LA LEYENDA DE LOS SANTOS MÁRTIRES

SANTOS MÁRTIRES VICENTE SABINA Y CRISTETA La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es IMG_8436.jpg

Imágenes de los tres Santos Mártires en la Colegial, que probablemente proceden de la antigua ermita que se hallaba cercana a la actual iglesia del mismo nombre

Esta es la leyenda de los tres hermanos mártires talaveranos. De ellos tres, el varón dio nombre a la sierra donde nace el Guadyerbas, que hemos empezado a recorrer en capítulos anteriores.

Aunque se disputan varias ciudades el nacimiento de estos tres muchachos martirizados en tiempos de los romanos, la tradición da por hecho su nacimiento en Talavera de la Reina sinedo su principal adversario en esta polémica la ciudad también de origen  romano de Ébora en Portugal.

Los Santos mártires comparecen ante el pretor Dacio

San Vicente y sus hermanas fueron obligados a comparecer ante el pretor romano Dacio en un templo  que se situaba en el solar de la antigua parroquia de San Esteban, situada en la calle del mismo nombre, allí fue conminado el santo a que renegara de su religión cristiana, pero se negó, y dice la leyenda que sus pies y su báculo dejaron sus marcas en la piedra que hoy se conserva en la Colegial de la ciudad.

Piedra de San Vicente, con las plantas y el báculo marcados en la piedra. Capilla de la Colegial

Vicente no abjuró y pudo huir de sus captores por la noche, emprendiendo camino hacia el norte y escondiéndose los tres hermanos en la cueva que se encuentra en la cumbre del Cerro de San Vicente o Monte de Venus, donde también dejaron marcadas sus espaldas en la piedra. Allí se construyó más tarde un eremitorio en torno a la cueva y más tarde un monasterio carmelita en las cercanías de los que hablaremos en otro capítulo.

Piedra de San Vicente de la iglesia de Santiago

Juan de Mariana dice en su historia de España, libro 40 capítulo 53: “A cuatro leguas de Talavera, en el Piélago, hay una cueva enriscada y espantosa, con la cual todos los pueblos comarcanos tienen devoción, por tener averiguado y firme, que los santos Vicente, Sabina y Cristeta, cuando huyeron de Ébora (Talavera),estuvieron allí escondidos y en memoria de esto, allí edificaron un templo y un castillo con el nombre de San Vicente…En esta cueva dicen Soto y Texada, y yo lo he oído a varias personas, que han entrado en ella, se ven en una peña grande estampados los tres cuerpos de los tres santos hermanos, siendo muy común la tradición de que estos se verificó renovándose el milagro de ablandarse las piedras como si fueran de cera…”

Los Santos Mártires emprenden la huida.Representación en el cenotafio de la basílica de San Vicente en Ávila y son perseguidos por los romanos

Estos tres santos y patronos de Talavera que fueron martirizados en Avila tras la persecución de Diocleciano, Se escondieron, según la creencia popular, en esa cueva que se sitúa en una de las dos elevaciones de la cresta del cerro de San Vicente, junto al vértice geodésico.

Los tres muchachos siguieron en su huida hasta la ciudad de Ávila, donde fueron apresados, pero al negarse a abjurar del cristianismo sufrieron martirio.

Martirio de los Santos Mártires primero descoyuntados sus huesos

Murieron cuando después de emplear varios sistemas de tormento, les aplastaron la cabeza con una piedra según algunos o con una prensa según otros.

Martirio de los Santos Mártires con la cabeza siendo aplastada. El Judío se burla y le ataca la gran serpiente

Un judío que se reía del respeto de los abulenses por los restos de los mártires fue atacado por una serpiente que salió de la cueva de la Soterraña en Ávila y, arrepentido, dio el dinero para construir una iglesia sobre su sepultura.

El judío comienza la construcción de la basílica convertido al cristianismo

Hoy es la magnífica iglesia románica de San Vicente y en ella se aloja un precioso cenotafio en el que se custodiaban los restos y en el que se cuenta su historia en hermosos relieves escultóricos. Son patrones de Ávila y Talavera de la Reina pero sus reliquias sufrieron diversas vicisitudes por las que fueron repartidas en diversos lugares de España.

Basílica románica de San Vcente en Ávila

VIRIATO EN EL MONTE DE VENUS

VIRIATO EN EL MONTE DE VENUS

Dibujo del siglo XIX que representa a Viriato

El Cerro de San Vicente,  en el nacimiento  se ha conocido también como “El Cerro de Viriato” ya que aseguró el gran historiador alemán Schulten que ese era el llamado Monte de Venus y desde allí el famoso guerrero lusitano Viriato (150 -139 a. C. ) fustigó al ejercito romano.

