ALBERCHE (13) SALIMOS DE LA COMUNIDAD MADRILEÑA

Ventana de la iglesia parroquial de Villa del Prado

Después del embalse de Picadas, el Alberche describe un gran meandro junto al pueblo de Aldea del Fresno, donde podemos visitar el Safari Park, con animales de todo el mundo repartidos por una extensa finca donde campan a sus anchas. Se basó la iniciativa de estas instalaciones en un proyecto de Rodríguez de la Fuente por lo que, además de las especies africanas, podemos visitar un reptilario y una exhibición de aves rapaces.

Restos de la noria árabe de Aldea del Fresno

El entorno de este pueblo cuenta con una ermita junto al arroyo de perales rodeada de una zona de recreo y también podemos ver la torre de la iglesia del siglo XVIII, pues el resto del edificio es de nueva construcción. Por debajo de ella y junto a la ribera sur se hallan los restos de una antigua noria árabe que también podemos visitar. En la llamada Granja del Santo, propiedad particular, se halla una ermita y restos de un antiguo despoblado datados entre los siglos XIV y XVIII. También en el casco urbano pueden verse algunas casonas de interés.

Niveles alcanzados por diversas inundaciones del Alberche en la ermita de la Poveda

Por el camino que recorre esta vía se puede llegar hasta la carretera que nos conduce a la ermita de la Virgen de la Poveda, palabra que nos define perfectamente el paisaje del lugar, ya que pobeda significa alameda, concretamente de álamo blanco, especie que junto a los sauces, los alisos y los fresnos forman el bosque de ribera de este sector del río que ya comienza a discurrir por una vega más fértil y mucho menos abrupta que el tramo serrano, aunque las inundaciones han sido frecuentes, como demuestran las placas de cerámica que señalan el nivel alcanzado por el río en diferentes avenidas, lo que hace que sus retablos barrocos estén bastante elevados respecto al suelo.

Fuente en Villa del Prado

No debemos dejar de visitar la magnífica iglesia de Villa del Prado con sus dos magníficas portadas góticas, su torre de grandes dimensiones y la espadaña de aspecto fortificado que nos habla de su mayor antigüedad.

Portada de la iglesia de Villa del Prado

Una fuente del siglo XIX y el ayuntamiento, además de algunas casonas y dos ermitas junto al caserío, forman también parte del patrimonio de este pueblo, desde el que despedimos a la región madrileña para adentrarnos en tierras toledanas, concretamente en aquellas que como Villa del Prado se repoblaron en torno a un castillo ribereño del Alberche, el castillo de Alamín.

Ermita de la Poveda en Aldea del Fresno

CONOCIENDO EL ALBERCHE MADRILEÑO, AL MONASTERIO DE PELAYOS POR EL CANTO DEL GUARRO

Partimos desde las inmediaciones de la ermita del Cristo de la Sangre y pasada la carretera, vamos entre pinares por los caminos señalados en dirección a la cumbre del Canto del Guarro, desde donde tenemos unas magníficas vistas.

Monasterio de Pelayos de la Presa

Bajamos en dirección este a través de una pista y discurriendo por un camino paralelo a la carretera, que seguiremos hasta la cercana localidad de Pelayos. A la salida del pueblo, giramos a la izquierda y nos acercamos al monasterio descrito en el texto.

Embarcaciones de recreo en el embalse de San Juan

Cogemos después en dirección a poniente la vía abandonada del tren que nos llevará de vuelta por un camino agradable hasta San Martín de Valdeiglesias.

El tren que habría de unir Madrid con Gredos se quedó solo en proyecto, aunque cuentan que fue inaugurado solo con cien metros de vía y algunos vagones para hacer el paripé el entonces jefe del Estado, general Franco

Si lo deseamos podemos antes acercarnos en dirección contraria desde el monasterio al muro de la presa de San Juan, desde donde contemplaremos el embalse y su puerto deportivo.

