquilar nos orientan sobre la actividad eminentemente ganadera de la ciudad jareña musulmana, lo que sin duda se traducía en una dieta en la que la leche, el queso y el ganado ovino y caprino habrían sido fundamentales.

Cuerno y cuzarro de corcho pastoriles para la elaboración del gazpacho
Cuerno y cuzarro de corcho pastoriles para la elaboración del gazpacho

También para los judíos que sabemos había en nuestra tierra el cordero es no sólo alimento para el cuerpo sino también para el alma, su cordero pascual, que a su vez es también símbolo de Cristo, el cordero místico. Y no sólo une el cordero como alimento a las tres culturas, sino que también une a las dos mesetas, pues es manjar común a ambas castillas.

La Jara se convierte en los tiempos de la Reconquista en una tierra de nadie, tierra insegura que solamente se atreven a poblar gentes que puedan huir rápidamente en un momento dado, llevándose con ellos su medio de vida, como son sobre todo los colmeneros y más tarde los ganaderos. La Cañada Leonesa Oriental atraviesa nuestro territorio por lo que, como hemos dicho, seguiremos viendo durante esos siglos circular millones de cabezas de ganado que aprovecharán los pastos jareños camino de Extremadura en invierno o de Castilla y sus sierras en verano.

El mercado de ganados de Talavera, capital histórica de La Jara, ya es una realidad desde el siglo XIII pero probablemente el rey Sancho IV lo único que hace es certificar la existencia de un trasiego y comercio ganadero mucho más antiguo.

Ganado representado en el panel de azulejos de San Antonio Abad en Piedraescrita en cerámica talaverana del siglo XVI

FOTOS ANTIGUAS DE LA ESTACIÓN DE AUTOBUSES

FOTOS ANTIGUAS DE LA ESTACIÓN DE AUTOBUSES

Estación de autobuses a finales de los sesenta
Estación de autobuses a finales de los sesenta. En la esquina una tienda de repuestos. Algunos azulejos decoraban la fachada

 

 

En fotografías antiguas podemos ver cómo a principios del siglo XX paraban coches de viajeros en la plaza del Reloj, también décadas más tarde camiones y autobuses paraban en el entorno de la Plaza de España. Pero es a mediados del mismo siglo cuando se construye la estación de autobuses.

El solar donde actualmente se sitúa el Corte Inglés y el hotel,  en cuyo sótano se sitúa la actual estación, estuvo la primitiva estación de autobuses.

La estación fue el centro neurálgico de la ciudad durante los boyantes años setenta con los edificios cercanos de la cafetería Tresku, la Bombonera, que permanecía abierto 24 horas, el hotel Arellano etc…

El edificio oscuro del fondo es el de Tresku, todavía hoy en pie, la estación de autobuses en color crema, enfrente el aparcamiento de la Bombonera. más acá el hotel Arellano luego ocupado su solar por "las Marys". En primer plano la gasolinera de González y Morales y enfrente el kiosco neo mudéjar donde se vendían entradas para espectáculos taurinos y otros.
El edificio oscuro del fondo es el de Tresku, todavía hoy en pie, la estación de autobuses en color crema, enfrente la Bombonera. más acá el hotel Arellano luego ocupado su solar por «las Marys». En primer plano la gasolinera de González y Morales y enfrente el kiosco neo mudéjar donde se vendían entradas para espectáculos taurinos y otros.

Las gentes que entonces llegaban al reclamo comercial de Talavera, tratantes, ganaderos y las gentes del trapicheo talaverano tenían en la zona su punto de encuentro, así como otras gentes como trileros, algún timador en busca del paleto incauto y otros  que buscaban encuentros sexuales de todo tipo.

La estación de autobuses y el hotel Arellano.

Según entrabas por la puerta principal de viajeros, situada en la fachada sur, dando a la carretera de Madrid, hoy avenida de Extremadura. A la entrada se situaba a la izquierda la cafetería también centro de encuentro de viajeros y transeúntes. Enfrente la tienda cerámica y flores de Caballero y la papelería de Ramiro Gómez.

La estación vista desde el edificio de La Paz en construcción. Se ven los hangares, los talleres a la izquierda y la caseta de control a la salida
La estación vista aérea de la estación. Se ven los hangares, los talleres a la izquierda y la caseta de control a la salida

Luego se accedía al hall, donde se encontraban las taquillas y la consigna con un ir y venir de gentes incesante. Además había una peluquería, una tienda de dulces, gestoría, una tienda de lotería, Radio América, Kazán y otros establecimientos que no recuerdo. En los pisos superiores se situaba el hotel y salones donde se daban comidas de diferentes eventos.

