SANTORAL DEL BARRO: Santa Apolonia

Ermita de la Virgen de Gracia de Velada. Retablo lateral. Siglo XVII. Policromía con predominio de naranjas, amarillos y azules. Las figuras son esbeltas y el dibujo aunque muy rectilíneo, es seguro y de calidad, por lo que algunos han querido identificar a su autor con algún pintor del taller de El Greco. El retablo enmarca las figuras entre columnas, mármoles simulados y cenefas de hojas de acanto y cadeneta. La santa sostiene la palma del martirio y una muela con las tenazas.

Ermita de la Virgen de Gracia de Velada. Retablo lateral. Siglo XVII. Policromía con predominio de naranjas, amarillos y azules. Las figuras son esbeltas y el dibujo aunque muy rectilíneo, es seguro y de calidad, por lo que algunos han querido identificar a su autor con algún pintor del taller de El Greco. El retablo enmarca las figuras entre columnas, mármoles simulados y cenefas de hojas de acanto y cadeneta. La santa sostiene la palma del martirio y una muela con las tenazas.

SANTA APOLONIA

Apolonia vivió en el siglo III en Alejandría. Durante el año 249, siendo una anciana diaconisa, sufrió martirio en las persecuciones que desencadenó contra los cristianos el emperador Filippo el Árabe. En aquel tiempo, un astrólogo pagano azuzaba al pueblo contra los cristianos, asegurando que la ciudad sería destruida porque blasfemaban contra sus dioses.

Masas enardecidas saquearon los barrios de la ciudad donde vivían los discípulos de Cristo ejecutando y martirizando a sus moradores. Santa Apolonia, fue golpeada con mazas y después de ser lapidada, la sentaron sobre una piedra, la abrieron la boca introduciéndola un trozo de hierro y con unas tenazas le fueron arrancando los dientes uno a uno destrozándola las mandíbulas. Algunos de sus torturadores habían encendido una pira y el cabecilla se mofaba preguntándola: ¿Dónde está tu Dios del amor que podría librarte de estos dolores? Si apostatas serás libre. Quisieron obligarla a pronunciar frases blasfemas bajo la amenaza de quemarla viva pero consiguió librarse de sus verdugos y ella misma se arrojó a las llamas. Acción que provocaría más tarde debates teológicos sobre si estaba o no justificado este “suicidio”.

La muela y las tenazas como atributo de la santa que simboliza su martirio

Se la representa casi siempre como una bella joven, aunque en la época de su martirio era ya una anciana. Aparece generalmente con vestido rojo y manto verde o pardo. Casi siempre lleva la corona real o de flores por haber sido virgen. La palma es símbolo del martirio y su atributo más frecuente son las tenazas sujetando una muela, o los dientes en una bandeja.La devoción en Talavera a Santa Apolonia queda patente no sólo por la alusión de su ilustre alcalde Fernando de Rojas en la Celestina, sino por la romería que se hace en el día de su festividad hasta la ermita dedicada a ella en El Berrocal.

Uno de los retablos laterales de la ermita de Virgen de Gracia, donde se vel la imagen de Santa Apolonia

HISTORIA DE LA ERMITA Y FIESTA DE SANTA APOLONIA

HISTORIA DE LA ROMERÍA Y ERMITA DE SANTA APOLONIA

Texto de un folleto editado por el ayuntamiento y cuyo texto escribimos el Colectivo «La Enramá»

Los romeros bailan ante la ermita de Santa Apolonia Los romeros bailan ante la ermita de Santa Apolonia

Historia de una Tradición

La tradicional romería que Talavera de la Reina dedicaba a Santa Apolonia, cada nueve de febrero, se vino celebrando hasta finales de los años sesenta. Seguramente antes de que se abandonara el solar del pueblo que dio origen a la tradición; Peña del Cuervo. Era éste una de tantas aldeas que formaban el alfoz de Talavera y que se localizaba en la comarca del Berrocal. La ermita que hoy se conserva no es otra cosa que su pequeña iglesia parroquial, construida entre finales del XVI y principios del XVII. Su primera advocación fue la de San Silvestre. La aldea ya estaba prácticamente despoblada hacia finales de esta última centuria.

Pero vayamos por partes. En este solar se conoce la ocupación del hombre desde tiempos los romanos y la primera referencia histórica que tenemos se remonta nada menos que al año de 1288. Por esta época Sancho IV hizo donación de Mejorada y Segurilla a Juan García de Toledo, por los servicios prestados a la corona. En el amojonamiento entre aquéllos y Talavera podemos leer: “…e por el dicho camino viejo adelante a la asomante de Valdelenguas que va término de Talavera, e por hacer del Berrocal adelante como va a dar a la piedra de Santa Coloma, e por el dicho altor adelante como va a dar en la Torre del Almendral…” La localización no ofrece duda ya que el término de Mejorada discurre por el valle de Valdelenguas y la Torre del Almendral no es otra que la atalaya de El Casar de Talavera.