Una de las muchas ermitas que hubo en este «valle de iglesias», Valdeiglesias

VALLE DE IGLESIAS…Y ERMITAS

Es San Martín una población en la que debemos destacar su abundancia de ermitas, como si quisieran seguir con la tradición medieval de los eremitorios de Valdeiglesias. La ermita de Ecce Homo se encuentra en la entrada occidental del casco urbano y es de planta cuadrada con pares de arcos apuntados en sus muros. La Virgen de la Nueva es la patrona de San Martín y tiene también su ermita junto al embalse, pues sustituye a la original, sumergida por las aguas, en un paraje rodeado de merenderos y urbanizaciones pero que con sus magníficos pinares hasta la ribera hacen del lugar un objetivo a visitar, sobre todo el día de la romería. Otra ermita es la de la Sangre, que se halla al sur del casco, junto a la carretera, y se edificó en el siglo XVII en estilo gótico con contrafuertes exteriores. La ermita del Rosario destaca por su dintel con motivos renacentistas, pues fue construida en el siglo XV. La ermita de la Virgen de la Salud es del siglo XVII, y la imagen que se guarda en ella y que tiene cerezas en las manos es del XVIII. La del Cristo es más moderna y de menor interés.

Los pinares autóctonos pueblan las orillas del Alberche en la zona

ARQUITECTURA POPULAR PUEBLO A PUEBLO, CAMPILLO DE LA JARA

Vivienda típica de Campillo en el llamado barrio de la Zorra

Campillo pertenece a la comarca de La Jara, tierra histórica de Talavera. Se sitúa en territorio especialmente pizarroso por lo que éste es el material más abundante en sus construcciones.

A veces se rematan los muros con pizarra en el extremo lateral de los tejados

Los edificios más numerosos se levantan en mampostería de pizarra con barro como aglutinante. También existen partes y construcciones auxiliares en las que podemos ver el adobe o el tapial, pero en menor medida. La pizarra más fina se utiliza en algunos remates de los muros que sostienen los tejados protegiéndolos.

A veces se redondean las esquinas por hacerlo necesario el pequeño tamaño de la mampostería de pizarra

La mayor parte estaban enjalbegados pero también hay algunos que han sido revocados y pintados, tanto la pared como el recercado de puertas y ventanas con las casas de típica arquitectura jareña con ventanas con arco de medio punto y reja carcelera sencilla.

Ventana protegida y reforzada por visera o pestaña de pizarra
Ventana típicamente jareña recercada y con dintel de medio punto rebajado

Algunas ventanas están protegidas por una especie de visera de pizarra que sobresale del muro encima del dintel.  El hecho de no contar con grandes bloques de pizarra en la mampostería hace que sea más fácil remata las esquinas redondeándolas por no utilizarse la sillería granítica en esta zona pizarrosa.

Algunos edificios típicos en Campillo

La descripción que se hace de la vivienda campillana en 1960 es así: «la casa está construida de piedra de pizarra; tiene el tejado a dos aguas, con poca inclinación, y la fachada enjalbegada. La habitación principal es la cocina. Los suelos son de pizarra; las ventanas pocas y de pequeño tamaño.

Lagar construido con pizarra enjalbegada en Campillo de La Jara. Obsérvese la chimenea de gran tamaño y la conducción que vertía al arroyo cercano

La habitación principal es la cocina. El piso superior está destinado a granero y todas las casas tienen corrales muy amplios en los que se hayan situados los pajares, cuadras y tinadas.»

Conjunto de edificaciones en pizarra en Campillo de la Jara

Resumiendo. Campillo es un pueblo típico de la Jara Baja. Conserva una arquitectura popular con numerosos rincones tradicionales, principalmente en los modestos arrabales de La Pasión y del Calvario, también conocidos como barrio de la Zorra. Están situados al este del casco, sobre una zona elevada, y constituyen un bonito conjunto bastante bien conservado y homogéneo, donde son numerosas las construcciones de vivienda con anejos de utilidad agropecuaria como las huertas o los corrales.