El historiador y arqueólogo Schulten

Y es curioso constatar que la sierra de San Vicente vista desde la llanura del Tajo tiene el aspecto de una mujer tumbada cuyo pecho sería el propio vértice del cerro. De hecho es curioso que en pueblos como Cazalegas lo llamaran la «mujer muerta».

La sierra de San Vicente desde el valle del Tajo

Viriato nació en la Sierra de la Estrella en Portugal y según dice Floro, era un hombre de astucia agudísima que, de pastor y cazador, pasó a bandolero para más tarde convertirse en general y jefe de los lusitanos y otros pueblos como los vettones de nuestra tierra que se revelaron ante la crueldad del romano Galba. Este Galba engañó a los lugareños y tras hacer que entregaran las armas, perpetró una verdadera carnicería.

Viriato al ver semejante atrocidad se echó al monte; allí organizó y desarrolló una forma de combate que sería precursora de la guerra de guerrillas; es decir, hostigar al enemigo en incursiones rápidas y fulminantes con retiradas igualmente instantáneas, sin presentar nunca batalla en campo abierto, y causando siempre gran mortandad en las filas del enemigo. Los llamados forrajeadores romanos, es decir las tropas encargadas de buscar pastos por estas sierras, fueron el principal punto de mira de las vertiginosas acciones de los hombres de Viriato y muchos pagaron con la vida.

El Monte de Venus desde La Hinojosa de San Vicente

Después de un tiempo, los romanos empezaron a ver a Viriato como un enemigo de cuidado y pusieron en marcha todas las opciones que estaban en sus manos para librarse de tan molesto contrincante. Como es sabido, cuando los romanos no podían vencer a alguien en el campo de batalla, no tenían el menor escrúpulo en elimnarlo de otra forma; así que contactaron con tres hombres de confianza de Viriato, Audas, Ditalkon y Minuro, para que eliminaran al caudillo. Lo hicieron esperando grandes recompensas, pero lo que encontraron al ir a cobrar el producto de su felonía alevosa y nocturna fue una de esas frases quo han pasado a la historia, “Roma no paga traidores”.

Cuadro del siglo XIX que representa la muerte de Viriato

Era tal la admiración y devoción de los generales lusitanos hacia Viriato que los honores que se le rindieron en el funeral se hicieron legendarios. El cuerpo de Viriato fue incinerado en una pira funeraria, se realizaron sacrificios en su honor, los guerreros hicieron juegos fúnebres y se cantaron himnos en honor del hombre que para las generaciones posteriores, simbolizó la resistencia de Hispania a la dominación romana.

Según los historiadores antiguos Viriato era

  • Como jefe militar.
    • Diodoro: Belicoso y conocedor del arte bélico.
    • Apiano: Amante de la Guerra.
  • Criado entre piedras.
    • Dion Casio: La mayor parte de su vida la pasó al raso y esta satisfecho con lo que la naturaleza le daba.
  • Generoso con sus seguidores.
    • Diodoro: Basaba sus recompensas en el mérito y hacía regalos especiales a aquellos hombres que se distinguían por su valor, además no cogía para su uso particular lo que pertenecía a la reserva común.
    • Apiano: Un ejército constituido por elementos tan heterogéneos nunca se revelo [contra su jefe] y siempre fue sumiso y el más resuelto a la hora del peligro.

      Plano en el que aparece la Lusitania con Talavera y la comarca incluidas en la provincia romana
  • Su boda con la hija de Astolpas, un rico propietario lusitano.
    • Diodoro: Habiéndose expuesto gran cantidad de copas de plata y oro y vestidos de muchas clases y colores, viriato, apoyándose en la lanza, miró con desdén todas aquellas riquezas sin asombrarse o maravillarse de ellas, antes bien manifestando desprecio. Ni siquiera se sentó en la mesa del banquete. Únicamente tomo panes y carne y los distribuyó entre quienes le acompañaban, mandó que buscasen a su novia, la montó en su caballo y partió hacia su escondida morada.

      Espadas halladas en el castro vettón de El Raso

ARMAMENTO LUSITANO

Para sus rápidas incursiones los Iusitanos precisaban un armamento ligero, lo menos pesado posible. Estrabón cuenta que: “…su escudo es pequeño, de unos dos pies de diámetro, cóncavo por su lado anterior; lo llevan suspendido por delante con correas, y no tiene, al parecer, agarraderas ni asas. Van armados de un puñal, la mayor parte llevan corazas de lino, y pocos cotas de malla y cascos con tres cimeras. Otros se cubren con cascos tejidos de nervios y los infantes usan «quemides” o perneras y llevan varias jabalinas; algunos sírvense de lanzas con la punta de bronce…” en otro párrafo sigue con la descripción de los guerreros lusitanos y su armamento: “…los caballos están habituados a escalar montañas y a flexionar rápidamente las manos a una orden dada en un momento oportuno”.