Vista aérea en la que se ve el edificio de La paz en construcción y la estación de autobuses detrás, al fondo, al otro lado del paseo de los arqueros el cine del prado hoy desaparecido
Vista aérea en la que se ve el edificio de La paz en construcción y la estación de autobuses detrás, al fondo, al otro lado del paseo de los arqueros el cine del prado hoy desaparecido

Luego se accedía a los andenes donde Sepulvedanas, Doaldis, Auto Res, El Galiano, la Campillana, la jareña y otras muchas «rápidas» y «empresas» daban servicio a nuestra gran comarca antes de que nos la desguazaran. A la salida de los autobuses había una garita de control que se ve en alguna de las fotos que adjuntamos.

Avenida de Toledo. A la derecha la fachada oriental de la estación de autobuses
Avenida de Toledo. A la derecha la fachada oriental de la estación de autobuses
Los autobuses en los andenes de la estación
La estación de autobuses desde el oeste. Todavía no se ha construido el edificio de Telefónica cuyo solar se ve en primer plano en la calle Muñoz Urra
Andenes de la estación de autobuses

OLIVARES DE LA JARA

OLIVARES DE LA JARA

Artículo aparecido en 1998 en el que se recrea la vida en los pueblos de La jara en la época de la recogida de aceituna. Fue escrito hace casi veinte años y algunas cosas han cambiado, como la creciente despoblación o la presencia de inmigrantes cogiendo la aceituna

Olivares en La Jara, La Nava de Ricomalillo
Olivares en La Jara, La Nava de Ricomalillo

El invierno ha cubierto de escarcha las rañas y las barreras, los pueblos cada vez más desiertos de La Jara adquieren una animación inusual, “pa la aceituna” vuelven incluso los hijos del pueblo que marcharon a Madrid o a Barcelona para así ayudar en las faenas del olivar y poder sacar un dinerillo que viene bien a sus ajustadas economías. A veces basta con sacar aceite “ pal gasto” de la casa y poder así recordar a su tierra cuando se aliñen la “ensalá” o se frían un huevo de esos de corral  que les han guardado los abuelos .

Es tiempo de recogida, vuelve la vida a La Jara, por los caminos de piedra y tierra “colorá” van saliendo los jareños hacia los olivares. Unos llevan con mucho cuidado el utilitario que la emigración les permitió comprar y con el que pueden volver al pueblo en las fiestas y algún fin de semana, otros, que consiguieron permanecer en esta tierra dura, han conservado el borriquillo o la mula que les siguen haciendo “buen apaño” para “ la poca labor”  que todavía mantienen.  Los cascos de las caballerías van rompiendo el hielo de los charcos y pisoteando los trampales las gentes adormiladas se dispersan por los olivares “ pa sacarse los cuatro jornalillos” que da la aceituna y que todavía pueden a duras penas mantener en los pueblos a sus habitantes. Mire usted, si no fuera por las olivas ya no quedaban aqui na más que los viejos. Los viejos tractores llevan a los aceituneros en los remolques, las mujeres hablando y riendo, algunos de los jóvenes van adormilados intentando despejarse de “ los medios” que se tomaron la noche anterior. Uno de ellos incluso se ha quedado dormido “arregostao” en las mantas y las varas.

Este año hay buena cosecha, ha llovido a su tiempo y ni los aires ni los pedriscos “han tirao” la aceituna. Pero habrá que trabajar duro, la abundancia de fruto ha bajado los precios y tendrán que llenar muchos sacos para conseguir el dinerillo que ayude a ir tirando un año más arraigados a la tierra que hasta se permite en estas fechas atraer trabajadores de otras latitudes, como las cuadrillas de gitanos que en sus grandes furgonetas llegan en invierno para sacarse unos jornales duros pero libres, o para ir “al rebusco” del fruto que quedó en el suelo.