Alacenas en el muro de una vivienda derribada

El trazado de las calles es irregular y abigarrado, con los muros de mampostería de pizarra a veces enjalbegada, pequeñas ventanas y remate redondeado en sus esquinazos. Es característico del casco urbano la alternancia de las edificaciones con espacios todavía dedicados a prados, huertas u olivares sin que, como sucede en otros pueblos de La Jara, el caserío esté tan concentrado.

ALBERCHE (12) A SU PASO POR MADRID

El Alberche represado en el embalse de San Juan

EL ALBERCHE MADRILEÑO
Hasta ahora río Alberche viene haciendo un recorrido de poniente a saliente desde las cumbres de Gredos, pero, cuando sale de la provincia de Ávila, comienza a hacer un giro en su recorrido que conseguirá que al final tome la dirección contraria para dirigirse a su desembocadura en el Tajo, cerca de Talavera. Por otra parte, ya hemos comprobado que es ésta la zona que cuenta con un mayor número de embalses, pues después de los abulenses de Burguillos y el Charco del Cura comenzamos a ver sus aguas retenidas en los de San Juan y Picadas de los que se surten para agua potable localidades de la provincia de Madrid y de la de Toledo, aunque hay algunos tramos cortos del río que no están embalsados.

Castillo de San Martín de Valdeiglesias

El pantano de San Juan ya desde principio de los años setenta comenzó a ser un lugar de esparcimiento para los madrileños, la llamada “costa de Madrid”. El muro se encuentra junto a la localidad de Pelayos de la Presa, que todavía conserva un núcleo de viviendas con su ermita que fue el poblado de los técnicos y trabajadores que lo construyeron, aunque el nombre no viene del embalse cercano sino del arroyo de la Presa, denominado así desde antiguo.
En toda la zona se fueron asentando eremitas desde época visigótica en cuevas o precarias construcciones, y es por eso que acabó denominándose Valle de las Iglesias (Valdeiglesias).

San Martín parte su capa, en la iglesia de San Martín de Valdeiglesias

Tras la reconquista de la zona, Alfonso VII protege a estos eremitorios y los agrupa en un monasterio en la ermita de la Santa Cruz, por donación del valle al abad Guillermo. Más tarde, el monasterio de Santa María la Real sería ocupado por monjes cistercienses. Una de aquellas antiguas ermitas, la de San Pelayo daría más tarde origen a la localidad del mismo nombre, en torno al que se localizarían edificios auxiliares del cercano monasterio. En el siglo XV el condestable don Álvaro de Luna es protagonista de numerosos pleitos e incluso encuentros armados para adueñarse de San Martín y de Pelayos.

Curiosa capilla o humilladero gótica en San Martín de Valdeiglsias

En el siglo XVI se levanta el rollo por pasar Pelayos de ser lugar a villa, pero hoy sus restos forman parte de una fuente. La iglesia tuvo que ser reconstruida tras la Guerra Civil. El monasterio cuenta con diferentes fases en su construcción, aunque la más antigua se encuentra en el templo y parece ser de construcción mozárabe, datada en el siglo XII, aunque arcos y bóvedas nos hablan de fases góticas en la construcción, además de otras partes edificadas en el siglo XVII y XVIII. En el entorno también son de destacar algunos molinos y el puente de San Juan.

Detalle taurino en San Martín de Valdeiglesias

La capital económica de esta comarca es la población de San Martín de Valdeiglesias, donde podemos visitar su magnífica fortaleza. Se trata del castillo de la Coracera que fue levantado en el siglo XV por el valido don Álvaro de Luna y es una magnífica construcción de granito de planta cuadrada en la que destacan su torre del homenaje, cuatro torreones en las esquinas y dos torrecillas en la entrada. Al recinto se accede por una portada blasonada. Está siendo rehabilitado para alojar el Museo de los Vinos de Madrid
La iglesia parroquial es de finales del siglo XVII y se encuentra bajo la advocación de San Martín de Tours, santo que aparece esculpido sobre dos de las puertas de acceso, montado a caballo y partiendo en dos la capa para dársela a un pobre. El templo no se terminó, pero es de grandes proporciones. A destacar su gran retablo barroco en crudo, sin dorar, y el cuadro del retablo mayor que representa también a San Martín y es atribuido a Lucas Jordán. Un paseo por el pueblo nos mostrará un viejo café teatro restaurado y algunas casonas de interés que nos hablan de la riqueza que trajo al pueblo la explotación de sus viñedos, y cuyos caldos aparecen referidos en la literatura del siglo de oro.