Los romeros toman posiciones en el cordel para disfrutar del día de Santa Apolonia Los romeros toman posiciones en el cordel para disfrutar del día de Santa Apolonia

A finales del siglo XV Fernando de Rojas escribe La Celestina. Para los que han querido ver en Talavera de la Reina la ciudad en la que se desarrolla la tragicomedia de Calixto y Melibea, una de las pruebas en las que apoyan su teoría es una referencia de esta obra universal. En efecto, pues en el cuarto acto, quinta escena, la vieja alcahueta ruega a Melibea que escriba una oración que conoce para curar el dolor de muelas. De esta manera intenta conseguir un escrito de su propia mano para realizar sus hechicerías de “philocaptio” con las que atraer sobre Calixto el amor de Melibea: “una oración, señora, que le dixeron que sabías de Sancta Polonia”. Curiosamente hasta nuestros días ha llegado una oración tradicional con la que se invoca a esta santa para aliviar el dolor de muelas:

Vuestros prodigios la fama/ de sanar muelas y dientes/ ha esparcido entre las gentes,/ y todo el orbe lo aclama:/ Pues, porque cobre mayor/ crédito con la verdad,/ por vuestro dolor templad/ de mis muelas el dolor.

El edificio actual, decíamos, fue la iglesia del lugar de la Peña del Cuervo. Así, en 1575, el concejo de la aldea  pide al ayuntamiento de Talavera licencia para construir un templo pues “…a causa que el lugar no tiene iglesia, lo más del año las mujeres no oyen misa, y los hombres en tiempo de invierno también se quedan sin misa por no poder venir a la villa a la oír. Y suplicaron a los dichos señores les den licencia para que, en el ejido del dicho lugar, hagan una ermita a donde los días de domingos e fiestas se diga misa”. Sin embargo, tenemos noticias de la existencia en estos parajes de una ermita conocida entonces como Santa Coloma, cuando se nombra en las cuentas de su mayordomía entre 1546 y 1650.

La ermita y finca de Santa Apolonia en una foto de Ruiz de Luna

En el deslinde mencionado con el señorío de Mejorada se alude a la ermita de Santa Coloma. Ermita que debió existir y coexistir con la de Santa Apolonia. El propio alcalde de Peña del Cuervo aclara el asunto al informarnos que los vecinos del dicho lugar aprovechan un alijar “que está cerca de la ermita de Santa Coloma, linde de tierras de vecinos de Mejorada”. Como quiera que el edificio actual de Santa Apolonia está ubicado en el mismo lugar de la petición formulada en 1575 y el límite del término discurre a poco más de un kilómetro de la misma, nos encontraríamos ante dos ermitas distintas aunque próximas. La de Santa Coloma debía ser de reducidas dimensiones. En 1867 Luis Jiménez de la Llave dice que la iglesia fue construida en aquel año por el alcalde de Peña del Cuervo, un tal Pedro Clemente. En las relaciones de Felipe II, escritas hacia finales del XVI, solo se nombra la ermita de Santa Coloma. Con esta misma denominación se recoge en las historias manuscritas sobre la ciudad en el siglo XVI y XVII.

Los músicos animan la romería de Santa Apolonia Los músicos animan la romería de Santa Apolonia

El cura de San Miguel, a cuya parroquia pertenecía la ermita en el XVIII, nos habla de la dualidad de nombres y da un dato esencial. Según el párroco “se descubre que por los años de 1540 se intitulaba Santa Coloma y siguió así más de un siglo hasta que principió a intitularse Santa Polonia, y así permanece”. El cura  añade que el paraje “es sitio delicioso y de recreación para este pueblo”. De este modo y tras la repoblación de este territorio talaverano existieron dos santas y dos ermitas en el mismo emplazamiento; Peña del Cuervo.

Jiménez de la Llave reseña que en 1809 fue casi totalmente destruida como consecuencia de haberse desarrollado en sus proximidades la famosa Batalla de Talavera, que tuvo lugar las jornadas del 28 y 29 de julio de ese año. También añade que a partir de ese momento “quedó reducida la función a colocar algunos puestos de cascajos en donde indica el camino, y se llegaba de paseo. Y solo la clase humilde, perpetua y celosa guardadora de las tradiciones, solía subir con sus meriendas hasta el pie de las ennegrecidas ruinas”. Hasta que en 1861 se restaura el templo y su culto gracias a la iniciativa de varios talaveranos, encabezado por don Juan Bautista Granés, alcalde de la villa.