En estas excavaciones del castro de El Raso se halló un tesorillo bajo las cenizas de las viviendas que fueron quemadas por los romanos.

Todo esto lo cuento para hacer especial referencia a que cuando se sienten ustedes sobre cualquier piedra de la cima del Cerro de San Vicente, puedan dejar volar la imaginación, ya que Io que piensen, seguramente superará cualquier guión cinematográfico.

COMENZAMOS EL GUADYERBAS POR SU NACIMIENTO EN EL PIÉLAGO

COMENZAMOS EL GUADYERBAS POR SU NACIMIENTO EN EL PIÉLAGO

La vegetación del Piélago, variada y pintoresca

Un piélago es un lugar abundante en aguas; un sitio que posee una característica ambiental muy determinada por la presencia del líquido elemento. En la Sierra de San Vicente existe uno de estos lugares que se conoce por ese nombre: “El Piélago”.

Habitado desde antiguo, está situado entre las tres cumbres principales de la pequeña sierra entre el cerro de San Vicente, Cruces y Pelados. Es un terreno apacible y hermoso, umbrío, fresco y cargado de connotaciones mágicas. La abundancia de aguas del Piélago -solo en el cerro de San Vicente se contaban hasta ochocientas fuentes en el siglo XVIII-, y la mediana elevación, suavizan el clima y hacen posible una vegetación en la que abundan castaños, robles, pinos y hermosas y frescas praderas.

El Guadyerbas en las chorreras de su nacimiento en el Piélago

Del Cerro de San Vicente hay numerosas referencias históricas, y ateniéndose a la cronología, hay que señalar que la cerámica antigua encontrada en la cumbre se remonta a la Edad del Bronce. Hay restos de castros en esas alturas, algunos de ellos amurallados como el del Cerro del Oso.

El famoso historiador alemán Schulten, identificaba esta elevación con el “Mons Veneris” de los romanos, basándose en hecho de que Viriato se ocultara en una sierra con olivos, que dominaba el Valle del Tajo. Este Monte de Venus ha probado su romanidad con una serie de hallazgos que se encuentran documentados desde el siglo XVIII.

El Piélago y la sierra de San Vicente fueron famosos por sus fuentes

El mismo Juan de Mariana comprobó en viaje a estas alturas que “encima de la tierra permanecen algunas abujas y sepulcros de piedra. Una con su inscripción romana que dice así: “TOGOTI LUIBIUS PRISCUS E. S. VOTA”

Por ello nuestro paisano historiador deducía que allí hubo culto a algún dios autóctono y así lo señala juzgando “haber señales de que en este sitio hubo culto idólatra a la falsa Diana, que fingió la gentilidad por tutelar de los bosques». Actualmente, los investigadores do estos asuntos consideran que la inscripción está dedicada a algún dios local, como ya se ha dicho, que podría haberse llamado TOGOTE. Otros aseguran que el dios habría estado relacionado con el comercio.

Robledaes del Piélago bajo el arco iris

Hay una descripción muy bella del Piélago y la Sierra de San Vicente del talaverano Juan de Mariana, padre de las ciencias históricas en España que podéis ver en el enlace adjunto de otra entrada de este blog.

http://lamejortierradecastilla.com/wp-admin/post.php?post=656&action=edit

El paisaje vegetal es sorprendente: robles, castaños, pinos, encinas, enebros adornados con helechares, espinares escobas y prados, con una flórula de lo más variada.

La flórula del Piélago es muy variada

MOLINOS DEL SANGRERA Y EL FRESNEDOSO

MOLINOS DEL SANGRERA Y EL FRESNEDOSO

Molino en el arroyo de Fresnedoso

El valle del Sangrera es el más occidental de los valles jareños. Uno de sus tributarios es el río Fresnedoso, sobre el que molían dos molinillos de cubo (Fr 1) y (Fr 2) que están en término de Espinoso del Rey.

Plantas de los dos molinos de Fresnedoso

El segundo tiene un cubo estrecho y algo inclinado que podríamos considerar un receptor híbrido tubo-cubo Un tercer molino se intuye por su canal y tal vez un pequeño cubo, justo en la desembocadura del Fresnedoso en el Sangrera (Fr 3).

Molinillo de Sangrera en el que se percibe su cubo formado por atanores y en primer plano el cárcavo

Las noticias históricas nos hablan de varios molinos de agua en el Sangrera funcionando desde antiguo. Cerca de la cabecera, en el paraje conocido como del Molinillo he  encontrado los restos de tres molinillos de cubo. Son cubos muy peculiares formados por anillos vaciados de piedra superpuestos. Solamente uno de ellos se percibe en su totalidad con su cubo inclinado y las ruinas de su edificio. Los otros dos están muy arruinados y ocultos por la vegetación (S 1, S 2 y S 3).