Aceitunas de los olivares jareños
Aceitunas de los olivares jareños

El olivo es un árbol noble, sagrado para algunas civilizaciones que prohibían cortarlos. Durante la Guerra de la Independencia una de las actitudes de los franceses que más odio provocó entre nuestras gentes fue la tala brutal del olivar que entonces rodeaba a Talavera. Durante la represión de los gabachos en nuestra ciudad rompieron tantas zafras y tinajas que el aceite corría por las calles dejando durante semanas al caserío invadido por  su olor característico.

El olivo ofrece mucho y pide muy poco a cambio. Después de la recogida de la aceituna habrá que podar las olivas, miles de pequeñas columnas de humo se levantaran en los limpios y azules cielos invernales de La Jara cuando se queme “el ramón” para que el barrenillo no encuentre en las muertas ramas lugar donde multiplicarse. También habrá que limpiar y labrar las empinadas barreras donde las mulas o los tractores deben desafiar a la gravedad provocando no pocos accidentes por el vuelco de las máquinas.

Las cooperativas con su moderna maquinaria han sustituido a los antiguos lagares de rulo o de viga. Al menos ya no se llevan los italianos la mayor parte del beneficio vendiendo el aceite jareño como si se tratara de aceite siciliano.

Al atardecer, largas colas de olivareros con los sacos de pienso o de abono repletos de aceituna esperan a la puerta de las almazaras para pesar y entregar su fruto saliendo después sonrientes con un papelito que da fe de los kilos de aceituna recogidos que luego serán molturados para dar ese magnífico aceite que desgraciadamente llevará la denominación de “Montes de Toledo”, una denominación vergonzosa para nuestra tierra y que vuelve a olvidar la propia identidad de La Jara.

Olivares de Belvís

Tanta es la aceituna molida que los arroyos se teñían de negro todos los inviernos por  el «alperchín»  que corría por ellos, hasta que se excavaron balsas de sedimentación que lo almacenara para no perjudicar así los ecosistemas fluviales de los riachuelos jareños. No quiere el olivo manchar ese suelo que él mismo retiene con sus raíces impidiendo la desertización. El olivo lucha contra el desierto porque no se vaya el suelo, porque no se vayan las gentes que producen ese delicioso aceite que a duras penas mantiene con vida a estos pueblos, ese verde fluido que hoy por hoy es la sangre de La Jara.

LA RECONQUISTA DE TALAVERA

Azulejería talaverana del siglo XVI representando a Santiago matamoros
Azulejería talaverana del siglo XVI representando a Santiago matamoros

LA RECONQUISTA DE TALAVERA

Un nuevo capítulo de «Ríos de Historia» sobre las vicisitudes que llevaron a la conquista de talavera por Alfonso VI

La situación del reino taifa de Toledo bajo el reinado de Al-Qadir se había ido deteriorando de tal manera que estaba siendo atacado por todos los reinos árabes colindantes, mientras se producían además continuas sublevaciones en la ciudad. Tan mala era la situación, que el rey moro se vio obligado a pagar a Alfonso VI una gran cantidad de dinero y a cederle algunas de las fortalezas de su reino. Para algunos mediante un pacto final y para otros mediante una ocupación militar, el reino de Toledo pasó en fin a manos del rey castellano.

Los árabes habían fortificado todo el valle del Tajo para evitar el avance de los cristianos hacia Al-Andalus. Para llegar a conquistar Toledo sin dificultad, Alfonso VI debía favorecer el avance de sus tropas e impedir sorpresas desde el oeste, neutralizando los castillos y ciudades fortificadas que se repartían a lo largo de sus riberas. La más importante de todas ellas era Talavera, defendida con sus imponentes murallas, admiración de todo A l -Andalus, y hacia ella debía dirigir sus esfuerzos.

En-la-zona-de-los-altos-de-Canturias-se-elevaba-uno-de-los-castillos-que-defendían-el-Tajo-del-avance-de-los-cristianos
En-la-zona-de-los-altos-de-Canturias-se-elevaba-uno-de-los-castillos-que-defendían-el-Tajo-del-avance-de-los-cristianos

Pero antes se hizo con castillos como el de Canturias, cerca de Las Herencias, Castros, aguas abajo de Puente del Arzobispo y otros como Espejel o Alija, situados ya en La Jara que hoy es extremeña. También atacó el rey Alfonso otras fortalezas en Alamín, Madrid, Maqueda o Zorita, durante toda una serie de operaciones militares que duraron en total unos siete años. En el interior de la Talabira árabe contaban además los castellanos con la ayuda inestimable de los mozárabes, cristianos que durante varios siglos de convivencia habían asimilado muchos aspectos de la cultura musulmana, pero conservaban sus creencias religiosas y estaban siempre dispuestos a ayudar en la reconquista de la villa para el reino de Castilla y León. Cuentan las crónicas que los mozárabes montaron varias algaradas durante el asedio a Talavera de Alfonso VI, para facilitar así el asalto de los cristianos que, según la tradición, se inició por uno de los pequeños portillos de la muralla, debiendo además los cristianos salvar en algunas zonas el foso que se inundaba con agua del Tajo mediante un sistema construido por los árabes.