Prosigue el autor describiendo con gracejo costumbrista la romería: “un extraordinario y alegre movimiento anunció desde primeras horas de la mañana que la población se preparaba a disfrutar de tan hermoso día en aquel pintoresco y agradable sitio, y muy pronto vehículos de todas épocas y clases, desde el blasonado coche de la elegante dama hasta el rústico carro del sencillo labriego, el fogoso bridón del propietario, la mula cosquillosa del tahonero, y el asno pacientísimo del aguador, comenzaron a ir subiendo gentes, que reunidas con las que a pie llegaban fueron tomando posesión de aquellos plácidos y odoríferos recuestos salpicados por el cristalino Bárrago, quien como si estuviera avergonzado de sus recientes demasías, ocultaba con mil revueltos giros sus murmurantes ondas que convertían en blanca espuma continuas y vistosísimas cascadas… Crecía en tanto cada vez más la concurrencia y puede decirse que por la tarde ya no quedaba sin salir por lo menos al camino, nada más que los absolutamente imposibilitados y la fuerza pública para la seguridad de la villa indispensable. La festiva algazara de extensos y tangentes coros en que se comía, jugaba o bailaba al son de alegres guitarras o bien repiqueteadas castañetas; la voz de los vendedores, el ruido de los carruajes y el estridor de los indispensables voladores, daban una animación indescriptible al cuadro, que semejaba a un confuso laberinto mucho más agradable que el de Dédalo… Al declinar el día se sacó en procesión la imagen de la Santa, y enseguida se emprendió el regreso con indecible animación, más con el orden y buena armonía que reina siempre en las funciones en que domina el verdadero público talaverano, cuya autoridad local había tomado, además, para que aquellos no se turbasen las medidas convenientes.

En 1967 y 1968, tienen lugar los últimos intentos para que la fiesta no se pierda definitivamente. Toma la iniciativa  el Club Taurino Talaverano que organizó, además de misa de campaña y la tradicional romería, la instalación de puestos de churros, bebidas y otros artículos. Pianillos verbeneros y por la tarde una novillada o festival taurino, especie de fiesta campera, para lo cual se instalaría una plaza portátil. En el siguiente año de 1968 el festejo se intentó llevar a otro escenario, habilitando la casilla de camineros que existía en la llamada cuesta del Cascajal, en la carretera de Talavera a La Iglesuela. La casa haría la veces de ermita engalanándola convenientemente con ramajes, colgaduras, flores y banderas.

Tras este impás de más de 33 años un grupo de entusiastas talaveranos y especialmente los colectivos Club de Excursionista Talaverano y La Enramá, han venido convocando y celebrando esta romería, ya casi olvidada por muchos de nuestros paisanos,  desde 1995. Desde el pasado año de 2002, ya plenamente consolidada, está tutelada por el Ayuntamiento de Talavera de la Reina.

Santa  Apolonia es una de esas ermitas que  tiene un camino propio desde Talavera, privilegio que tienen pocos santuarios. En este rincón resguardado y encantador, sobre una pequeña loma a caballo entre los vallezuelos de los arroyos de Bárrago y del Risco del Gato, se reunían familias y amigos. Allí compartían como buenos romeros las tortillas de escabeche, la matanza y el vino. Acudían organilleros, barcas -movidas a sangre naturalmente- y puestos ambulantes donde se vendían tostones, chucherías, frutos secos, naranjas de sangre de toro, vino y limonada. Había danzas y bailes y, por supuesto, misa solemne para acompañar a la santa, patrona de los dentistas, y pedirle salud para las muelas.

Pero Santa Apolonia también congregaba a los pueblos limítrofes. Venían gentes del Casar y de Gamonal por el camino de los Contrabandistas, que llegaba casi hasta la ermita atravesando Valdelacruz. De Mejorada bajaban paisanos por el camino de Santa Apolonia o tomando el atajo por la senda de Santa Apolonia, senda que da origen a un dicho popular en este municipio cuando dicen; “te pierdes más que la senda de Santa Apolonia.

Con los pastos de estos berrocales se alimentó ”Bailaor”, el toro que mató a Joselito. También este sitio sirvió como lazareto en época de epidemias. Como les ocurrió  a unos chocolateros andaluces que fueron puestos en cuarentena a principios del XIX ,junto con sus mercancías. A los comerciantes se les permitió marchar a los pocos días, pero la mercancía quedó bajo custodia.