Croquis de los restos de molinos en la cabecera del Sangrera

Detalle del cubo-tubo inclinado de atanores en el Sangrera

Junto al puente de la carretera que lleva a Torrecilla de La Jara desde Talavera solamente se percibe la huella del canal y unos fragmentos de muros caídos pertenecientes a otro ingenio (S 4).

Otro de los cubos de atanores del Sangrera oculto por la vegetación

Sí permanece todavía en pie, ya en término de Retamoso, un gran molino de tres plantas que conserva en la más alta la vivienda y las cuadras, en la segunda las piedras y la maquinaria junto a la cocina y un palomar, y en la planta más baja, un motor de gasoil que auxiliaba al mecanismo hidráulico en épocas de escasez de agua y movía la maquinaria complementaria. El cuarto nivel estaba ocupado por el cárcavo con su rodezno (S 5) (Foto 52).En planos de los años treinta aparecía a continuación otro ingenio con el nombre de molino de Cedenilla del que hoy no quedan restos (S 6).

Planta del molino de Sangrera

Molino del Sangrera o del Grajo

Más abajo, frente a la finca El Bañuelo, se conserva solamente una presa bien rematada en sillería que pudo haber servido a otro ingenio más del Sangrera (S 6).    Mucho más abajo, frente a Pueblanueva se conserva el edificio molinero que tenía dos rampas como receptores y que molían ya desde el siglo XVI “en los años mojados abundantes de aguas”.[1]

Cubo del molino de Sangrera

[1] VIÑAS,C.  y PAZ, R.: Opus cit ver “Pueblanueva”, respuesta 20.

LA INSCRIPCIÓN IBÉRICA DE LOS MAÍLLOS EN BELVÍS

LA INSCRIPCIÓN IBÉRICA DE LOS MAÍLLOS EN BELVÍS

Fernando Jiménez de Gregorio junto al bloque en que se halló la nscripción

Don Fernando Jiménez de Gregorio, entrañable maestro que tanto estudió nuestra tierra, fue quien primero describió esta inscripción rupestre hallada sobre un gran bloque de cuarcita en el vallejuelo de Los Maíllos en el alto Jébalo y en término de Belvís de la Jara. El bloque fue llevado al domicilio de don Fernando y allí ha sido estudiado por varios especialistas.

Inscripción ibérica de Los Maíllos

Se trata de un bloque de piedra dividido en dos fragmentos que se encontraba formando parte de un vallado y tiene unas dimensiones de 90 por 50 cm. Los signos, unos 40 identificables según Alberto Porlan, se distribuyen a lo largo de dos renglones paralelos al modo de las cartillas escolares y al menos seis de los signos son claramente ibéricos.

Otra vista de la inscripción ibérica

Se trata de lo que parece ser un lenguaje levantino del que nunca se ha hallado más al occidente de Valencia y por tanto tiene una gran importancia por hallarse en territorio céltico vettón,cuyos pueblos hablaban lenguas indoeuropeas y no ibéricas, lo que plantea interrogantes sobre la distribución de estas lenguas paleohispánicas. Las inscripciones similares más cercanas son dos de badajoz pero son del tipo de escritura del sudoeste y no levantino.

Lectura de los signos según Eigenio Ramón Luján Martínez

La inscripción principal ocupa dos líneas paralelas, como vemos en los dibujos, aunque parece haber signos sueltos y otros más pequeños ilegibles.Es un lenguaje llamado semisilabario que se lee de izquierda a derecha.

Paraje de El Portezuelo, junto al arroyo de Los Maíllos

Eugenio Ramón Luján quiere ver en la inscripción dos nombres, uno masculino y otro femenino, lo que le induce a pensar que es una inscripción funeraria probablemente dedicada por el marido a su esposa.

Lectura de los signos según Alberto Porlan

ANTIGUO CONVENTO DE LAS AGUSTINAS Y LO QUE QUEDA DE ÉL

ANTIGUO CONVENTO DE LAS AGUSTINAS DE SAN ILDEFONSO Y LO QUE QUEDA DE ÉL

San Alonso de Orozco fundador del convento representado en azulejería talaverana hoy en el actual colegio de las agustinas

En 1562, el oropesano Fray Alonso de Orozco, confesor de Felipe II, fundó con su hermana y otras mujeres de su familia un convento que el año 1573 vio finalizada su iglesia.

Al año siguiente, bajo la advocación de San Ildefonso, es bendecido el templo por el talaverano Juan Suárez de Carvajal, Obispo de Lugo. Más adelante la comunidad presta obediencia a la orden de San Agustín acudiendo varias monjas y una priora desde Madrigal.