Uno de los pocos monumentos a Fernado VII «el ry felón» se encuentra en Navas del Rey

Al otro lado del Alberche se encuentra el pueblo de Navas del Rey, una pequeña localidad que hasta el siglo XIX fue una pequeña acumulación de casas que, cuando Fernando VII le concedió la condición de villa, creció hasta ser el pueblo que hoy es. Por esta razón en la plaza se alza un monumento a este rey, lo que es poco frecuente por la poca popularidad de la que gozó este monarca. Podemos dar una vuelta por el casco, donde hay algunas muestras de arquitectura tradicional. A la salida del lugar se puede ver un antiguo lagar, un pozo de herrar y un carro típico de la zona.

Castillejo en Navas del Rey

ARQUITECTURA POPULAR PUEBLO A PUEBLO, CALERUELA

El granito y el adobe son los materiales constructivos más frecuentes en Caleruela

Esta pequeña población de la Campana de Oropesa cuenta con una arquitectura popular que todavía nos muestra numerosos edificios de interés.

Portada carretera típica de Caleruela. En este caso está enmarcada en ladrillo, aunque la mayoría se hacen de sillería en la zona

Se encuentra situada en las estribaciones de la pequeña sierra de la Ventosilla, formación granítica en cuya ladera norte se sitúan la mayoría de los pueblos de esta comarca.Todo el Campo Arañuelo es sumamente arenoso por lo que, aunque el adobe y el tapial es frecuente entre los materiales elegidos, es poco el barro de calidad disponible para levantar los muros con estos aparejos. Sin embargo, los materiales más empleados son la mampostería de granito en forma de sillarejo no muy trabajado, y sillares enmarcando portalones y huecos de las casas más pudientes.

Patio enlosado típico de Caleruela en una vivienda del siglo XVIII

Son muy características de esta comarca los portalones para el acceso de carros y vehículos con buena sillería y los característicos topes graníticos o cantoneras para evitar que los carros puedan rozarse contra las jambas. Como en toda la Campana de Oropesa, son frecuentes los patios solados con grandes lanchas de granito y su pozo del mismo material.

Rincón de arquitectura popular en Caleruela

El adobe y el tapial se utiliza, como viene siendo habitual en los pueblos que vamos mostrando, en el segundo piso destinado a trojes y pajares, así como en tapias de corrales, huertos y otras construcciones auxiliares.

Vivienda enteramente construida en granito con puerta carretera de sillería del mismo material.

Tenemos que señalar también la existencia de algún muro con esgrafiados y arquitecturas fingidas en sus muros.

Esgrafiado decorativo en una de las fachadas de Caleruela

Vemos en sus calles algunas rejas del siglo XVII y XVIII así como las llaveas y herrajes de puertas de Bernardo Igual, el herrero de Alcolea que las comercializó por toda la zona.

Llavera y tirador típico de la Campana de Oropesa, muchos de ellos obra de bernardo Igual

En el diccionario de Madoz informan de que a mediados del siglo XIX había tres calles y algunas «callejuelas». Y ya en 1960 la casa «suele estar construida de adobes, tiene la fachada enjalbegada y el tejado a dos vertientes con bastante inclinación. Consta de dos plantas. Las cuadras y los pajares suelen estar en las casas. La cocina es de lumbre baja y está provista de campana. como leña se utiliza la leña de encina»

Algunas apreciaciones parecen inexactas pues realmente predomina el granito, aunque el adobe se utiliza en trojes y construcciones auxiliares.