Probablemente la Ciudad de vascos fue abandonada o desalojada tras la reconquista de talavera
Probablemente la Ciudad de vascos fue abandonada o desalojada tras la reconquista de talavera

La fuerte Talabira, la primera en importancia entre las ciudades del reino de Toledo, fue conquistada en noviembre del año 1083, aunque otros autores defienden que la toma se produjo después de haber caído la propia Toledo en poder de Alfonso VI en 1085. La ayuda de los mozárabes, que constituyeron una numerosa comunidad en la Talavera medieval, sería luego premiada por el rey, que les permitió ocupar la parte del caserío que antes pertenecía a los musulmanes acomodados, es decir la parte de la villa situada en el interior del primer recinto amurallado. Este colectivo pudo mantener su antiguo fuero para impartir justicia y su parroquia de referencia era la de Santa María, que más tarde sería Colegial. Los caballeros castellanos recién llegados con las huestes del Rey celebraban sus juicios en el pórtico de la iglesia de El Salvador de los Caballeros, llamada así precisamente por esa razón.

-Murallas del alcázar talaverano con la barbacana y la zona que se inundaba en los asedios. Portillo para acceder a la barbacana y al agua.JPG
-Murallas del alcázar talaverano con la barbacana y la zona que se inundaba en los asedios. Portillo para acceder a la barbacana y al agua.JPG

Durante los primeros años posteriores a la reconquista, Talavera fue administrada desde el alcázar por varios gobernadores militares. El primero de ellos se llamaba Sancho del Carpio y murió ejecutado por orden de Raimundo de Borgoña, conde gobernador de Ávila, al no haber sabido defender la villa y el paso del Tajo en un ataque posterior de los árabes que afectó a los habitantes de Gredos y al valle del Tiétar. Talavera había sido conquistada por los cristianos, pero seguiría sufriendo el asedio y los ataques de los árabes hasta la batalla de Las Navas de Tolosa en 1212, e incluso algunas razzias esporádicas después de esa fecha clave, en la que la frontera entre los dos bandos pasó del Tajo al Guadiana.

RUTA DE LAS CAÑADAS DE OROPESA

RUTA DE LAS CAÑADAS DE OROPESA

Una de las propuestas de mi libro agotado «Rutas y Senderos de Talavera y comarcas» para conocer la red viaria trashumante de CampoArañuelo y el patrimonio de Oropesa

Venados en las dehesas de La Corchuela
Venados en las dehesas de La Corchuela

Las llanuras del Campo Arañuelo se hallan surcadas por numerosas cañadas y cordeles de la antigua trashumancia. En la ruta de hoy  recorreremos algunas de las principales.

RUTA DE LAS CAÑADAS DE OROPESA
RUTA DE LAS CAÑADAS DE OROPESA

Partimos de la base del cerrete sobre el que se asienta Oropesa en su zona este, y después de cruzar la autovía de Extremadura y la carretera de Oropesa a Candeleda, hacemos un trecho de unos cinco kilómetros de llanos cerealistas sin apenas arbolado aunque el paseo resulta agradable por la vista al norte de la mole de Gredos. Llegamos a una bifurcación de la cañada y tomamos el ramal de la derecha para dirigirnos hasta el pueblecito de La Corchuela donde nos detendremos junto al monumento de Fray Juan de los Angeles, personaje nacido en este lugar y conocido por sus escritos místicos. Allí mismo, junto a una antigua fuente que saciaba la sed de pastores y ganados trashumantes  que cruzaban estas cañadas podemos descansar en una zona de recreo agradablemente preparada por la Escuela Taller de Oropesa. Vale la pena también echar un vistazo a la antigua iglesia con una buena imagen del venerado Cristo de la Humildad.