Escudo de alguno de los protectores sobre la entrada de la iglesia del antiguo convento de San Ildefonso de las agustinas.

Protegieron a esta institución el inquisidor Pedro Girón y los marqueses de Sofraga pero ,al igual que los agustinos talaveranos, la falta de recursos hizo que a finales del siglo XVI se eximieran de obediencia a la orden, pasando a depender del arzobispado.

Parece que durante la invasión francesa no fue agredido este convento e incluso se le prestó protección.

Antigua sillería gótica del convento de las agustinas, hoy en el colegio de las mismas

Parte de los ornamentos y decoración de la primitiva iglesia se pueden ahora contemplar en el nuevo templo del colegio de las Madres Agustinas donde es de destacar la magnífica sillería del siglo XVI que perteneció al coro de La Colegial, una imagen de San Agustín del XVII y alguna otra de interés.

Imagen de San Agustín del siglo XVII en el convento

También hay algunos elementos de cerámica que se encontraban en el antiguo convento y ahora están en las dependencias del nuevo colegio, como un panel de azulejos que representa al beato fundador Alonso de Orozco, otro muy peculiar y hermoso de San Agustín y algunos zócalos decorativos.

Una de las bellas imágenes que se conservan del antiguo convento de las agustinas

En su primitiva ubicación se puede observar todavía una de las entradas secundarias de acceso desde la Corredera protegida con una reja. En el interior del edificio se mantiene todavía la primitiva iglesia.

Entrada de la iglesia del convento de las agustinas

MÁS COSAS DE ALDEANUEVA DE BARBARROYA

MÁS COSAS DE ALDEANUEVA DE BARBARROYA

Arquitectura popular junto a la Vía Verde en término de Aldeanueva

LUGARES DE INTERÉS

Quienes lo deseen tienen la posibilidad de iniciar desde Aldeanueva una bonita excursión y para ello tomaremos la carretera de Azután que nos llevará hasta las orillas del embalse del mismo nombre. En el recorrido, de unos siete kilómetros, nos  cruzaremos en varios de sus tramos con una calzada romana. A cuatro kilómetros y medio podemos desviarnos desde la carretera hacia el paraje de Huerta Vieja y, después de recorrer otro kilómetro, asomarnos al impresionante cañón del río Uso. Allí anidan pájaros y rapaces sobre las verticales paredes graníticas. Enfrente se levantan las murallas de la ciudad hispanomusulmana de Vascos y podemos acercarnos al agradable paraje de la Fuente del Cuadrillero.

Todavía en término de Aldeanueva, siguiendo la Vía Verde, nos encontramos con los Baños de la Retortilla. Sus edificios se encuentran casi arruinados pero, deambulando con precaución entre sus restos, todavía podemos observar las dependencias que servían como cocina de campana con su rústico fregadero y el hueco para las tinajas de agua y aceite, las habitaciones en las que se alojaban desde el siglo pasado las personas que aquí acudían en mulas para buscar alivio a sus dolencias reumáticas; la cantina, los almacenes con sus alacenas, el palomar – curiosa construcción circular en pizarra- e incluso dos naves más modernas en las que vivían los trabajadores de la vía.

Baños de la Retrortilla

Por debajo de este primer edificio se halla otra edificación en la que se encuentran los baños propiamente dichos. Una conducción llevaba las aguas medicinales hasta una primera alberca de almacenamiento y de aquí pasaban a una habitación donde se encontraba el horno y la retorta para calentar las aguas. Este sistema de calentamiento puede que sea el origen del nombre de los baños de La Retortilla que, como tantos otros de la comarca, también se denominan “de la Guarra”, aunque también podría tener su origen la denominación en una curva o “retuerta” muy pronunciada que hace el río Uso en sus proximidades. Todos estos baños populares tienen la misma fantástica historia en cuanto a su descubrimiento. Un cerdo o un jabalí tullido se revuelca en  el manantial y cura sus males, más tarde el afortunado hallazgo es aplicado a los humanos.

Por el estucado de sus muros, otra pieza adyacente al horno parece haber sido una especie de pequeña piscina cubierta. Entramos en el edificio y vemos las habitaciones con sus bañeras. Sentados a la puerta podemos evocar aquellos años en los que este rústico balneario se llenaba de gentes y el curioso ambiente que reinaría en este agreste y popular centro de hidroterapia.

Junto a la puerta del edificio donde se sitúan las bañeras en La Retortilla parte una senda que nos lleva hasta el río Huso, si ascendemos aguas arriba encontramos los restos de un molino de agua y los de la presa que le abastecía. Podemos aprovechar y refrescarnos en  sus tablas. Otro molino se sitúa aguas debajo de la carretera que nos lleva a La Estrella.