El Berrocal

El entorno de Santa Apolonia nos muestra el paisaje típico de El Berrocal,
un paisaje que como su nombre indica es típicamente granítico. Un terreno pobre para el cultivo que ha sido tradicionalmente utilizado para la ganadería, con la histórica dedicación

de sus prados y encinares a la montanera del ganado porcino, esta actividad pastoril ha dejado su huella en las parideras que encontramos en la zona, una de ellas al este de la ermita. Son construcciones de mampostería generalmente dispuestas en semicírculo con los cubículos destinados a dar cobijo a las cerdas y los cochinillos, cada uno con su
pequeña puerta. Los vallados de mampostería separan las parcelas de pasto y no es extraño encontrar por estos cerros algún pintoresco chozo de pastor de planta redonda cubierto con falsa cúpula. Todavía podemos hallar algunas de las fuentecillas que antes cuidaban los pastores manteniendo las corrientes para que abrevaran sus ganados en las pilas graníticas o en pesebres de piedra de forma semiesférica. La labranza de Santa Apolonia conserva su
tentadero además de algunas construcciones tradicionales. Muy cerca, siguiendo las riberas del Bárrago hallamos las ruinas de tres pequeños molinos de agua que apenas molturaban unas semanas cuando el año era lluvioso; nada comparado con la potencia de los molinos y aceñas del Tajo en Talavera, pero que nos hacen imaginar el trasiego de las mulas cargadas con su grano a moler y el ruido de las piedras movidas por el rodezno.

La Santa

Apolonia vivió en el siglo III en Alejandría. En el año 249, siendo una anciana diaconisa, sufrió martirio en las persecuciones que desencadenó contra los cristianos el emperador Filippo el Árabe. Masas enardecidas saquearon los barrios cristianos de la ciudad ejecutando a sus moradores. Tras ser golpeada con mazas y piedras, abrieron la boca de Apolonia con  un trozo de hierro y con unas tenazas le fueron arrancando los dientes uno a uno destrozándole las mandíbulas. Quisieron obligarla a pronunciar frases blasfemas bajo la amenaza de quemarla viva. Se liberó de sus verdugos y ella misma se arrojó a las llamas. Se la representa como una bella joven, su figura se confunde con otra Apolonia martirizada en Roma durante las persecuciones de Juliano el Apóstata, vestido rojo y manto verde o pardo, con la palma, símbolo del martirio, las tenazas, dientes en una bandeja o una pira ardiendo. En España introdujeron su culto los agustinos. Patrona de los dentistas. Invocada contra el dolor de muelas y dientes.

Santa Coloma (Colomba o Columba) es una noble y virtuosa cordobesa martirizada en el año 853 en las persecuciones que tienen lugar en Al-andalus con la llegada al trono de Mohamed I. Trató de convencer a los magnates del Consejo que entendían las causas de los cristianos para que aliviaran su presión. La condenan a morir decapitada en la plaza delante del alcázar y su cuerpo arrojado al río Guadalquivir, del que salió, según cuenta la leyenda al sexto día, recogido por unos monjes y enterrado en la iglesia de Santa Eulalia. Más tarde su cuerpo fue trasladado al monasterio benedictino de Nájera donde se veneran sus reliquias. Los mozárabes extendieron su culto en la Edad Media por toda España. Se representa con la palma del martirio y las azucenas símbolo de la virginidad.

Existe otra Santa Coloma francesa martirizada hacia el año 273 en Sens y muy venerada en París. También fue decapitada tras ser arrojada a la hoguera y que la respetaran las llamas milagrosamente.

COLECTIVO LA ENRAMÁ: Miguel Méndez-Cabeza, Rafael Gómez, Angel Monterrubio

NINFAS Y FUENTES SANTAS EN LA COMARCA

LAS NINFAS

Finalizamos hoy los dos capítulos de «Ríos de Historia» dedicados a las deidades del agua, los ríos y las fuentes en la antigüedad: Ninfas, baños y fuentes santas

5.-Ara dedicada a las ninfas hallada en el siglo XVII por el padre Ajofrín en Saucedo con su descripción
5.-Ara dedicada a las ninfas hallada en el siglo XVII por el padre Ajofrín en Saucedo con su descripción

También fueron veneradas en nuestra tierra otras deidades relacionadas con las aguas como son las ninfas, asumiendo probablemente por sincretismo otro culto prerromano anterior que tenían los vettones y lusitanos, pues se distribuyen por su territorio numerosas dedicatorias, especialmente en Baños de Montemayor, donde se han hallado más de una treintena de inscripciones.