Numerosos nidos de cigüeña en La Corchuela, junto al arroyo de Alcañizo
Numerosos nidos de cigüeña en La Corchuela, junto al arroyo de Alcañizo

Tomamos a continuación la cañada que en dirección oeste se dirige a las Ventas de San Julián. A la derecha discurre, entre fresnos y alcornoques, el arroyo de Alcañizo con numerosos rincones donde detenernos y disfrutar de la amenidad de sus bosquecillos de ribera. No es extraño que se nos cruce en el camino alguna manada de venados,  que veamos numerosos anidamientos de cigüeña en algunos secos alcornoques o que nos sobrevuelen las rapaces, milanos principalmente pero puede que también algún águila imperial. En la época de las migraciones no es extraño contemplar verdaderas nubes de paloma torcaz que junto con los conejos que continuamente se cruzan en nuestro camino hacen de ésta una zona de caza abundante.

Calvario en el camino del cementerio de Ventas de San Julián
Calvario en el camino del cementerio de Ventas de San Julián

Llegamos al fin a  Las Ventas de San Julián que, como su nombre indica, es un lugar formado en torno a unas antiguas ventas que,  como en La Corchuela, daban servicio a ganaderos y trajinantes. Aquí podíamos hasta hace poco adquirir un rabel labrado en raíz de fresno, un mortero o una cinta de música popular grabada por el mismo pastor artesano que fabricaba los rabeles. No debemos seguir nuestro camino sin subir hacia el cementerio donde se encuentra un bonito calvario, único en estas latitudes por la imagen de Cristo esculpida en la cruz. Seguimos en dirección a poniente hasta llegar al límite de provincia, donde todavía se encuentra una antigua venta habitada por el ventero que os puede relatar aventuras de los trashumantes, El Venturro se llama.

Fresnedas del arroyo de San Julián y al fondo el pico Almanzor
Fresnedas del arroyo de San Julián y al fondo el pico Almanzor

Como quiera que el recorrido es largo, aquellos que lo realicen en bicicleta o a pie pueden dividirlo en dos jornadas pernoctando en el camping del Embalse de Rosarito rodeados de robles y fresnos e incluso practicando la pesca, el piragüismo o dándose un chapuzón. Otra alternativa es pasar la noche en las zonas de acampada situadas en las orillas del Tiétar, en la zona conocida como las Máquinas de Monteagudo por las ruinas todavía en pie de una antigua fábrica de harinas movida por energía hidráulica. A esta zona se accede desde La Corchuela y es privilegiada para los que gusten de la pesca de la boga y el barbo en primavera.

Desde El Venturro volvemos por otro ramal de la cañada hasta la bifurcación que dejamos al comienzo de nuestro periplo mesteño. El trayecto alterna los encinares con los huertecillos,  saucedales y choperas de los arenosos y numerosos arroyos que cruzan estas llanuras y que en primavera con sus espinos, sus robles y fresnos nos ofrecen lugares amenos y encantadores.

Portada de la iglesia parroquial de Oropesa
Portada de la iglesia parroquial de Oropesa

OROPESA MONUMENTAL

En el recorrido de hoy no todo es naturaleza, en Oropesa podremos degustar en el Parador Nacional y en otros establecimientos su exquisita gastronomía. El marco del Parador ya es en sí un atractivo. El antiguo palacio de los Alvarez de Toledo fue contruido por el que fue IV Virrey del Perú. Oropesa merece callejear por ella visitando el castillo anejo al parador, los restos de las murallas, la plaza con su curiosa torre del reloj, la casa del Santo Alonso de orozco. La portada plateresca de la parroquia de nuestra Señora de la Asunción. El antiguo colegio universitario de los jesuitas, que también dejaron en Oropesa la iglesia de San Bernardo llamada «de la Compañia». La ermita de la Virgen de Peñitas, el antiguo ayuntamiento gótico, los conventos…etc . Un patrimonio que sería prolijo detallar aquí, y del que hablaremos otro día pero sobre el que podréis conseguir folletos en el ayuntamiento que además ha señalizado en el casco urbano una ruta sencilla para conocer el rico patrimonio de la capital de «la Campana».