Aparejo de granito, ladrillo y cuarcita en la arquitectura de Aldeanueva

De especial interés son las empinadas laderas que van a dar al Tajo en la zona de Los Riberos, La Marquesa y Ciscarros, lugar este último donde se situaban unos antiquísimos molinos a los que hoy cubren las aguas del reculaje del embalse de Azután. Aquí, sobre la presa del molino, cruzaba antiguamente una barca de maroma, sobre la que atravesaba las gentes de uno y otro bando durante la Guerra Civil. Antes de la construcción del muro del pantano, el Tajo discurría por aquí en “rápidos muy furiosos” que hicieron pensar a los ingenieros de los planes de navegación del siglo XVII en excavar un canal que llevara a las barcazas, a través del arroyo de Alcañizo y del Tiétar, de nuevo hasta el Tajo, evitando así estos obstáculos. Una obra quimérica para la época. Las riberas son muy agradables, pobladas de olivos, almendros y cornicabras entre los que discurren arroyuelos y donde nos tropezamos con algunos chozos de bonita arquitectura popular.

Viejo puente colgante sobre el cañón del río Huso

Si tomamos el camino que desde el lavadero va a  la Vía Verde de la Jara nos encontraremos con ella a un kilómetro aproximadamente. La cruzamos e inmediatamente llegamos a una pista asfaltada que une Aldeanueva con La Estrella y de la que parte enseguida un camino en dirección oeste. Nos desviaremos por él y recorridos unos trescientos metros encontramos una roca situada en la misma margen izquierda del camino y que los lugareños conocen como “ El Canto del Perdón” .

Grabados del Canto del Perdón

En este lugar mágico y curioso podemos observar sobre la piedra un grabado rupestre que, aunque tiene labrada junto a él una fecha del siglo XVIII, se trata probablemente de un grabado de la Edad del Bronce con añadidos posteriores. La tradición popular asegura que si arrojas una piedra y formulas un deseo, éste se cumplirá y se perdonarán tus pecados. Se explica el origen de la creencia en cierta pendencia sucedida en un mesón del pueblo. Un hombre es perseguido con saña por el ofendido que pretende dar fin a su vida, cuando llegan a este paraje y ya está a punto de consumarse el asesinato por venganza, el agresor se arrepiente perdonando la vida a su víctima. En algunas versiones se dice que se aparece la Virgen a continuación.

Fiesta de la Vaquilla en Aldeanueva

FIESTAS

Además de la romería de verano hasta la ermita de la Virgen del Espino, Aldeanueva celebra en invierno. bajo la advocación de la Virgen de La Paz, una típica fiesta de quintos conocida como “Las Paces” que mantiene todavía aspectos muy arcaicos, como la costumbre de “ La Vaquilla” por la que los mozos recorren el pueblo llevando una armadura de madera con unos cuernos, acometiendo al personal e invitándoles a beber de la bota. Este ritual no es otra cosa que la “vitula” de los romanos que hace dos mil años salía en las fiestas invernales y que ha pervivido impregnando las celebraciones cristianas.

Haciendo queso en Aldeanueva

ALOJAMIENTO Y GASTRONOMÍA

Podemos alojarnos en unaa casa rural y la gastronomía local puede agradarnos con su cabrito cochifrito, los barbos del Tajo fritos, en escabeche o asados en el horno de pan. Otros platos comunes con otros lugares jareños son la chanfaina, la cachuela, o el breve, compuesto de miga, especies, hígado, sangre y cebolla. La abundante caza menor representada por el conejo, las perdices estofadas o el arroz con liebre. Por último, de postre, leche frita, sopetón, puches o arroz con leche

ANTES DE DESEMBOCAR EL HUSO CONOCEMOS ALDEANUEVA DE BARBARROYA

ANTES DE DESEMBOCAR EL HUSO CONOCEMOS ALDEANUEVA DE BARBARROYA

El valle del Huso con un viaducto se la vía verde sobre el Joyegoso y al fondo la sierra de La Estrella

El río Huso sigue su curso hacia la desembocadura en los lugares donde las paredes berroqueñas de su cañón son más elevadas y con anidamientos de rapaces. En la confluencia con el arroyo de la Mora se encuentra la ciudad de Vascos que describiremos en otra ocasión. Pero antes vamos a subir a la localidad por cuyo término discurre  al final de su recorrido Aldeanueva de Barbarroya.

Calzada romana cerca de la desembocadura del Huso en el Tajo en Aldeanueva de Barbarroya

PATRIMONIO HISTÓRICO ARTÍSTICO

HISTORIA

En el río Huso a su paso por el término de Aldeanueva se han encontrado útiles paleolíticos de cuarcita labrada. La población romana se halla constatada por una calzada de la que más tarde hablaremos y la presencia musulmana es segura por la proximidad de la Ciudad de Vascos.