UNA EXCURSIÓN DESDE CEBREROS AL PUENTE DE VALSORDO EN EL ALBERCHE, Y COSAS DE CELA

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Al oeste de la gasolinera parte un camino que nos lleva en dirección sur hasta la ermita de la Virgen de Valsordo, El rollo jurisdiccional también nos pilla de paso parara verlo.

Rollo de Cebreros

De la ermita hay referencias documentales desde el siglo XIII  y alusiones legendarias desde la época musulmana, aunque la mayor parte del edificio actual parece del siglo XVII. Tiene un pórtico en la fachada sur y los muros decorados con fragmentos de escoria. También hay salpicadas por el entorno piedras vetustas de probable origen arqueológico e incluso una portada gótica de un edificio anterior y un crucero del siglo XVIII en el llamado Jardín de la Virgen, parquecillo que se sitúa delante de la ermita y se amplía en el entorno con una zona de picnic.

Ermita de Cebreros

Seguimos después ese mismo camino y llegamos hasta el puente de de Valsordo. Una magnífica construcción medieval con referencias documentales del siglo XV y que consta en realidad de dos puentes consecutivos con un buen empedrado en el suelo. El primero de ellos tiene tres arcos con tajamares río arriba que lo protegen de la corriente. El otro es de un solo arco y salva un brazo menor del río. Pero lo más curioso de este puente es la inscripción labrada en un bloque granítico cercano del texto de un acuerdo entre el obispado de Ávila y la Mesta para cobrar por el paso de los ganados que deambulaban por la referida cañada leonesa.

Inscripción gótica de grandes dimensiones en el puente de Valsordo
Transcripción de una de las inscripciones

Río arriba, a unos trescientos metros se sitúan los restos de una antigua central eléctrica que mantiene en pie su presa y los edificios de los generadores levantados ambos en buena sillería granítica. En esa misma orilla podemos también ver las ruinas de otros tres molinos harineros a lo largo de su ribera, aunque todo ello se encuentra en término de El Tiemblo. Volveremos después siguiendo el camino indicado que coincide en parte con la Cañada Leonesa Oriental

El río Alberche a su paso por el puente de Valsordo

El río Alberche pierde después del embalse del Charco del Cura su carácter de río serrano y se hacen más áridas sus orillas, aunque aumentan las viñas que han hecho famoso al vino de Cebreros.

 Recorrido aproximado 9 kilómetros, dos horas y media

Central eléctrica en el Alberche

 CELA EN CEBREROS

 Nuestro premio Nobel residió en los años 50 en esta localidad mientras recorría estas sierras y escribía su encantador libro de viajes “Judíos, moros y cristianos”, cuya lectura recomendamos y en el que dedica algunas páginas a Cebreros, que es “pueblo importante, con dos bancos, dos boticas, cuatro cafés, seis médicos, cien tabernas, mil bodegas y dos retretes, como es natural sin agua corriente. Cebreros es pueblo de vino. En Cebreros, al caminante prefieren darle un vaso de vino a un sorbo de agua; el caminante no suele contrariar tan donosa preferencia.” “pueblo donde siempre lo trataron bien, la villa donde mordió el níscalo y bebió el vino, donde puede pegar la gorra en el café de Cartujo, beber de balde en el bar de Isabelilla y comer al fiado en la taberna de la tía Ratona, que es gorda, y poderosa, y maternal y guisa de perdiz y fríe la trucha y pega si es preciso un tantarantán que lo dobla, al que enseña los vapores airados…

Reloj de sol del siglo XVII en el muro de la ermita

ALBERCHE (11) PASAMOS POR CEBREROS

Portada de la Iglesia Vieja de Cebreros

Aunque en el escudo local aparece una cebra como símbolo del pueblo, es evidente que por aquí no han correteado recientemente tales animales africanos, sino que el nombre del lugar parece tener mayor relación con la abundancia de cabras por la zona. Existen algunas referencias a un verraco de granito situado cerca del Alberche y hoy desaparecido que nos indica la presencia de los vetones en este pueblo así como en el resto del valle. Incluso junto a la ermita de la Virgen de Valsordo se expone lo que parecen las patas de una de estas esculturas zoomorfas.