En Talavera no está relacionada su referencia con aguas mineromedicinales como el caso citado sino que solamente sabemos que el padre Ajofrín halló en el siglo XVII en el camino de La Alcoba, pero más bien en las inmediaciones de la villa de Saucedo un ara dedicada a las ninfas de la que solo existe un dibujo que reproducimos.

La dedicatoria es de una liberta llamada Alia, una esclava a la que se ha concedido la libertad, cuyo amo era un tal Nereo, nombre griego, y dice NYNFYS /ALIA / NEREI / L.VOTUM / L.A.S.M. que quiere decir “Alia, liberta de Nereo, le cumplió un voto con libre ánimo a las ninfas”.

6.-Mosaico de la villa de Saucedo que representa dos delfines con las colas entreladas en un tridente
6.-Mosaico de la villa de Saucedo que representa dos delfines con las colas entreladas en un tridente

Hay que recordar que Saucedo y La Alcoba se encuentran en parajes cercanos y a veces hubo confusión entre los restos que se hallaban en un lugar y en otro. Sí sabemos que en las cercanías había dos fuentes salutíferas, la del Piojo y la de La Tejada, y que también cerca de Alberche existe otro yacimiento cerca de una Fuente Vieja.

Aunque dedicaremos otro artículo a las muchas “fuentes santas” que se reparten por la comarca sí tenemos que decir que los romanos también tenían cultos a las “fons”, algunas de ellas con nombres que mantienen su antiguo nombre, como es la fuente Caldelas en Segurilla y que se refieren en general a fuentes medicinales que en ocasiones afloran a alta temperatura. Algunas de esas fuentes santas fueron luego cristianizadas, como es el caso de las de las ermitas de Parrillas o la Iglesuela con la advocación de Nuestra Señora de la Fuente Santa.

Otras veces estas fuentes se encuentran en cuevas que también se dedicaban a veces a las ninfas venerándolas en este “antrum” o cueva. Un ejemplo de estas fuentes santificadas lo tenemos en la cueva de la Fuente Santa en Puerto de San Vicente que para el que esto escribe se trataría de una antigua explotación minera, lo que nos hablaría de la gran antigüedad de esta mina.

Cueva de la Fuentesanta en Puerto de San Vicente
Cueva de la Fuentesanta en Puerto de San Vicente

En ocasiones las ninfas se han representado como sirenas y así es como aparecen desde hace años en los cuernos artesanales de nuestros pastores utilizados para beber en las fuentes o para llevar el “avío” del gazpacho que mezclarán con el agua.

En la misma villa de Saucedo, lugar con sauces y por tanto con humedad surgente, aparecen otros símbolos relacionados con el agua en sus mosaicos como sucede con el que representa a los tridentes de Neptuno entrelazados con dos imágenes de peces. Ya también con el agua están relacionados los restos de un completo balneario romano y ya cristianizado el lugar la existencia de una magnífica pila bautismal donde el agua sigue siendo elemento simbólico fundamental de una nueva sociedad, de una nueva religión, de una nueva cultura.

Fuente santa de Parrillas

Otra de las fuentes con un aspecto mágico en la comarca es la fuente de Mencachón, cerca de El Membrillo, a la que alude Julio Caro Baroja porque en los cronicones talaveranos aparece como una fuente a la que se encomendaban los vecinos para protegerse de las tormentas.

Fuente Santa de La Iglesuela

CUANDO EL TAJO NO ERA SOLO CIENO Y MOSQUITOS

CUANDO EL TAJO NO ERA SOLO CIENO Y MOSQUITOS

Foto aérea del río de 1937 que muestra las islas y arenales del río limpios.
Foto aérea del río de 1937 que muestra las islas y arenales del río limpios.

El Tajo de las arenas de oro como lo describía Cervantes, era un río como todos, con sus crecidas y sus avenidas que limpiaban los fondos y las orillas descubriendo sus arenales para el disfrute de los bañistas.arenalescolor

Hoy se ha convertido en una charca sin apenas fondo de cieno ovas donde crecen los espadañares y el río se va quedando reducido a la mínima expresión gracias al trasvase y sus muchos cómplices.tajolimpio1
En el siglo XVII cuenta una historia de Talavera que los jerónimos hacían anualmente una procesión hasta los molinos de Abajo, entonces de su propiedad y después de oraciones y bendiciones abrían las compuertas bruscamente para que la corriente arrastrara la suciedad del río.islalimpia

Para que el río tenga un cauce fluvial con un régimen de caudales que limpie islas y playas como antiguamente tendremos que cerrar las compuertas del trasvase y así el Tajo volverá a ser simplemente eso, un río.