Uno de los primeros núcleos de población de la comarca se encontraba dentro del actual término de Aldeanueva. Se situaba al sur del casco urbano, en torno a una iglesia hoy desaparecida llamada Santiago de Zarzuela que ya aparece referida en el Libro de la Montería de Alfonso XI, donde podemos leer que en el siglo XIV era éste buen monte para la caza del oso en invierno. Esta parroquia fue hasta su desaparición iglesia madre de muchos de los templos de esta parte suroccidental de La Jara.

Fuente y abrevadero de Corralrubio

Otro núcleo que daría más tarde lugar a la formación de nuestro pueblo es Santa María de Barbarroya. Solamente queda la iglesia, cuyo edificio es hoy un pajar donde se podía contemplar una escultura de probable origen ibérico ya destruida. Al final de la Edad Media se va poblando una “aldea nueva” que más tarde toma el apellido de Barbarrroya,  aunque hay un tercer despoblado, Corralrubio, que también incrementó con sus vecinos la población de Aldeanueva. Este es pueblo jareño y por tanto, hasta la abolición de los señoríos en el siglo XIX, perteneció a las antiguas tierras de Talavera.

LA IGLESIA

Iglesia parroquial de Aldeanueva de Barbarroya

La iglesia destaca sobre el caserío y en ella es evidente la diferencia entre sus dos fases de construcción, la primera, más imponente por sus dimensiones, está datada en 1514 y es de estilo gótico plateresco con ábside de tres paramentos y contrafuertes rematados en bolas renacentistas. El ábside se cubre mediante bóveda de crucería con medallones en las claves. La parte más occidental, en la que se abren las dos puertas, es de construcción más modesta y está cubierta por sencillo artesonado de madera de par y nudillo, observándose embutidos en el exterior de sus muros columnas y otros elementos más antiguos que probablemente pertenecieran a la iglesia del antiguo despoblado de Santiago de Zarzuela. En la fachada oeste se abre la entrada principal  y se remata con la espadaña de dos ojos para albergar a las campanas.

CONJUNTO URBANO

Estación de Aldeanueva de Barbarroya en la Vía Verde de la Jara

También vale la pena dar una vuelta por el pueblo pues se conservan varias construcciones de cierto empaque construidas en granito con algún que otro blasón en sus portadas. Al norte del casco se encuentra la única estación en el trazado de la Vía del Hambre que se encuentra en un núcleo urbano. Construida en los años cincuenta mantiene todavía el edificio de la estación, los hangares, los muelles de carga, las viviendas de los operarios y hasta un palomar en un conjunto fantasmal que nunca vio pasar el tren. Tenemos por tanto en Aldeanueva un magnífico acceso a la Vía Verde de La Jara.

Lavadero dela fuente blanca de Aldeanueva de Barbarroya

No nos marcharemos del pueblo sin acercarnos a uno de esos lugares de encuentro que  existían antiguamente en los pueblos y que además tiene interés etnográfico y pintoresco. Se trata del lavadero de la Fuente Blanca. En él se alinean decenas de pilas labradas en granito donde acudían a hacer su colada a mano las mujeres del pueblo.  Podemos detenernos e imaginar el bullicio de este mentidero local con las ropas tendidas en vallados y juncales. Para llegar hasta él  basta preguntar en el pueblo por el lavadero.

Ermita de la Virgen del Espino en Aldeanueva de Barbarroya

ERMITA

Desde Aldeanueva podemos hacer otra pequeña excursión recorriendo un camino de unos cuatro kilómetros que nos permite acercarnos a la ermita de la Virgen del Espino. Nos encontramos ante una encantadora ermita rodeada por un peristilo en tres de sus lados, uno de ellos formado por columnas y los otros por machones. A los pies se encuentra el acceso bajo el arco central rematado por una espadaña. En su interior se encuentra la imagen de la Virgen del Espino a la que se honra con una concurrida romería el último domingo de Agosto. Recientemente se han hallado al excavar su cripta enterramientos medievales y la sepultura de un caballero protector de la ermita que luchó en los tercios de Flandes. Para llegar solamente debéis preguntar en el pueblo por la pista que, en dirección sur, nos llevará hasta la ermita.

EL CAÑÓN DEL RÍO HUSO

EL CAÑÓN DEL RÍO HUSO

Paisaje granítico en el cañón del río Huso

Vamos a seguir nuestro recorrido por el río Huso desde la estación de la vía Verde de la Jara de La Nava- Fuentes. Desde aquí podemos seguir por la ribera del río o por la vía que discurre paralela aunque a más distancia.

El paisaje sigue siendo pizarroso y de raña al principio para después hacerse granítico cuando entramos en territorio de La Estrella.