Esgrafiados y arquitecturas fingidas en Cebreros

En el siglo XIV el rey Fernando IV otorga al infante don Juan la que desde ese momento será villa de Cebreros. Isabel la Católica pasó cuatro veces por esta localidad. En una de ellas tuvo un aborto cuando pernoctaba en una casa de la antigua calle de los mesones y la última fue su cortejo fúnebre que tuvo que detenerse para acondicionar las andas mediante las que llevaban su cuerpo sobre dos caballerías. A lo largo de su historia, Cebreros fue siempre lugar de paso entre las dos castillas y un lugar muy vinculado al comercio y a la ganadería. En el siglo XVI se desarrolló la industria del vidrio para abastecer al monasterio de El Escorial y también hay constancia de la existencia de fábricas de papel, curtidos y las bodegas que almacenaban el preciado vino de Cebreros. No debemos pasar por alto que Adolfo Suárez, primer presidente de nuestra democracia es natural de Cebreros.

El valle del Alberche desde la cañada leonesa oriental en su ascenso a Gredos

En el patrimonio local debemos destacar en primer lugar la llamada iglesia Vieja, cuya torre pudo según algunos autores formar parte de una iglesia anterior o de una torre defensiva medieval. Es un templo de tres naves ya destechado con ábsides semicirculares y decoración de flores y bolas, especialmente en la portada de la puerta sur, la de mayor calidad presidida por las armas del obispo Sánchez de la Fuente y formada por dos pilastras laterales que enmarcan una puerta compuesta de un arco conopial y tres arquivoltas más de medio punto. Las columnas que separan las naves son muy elegantes y decoradas también con bolas. Es de destacar la puerta de la sacristía y su decoración con motivos renacentistas. La iglesia parroquial de Santiago Apóstol es también construcción berroqueña de tres naves de grandes dimensiones y considerada la mejor de los pueblos de la diócesis. Construida en el siglo XVI en estilo herreriano. La portada de la sacristía es renacentista de cierta calidad y con imagen de Santiago, mientras que la portada norte es jónica y la sur corintia. La portada principal es del siglo XVII y está presidida por estatua granítica de Santiago Peregrino. El retablo es magnífico con pinturas de José Leonardo del mismo siglo.

Iglesia parroquial de Cebreros

En el extremo sur del caserío podemos ver el rollo o picota del siglo XVI que nos habla de la condición de villa de la localidad. Cerca del pueblo, en la zona conocida como El Valle, se encuentran las ruinas de un pequeño convento franciscano del que algunos de sus retablos se conservan en la iglesia parroquial.

Arquerías de la iglesia Vieja de Cebreros

LA DESAPARECIDA ERMITA DE SAN JOAQUÍN Y SANTA ANA

LA ERMITA DESAPARECIDA DE SAN JOAQUÍN Y SANTA ANA

Ermita de San Joaquín y Santa Ana en un manuscrito de la historia del siglo XVIII Talavera de la Reina, Biblioteca Regional

Ermita de San Joaquín y Santa Ana en un manuscrito de la historia del siglo XVIII de Talavera de la Reina, señalado con la flecha

 

Hubo varias ermitas en Talavera hoy desaparecidas, una de ellas se encontraba en la zona de los actuales jardines del Prado y estuvo dedicada a San José y a San Joaquín sucesivamente. Así nos la describe en el siglo XVII Francisco de Soto: «Hay en esta villa otras ermitas de que hacer memoria, fuera de la de Nª Sª del Prado…La primera es la del glorioso S. Joseph a quien Talavera tanto reverencia, edificósele su ermita en que hoy está San Joachin, y después le labraron una hermosa capilla en la ermita de Nª. Sª. del Prado donde hoy es venerado este glorioso santo; antiguamente estaba sita aquí una particular cofradía de San José, que después pasaron a la parroquia de San Miguel donde todos los años se hace una solemne fiesta a este santo glorioso.