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PARAJES Y PAISAJES DE VELADA, Los Arenales de El Baldío y Sotos del Guadyerbas

PARAJES Y PAISAJES DE VELADA

Los Arenales de El Baldío y Sotos del Guadyerbas y otras cosillas

Camino sobre los arenales del Baldío de Velada
Camino sobre los arenales del Baldío de Velada

Esta es una villa que, a primera vista, da la sensación al visitante de no ser precisamente un pueblo rico en recursos naturales. Tal vez sea debido a esa idea sobre Velada que tiene el forastero por identificar su entorno con lo que en la comarca se conocen como “los llanos de Velada” y que no es otra cosa que el Baldío con su aspecto de llanura árida y arenosa que da al viajero una sensación casi desértica.

Pero el mismo Baldío es rico en matices paisajísticos. Los atardeceres con el farallón de Gredos al fondo son de una gran belleza y en su territorio encuentras sorpresas como esos helechares que parecen desentonar con el seco suelo, o esos islotes de vegetación donde todavía puede vislumbrarse lo que fue un antiguo bosque mediterráneo con sus alcornocales entre los que crece el brezo, planta serrana que también nos habla de la humedad subterránea de El Baldío que es el acuífero que alimenta a esa gran paga extraordinaria para Velada y sus gentes que es el cultivo de las sandías más famosas de Castilla. No dejan estos sandiares de tener también cierta belleza cuando en plena canícula verdean sobre los arenales de El Baldío que además se adorna con  esas fuentes que salpican los llanos dando una sensación de modesto oasis en medio de la llanura, sobre todo en el entorno del arroyo de La Fresneda o del arroyo de los Huertos con su presa de abastecimiento que recuerda que Velada ha sacado desde siempre su agua y su pan de estas tierras comunes que todos debemos cuidar.

Son de destacar los arenales El Baldío que son curiosísimos, pues en ocasiones parece que recorremos caminos playeros cuando atravesamos estas llanuras.

Alcornoques con el corcho recién extraído en el Baldío de velada
Alcornoques con el corcho recién extraído en el Baldío de velada

Pero Velada también tiene bosque, un inmenso bosque adehesado que no tiene nada que envidiar a los extremeños, y es que en realidad los romanos nos tenían incluidos, como toda la comarca de Talavera, en la Lusitania, con capital en Mérida. Esas grandes dehesas que se prolongan desde aquí hasta Rosarito son la mayor sorpresa que tuve yo al conocer los alrededores de Velada. Se puede viajar por el Camino Real y otros cordeles hasta Ventas de San Julián recorriendo alcornocales y encinares que , en las zonas más húmedas, se salpican con quejigos e incluso con algún roble. Esta enorme masa vegetal rompe su monotonía con un gran número de arroyos como el de los Huertos, Corralejo, La Pontezuela o Mangas de Cuero, nombre hermoso de puro medieval para un arroyo. Son  corrientes  que se suelen agostar en el verano pero tienen en sus riberas una magnífica vegetación de fresnos, espino blanco o algún chopo, manteniendo la frescura durante todo el año.

El casco urbano se sitúa en las últimas estribaciones de la sierrecilla que desde antiguo se conocía como El Berrocal. En ella se sitúan pueblos como Mejorada o Segurilla y a su vez es una prolongación de la Sierra de San Vicente. Estas pequeñas elevaciones se utilizaron como canteras donde se han labrado los sillares y muchas de las piedras con las que se construyeron las casas del pueblo con su característica arquitectura popular de mampostería enjalbegada. La ermita de la Virgen de Gracia se sitúa en estas últimas estribaciones berroqueñas al pie de las que las gentes de Velada vieron buen lugar para plantar las viñas que nutrirían sus pitarras junto con las que se sitúan en la zona oeste del pueblo, a ambos lados del camino de El Barrero. Ese mismo paisaje granítico lo encontramos en la zona norte del término, en las inmediaciones de ese conato de pueblo que fue Aldea de Arango y las inmediaciones de el arroyo Nahínos. Este arroyo aparece en el Libro de la Montería de Alfonso XI como el arroyo de Anadinos  que quiere decir “de los ánades” o sea,  de los patos, y es cierto que hay gran cantidad de estas aves en el curso alto del arroyo, cerca de Montesclaros. También en las proximidades de los límites con este pueblo vecino, se encuentra otro de los parajes más interesantes del señorío de  Velada, se trata de una extensa mancha de robles que se reparten por las inmediaciones del arroyo de la Robledosa en la zona conocida como Cabezas.