SAN JUAN BAUTISTA EN AZULEJERÍA TALAVERANA

SAN JUAN BAUTISTA EN AZULEJERÍA TALAVERANA

San Juan Bautista en azulejería del siglo XVI en Piedraescrita

Es considerado el último profeta y el precursor del Mesías que anuncia su llegada. Se considera también por ello como el vínculo entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Fue predicador, llevaba vida ascética en el desierto y bautizaba en las aguas del Jordán a aquellos que venían a él en actitud de penitencia. Los datos que a través del evangelio se conocen sobre el Bautista son escasos, aunque también habla de él el historiador Josefo y el Corán. Es incluso venerado en Irak por los mandeos que le consideran el mayor de los profetas y fundador de su religión

Una de las escenas de su vida más representadas es el anuncio a su padre Zacarías de su nacimiento, otra de ellas muestra el momento en que su madre Isabel, prima de la Virgen, sabe por inspiración divina que su hijo será Juan. Otro momento apócrifo de su vida es en el que aparece él y su familia huyendo al desierto y en otra escena acompañando a la Sagrada Familia. A veces aparece como uno de sus símbolos un panal, ya que según el evangelio se alimentó en el desierto de miel y saltamontes.

San Juan Bautista bautizando a Cristo en azulejería talaverana del siglo XVI enPiedraescrita

Otros momentos relacionados con la vida del santo son la Visitación de la Virgen a su madre Santa Isabel y el bautismo de Cristo, representado en la ermita de Velada y en Piedraescrita, iglesia que como veremos cuenta con la más variada iconografía del santo. También ha sido pintada en muchos casos Salomé con la cabeza del bautista sobre una bandeja o simplemente la cabeza expuesta. En Piedraescrita aparece en el momento en que va a ser decapitado y Salomé aguarda con la bandeja para recoger la cabeza, como podemos ver en la imagen adjunta.

Juan recrimina a Herodes Antipas su unión incestuosa con la esposa de su hermano Herodías. Se trata de Salomé que, para convencer a Herodes de que tome venganza contra el Bautista, baila ante el rey consiguiendo que ordene cortar la cabeza al profeta.

Decapitación de San Juan bautista en la iglesia de Piedraescrita en un panel del siglo XVI

Pero la imagen más habitual del santo es como la que puede verse en un panel de azulejos de la ermita de la Virgen del Prado. Está situado junto a la entrada de la fachada norte, al final de los paneles sobre la genealogía de Cristo. Suele aparecer vestido con una piel de pelo de camello y con aspecto demacrado y macilento, y además acompañado del cordero crucífero, el Agnus Dei con la cruz de báculo largo con travesaño corto que es símbolo de su profecía en el momento en que dice al bautizar a Jesús: “He aquí el cordero de Dios”. Está representado así también en uno de los pequeños paneles que se encuentran sobre las columnas del pórtico, además de en la ermita de Cervera, en la iglesia de Lanzahita o en la de Piedraescrita. Otros símbolos suyos son el libro que lo acredita como profeta y la concha del bautismo. Los baptisterios de muchas iglesias están dedicados a él por su vinculación al bautismo.

Panel de azulejos del siglo XVI enmarcado en ferronerie situado en el pórtico de la ermita de la Virgen del Prado

En Candelada aparece siendo un niño en compañía de su padre Zacarías

Es el único santo del que la iglesia celebra su nacimiento, junto a la Virgen y Jesucristo, concretamente el 24 de Junio. Es fecha llena de rituales paganos precristianos por ser el día del equinoccio de verano. Por ejemplo, el que hacía que antiguamente se quemaran ese día los animales muertos para que los dragones no aumentaran su voluptuosidad y no arrojaran su semen sobre la tierra, lo que causaba grandes mortandades y de ahí las hogueras que se encienden ese día.

Azulejería del siglo XVII que representa a San Juan Bautista en la ermita del Prado de Talavera

Es protector contra la epilepsia, las enfermedades infantiles, los espasmos, el vértigo, el granizo, el temor y el delirio del baile, así como también es patrono de arquitectos, toneleros,  peleteros, guarnicioneros y talabarteros

Panel de azulejos en un frontal de la iglesia de Lanzahita que representa a San Juan Bautista con el Agnus Dei

DESTROZANDO EL PERFIL DE TALAVERA EN LA ORILLA DEL TAJO

EL PERFIL PERDIDO DE TALAVERA EN LA ORILLA DEL TAJO

Postal de camino con el viejo perfil del río en el que se ven torres desaparecidas de varias iglesias

Cuando hace unos días conocí el nuevo bodrio que se quería perpetrar en Talavera urbanizando la zona entre el claustro de la Colegial y la Ronda del Cañillo , incluido  un aparcamiento que pueda afectar a los restos arqueológicos sin duda prometedores de la zona, pensé que se da con ello la puntilla a ese hermoso perfil urbano y fluvial de nuestro Tajo a su paso por la ciudad.