«Marmitas de gigante» formadas por el agua en el curso del río Huso

LUGARES DE INTERÉS

La encantadora sierra de La Estrella, que se levanta como un bastión en medio de la Jara Baja, conserva en la vertiente oriental su vegetación de bosque mediterráneo con arroyuelos y fuentes que riegan terrazas y huertecillos. Sus cumbres fueron siempre un lugar estratégico de observación y refugio.

En la cima de la Sierra Ancha, la mayor de las dos elevaciones que forman la Sierra de La Estrella, podemos visitar los restos del amurallamiento de un castro de la Edad del Hierro en el que es curioso observar los huecos disimulados en el grueso del muro  que servían como refugio. Probablemente, estas cuevas camufladas también fueron utilizadas como escondite por los cristianos que, tras la reconquista, se atrevían a repoblar estas tierras inhóspitas batidas por las razzias de almohades y almorávides que les obligaban a refugiarse en estas alturas que eran denominadas “ las moradas” por los esos asustados repobladores que dejaron en otras elevaciones de La Jara topónimos y murallas similares. La vista panorámica sobre La Jara desde estas alturas es impresionante.

Molino abovedado en el río Huso

En la Buha, el cerro más puntiagudo, se sitúa una explotación minera antigua. La forma del monte y la cueva minera han hecho que la fantasía popular haya querido ver un antiguo volcán en la cumbre de esta montaña.

Desde el collado que cruza el camino entre la Buha y la Sierra Ancha desciende hacia el río en dirección este un camino que nos llevará a otro paraje curioso. Se trata de la Cabeza del Conde, una elevación granítica formada en su cumbre por grandes bloques de piedra entre los que se refugiaron los hombres de la Edad del Cobre, más tarde gentes que se escondían durante los inseguros tiempos del medioevo,  bandoleros y, más recientemente, los grupos de maquis que frecuentaban La Jara, sobre todo las partidas de Quincoces. Unos quinientos metros río abajo de Cabeza del Conde podemos visitar las ruinas de un antiguo molino, situado también en un lugar muy ameno en el que durante las primaveras y comienzos del verano disfrutaremos del baño en sus tablas solitarias.

Palomar de los baños de la Retortilla

Podemos ver varios molinos con sus curiosas presas y sus balsas en el río durante nuestro trayecto. Uno de ellos se encuentra junto al paso del camino que va de Fuentes a los Baños de la Retortilla, de los que hemos hablado en otras entradas.

El valle del río Uso en este tramo bajo de su cuenca merece que nos detengamos y disfrutar de los paisajes pintorescos que impresionan por lo abrupto de las paredes de piedra que delimitan su cañón. Río abajo de la cañada que viene desde Talavera podemos visitar un puente de sillería y mampostería granítica construido por el concejo de Talavera en el siglo XVI para facilitar el paso de los muchos ganados que bajaban a los pastos extremeños. Desde este puente hasta la desembocadura del Uso en el Tajo podemos encontrar parajes de lo más agreste con formaciones graníticas donde anidan numerosas especies de pájaros y rapaces.

Puente de la Mesta sobre el río Huso

Entramos después de lleno en el cañón del río Huso, tal vez el más profundo y paisajísticamente más llamativo de La Jara.

Al final del cañón del Huso, antes de la desembocadura en el Tajo se sitúa la Ciudad de Vascos, yacimiento hispano musulmán de gran valor al que dedicaremos otras entradas.

Ciudad de Vascos y al fondo el Tajo en el reculaje del embalse de Azután en el Huso

ACABAMOS DE CONOCER LA ESTRELLA

ACABAMOS DE CONOCER LA ESTRELLA

Antes de volver al río Huso acabaremos de conocer el jareño pueblo de La Estrella

Portada sur de la iglesia de La Estrella

LA IGLESIA
La parroquia madre de esta zona de La Jara se situaba en el despoblado de Santiago de Zarzuela, en el actual término de Aldeanueva de Barbarroya pero, arruinada la iglesia y despoblado el lugar, pasó esta preeminencia a la iglesia de La Estrella de la que llegaron a depender hasta doce templos jareños bajo la advocación de Santa María de los Villares. Tal vez por esta circunstancia es la de este pueblo una de las escasas iglesias que tienen cierta monumentalidad en la comarca. Hoy se encuentra bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción y se compone de tres naves divididas en cinco tramos iguales y un sexto más corto por tres pares de columnas con capiteles sencillos. Su capilla mayor está cubierta por un alfanje octogonal con lacería mudéjar tardía en forma de estrella mientras que las naves están cubiertas por un sencillo artesonado. El coro se sustenta por tres arcos carpanel rebajados. Las dos portadas son platerescas y de cierta calidad. La del norte está precedida por un atrio moderno a tres aguas sobre columnas y realzado con medias columnas jónicas sobre un basamento decorado con rosas y hornacina de concha en la parte superior.

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