Una de las viejas encinas de El Toril en El Baldío
Una de las viejas encinas de El Toril en El Baldío

Hemos hablado ya de la vegetación que acompaña a los pequeños arroyos que cruzan por el término de Velada pero, donde el bosque de ribera se hace verdaderamente más exuberante, es en las orillas del río Guadyerbas lugar en el que además de los fresnos y los espinos que forman auténticos bosquecillos en la zona de la Aliseda, se encuentran también , como su nombre indica, ejemplares de aliso, un árbol que precisa de humedad permanente. Otra especie que también se e puede ver en las proximidades del Guadyerbas es el endrino, el arbusto con cuyos frutos se elabora el pacharán.

Siguiendo con las curiosidades botánicas hay que resaltar los enormes ejemplares de algunas especies arbóreas de nuestro término. El alcornoque Pavero recientemente desaparecido tenía unas dimensiones impresionantes aunque no ha sobrevivido a las últimas sequías. Parece que su nombre procede del hecho de que su copa servía de refugio a las manadas de pavos que antiguamente recorrían las dehesas del pueblo aprovechando la montanera, como los cerdos. En las orillas del río Guadyerbas a su paso por Trujillanos y La Aliseda se encuentran ejemplares de espino blanco de un porte arbóreo lo que no es habitual en esta especie. También hay repartidos por las dehesas de Velada algunos ejemplares de mesto, especie híbrida de encina y alcornoque realmente escasa. En la finca ribereña de El Torilexiste en la orilla sur una gran mancha de encinas vetustas, tan viejas como he visto pocas con sustroncos retorcidos y comidos por su corazón por el paso de los años.

Todo el curso del Guadyerbas es un paraje con un gran interés natural que se percibe desde las “juntas” con Riolobos hasta el reculaje del embalse de Navalcán, que enriquece todas la primaveras el curso fluvial con una impresionante avalancha de peces, sobre todo carpas, barbos y bogas que suben a desovar en el transcurso del río por las tierras de Velada. Riqueza faunística que se puede también percibir en las numerosas conejeras que salpican las zonas inmediatas al curso fluvial y que son vigiladas por aves rapaces de varias especies que intentan alimentarse de los roedores. Son también muy abundantes los abejarucos que sobrevuelan El Baldío y que anidan haciendo sus galerías en la arena del mismo borde de los caminos. Un espectáculo impresionante es el de las miles de grullas que en el invierno pasan por la zona del pantano con su característico sonido.

Fuente de Praomaría y al fondo El Baldío
Fuente de Praomaría y al fondo El Baldío

No debemos olvidar otra de las riquezas naturales que tenemos como es el gran número de cañadas y cordeles que cruzan el término, además de toda una serie de caminos de gran interés para el senderismo y los deportes al aire libre. Son caminos que en general han sido respetados y los “velaínos” pueden discurrir por ellos disfrutando de la naturaleza, pero en los últimos tiempos, la caza, que quiere conseguir poner puertas al campo, está logrando que en algunas fincas particulares no se respeten los caminos públicos que son de todos y que el ayuntamiento debe vigilar para que se mantengan abiertos.

Velada tiene una riqueza natural importante que a veces es desconocida y poco valorada incluso por sus propios habitantes pero que yo les invito a descubrir.

PARA MÁS INFORMACIÓN SOBRE EL PARQUE FLUVIAL DE LOS ARENALES DE EL BALDÍO recomiendo el siguiente enlace:

http://www.revistamedioambientejccm.es/articulo.php?id=15&idn=6

EL SOLDADO CUATRERO

EL SOLDADO CUATRERO

Causa criminal de la Santa Hermandad Real y Vieja de Talavera

1711

Desertores de la Guerra de Sucesión por la que se entronizó a Felipe V son los protagonistas de esta causa criminal
Desertores de la Guerra de Sucesión por la que se entronizó a Felipe V son los protagonistas de esta causa criminal

Por el puerto de Plasencia ascienden al atardecer cuatro arrieros con sus fuertes y relucientes caballerías. Algunos otros paisanos se han unido a la comitiva pues no son seguros los caminos en estos días. Los soldados que han luchado en la Guerra de Sucesión deambulan por los caminos de una España agotada de sequías y batallas. Un saco de trigo es un tesoro que despierta la codicia más que una bolsa con mil ducados.

Cuatro hombres vestidos de militar, pero con el desaliño de los desertores y soldados licenciados, saltan al camino y, colocándose delante de los viajeros, gritan:

-¡Hagan alto pícaros y desmonten de las mulas!