Otra vista con las antiguas viviendas de una planta

Siempre he defendido que su histórico perfil es lo más parecido que existe al de la ciudad de Córdoba con su Guadalquivir,  su puente, romano, su muralla, el remate octogonal en la cúpula tanto de los jerónimos de nuestra ciudad como  de la catedral de la ciudad de los califas, a la que siempre fue leal Talabyra en contraposición con Toledo siempre levantisca contra el califato. Hasta tenía Talavera un paralelismo con Córdoba en la albolafia, la gran rueda movida por el río que tenía su semejante en otra rueda de arcaduces que nuestra ciudad tenía en la llamada torre de Nazar, aproximadamente frente a las dependencias actuales de Correos en ronda del Cañillo.

Perfiles urbanos de Talavera y de Córdoba

Todavía conservamos algunas imágenes de gran valor sobre este perfil Talaverano, que por otra parte es el que han pintado o retratado con más frecuencia los viajeros que han pasado por nuestra ciudad. En primer lugar, el dibujo de Van der Wingaerde del siglo XVI en el que todavía vemos la mayor parte de las torres de las murallas y muchos tramos de sus lienzos,  y la torre de Nazar. Otros dibujos nos ayudan a visualizar ese perfil con elementos perdidos como la puerta del Río. Algunos están demasiado idealizados o son más tardíos, como aquellos del siglo XVIII en los que aparece la casa de la Hilanza de las Reales Fábricas de Seda.

Dibujo de Enrique Reaño sobre foto de Clifford del siglo XIX

La fotografía de Clifford, la más antigua de Talavera, representa también ese perfil y en él se pueden visualizar todavía torres de iglesias hoy desaparecidas como la de San Pedro, Santa Leocadia o San Clemente.

Varias fotografías de Ruiz de Luna son valiosísimos testimonios de la antigua belleza de esa parte de nuestra ciudad con las murallas lamidas por el río y las torres de la muralla que aún se conservaban en buen estado en los años 20 del pasado siglo.

Fotografía de Ruiz de luna de principios de siglo con la muralla lamida por el Tajo

El perfil se mantiene  hasta los años 60, cuando todavía se conservaban las pintorescas casitas de una sola planta que deberían haber mantenido sus alturas de un solo piso permitiendo así que se percibieran los arbotantes y los muros de la Colegial y los claustros de San Jerónimo y la mal llamada Casa de los Canónigos que también estamos consiguiendo destruir por perpetuo abandono.

Los restos de muralla no se reconstruyeron, sino que se convirtieron en la Ronda del Cañillo cuando sobre ellos echaron toneladas de escombros sin buscar alternativas a ese trazado.

En los años 70 se construye el primer petardo de horroroso ladrillo visto que se levanta con sus cinco plantas a mayor gloria de la fealdad y deterioro de un perfil histórico que debería haberse mantenido. Junto a él se ha erigido otro monumento al disparate con ese viejo truco de construir un piso más simulando que son áticos para mayor beneficio de promotores y con las autoridades urbanísticas mirando para otro lado. También es de dudosa estética el bloque que hace esquina en la rotonda frente al puente de Hierro.

Edificio de 5 alturas que se eleva junto al río tapando la Colegial

Pasamos así con la connivencia de sucesivos ayuntamientos de diferente color a destrozar ese perfil que debería ser seña de identidad de Talavera.  Hay otros petardos que podríamos reseñar como la ferralla pintada de minio gris que asoma como monstruo férreo por encima de los muros del museo etnográfico, en el que tambiénse  podría haber restaurado el muro de ladrillo junto al panel de cerámica de los pescadores, más parecido a la cerca de una cuadra que a la de un museo.

Otro de los edificios de escaso gusto estético que desentona con el perfil urbano de Talavera

En fin, como siempre el dinero y el mal gusto han vencido sobre el necesario cuidado que se debe tener con el patrimonio de una ciudad que, siendo la segunda en patrimonio de Castilla-La Mancha, podría ser mucho más hermosa y atrayente para los vecinos y turistas pero como siempre, no hay nadie al volante.