Lugar aproximado donde se situaba la ermita de San Joaquín y Santa Ana. Al fondo la actual calle Salvador Allende

La ermita de San Joaquín es en la que antes era de San José y, después que se le hizo a este santo otra en la ermita de la Virgen del Prado , le pasaron a ella y pusieron a San Joaquín en la que había sido la de San José».

La Cofradía de San José se localizó primero en su ermita, luego en la de la Virgen del Prado para pasar después a la parroquia de San Miguel. Más tarde, al desaparecer ésta, pasó a la iglesia del Salvador. No debemos confundir esta cofradía con la Hermandad del Patrocinio de San José, radicada en la parroquia de San Andrés y que nació vinculada a la Real Fábrica de Sedas, celebrándose todavía hoy su fiesta.

Ermita de San Joaquín y Santa Ana en el dibujo de Van der Wingaerde de Talavera de la Reina
Ermita de San Joaquín y Santa Ana en el dibujo del sigloXVI de Van der Wingaerde de Talavera de la Reina

En el grabado de Van der Wingaerde aparece en la zona de El Prado un pequeño edificio que bien pudo ser la ermita de San Joaquín, de la que Ildefonso Fernández refiere que se encontraba «en el ángulo del Prado más inmediato a la población y a la Alameda. De niños recordamos haber visto en este sitio un empedrado y no más» Este mismo autor asegura que la ermita de San José se hallaba en los corrales de la plaza de toros. No sabemos si se trata de otra ermita o es la capilla donde se instaló la imagen de San José tras la ruina del edificio antes referido.

Postal en la que he señalado la stuación aproximada de la ermita de San Joaquín y Santa Ana

En 1750 se reconstruye la llamada entonces ermita de San Joaquín y Santa Ana. Pudiera ser que parte de la cerámica en paneles sueltos que hoy está en la ermita de la Virgen del Prado, y que no aparentan ser obra del mismo autor que pintó los azulejos de San Antón, procediera de la antigua ermita de San José.

 

 

UN PASEÍTO DESDE RAMACASTAÑAS

Vamos a conocer este pequeño pueblo de Gredos, anejo de Arenas de San Pedro y que siempre fue lugar de paso ganadero y de viajeros que deambulaban desde la meseta norte hasta el valle del Tajo, mediante la Cañada Leonesa Occidental.

La disposición de su caserío nos orienta en ese sentido y en su puente se cobraba el derecho de paso a las merinas que transitaban por la vieja vía pecuaria, aunque en otras ocasiones se hacía en Arroyocastaño, junto a la Villa de Mombeltrán.

Molino del río Ramacastañas y tal vez antigua ferrería

En su ámbito se encuentran las bonitas cuevas del Águila, cuya descripción dejaremos para otra ocasión, pero sí debemos visitar su iglesia construida en sillería granítica y rodeada de un pequeño parquecillo con una cruz gótica, aunque el remate sea más reciente. En el templo es pintoresca su espadaña sobre un remate abalconado hacia el oeste y algunas inscripciones antiguas en su muro sur.

En una de las viviendas vemos dos paneles de Ruiz de Luna que representan a San Pedro de Alcántara, cuyos restos reposan en el monasterio de Arenas y otra de San Isidoro de Sevilla, no sé porqué.

Vamos entre chopos , pinos y alisos camino de la presa del Ramacastañas

Partimos desde un camino que sale justo antes de cruzar el puente viniendo de Talavera hacia Ramacastañas. Por el camino, si observamos el suelo, vemos numerosos restos de escorias de hierro pues no en vano este pueblo fue de los primeros en fundarse en el piedemonte de Gredos bajo el nombre de las Ferrerías de Ávila y durante la edad media sin duda se desarrolló allí actividad minera y metalúrgica.