Pero justo en ese momento llega otro soldado a caballo. Acercándose dos de los asaltantes a él tiran de las mangas de su guerrera derribándolo al suelo. Las víctimas son maniatadas. Al soldado le despojan de sus botas, la silla y el freno, pero el caballo, que tenía la oreja cortada, se lo dejan.

Al registrar los ladrones a uno de los arrieros encuentran alborozados una bolsa con quinientos reales. El hombre intenta rebelarse contra el atropello pero una lluvia de palos cae sobre sus compañeros mientras que él recibe una cuchillada que le desgarra el coleto que lleva puesto y la sangre brota inmovilizando a víctimas y asaltantes. Los soldados se dan a la fuga corriendo entre los riscos y los alcornoques. Uno de los asaltados se santigua por haber salvado la vida. Como se prometió mientras era maniatado, irá a Guadalupe en peregrinación para agradecérselo a la Virgen, estamos a treinta de Agosto y en ocho días será la feria.

Y entonces salieron varios hombre
» Cuatro hombres vestidos de militar pero con el desaliño de los desertores y soldados licenciados saltan al camino…»

José García, el mesonero de la calle del Chorro ya está harto de los cuatro soldados que se han alojado en su casa. El alboroto es continuo, siempre acuden a su casa acompañados de gentes de mal vivir. Cuando, el día anterior, el escándalo le hizo acudir a su habitación, se encontró con una partida de boliche. Cinco o seis individuos lanzaban las bolitas sobre la pequeña mesa cóncava y gritaban cuando conseguían que se introdujeran en los cañoncillos de madera que la bordeaban. Las apuestas y las broncas eran lo último que podía aguantar de estos individuos que entraban y salían cada minuto y cuchicheaban intentando vender unas mulas. Se dirigió hacia el que parecía el jefe y les recriminó su conducta. Como un resorte Francisco de la Iglesia, el que decía ser vecino de Vallecas, se lanzó sobre él gritando que era un pícaro y que habría de matarlo. Sacó la espada y comenzó a golpearle con ella como un poseso, de forma que si no llegan otros huéspedes y vecinos a socorrerle habría acabado con la vida del posadero.

Cuando la Santa Hermandad de Talavera que, como todos los años, había venido a vigilar la feria de Guadalupe, conoció el asunto, acudió a detener al facineroso. Los cuadrilleros se encontraron con él en la calle del Chorro y su teniente de alcalde, don Pablo de Amescua dijo:

-Dese preso y ríndase a la Santa Hermandad

-No quiero ni me da la gana -respondió el sujeto mientras sacaba la espada.

Hasta tres veces se le conminó a rendirse pero los mandobles que lanzaba a diestro y siniestro mantenía alejados a los cuadrilleros, mientras el escribano de la Hermandad anotaba lo sucedido. En un momento de distracción el propio escribano tiró la pluma y empujó al reo que cayó al suelo perdiendo la espada mientras muchos hermanos y comisarios se abalanzaban sobre él consiguiendo reducirle.

Al pasar por la cárcel pública, el arriero peregrino no podía creer lo que veían sus ojos, su querida mula parda con el hocico blanco estaba allí. Los curiosos miraban por la ventana a unos hombres de mal vivir que habían sido detenidos. Eran dos de los soldados que le asaltaron en el Puerto de Plasencia. Pidió hablar con el alcalde de la Santa Hermandad, quería recuperar su hermosa caballería.

Otro testigo salía de la sala cuando él entraba. Era un vecino de Alameda que conocía a uno de los detenidos. Había estado preso en la cárcel de su pueblo por haber robado un bolsillo a un caballero con otros soldados como él que andaban en gavilla.

Otros testigos completaron la biografía del vallecano. Había estado preso en Madrid por haber dado unas puñaladas a traición, pero se llamó a sagrado cuando se refugió en el convento de los jerónimos donde le devolvieron desde la prisión. Consiguió huir y sentó plaza como soldado en el Regimiento de la Costa de Flandes donde desempeñó  funciones de vivandero, consiguiendo víveres y pertrechos para las tropas. Estuvo en la batalla de Brihuega y, acostumbrado a sangrar al pueblo con la protección que le daba el uniforme, siguió con su mala vida. Estuvo vagabundeando en Badajoz y se le acusaba de haber dado muerte a unos hombres a los que asaltó cerca de Palencia.

Cuando la Santa Hermandad quería proceder a su traslado a Talavera, el Corregimiento de La Puebla de Guadalupe entabló conflicto jurisdiccional. Pero, más tarde o más temprano Francisco Iglesias pasaría unos años en presidio o trabajos forzados.