La ferralla del museo sobresale por encima del deteriorado y feo muro del museo

EL MOLINO DE MUROS ADENTRO

EL MOLINO DE MUROS ADENTRO

Nuevo capítulo de mi libro agotado»Los Molinos de Agua de la Provincia de Toledo» en el que comenzamos a conocer la maquinaria de los molinos

Interior de un molino en Almendral de la cañada sobre la garganta Torinas
Interior de un molino en Almendral de la cañada sobre la garganta Torinas

Hasta ahora hemos ido conociendo la tipología molinera en función de las presas, los canales y los receptores hidráulicos pero, ya en el interior del molino, los elementos básicos son comunes a todas las formas descritas, con la excepción ya comentada de los engranajes necesarios para transformar en horizontal el movimiento vertical en el caso de las aceñas y en el de las ruedas gravitatorias. Vamos a referirnos a los molinos de agua tradicionales, ya que si nos introducimos en el mundo de las fábricas de harina, la complejidad tecnológica de las maquinarias nos haría entrar en el campo de la arqueología industrial más que en el de la etnografía (Foto 11). Seguir leyendo EL MOLINO DE MUROS ADENTRO

EL TAJO COMO CLOACA MEDIEVAL

EL RÍO COMO CLOACA MEDIEVAL

Alcantarilla romana desembocando en el lienzo de muralla que aún se conserva junto al Puente de Hierro
Alcantarilla romana desembocando en el lienzo de muralla que aún se conserva junto al Puente de Hierro

Ya hemos comentado las normas para evitar en lo posible las molestias de los vertidos de la pescadería, pero en la Edad Media, como ahora, el río era el destino de toda la suciedad de la población. El carnicero y los triperos también tenían un lugar determinado para arrojar sus desperdicios, “logar donde vazíe los vientres e tripas de las reses e ganados…que sea sin perjuicio”

Esta fotografía de unas tenerías marroquíes nos da idea de la suciedad que supone esta actividad
Esta fotografía de unas tenerías marroquíes nos da idea de la suciedad que supone esta actividad

Las tenerías eran los lugares donde se curtían las pieles, una actividad muy sucia y maloliente que también se situaba en general en las cercanías del río. Podemos ver todavía las que se conservan en el actual museo etnográfico, que fue lagar de los jerónimos posteriormente, otra actividad también sucia que se situaba junto a las corrientes para arrojar los alpechines. Los cueros se debían lavar de la desembocadura “de la Portiña Ayuso”, es decir en la zona entre el actual instituto Ribera del Tajo y la Universidad.

Lagar de los jerónimos blanqueados en primer plano en una foto de Blanco y Negro de 1969
Lagar de los jerónimos blanqueados en primer plano en una foto de Blanco y Negro de 1969

A finales del siglo XV se escribe La Celestina por el que luego sería alcalde de Talavera, Fernando de Rojas, y para los que gustamos de imaginar a Talavera como escenario de la obra universal hay dos pasajes con referencias fluviales que nos lo sugieren: Dice Pármeno cuando habla de Celestina: “Tiene esta buena dueña al cabo de la ciudad, allá cerca de las tenerías, en la cuesta del río, una casa apartada, medio caída, poco compuesta y menos abastada” Como acabamos de ver, junto a las riberas del Tajo se encontraban entre otras las tenerías de los jerónimos. Otro pasaje de La Celestina habla de que desde una torre, que podía ser cualquiera de las albarranas, entre las cuales Rojas disfrutó concretamente de la torre cercana al Arco de San Pedro, se observaban los “navíos del río”. Y sabemos que hasta mediados del siglo pasado había en Talavera pescadores fluviales.

Foto de Ruiz de Luna de la calle Carnicerías en la que se ven los albañales de Talavera, tan criticados por viajeros de todas las épocas
Foto de Ruiz de Luna de la calle Carnicerías en la que se ven los albañales de Talavera, tan criticados por viajeros de todas las épocas

También a finales de la Edad media hay referencias a la suciedad de las calles talaveranas y a los albañales que discurrían por las calles de Talavera y a los que hacen referencia muchos de los viajeros que pasaron por aquí. Cuando corrían todas acababan en el Tajo, en La Portiña o en lagunas absolutamente insalubres que se formaban en diferentes lugares de la villa.