Presa del Ramacastañas

Vamos junto a una reguera  y llegados a un cruce de caminos debemos tomar a la izquierda para subir paralelos al río y justo en este giro del cauce y del camino se puede apenas vislumbrar entre las zarzas un molino en ruinas que este caminante piensa que pudo en una utilidad anterior estar relacionado con esa actividad metalúrgica de la zona.  El camino nos llevará hasta una presa de abastecimiento en un paraje ameno. Una alambrada nos corta el camino pero abriremos la portera para pasar y subir por una senda y así seguir nuestro camino río arriba.

Pastoreando las merinas por la cañada leonesa,

Vamos entre umbrías de pinos y alamedas con hiedras que suben por los troncos los alisos  y llegamos cerca del llamado Vado de las Vegas donde tomaremos otro sendero que sube a la derecha claramente, aunque tiene aspecto de arroyada por el arrastre de las aguas. Y llegamos a una pista que nos acercará ya sin problemas hasta el paraje de Playas Blancas con sus pozas para refrescarse y zona de pic-nic con un merendero y fuente.

Tramo de calzada en la cañada

Subimos ahora hacia la carretera cruzando el puente para a continuación imaginarnos como ganaderos trashumantes y recorrer la cañada hasta Ramacastañas. Vemos lugares donde todavía se conserva algún tramo calzado, no sabemos si en época romana como en el puerto del Pico o posteriormente.

Fuente Fría en la cañada

En el camino me encuentro a un pastor con sus ovejas merinas y talaveranas que van pastando la propia cañada, y se queja con toda la razón de la usurpación que vienen sufriendo las vías pecuarias y que a los ya maltratados ganaderos les dificulta su labor.Le pregunto la utilidad de un gancho rematado en una bola que lleva sobre su borriquillo y me dice que es para acercar a las ovejas por las patas si se las quiere separar del rebaño, observar alguna herida o ver alguna patología que puedan tener «en sus partes».

IGlesia y cruz de Ramacastañas

Ya de vuelta paro en la fuente fría que ha visto pasar millones de merinas por esta cañada, bebo y realmente está fría y su vierteaguas de granito le da un aspecto antiguo y pintoresco.

Compro melocotones y las ricas cerezas de la vertiente sur de Gredos regreso a casa a disfrutarlas después de un día serrano.

Panel de azulejos de Ruiz de Luna en Ramacastañas

PASEO PARA CONOCER EL MONASTERIO Y LOS TOROS DE GUISANDO

Monasterio y ermita desde los toros de Guisando
Hoy nuestro paseo será corto en recorrido pero muy interesante desde el punto de vista del patrimonio histórico.
Monasterio jerónimo de Guisando en El Tiemblo

Desde el kilómetro 1,6 de la carretera Ávila 511 que nos lleva hacia el Tiemblo, un kilómetro al sur de los Toros de Guisando parte un camino que primero cruzará la Cañada Leonesa Oriental y que luego nos lleva hasta el convento de Guisando, un lugar que os sorprenderá por su aspecto de ruinas románticas con la hiedra subiendo por las paredes, con los restos de la iglesia, los arruinados claustros y una curiosa ermita renacentista sobre la cueva donde en principio se instalaron los ermitaños.

Claustro arruinado del monasterio de Guisando

El paraje tiene también unas hermosas vistas sobre el valle del Alberche y está rodeado de una rica vegetación de robles, castaños y cornicabras, que en otoño consiguen efectos pintorescos con el variado colorido de sus hojas.

Escalera de subida a la ermita desde el monasterio deGuisando labrada directamente sobre la roca

Desde el monasterio bajaremos por otro camino que se dirige en dirección noreste hasta la carretera que seguiremos hacia el sur hasta donde se encuentran los toros de Guisando y después al punto de partida.

 Recorrido aproximado 7 kilómetros, 2 horas.

Portada de la ermita junto a la cueva del ermitaño
Camino del Monasterio